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Edición Editorial | 2do Parcial | Cátedra: Piccolini | 1º Cuat. de 2011 | Altillo.com |
Indicaciones generales
• Responda las consignas en este mismo archivo, sin modificar la
configuración de página. Recuerde completar los datos del encabezado.
• El parcial incluye dos puntos. Para resolver el segundo, previamente
imprima en color el pdf adjunto (son cuatro páginas).
• Verifique en todos los casos que sus respuestas sean concisas y se ciñan a
lo que requieren las consignas.
• Imprima el parcial completo (las consignas y las respuestas) en hojas A4
de una sola faz y agregue el impreso del pdf con el que trabajó. Abroche los
dos impresos y entréguelos en el Departamento de Edición, hasta el lunes 4
de julio inclusive.
Consignas
1. Concepciones sobre la lectura
Explique el siguiente fragmento en el contexto de las ideas de su autor/a.
Luego, establezca relaciones pertinentes con ideas afines de otros
autores/as (haga referencia, por lo menos, a otros dos textos de la
bibliografía). Por último, fundamente su opinión personal. Desarrolle la
respuesta en no más de 3.500 caracteres con espacios.
“La diferencia señalada entre las lecturas realizadas y las declaradas nos
lleva a considerar las finalidades contradictorias de las prácticas de
lectura hoy. Este trabajo también plantea la concepción implícita de la
lectura que se sostiene en las encuestas actuales. Al solicitar a los
encuestados que recuerden y contabilicen un libro como una unidad de
lectura, los encuestadores aluden a un modelo clásico […].”
Anne-Marie Chartier, “La memoria y el olvido, o cómo leen los jóvenes
profesores”, en Bernard Lahire (comp.), Sociología de la lectura, p. 129.
2. Informe de lectura
Ubíquese en la siguiente situación: la Fundación Vida Silvestre distribuye
con su revista trimestral un insert coleccionable denominado Del escritorio
al campo. Actualmente, evalúa lanzar una edición completa de esos
coleccionables en un solo volumen de formato manuable (14 x 20 cm). Usted es
un editor/a a quien la fundación consulta sobre la posibilidad de reutilizar
para la nueva edición los textos y las imágenes de la guía “Huellas y otros
rastros” (en archivo adjunto, que usted debe imprimir a color y marcar o
indicar en la copia todo aquello que le parezca pertinente en función del
informe de lectura).*
Parte de lo que usted debe considerar es la calidad y la pertinencia de esos
textos e imágenes. Para esto, tenga en cuenta la bibliografía sobre editing
y sobre documentación gráfica, y los conocimientos y los criterios sobre los
que se ha trabajado en la cursada. Por último, sintetice los resultados de
su análisis en un informe de lectura (de no más de 7.000 caracteres con
espacios) que incluya:
• una breve descripción de la colección (género editorial, propósito,
destinatario, estructura de los coleccionables, etcétera);
• un punteo de los aciertos y las dificultades más importantes que presenta
en textos e imágenes el coleccionable que le tocó analizar;
• una recomendación sobre los ajustes que se deberían contemplar en función
de la nueva edición.
Respuestas
1. Este fragmento está dentro de las conclusiones a las que llegó Anne-Marie
Chartier, con otros investigadores, luego de realizar una encuesta a
alrededor de cuarenta jóvenes estudiantes. Estudios sociológicos anteriores
arrojaban resultados que la autora se propone refutar: que todo buen lector
es un buen estudiante y viceversa; y que la cantidad de jóvenes lectores
asiduos disminuye desde 1989.
Establece una distinción entre el modelo clásico de lectura y otro más
modernista. El primero se refiere a la lectura de aquellos libros –habla del
libro específicamente- legitimados por la sociedad y relacionados con la
formación profesional. El segundo modelo, que otorga más libertad a quien
lee, está vinculado con la amplitud de la oferta editorial, y la lectura de
libros u otras fuentes de información por placer o por temas que no son
estrictamente profesionales.
Las investigaciones le permitieron arrivar a la conclusión de que estos
jóvenes no recordaban todo lo leído. Y esto se relaciona con la concepción
tradicional de la lectura, que considera valiosos solo aquellos libros
legitimados culturalmente, y que se leen de principio a fin. Estos libros
son, asimismo, los que los estudiantes más tienen en cuenta. El resto de las
lecturas, cuyo valor simbólico no destaca en la sociedad; no solo no eran
recordadas, sino que, muchas veces, tampoco se las consideraba lecturas. Es
decir, que la sociedad impone un fin legítimo a la lectura, y todo lo que
escape de ese fin, tiende a no considerarse.
Michéle Petit explora también cuáles son las finalidades del acto de leer.
Sus estudios se centran principalmente en jóvenes de nivel socioeconómico
bajo. Entrevistándolos, Petit llega a la conclusión de que la lectura tiene
múltiples consecuencias y se hace con múltiples propósitos.
Uno de ellos es la formación profesional y un mejor rendimiento académico.
Pero la autora señala como más trascendental el hecho de que muchos jóvenes
de escasos recursos leen para transformar su realidad. La lectura les
permite imaginar otros mundos, construir su propia identidad, creer en algo,
pertenecer a un grupo, comunicarse mejor. Y aquellos esfuerzos tendientes a
privar a alguien de la lectura no hacen otra cosa que demostrar el poder de
la palabra escrita.
Entonces, si bien Petit no distingue entre modelos de lectura, sí señala
como el acto de leer puede tener diferentes finalidades. Y la más importante
es la capacidad de provocar un cambio respecto de cómo vivirá el lector
luego de haber leído cierto texto.
En esto coincide también Gabriel Zaid, quien evalúa cómo la inmensa
producción de libros vuelve a los lectores, paradójicamente, más incultos.
Una persona más sabe cuanto más lee. Pero, si la cantidad de libros
publicados es cada vez mayor, entonces lo que puede saber un lector es cada
vez menos en comparación con el total. Cada vez le falta más por leer.
Por eso Zaid remarca que lo más importante no es cuánto se lee (y aquí
coincide con Petit y Chartier), sino qué hace el lector con esas lecturas:
si es el mismo antes que después de leer, o si los libros han cambiado en
algo su vida. Eso es lo fundamental para estos tres autores.
Considero que es provechoso para las personas leer variados materiales y
extraer de ellos la mejor enseñanza posible. Más allá de los datos
numéricos, me parece más importante lo que la lectura produce en la gente,
cómo puede ayudarla a definirse, a pensar de otra manera y, por supuesto, a
estar informada y ser, por lo tanto, más libres.
Esta colección de fascículos trata sobre diversas experiencias que se pueden
llevar a cabo en contacto con la naturaleza. Por ejemplo, buscar huellas y
rastros de diversos animales. El texto se refiere al territorio argentino y,
más específicamente, a sus áreas más desérticas. Se propone enseñar al
lector a reconocer huellas y tomarlas, o bien hacerlo con otros rastros que
dejan los animales.
Está dirigido a personas interesadas en el tema, pero que, en principio, no
poseen conocimientos específicos. Por el tratamiento del tema, que no es muy
sencillo, se deduce que los destinatarios son, como mínimo, estudiantes
secundarios o de mayor nivel educativo. También, adultos que se interesan en
temas de la naturaleza o a quienes les gusta realizar viajes y excursiones.
Incluso pueden ser guías turísticos o gente que vive en esas zonas
geográficas.
Este fascículo presenta una serie de inconvenientes. Ante todo, en la
primera página hay una imagen de una huella (que tampoco lo parece) sobre
arena. Si lo que se propone es representar las huellas en zonas desérticas
argentinas, nos encontramos con que esta imagen no es representativa; puesto
que las áreas a las que se hace referencia son áridas, con poca vegetación,
pero no son desiertos de arena.
El texto que aparece en la primera página está bien como introducción, pero
se vuelve constantemente repetitivo. Más allá de eso, presenta faltas de
ortografía y problemas de redacción. Contiene palabras que los destinatarios
no tendrían por qué conocer, porque no son especialistas en el tema, y no da
su significado. En el pie de página aparece información acerca de una
empresa privada que auspicia la colección. Este dato debe quitarse. Si es
una cuestión legal, tiene que ir en la página de créditos del nuevo libro.
De todas maneras, habría que asesorarse acerca de si es posible incluirla
tal cual está. Parece una publicidad y los libros no deben incluir nada de
este tipo, es la condición para que estén libres de ciertos impuestos.
Respecto de la doble página, hay que señalar el hecho de que carece de texto
central. Esto puede provocarle al lector problemas para establecer
jerarquías, puesto que la información no varía su presentación. En la parte
superior de la página par, aparece de nuevo el nombre de la colección, pero
no el del fascículo. Del mismo modo, encontramos el subtítulo “Una aguada en
el desierto”. No explica qué es una aguada, tampoco en la introducción de la
primera página. Se corre el riesgo de que el lector no entienda a qué se
está refiriendo. Y no es un título representativo, debería aludir a las
huellas (que es de lo que habla después), no a las aguadas. En el copete
finalmente se explica qué es una aguada, pero aquí encontramos un problema
de coherencia, puesto que el título habla de aguadas en el desierto, y el
texto habla de huellas en el desierto. No queda claro el concepto.
Hay otros problemas en la doble página. La tipografía es excesivamente
pequeña: leer ese cuerpo bajo el sol (si es para una excursión) resulta
bastante difícil. Los epígrafes son confusos, incluyen palabras demasiado
técnicas, y diminutivos (“manito”, “grupito”) que no son adecuados. Es
preferible decir “una especie de mano pequeña” o “pequeños grupos”. Incluir
el nombre original de la especia no parece necesario, si el objetivo es
reconocer solo la huella. Las explicaciones, asimismo, no son claras. Hay
serios problemas de registro.
Otro problema lo tienen las ilustraciones. Si bien, dado el espacio de una
doble página, no pueden colocarse en tamaño real, como mínimo deben seguir
una escala. Estas ilustraciones no tienen coherencia. La ilustración de la
huella del cuis es visiblemente más grande que la del sapo pero, si
prestamos atención a las medidas, vemos que la del sapo es mayor. En la
página impar hay una ilustración grande de una lechuza, cuando solo se
quiere hacer referencia al regurgitado. También aparece un mapa (sin ningún
tipo de indicaciones) con una zona coloreada. El color es intenso y no se
distinguen los límites de las provincias.
La última página está, básicamente, muy desordenada. Se dan instrucciones
para tomar huellas, pero no se aclara bien qué materiales se necesitan o
cuándo una huella está en condiciones de ser tomada. Aparecen términos
sumamente técnicos y el lector solo tiene como guía el esquema de una huella
(cuando se acaba de hablar de la diversidad de huellas). La bibliografía
está mal redactada y, en todo caso, sería adecuado ponerla al final del
libro, lo mismo que el otro recuadro.
Si la intención es reunir estos folletos y armar con ellos un libro, deben
ser sometidos a un exhaustivo trabajo de editing. Publicarlos tan y como
están sería un gran descuido, y el resultado un libro pésimo.
Primero, porque este texto no parece estar escrito para quien verdaderamente
va dirigido. No está pensado para sus lectores. Le falta claridad y
adecuación. También hay que hacerle una corrección de estilo: hay párrafos
mal redactados, errores de ortografía, frases incomprensibles.
Este folleto presenta una tipografía demasiado pequeña. Si sus lectores lo
llevarán de excursión, les costará leerlo al aire libre. Hay que agrandar el
cuerpo de los epígrafes y disponer de otra manera la información. Se puede
recurrir a tablas.
Conviene desarrollar un texto principal en esta doble página, donde se
expliquen los conceptos claves, como la composición de una huella, los
lugares donde se encuentran y demás. Las ilustraciones tienen que seguir una
escala coherente y los epígrafes, ser más claros.
Si el objetivo de la última página es enseñar cómo se levanta una huella,
enumerar los materiales necesarios es fundamental. Y vigilar siempre, en
todo momento, que el texto sea claro para el lector y lo ayude en su
propósito.