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Hist. Ec. y Soc. Gral. La industrialización en Alemania, Estados Unidos y Rusia Altillo.com

El desarrollo de la industria alemana
  En primer lugar, porque su entrada en el cambio industrial se produjo sin haberse logrado la unificación política, aun más: el crecimiento de la economía fue un factor fundamental en la misma. En segundo término, la industrialización germana sirvió como contramodelo de la británica, oponiendo al esquema clásico un diferente rol del Estado en la política arancelaria, la educación y la legislación. Finalmente, su relativamente tardío desarrollo industrial se relaciona estrechamente con formas de concentración empresarial.

El camino hacia la unidad
  Las conquistas napoleónicas impusieron los principios del moderno Código Civil francés en la Confederación del Rin; fundamentalmente el respeto a la propiedad privada individual y absoluta. Hacia el oriente, Prusia también adoptó el sistema normativo galo, aboliendo en 1807 la servidumbre y la distinción entre propiedad noble y no noble. Se creaban así las condiciones para la existencia de un mercado libre de tierras. Con posterioridad, las bases para el crecimiento capitalista se consolidaron con la prohibición de las restricciones gremiales en las ciudades.
  La caída de Napoleón en 1815 abrió el camino a una nueva etapa. El Congreso de Viena, muy preocupado por el equilibrio europeo, estableció en los territorios alemanes una confederación de pequeños Estados, con el objetivo de frenar las tentativas de unificación encabezadas por Prusia. La Confederación Alemana era una unión muy débil, conservando los Estados miembros su soberanía en las decisiones ejecutivas y judiciales. Esta organización preservaba los intereses de Austria, que recelaba de las intenciones expansionistas prusianas.
  Mientras los Estados alemanes se clausuraban recíprocamente sus fronteras, permanecían abiertos a las mercaderías extranjeras, situación que se agravó tras la derrota de Napoleón.
  Hacia 1828 se realizó una reforma aduanera general, teniendo por eje a Prusia. Casi simultáneamente se habían constituido dos uniones aduaneras, una entre Baviera y Würtemberg, y otra entre Prusia y Hesse-Darmstadt, en cada una de las cuales las mercaderías circulaban libremente, existiendo un arancel común en la frontera. Desde el primer momento se realizó un acercamiento entre ambas uniones, pero la fusión definitiva en una sola Zollverein no se resolvió hasta 1833, entrando en vigencia al año siguiente la nueva legislación.

Los ferrocarriles y la concentración empresaria
  Prusia sumó la construcción de ferrocarriles que la vinculaban con los otros Estados alemanes. Deliberadamente impidió la comunicación de éstos con Austria, para reforzar los nexos económicos dentro de la Confederación Germana y aislar el Imperio de los Habsburgo.
  Sus consecuencias comerciales y productivas no pueden ser exageradas. Por un lado, la circulación interna de mercaderías aumentó notablemente, ampliándose el mercado interno y la movilidad de mano de obra. Por otra parte, el ferrocarril creaba eslabonamientos hacia atrás y hacia delante que impulsaron la minería y la siderurgia. A partir de la década de 1850, la producción de hierro y carbón se incrementó de gran manera -alrededor del 30 por ciento el hierro y del 10 por ciento el carbón-. Esta explosión de la minería se vio favorecida por la circulación de trenes que unían las cuencas ferrosas con los yacimientos carboníferos, facilitando la producción de acero y por la demanda de las propias empresas ferroviarias que se transformaron en el principal consumidor de las acerías, impulsando a la vez todo un abanico de actividades mecánicas.
  Por otra parte, su envergadura y el impulso a la industria pesada obligaron a la concentración.
  Los lazos económicos -expresados en la Zollverein y la construcción de ferrocarriles- propiciaron la unificación política bajo el liderazgo prusiano. Estas tendencias a la unión nacional germana se concretaron mediante victorias militares sobre Dinamarca, Austria y Francia, que permitieron -bajo la conducción del canciller Bismarck- la consagración del II Reich Alemán (1871). A partir de allí, el crecimiento industrial se aceleró, dada la mayor coordinación de la política económica. Las empresas ferroviarias, por ejemplo, fueron nacionalizadas y el Estado alemán fijó sistemáticamente tarifas muy bajas para favorecer el flujo de mercaderías y personas.

Sociedad, población y crecimiento económico
  La urbanización y el crecimiento demográfico son las características de todo el proceso de industrialización, proporcionando una demanda creciente a las manufacturas y la oferta necesaria de mano de obra. El cuadro muestra el crecimiento de la población en el Reino Unido de Gran Bretaña, Francia, Alemania y Estados Unidos entre 1800 y 1920 (en millones de habitantes):

  1800 1820 1840 1860 1880 1900 1920
Gran Bretaña 15,7 21,0 26,9 29,1 35,0 41,5 42,8
Francia 27,3 30,5 34,2 36,7 37,6 39,0 39,2
Alemania 23,2 27,0 32,8 38,1 45,2 56,4 60,8
Estados Unidos 5,3 9,7 17,1 31,4 50,2 76,0 105,7

  Obsérvese el espectacular crecimiento de la población alemana a partir de 1840-1860, especialmente si se lo compara con el experimentado por Francia. Las cifras de Estados Unidos son notables, pero debemos contemplar que en este último caso los inmigrantes constituyeron el principal factor de aumento demográfico y el territorio estadounidense era mucho más extenso.
  Los sectores industriales que lideraron el proceso en Alemania fueron aquellos ligados a la producción de acero, productos químicos, eléctricos y, desde principios del siglo XX, automóviles.
  Si analizamos la concentración desde el punto de vista de las necesidades productivas podemos diferenciar entre:
- Concentración horizontal o de fusión: se busca agrupar bajo una misma dirección varias empresas que operan en el mismo sector y etapa de la producción. Por ejemplo, acerías, fundiciones de hierro, fabricantes de productos eléctricos.
- Concentración vertical: se unen distintas empresas complementarias que participan todas ellas en el proceso de fabricación de un mismo bien. Es el caso de una acería que explota minas de hierro y carbón, cuenta con un ferrocarril propio, lamina el acero y finalmente lo comercializa.
  También se producen procesos de concentración empresarial por causas económicas. Entre ellos encontramos los cárteles, que son una forma de colusión en los mercados oligopólicos. Mientras en un mercado con muchos vendedores -competencia perfecta-, cada uno de ellos puede tomar el precio de mercado como parámetro, en un mercado con pocos competidores las empresas saben que sus decisiones sobre la formación de los precios afectarán las decisiones de las demás. Por ese motivo, el cártel está compuesto por un grupo de empresas grandes dedicadas a fabricar un mismo producto, que se ponen de acuerdo para fijar su precio y establecer cuotas de venta para cada compañía. Puede adoptar muchas formas, celebrando convenios públicos o tácitos sobre el liderazgo de precios en el mercado. El acuerdo se presenta más fácil de alcanzar cuando el número de partes implicadas es pequeño, los productos son homogéneos y la regulación gubernamental es poco exigente. La otra forma de concentración empresarial por causas económicas son los trusts: en ellos un grupo financiero controla un conjunto de firmas, manejándolas de manera coordinada.
  Con frecuencia estas asociaciones practicaban estrategias de dumping; contaban con un mercado interno protegido por altos aranceles aduaneros y exportaban sus productos a un precio inferior. Las mayores ganancias obtenidas en el mercado interno compensaban las eventuales pérdidas en las exportaciones, permitiéndoles la fabricación a gran escala y la conquista de nuevos consumidores en el exterior.

Los bancos y la inversión en la industria
  Los bancos alemanes operaban sólo con los sectores más modernos y significativos: carbón, siderurgia, electricidad e industria química.
  El centro de su política bancaria consistía en la prolongación de los vencimientos bancarios a corto plazo, prorrogándolos primero como créditos de mediano plazo y después como financiaciones que caducaban en diez o veinte años. El banco lanzaba y sostenía la firma industrial, la seguía y controlaba; si la empresa se mostraba prometedora, se la presentaba en el mercado bursátil y la entidad financiera sentaba a sus representantes en el directorio de la fábrica.

Teoría y práctica del proteccionismo
  Proponía entonces aplicar en Alemania el proteccionismo, como herramienta necesaria para lograr la industrialización. La protección arancelaria debía ser moderada y transitoria: en ningún momento se postulaba la necesidad de cerrar el mercado nacional a la competencia extranjera.
  Los aranceles aduaneros, entonces no deberían ser aplicados de manera abusiva; su objetivo era lograr la "educación industrial" del país, es decir, la articulación de la economía a nivel interno y la adopción de las técnicas necesarias para el crecimiento de la actividad manufacturera.
  La Alemania unificada expresaba la hegemonía de dos grupos diferenciados: por un lado, que lideraba el sector más dinámico de la economía; por el otro, la antigua nobleza terrateniente -cuyos miembros son llamados junkers-, que continuaba ocupando la cima de la jerarquía social y la mayoría de las posiciones más destacadas de la administración, el ejército y la diplomacia. Amenazada en su influencia por la evolución económica, la nobleza sentía la necesidad de remozarse y fortificarse atrayendo a la alta burguesía industrial mediante la táctica del ennoblecimiento y de los matrimonios mixtos. Las grandes familias industriales, poseedoras de crecientes riquezas, aceptaron la unión propuesta por la nobleza, para preservar los firmes intereses comunes.
  De este pacto tácito nació "la alianza del centeno y del acero" que hizo solidarios a los junkers prusianos y a los industriales de Renania. Estas dos fuerzas políticas respaldaron el dominio imperial y acompañaron hasta 1890 la conducción de Bismarck.

La formación técnica
  En 1810 se fundó la Universidad de Berlín, bajo la conducción del Ministerio de Educación de Prusia. En 1840 tenía 1750 estudiantes y llegó a ser líder tanto en enseñanza como en investigación, adquiriendo renombre mundial por su currículum y el carácter abierto a la experimentación. Sus institutos de investigación contaban con laboratorios modernos, que se vinculaban con las actividades productivas.
  Rondo Cameron opina que el florecimiento de las universidades germanas se deriva de la competencia entablada en la primera parte del siglo, cuando no existía un Estado alemán unificado y cada una de las ciudades buscaba obtener prestigio a través de las actividades académicas.
  La concentración empresarial promovía la creación de grandes laboratorios, que crecieron junto con las fusiones entre las firmas: tomemos por ejemplo la conformación del IG Farben trust conformado en 1925 por Agfa, Bayer, Hoechst y Basf, entre otras.

La industrialización de Estados Unidos
La formación de las instituciones y los primeros pasos hacia el crecimiento acelerado
  La independencia de Estados Unidos en 1776 se vincula fuertemente al dominio económico ejercido por Inglaterra sobre sus colonias norteamericanas. Éstas se hallaban completamente sometidas a la metrópoli en materia industrial, que prohibía cualquier tipo de actividad manufacturera en sus dominios.
  Tras la emancipación se entabló una fuerte polémica entre Alexander Hamilton, partidario de fomentar la industria con aranceles proteccionistas, y Thomas Jefferson, que prefería la aplicación de una política de librecambio que garantizara las exportaciones agrícolas.
  Pero ni el gobierno federal ni las autoridades estatales contaban con atribuciones legales para intervenir más en los asuntos económicos. La Constitución de 1787 era muy celosa en cuanto al equilibrio entre los poderes y el respeto a la iniciativa privada. Además, existían áreas no reguladas, con vacíos legales que limitaban la fijación de normas laborales y comerciales.

El marco de las ideas
  El proteccionismo recién alcanzó una mayor importancia teórica con la presencia del joven List en la década de 1820 y a través de los escritos del economista estadounidense Henry Charles Carey.
  Carey atacó la preponderancia industrial de Inglaterra y reemplazaba el ideal ricardiano de una división internacional del trabajo por el de naciones independientes dedicadas cada una de ellas a todas las ramas de la actividad económica; reafirmaban, de tal manera, su propia individualidad y soberanía. A su juicio, el librecambio tiende "a crear un taller único para el mundo entero soportando los más onerosos gastos de transporte".
  Finalmente, Carey señalaba la benéfica reacción producida en la agricultura por la proximidad de las industrias nacidas al calor del proteccionismo, al proporcionarle mercados cercanos. No se conformaba con una protección industrial, reclamaba además la protección del sector agrícola; los derechos poco elevados que proponía List, distan mucho de parecerle suficientes. Su ideal era la conformación de una economía completa, que reuniera en sí todos los sectores: agricultura, ganadería, industria, comercio y transporte.

La evolución regional de las actividades económicas
  Las tierras del Medio Oeste fueron colonizadas gradualmente, brindando la posibilidad de agrandar la frontera agrícola, recibir las oleadas de inmigrantes y conformar un mercado consumidor siempre creciente. En esta expansión fue fundamental la legislación de tierras, basada en el criterio de otorgar la propiedad de la misma a las personas que se comprometieran a cultivarla (Ley Homestead, 1862).
  La colonización del Oeste se vio impulsada por el hallazgo de oro en California, de importantes consecuencias: por un lado, en un sistema monetario con base de oro, el descubrimiento del mineral conlleva un efecto expansionista, al permitir la emisión de más billetes. Por otra parte, la creación de otro polo de crecimiento ubicado sobre el Pacífico promovió la extensión de las vías férreas con el objeto de unir ambos océanos.
  La producción algodonera del sur, que tenía como destino Inglaterra, se basaba en la utilización de mano de obra esclava. Esta situación generaba dos conflictos básicos con el norte del país. Por un lado, los plantadores del sur eran partidarios de una política de librecambio para permitir un comercio fluido con la ex metrópoli. Se oponían así a las regiones industriales que propiciaban el proteccionismo. Por otra parte, más allá de las consideraciones éticas, el norte observaba la presencia de la esclavitud como una limitación en la movilidad de la mano de obra y una reducción del mercado consumidor, al no revisar los esclavos retribución alguna. La guerra civil (1861-1865) determinó la derrota del modelo sureño, la adopción del proteccionismo y la abolición de la esclavitud. La consecuencia inmediata fue la disminución de la importancia de las exportaciones de algodón.
  El crecimiento industrial de Estados Unidos comenzó en el nordeste, especialmente en Nueva Inglaterra. En un principio se copiaron los telares ingleses, pero el hilado continuaba haciéndose de manera doméstica. La competencia británica fue hasta 1812 muy fuerte y sólo se pudo ser superada a partir del cambio tecnológico: se incorporaron a la producción grandes máquinas de hilar y tejer impulsadas por energía hidráulica. El algodón fue la materia prima preferida, siendo provista por el sur.
  Con posterioridad a la guerra civil, se instalaron en la zona interior de los Apalaches nuevas industrias relacionadas con la denominada Segunda Revolución Industrial. Los sectores más importantes fueron la producción de acero, maquinaria pesada, químicos y automóviles.
  En los Apalaches, los norteamericanos contaron con los yacimientos de hierro y carbón necesarios para la industria siderúrgica.
  Se desarrolló un crecimiento comercial espectacular de las ciudades del nordeste: Nueva York, Boston, Filadelfia y Baltimore. Fuera del área, se sumaron más adelante Chicago -que se convertiría en el principal centro de comercialización de cereales del mundo- Nueva Orleáns y Los Ángeles.

La expansión ferroviaria
Su influencia fue notable en los siguientes aspectos:
- Permitió la unificación política del territorio nacional, sirviendo para el traslado de tropas y armamentos federales.
- Facilitó el tránsito a un precio relativamente reducido de mercaderías y hombres, ampliando permanentemente el mercado consumidor y la movilidad de mano de obra.
- Demandó el crecimiento de industrias vinculadas en la producción de hierro, acero y maquinaria.
- Conformó un nuevo tipo de empresa moderna que serviría de modelo de organización en el siglo siguiente.
  En 1865 los ferrocarriles ya disponían de más de 50 mil kilómetros de vías; diez años más tarde, cerca de 120 mil; y hacia 1885, más de 200 mil. Los kilómetros de vías existentes en Estados Unidos superaban a los que había en todo el resto del mundo en su conjunto.
  El Estado mantuvo su actitud liberal en el tema tarifario. Los precios del pasaje y del transporte de cargas estaban desrregulados y eran fijados por las empresas según sus deseos. En algunos trayectos cortos había una sola línea de ferrocarril que ejercía una posición de monopolio, sometido únicamente a la competencia de otros medios distintos de transporte, tales como los canales y los caminos. Como es lógico, sacaba el máximo partido de tal posición de monopolio aumentando el precio de los pasajes y de los fletes.
  Para remediar esta situación el gobierno federal estableció en 1887 la ICC (Comisión interestatal de comercio) que tenía la función de establecer las tarifas ferroviarias. Más adelante (en 1935) la regulación se extendió al transporte por carretera.

La concentración empresarial y la legislación antitrust
  A la ya mencionada fusión de empresas ferroviarias debemos agregar las producidas en los sectores petrolero y siderúrgico, combinando estrategias de control vertical y horizontal. Esta tendencia encontraba sus fundamentos en las necesidades de abastecimiento de un mercado interno en crecimiento explosivo, que cubría un extenso territorio en el carácter de las actividades que requerían de importantes inversiones y en las facilidades otorgadas por una legislación insuficiente, inspiradas en los preceptos jeffersonianos de respeto a la iniciativa privada.
  La concentración de firmas motivó una campaña contra los grandes conglomerados industriales y de servicios. Entendiendo que estas asociaciones conspiraban contra la libre competencia, en 1890 el Congreso de Estados Unidos sancionó la Sherman Antitrust Act. En ella se establecía la prohibición vedando la formación de cárteles o cualquier convenio para fijar precios, limitar la producción industrial, repartirse porciones del mercado o excluir la competencia.
  Aunque evidentemente no había sido redactada con ese objetivo, la Sherman Antitrust Act fue utilizada en 1894 contra el movimiento obrero organizado. Ante una huelga proclamada en veintisiete Estados por la American Railway Union, el gobierno federal envió las tropas pretextando que el conflicto impedía el traslado de correspondencia. Los líderes de la huelga finalmente fueron condenados por violar la normativa antitrust e impedir el comercio interestatal.

La educación
  En muchos Estados o localidades la ley exigía el mantenimiento de una escuela pública. Pero en la mayoría de los casos los centros eran financiados particularmente mediante las cuotas pagadas por los padres. Generalmente, también podía obtenerse alguna subvención suplementaria de las autoridades locales, del condado o del Estado tanto para pagar las cuotas de los niños cuyos padres se hallaban en dificultades para hacerlo como para complementar las cuotas. Aunque la enseñanza no fuera obligatoria ni gratuita, la cantidad de alumnos escolarizados era relativamente alta.
  En la década de 1840 se inició una campaña para reemplazar el sistema dispar y en su mayor parte privado por otro denominado de escuelas (elementales) gratuitas, que se impuso lentamente a partir de mediados de siglo, aunque la enseñanza organizada por las iglesias continuó siendo muy significativa.
  Los éxitos en la alfabetización no fueron acompañados por una educación técnica apropiadas en los otros niveles. Recién en las últimas décadas del siglo se abrieron universidades inspiradas en el sistema alemán, más apropiado para la vinculación entre ciencia y técnica.

Industrialización y Estado en la Rusia de los zares
Autocracia y predominio nobiliario
  Por encima de las particularidades regionales, la estructura sociopolítica del imperio se sustentaba en una autocracia que ubicaba a la nobleza en distintos niveles de la burocracia estatal. De este modo, los nobles transmitían a sus hijos los privilegios, títulos aristocráticos y prebendas.
  Esta nobleza controlaba buena parte de las tierras y, al mismo tiempo, sometía a una gran masas de siervos, obligados a cumplir con el pago de tributos en especie o trabajo. El propio Estado poseía vastas extensiones de territorio, que explotaba mediante la utilización de mano de obra servil.
  El peso del aparato militar determinaba las características de la economía rusa. Su preponderancia se mantuvo vigente por lo menos hasta la revolución de octubre de 1917, que puso fin al predominio zarista.
  La represión también debía ser financiada y el Estado ruso incurría en permanentes default: se detenía el ritmo de expansión territorial y las iniciativas productivas por él encaradas eran suspendidas.

Los condicionantes del desarrollo económico: el sector agrario
  La precariedad de las técnicas empleadas determinaba la escasa productividad del sector agrario: el sistema de rotación trienal prevalecía todavía en la mayor parte de las parcelas; prácticamente no se producía forraje y la mitad de los trabajadores rurales utilizaba arados de madera.
  La derrota militar en la guerra de Crimea (1854-1856) impulsó la realización de una profunda modificación de las relaciones en el campo. Su principal objetivo no era económico: el zar procuraba evitar una revolución social, que podría dar por tierra con la hegemonía nobiliaria.
  La reforma no entregó las tierras en propiedad a los campesinos, sino que éstos debían pagarlas en cincuenta pagos anuales idénticos, conocidos con el nombre de pagos de redención. Los nobles que perdían sus tierras fueron compensados mediante la entrega de bonos por parte del Estado.
  La otra limitación importante se relaciona con el mecanismo utilizado para organizar la propiedad campesina surgida del nuevo orden de relaciones sociales en el campo. En aquellos lugares donde existían ayuntamientos locales (mir), la tierra no se entregó de manera individual a cada campesino, sino que pasaba como propiedad corporativa a manos de los mir. Al mismo tiempo, se hacía a cada uno de los ayuntamientos locales responsable colectivamente por los pagos de redención y el cumplimiento de las obligaciones impositivas.
  ¿Cuál era la intención del gobierno ruso al otorgar la propiedad de la tierra a los mir y no a los campesinos en forma individual? El objetivo era principalmente fiscal y de control social: dada la extensión del Imperio Ruso y las dificultades para ejercer sobre el mismo, la concentración de responsabilidades en el mir evitaba la persecución de cada trabajador rural que escapara para evadir el pago de la cuota anual de redención o el impuesto.
  A diferencia de otras experiencias de industrialización que la precedieron, la agricultura desempeñó un papel ambivalente en el desarrollo manufacturero ruso. Mientras en Inglaterra la abolición de los vínculos feudales preparó la transición a una economía netamente capitalista mediante la extensión de la propiedad privada en el campo y en Alemania, la emancipación de 1807 consolidó el dominio de los junkers, hasta finales del siglo XIX la economía rural en Rusia continuó bajo un modelo claramente no capitalista. Es más: la particular articulación del sistema impositivo con el mir impedía la migración de los campesinos fuera de los ayuntamientos locales; la parte del tributo que no aportaba el aldeano que abandonaba el campo debía ser soportada por el resto de la comunidad. De esta manera, un hipotético crecimiento manufacturero tropezaba con la escasez relativa de trabajadores, ya que la mayoría de la población rural se hallaba atada a los mir.

El rol del Estado
  Es más, su estudio condujo a la elaboración por parte de A. Gerchenskron de la teoría sobre el desarrollo industrial en las sociedades atrasadas. La misma se basa en explicar las industrializaciones tardías, buscando aquellos elementos que la distinguen del leading case inglés. De este modo, este autor señala las diferencias que separan al líder de sus seguidores, sosteniendo al mismo tiempo la necesidad de emplear herramientas cada vez más extremas y alejadas del clásico ejemplo británico. La situación de atraso de Rusia era tan profunda que sólo la presencia del Estado podía conducir al desarrollo económico y preparar el saldo a la modernización industrial. Impulsado por las necesidades militares y de control social, el Estado zarista encaró desde mediados del siglo XIX un proceso de inversión en ferrocarriles, minería y fomento de la industria.
  De este modo se van delineando las características del crecimiento manufacturero. El énfasis se encuentra en la producción y el consumo del conjunto de la economía. Ya sea directamente como dueño de minas o de ferrocarriles o indirectamente mediante el otorgamiento de subsidios a empresas y fondos para el sistema bancario privado, el Estado tenía una presencia hasta entonces desconocida en otros procesos de industrialización.

La política monetaria y los bancos
  El comportamiento del sistema bancario reconoce dos etapas: la primera abarca desde la Guerra de Crimea hasta fines del siglo XIX; en ella los bancos se habían limitado a actuar como instituciones de depósito, otorgando créditos a corto plazo, repitiendo el esquema inglés. El Estado los reemplazaba en su función de financiar los grandes emprendimientos industriales.
  La segunda fase -que llega hasta la Revolución de Octubre- se relaciona con el crecimiento de la banca de San Petersburgo, que seguía el modelo de los grandes bancos alemanes; se entrelazaban íntimamente con la marcha de las firmas, aumentando la intervención en el directorio de las mismas. Esta participación más activa por parte del sector privado en el desarrollo manufacturero es explicada por Gerschenkron como el resultado como el resultado de la maduración económica del país, que posibilitaba el abandono paulatino de funciones por parte del Estado.

El último intento de reforma
  Dado el carácter de clase del gobierno ruso, era impensable un ataque a los intereses nobiliarios. En cambio, era factible una modificación de la situación de los mir y de la propiedad campesina. En 1907 el presidente del Consejo de Ministros, Piotr Stolypin impulsó una serie de reformas en el ámbito rural. Los objetivos de las mismas eran:
- Consolidar una clase de pequeños propietarios rurales que actuarían como respaldo conservador de la autocracia zarista.
- Facilitar la migración de los campesinos hacia las ciudades, desligándolos de las obligaciones con la comunidad de origen.
- Se buscaba también una expansión del mercado interior de consumo y la generalización de relaciones capitalistas en el ámbito rural.
  Por otra parte, la división de la propiedad dificultó aún más la recaudación de los pagos de redención y continuaron existiendo numerosas parcelas separadas, de cuy cultivo se encargaban los trabajadores rurales agrupados en el mir.
  La revolución de octubre de 1917 barrió con cualquier perspectiva de consolidación de las relaciones capitalistas en el campo y de modernización de la estructura económica en ese marco.

Conclusiones
  La concentración empresarial, por razones productivas o económicas, requirió de fuentes de financiamiento importantes, capaces de sostener en el largo plazo los emprendimientos industriales. Los recursos financieros podían ser proporcionados por el gobierno, los bancos o la bolsa; de todos modos estas interacciones definen la etapa caracterizada por Lenin como de predominio del capital financiero monopolista.
  El papel de la agricultura en cada proceso de industrialización promueve el debate en torno a la necesidad de la concreción de una revolución agrícola como requisito indispensable para el crecimiento industrial, tal como la postula Bairoch. La descripción desarrollada en el artículo apuntala su teoría. En los casos exitosos de Alemania y Estados Unidos, el sector agrario proporcionó cantidades crecientes de alimentos, aumentando la productividad. Podríamos distinguir el esquema germano, de explotación de grandes extensiones de tierra en mano de los junkers, del protagonizado en Norteamérica por los farmers, de estímulo a la formación de la pequeña propiedad. Sin embargo, los cambios producidos en el campo permitieron abastecer suficientemente a los centros urbanos.
  En el caso del imperio Ruso, las condiciones sociales y la particular forma de tributación campesina a través de los mir retrasaron considerablemente el proceso de creación de un mercado libre de mano de obra y de consumo de manufacturas.
  Por último, el marco institucional y la herencia histórica jugaron un papel fundamental en la consolidación de cada una de las industrializaciones. En Alemania y Estados Unidos, pudieron realizarse las adaptaciones necesarias para el crecimiento económico. La Rusia de los zares, por otra parte, tropezó con el obstáculo de una estructura sociopolítica extremadamente reaccionaria y anacrónica. Los intentos realizados para su modernización no fueron suficientemente enérgicos como para establecer las bases del desarrollo capitalista autosostenido. El Estado soviético, que transformará radicalmente las estructuras sociales, heredará algunos rasgos de la economía zarista: el peso fundamental del poder militar, el atraso del sector agrario y la preferencia sistemática por la producción de bienes de capital y armamentos en detrimentos de la elaboración de bienes de consumo.