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Trabajo Práctico Nº 2  |  Microeconomía (Cátedra: Apella - 2018)  |  Cs. Económicas  |  UBA

TP N° 2

 

OBJETO

 

  1. Realizar una síntesis de los textos que se indican a continuación (extensión máxima: media carilla para cada texto y 2 páginas -1 hoja- en total. Letra TNR/Arial 11).
  2. Extraer citas textuales que expliquen qué debe comprenderse bajo las categorías de: “ciudadano”, “necesidades” y “mercado”. Se debe indicar en qué página del trabajo está la transcripción que efectúan.

 

Textos a considerar:

BOVERO, MICHELANGELO: “Ciudadanía y derechos humanos”; HABERLE, PETER “Siete tesis para una teoría constitucional de mercado”; CAPELLA, JUAN RAMON: “Los ciudadanos siervos”, CORTI, HORACIO: “Necesidades, preferencias y derechos”; NINO CARLOS “Sobre Necesidades Básicas”

 

Ejemplo:

“El mercado, en cuanto parte de la sociedad abierta, está conformado por la Constitución: no nos es dado por la ‘naturaleza’, sino que es constitucionalizado, no se protege o se excluye, sino que se trata de un espacio social, en el que el ejercicio de los derechos fundamentales encuentra su lugar: en concurrencia y cooperación, en intercambio y aglomeración, conjuntamente o en disputa” (HABERLE, pág. 14).

 

 

  1. En el texto “Sobre Necesidades Básicas” de Carlos Nino el autor se pone como objetivo reivindicar el papel relevante del reconocimiento de necesidades básicas en el marco de una concepción liberal de la vida. Describe su postura en 6 ítems abarcando temas como necesidades básicas (obviamente), deseos, autonomía personal, escasez de bienes, bienes primarios y secundarios, bienestar, liberalismo, utilitarismo, etcétera.

Describe a las necesidades básicas (y las diferencias de los deseos) y al final del texto afirma que éstas son fundamentales en una concepción liberal de la sociedad. Las relaciona con la escasez de bienes (y cómo el enriquecimiento de un individuo podría implicar el empobrecimiento de otro. En base a eso, menciona a los bienes primarios y afirma que no dependen de la intensidad de los deseos/preferencias de los individuos. Habla del liberalismo como “posición intermedia” entre el perfeccionismo y el utilitarismo. Por último, concluye explicando que se desvanece la idea de independencia  y separabilidad de los individuos porque la vida de cada uno se ve afectada por sus propias preferencias personales (que le generan un coste de oportunidad) como así también por las de los demás.

 

En el texto “los ciudadanos siervos” Juan Ramón Capella comienza explicando que la ciudadanía está definida, por un lado, haciendo abstracción de las cualidades del ciudadano -sexo, raza, nación, cultura, condición social etc.- y, por el otro, atribuyéndole derechos iguales cuyo contenido y alcance dependen en el fondo de la correlación de fuerzas políticas. Parte de sostener que en el mundo moderno, a todo derecho le corresponden deberes. Estos deberes son jurídicos (no morales) y su cumplimiento está garantizado por el Estado. Cuando los derechos no son privados sino políticos (por ejemplo derechos de libertad) existe una diferencia fundamental: el deber correspondiente lo tiene el Estado con el ciudadano.

Los derechos de libertad dependen de quienes convienen. Esto significa que la igualdad de derechos no implica igualdad de deberes. Capella sostiene que la frágil libertad moderna no implica igualdad de deberes. Según el autor, el relato político del capitalismo pone el supuesto de que todo el poder político es público, como si el poder privado (poder económico, cultural etc.) fuese completamente ajeno. Afirma que el poder político de las personas es privado, desigual y se ejerce fuera de las urnas. El origen de este poder es económico y sus implicancias culturales se difunden y conservan mediante las redes sociales de la estructura de clases.

De este modo, el empresariado llega a contar con poder organizativo social y con capacidad de incidencia en el gobierno local. Los grupos organizados también pueden acumular poder político privado (tales como los sindicatos). Sin embargo, en el sistema capitalista el único poder político privado que surge espontáneamente y naturalmente es el del empresariado y ejerce una enorme presión sobre los representantes emanados de la soberanía popular. Los seres humanos tienen en los derechos de ciudadanía una fuente de legitimidad pero no una fuente de poder. La pérdida de poder tiene que ver, para Capella, con la disolución de la comunidad (descendiente de la necesidad) y visualiza la posibilidad de afianzar poderes públicos capaces de contrarrestar el poder privado del capital.

 

Michelangelo Bovero en el texto “Ciudadanía y Derechos Humanos” habla del concepto de ciudadanía y afirma que este, históricamente, siempre ha sido jurídico. Explica que por la ignorancia de ciertos sociólogos y filósofos partidarios de la teoría de la ciudadanía respecto de este tema lleva a olvidar que los sobrevivientes de la desaparición de la sociedad status son tanto el concepto de ciudadanía y la subjetividad jurídica. Es preciso analizar el status de ciudadano que se entiende como "el status que corresponde al individuo moderno y es reivindicado por este, en la medida en que quiere ser más que un simple súbdito, un mero sujeto de deberes y destinatario pasivo de órdenes". El autor, define a la ciudadanía como "el conjunto articulado de los derechos civiles, políticos y sociales, cuya determinación y relación en el conjunto es precisamente el problema". Explica que este término utilizado genéricamente lleva a no distinguir la naturaleza de los diferentes tipos de derechos. Fundamenta esto explicando que los tres derechos esenciales que tiene el ser humano por naturaleza son: vida y libertad, los cuales son propios del individuo, de su identidad. Luego explica que el derecho de propiedad está erróneamente considerado un derecho de libertad, y que este fue reforzado a lo largo del tiempo con la frase “la propiedad es sagrada e inviolable”. La propiedad no le corresponde a cada hombre, sino que cada uno puede o no ser propietario sin perder su identidad, sin dejar de ser hombre.

 

Peter Haberle en su obra  “Siete tesis para una teoría constitucional de mercado” realiza un trabajo relativo a la constitucionalización del mercado. En primer lugar Häberle habla sobre la relación entre el mercado, el Estado y la constitución. Por mercado ha de entenderse “el intercambio producido entre la oferta y la demanda”; “el mercado es el proceso en el que la especial propiedad sobre los medios de producción dirige la misma para lograr de la mejor manera la satisfacción de las necesidades más urgentes de los consumidores”. En relación a la Constitución, explica que el mercado, está conformado por ésta: no nos es dado por la “naturaleza”, sino que es constitucionalizado. Por su parte, el ser humano no está únicamente orientado al provecho y la ganancia económica, ni encuentra su única motivación en la racionalidad. Tal presupuesto se pone de manifiesto en los textos clásicos y en los textos constitucionales.

Posteriormente analiza las similitudes entre la democracia y la economía de mercado, a la vez que forja los limites de esta. Concluye afirmando que la economía social de mercado ha de ser una tercera vía entre el socialismo y el capitalismo, que debe reflejarse en los textos constitucionales.

 

Horacio Corti explica en el texto “Necesidades, preferencias y derechos” que el mercado es un arreglo institucional para satisfacer necesidades; es por eso que se lo califica como una institución económica. También afirma que, hay una distinción clara entre necesidad y preferencia. Las primeras se refieren al hombre en su carácter de ser viviente, y las segundas son una manera de referirse a los gustos. Las necesidades no ocupan un lugar relevante en el mercado en cuánto institución social.

La institución mercantil no sólo es indiferente respecto a las necesidades, también es ajeno a las preferencias no respaldadas en términos de poder de compra, y esto no se debe a ninguna imperfección o falla de la institución, sino a los rasgos que la definen. Sólo son satisfechas las necesidades que coinciden con preferencias respaldadas con poder de compra. Esto significa, ceteris paribus, que la conservación de la vida humana es una variable dependiente del poder de compra.

Así como a todos los individuos se les debe reconocer un conjunto de derechos con independencia de su sexo, religión o pensamiento, también se les debe reconocer esos derechos con prescindencia de la cantidad de bienes que posean

El mercado no es una institución que asegure derechos. Es apta para satisfacer algunas preferencias respaldadas con poder de compra

El enfoque económico habitual desdeña la subjetividad humana y, por ende, al hombre viviente en cuanto tal.

 

  1. NECESIDADES:
    Al menos intuitivamente hay una distinción clara entre necesidad y preferencia. Mientras las primeras se refieren al hombre en su carácter de ser viviente, las segundas son una manera elegante de referirse a los gustos.” (Corti, pág. 1)


“Hay necesidades <<categóricas>> que no dependen de deseos y no se pueden evitar tener. La privación de estas necesidades constituye un daño que debe distinguirse de la mera ausencia de beneficio que se produce cuando se frustra un deseo. La precedencia de las necesidades sobre los deseos se funda en el hecho de que es peor causar un daño que no dar un beneficio” (Nino, pág.22)

 

[…]Los vínculos de necesidad ponen en común, también, los problemas de cada uno” (Capella, pág 3)



MERCADO

El mercado, por ejemplo, se lo entiende en ocasiones como un arreglo institucional para satisfacer necesidades; es por tal razón que se lo califica como una institución económica, pues genera una asignación de los recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas.” (Corti, pág. 1)

 

Un mercado ideal o real es un presupuesto conceptual de la idea de igualdad de recursos” (Nino, pág. 33)

 

 

CIUDADANÍA

“Por <<ciudadanía>> se entiende en realidad el conjunto articulado de los derechos civiles políticos y sociales cuya determinación y cuya relación en el conjunto es precisamente el problema.“ (Bovero, pág. 94)

 

Para poder verse como ciudadano en el espejo mágico del relato político contemporáneo cada persona ha de realizar dos notables series de operacione: una de despojamiento y otra de revestimiento” (Capella, pág. 3)


 

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