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Resumen de "Canitrot"  |  Historia Económica y Social Argentina (Cátedra: Mateu - 2019)  |  Cs. Económicas  |  UBA
 CANITROT

Segunda parte: el gobierno militar

 

El programa de gobierno. La convergencia liberal-militar

 

En marzo de 1976 la tasa mensual de inflación fue superior a un 50%. Por lo que en ese momento todos los mecanismos normales de funcionamiento de la economía estaban desarticulados.

La actividad productiva estaba detenida, no por la acción de los activistas sindicales que habían terminado de bajar los brazos, sino por los “lock-outs” de las empresas. El gobierno era más que un adorno y las Fuerzas Armadas pautaron su accionar, de manera que llegada determinada situación, estos tomarían el poder de forma limpia. 

Una vez ya las Fuerzas Armadas en el poder, iniciaron una dura represión contra la guerrilla, la izquierda peronista y los activistas sindicales, y además a algunos políticos, intelectuales, la izquierda no peronista, etc. 

Mas allá de la represión, las Fuerzas Armadas se habían propuesto que la reinstalación de la Democracia no signifique la repetición del peronismo, lo acusaban de una innata ineficiencia en el manejo de los negocios público y una seria vulnerabilidad hacia la izquierda, para esto transformarían las condiciones estructurales de las que se nutría el peronismo, allí es donde convergieron con el liberalismo.

-El liberalismo concebido como una ideología modernizante, había desplazado al conservadorismo paternalista tradicional. La idea central del liberalismo es que el mercado, actuando sin restricciones, es el más eficiente en asignar recursos económicos y es disciplinador por excelencia del compartimiento social. Incluye, además, que la intervención del Estado debe reducirse a un mínimo y la fijación de precio por acuerdos explícitos entre las partes. En particular, el óptimo funcionamiento del mercado es incompatible con la existencia de corporaciones corporaciones empresarias y laborables que pactan entre sí, o con intervención del Estado, los niveles de salarios. 

Las Fuerzas Armadas se propusieron un objetivo disciplinario social, que abarcaba la sociedad en su conjunto, pero especialmente referida a las clases trabajadoras. En su concepción de orden social, reconocen a la clase obrera legítimos derechos sociales y políticos siempre no se traspasen los limites de subordinación que definen las relaciones económicas. Por eso las FF.AA actuaron interviniendo y desmantelando la CGT, poniendo los sindicatos bajo control militar, persiguiendo a las activistas sindicales, etc.  

El liberalismo proporcionaba el recurso del mercado como instrumento de disciplina. El poder sindical se apoyaba en la vigencia del convenio colectivo de trabajo por rama de producción. Pero en una economía competitiva, el convenio colectivo de trabajo carece de razón. Además, las empresas no podían fijar sus propios precios, tampoco podían aceptar una negociación colectiva de salarios. La política liberal de apertura apuntaba al bienestar de los consumidores y a la eliminación de las prácticas perniciosas de las corporaciones laborales. 

La apertura de la economía estaba dirigida especialmente a las empresas industriales, las cuales perdían privilegios proteccionistas que gozaban en décadas anteriores. Además, había un cambio en los objetivos de la política economía, el objetivo de crecimiento económico ligado a la industrialización, pasaba a segundo termino, se daba prioridad al objetivo de disciplinamiento social. 

 

 

 El plan económico

De acuerdo con el propósito de liberalizar la economía, el gobierno tomo una cantidad de medidas (eliminación de impuestos, subsidios, precios máximos, etc) en diversos mercados dentro de una política de aplicación denominada “sincesamiento de los precios”. De estas medidas la mas importante fue la unificación de los tipos de cambio efectivos aplicados a las exportaciones, suprimiendo los impuestos que gravaban las exportaciones agropecuarias tradicionales y los subsidios que beneficiaban las exportaciones industriales. 

Sin embargo estas fueron innovaciones menores, las principales políticas fueron: la apertura comercial (dirigida hacia el mercado de bienes y de trabajo) y la reforma del sistema financiero (dirigida hacía el mercado de capitales).

 

1. La apertura de la economía  

Anteriormente los mayores aranceles correspondían a los bienes finales, reduciéndose para los bienes intermedios y más aún para los bienes de capital, a esto se le debía agregar una cantidad de derechos paraarancelarios.

En la práctica había excepciones, las empresas publicas no pagan aranceles y las empresas de actividades declaradas prioritarias solo lo hacían de manera parcial. 

Ahora para los bienes industriales el nivel arancelario descendió de 93.7% a 34.4% en los primero tres años del gobierno de las FF AA; luego debería sumársele la reevaluación del peso, estos dos factores provocaron una reducción del margen de protección excedente (1977-81%, 1979-

15%).

 Los efectos de la apertura económica se hicieron sentir en el balance del comercio, la composición del empleo y el estado patrimonial de las empresas, por lo que tuvo varios efectos: por un lado las importaciones tuvieron un aumento importante y las clases medias viajaron mucho más que antes al extranjero; pero el más importante fue la subida de los salarios, esto tuvo diferentes efectos en las empresas que producían bienes transables y no transables con el exterior, las segundas pudieron transferir los mayores costos laborales a sus precios, pero las primeras, asediadas por la competencia extranjera, no pudieron.

En cuanto a la producción laboral, los resultados fueron más exitosos. A medida que se agotaban los márgenes de protección excedente, las empresas dejaron de poder transferir los aumentos salariales a los precios, esto les obligo a reducir costos laborales, es decir: despidos. El empleo en

el sector industrial cayó entre 1976-80 un 26%; pero el pleno empleo se mantuvo, lo que significa que fueron absorbidos por otros sectores, en especial a servicios.

En cuanto a la modernización tecnológica, las empresas la necesitaban para sobrevivir y estaban alentadas por el abaratamiento de los bienes de capital importados; pero al mismo tiempo sufrían una contracción de sus márgenes de beneficio. En resolución a este dilema la tasa de interés fue decisiva, durante 1979 debido al retraso cambiario, la tasa de interés había sido negativa y las empresas acrecentaron sus deudas tanto en pesos como en moneda extranjera; pero a partir del 3° trimestre de 1979 la tasa de interés se disparó por la baja de la inflación y la expectativa de una maxidevaluación, quedando en un endeudamiento creciente, en su mayoría quedaron en bancarrota. 

Este proceso explosivo de endeudamiento afectó en mayor medida a aquellas empresas que, en su afán de modernizarse, habían tomado mayores créditos y tuvo un menor impacto en aquellas que habían seguido una política más conservadora. 

 

2. La reforma financiera

Desde mediados de la década del 30 y hasta 1977 el funcionamiento del mercado de capitales argentino tuve tres características básicas:

a)     La cuasiclausura del mercado interno a los capitales del exterior.

b)     La fijación de tasas oficiales de interés de subsidio en el sistema bancario

c)      El racionamiento del crédito y la determinación de prioridades por el gobierno. 

En 1975 se produjo una fuerte aceleración de la inflación al par que le surgieron los títulos indexados de la deuda pública. Estos títulos fueron objeto de una gran especulación, los bancos pasaron a ser meros proveedores de fondos de corto plazo a tasas negativas, para ser destinados a la compra de títulos en las entidades financieras no bancarias. De este modo el mercado de títulos indexados destruyó el mecanismo de créditos controlados.

La reforma del funcionamiento del mercado de capitales se dio en dos etapas: en junio de 1977 se liberaron las tasas de interés bancarias, posteriormente y de manera gradual, se levantaron las restricciones al movimiento de capitales con el exterior, esta se realizó en el 3° trimestre de 1980.

La importancia de la reforma tenía como objetivo cambiar el eje de decisión en el proceso de transferencias de ingresos requeridos por la acumulación de capital; es decir, cambiar la estrategia en la que el Estado trasfería ahorros hacía la industrialización, por otra en la que el sistema financiero ocupe ese rol dentro de un sistema de libre contratación.

En respuesta a esta medida el sector financiero tuvo una gran expansión. Se multiplicaron las entidades financieras, bancarias y no bancarias, ingresaron grandes bancos del exterior a operar en el mercado argentino, etc.

El sector financiero paso a ocupar un lugar central en el funcionamiento de la economía, pero no de manera exclusiva. 

El Estado retuvo su papel de generador de la inversión a largo plazo. Sin embargo el mercado de capitales privados funciono estrictamente a corto plazo, dejando así al Estado a ser el único inversor a largo plazo. 

La eliminación de las restricciones cambiarias a los movimientos de capital con el exterior dio a los ahorristas la oportunidad de obtener ahorros en monedas extranjeras. Al mismo tiempo las empresas pudieron tomar préstamos del exterior, esto incremento la demanda por activos externos. Una parte del endeudamiento externo adicional del país contraído durante estos años es explicable por esta recomposición.

 

- (pag 33) La capacidad del Banco Central de ejercer una política monetaria se debilitó. Perdió control sobre la oferta monetaria y debió acudir a instrumentos indirectos. En ausencia de restricciones de cambio, disponía de dos alternativas: fijar la tasa de interés y la oferta monetaria manteniendo sus reservas de moneda extranjera sin intervenir en el mercado; procurar influir sobre las expectativas de devaluación del peso, adoptando y anunciando, las futuras tasas de variación del tipo de cambio. 

Para que esta práctica de anunciar las futuras pautas cambiarias sea efectiva, es condición que el publico crea en ellas y... Hasta pagina 34, no me parece de importancia más que datos. 

Pagina 35 riesgo pais.

 

 

 

3. La política anti-inflacionaria

La inflación de 1974 fue del 24.2%, pero al año siguiente el gobierno peronista devaluó a una tasa superior al 100%, que fue respondida por una reacción sindical que consiguió un aumento de salarios nominales por encima del 150%.

Cuando las FF AA tomaron el poder la tasa anual era superior al 700%. La primer medida anti-inflacionaria fue congelar los salarios por tres meses y esperar su efecto. No se adoptaron medidas de control monetario y se sostuvo el nivel de pleno empleo requerido por las FF.AA.

En junio la tasa de inflación descendió a 3.5 mensual, sin embargo ante el primer reajuste salarial ascendió al 7%. 

Inicialmente el gobierno de abstuvo de utilizar herramientas monetarias y planeo llevar a cabo la Reforma Financiera, pero ante su primer fracaso modificó los planes. En Junio de 1977 los militares aplicaron dos medidas principales contra la inflación: 

Liberalizó el mercado de capitales y decidió la aplicación de una política de contracción monetaria. 

La contracción monetaria aplicó entre Junio de 1977 y Abril 1978, en Diciembre de 1978 se adoptó la política antiinflacionaria definitiva que consistía en preanunciar las futuras devaluaciones mensuales del peso a tasas inferiores al ritmo presente de la inflación y en una progresión descendente que debía llevarlas a cero en Marzo de 1981.

Entonces, hubo, dos políticas antiinflacionarias: la de contracción monetaria y la de pautas cambiarias. Lo más significativo de la primera es lo rápido que se dio por concluida (duro desde junio de 1977 a abril 1978), a los seis meses de aplicación la tasa de interés alcanzo el 56% y la actividad industrial descendió un 25%, además la inflación seguía su rumbo sin dar pruebas de efecto alguno.

 La segunda consistía en detener la inflación por medio de la competencia externa favorecida por la reevaluación de la moneda, se anunciarían las futuras devaluaciones mensuales a un ritmo menor a la inflación y en una progresión descendente que debía llegar a cero en marzo de 1981.

En esta nueva política se contempla la desaceleración creciente de los bienes transables con el exterior por el efecto directo de las devoluciones nominales crecientes.

Con respecto al sector de bienes estrictamente no transables con el exterior y en particular los servicios, surgían dos hipótesis: la primera postulaba que el incremento de estos precios habría de moderarse como consecuencia del descenso de general de las expectativas inflacionarias; la segunda confiaba en los efectos de sustitución, el alza de los precios relativos de los bienes no transables genera su propio freno al motivar un excedente de oferta.

La acumulación de retrasos cambiarios y distorsiones de precios relativos crearon progresivamente la conciencia de la imposibilidad de la continuidad de la política antiinflacionaria y se generaba la expectativa de una maxidevaluación. Esto condujo a un incremento de la prima de incertidumbre y la consecuente elevación de la tasa de interés (1979 era de -12% - 1981 34%). Las empresas fueron atrapadas en un enorme endeudamiento lo cual no pudieron liberarse. Los intermediarios financieros conscientes de la imposibilidad de obtener la amortización de sus créditos y temerosos de quiebras en cadena que terminaría revirtiéndose sobre ellos mismo, se limitaron a financiar sus deudas capitalizando los intereses sucesivos. Paralelamente el Banco Central debió garantizar los depósitos en 100% para evitar fuga de ahorristas hacía las monedas extranjeras (aunque esta fuga, de todos modos, se produjo ante las expectativas de una maxidevalución).

 

 

 

Conclusión 

Frente a la crisis el objetivo prioritario era recuperar el orden social, mediante la represión al principio pero a largo plazo con un sistema estable de relaciones sociales y políticas; las consideraciones económicas aplicadas estuvieron siempre pensadas con este objetivo.

La renuncia de la burguesía a resolver las cuestiones por la vía democracia, resultó de la pérdida de confianza para pactar especialmente con los asalariados, como lo había demostrado el fracasado pacto social. El golpe del 76 busco ir más allá de lo autoritario, creando un sistema que asegurara a

largo plazo la disciplina social sin necesidad de la represión.

El mercado surgió como un principio de orden con objetividad de la sociedad y por lo tanto externo a sus debilidades.

Solo por esta extrema necesidad de orden se puede entender la adhesión da la burguesía industrial, en un proyecto que les quitaría los privilegios comerciales. Así, Martínez de Hoz, pudo presentar los efectos perniciosos como sacrificios necesarios para el éxito final. Muy tarde sospecharía la burguesía sobre cuán acertado era este rumbo.

 


 

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