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1º Parcial D  |  Salud Pública y Salud Mental (Cátedra: Stolkiner - 2021)  |  Psicología  |  UBA

- Defina los tres ejes de análisis propuestos (lo económico político, las formas institucionales y la vida cotidiana) y analice con ellos la siguiente publicidad incorporando el concepto de subjetividad de época o el de medicalización de la vida. https://images.app.goo.gl/MCVoz7TVAX625R36A

- Diferencie el concepto de trastorno mental del de sufrimiento psíquico. Ejemplifique alguno de los dos con una producción cultural de época (un titular de diario, publicidad, campaña mediática, producción cultural, refrán, canción, otro).

- Diferencie los abordajes multi e interdisciplinario y los supuestos epistemológicos de los que parte cada uno. Ejemplifique con alguna cuestión que le parezca pertinente de la pandemia por covid 19.

Criterios de aprobación:

-Entregar en el tiempo definido.

-Responder a las 3 preguntas.

-Explicitar en las respuestas conceptos trabajados en la materia.

-Definir los conceptos incluidos en las respuestas.

-Citar autoría en el cuerpo del trabajo (autor, año) e incluir bibliografía según normas APA.

1) Stolkiner nos introduce estos tres niveles de análisis como un nuevo recurso metodológico para abordar la complejidad de los núcleos problemáticos que atraviesa la atención de la salud mental. Este método nos sirve para pensar interdisciplinariamente diferentes dimensiones y niveles de análisis frente a un problema complejo, no solamente el de salud mental. La complejidad debe ser pensada de tal forma en la que se puedan transgredir las barreras de los conocimientos formales, hegemónicos, tiene que haber un tránsito procesual y recíproco entre los tipos de ciencias y sus aplicaciones; lo complejo implica una comprensión del mundo y de los problemas donde todo se encuentra entrelazado, como un tejido, no es algo simple, lineal, unidireccional no basta con centrarse en un solo punto, tiene que ser abordado desde la interdisciplinariedad. Es por esto que los niveles de análisis antes mencionados dialogan entre sí. “El análisis de tal complejidad requiere necesariamente de una multireferencialidad teórica y vuelve ineludible el enfoque interdisciplinario. Hemos mantenido una línea que intenta articular dimensiones macro, meso y microsociales de análisis, tratando metódicamente de rastrear las transformaciones en lo económico, lo institucional y la vida cotidiana como vía de comprensión de la producción subjetiva” (Stolkiner, 2001, p2)

La dimensión económica se refiere a la forma o al modo de producción, desarrollo, intercambio y acumulación, que subjetiva sensibilidades sumidas al mismo, y en qué marco de relaciones y clases se da el proceso de apropiación-distribución, que suele generar desigualdades, còmo la mercantilización configura los lazos sociales, puede llegar a ser entendido como el capital. La dimensión institucional tiene que ver con qué formas adquieren las instituciones sociales en determinado momento histórico cultural, como cambian estas relaciones sociales, en su modo de habitar, de estar, de accionar, etc; cuando hablamos de instituciones puede ser la familia, el sistema educativo, el estado, entre muchas más. La última dimensión, la vida cotidiana, hace referencia a cómo se particulariza lo genérico social, como se “visibilizan”, o no, estos modos de producción en las vidas singulares viviendo en común.

En cuanto a la publicidad de Hepatalgina, unos de los medicamentos digestivos líderes en Argentina, la publicidad en sí está pensada para la comercialización del producto y que tenga rédito económico la empresa responsable, ahora bien, es interesante el modo en el que venden, brindándote una rápida solución medicamentosa a un problema que no mucho se piensa el porque esta ahi. Parece irónico como juegan con los significantes “maniaco”, patologizando el comer unas milanesas o sushi con términos como “milangomanos”, para brindarte ellos luego la solución, de esto se trata la medicalización. ¿No será el modo de producción el que subjetiva apetitos e incita las formas de comer en modos de consumos no tan saludables? Existe un discurso hegemónico que legitima y protege a estos modos, en este caso el discurso médico que ama las acciones preventivas para la salud pero no se pregunta el porqué de las enfermedades. Cinco gotas antes de comer y cinco después dice el discurso, antes de comer compra una hepatalgina, que vas a tomar todos los días, un discurso mercantilizante de la salud. ¿Cuantos dolares significa para las farmacéuticas este consumo? Estos modos, discursos, moldean y definen un campo de prácticas sociales que repercuten, claro, en la vida cotidiana. #IdentidadHepatalgina, me resuena… ¿Identidad?

2) Comenzare diciendo que el concepto de trastorno mental está incluido dentro de una clasificación de enfermedades que se define como un sistema de categorías a las cuales se asignan entidades mórbidas de acuerdo con criterios preestablecidos, como lo son los manuales de diagnósticos; lo que hacen al nominar dentro de una nosografía al trastorno mental es limitar, encasillar, el sufrimiento psiquico, patologizando el dolor. “ la multiplicidad de significados con los que el trastorno mental se ha comprendido: malestar, descontrol, limitación, incapacidad, patrón sindrómico, etiología o desviación estadística. Cada uno de ellos puede ser un indicador útil para un tipo de trastorno mental, pero ninguno equivale al concepto .“ (Augsburger, 2002, p3) Podríamos interpretar al concepto trastorno mental como el utilizado dentro del discurso médico hegemónico actual, no dando lugar a otros saberes y conocimientos sobre el sufrimiento. Según este discurso o estás sano o estás enfermo, uno o el otro. Esto implica obstáculos teóricos a la hora de pensar la conceptualización de la salud. Stolkiner nombra el ejemplo del término Quebranto, utilizado por una comunidad del interior para nombrar al dolor vivido no particularmente por causa orgánica, en diferentes circunstancias, como puede ser el desamor, la insatisfacción, el fracaso. ¿Es necesario patologizar estos dolores? ¿Uno transita la vida sin dolores, sin angustias? ¿El modo de producción acaso no genera padecimientos subjetivos? ¿Está “mal” sentir frustración? ¿me tienen que curar? ¿Que medicamento me cura de la “frustitis”?¿Qué consecuencias tiene utilizar el concepto Trastorno mental?

Aquí aparece el concepto de sufrimiento psíquico, distanciandose de la enfermedad, abriendo un nuevo panorama, evitando considerar los conflictos que devienen de la vida cotidiana y de las interrelaciones sociales, en términos de patologías. Si las condiciones históricas y culturales, los discursos hegemónicos, trazan una línea a seguir el las subjetividad del sujeto, el encasillar un padecimiento subjetivo como enfermedad ataca la subjetividad del sujeto, le confiere un destino dentro del conjunto social, y ese destino desliga el sufrimiento del proceso que le dio origen.

Si introducimos el concepto de sufrimiento psíquico como nuevo paradigma dentro del discurso médico hegemónico, nos haría replantearnos el modo en el que abordamos y pensamos la salud, traería consigo un inminente cambio de políticas públicas, habría que interrogarnos acerca de la producción de subjetividades que genera la sociedad. ¿Me puede enfermar la sociedad? Galende señala que habría que indagar en los sentidos, las significaciones, los valores éticos y morales que se producen en una determinada cultura. (p6). Ante estas cuestiones, políticas públicas como ayudas económicas ante una pandemia, políticas que fomenten la inclusión, ciudades con rampas en las esquinas, y muchas más entrarían dentro del campo de Salud.

Como producción cultural elegí un meme, que están en nuestro cotidiano, que son manifestaciones de la sociedad, hablan y expresan de manera humorística lo que atraviesan, sienten, sufren, aman, las culturas. El meme hace referencia al sufrimiento psíquico, el estrés y cansancio que le puede llegar a generar a ciertas subjetividades las clases on-line, que no necesariamente es una patología, pero existe, y sujetos padecen de este sufrimiento, y la solución no es un medicamento, mientras escucho de fondo que suena en mi televisor: ¿Te duelen las clases on-line? Con ibupirac el dolor para, vos no.

3) Los enfoques a la hora de abordar diferentes problemas, pueden darse en diferentes direcciones, hoy en día las prácticas multidisciplinarias parecieran acaparar el mayor campo a la hora de resolver activamente un problema, sin embargo, pareciera que a veces no es suficiente y no brinda soluciones. El enfoque multidisciplinario es aquel que es una simple yuxtaposición de áreas de conocimientos, en el cual cada disciplina dedica a su especialidad en un mismo caso o problema pero cada intervención es desde una disciplina específica, no dialogan entre ellas, no existe un común pensar, no hay conexión entre las distintas disciplinas. Tiene un supuesto epistemológico atomístico, que hace ojos ciegos frente a la demanda social, ya que piensa al sujeto como fragmentado, obstaculizando la comprensión de la pluralidad y complejidad de las dimensiones de la realidad. La ciencia positivista construyó sus objetos y delimitó sus fronteras. Es una visión que no produce nuevos saberes, sino que, se encierra sobre sí misma, piensa las cosas desde un mismo lugar, reproduciendo los mismos conocimientos una y otra vez, no va más allá de la disciplina en sí, genera dogmatismos.

Ahora bien, frente a problemas cada vez más complejos la multidisciplina no alcanza, no responde a las demandas sociales, se necesita una línea de pensamiento que no fronterize ni limite los conocimientos de las disciplinas sino que trabajen en común, que generen nuevos saberes.. Aquí es cuando entra en juego el concepto de interdisciplina, que parte de un supuesto epistemológico donde el sujeto y el objeto de conocimiento se construyen en la acción, el sujeto se piensa como activo, se llega a lo concreto por el camino de lo abstracto, como postula el constructivismo. Los problemas aquí se piensan como demandas complejas y difusas, en donde no existe un camino lineal, unívoco para abordarlo sino que se prioriza la interacción, cooperación y circularidad de las distintas disciplinas a través de la reciprocidad entre áreas, con intercambio de instrumentos, métodos, técnicas, etc.; esto posibilita un abordaje mucho más amplio con muchas más herramientas, favoreciendo la pluralidad, “la interdisciplina se hace entre personas, y sobre la jerarquía histórica de la disciplina. Ambos tienen que conocer y respetar la disciplina de otro” (cita) , es fundamental mantener la identidad y especificidad disciplinaria, para poder trabajar en conjunto. Es necesario que haya trabajo en equipo, intencionalidad, flexibilidad, cooperación recurrente y reciprocidad entre disciplinas para lograr una integración sistémica.

Como ejemplo, lo primero que se me vino a la cabeza, es en enfoque multificiplario dentro del discurso médico hegemónico con respecto a los problemas de salud producidos por la pandemia, donde pareciera que la máxima es hacer vivir, no dejar morir, tratar la enfermedad biológica, te enfermas y al salir del hospital luego de haber estado una semana con respirador ya te curaste, estás sano. Pero ¿y los problemas de salud que trae aparejado el haber contraído el virus? ¿La salud mental es tomada en cuenta? ¿Acaso el haber estado en cuarentena por meses escuchando voces informando números mortales cada vez más terroríficos no genera sufrimiento ? Es necesario tomar el problema tan complejo como una pandemia desde un encuadre multidisciplinario, que tome en cuenta que somos personas, que vivimos dentro de una sociedad que no solo sufre por contraer un virus.

Bibliografía:

- Augsburger, C. (2002). De la epidemiología psiquiátrica a la epidemiología en salud mental: el sufrimiento psíquico como categoría clave

- Elichiry, N. (1987). La importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdisciplinarias. En Elichiry, N. (comp.). El niño y la Escuela-Reflexiones sobre lo obvio (pp. 333-341). Buenos Aires: Nueva Visión.

- Luciani Conde, L. (2020) El trabajo de las disciplinas y la igualdad de derechos como núcleos problemáticos en la atención de salud mental. En: Herrera, M., de la Torre, N., Fernández, S.E.

(Dir)

- Stolkiner, A. (1987). De interdisciplinas e indisciplinas. En Elichiry, N. (comp.). El niño y la Escuela-Reflexiones sobre lo obvio (pp. 313-317). Buenos Aires: Nueva Visión. - Stolkiner (2010). Las formas de transitar la adolescencia hoy y la salud/salud mental: actores y escenarios

- Stolkiner, A. (2013). Medicalización de la vida, sufrimiento subjetivo y prácticas en salud mental. En Lerner, H. (comp.)

- Stolkiner, A. (2001). Subjetividades de época y prácticas de Salud Mental. Revista Actualidad Psicológica


 

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