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Realidad Económica Argentina

Resumen: Evolución de la Estructura Industrial Argentina

Año 2009

Altillo.com

EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA INDUSTRIAL ARGENTINA

 

3 Etapas del proceso histórico-social:

  1. Entre principios del siglo XX y fines de la 2° GM, signado por un sistema oligárquico de dominación.
  2. Análisis del desarrollo industrial durante la hegemonía del movimiento nacional liderado por el general Juan Domingo Perón – entre fin de la 2° GM y 1955
  3. Etapa del dominio del capitalismo monopolista dependiente que arranca de 1955 a 1970 aprox.

Se realizó esta periodización porque:

 

Denominamos SISTEMA OLIGÁRQUICO DE DOMINACIÓN al predominio de la alianza entre la alta burguesía agraria y el imperialismo británico, y de la cual participaban sectores complementarios en las finanzas, el comercio y el transporte.

Este eje estuvo sometido al embate político de distintas fuerzas que buscaron incorporarse al sistema y obtener la protección del Estado para sus intereses:

ü       Los capitales de Europa continental y EEUU

ü       La clase media rural y urbana, representada por el radicalismo.

 

El sistema oligárquico quebró al finalizar la 2° GM. La nueva alianza que tomó el poder estaba formada por todas las clases y fracciones de clases marginadas política y económicamente:

ü       Proletariado urbano y rural

ü       Nuevo empresariado mediano y pequeño en la industria y el comercio, vinculado al M interno.

ü       Burguesía media rural nucleada en el movimiento cooperativo.

Tenían un denominador común: intereses centrados en el desarrollo interno, en la Nación. Para poder crecer todos requerían la eliminación del control imperialista y monopólico sobre el comercio de exportación y las finanzas, y la contención de los intereses extranjeros en el M interno.

Siempre estuvo presente la contraposición entre los sectores capitalistas y asalariados que participaban de la alianza por el reparto del ingreso nacional. La heterogeneidad de los sectores sociales involucrados implicó un difícil equilibrio entre los intereses en juego, que fue posible por el liderazgo de Perón.

1955-1958 implicó la apertura de las compuertas al capital extranjero y la irrupción masiva de las grandes corporaciones internacionales.

El poder estatal se tornó antiguo. La alta burguesía agraria terrateniente integró la clase dominante como un sector menor, aún + subordinado al capital oligopólico extranjero y nacional ubicado en la industria y en la banca. Hay una diferencia fundamental en el contenido de la alianza entre las clases dominantes nativas y el imperialismo: estará integrada por corporaciones industriales norteamericanas y de Europa continental, desplazando completamente al predominio de los capitales británicos.

El énfasis valorativo en la industrialización del proyecto para toda la sociedad y en el cambio tecnológico incesante aportado por los capitales extranjeros contrasta radicalmente con la visión oficial de una Argentina agropecuaria y exportadora, libre de ‘industrias artificiales’, de los ’20-’30.

EL PODER Y LA INDUSTRIA ANTES DE PERÓN

 

Hasta los ’20 la economía argentina estuvo signada por la estricta concepción de la división internacional del trabajo del imperialismo británico, sostenida por un sector económico social: el ganadero.

El esquema trascendía el esquema de la producción pecuaria al de la producción de alimentos para el M mundial, por lo que quedaban incluidas en el proyecto económico oficial algunas ramas industriales, además de los cultivos y la cría de ganado. Pero se limitaba a los productos primarios: aquellos que por diversas razones no podían o no convenían ser elaborados en el continente europeo.

La expansión de ramas industriales quedaba basada, al igual que la producción primaria, en la D externa.

La combinación de materias primas abundantes y de bajo costo con una D expansiva creaba las condiciones para el desarrollo de grandes unidades de producción no necesitadas de protección aduanera y suscitaba la presencia de inversión monopolista extranjera.

El proyecto económico dominante hasta los ’20 estaba sustentado en la alianza del sector ganadero local con Inglaterra.

Diversas tendencias internas y externas que operaban en la economía comenzaron a socavar su exclusivismo.

Empresarios ubicados en ramas distintas a las de elaboración de productos del agro se desarrollaron dificultosamente antes, durante y después de la 1° GM. Se manifestaron primero en forma corporativa a través de la Unión Industrial Argentina y la Confederación  Argentina del Comercio, la Industria y la Producción.

Los capitales norteamericanos y del continente europeo hacían sentir su presencia cada vez + activa disputando la primacía del capital británico. La expansión norteamericana en el comercio argentino de importación requería  la expansión de sus capitales en el país a fin de consolidar su influencia, y su orientación adquirió una diferente dirección que la de los británicos. El capital norteamericano llegó cuando los rubros tradicionales de inversión (ferrocarriles, servicios públicos) estaban copados por los británicos. Entonces sus capitales se orientaron a la industria liviana, fundamentalmente de bienes de consumo duradero.

En los ’20 estaban presentes subsidiarios directos de monopolios industriales. Así el proyecto económico oficial de limitación de la industrialización a la elaboración de materias primas del agro fue transgredido por los capitales nacionales marginales originados en sectores urbanos de clase media y por los monopolios industriales internacionales.

Este conjunto de empresas pequeñas/medianas/de cierta envergadura se dedicaron a los metales y sus manufacturas, máquinas, textiles: INDUSTRIAS ARTIFICIALES.

La prevención que provocaba la presencia de estas industrias desató una campaña tendiente a demostrar su inconveniencia y resaltas las bondades del ‘MÉTODO INDIRECTO’ de producción: Argentina podía proveerse de mayor cantidad de manufacturas y a menor precio, intercambiando su carne y granos con el exterior.

Este desaliento se tradujo en la política de protección aduanera y crediticia. Por ejemplo, la falta de actualización de los aforos aduaneros, que perdieron vigencia con el alza de los precios en la posguerra, reduciendo la protección efectiva.

En cuanto a la política crediticia, las posibilidades de acceso de las ‘industrias artificiales’ a la financiación bancaria eran inexistentes. Las carteras de los bancos eran absorbidas por los préstamos tradicionales al agro, comercio y vivienda.

No obstante las empresas industriales lograron subsistir y acrecentar su producción durante los ’20.

A la presión que ejercían los capitales industriales nacionales pequeños y medianos a través de la UIA y CACIP, y a la de las corporaciones industriales norteamericanas y europeas instalas en el país, se presentaron coyunturas favorables que reforzaron las posibilidades de satisfacer a los intereses sectoriales: elevación de aforos en 1923, restableciendo una protección efectiva de la tarifa.

La decisión tomada por el gobierno estuvo motivada por la necesidad de recuperar el nivel de recaudación aduanera en materia de derechos de importación. Sin embargo, esta medida favorable a la industria fue compensada selectivamente con la eliminación de la prohibición de exportar chatarra.

Hasta el fin de los ’20 es la industria de la alimentación la que se desarrolla en el país al calor de la política económica oficial y los capitales extranjeros y nacionales, alcanzando los mayores índices de concentración en cuanto a su valor de producción y el personal ocupado.

Fue el avance de la influencia norteamericana en el comercio de importación, donde llegó a predominar, y en éstas áreas tan estratégicas como la energética y el transporte, la que provocó la cerrada defensa de los intereses británicos-ganaderos alrededor del lema ‘comprar a quien nos compre’.

Con la elevación de los aforos en ’23 se tuvo el anticipo de una política de compromiso a nivel del Estado, que permitiera la incorporación al sistema de nuevos sectores emergentes de la dinámica histórica, con alteraciones mínimas a la hegemonía de los intereses ganaderos y británicos. El desplazamiento de los criterios discriminatorios de la producción  industrial dejará mayor apertura para ciertos sectores, principalmente el textil. Las industrias metalúrgicas  son las que conservarán el calificativo discriminatorio de ‘industria artificial’.

Tras la gran crisis mundial de ’30, el control de las I que comenzaron a ejercer todos los países determinó una drástica reducción de nuestras X y una disminución correlativa de nuestra capacidad para importar, lo que tornó insostenible al ‘método indirecto’.

La limitación del intercambio comercial imposibilitaba la adquisición de manufacturas en el M mundial, a menos de caer en un déficit continuado y desmesurado endeudamiento externo.

En ’33, la clase dirigente se vio obligada a adoptar una serie de medidas de intervención. Sin embargo, la adecuación fue orientada a la vieja clase dirigente. La solución: SUSTITUCIÓN de las I + prescindibles por producción nacional. El desarrollo de las actividades industriales locales alteró en la menor medida posible la estructura económica existente y las relaciones comerciales.

A partir de 1933, se gestó una nueva alianza entre sectores agrarios e industriales, bajo la hegemonía de los primeros.

La burguesía agraria como la industrial estaban diferenciadas internamente, lo que tomó carácter de fraccionamiento en ’30. La disminución del ingreso nacional por la reducción del M externo y a sus consecuencias en la crisis interna se descargó sobre los sectores asalariados. Cada sector quería evitar que sus ingresos disminuyeran en razón a la crisis, o sea que ésta no los afectara y pudiera ser descargada sobre otros sectores, y de quedar lo mejor colocados posibles luego de los ajustes. El fraccionamiento pasaba por la distinción entre industrias ‘naturales’ y ‘artificiales’. Esta diferenciación se manifestaba neta y visible por parte de la burguesía agraria, mientras que el empresario industrial estaba en pleno crecimiento y no existía una cristalización clara de los intereses contrapuestos. Además en la burguesía rural los intereses marginados – criadores – se manifestaban públicamente a través de la Confederación de Asociaciones Rurales de Bs. As. y La Pampa, mientras que los sectores marginados de la burguesía industrial no tuvieron una organización equivalente y permanecieron representados por la UIA.

En ’43, la contraposición de intereses dentro de la burguesía industrial se manifestó con la división encabezada por Miranda en la UIA y el desarrollo de los movimientos empresarios del interior (confluyeron en la creación de la Confederación General Económica). Los industriales metalúrgicos se manifestaron a través de Cámaras específicas.

La alianza del ’33 al amparo de la conducción económica de Pinedo en el Ministerio de Hacienda abarca sectores agrarios invernadores representados por la Sociedad Rural Argentina y a los industriales representados en la UIA por Colombo. La alianza se hizo posible por la ampliación del espectro de producciones industriales permisibles y necesarias para el funcionamiento del sistema desde la gran crisis del ’30.

Factores que incidían en la cortedad de conciencia de la burguesía industrial para ponerse un proyecto nacional articulado a partir de sus propios intereses:

Hay una falta de conciencia a la existencia misma de un sector social que pudiera denominarse burguesía industrial nacional. El grueso de la producción industrial ha sido siempre controlado por monopolios extranjeros y nacionales emparentados, y el resto de la actividad ha permanecido en manos de industrias pequeñas o medianas atadas a aquellas por lazos financieros o por su carácter de empresas auxiliares o proveedoras.

Por otro lado, en el origen de las empresas industriales argentinas que se encuentran los capitales agrarios y el acceso de nuevas capas sociales a la propiedad empresaria industrial nunca tuvo mayor significación. Aquí se enfatiza la magnitud del proceso de concentración monopólica.

El extraordinario crecimiento del sector económico de las empresas medianas y pequeñas, en particular las industrias nuevas, se produjo en gran medida movilizando los ahorros urbanos y reclutando sus titulares  entre sectores medios y de origen inmigratorio, a diferencia del nucleamiento social respecto a la burguesía agraria, la cual había estado presente en el origen del desarrollo de las industrias de alimentos, pero no así de las nuevas ramas industriales ‘artificiales’ que cobraron incremento después del ’30, particularmente las metalúrgicas y textiles.

La otra fuente de alimentación del proceso industrial fue el capital extranjero, del cual surgieron nuevos rubros industriales en condiciones monopolistas.

Esto nos lleva al problema de la integración de los extranjeros a nuestra sociedad nacional. Al mantenerse alejados los extranjeros de toda actuación política y del voto popular, abandonan el único terreno en que se podía librar decisivamente la lucha por un proyecto global para el país. La no naturalización impedía la actuación política de los empresarios inmigrantes dentro de los elencos dirigentes partidarios, y éstos no tenían ninguna urgencia por representar en sus postulaciones programáticas los intereses de los sectores que no les proporcionaban ningún caudal electoral, sencillamente porque no votaban.

En los ’30, fue la extraordinaria expansión de la actividad textil, favorecida por la existencia de materias primas agropecuarias – lana y algodón, y fue la que menos resistencia ofrecía desde el punto de vista de la concepción de las ‘industrias artificiales’ y permitía sustituir uno de los rubros + cuantiosos de importación. Surgieron otras nuevas ramas como la de maquinaria, artefactos eléctricos y neumáticos, sobre la base de capitales extranjeros, dado que ofrecían un M que reunía condiciones muy favorables para la inversión monopolista: inexistencia de productores locales, una tasa de crecimiento muy dinámica, y una competencia de importación muy limitada por la escasez de divisas.

La participación del capital extranjero en la creación de nuevas industrias fue importante, pero se dio en forma simultánea a una movilización de ahorros nacionales hacia el sector, que determinó un aumento en la participación absoluta y relativa del capital local y se corporizó en un crecimiento de la cantidad de empresas industriales.

La incorporación masiva de nuevas industrias se produjo en estratos de las empresas medianas y pequeñas, dominados por el capital nacional, mientras que los capitales internacionales predominaban en el estrato de las empresas grandes, acompañados por capitales monopolistas locales. 

El desarrollo del proceso produjo consecuencias no deseadas por sus iniciadores. El desfavorecimiento oficial no fue suficiente para impedir el crecimiento paralelo de las industrias metalúrgicas.

La duplicación numérica de la clase obrera pasó a ser el principal rubro ocupacional y, al nutrirse en sus nuevos contingentes de población de origen rural, pasó a tener otras características políticas, nacionalizando la acción sindical y permitiendo el cuestionamiento efectivo de la dominación oligárquica a partir de consignas que englobaron a otros sectores sociales en un movimiento nacional antiimperialista.

La burguesa media rural (a través de cooperativas agrarias) y el proletariado rural aportaron su caudal electoral y su apoyo político a través de organizaciones políticas y gremiales locales y provinciales.

El aislamiento de la economía nacional durante los años del período bélico había favorecido su desarrollo independiente y ampliado el M interno de consumo para las manufacturas locales. La expansión de dicho M, concentrado en Bs. As. reunía una población numerosa, con una alta composición de clase media y buen poder adquisitivo.

Durante los años de la 2° GM el crecimiento de la producción industrial se hizo extensivo también a las ramas tradicionales, debido al incremento de la D interna en función de los altos niveles de empleo, la incorporación de amplios sectores de la población al estilo de vida y consumos urbanos y a la política de los ingresos de los sectores asalariados.

La orientación económica  de 1943 recogería las reivindicaciones de la burguesía industrial, juntamente a las de+ integrantes del movimiento nacional, logrando plasmar una política integrando las contradicciones de los intereses.

 

CAP 1: PROYECTO ECONÓMICO Y DESARROLLO INDUSTRIAL EN LOS ‘20

 

Hasta la 1° GM la industrialización surge en forma espontánea y se encamina por los cauces fáciles y pocos conflictivos de la elaboración de la producción agropecuaria nacional en constante auge.

Esta industrialización contaba con beneplácito general, debido a que los bajos costos de la materia prima permitían prosperar sin la necesidad de protección aduanera.

Esto pone en relieve el conflicto latente de sectores internos con otro tipo de industrialización, que se basara en otras materias primas (siderurgia y metalurgia). Las pequeñas empresas industriales nacionales en las ramas metalúrgicas tropezarán con dificultades para desarrollarse, debido a que por sus mayores costos de materia prima y escala de producción, requerían mayor protección arancelaria. Esta fue retaceada por el gobierno, apoyado en la resistencia mancomunada de los exportadores ingleses y los comerciantes locales de esos productos, el sector agrario exportador y grupos políticos.

Características determinantes del nacimiento de la industria en Argentina:

  1. necesidad o falta de protección aduanera.
  2. existencia de D externa.
  3. Combinadas las circunstancias anteriores, es decir elaboración de materias primas agropecuarias de bajo costo y D externa, determinan el tercer factor que dinamiza el desarrollo de grandes unidades de producción: capital extranjero que asegura la financiación.

La industria argentina nace con una característica que tenderá a hacerse constante a lo largo de toda su evolución: el capital extranjero y las grandes empresas constituirán variables ligadas de tal forma que se presentarán casi siempre juntas.

El papel que juegan la protección arancelaria y la D van a variar. Si bien la inversión extranjera  adquirirá casi siempre la forma de grandes empresas, se va a dar también el caso generalizado de grandes empresas de capital nacional privado y estatal.

Tanto los frigoríficos como los molinos harineros y las fábricas de extracto de quebracho tenían un importante M en el exterior y se desarrollaron fundamentalmente en base de capitales extranjeros.

Las bodegas y los ingenios azucareros prestan casos diferentes. Pudieron desarrollar unidades relativamente grandes de producción gracias a la protección que se les brindó contrariando la política económica vigente (resultado de una herencia del siglo anterior: concesiones a Tucumán y Mendoza para asegurar su apoyo a la organización nacional. La alianza política con las clases dominantes de estas provincias era vital para dominar la rebeldía de las provincias + débiles).

La intervención del capital extranjero hasta la 1° GM se concentra casi exclusivamente en la gran industria con M en el exterior, o sea los frigoríficos (británicos y norteamericanos) y fábricas de extracto de quebracho (europeos). Las bodegas e ingenios azucareros por la burguesía dominante de Mendoza y Tucumán y la industria lechera por la del Litoral. 

Esta participación limitada a las grandes industrias con M en el exterior es característica del capital británico, cuyas inversiones estaban asentadas en servicios públicos, finanzas y comercio. Recién en los ’20  se desarrolla una corriente de capital extranjero interesado en la inversión en manufacturas para el M interno. Pero mientras tanto la industria del M interno se desarrolla con capitales nacionales en pequeñas unidades casi artesanales encontrando resistencias en el gobierno y resto de los sectores. Hay elaboración de bienes de consumo no duraderos: cerveza, cigarrillos, fideos, galletitas, jabón, en pequeños talleres artesanales, que adquieren su máxima expresión en la confección de prendas de vestir, por la cantidad de unidades y de personal ocupado.

La pequeña empresa nacional se multiplica en tres rubros auxiliares. Fabricación de materiales para la construcción, de implementos para la agricultura, y la reparación de material ferroviario.

La 1° GM trae dificultades del abastecimiento desde el exterior que permiten el surgimiento de nuevos talleres. Pero una vez terminado el conflicto se reanudan las I.

Los reclamos de los industriales afectados mediante la UIA no tenían presión suficiente para revertir la situación. Tenían que enfrentar la coalición de los intereses británicos con los importadores y exportadores locales. La debilidad de la UIA se hace patente en el todo de sus boletines y en el surgimiento de organizaciones que competían con ella: Asociación del Trabajo y la Confederación del Comercio, la Industria y la Producción (CACIP).

 

El proyecto económico y su fundamentación

 

La oposición de los sectores ganaderos dominantes a todo proyecto de industrialización se fundamentaba en la teoría clásica de los costos comparados de Ricardo.

Por el MÉTODO INDIRECTO la Argentina podía proveerse de mayor cantidad de productos manufacturados, y a menor precio para el consumidor, a fin de satisfacer el consumo interno nacional. Aceptando la teoría de los costos comparados de producción favorecía la localización de la producción  industrial en GB. El proyecto propuesto  implicaba que los argentinos podíamos cubrir indefinidamente nuestras necesidades de productos industriales por esta vía.

LIMITACION INEVITABLE:

  1. suponía que nuestra producción agropecuaria podía seguir creciendo indefinidamente al ritmo que lo había hecho así como nuestras I.
  2. Además, la elasticidad ingreso de la D mundial de la producción industrial era superior a la de la producción agropecuaria. La elasticidad ingreso diferencial de los productos que se intercambiaban tenía que llevar a su vez a una tasa creciente de aumento de las X inglesas de manufacturas y a una tasa decreciente en el aumento  de las X argentinas de alimentos. El desequilibrio en el intercambio invalidaba la posibilidad de satisfacer continuadamente el consumo nacional de manufacturas.

Los británicos como todo buen comerciante tenían otros abastecedores. Entonces mientras pretendían la exclusividad en nuestras I no nos garantizaban la exclusividad de nuestras X.

La industrialización del país, con su obligada consecuencia de sustitución de producción importada por producción nacional, estaba vista como una amenaza directa a los intereses de los productores agropecuarios al reducirles sus M. Así, la lógica de concepción de la oligarquía pampeana se cierra y sus intereses se confunden con los del país. La producción agropecuaria es + barata que la industrial y por el método indirecto los consumidores nacionales pueden procurarse manufacturas que necesitan en mayor cantidad y menor precio. Entonces, lo que reduce M para el agro perjudica directamente a los interesados y al país. El interés comercial era mutuo: nosotros necesitábamos exportar y los ingleses importar. El número de países demandantes de carne en el M internacional es muy superior al de oferentes, lo que nos daba una ventaja para negociar. Si Argentina corría peligro de perder parte de su M de exportación, también GB corría peligro de perder parte del suyo.

La política arancelaria y las I

 

Luego de la protección de hecho creada por la 1° GM no existieron medidas oficiales que la consolidaran, desprotegiendo a muchas industrias nacientes.

Los derechos aduaneros o de importación se aplicaban en forma de porcentajes sobre el valor de las mercaderías importadas. Los valores sobre los cuales se aplicaban los derechos de importación eran establecidos oficialmente por una tarifa de avalúos denominados valores de tarifa o avalúos o aforos aduaneros (actualmente precios índices u oficiales).

Si los precios reales de M ascendían y los aforos aduaneros permanecían fijos, la protección efectiva a la industria disminuía.

La tarifa de avalúos vigente databa de 1906 cuando se establecieron simultáneamente los derechos de importación y los aforos correspondientes a la clasificación total de los productos de importación. Los aforos permanecieron constantes hasta 1920. Durante los años que corrieron hasta la 1° GM los precios ‘reales’ de la importación aumentaron mientras que los aforos permanecían constantes. Durante los años de guerra los precios reales de importación tuvieron un incremento vertiginoso, pero se creó una protección de hecho que permitió a la industria local desenvolverse sin competencia por parte de la importación. El problema se trasladó a la posguerra, y en 1920, los precios reales se habían triplicado pero los aforos seguían constantes.

Esta situación vía aforos ocasionaba una grave desprotección a la industria. En 1920, hubo un ajuste parcial, elevando un 20% todos los valores de tarifas de avalúos. Ello coincidió con un descenso de los precios reales de importación debido a la normalización de la situación europea. Por la acción conjunta de elevación de los aforos y el descenso de los precios internacionales se recuperó en gran medida la protección efectiva perdida, lo que no satisfacía a los sectores interesados.

En 1923, el gobierno introdujo una nueva elevación de la tarifa, lo que tuvo un efecto decisivo para recuperar el equilibrio entre los aforos aduaneros y los precios reales del M. Adquirió nuevamente plena vigencia la protección arancelaria nominal establecida en 1906, que fue elevada posteriormente en los años de la crisis mundial.

El sector industrial tuvo un aliado decisivo en el mismo gobierno: el desajuste entre el valor de tarifa de I sobre el cual se aplicaban los derechos de aduana  los valores reales afectaban directamente a las recaudaciones fiscales del gobierno, que disminuían en forma correlativa.

Evidentemente, los intereses de los sectores industriales coincidieron muy estrechamente en esta oportunidad con los del Estado, ya que ambos se veían perjudicados seriamente con la situación vigente. Cualquier oposición de los sectores importadores y ganaderos tropezaba con un equilibrio de fuerzas difícil de quebrar.

Otro factor que influía sobre la industria favoreciendo o desalentando la competencia de las I era el tipo de cambio. La relación del peso papel con el oro, la libra esterlina o el dólar, podía estimular o desestimular las I. A partir de 1925 el peso comienza a valorizarse rápidamente. La evolución del tipo de cambio habría desalentado las I entre 1920-24 y las habría favorecido a partir del ’25 y hasta el ’29. En 1931 el peso papel sufre una fuerte devaluación.

El juego de este factor es exactamente inverso al de los aforos aduaneros, cuyo retraso respecto de los precios reales en la primera ½ de la década favoreció las I, mientras que su acercamiento posterior las desfavoreció. La influencia del tipo de cambio sobre las I era menos directa y decisiva.

Hay que considerar los niveles de los derechos nominales de importación en sí.

El problema + agudo de la década no radicaba tanto en el nivel de los derechos de importación como en la falta de actualización de los aforos aduaneros.

Otro factor de importancia era las I que entraban totalmente libres de derechos, alrededor de un 30% del total importado.

También incidía el hecho de que los aforos aduaneros se establecían por tipo de artículos y no discriminaban las diferencias de precios reales basadas en la distinta calidad. Se aplicaba el mismo derecho de importación, sobre el mismo valor de tarifa, a productos que variaban de precio real en función de su calidad. Cobraba vital importancia si la fijación del aforo se hacía al nivel del precio del producto + ordinario (+ frecuente) o de mejor calidad.

Las + desfavorecidas eran las industrias metalúrgicas. El desnivel de los precios locales respecto a los internacionales era + grande, y los aranceles eran insuficientes. Eran ellas las que concitaban los ataques + fuertes de los sectores librecambistas, que argumentando la ‘falta de minas’ las convertían en industrias ‘artificiales’. Los industriales respondían haciendo referencia a la disponibilidad de chatarra, rieles usados, como base para la sustentación.

En 1915, con la guerra y la disminución de los abastecimientos normales de importación, el gobierno dispuso la prohibición de exportar chatarra, lo que favoreció a la industria metalúrgica que se expandió por la disponibilidad abundante de materia prima y de una protección de hecho. En 1924, se levantó dicha prohibición creando una difícil situación.

Los ’20 en general fueron de gran prosperidad, por el incremento de la oferta nacional, tanto en la producción industrial como de X de origen agropecuario. La relación de los precios entre los productos de exportación  y de importación, entre 1925 y 1930, favoreció a los primeros. Ello implicaba una capacidad para importar considerablemente incrementada que fue aprovechada sólo en parte, ya que las I crecieron bastante menos que las X, lo que se tradujo en saldos favorables en el balance comercial de 1927-28-29.

Como conclusión, el proyecto librecambista de los sectores ganaderos no gozaba del predominio indiscutido. La elevación de los aforos en 1923 demuestra ciertos límites en sectores desfavorecidos que se mantenían activos.

 

Antes de la crisis

 

El período anterior a la crisis se cierra con una desequilibrada economía, desarrollada unilateralmente sobre el agro, y altamente dependiente de las I industriales para el consumo de la población.

La 1° GM dio impulso a la producción industrial nacional. La escasa protección posterior bajó su  participación en la D total, pero manteniéndose encima de los niveles de preguerra. El advenimiento de la crisis del 30 determina un nuevo salto en la participación de la industria en el consumo nacional y en su composición.

Las I gruesas de la época correspondían a productos de la industria textil y de las metalúrgicas (metales, vehículos, maquinarias).

La crisis del 30 y sus secuelas sobre el comercio internacional obligarán a efectuar un viraje a la política oficial en materia de industrialización, facilitado e impulsado por el surgimiento de una nueva potencia hegemónica que penetrará al capital británico.

CAP 2: COMERCIO EXT. E INVERSIONES INDUSTRIALES EXTRANJERAS EN LOS 20

 

 Las conexiones primordiales están constituidas por el comercio exterior y los movimientos de capitales.

Inversiones:

§       Directas del capital extranjero: radicación de empresas e instalaciones fabriles en el país. Carácter + duradero y crea lazos de dependencia. Menor movilidad, mayor permanencia e imbricación a largo plazo.

§       De Carácter financiero: compra de títulos públicos argentinos originados en empréstitos del gobierno. Carácter + temporario y, en crisis, pueden ser vendidos en forma relativamente rápida.

Los movimientos internacionales de capitales están íntimamente asociados al comercio exterior. Los países inversores dirigían sus capitales a aquellos con los que mantienen un comercio + intenso.

Cuando los países dominantes son fuertes importadores de productos de un país dependiente, las inversiones tienen un doble objetivo económico y político de asegurarse la fuente de aprovisionamiento y de compensar las erogaciones en divisas que ocasionan las I con las ganancias que obtiene de su elaboración y comercialización. (Asegurarse ese M de exportación – GB -  y fomentar su expansión en la misma dirección – EEUU; Europa intercambio equilibrado).

 

Comercio exterior hasta la crisis del ‘30

 

Hay igualdad de dependencia de nuestro comercio exterior con las 3 áreas desde 1900. En 1910, el comercio global con Europa continental igualaba el comercio con GB, y las I de ese origen superaban ampliamente las inglesas. El comercio con EEUU mantiene características constantes como los saldos a su favor en nuestro intercambio bilateral.

 

 

I:

Antes de la 1° GM

50% Europa Continental

35% GB

15% EEUU

X argentinas:

Antes de 1° GM

50% GB

50% Europa continental (Alemania para aquella época superaba a EEUU, y queda relegada por la posguerra).

Las dificultades de comercio con Europa debido a la acción de la flota alemana permitieron a EEUU penetrar con sus productos en rubros de importación antes retenidos sólidamente por otros países. En los ’20 las I norteamericanas superaron ampliamente a las británicas.

I Posguerra:

30% Europa Cont.

17% GB

26% EEUU

La desigual distribución de I y X por áreas geográficas tenían consecuencias políticas, ya que favorecía a EEUU que obtenía saldos positivos. Nuestro país equilibraba el saldo negativo de su comercio con EEUU con los saldos positivos por los mismos montos que le dejaba su comercio con GB. Con Europa se compensaba las X con las I.

La situación no era del agrado de GB por lo que la vía + directa de presionar a la Arg para lograr un trato preferencial, formal o de hecho, era mediante los grupos internos + interesados en las X al M inglés: ganaderos, para quienes el M inglés era una necesidad insustituible, ya que absorbía casi el 60% de la producción de carne y era casi el único M donde colocar los saldos exportables. Los sectores agrícolas tenían una D externa diversificada y el sector comercial importador tenía canales comerciales muy diversificados y una multiplicidad de proveedores. El sector industrial veía con hostilidad el comercio de I que se contraponía con sus intereses. La Soc. Rural asumió la defensa de la alianza: ‘Póngase en práctica: comprar a quien nos compra’. Orientar nuestras compras hacia donde está la conveniencia. Evidentemente el país que nos compraba era GB. Se trataba de orientar nuestras I hacia GB, y alejarlas de EEUU, cuya política proteccionista constituía un ‘peligro para nuestro desarrollo’, para nuestras X.

 

Orientación de los K de GB, EEUU y Europa cont, hasta ’20.

 

1900: EEUU y Alemania disputan con GB sus posiciones en la Arg. Hasta la 1° GM el competidor + peligroso de GB era Alemania, cuyas inversiones estaban aplicadas a compañías de generación de energía eléctrica, empresas tranviarias y de electricidad del interior; tb títulos de Estado, en bancos y otras actividades comerciales e industriales.

EEUU: sus primeras radicaciones fueron los frigoríficos, que se instalaron en vísperas de la 1° GM: Swift 1907; Armour 1913 y Esso 1911.

La situación financiera de Europa después de la guerra fue difícil y la convirtió en deudora de EEUU, que dio un impulso meteórico en sus inversiones. Se perjudicaba GB tanto como Alemania.

Hay un descenso en las inversiones de GB en 1923 por las dificultades de la guerra y posguerra, se recuperan en 1927 y vuelven a caer en ’31. Europa continental tiene una evolución similar.

La lucha se concentraba en los servicios públicos, actividades industriales, bancarias y comerciales y emisiones de títulos públicos.

No consideramos las inversiones en ferrocarriles, donde GB había puesto pie decisivamente imposibilitando la acción de cualquier otro competidor. En 1931, los K extranjeros en los sectores distintos al ferrocarril, eran:

40% Europa                30% GB                       30% EEUU

EEUU se instala en un rubro relativamente tradicional: carne, donde introduce adelantos tecnológicos importantes. Su K encontró inicialmente una acogida favorable de los grupos nacionales ganaderos. El monopolio frigorífico anglo-argentino enfrentaba oposición por parte de los productores por los bajos precios del ganado que hacía prevalecer en el mercado y la primera consecuencia del ingreso de los frigoríficos de EEUU fue una mejoría de los mismos, porque provocó una valorización en el precio del ganado. La misma posición mostraban la Soc. Rural y los diputados.

En los ’20 perderá el apoyo del sector ganadero frente a la amenaza de perder el mercado GB. Además las inversiones industriales EEUU de posguerra amenazaban con alteraciones importantes al proyecto de los sectores ganaderos dominantes, de industrialización limitada a las materias primas.

GB, gran importadora mundial de materias primas y alimentos, pudo postular una % internacional de trabajo en la se reservaba las actividades industriales dejando a los demás países las actividades primarias, ya que tenían algo que ofrecer a cambio.

EEUU, productor mundial de materias primas y alimentos, igual que Arg, y su política proteccionista, cerraba las puertas de su M. Ello determinó que buscara formas distintas de expansión, que con países no podía establecer a través del intercambio comercial tradicional. Entonces orientó su K hacia la industria de bienes de consumo duradero.

La participación de EEUU en la industrialización  de la Arg creó nuevas formas de dependencia comercial, lo que implicó que la balanza comercial de nuestro país con EEUU fuera siempre deficitaria. Siempre se compensó con los excedentes que obteníamos de nuestro comercio con GB, que ese a sus presiones y amenazas nunca pudo prescindir de nuestra carne.

El K y trabajo nacional fueron los protagonistas principales que encontrarán su oportunidad de expansión a partir del ’30, sobre todo en 1943.

CAP 3: EL PROYECTO ECONÓMICO DE LOS ‘30

 

Cambios en la economía mundial y sus efectos sobre la Argentina

 

La crisis mundial del ’30 obliga a introducir cambios no deseados por los sectores dirigentes, pero impuestos por la fuerza de las circunstancias.

4 consecuencias, que provocan modificaciones duraderas en la estructura económica de Arg:

  1. derrumbe del comercio internacional
  2. cambios en los montos y origen de los movimientos de K
  3. la crisis de las políticas económicas liberales y su sustitución por las políticas autarquizantes e intervencionistas en los países centrales
  4. el traspaso definitivo de la hegemonía económica mundial de GB a EEUU.

El derrumbe del comercio mundial fue el que incidió a la disminución de los movimientos de K en búsqueda de oportunidades de inversiones en el extranjero. Determinó que las políticas liberales en materia de importación debieran ser sustituidas por políticas tendientes al autoabastecimiento, ante la imposibilidad de procurarse las divisas por medio del intercambio. Hay un reemplazo de las importaciones por producción nacional, que se vio reforzada por la necesidad vital de dar empleo a las masas de desocupados jamás vistas. La única manera era la intervención estatal.

Entre 1929-33 el valor de las X argentinas bajó casi 50%. No correlacionado con un descenso en el vol físico, que se mantuvo en los niveles de preguerra, sino una reducción de precios de nuestra producción exportable, lo que ocasionó una drástica reducción de nuestra capacidad de importar.

El comercio mundial siguió deprimido hasta la 2° GM. Las políticas intervencionistas y las barreras aduaneras implementadas con carácter temporario para salir de la crisis adquirieron permanencia, lo que impidió a la economía mundial retomar los cauces del libre cambio.

Esto obligó a la Arg y el gobierno conservador a implantar un conjunto de medidas, que incluyó entre otras el control de cambios, la limitación de las I, y la elevación de los derechos de I, que iban a implicar modificaciones importantes para el proyecto de industrialización limitada.

A partir de la crisis, EEUU, asume un papel hegemónico. El episodio bélico desequilibró la relación de fuerzas, convirtiendo a EEUU en país acreedor de Europa y en condiciones de imponer sus propias reglas de juego a la economía mundial. Cesaron de ser deudores para convertirse en acreedores financieros.

En Arg, EEUU acentuó la orientación de sus K hacia la industria, al mismo tiempo que comenzó a rescatar sus inversiones de empréstitos y títulos públicos. El incremento paulatino de las inversiones directas durante loa ’30 hasta la guerra tuvo una significación cualitativa y estructural más importante que la disminución de inversiones en títulos públicos. Las de GB tuvieron descensos apreciables en ambos rubros, las europeas bajaron drásticamente en títulos públicos pero se sostuvieron en las inversiones directas.

 

Muerte y resurrección del ‘Método Indirecto’

 

La situación por la crisis del ’30 determinó un replanteo profundo del proyecto económico de la oligarquía dominante. Era evidente la imposibilidad de aplicación del ‘método indirecto’ para la satisfacción del consumo nacional de manufacturas. El control cuantitativo y cualitativo de sus
I que ejercían países centrales, como GB, impedían ya no que nuestras X se expandieran sino que recuperaran los niveles de los ’20.

El método indirecto se quebró por la necesidad de ajuste impostergable a las nuevas condiciones externas. No fueron razones de interés nacional las que llevaron al abandono de la política económica anterior, sino urgencias inmediatas que obligaron a actuar. Había concluido la etapa histórica de desenvolvimiento bajo estímulo directo de la economía europea. No éramos lo suficientemente grandes para torcer las corrientes de la política económica mundial, mientras las grandes potencias ponían trabas. A la industria nacional le toca entonces resarcir a la economía nacional de las pérdidas por la brusca contracción del comercio exterior. Se da una reformulación de la relación entre el desarrollo del agro y la industria argentina durante los ’30.

La reformación del proyecto económico se da por la imposición de las circunstancias externas que obligan un ajuste, y no se trata de un nuevo proyecto sino del viejo proyecto adaptado a las nuevas condiciones.

El impulso industrializador de ’30, originado en la necesidad de sustituir I, va a tener un carácter limitado, ya que la sustitución de I tenía por único objetivo recuperar el equilibrio en el balance comercial y la industrialización no debía superar los límites requeridos por ese objetivo. La intención no era constituir un sector industrial integrado que satisficiera las necesidades del consumo de la nación y proveyera a su independencia económica, ya que eso debía contemplar el desarrollo de todas las ramas de la industria, procurando establecer eslabonamientos verticales de las de bienes de consumo final hacia atrás.

Las X habían descendido drásticamente y las I no podían mantenerse a los niveles anteriores sin recurrir a un déficit continuado del balance comercial y a un endeudamiento externo. Tampoco se podía pretender la reducción del consumo nacional de manufacturas a la mitad de la precrisis.

Se debía reemplazar las I + prescindibles, o sea aquellas que alteraran en menor medida la estructura económica existente y las relaciones comerciales. SUSTITUCIÓN DE I.

Las consecuencias escaparon al control de sus iniciadores a partir de 1943.

 

Política arancelaria e I.

 

1931: la política oficial se vio obligada a adoptar medidas explícitas para limitar las compras en el exterior a la reducida capacidad de importar del país, cuyas consecuencias fueron el fomento de la producción manufacturera local al debilitar la competencia de lo importado.

Las herramientas disponibles para actuar sobre el régimen de importación:


 

§       en forma directa

o        derechos de importación

o        aforos aduaneros

§       en forma indirecta

o        tipo de cambio

o        control de divisas


 

 

En 1931-32, se efectuaron elevaciones de aforos y se estableció un derecho adicional del 10% a todas las mercaderías de importación.

En 1931, se dio la depreciación del peso, equivalente a una devaluación de alrededor del 40% que tuvo influencia adicional en el desaliento de las I.

Al centralizar en sus manos la disponibilidad de divisas provenientes de la X, el gobierno podría redistribuirlas en forma limitada, controlando la capacidad de importar. Además permitió orientar las compras al exterior hacia determinados países.

En 1933, el pacto Roca-Runciman (c/GB) dispuso la rebaja de algunos derechos y aforos aduaneros y el desdoblamiento y reclasificación de partidas de la tarifa de avalúos. Las consecuencias del pacto en nuestras X se reflejaron en el afianzamiento del monopolio frigorífico y en la discriminación a los productores ganaderos.

En la disminuida capacidad de importar de Arg, GB logró prácticamente mantener sus posiciones, descargándose todo el peso de la reducción de nuestra capacidad de compra sobre EEUU.

El funcionamiento del control de cambios permitía operar con mucha mayor selectividad sobre el origen de las I. Los exportadores eran obligados a vender su divisas a la Comisión de Control de Cambio, y ésta las vendía a su vez en remate público entre los titulares de permisos de I, que se asignaban con prioridad a los importadores de los países con los que tenían un balance comercial deficitario con Arg (principalmente GB).

El grupo dirigente, sostenedor de la doctrina del libre cambio, de la teoría de los costos comparados y de la virtud de guiarse exclusivamente por los precios presentes de la producción, abandonó esos principios orientando nuestras compras hacia un proveedor, cualquiera fueran sus costos y sus precios comparados con los de otros orígenes.

 

 

 

 

CAP 4: EVOLUCIÓN DE LA INDUSTRIA HASTA FIN DE 2° GM

 

Orientación del proceso de industrialización.

 

Las I que mejor se adecuaban a ser sustituidas con mínimas alteraciones eran las TEXTILES. Arg había comenzado manufacturando alimentos, contrariamente a la experiencia histórica de desarrollar inicialmente la industria textil.

Los productos textiles constituían, junto con los metalúrgicos, el grueso de las I de  bienes de consumo para la población. Arg contaba con la materia prima agropecuaria para sustentar el desarrollo de esa industria: lana y algodón. Además, era una industria de fuerte insumo de mano de obra.

El desarrollo de la producción textil, comparativamente con la metalúrgica, era el que menos resistencia ofrecía dentro de los términos de la campaña contra las ‘industrias artificiales’.

Rubros de las I que más pesaban sobre el balance comercial:


 

o        textiles y vestimenta

o        metales

o        maquinarias, vehículos y equipos

o        productos químicos y farmacéuticos


 

Eran los rubros industriales en los que la producción nacional estaba menos desarrollada. Por lo tanto, van a recibir un impulso importante en este período de sustitución de I.

En el caso de las industrias de maquinarias y artefactos eléctricos y de productos derivados del caucho, las I no alcanzaban magnitudes decisivas de I, pero reunían características particularmente propicias para el proceso de sustitución: 1) tienen una demanda sumamente dinámica en lo inmediato en razón del proceso acelerado de electrificación y 2) de la ampliación del parque automotor.

 

El M industrial

 

Arg era uno de los M más populosos de América Latina, con Brasil y México. La D no es sólo en función del n° de habitantes sino de su poder adquisitivo. Capital y GBA concentraban el 30% de población total.

Buenos Aires era indiscutiblemente el principal M de productos manufacturados del país (no el único: Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca, Santa Fe, La Plata y Tucumán).

Buenos Aires era el centro óptimo de localización industrial, al reunir en el mismo lugar un M numeroso, concentrado y de alto poder adquisitivo; abundante mano de obra de excelente nivel cultural; fácil acceso a las materias primas gracias a la red ferroviaria y del exterior por el puerto; y la disponibilidad de una satisfactoria red de servicios de infraestructura.

 

Inversiones industriales extranjeras en ‘30

 

Las inversiones directas de EEUU anteriores a la crisis del ’30 se orientaron en ramas industriales nuevas, ya que Europa continental y GB se concentraban en servicios públicos, comercio, finanzas e industrias tradicionales.

Dichas inversiones de EEUU se radicaron como filiales directas de las grandes firmas industriales de EEUU, pero probablemente la mayoría de ellas operaron inicialmente como importadoras y distribuidoras de sus casas matrices. La restricción de las I con motivo de la crisis del ’30 les dio la oportunidad de  comenzar decididamente con las operaciones propiamente dichas, o sea con el armado y montaje a partir de componentes importados.

A estas empresas industriales se sumaron en los ’30 otras nuevas:

  1. textiles: Sudamtex
  2. maquinarias y artefactos eléctricos: Philco
  3. En productos derivados del caucho: Good Year y Firestone
  4. Farmacia y tocador: Pond’s y Johnson y Johnson

De Europa continental podemos decir:

*Antes de la 1° GM encontramos: frigoríficos británicos, la Shell y la Cía Nobleza de Tabacos

*Años ’20: radicaciones europeas como Cinzano, Cervecería Bieckert, FIAT

*Años ’30:

-          Alimentos y bebidas: Nestlé – Sunchard

-          Metales y Maquinarias: Olivetti, CAMEA

-          Maquinarias y Artefactos eléctricos: Phillips, Osram

-          Productos del caucho: Pirelli y Cia.

-          Productos químicos: Duperial

-          Productos farmacéuticos y medicinales: Cooper.

Entre 1931-40, se produce un cambio en el monto y composición de los K extranjeros en Arg. El monto total invertido disminuye globalmente.

Son las inversiones en títulos públicos de los 3 orígenes las que reciben el impacto de la crisis, reduciendo sus niveles absolutos hacia 1940.

Los K de EEUU destinados a las actividades industriales aumentan entre 1931-40; los de Europa continental se mantienen constantes y los de GB sufren un descenso apreciable.

Se produce un cambio cualitativo y cuantitativo fundamental en las inversiones extranjeras en el país a fines de la década del ’30 y durante la 2° GM.

Los K invertidos disminuyen en forma absoluta y a medida que crece la economía nacional pierden significación en el conjunto. Cambia radicalmente la orientación de los K, que van desapareciendo progresivamente del área de los títulos gubernamentales y de los servicios públicos, que era donde se habían radicado masivamente, excepto EEUU.

Esta tendencia se va a acentuar en la posguerra con la nacionalización  de la mayoría de los servicios públicos y la repatriación de la deuda externa.

Se produce un acrecentamiento acelerado de las radicaciones en industrias, que se convierten en el principal rubro de inversión, pero cuyos montos no alcanzan a compensar aquellas disminuciones.

Hacia la 2° GM, las inversiones no ferroviarias van a guardar un equilibrio entre sí. En la inmediata posguerra, con la nacionalización de los ferrocarriles, la principal área de origen de las inversiones extranjeras va a ser Europa continental, seguida por EEUU. GB perderá definidamente su predominio.

 

Capital nacional en la industria

 

1900-1914 la relación era 50 % K nacional y 50% K extranjero. A partir de entonces la tasa de capitalización nacional es mucho más elevada.

1931 la participación extranjera desciende a 30%; en 1940 a 20%; y en 1945, a 15%.

Hay un acelerado crecimiento de un nuevo sector económico y social constituido por el empresariado y proletariado industrial.

Durante la 2° GM, la mayoría de los nuevos establecimientos industriales correspondía a empresas de K nacional. Este proceso incorpora al país un nuevo sector social constituido por miles de obreros nuevos, provenientes en su gran mayoría del sector rural y de los contingentes inmigratorios. Entre 1935-46 el número de obreros se multiplica.

Este nuevo proletariado industrial se concentra en la gran metrópoli de Bs. As. Junto a él surge una nueva clase de empresarios industriales, que se reclutó entre las familias de la vieja oligarquía agraria o entre sectores de clase media alta rápidamente se incorporaron a ella.

Los nuevos sectores industriales tuvieron orígenes heterogéneos. Dos fuentes: clases bajas y medias de origen inmigratorio radicadas en el país desde 1880-1900; y nuevos inmigrantes de clase media que huyeron de la 2° GM.

Durante el corto período entre 1930-45, al lado de la sociedad tradicional constituida por el sector agropecuario y las actividades comerciales e industriales a él vinculadas, se produce un meteórico desenvolvimiento de un nuevo sector de actividad económica. Su desarrollo escapó a las posibilidades de asimilación de la vieja estructura social y política que se expresaba por medio del partido conservador de las clases altas; y del radicalismo para los sectores medios rurales y la clase media urbana. De allí el estupor con la que la clase alta y media urbana tradicional de Bs. As. asistieron un 17 de octubre de 1945 a la irrupción de estos nuevos sectores. Ignoraban que alrededor de la ciudad vieja se había creado una nueva ciudad sustentada en las nuevas industrias y el comercio a ellas vinculado.

 

Crecimiento Industrial durante la 2°GM

 

El crecimiento de la producción industrial durante los ’30 hasta las vísperas de la 2° GM se había concentrado en 6 nuevas ramas de industria, principalmente textil, y en la rama tradicional de alimentos y bebidas.

Entre 1937-39 y 1946-47 el crecimiento de la producción se hizo extensivo a la totalidad de las ramas.

Cada una de las ramas fue una resultante de la potencialidad del M interno, reforzada por la restricción de las I durante el período bélico.

Además el gran incremento en la producción de ramas tradicionales, que provenían de los consumos esenciales (alimentos, bebidas, confecciones, cuero, tabaco), tuvo su origen en un fenómeno de carácter interno, como fue la expansión del M a nuevos estratos de la población, cuyos orígenes residían en los incrementos netos de la D interna en función de los altos niveles de empleo, de la incorporación de amplios sectores de la población al estilo de vida y consumos urbanos y a la política de incremento de los ingresos de los sectores asalariados desde 1943.

En las otras ramas industriales, el crecimiento de la producción se sustentó en una combinación de la sustitución de I  y de la ampliación del M interno,

Sustitución:

Durante la 2° GM algunas ramas industriales se vieron afectadas, particularmente productos del caucho, metales, maquinarias y artefactos eléctricos, por la limitación de la falta de materia prima. La escasez de neumáticos obligaba a los automovilistas a recauchutar 2-3 veces las cubiertas usadas. La rama dinámica que sufrió el impacto de la escasez de materia prima fue la de metales. Evidentemente su expansión hubiera sido superior si no hubiera tropezado con dicha limitación. Igualmente la producción de maquinaria y artefactos eléctricos.

Hay que tener en cuenta que la D de la población se diversifica a medida que se incrementan los ingresos, y que una vez superado el nivel de ingreso necesario para cubrir los consumos elementales, todo aumento neto de salario real se destina a cualquier otro tipo de producto.

Las limitaciones en la expansión de estas ramas industriales, debidas a la escasez de oferta, dejó como saldo una D altamente insatisfecha que se tradujo en crecimientos espectaculares cuando se superó la falta de materias primas.

El crecimiento de los ingresos  se tradujo en fuertes incrementos de la D de otras ramas tradicionales, como cuero, textiles, maderas, que ampliaron su M incorporando nuevos sectores del proletariado urbano y rural hasta entonces en situaciones de infla-consumo.

cap 5: Proceso de concentración en la industria.

 

Concentración industrial: reducción progresiva del n° de unidades o empresas que proveen el grueso de los bienes industriales que se ofrecen en el M, tanto a nivel global como a nivel de cada rama o subraya de industria.

No es idéntico al proceso de monopolización. El n° de empresas se haya reducido considerablemente en un lapso determinado, sin que por ello la cantidad de empresas sea lo suficientemente pequeña como para estar en condiciones de llegar a acuerdos de precios e imponerlos al M. La concentración es condición para acrecentar el poder de las empresas sobre el M. Las formas monopólicas u oligopólicas surgen cuando se cumplen dos condiciones:

  1. que el proceso de concentración haya llegado a un grado muy elevado, dejando una o pocas empresas;
  2. que la constelación de los factores económicos y políticos que inciden en el M esté suficientemente estabilizada y cristalizada como para que el poder económico de las empresas que quedan pueda impedir el surgimiento de competidores.

 

Tres formas distintas en que se manifiesta el proceso de concentración:

  1. Técnica: planta o unidad de producción
  2. Económica: empresa, que puede reunir más de una planta industrial
  3. Financiera: holding financiero, que puede agrupar a empresas orientadas a distintas actividades industriales.

Indicadores para distinguir un grado elevado de concentración industrial: el más usado es el que mide el control de un n° dado de empresas sobre la producción o ventas totales del rubro industrial respectivo, también sobre el total de obreros ocupados o los capitales invertidos en el sector. Los límites convencionales establecen: cuando 4 empresas controlan el 50% o más de las ventas, la producción, los obreros ocupados o los capitales invertidos. Cuando una rama cumple con esta relación está bajo dominio oligopólico.

 

 

Dos tipos de concentración según la estructura global del sector industrial:

  1. relativa: 4 empresas que dominan el 50% o más del M están acompañadas por un elevado n°  de empresas de pequeña y mediana dimensión que fabrican el mismo producto y logran sobrevivir.
  2. absoluta: reducido n° de empresas que forma el oligopolio no tienen otros competidores o a lo sumo dan cabida a un n° ínfimo de ello.

 

Categorización referida a la dirección del proceso de concentración, particularmente cuando se trata de concentración económica o financiera:

1.      concentración de carácter vertical: una empresa absorbe o se fusiona con empresas proveedoras de materiales para su producción o clientes de la misma.

a.      Hacia atrás: fábricas de automóviles que absorben fabricantes de autopiezas.

b.       Hacia delante: acerías que absorben un laminador usuario de su producción.

2.      concentración horizontal: empresa absorbe empresas que operan en ramas industriales totalmente distintas a la propia.

 

Concentración industrial en 1935

 

Las empresas artesanales a pequeñas y por cuenta propia son aquellas con 10 o menos obreros ocupados, representaron un 85% del total. Es el primer indicador del desarrollo industrial argentino hasta 1955 caracterizado por un bajo grado de concentración industrial.

El grado de monopolización de la industria argentina fue sumamente limitado hasta dicho año.

La evolución industrial argentina se caracterizaría por presentar una situación generalizada de concentración relativa, donde en la mayoría de los rubros industriales subsistirían una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas al lado de los monopolios u oligopolios basados en grandes plantas, que absorberían la mayor parte de la producción y los obreros ocupados.

Se divide a las empresas industriales en categorías según la magnitud del personal ocupado:

Las industrias artesanales no constituyen establecimientos fabriles sino una multitud de pequeños talleres que en muchos casos cumplen funciones de servicios más que de manufactura.

Cualquiera sea el n° de empresas grandes por un lado, y de pequeñas y medianas por otro, lo decisivo es la participación de ambos grupos en el personal ocupado total y en el valor de la producción.

Se puede hablar de surgimiento de una verdadera industria fabril en Arg de 1935 en comparación con la industria artesanal de 1913.

 

Ramas industriales en condiciones oligopólicas en 1935

 

Eran industrias de tamaño mediano en su mayoría. Pero el carácter de mediano de estas empresas, medido por el personal que ocupaba, no es dato concluyente para demostrar el bajo grado de oligopolización de la economía industrial de 1935.

Casos como frigoríficos, molinos harineros o refinerías de petróleo, donde funcionaban 14 o más establecimiento, la concentración no se daba a nivel técnico sino económico.

Se pueden determinar 15 subramas industriales con alta concentración en 1935: 4 establecimientos o menos controlaban el 50% o más de la producción. Ej.: frigoríficos, cerveza, molinos harineros, refinerías de petróleo, neumáticos, cemento, vidrio, automotores, astilleros, art. para electricidad.

Existe una masiva presencia de K extranjeros en la mayoría de los casos, mientras que el resto constituyen oligopolios compartidos por el capital extranjero con grandes empresas nacionales, privadas o estatales (cemento o refinerías de petróleo). En el caso de los molinos harineros y bolsas de arpillera se registra la presencia masiva de K monopolistas nacionales, Bunge y Born.

Las subrayas en condiciones oligopólicas según su emergencia histórica surgen antes de ’20, vinculadas a las industrias alimenticias, derivadas del agro y extractivas.

La existencia de 15 subramas en condiciones oligopólicas sobre un total de 190 subramas no impresiona. El valor de la producción de algunas de dichas subramas tenía un peso significativo sobre el total, como frigoríficos, molinos harineros o refinerías de petróleo, pero el grueso de la producción industrial global quedaba fuera del control oligopólico.

En cuanto a la industria textil, quedaban fuera de control oligopólico la hilandería, tejeduría y tintorería, que daban ocupación a miles de obreros.

En las industrias metalúrgicas, las etapas de siderúrgica y de fundición, como la manufactura de metales, se repartía en un n° grande de empresas. La construcción de maquinaria, excepto automotores, estaba ampliamente repartida. En la industria química, la del cuero, de la madera, gráfica, confección y alimenticias como vinos, aceites, azúcar, galletitas y derivados de la leche, lo mismo.

El caso de escasa concentración en la industria básica del hierro y el acero es particularmente destacable por estar vinculada a una actitud oficial negativa que retrasó su desarrollo, pero que no pudo impedir que proliferaran pequeñas y medianas unidades de producción. Esta es la razón de la falta de concentración de estos sectores industriales estratégicos en la Arg, que contraría la experiencia mundial.

No se puede hablar ni de un proceso avanzado de concentración industrial ni de condiciones oligopólicas generalizadas en la economía manufacturera argentina de 1935. 

 

Evolución hasta 1946

 

El proceso de concentración industrial no avanzó respecto a 1935.

Si se destaca el extraordinario incremento en el n° total de establecimientos, que se duplica holgadamente. Este hecho atestigua la proliferación de oportunidades de trabajo independiente en el campo industrial durante el período.

Este fenómeno era extensivo fundamentalmente a las industrias artesanales de hasta 10 obreros, que registran el grueso del incremento en los nuevos establecimientos creados.

Las industrias de fabricación seriada también se duplicaron.

No sólo el proceso de concentración industrial no sufrió avances, sino que incluso tendió a retroceder lentamente.

En efecto, el avance del proceso de concentración industrial se manifiesta generalmente en el estancamiento o disminución del n° de empresas pequeñas, mientras que el n° de empresas grandes  puede aumentar o permanecer constante.

Las empresas de 11 a 100 obreros ocupados fueron las de mayor crecimiento absoluto y relativo.

Ya para la dimensión y la diversificación del M industrial de 1946, un total de sólo 64 establecimientos de más de 1000 obreros ocupados dan una idea bastante pobre acerca del desarrollo de la gran industria.

La situación prácticamente no sufrió variantes y el crecimiento de la población obrera durante los 11 años considerados fue a engrosar los establecimientos de todas las categorías en forma proporcional al peso que ya tenía cada una en 1935.

1935 se adoptó como escala superior a los establecimientos de más de m$n 500.000 de producción anual

1946 dicha escala subió a m$n 1.000.000, debido al aumento de los precios y de la dimensión del M.

Tampoco se registró un avance en el control del valor de la producción industrial por parte de la gran industria ya instalada en 1935.

Se puede efectuar una comparación de la estructura industrial argentina con la de otros países, en lo que respecta al peso de la pequeña industria artesanal de hasta 10 obreros ocupados, en la Argentina conservan una proporción constante.

Se puede observar una menor concentración relativa en la industria argentina respecto de los otros países, y un ritmo distinto del proceso de concentración, que avanzó notoriamente en otras partes del mundo provocando el retroceso relativo o absoluto de pequeños establecimientos, mientras se mantuvo congelado en nuestro país.