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Metod. de las Cs. Soc. 1° Parcial domiciliario Cátedra: Gianella Prof. Ariel Yoguel Sede Martínez 2do Cuat. 2006 Altillo.com

Desarrolle en no más 2.000 palabras las tres preguntas siguientes. Deberá entregar un juego de hojas engrampadas en formato A4, sin adjuntar carpetas, portadas o folios. Los márgenes superior e inferior, izquierdo y derecho serán de 2,5 cm cada uno, la tipografía Times New Roman en cuerpo 12 e interlineado a espacio y medio. Se recibirán los parciales el lunes 9 de octubre de 19 a 21 hs en el aula de cursada. Tenga en cuenta que además de los contenidos será evaluada la ortografía, la coherencia lineal y textual de las respuestas. Sólo se aceptarán aquellos exámenes que se atengan estrictamente a las condiciones y plazos de entrega estipulados.

[1] A continuación se cita un fragmento de la carta que A. Jarry enviara a lord Kelvin en agosto de 1897. En esta carta Kelvin expone su teoría acerca del sol como “sólido frío”. a) Reconstruya la teoría de Kelvin señalando cuáles son sus hipótesis principales, auxiliares y derivadas, sus consecuencias observacionales y condiciones iniciales. b) Formule el esquema de contrastación que sirvió a Kelvin para evaluar los resultados de su experimento. Recuerde que para la formulación del esquema deberá emplear la regla de conversión-alfa introducida en el cálculo-lambda por Church y Kleene en 1930. c) Teniendo en cuenta el modelo nomológico-deductivo de explicación-predicción (Popper, “El cubo y el reflector: dos teorías acerca del conocimiento”), reformule el experimento de Kelvin indicando leyes universales, condiciones iniciales y explicandum. d) Explique brevemente qué objeciones metodológicas presenta H. Bösengeist al modelo hempeliano en su artículo “El modelo legaliforme: un análisis retrospectivo”.

“El sol es un globo frío, sólido y homogéneo. Su superficie está dividida en cuadrados de un metro, que son las bases de largas pirámides invertidas, aterrajadas, de una longitud de 696.999 kilómetros, cuyas puntas están a un kilómetro del centro. Cada una está montada sobre una tuerca y su tendencia al centro, si yo tuviera tiempo, acarrearía la rotación de una paleta, fijada a su parte superior, en algunos metros de líquido viscoso con que está barnizada toda la superficie...
Poco me interesaba ese espectáculo mecánico, porque no había encontrado mi segundo de tiempo solar medio y me afligía la pérdida de mi diapasón. Pero tomé un trozo de bronce con el que hube de moldear una rueda donde tallé dos mil dientes, imitando todo aquello que en semejante circunstancia lograron el señor Fizeau, lord Rayleigh y Mrs. Sidgwick.
Súbitamente, recuperando el segundo con el valor en sí mismo absoluto de 9.413 kilómetros de la unidad Siemens, las pirámides, forzadas a descender sobre su tornillo porque, como yo, se hallaban en el tiempo motor, para permanecer estables debieron equilibrarse pidiendo prestada una cantidad suficiente de movimiento repulsivo a sir Humphry Davy; y la materia fijada, los árboles aterrajados y los tornillos desaparecieron. El sol volviéndose viscoso se puso a girar sobre sí con vueltas de veinticinco días; dentro de algunos años verá manchas en él y dentro de algunos cuartos de siglo descubrirá su período. Pronto, incluso, su enorme edad se encogerá hasta achicarse en tres cuartos.”

[2] En el segundo capítulo, página 140, de Retrogradación multicultural de las formas simbólicas (Bs. As., Tusquets, 2006), H. Glockenkranz afirma que un símbolo es

“algo cuya supuesta función es plasmar o representar otra cosa. Muchos símbolos son meras ‘supervivencias’, cosas que no poseyendo ya provecho siguen estando porque hemos heredado la tendencia a fabricarlas: como las urnas funerarias talladas en los monumentos recordatorios. Antaño eran urnas verdaderas que contenían las cenizas de los muertos. No podemos dejar de hacerlas, pero podemos darles un nombre que disimule nuestra incapacidad.”

¿Cree usted que la definición propuesta por Glockenkranz está en conflicto con las ideas sobre la metáfora y las falsas simbologías que T. Kuhn defiende en La estrucutura de las revoluciones científicas (Posdata de 1969, sección 8: “Naturaleza de las formas simbólicas”).

[3] En un tribunal inglés, un hombre llamado Home, que acusaba a un vecino de asesinato, fue procesado por falsedades. Sus palabras exactas fueron “Sir Thomas Holt tomó un hacha y golpeó a su cocinero en la cabeza, de modo que una parte de la cabeza cayó sobre un hombro, y la otra parte sobre el otro hombro”. Home fue absuelto, a indicación del tribunal; los doctos jueces declararon que sus palabras no formaban una acusación de asesinato, ya que no afirmaban la muerte del cocinero, y que ésta era una simple deducción. En su Introducción a la lógica (Eudeba, 1972, cap. 3), I. Copi ofrece un catálogo de dieciocho argumentos falaces inspirado en las Refutaciones sofísticas de Aristóteles. a) ¿Considera usted que el argumento sobre el cual se apoya la decisión del tribunal en la historia relatada ejemplifica lo que Copi llama un argumentum ad baculum? ¿Por qué Home es obligado a comparecer por la fuerza ante el tribunal y condenado, finalmente, a la reclusión perpetua? Para elaborar su respuesta tenga en cuenta que si el señor Holt hubiera empleado un martillo (en lugar de un hacha) no se habría partido en dos el cerebro del cocinero, sino que habría sido aplastado como una sandía en medio de una manifestación. En ese caso, el cerebro del cocinero habría derramado un hilo de sangre sobre el piso de la cocina (al igual que las sandías derraman su jugo azucarado cuando son embestidas por los zapatos de los viandantes). Holt seguramente supo que la sangre en el piso habría sido una prueba irrefutable de la culpabilidad de Home, pues “La fuerza hace al derecho” y “Enseñar con el ejemplo es mejor que seguirlo” (Cfr. Ramón Véliz García y Casal, “Consideraciones en torno a las potestades del horticultor”, plublicado en Plus ultra, año 2003, Nro. 5, p. 17).