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Resumen del Documento de Cátedra de Heller de la 1ra Unidad 1º Cuat. de 2011

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SOCIOLOGÍA – DOCUMENTO DE CÁTEDRA 1º UNIDAD.

 

Un acercamiento a la vida cotidiana desde los conceptos de Agnes Heller.

 

Cambiar el mundo en lugar de interpretarlo significa no solamente cambiar el mundo exterior, sino, sobre todo, cambiar la cotidianeidad.

 

Vida cotidiana: ámbito donde se conjugan distintas actividades y aspectos del hombre. El análisis de esta dimensión social permite a Heller introducirnos en un escenario que nos tiene como principales protagonistas y como actores secundarios (todos formamos parte de la vida cotidiana de nuestra sociedad, somos, al mismo tiempo, sujetos de reflexión y objetos de estudio.)

 

Berger y Luckmann intentaron analizar a la realidad social como construcción colectiva, pero es Heller quien focaliza su análisis en la cotidianeidad. Esta realidad que nos envuelve es experimentada desde que nacemos, y tal vez por eso es tan difícil distanciarnos y analizarla.

 

La vida cotidiana tiene gran cantidad de aspectos, que abarca  nuestros sentidos, nuestras capacidades físicas e intelectuales, nuestros sentimientos. Esta heterogeneidad de acciones no es expresada en todo momento; depende de la actividad y de la compañía para que unas se activen más que otras.

Ya que la vida cotidiana requiere de tipos de actividad heterogéneos, en ella se desarrollan habilidades, aptitudes y sentimientos heterogéneos. La heterogeneidad de las formas de actividad se evidencia porque son de especie diferente. La importancia es muy diversa en la vida cotidiana de los individuos según los tiempos y el estrato social.

La heterogeneidad siempre estará organizada de modo jerárquico, y esta jerarquía se corresponde con el modo de producción existente (el concepto de jerarquía hace referencia a una escala organizada según las estructuras económico-sociales).

 

La reproducción social implica a la reproducción de las relaciones sociales y a la autorreproducción de los individuos particulares, Ambas se dan conjuntamente y conforman un mismo proceso. Para reproducir la sociedad es necesario que los hombres particulares se reproduzcan a sí mismos. La vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares.

Este proceso de reproducción involucra la capacidad y habilidad de dominar ciertas prácticas, realizar actividades, saber manejarse en la comunidad.  El particular debe aprender a “usar” las cosas, apropiarse de los sitemas de usos y expectativas.

 

El concepto de reproducción va unido al de manipulación de objetos, prácticas y relaciones sociales. Heller las considera objetivaciones sociales. La noción de objetivación comprende a las actividades sociales (objetivaciones, en tanto se presentan exteriores a los individuos, por lo que deben ser incorporados mediante el proceso de socialización); el particular hace uso y desuso de ellas, las aprehende a media que habita en la cotidianidad.

 

La Particularidad y Especificidad (o Genericidad), son dos dimensiones del hombre. La dimensión particular está referida a las necesidades y deseos de la propia persona, el Yo. La dimensión específica/genérica es aquella que nos conecta con el “nosotros”, la sociedad.

¿Cómo coexisten la dimensión particular y específica en una misma persona?, ¿por qué Heller las plantea en “muda presencia”? Las dos dimensiones están presentes en cualquier momento histórico, la escisión de ambas y el predominio de una sobre otra se origina en la división social del trabajo, donde se produce un alejamiento entre la particularidad y la especificidad/Genericidad (en las sociedades tribales la relación entre particular, ambiente e integración social era una). En la vida cotidiana de las sociedades capitalistas se produce una ruptura y se percibe a la sociedad como entidad contrapuesta al hombre. La especificidad se le presenta como ajena al particular de forma que pareciera que la sociedad es perjudicial para el bienestar del Yo. El trabajo en las sociedades capitalistas, lejos de proporcionar satisfacción y permitir conectarse con la especificidad, insatisfacción, molestia, angustia e impide conectarse y ser conscientes de la dimensión genérica (la esencia del trabajo consiste en que éste es una actividad específica del hombre, una manifestación de sus personalidad.)  

En la vida cotidiana de sociedades capitalistas con alta especialización de división social del trabajo, se produce en el particular un aislamiento con respecto a la sociedad de la cual es parte, ya no puede estar en relación con toda la integración, sino con el nivel de su propio estrato, capa o clase.

Sin embargo, la particularidad y la especificidad están interconectadas.  El Yo del particular se construye y desarrolla a partir de la identificación con el nosotros, a lo largo del proceso de socialización. Ese Yo es construido socialmente, por lo tanto específico, aunque el particular lo ignore. Las necesidades del yo son siempre específicas, aunque los motivos y el fin de sus acciones sean de índole particular.

Heller entiende el proceso de extrañación como el la imposibilidad de poder percibir, conectarse o ser consciente de la dimensión específica.

El hombre de la vida cotidiana de la sociedad capitalista percibe su particularidad como lo único existente, como si su pequeño mundo pudiera ser amenazado por el gran mundo. Debido a que el hombre particular podía tener objetivo y necesidades personales distintas de la comunidad, debía interiorizar las exigencias de esta, y fue necesario que paralelamente al derecho surgiera la moral.

En el hombre están presentes ambas dimensiones, y si existe un predominio de la particularidad en la vida cotidiana de las sociedades capitalistas se debe al proceso de extrañación que, resolviendo los conflictos de sus propios espacios, no divisan al ámbito mayor del cual forman parte. Esto no quiere decir que la especificidad no existe, el ser específico mantiene y desarrolla una relación consciente con su especie; pospone las necesidades “particulares”, subordinando las necesidades del Yo a la del nosotros. Cuando esto sucede, la muda coexistencia se hace visible y el particular inicia su camino hacia la individualidad.

Para distinguir al hombre extrañado (sin conciencia de su genericidad), de aquel que no lo está, Heller plantea la loción de individuo, entendiéndola como aquella persona que es conciente tanto de su”pequeño mundo” como del “gran mundo” . La autoconciencia es la conciencia del Yo mediada por la conciencia de su genericidad. Quien es autonconciente no se identifica espontáneamente consigo mismo, sino que se mantiene a distancia de si mismo. El individuo se conoce a sí y a sus circunstancias.

No existe ningún hombre particular que no se haya elevado por encima de la propia particularidad; si el particular dejara vía libre a todos sus deseos y motivaciones, sería imposible vivir en sociedad. Hay algo que nos frena, Heller lo piensa como función inhibidora de la moral. ¿Qué nos limita a no hacer y decir absolutamente todo lo que deseamos y queremos? La respuesta está en la incorporación de norma y valores que fueron aprehendidas durante el proceso de socialización o con la aprehensión de la cotidianeidad. La internalización de estas pautas inhibe y restringe los deseos del particular posibilitando que viva su cotidianeidad junto a otros, de modo pacífico.

Las elecciones concientemente orientadas desde la moral serán las que permitan una elevación a lo específico por sobre lo particular. No proviene desde la dimensión particular, es una elección que implica la toma de conciencia; es una decisión desde el individuo, entendiendo a éste como ser humano que tiene conocimiento de sus dos dimensiones.

El proceso de homogenización es aquel que lleva a cabo el individuo, que subordina su particularidad a favor de la especificidad, y que tiene una relación consciente con el nosotros. El proceso de homogenización involucra diferentes grados. En el plano cotidiano, la atención y concentración en una actividad están ligadas a conocer y manipular objetivaciones, que el particular necesita para desenvolverse en la vida cotidiana. La homogenización que está ligada a la producción de objetivaciones específicas, comprende la suspensión momentánea de los componentes que estructuran la cotidianeidad. Son acciones dirigidas hacia la especificidad, denominadas objetivaciones duraderas o específicas: el arte, la ciencia y la filosofía, que, aunque no puedan cambiar el mundo, contribuyen a humanizarlo.

Ciencia, arte y filosofía son objetivamente genéricas del conocimiento y autocinocimiento humanos. Nacieron de las necesidades de la vida cotidiana y de las necesidades políticas de las integraciones; más tarde se hicieron autónomas como esferas de objetivaciones específicas, cuya naturaleza es el no poseer ya una relación directa con la vida cotidiana de los particulares o con las necesidades inmediatas de las integraciones. Las ciencias naturales son utilizables en la técnica. Deben su puesto en la acción humana en su conjunto al hecho de estudiar las leyes objetivas de la naturaleza relativamente sin otros fines. La filosofía puede convertirse en ideología de los estratos sociales; puede ayudar al particular a organizar su propia vida. Es capaz de dar a los problemas vitales de una determinada época, de un determinado movimiento social, una forma que corresponde a las conquistas obtenidas hasta aquel momento en el desarrollo de los valores genéricos. El arte es una forma de autonconciencia de la humanidad; representa un vínculo con la Genericidad. Una obra de arte nos dice de los valores, las preocupaciones, los conflictos de la sociedad; refleja y condensa la memoria de la humanidad.

El objetivo de analizar y prestar atención a la cotidianeidad es poder transformarla, quebrar con la lógica inmediata e irreflexiva, que de por sí tiene el habitarla, pero de ningún modo implica ponerla entre paréntesis y pensar en ella con la intención de modificarla.