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J.K. GALBRAITH

Historia de la Economía 
 
 

El Proyecto Francés. 
 

     En la segunda mitad del siglo XVIII la aristocracia francesa en Versalles se caracterizaba por su distinción artística e intelectual, siendo inevitable que algunos de sus miembros reflexionaran acerca del origen de su hegemonía y sobre los medios para asegurarles una supervivencia cada vez mas improbable. De esta manera se produjo en Versalles una intromisión sin precedentes del pensamiento en el ámbito de una clase terrateniente basada en la riqueza y en la tradición. Su tema central era el papel de la agricultura como fuente de toda riqueza. A los integrantes de esta escuela se los denomino Fisiócratas. 
 

     Entre sus integrantes más importantes se encuentran: Francois Quesnay, Jacques Turgot y Du Pont.

     Su fin primordial era conservar, mediante reformas, una antigua sociedad en la que los propietarios rurales gozaban de superioridad social y privilegios, y rechazar las pretensiones del capital mercantil y sus fuerzas industriales.

     El principio básico de los fisiócratas era el concepto de derecho natural, pues consideraban que era este el que en ultima instancia regia el comportamiento económico y social. Lo mas sabio es dejar que las cosas funcionen por su cuenta, conforme a los motivos y restricción naturales. La norma orientadora en materia de legislación y de gobierno, debería ser laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). Según esto, en cualquier cuestión concebible, menos en materia de defensa nacional, si se deja la situación librada a si misma, la solución vendrá por si sola. 
 

     Sobre la base del derecho natural se edifico el alegato contra el mercantilismo. Era obvio que los reglamentos favorables a los mercaderes como por ejemplo, las concesiones monopólicas, las abundantes restricciones proteccionistas estaban en conflicto con el derecho natural. A denunciar esta situación, los fisiócratas se alzaron contra los privilegios del capitalismo comercial. 
 

     No obstante, se había formulado otra doctrina que resultaba todavía mas claramente opuesta al prestigio y a la influencia de los mercaderes. Se trataba de la noción del produit net (producto neto). Esta afirmaba sencillamente que toda riqueza se origina en la agricultura, y ninguna en otras actividades económicas, oficios u ocupaciones. Según ella, los mercaderes compraban y vendían el mismo producto, sin agregarle nada en este proceso. Y lo mismo sucedía en la industria, es decir, en la manufactura. Esta solo añadía un contenido de mano de obra a los productos de la tierra, pero no creaba nada nuevo. Además estaba limitada en su extensión por sus orígenes y suministros agrícolas. 
 

     De la relación entre los fisiócratas y el concepto de produit net, emergería la mas evidente defensa contra la intromisión de los mercaderes y la mas enérgica apología de la agricultura. En consecuencia, el fomento y la promoción de la agricultura eran no ya la mejor, sino la única forma de conseguir un mayor bienestar nacional. 
 

     De ello se deducía que los impuestos aplicados al sector rural debían ser moderados. De tal moderación dependían la integridad del produit net y la prosperidad de la agricultura y del país. Pero estas consideraciones iban acompañadas de una preocupación paralela bastante ingrata, pues si quienes desempeñaban ocupaciones distintas de la agricultura no producían riqueza alguna, no debían pagar ninguna contribución. En tal caso el agricultor debía pagar los tributos restándolos de su produit net; es decir, que todos los impuestos terminarían siendo financiados por la fuente única de toda riqueza. 
 

     Los fisiócratas también analizaron el problema de la fijación de precios: según ellos, la manufactura no añadía valor al producto y, por lo tanto, los precios debían responder al los costes de producción. Se refirieron por otra parte a la fijación de los salarios según el mínimo necesario para la subsistencia del trabajador.