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2º Parcial A | Teoría y Técnica de
Grupos (Cátedra: Rolón - 2024) |
Psicología | UBA
Consigna de prácticos:
Expliquen la siguiente cita del texto “Sonreí!” de Sara Ahmed:
“Lo que necesitamos desafiar es el modelo heroico de un sujeto activo. Todas las
acciones son reacciones. La alegría no es menos reacción a algo que la tristeza.
Una acción es una reacción que se ha olvidado del re. Todas las acciones son
reacciones a algo. Tomamos forma por algo. La reacción es una pedagogía, una que
no tiene como simple premisa la autorevelación”.
Relacione el desarrollo realizado anteriormente con el concepto de sujeciones
trabajado desde las lecturas de Percia y Butler.
La cita del texto de Sara Ahmed (2020) hace referencia a que en el mundo se dice
que “ser positivo es ser un sujeto activo” y es lo correcto y, por el contrario,
ser negativo, poseer ira, etcétera, no lo es. Hay un mandamiento que impone
sentirse bien, sentirse positivo, sentirse activo. La autora critica a este
mandamiento, ya que sostiene que se debe reacomodar y desafiar ese modelo del
sujeto. No necesariamente es como el mundo dice. Siempre dentro de uno, está el
otro. Ahmed (2020) da el ejemplo de que en una marcha, además de sentimientos
positivos como la alegría, la unión, el disfrute, hay sentimientos negativos
como la ira que calman, desaceleran e impulsan el marchar desde un principio. No
existen unos sin los otros. Sin ambos sentimientos no se podría marchar ni hacer
ninguna actividad. Todas las reacciones llevan a algo. Una no es menos que la
otra por ser negativa o positiva. La autora postula que “Lo que está en juego
acá no es tanto cuáles sentimientos nos llevan a la acción, sino cómo
respondemos al mandamiento de sentirnos de determinada manera.” (Ahmed, 2020:4).
Ese mandato está entre nosotros y nos hace querer sonreír y ser positivos para
lograr cosas positivas, tener salud, trabajo, dinero y demás. De lo contrario,
nos alojamos una y otra vez en la miseria, en la enfermedad, en la negatividad,
en algo que no fluye. Si uno no es feliz, causa infelicidad a los demás y eso
genera la no fluidez. El sonreír y practicar sonreír, genera felicidad. Según el
mandato, se debe luchar por ella a pesar de todo y emitir resistencia si hay
algo que quiera impedirla. Sin embargo, en este texto la autora cita a Lorde
(1997), quien sugiere que la misma idea de que nuestra primera responsabilidad
es nuestra propia felicidad, debe ser resistida por la lucha política, lo que
significa resistirse a la idea de que nuestra propia resistencia es un fracaso
de nuestra responsabilidad de ser felices. Por ende, las sonrisas pueden
emplearse como una defensa contra formas extremas de explotación, pero también
como estrategia ante la alienación política.
Ahmed, ante el uso de sonrisas en luchas políticas y del mandato del sonreír,
sostiene que “No sonreír es una acción cuando sonreír es un requisito. Te negás
a sonreír para cumplir con la expectativa de que deberías sonreír. Una huelga de
sonrisas es necesaria para anunciar nuestro desacuerdo, nuestra infelicidad con
el sistema. Ya es hora de una huelga de sonrisas.” (Ahmed, 2020), dando por
sentado que, también se puede sonreír estando en desacuerdo y utilizar la
sonrisa para hacer resistencia ante algo.
Al igual que esta autora, Percia en el capítulo “Sujeciones” de Estancias en
común (2017) también comenta sobre este hecho, ya que es verdad que estamos
regidos por ciertos mandamientos que nos llevan a encontrarnos amarrados a una
identidad que provoca angustia y a una existencia desamarrada de toda
pertenencia. Hay sin duda un otro al que estamos sujetos y atrapados, este mismo
nos genera una fantasía que nos hace llegar a pensar en la idea de una
"identidad personal", la idea de una vida privada que se desprende de poderes
posesivos teniendo la ilusión de que hay un "uno y un otro", es decir, una
"identidad y diferencia", pero la realidad es que, como diría Percia (2017),
siempre hay un otro que titila como hablar de lo neutro. Nos ubica en un lugar
que nos acompaña en la vida que vivimos y se mezcla con ella llegando a
contaminarla e insinuando cosas que sentimos, pensamos y deseamos. "Se llama
deseo a la sutil atadura de una vida a objetos, metas, ideales, difundidos por
el habla" (Percia, 2017: 459), es este deseo el que nos impulsa a abandonar eso
que nos somete, pero a su vez también incita al sometimiento, la idea es poder
diferir de este hecho construyendo una singularidad propia, pero debemos saber,
que así como ya lo dio a entender Ahmed, no es posible privarnos de las
ficciones, nuestros saberes siempre están sujetos a algo que no sabemos pero
creemos saber, es decir, estamos constantemente gobernados de una manera
profundamente personal, porque "El habla que somete inventa interioridades para
demarcar territorios de dominio" (Percia, 2017: 464), entonces debemos vivir
teniendo la creencia de una "identidad personal", entonces en vez de hablar de
subjetividades tendremos que hablar de sujeciones, así como diria tambien Butler
(2001), sujeción en términos de que estamos sujetos al devenir subordinado por
el poder, sólo mediante esta forma se podrá llegar a la identidad del sujeto. Si
somos efectos del poder.. ¿Qué potencia existe? La subordinación es la privación
de la potencia, aquí tenemos que pensar en el desvío, en apropiarse del poder y
ser habitado por el discurso para pensar algo diferente, para que el sujeto
mismo pueda realizar acciones. El cruce entre el poder y la vida hacen al
sujeto.
En conclusión, siempre ponemos la figura del poder como algo que ejerce presión
sobre el sujeto, pero si lo pensamos en otros términos, Butler (2001) hace
referencia a Foucault, diciendo que el poder a su vez es aquel que forma al
sujeto, por lo tanto el poder es algo a lo que oponemos pero también dependemos
de él para poder constituirnos, es por eso que como vimos con el recorrido que
hicimos con estos tres autores, debemos tener el conocimiento que eternamente
vamos a estar regidos por un poder o por ciertos mandamientos que nos van a
llevar a comportarnos de una determinada manera. Sin embargo, esto mismo será
aquello que nos permita formarnos como sujetos, llegando a armarnos ilusiones
que nos autoricen a crearnos una identidad propia que nos haga más tolerable
esta idea de sometimiento internalizado.
Consigna de teóricos:
2.
¨Disquisiciones sobre la técnica: conversaciones teóricas, manuscritos de
aulas¨, plantea la reconducción crítica de las técnicas grupales a sus contextos
históricos y políticos de origen. Se solicita desarrollar esa idea y
relacionarla con la siguiente cita de ¨Derivas marinas: conversaciones teóricas,
manuscritos de aulas ¨
¨ Las prácticas grupales nacieron en espacios públicos (…) en Argentina, Enrique
Pichón Riviere, Armando Bauleo, Emilio Rodrigué, Juan Carlos de Brasi, Fernando
Ulloa, Alfredo Moffat, entre otrxs, enfatizaron en sus diversas intervenciones y
escrituras el movimiento de trasladar el escenario clínico. Llevar la clínica a
la población: politizar la acción clínica. En los hospitales, los barrios, las
plazas, las calles, en los espacios públicos. Amistar una práctica clínica que
abrace los procesos colectivos¨.
Fundamente esta cita con experiencias, reflexiones,planteos extraídos de unx o
algunxs de las auditorías mencionadas .
Cinthia Rolón (2023) subraya la necesidad de reconducir críticamente las
técnicas grupales a sus contextos históricos y políticos de origen. Es decir,
Rolón (2023) da a entender que las técnicas no son neutrales ni universales,
sino que fueron creadas como respuestas a necesidades sociales y políticas
específicas.
Un ejemplo de ello fue el movimiento en Argentina para llevar la clínica a los
espacios públicos, politizar la acción clínica.
En la década del 70, nacen los trabajadores de la Salud Mental con la idea de
“sacar la clínica a la calle”, sobre todo los confinados en los consultorios
privados como un gesto para dejar atrás la marginalización ya que la salud
mental debía de ser considerada en esa época como un derecho público y
colectivo, no solamente como el privilegio para algunos pocos, para las clases
socioeconómicas altas que podían darse el lujo de costear su salud mental. La
salud mental comenzó a ser un asunto político y se instaló así, una necesidad de
superar las barreras del aislamiento social y la posesividad emocional, buscando
abrirse a una mayor inclusión y conexión humana fuera de los espacios privados y
exclusivos. Los espacios públicos, en donde nacieron las prácticas grupales,
significan tensiones entre lo propio y lo ajeno, entre lo individual y lo grupal
y allí interesan las relaciones. ¿Cómo podemos ensayar las lógicas de las
relaciones grupales en los espacios públicos? La psicología social y el
Psicoanálisis tienen la respuesta, en el movimiento grupal, se deben pluralizar
los modos. La clínica debe quedar amplificada y no ser restringida. “Se llama
clínica, a ese extrañado oficio de palabras, magia por la que lo dicho, lo por
decir, lo que jamás se ha dicho ni se dirá, sucede en el lenguaje. Un infinito
repertorio de afectos, estremecimientos, amores y pugnas transferenciales,
transcurren con, sobre, a través del lenguaje” (Rolón, 2023).
De este modo, en respuesta a la necesidad social de una clínica pública en un
contexto en el cual la salud mental era solo un privilegio para las clases
sociales altas, fue creado este movimiento en Argentina.
Otro ejemplo de lo explicado anteriormente que podemos mencionar fue la técnica
de "maternaje" (abrazo) de Moffat que aplicó en situaciones de crisis como la
tragedia de Cromañón, ajustándose a las necesidades inmediatas y emocionales de
las víctimas y sus familiares. Moffat (2005), afirma que el maternaje devuelve
un aquí y ahora, a un tiempo y un lugar que habían abandonado. Ambos enfoques
muestran la importancia de adaptar las prácticas clínicas a contextos
específicos, destacando cómo las técnicas pueden evolucionar para abordar
necesidades urgentes y colectivas en tiempos de crisis.
Por su parte, Fernando Ulloa (1995) aborda la relevancia en las prácticas
sociales del psicoanálisis, especialmente en instituciones públicas y
educativas, donde se enfrentan a situaciones trágicas relacionadas con la
enfermedad, muerte y la pobreza, amplificando el factor trágico. Menciona que
“el quehacer con la enfermedad y la muerte en unas y la epopeya del aprender en
otras suelen estar contextuados, en muchos casos, en la proximidad con el
escándalo de la pobreza, lo cual multiplica el factor trágico" (Ulloa, 1995) y,
además, afirma que estas situaciones trágicas, bajo la forma de encerrona
trágica, es un factor epidemiológico habitual en cualquier ámbito social donde
juega lo establecido (instituido) y lo cambiante (instituyente). Ulloa (1995)
explica que las encerronas trágicas constituyen un factor etiopatogénico para un
abordaje de la psicopatología social. Moffat y Ulloa, van a destacar la
importancia de las encerronas trágicas como situaciones comunes en la sociedad
que generan estrés significativo y contribuyen al desarrollo de problemas de
salud mental. Estas encerronas se producen en contextos donde hay una tensión
entre lo establecido y lo cambiante. Para abordar efectivamente la salud mental
en la clínica, es crucial considerar estos factores sociales y estructurales, ya
que tienen un impacto profundo en el bienestar psicológico de las personas.
Entonces estos enfoques resaltan que las técnicas grupales deben adaptarse a las
realidades específicas de cada contexto. Estos planteos de contextualización y
adaptación de las técnicas grupales se fundamenta en el movimiento histórico de
trasladar el escenario clínico hacia espacios públicos, como mencionan autores
tales como Enrique Pichón Riviere, Armando Bauleo, Emilio Rodrigué, Juan Carlos
de Brasi, Fernando Ulloa, Alfredo Moffat, entre otrxs. Estos autores enfatizan
en sus intervenciones y escritos la importancia de politizar la acción clínica,
llevándola a lugares como hospitales, barrios, plazas, calles y otros espacios
públicos. Esta expansión de la clínica hacia lo colectivo y lo público refleja
la necesidad de abordar las problemáticas sociales y políticas que afectan a las
comunidades, reconociendo que las prácticas grupales no pueden ser ajenas a
estas realidades.