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Materiales sugeridos:
- Percia, M. (2021) Conferencia "Arriba que la vida sigue". Clase teórica 1.
- Percia, M. (2021)” Esquirlas, pliegues de la peste": esquirla 10. "Arriba que 
la vida sigue".
- Rolón, Cintia (2021) "Clase teórica 5". 20/4
- Rolón, Cintia (2020) "El curso de la herida II -figuras de la intemperie-.
Simone Weil (1940) explica que la fuerza es parte de un sistema de engranaje que 
se apodera de los sujetos, de la esencia del alma humana y convierte a esos 
sujetos en objetos que pierden su capacidad. El que se cree fuerte oprime al 
débil, lo anula y lo reduce a la categoría de desecho o despojo. Pero ambos son 
objetos esclavos de la fuerza. La fuerza no tiene un amo ni un propietario, 
solamente explica que la fuerza divide entre fuertes y débiles y les hace creer 
que cada uno de ellos pertenece a mundos diferentes. El que cree poseer la 
fuerza también cree que gozara de ese “don” de forma ilimitada, pero en realidad 
está sometido a ella y pronto también esa fuerza lo abandonara. La violencia 
aplasta todo lo que toca, tal como dice Weil creo que las vidas “débiles” que 
habitan las zonas informuladas tienen como porvenir la muerte.
Cintia Rolon (2020) define “La zona informulada” como esas zonas o fronteras, 
con limites y bordes desdibujados, donde el capitalismo arroja la residualidad, 
lo que no sirve, los saldos, las baratijas, que no suma a la lógica de la 
productividad. Las vidas que habitan allí se resisten y responden a las voces 
minoritarias que exigen que se las escuche. 
Esto me lleva a pensar en el concepto de “necropolitica” que Percia a través de 
Achille Membe cita para dar cuenta de esas sensibilidades que son obligadas a 
vivir como excedentes en zonas controladas a merced de enfermedades, crueldades, 
aislados de la “comunidad” (“Esquirlas, en los pliegues de la peste”, p. 83).
Otra de las formas que toma la necropoltica podría ser como estrategia desde el 
discurso de la salud apelando a la lógica del código de bioética el que, en caso 
de falta de recursos, propone pensar en términos de Probabilidades quien es más 
apto o tiene más posibilidades de sobrevivir a la hora de necesitar un 
respirador: si un individuo (y digo individuo para dar cuenta de la mínima 
dimensión en la que está tomada la vida humana) de 20 años o un individuo de 80 
años. 
Este discurso de poder “disciplinario”, el Biopoder del que nos habla Foucault, 
que apela al “sentido común” pretende normalizar los modos de esta lógica cruel, 
disfrazándola de bienestar común. Enmarca a los otros en rangos (las muertes son 
números que se ubican en programas de estadísticas, los medios anuncian 
cantidades de personas enfermas y muertas como si fueran cosas), en 
clasificaciones (ser joven, ser exitoso, ser fuerte, valiente) y desecha lo que 
resiste, débilmente, como si ya estuviera muerto. 
Las muertes por irrelevancia: Tomando el contexto actual de pandemia sabemos que 
el virus “actúa por contagio, no por crueldad” (p.86). La crueldad genera las 
condiciones desiguales, donde aquellas vidas que habitan en los márgenes, 
desechadas están doblemente expuestas al contagio. 
La Pandemia hace visible el desborde que viene asomando desde hace muchos años, 
hace visible la miseria humana que muestra el egoísmo (llenarse la alacena, 
comprar armas en caso de que alguien toque la propiedad privada), y finalmente 
se desborda en las sociedades que no estaban preparadas para afrontarla, se 
desborda en el colapso de los sistemas de salud, hasta en las medicinas privadas 
que aseguraban una atención individual y ahora piden espacios estatales para 
atender a sus clientes, se desborda la compra de suministros, se desbordan las 
situaciones de violencia familiar, de género, los abusos. Las familias no pueden 
afrontar los recursos económicos que demanda la virtualidad educativa. Y es aquí 
donde pienso a las muertes por irrelevancia, las muertes que suceden porque no 
le importa al sistema salvar esas vidas, no son funcionales, no son productivas, 
son un número más de casos de muertes que quizás, si la historia fuera otra, 
podrían haberse evitado. Como pedirle que se quede en casa a quien no tiene que 
comer si no sale de ella, como pedirle hábitos de higiene a quienes viven en la 
calle. Como cuidar a quienes están como residentes en cárceles, hospitales si no 
hay recursos materiales ni humanos con los que cuidar. 
La civilización cree que la fuerza lo salva de aquello que lo amenaza, pero 
Percia, en su texto esquirlas sostiene tal como S. Weil que la fuerza corrompe 
(p. 85). Se plantea entonces el sintagma una “común debilidad” como la suma de 
potencias que salvan. La común debilidad, que se aloja en la zona informulada, 
donde se exceptúa a la fuerza que aplasta al alma humana, y no pretende 
vencerla, pretende que la fragilidad sea otra forma de habitar lo vivo, de vivir 
una vida vivible, hacer resistencia sobre lo que se impone, de permitir 
practicas de sensibilidad, es una forma de interpelar sobre lo que hay, sobre lo 
que falta y lo que sobra.
Consigna de trabajos prácticos: 
Analizar el poema Reivindico mi derecho a ser un monstruo (https://youtu.be/udup-LFqnXI) 
por Susy Shock haciendo uso de los textos trabajados en el espacio de prácticos.
¿Qué ideas se ven interpeladas por la poética? ¿Cómo se puede pensar el “derecho 
a ser un monstruo” aquí enunciado con los textos trabajados? 
Se deberán elegir al menos dos autores trabajados y articular las ideas 
compartidas con el disparador propuesto. 
El texto deberá mantener las pautas de escritura de la consigna de teóricos y 
tendrá una carilla como extensión mínima y una carilla y media como extensión 
máxima. 
Autores trabajados: 
Percia, Foucault, Espósito, Barthes, Rolón, Weis, Lugones, Ludmer.
Josefina Ludmer (1984) se manifiesta a través del discurso tal como Sor Juana 
quien explica que el recurso literario es una forma de practicar la resistencia 
frente al poder (“Las tretas del débil”, p.49). Sor Juana cuenta como el 
universo femenino ha sido silenciado, obligado al silencio, a la subordinación, 
a ubicarse en el lugar de subalterno de los que hacen uso del poder desde la 
obediencia y también desde el temor.
Por otro lado, hay una frase que me gustaría incluir para darle más profundidad 
al tema del discurso que ha sido sofocado: “Lenguas trabadas por imperativos 
domesticadores, los mismos que recaen sobre lenguas travas y otras disidencias” 
(Percia, “Cuidar la vida salvar lalengua”, 2020). Domesticar lo otro, lo que 
hace vibrar las estructuras, que amenaza al poder, que reta a la fuerza a 
saberse también débil y obsoleta frente a la potencia de lo vivo que resiste y 
que insiste en hacerse oír, hacerse ver.
Creo que lo que Susy Shock nos regala es esta concepción de monstruo, pero no 
como el monstruo que estamos acostumbrados a nombrar, si no desde la idea del 
sujeto libre que no tiene porque reconocerse en ninguna categoría, que no tiene 
que encajar en clasificaciones, rótulos, ella no es ni una conjunción de 
formulas químicas, ni es una categoría de pares cromosómicos. El monstruo que no 
pertenece ni quiere hacerlo, al mundo de lo normal, de la legalidad, donde todo 
está tipificado: si sos esto, no sos esto otro. No quiere ser un ser domesticado 
por el poder del lenguaje impuesto por la colonialidad. Es el monstruo de su 
deseo, la dueña de su sentir y de la arcilla que practica y moldea con su cuerpo 
y con su alma. 
También creo que al usar la palabra “Monstruo” nos acerca a pensar en cómo las 
civilizaciones han tratado a los monstruos. Fueron obligados a vivir en cuevas, 
cavernas oscuras, silenciosas y solitarias, acompañados quizás por alguna otra 
aberración de la naturaleza, aislados. Lugones, en la entrevista: “La potencia 
de quedarse sin palabras” (2016) explica que la lógica impermeable de la 
colonialidad es la pureza de la raza blanca y hace la distinción entre un 
“mongrel” (mestizo y ser despreciable) y un monstruo, en tanto capacidad de 
atemorizar: “Seres que por algún motivo son desechables ya que, desde el punto 
de vista de la pureza son patológicos, no vendidos al sistema, que no quieren 
ser normalizados o aceptados (…)”. Qué paradoja pensar en esto, si a cada uno de 
nosotros también nos habitan monstruos, fantasmas, demonios. 
Acaso como dice Susy, en el Honorable Consejo de lo normal ¿no se cometen 
atrocidades legales dignas de un monstruo salido del mejor libro de terror que 
se haya escrito? ¿En el Vaticano no se han lavado la sangre de inocentes de las 
manos? Eso es una monstruosidad, eso da verdadero miedo. 
Ambas autoras convergen conceptualmente en el concepto de monstruo como dueño de 
su cuerpo, de su deseo, de su despliegue bestial, en la capacidad de adoptar 
distintas formas, en la metamorfosis de los cambios y en la potencia que cargan 
como peligroso y amenazante de lo instituido. Estas vidas que exigen el derecho 
a estar más allá de lo normal nos convocan también a habitar ese pequeño espacio 
llamado intersticio donde se puede comprender y acompañar la urgencia de los 
cambios.
Bibliografía:
Barthes, R. (1977) "Lección Inaugural" En El placer del texto y lección 
inaugural de la cátedra de Semiología Literaria del College de France. Buenos 
Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2008.
Deleuze, G: “Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer 
(Comp.) El lenguaje literario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo, 1991.
Esposito, R: “Inmunidad, Comunidad, Biopolitica”, Facultad de Filosofía de la 
Universidad Complutense de Madrid. 2011.
Foucault, M: “Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber”, Capitulo 5: 
Derecho de muerte y poder sobre la vida - Siglo 21 editores. 1976.
Ludmer, J “Tretas del débil”. En La sartén por el mango. Encuentro de escritoras 
latinoamericanas. Puerto Rico: Ediciones Huracán, 1984. 
Lugones, M. “La potencia de quedarse sin palabras”. Entrevista a María Lugones, 
por Andrea Lacombe. Suplemento Página 12, 2016. Recuperado en: 
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10611-2016-05-27.html
Percia, M. “Estancias en común”. Selección. Buenos Aires: La Cebra, 2017
Percia, M. "Cuidar la vida: salvar la lengua". Adynata, Buenos Aires, 2020 
recuperado de: 
https://www.revistaadynata.com/cuidar-la-vida-salvar-la-lengua
Percia, M. “Esquirlas, en los pliegues de la peste”. Buenos Aires: La Cebra, 
2021.
Percia, M. “Sensibilidades en tiempos de hablas del capital” – 1a ed. – Adrogué: 
Ediciones La Cebra, 2020.
Rolón, C., "El curso de la herida". Entrega uno (confianzas). Buenos Aires: 2020 
(unp).
Rolón, C., "Lean Che! Intervención crítica sobre leguaje y poder en Roland 
Barthes", Buenos Aires, 2014. (unp)
Rolón, C. “El curso de la herida”. Entrega dos (figuras de la intemperie). 
Buenos Aires: 2020. (unp)
Weil, S. (1940) “La Ilíada o el poema de la fuerza”. En La Fuente griega. 
Madrid: Editorial Trotta, 2005.
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