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Teoría del Estado TP: "El Incivismo como Forma de Degradación del Comportamiento Pol." Cat: Pellet Lastra - Guzmán 1º Cuat. de 2011 Altillo.com

INTRODUCCION

Decadencia en la educación, carencia de confianza en los gobernantes, desinterés generalizado en la participación política, mayor individualismo e intolerancia, falta de apego a una cuestión espiritual, descreimiento de la cosa pública, falta de compromiso social y político, una tendencia a la individualización, políticos que buscan ventajas personales más que el bien común, ausencia de costumbres pro-sociales, cada vez más alejados del zóonpolitikon, esbozado por Aristóteles en su obra Políticahaciendo referencia a la capacidad natural del hombre, diferenciándose del animal,de relacionarse social y políticamente con otras personas.
En todo el mundo, y hablando específicamente de nuestro país, se está viviendo una situación de repudio a los gobernantes, de falta de amor al propio país, el que supuestamente nos debe garantizar todos los medios para que podamos vivir en paz, en libertad y en felicidad, el que nos debe proveer de educación, de salud, de seguridad, de leyes justas. Estamos viviendo un momento de vicios de las instituciones, de guerras, de odio, de gobiernos corruptos que, si bien ya se siente desde hace algún tiempo, en vez de encaminarnos a un progreso, a un mayor civismo por parte de todo el pueblo, vamos dando marcha atrás, vamos retrocediendo. Como dice Aristóteles, “no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”, y entonces la pregunta es: ¿sabemos cómo está hecho? ¿Sabemos cómo empezó? ¿Vislumbramos alguna solución?
En esta cuestión es necesario recurrir a ciencias como la sociología (porque este incivismo nace en la sociedad), la psicología (porque el mismo incivismo responde a una conducta humana), la ciencia política (porque esa falta de conducta se ve reflejada también en la clase política o dirigente), y la historia como para hacer un breve recorrido desde la antigüedad hasta lo que estamos atravesando hoy en día.
Todas estas cuestiones nos acercan a entender a grandes rasgos el incivismo como tema desencadenante del trabajo que presentaremos a continuación, el cual intentaremos desentrañar analizándolo profundamente en todos sus aspectos.


METODOLOGIA Y FUENTES DE INFORMACION
Expondremos un trabajo que cuenta con diferentes puntos de investigaciones e información. Nuestro primer objetivo es describir y analizar el civismo como punto de anclaje a nuestro tema de interés: “El incivismo como forma de degradación del comportamiento político”.
De allí que nuestra actividad consiste en seleccionar material periodístico acorde, bibliografía de la facultad de abogacía y del Congreso de la Nación, y de la misma sociedad a través de encuestas.
Analizaremos el trabajo en cuestión desde un punto de vista histórico hasta la actualidad, realizaremos comparaciones respecto a las distintas épocas, donde se verá finalmente una conclusión tanto individual como grupal.

OBJETIVOS GENERALES E HIPOTESIS DELTRABAJO: Los objetivos fueron: Razonar, comprender y transmitir los diferentes conocimientos sobre el histórico incivismo producido en el mundo hace ya siglos, hasta nuestras épocas, en las que la misma esencia del termino se hace notable día a día.
Analizar y describir las notas periodísticas más relevantes sobre el tema. Realizar una encuesta libre sobre el modo de vida o el mismo civismo que le falta hoy en día a la sociedad mundial.
Con este trabajo se pretender dar base a esenciales conocimientos históricos y actuales, sobre el comportamiento del hombre a lo largo de su trayectoria en todos sus ámbitos sociales, para ello citamos varios puntos claves en esta ilustración. Exponiéndolo a continuación.
Cabe aclarar que con esta obra no trataremos de dilucidar solo conceptos sino que expondremos nuestra máxima conciencia e impetu para expresarnos con nuestros estudios sobre lo expedido y de allí declarar nuestras conclusiones.



MARCO TEORICO
El civismo lo podemos entendercomo “un comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública” (1). Los ciudadanos nacen y conviven en una comunidad política, con ello no nos referimos a ejercer actividades en un partido político, sino en la colaboración hacia la resolución de problemas surgidos en el transcurso de la vida cotidiana y de allí consolidar un mecanismo de responsabilidad social acorde a una nación cívica.Como bien señala Marcel Prelot“El civismo es una mezcla de agradecimiento, de respeto, de confianza y de orgullo” (2)Es amor a la Ciudad, a las propias leyes, a las costumbres a la“buena educación” que es la manera extrema de tratar bien a los demás, con delicadeza, de un modo amable y simpático” (3). “Si estos sentimientos llegan a extinguirse en los ciudadanos por el vicio de las instituciones, por las guerras civiles, por las faltas o las desgracias de los gobiernos, entonces se intentará en vano despertar al civismo” (4).
En la sociedad griega se mezclaban dos conceptos claves y fundamentales: la familia y la comunidad política, Como lo cita Aristóteles en su obra “La política”: “...Se concluye evidentemente que el Estado es un hecho natural, que el hombre es un ser naturalmente sociable, y que el que vive fuera de la sociedad por organización y no por efecto del azar es, ciertamente, o un ser degradado, o un ser superior a la especie humana; y a él pueden aplicarse aquellas palabras de Homero: “Sin familia, sin leyes, sin hogar…” (5). El civismo, era visto por los griegos como “una forma de lealtad hacia la Ciudad” (…) engendra un deber absoluto de sumisión a las normas jurídicas en vigor.” (6). Se considera actitud no-cívica aquella que destruiría a la ciudad.
Para los romanos el término “Civilización”, es una palabra latina que significaba “la ciudad” o mejor dicho el conjunto de ciudadanos que vivían en ella, de aquí surge el verdadero concepto de “vivir en comunidad”.
El civismo “está formado por el sentimiento de pertenencia a una categoría humana superior. Ser ciudadano es un honor, pero también una dicha. Eso genera Altivez y aun orgullo y altanería“(7).
Civismo es el celo por las instituciones, derechos e intereses de la patria (8). Tal como nos manifiesta Prelot en su obra, patriotismo y civismo son dos aspectos del mismo fenómeno. El patriotismo, es la otra faz del civismo. Esta definición, nos abre el camino para hablar del civismo, justamente como un sentimiento de Patria. Remontándonos a la historia de nuestro país, y tal como lo manifiesta León Benarós en su relato sobre la cultura ciudadana, podemos decir que el sentimientode Patria y la idea de Nación aparecieron en nuestro pueblo aun antes de la Revolución de Mayo.
Los hijos de los primeros españoles que llegaron a nuestro actual territorio se consideraron a sí mismos distintos de sus padres, no mostraron adhesión a la metrópoli española y se complacieron en llamarse “hijos del país”.
Estos sentimientos de independencia de criollos fueron favorecidos por dos factores: la falta de oro y metales preciosos en las regiones del Plata, que favoreció los sentimientos igualitarios y democráticos. Y la vida a caballo y la explotación ganadera. Estas tareas rudas e independientes, fomentaron la gran independencia personal del gaucho y dieron origen al “culto nacional del coraje” (9).
Patria es el conjunto de los bienes materiales y espirituales de una Nación, que unen a la comunidad en el sentimiento de sus tradiciones y glorias pasadas y en el anhelo de conservar y acrecentar esos bienes en el futuro. El concepto de Patria no es meramente racional, sino principalmente emocional. Por ello más que una idea, tenemos de la Patria un sentimiento llamado Patriotismo. En esta época mencionada el concepto de Patria fue amplio. El argentino sentía que su Patria era toda la América del Sur. San Martin llamaba “paisanos” a otros americanos, y la causa de América del Sur se consideraba una causa común. (10)
En contraposición a esto, se encuentra el incivismo (término de origen belga) que “deriva del desprecio de los derechos conferidos por la posesión del poder” y “ha servido para calificar el comportamiento desleal de ciertos ciudadanos” (11).Este tipo de comportamientose encuentra naturalizado en las personas desde los orígenes, es decir, creemos que forma parte de nuestra esencia y las tenemos tan asimiladas que las consideramos naturales, pero en realidad son aprendidas, vale decir, sociales. Las conductas, los valores, las costumbres, la moral varían de acuerdo a las épocas y a las sociedades de acuerdo con los cambios que se van produciendo en el contexto, tanto mediato como inmediato; además, en la vida cotidiana se manifiestan los cambios. No sería lo mismo en la Roma Antigua en donde el ser ciudadano era considerado una dicha, un honor, mientras que en la época actual la ciudadanía no es tomada como tal; si bien desde que nacemos lo hacemos inmersos en una Patria, es difícil y lleva un trabajo arduo de parte del Estado y de la propia persona poder “sentirse parte”, comprometerse con ella y defenderla, y a la vez alejarse cada vez más de los comportamientos inmorales e incívicos que perjudican y degradan la convivencia en sociedad. Por su parte, Montesquieu valoraba esto, y hablaba de la necesidad de amar a la igualdad, de llevar adelante un comportamiento cívico, al cual lo llamo “virtud”, pero no se refiere solamente a una virtud moral, de costumbres, ni a una cristiana, sino a una virtud política. Esta virtud es fundamental para poder respetar las leyes, pues en una monarquía basta la voluntad del rey para hacerlas cumplir. Al decir de este pensador francés “Todos los vicios políticos no son vicios morales y todos los vicios morales no son vicios políticos, una política sin dimensión moral significaría una desnaturalización de la esencia misma de la política”.
Desde un comienzo, la familia ha sido el agente socializador principal y el de mayor importancia en la vida de los individuos, y ello es muy diferente de acuerdo con el tipo de familia que impere en determinada sociedad y con el modo de vida que ella tenga. Sin embargo, pese a todas las diferencias que se pueden señalar, el proceso de socialización incluye mecanismos de transmisión de la herencia cultural de esa sociedad.
Por otro lado, la escuela, el entorno social, los medios de comunicación masivos (televisión, radio, internet, diarios y revistas) también lo son, y por ende transmiten valores, creencias y costumbres que inciden en los comportamiento de las personas.Éstos cada vez juegan un papel más relevante y le quitan protagonismo a la familia como factor socializador por excelencia.Y vale la aclaración, de que las características y los mecanismos mediante los cuales se produce esta socialización, varían de acuerdo a la cultura y la época en la que transcurre la historia de cada sociedad.
Los conocimientos adquiridos durante este proceso serán los lineamientos de acción para sus conductas futuras y el desarrollo de su personalidad y de sus relaciones sociales. Esto desencadena inevitablemente a mencionar la influencia de los medios socializadores y el entorno en la personalidad misma. Un ejemplo de esto podría ser el de una persona que nace en una familia que practica una determinada religión, (aquella persona que se crie en ese ámbito y con esas costumbres, probablemente prosiga con las mismas). Si bien esto no es un factor totalmente determinante, ya que puede cambiar, es una posibilidad. A lo que queremos apuntar con este ejemplo, es demostrar la “fuerza” que pueden tener estos agentes, tanto en el comportamiento de las personas como en el desarrollo de la personalidad misma.
Es relevante, además de tratar el tema de la familia como agente socializador principal, mencionar a la educación. La escuela, en todos sus niveles, y la universidad son las instituciones por excelencia para lograr ayudar a los ciudadanos a pensar y reforzar los ideales, y es fundamental para formar personas para el futuro de la nación en el sentido pleno que esto implica (valores + conocimientos técnicos y prácticos). Si los conocimientos que nos transmiten son en pos de una formación cívica adecuada, las conductas reflejarán tal enseñanza, y combatiremos entre todos al “incivismo”. En miras a esto, se enseña la materia “Educación cívica” o “Formación ética y ciudadana”, y desde corta edad se habla de personas célebres, próceres del país, y personas que realmente se involucraron con la Patria. Pero esto no alcanza.El ritmo de vida que llevamos, el entorno que nos rodea, nos hace olvidar de estas cuestiones y caemos en conductas propias del incivismo. Quizás el problema sea que no nos identificamos con nuestros próceres, ni con sus actitudes ejemplares, sino con otras cuestiones ya sea con frases como “los argentinos somos los más vivos”, o con deportistas como “Maradona”, “Messi, y así es cómo nos proyectarnos con identidad propia a la comunidad internacional, en lugar de identificarnos y proyectarnos cómo realmente deberíamos hacerlo.Esto cada vez decae o se nota más, y se le dedica menos tiempo y atención a la hora de estudiar a dichos próceres y símbolos nacionales. Y por lo tanto, si esto falla, como consecuencia, no se está formando un sentimiento de pertenencia, y termina derivando en una falta de lucha por la bandera de nuestro país. La escuela principalmente debe inculcar la necesidad de participar activamente de los actos democráticos (ya sea del voto, como participar en un partido político, o hacer algo tan sencillo como juntar firmas para lograr algo en nuestro barrio).
El contexto favorece los actos propios del incivismo, tal como lo esboza Marcel Prelot en su obra: “Ciertas circunstancias favorecen la corrupción, tales como la inflación que desvaloriza los sueldos, la economía de penuria en que se necesita obtener licencias y exenciones” (12). Esta es justamente la problemática por la que estamos atravesando hoy día, es el “caldo de cultivo”.
Con estas cuestiones nos acercamos al “incivismo pasivo” denominado así por Marcel Prelot. En el cual uno obedece por la presión del contexto social.
“..El incivismo pasivo se traduce por una especie de “ausentismo” moral, resulta de una negativa a interesarse por la cosa pública...”(13). El ciudadano se encuentra en un estado de desinterés político, se siente y se muestra ajeno a la situación imperante (ya se trate de un ausentismo electoral, como escasa participación en los partidos políticos), declarándose activo en cuestiones propias tales como la familia, las artes, el trabajo, entre otras.Este tipo de incivismo, no se reduce a la infracción de las leyes, sino que es una cuestión de hábitos adquiridos y la educación que se recibe. Actualmente una parte de la sociedad adopta la postura supra, y se escuda con frases como “No me interesa la política”, convirtiéndose en un adversario oculto o un atípico.
Por otro lado Marcel Prelot menciona al “incivismo activo”, caracterizándolo como “el desprecio hacia los gobernantes y hacia las leyes” (14). Dentro de esta clasificación podemos encontrar a los discutidores, abucheadores, y a la critica corrosiva. En la actualidad, la oposición política defiende su punto de vista basándose en falacias, verdades a medias, ocultamiento de información, denigración y críticas destructivas a los gobernantes. Además, por parte de la sociedad en general, hay un desprecio generalizado, y a veces, desmedido e injustificado, hacia los gobernantes, tanto los presentes como los pasados. Esto genera una situación perjudicial para el progreso de un país, el cual, por el contrario, tal vez crecería a través de conductas morales, de agradecimiento y respeto hacia las personas que conducen el destino de la Nación. Y finalmente, el último tipo de incivismo es el desprecio hacia las leyes, el cual consiste en esquivarlas y en no considerarlas como obligaciones morales, sino que se las cumple para evitar ser castigado. Esto se relaciona con la frase popular de ”somos todos hijos del rigor”, en donde cumplimos porque tenemos una ley que nos sancionará si la infringimos, pero no lo hacemos por sentir que es una obligación moral y para el bien de la sociedad. Por ejemplo, el cumplir con normas de transito básicas como respetar un semáforo en rojo o la senda peatonal. Si no hubiera una ley formal que lo prohíba, muchos ciudadanos no respetarían dichas normas, poniendo en peligro a la sociedad. Eran otras épocas en donde la ley era considerada natural, divina y eterna, que había que respetarla porque emanaba de Dios, o del rey en representación del poder superior.
Como ya mencionamos, el hombre por naturaleza es un ser político, social. Nadie puede vivir aislado en el sentido pleno de la palabra. Si bien es un animal, lo que lo diferencia del resto de los animales es el uso de la razón, la conciencia y el sentido. Sin embargo, nuestras acciones también pueden estar motivadas por obediencia, sentimientos, costumbres (en otras palabras, están siempre relacionadas con la cultura de la que formamos parte). En el caso de Argentina, los habitantes se encuentran inmersos en una sociedad que busca principalmente el bien propio por sobre el bien común, el cual es el fin último de un Estado junto a la proyección con identidad propia a la comunidad internacional. Tal como lo dijo en distintas oportunidades el docente Javier Ampudia de Vera: “estamos atravesando una profunda crisis moral”. En la actualidad, vemos por ejemplo desde gente que cuando el tránsito está atascado avanza por la banquina, hasta empresarios locales que cuando se cierran las importaciones, aumentan los precios de los productos que fabrican para su país, y por ende, en lugar de apuntar al crecimiento de su nación, están apuntando al crecimiento de su patrimonio. Entonces, existen otras formas de degradación del comportamiento político. Marcel Prelot menciona a la corrupción, entendida ésta como “la obtención de decisiones favorables de parte de hombres públicos, otorgándoles ventajas materiales” (15). En países como Francia rara vez se puede ver corrupción directa por dinero, y cuando se descubre un hecho corrupto, generalmente afectan a medios parapolíticos más que a los agentes de la función pública. Puede verse complacencia por lazos familiares, amistades o alianzas, como por ejemplo que un gobernante ponga un hijo recién recibido de arquitecto en un cargo muy importante de una empresa. Por el contrario, en países como el nuestro, no es extraño que salgan a la luz hechos de corrupción que involucren a altos funcionarios del Estado o a hombres muy cercanos al entorno político, sin más el reciente descubrimiento de ciertos hechos relacionados con el caso Schoklender (N de la R: está acusado de lavado de dinero, de asociación ilícita, malversación de fondos públicos). Todo esto podemos contrastándolo con la Ciudad Justa propuesta por Platón, donde la población debía tener gobernantes sabios; guerreros fuertes, valientes y astutos; artesanos campesinos, y trabajadores con “templanza y resistencia a los apetitos”; y como resultado de esto, una ciudad justa como consecuencia de que cada uno cumple con su rol. Por otro lado, Prelot habla del sectarismo contrastándolo con la complacencia hacia los amigos., y lo define como el exclusivismo respecto a los adversarios y a los indiferentes. Así, el sectario practica la confiscación del poder en beneficio de su partido. Su forma más blanda es el favoritismo, es decir, el otorgar a ciertos amigos o familiares monopolios del tábaco, de subvenciones, de ventajas, y hasta incluso, el monopolio del manejo del tráfico de drogas. Además, con el fin de satisfacer sus necesidades propias o ambiciones, la mayoría de los políticos a la hora de postularse prometen cosas, las cuales nunca se cumplen en su totalidad, ya sea por falta de compromiso, como por impedimento por parte de los detentadores reales del poder (grupos de poder y factores de presión). Incluso una vez en el poder llegan a sobornar a quien sea necesario para poder llevar a cabo sus mandatos. Y así vemos que en la realidad diaria se cumple la frase “Corromper es ganar a alguien mediante regalos o promesas. Es la compra directa de las conciencias. Es vulgarmente la aceptación del soborno” (16). Otra definición refuerza lo antedicho: “corromper: tr. yprnl. 1. Echar a perder, pudrir. 2. Pervertir. tr. 3. Sobornar” (17). Creemos que en cierta forma “estamos echando a perder nuestra nación, en cierta forma, “pudriéndola” a través de la perversión y el soborno”. Otro tipo de sectarismo es el partidario, en el cual el partido político (sin considerar las clasificaciones de partidos políticos según integrantes, que pueden ser de masa o de cuadros, según su tendencia, que pueden ser de centro, derecha, izquierda, centro derecha y centro izquierda, o según ideología política, que puede ser puro o impuro diferenciándose en que el primero atiende al bienestar de la población y el segundo lo hace acotadamente) justamente es “partidario”, tiende al exclusivismo, se limita a su propia ideología y a sus hombres. Según Prelot, “la función del partido es hacer prevalecer la concepción política de cierto número de ciudadanos” (18) y este sectarismo es negativo pues aleja de la política a ciertos hombres valiosos que no se encuentran relacionados con partido alguno. Y finalmente se hace mención al sectarismo totalitario, tema que se relaciona con lo expresado en el libro de Pellet Lastra sobre los sistemas de partidos políticos. Este sectarismo totalitario (o de partido único) no acepta la existencia de otros, como sucedió con el nazismo, y llegado al poder intenta perpetuarse a través de propagandas y violencia. Los que no comparten esta ideología se encuentran “fuera del Estado”. Otros sistemas son el bipartidista (en donde dos partidos se alternan en el poder), el multipartidista (existen más de dos partidos y el juego se desarrolla entre varios), y el partido dominante que, a diferencia del partido único, existen otros partidos pero solo uno ocupa el poder, como en el caso del Peronismo en Argentina durante 1946-1955. En estos casos no se puede hablade un sectarismo totalitario, pero quizás sí de uno partidario, explicado anteriormente.

A lo largo de nuestro trabajo, se mencionaron ciertos comportamientos incívicos que hoy en día nos acompañan. Entre ellos, una de las problemáticas más notorias que estamos atravesando es la degradación del comportamiento político, a través de una especie de “crisis de representación y participación”.
Como sabemos, el tema de la representación en nuestro país, no es una cuestión reciente, sino que hace ya varias décadas estamos familiarizados con el término. A continuación mencionaremos la doctrina política de la revolución de mayo, la cual sostuvo además de la soberanía popular, el llamado sistema representativo, en donde el pueblo no gobernó directamente, sino por los representantes que había elegido y en los que había delegado su soberanía. La renovación de las autoridades se hacía en forma popular, por elección, o bien eran designadas por los funcionarios elegidos por el pueblo. (19). Es aquí en donde podemos decir, que el ciudadano “hacia política” o se involucraba de determinada manera en el ámbito político.
Para entender mejor estos conceptos, es necesario definir estas palabras, cuyos significados no se deben confundir.
Representación es la acción de re-presentar, que significa la relación de los miembros de un grupo humano jurídicamente organizado (“representado”) con un órgano (“representante”), en virtud de la cual la voluntad de este último se considera como expresión de la voluntad de aquellos. (20)
También es necesario distinguir entre “representación” y “participación”. En el empleo de este ultimo vocablo, predomina la ambigüedad. Participar es tener parte o tomar parte en algo, es decir, actuar o ser participe, como integrante de un todo. Pero cuando se habla de participación en el gobierno o en las decisiones políticas, se piensa como una intervención directa, sin intermediarios, es decir que cuando así se piensa, participación y representación expresan conceptos distintos. La participación pensada con tal alcance, sería un modo de acción del ciudadano propio de la democracia directa y en cambio la representación lo seria de la democracia indirecta. La participación consiste en la acción que despliegan los no gobernantes, sea en la elaboración o en la ejecución de las decisiones políticas, sea en la adopción y realización de decisiones que, sin ser políticas, y al margen de la acción estatal, resultan de utilidad o de interés para la comunidad. Es en este sentido, que Mendés-France ha hablado de la necesidad de la “democracia generalizada en todo el cuerpo social”. Finalmente, y con frecuencia, se usa el vocablo participación como concepto sociológico y no jurídico-político, para eludir a la intervención o no politización y despolitización de los ciudadanos en la “vida política” (“participación” en las elecciones; “participación” en la actividad de los partidos; etc.). Es en este último sentido que la palabra es empleada por la ciencia política actual y de ese modo la participación no resulta antitética con la representación, sino solo y simplemente, una modalidad, con variantes contingentes, de la última. (21)
Es ahora cuando podemos hablar de compromiso, convicciones, valores, cultura, creencias, entre otras cosas. Justamente la falta de éstas, es lo que nos hace pensar en la sociedad en que vivimos, en la crisis de participación y representación que estamos atravesando.
Hoy en día, como ciudadanos, cuesta creer en nuestros representantes, en aquellas personas que mediante la participación política, elegimos para que lo hagan. Como lo expresa Jellinek “la naturaleza jurídica de la representación, encuentra su cabal expresión a través del concepto de órgano. El pueblo debe ser concebido como órgano del Estado y, siendo tal, tanto da que actúe inmediata o mediatamente (a través de la creación de un órgano secundario-representativo). En este último caso, el órgano secundario (representativo) expresa la voluntad del órgano primario (pueblo) y ambos órganos (pueblo y representación del mismo) forman, por tanto, jurídicamente una unidad”. Desde este punto de vista, señala Jellinek, se comprende perfectamente el sentido jurídico del principio según el cual todo miembro de una Cámara es representante del pueblo en su unidad.
Como pueblo, actualmente no estamos comprometidos ni formamos parte en la participación política, por ende, no existe esa “unidad política” de la que nos habla Jellinek, y no podrá existir si seguimos manteniéndonos a margen.
Teniendo en cuenta que el desinterés de la población es elevado, a su vez, esto se ve agravado por cuestiones tales como el actual contexto, en el cual los medios de comunicación tienen mucha influencia. Buena parte de la construcción social de la realidad está determinada por los medios masivos de comunicación. Estos medios, como mencionamos anteriormente, además de información, transmiten valores, creencias y costumbres que inciden en los comportamientos de las personas. El hecho de que los ciudadanos estemos informados, es de suma importancia para nuestra participación activa en la sociedad, y por consiguiente, en la vida política.
Ya desde hace un tiempo, se hablaba de la publicidad, quees inseparable de la responsabilidad, pues para que el pueblo pueda juzgar el desempeño de los magistrados y funcionarios, es necesario que los actos de gobierno sean conocidos. El reglamento del 25 de Mayo de 1810 establecía la responsabilidad de los miembros de la junta, la que debía publicar periódicamente el estado financiero, para juzgar del empleo de los fondos públicos. (22)
En paralelo a la actualidad, los estudios más recientes referidos al uso de los medios masivos de comunicación Subrayan que las personas tienen un papel activo en el uso de los medios de comunicación, pues son quienes deciden usarlos o no, seleccionan qué medio quieren usar, qué programa quieren ver. Las preferencias de estas decisiones están determinadas por valores, las creencias y las actitudes que se han conformado tanto en la familia como en la escuela (23)
Como ciudadanos activos que siempre fuimos, entonces, podemos ver las “dos caras” de la política. Tanto las buenas obras, como aquellas que se ven empañadas por la corrupción, y todo esto es gracias a los medios de comunicación masivos que nos muestran todas estas cuestiones y nos permiten “ser jueces” del desempeño de nuestros representantes, para luego tomar nuestras propias decisiones. Es aquí donde subrayamos la importancia de estar informados e involucrarnos, para nuestros comportamientos políticos.
Actualmente, perdimos el arte de participar y el “sentirnos parte” de la política, por el simple hecho de que ahora conocemos en mayor profundidad el trasfondo de las gestiones o de los proyectos políticos gracias a que contamos con una mayor información que en otras épocas, y sabemos a grandes rasgos con los gobernantes que contamos.
La mayoría de nosotros no sigue ideologías políticas, no tiene reales convicciones, así como tampoco asiste a actos políticos. En pocas palabras, no participa.
Es aquí donde volvemos a dar con nuestro tema central, el incivismo como forma de degradación del comportamiento político. Todos estos comportamientos no-cívicos, son los que nos hacen permanecer cada vez mas lejos de la política, de hacer política, o de ser política.
















ENCUESTA
Para aplicar el tema a la realidad y conocer la opinión del público relacionándose con el cuestión que estamos tratando, hemos realizado una encuesta con una muestra de 10 personas, tomando una edad estimada de entre 18 a 30 años. La encuesta es cerrada, con el fin de poder llegar a un muestreo más concreto. La encuesta se realizó enviándola por correo electrónico y las respuestas fueron estandarizadas en una matriz de datos y luego en una tabla de frecuencia, para poder evaluar cuántas personas contestaron las mismas respuestas. Pudimos llegar a ver que un 80% de la muestra no está interesado ni atraído por la política y el debate político argentino. Para algunos el porcentaje puede ser el esperado, para otros no, pero como grupo podemos ver avalado lo que venimos desarrollando a lo largo del trabajo. Pero igualmente vemos preocupante el hecho de que no les interese algo respecto de lo cual todos deberíamos formar parte de una u otra manera. Como justificación de lo que acabamos de leer, la opinión estuvo dividida en desinterés y poca expectativa al cambio gracias a la corrupción existente en nuestro país y gracias a los políticos deshonestos. Este tema lo hemos mencionado extensamente y hemos citado a Marcel Prelot, quien lo trata en su obra Sociología Política, y aquí vuelve a hacerse presente, esta vez en la voz de 10 jóvenes que notan este problema y lo manifiestan en sus respuestas. Otra de las preguntas, en este caso la que hace referencia a cómo se cree que se podría revertir la situación de desinterés y falta de expectativa, nuevamente tenemos un porcentaje alto (80%) apoyando lanecesidad de mayor inclusión del pueblo en las decisiones de los gobernantes. Esto se ve relacionado con las ventajas propias que buscan los gobernantes, en vez de actuar en miras al bien común, fin último de un Estado. Más se avala el tema de nuestra investigación con la siguiente respuesta, en donde nuevamente un 80% considera que hay una falta de civismo en nuestra sociedad. Los jóvenes consideran que hay una falta de amor y agradecimiento a la Patria, a las leyes, y esto se puede ver en el día a día, viendo como cada vez menos se escuchan los himnos, en donde la minoría utiliza escarapela, en donde no se cree en la justicia de las leyes, en donde pocos miran más allá que su alrededor cercano, a pocos les interesa y les preocupa el prójimo. Y también se evidencia, en la respuesta siguiente, que pocos se sumarían a algún proyecto o a algún partido político para poder cambiar esta realidad signada por la presencia del incivismo. Creemos que la participación juvenil sería realmente importante y sumaría mucho a la hora de combatir contra el incivismo que, si bien es muy difícil que desaparezca casi en su totalidad se puede disminuir, y poder empezar a vislumbrar un cambio de rumbo en el curso del país. Por último, el 60% de los jóvenes vota por considerar a este acto una obligación ciudadana y un 40% lo hace por el bien común. Es sumamente importante que este 40% crezca, y que la verdadera justificación del voto sea que colabore con el bien común, y no tan sólo considerarlo una obligación ciudadana, cívica, sino sentir necesario ese voto y que con él se pueda mejorar el curso del país.
La encuesta nos sirvió para tener otra justificación al tema central del trabajo, el cual ya es avalado por teóricos y por nuestras propias observaciones de la realidad como ciudadanos que somos.


















CONCLUSION PERSONAL Aldana Pirraglia
Del informe que hemos detallado en el trabajo practico grupal, desgloso particularmente mi opinión respecto al tema. En la actualidad considero que es muy notoria la falta de civismo en la sociedad, o como algunos de los autores analizados, como Marcel Prelot, lo denominan “incivismo”.
Esta falta de apego a la patria, la falta de interés en la política, y el descreimiento en nuestros representantes, entre otras cuestiones abordadas en el trabajo, no son más que características propias de la sociedad en la que estamos inmersos y de la época de crisis moral que estamos atravesando.
La degradación de los comportamientos políticos en los ciudadanos, es cada vez más notoria, inclusive al momento de ir a votar, muchos de nosotros votamos por considerarlo una obligación ciudadana, y no por reales convicciones. No creemos que nada vaya a cambiar y nos excusamos en las frases “son todos iguales” o “ninguno sirve para nada”
Creo que no podemos estar toda nuestra vida al margen de la situación política, tenemos que dejar de culpar a quienes están en el poder y participar. Como lo dijimos en reiteradas oportunidades a lo largo del trabajo, tenemos que sentirnos parte de la política, y hacer política.
Si no nos sentimos representados por la clase dirigente actual, desde nuestro lugar debemos cambiar las cosas en la medida en que podamos. Nuestro voto, que es la forma más “fácil” de participar, o si se quiere, ya que es nuestra parte obligatoria, debe ser a conciencia, tenemos que dejar de “lavarnos las manos” y de culpar a nuestros gobernantes por todo. Si no formamos parte, nosotros también somos responsables de lo que sucede hoy en día.
Nuestro entorno, la familia, y la escuela, entre otros, hicieron posible que hoy en día seamos las personas que somos porque forman parte de nuestra socialización y formación. Pero como dijimos, estos agentes de socialización son influyentes pero no determinantes. Es aquí donde tampoco podemos culparlos a ellos de nuestra conducta incívica. Justamente el hecho de buscar un culpable, forma parte de lo que llamamos la crisis moral. Tenemos que hacernos cargo de lo que somos y hacemos. Muchos de nosotros estamos negados a la participación y a cambiar de a poco las cosas desde nuestro lugar. Pero a su vez, estamos pendientes de las nuevas tecnologías y de “estar a la moda”. A la gran mayoría de nosotros no nos interesa la historia y no tenemos un sentimiento de patria formado. ¿Hasta cuándo podemos vivir así? Nuestro gran error es pensar que siempre vamos a formar parte de los jóvenes de la sociedad, cuando en realidad, formamos parte del futuro de la misma. Es por esto que si no empezamos a cambiar nuestra actitud de a poco, vamos a continuar esta cadena, y esta crisis moral de la que hablamos en un principio nunca va a terminar. Debemos comprometernos y participar para cambiar un poco las cosas y dejar de mirar para otro lado.


CONCLUSIÓN PERSONAL Florencia Legide
Tras repasar hoja tras hoja del presente trabajo, siento que con cada relectura se avala más el tema que nos ha tocado investigar y desarrollar: el incivismo como forma de degradación del comportamiento político. Entiendo que esta situación se está viviendo desde hace años, siglos, y no sólo en nuestro país sino que en todo el mundo en su conjunto. Cientos de ejemplos cruzan mi cabeza, desde un simple acto como no darle prioridad a un peatón en la calle, hasta el sentimiento de ajenidad de muchos ciudadanos para con nuestros representantes en el país y en el resto de los Estados, ante los cuales nos debemos proyectar con una identidad propia, que muchas veces dista de ser la correcta. Pero, ¿hay una forma de proyectarse, de mostrarse al mundo correcta? En este punto, creo que no existe “la” manera, pero que ciertas pautas morales, ciertas conductas, ciertas políticas, políticas económicas, ciertas actitudes de los gobernantes ayudan a que el resto del mundo nos vea de tal o cual manera, positiva o negativa. Desde hace años, no estamos prestando la suficiente atención a este tema, e incluso creemos que darnos a conocer como “lo más vivos” es algo bueno, que los países del resto del mundo nos admiran por “la mano de Dios”. Pero creo que con pequeñas conductas, quizás empezando por uno mismo incluso, más tarde sintiendo interés en participar de algún partido o de algún movimiento como para poder impulsar un cambio en escala mayor, se puede mejorar y hasta reducir a un mínimo el incivismo, y que lo que mostremos al mundo sea un verdadero amor y respeto por la patria. Finalmente, creo que un país se construye entre todos, y que cada uno de nosotros es responsable de lo que está sucediendo, porque son los ciudadanos los que eligen gobernantes, el pueblo es el que tiene el poder de decisión, y con cada acto de irresponsabilidad, de no participación y de desprecio al país, vamos sumamos un granito de arena en el camino a convertirnos en una Argentina netamente incívica.


CONCLUSION PERSONAL Ignacio Urbaneja
El tema que nos tocó en cuestión, abre las puertas a muchos debates, puesto que se ajusta perfectamente a la realidad en la que vivimos diariamente. A mí en lo personal me quedó latiendo algo:
Se presentaría algo así como el dilema del huevo y la gallina, y me pregunto: ¿qué fue primero la corrupción de los políticos que deriva en el incivismo de la población? o ¿fue primero el incivismo en el ámbito social que concluye y se manifiesta finalmente en el comportamiento político? Las respuestas pueden ser quizá muchas. Yo respondería la segunda, porque creo que "la culpa no es del cerdo sino de quien le da de comer", y si nosotros mismos alimentamos la corrupción desde nuestro accionar diario, entonces no nos podremos quejar luego si nuestras conductas inapropiadas se reflejan en el ámbito político. Quiero decir con esto también que si socialmente actuamos de manera correcta, no podemos permitir que lleguen al poder políticos que no actúen de igual manera.
Concuerdo con nuestro docente Javier Ampudia de Vera (tal como lo señalamos en este trabajo) en que hay una profunda crisis moral, por lo tanto,en mi humilde opinión, creo que habría que empezar a solucionar el problema de raíz y proponernos uncambio todos juntos para que el país salga adelante, mejorando la educación principalmente, enseñando con valores, haciendo hincapié en el respeto hacia los demás, más que con otras cuestiones que se enseñan y poco se aplican a la realidad.
Afortunadamente vivimos en democracia, podemos hacer algo, porque las puertas están abiertas para ello. Con esto no me refiero solamente a que vamos a lograr el cambio con el voto, porque no es la única solución a este incivismo integrar una lista de un partido político o votar a determinado partido para poder producir un cambio. El cambio empieza por nosotros mismos, no solamente por "los de arriba",demos el ejemplo y seguramente seremos imitados. De mi parte, no integro ningún partido político y éste será el primer año que voto, pero cada vez que puedo, trato de aportar algo para cambiar esta realidad en pos del país en el que vivo, ya sea en mi barrio a través del apoyo a un reclamo pacifico de vecinos por cortes reiterados de luz, o de alguna que otra campaña solidaria, aunque sea con algunos centavos, pero trato de participar y noquedarme cruzado de brazos, porque a mi entender, es el grano de arena que aunque parezca mínimo, en sumatoria, termina formando luego el arenero. Creo que si la mayoría se lo planteara así, muchos de los problemas que hoy nos afectan, se verían, al menos, disminuidos.
Por otro lado, y con relación al tema dado, los argentinos luchamos con el dilema de que nos creemos "los más vivos del mundo, los mejores", esto genera un problema porque estamos buscando siempreobtener ventajas sobre nuestros pares, y así día a día procedemos, sin darnos cuenta, de manera contraria al civismo (en otras palabras luchamos contra nosotros mismos, ya sea en la fila de un banco porque alguien se quiere “colar”, en la calle porque otro automovilista nos quiere pasar, etc.) y esto de alguna forma deriva luego en la degradación del comportamiento de los políticos, porque a mi parecer, guarda cierta relación con la frase que escribió José Hernández en el Martin Fierro: "si entre hermanos se pelean, los devoranlos de afuera", en este caso, “los de afuera” serían los políticos que aprovechan la situación social (la pelea entre “hermanos”) para realizar sus actos de corrupción. Creo que como nación tenemos un gran potencial pero que sólo lo aprovechamos en ocasiones especiales, tal como lo está haciendo por ejemplo la gente en el sur ante el problema generado por las cenizas del volcán Puyehue.Ahí se ve claramente cómo cuando queremos nos unimos, dejamos de ver al otro como un enemigo, para verlo como un hermano,y luchamos en comunidad para poder superar los problemas que nos afectan (tal como deberíamos hacer frente al incivismo que estamos padeciendo).Concluyo todo esto con la frase "lo cortés no quita lo valiente" y con esto quiero decir que no está mal que nos creamos que somos los mejores (porque eso nos hace sentir mejor en algún punto como Nación), pero eso sí, cuando realmente seamos personas correctasy merezcamos elogiarnos como tales por nuestros valores, por ser solidarios, corteses con nuestros pares, y por tener un país que sea ejemplar para el resto del mundo (como puede serlo para muchos Japón), y esto es justamente, aportar nuestro mejor grano de arena al fin último del Estado que es “lograr el bien común y proyectarnos con identidad propia a la comunidad internacional”.

CONCLUSION PERSONAL Gabriel Portnoy
Las sociedades, están situadas hoy en día en una era post modernizadora, ya no es la misma que podíamos observar a comienzos del siglo XX, ya no son los mismos principios, el valor humano, la transversalización actual es de grave latitud en esta globalización exenta de méritos constructivos hacia una “vida feliz”, que es un punto clave y una aproximación a una “sociedad completa”. Que son los valores, la cultura, la simpleza, la astucia, el compromiso, la aceptación? ¿Objetivos? ¿Porque las personas no acuden a tantos objetivos/metas teniéndolos en la palma de la mano? ¿Cómo no es posible la realidad de tal mención?: “Cambien su manera de pensar y cambiará su manera de vivir” (San Pablo - Libro de los Hechos de los Apóstoles, Romanos 12:2). La cultura, gran símbolo de las manifestaciones sociales, al parecer es una meta inalcanzable hoy en día, ostentable por pocos y ausente en muchos, esta cultura educativa es sumamente necesaria para sobrevolar y superar la crisis social visible, es la gran meta humana de estos últimos tiempos. Los comportamientos incívicos y anti morales dan certeza a este decaimiento actual perceptible en el individuo del siglo xxi. Manifestaciones contrapuestas de autores dan pelea a entender si el declive social se debe a los regímenes políticos y gobernantes desnaturalizados, al no dar respuesta y solución a tal atrocidad vivida hoy en día, (cultural, social, y política), ya que estos son los “representantes del pueblo”, y quienes por lo tanto les deberían dar una solución explicita y certera a su gente, a las personas que confiaron su voto en ellos, o si se debe a la misma sociedad perjudicada en materia educativa, sin principios, valores morales, ni metas escaladoras necesariaspara lograr una mejor vida pacífica. A mi entender, mi escasa conclusión es poder encontrar finalmente una sociedad donde el civismo es el gran desafío propuesto dualmente pueblo-gobernantes.

CONCLUSION GENERAL
En vistas de lo expuesto a lo largo de esta ardua tarea de investigación, y de lo expuesto por cada uno de los integrantes de manera individual en sus conclusiones, coincidimos la mayoría explícita o implícitamente en los siguientes puntos:
-Existe una postura de individualismo a nivel general;
-Dicha postura no permite alcanzar los objetivos que nos planteamos para prosperar como sociedad, entre ellos lograr el bien común;
-Existe una serie de faltas de conducta que se manifiestan todos los días en la calle y esto lo vemos todos en nuestro quehacer diario;
-No hay un fuerte lazo de unión entre los integrantes de nuestra nación;
-El sentimiento de pertenencia a la nación se manifiesta en otros ámbitos como puede ser el deporte (por ejemplo, en el futbol: donde todos nos ponemos la camiseta de Argentina cuando jugamos un mundial);
-Hay una falta de sentimiento nacionalista con respecto a otros Estados, tales como Estados Unidos o Brasil, donde sus habitantes por ejemplo colocan la bandera de su país en donde encuentren lugar por decirlo de alguna forma;
-Esta falta de patriotismo se manifiesta también en el escaso interés, o la escasa participación de la ciudadanía en la cuestión política;
-Este escaso interés/participación se debe en gran parte a la desconfianza que generó a nivel general, desde hace ya un tiempo, el comportamiento incorrecto de los políticos;
-Esta desconfianza, derivó en un agotamiento de la población a tal punto que ya no nos preocupamos porque se cometan actos de corrupción, y en alguna medida es como que a la mayoría ya le da lo mismo porque lamentablemente fueron tantos los hechos de corrupción por parte de los políticos que nos terminamos resignando;
-Esta resignación provocó que el grueso de la población adopte la postura de que esta situación “no cambia más”;
-Todas estas acciones mencionadas encuadran en cierta forma bajo la figura del Incivismo, y en consecuencia luego derivarán en el ámbito político, ya que si por ejemplo, no hay un fuerte sentimiento de patriotismo, no se puede pretender defender a la nación de muchos actos de corrupción cometidos por políticos. Y por otro lado, los políticos no se abstienen de realizar las acciones que fueron enumeradas, dado que al igual que la población también son seres humanos y se encuentran sumergidos en ese contexto. Por lo tanto se degrada cada vez más su comportamiento. Esto es propiamente dicho: “El incivismo como forma de degradación del comportamiento político.”







Referencias (según sistema de citación con base en normas APA)

1- Diccionario de la Real Academia Española. http://www.rae.es/rae.html
2 – Prelot, Marcel (1985). El civismo.En SociologíaPolitica (pp. 329-330). Buenos Aires. La ley.
3-Camps, Victoria. (2004). Manual de civismo 5ta edición. (pp. 31). Ariel.
4- Polybe, théselettres, (1858). París(pp. 13).
5- Aristóteles. Libro Primero, capítulo 1. La política. Edición: 2007 (pp. 15)
6- Prelot, Marcel (1985). El civismo.En SociologíaPolitica (pp. 329-330). Buenos Aires. La ley.
7- Prelot, Marcel (1985). El civismo.En SociologíaPolitica (pp. 329-330). Buenos Aires. La ley.
8- Magister enciclopedia ilustrada (1973) Ed. Sopena Argentina S.A. Buenos Aires.
9- Benarós, León. (1954) adaptación de las obras: Cultura Ciudadana. La sociedad Argentina. 2da edición (pp. 15) Ed. Kapelusz. Y del mismo autor, Cultura Ciudadana, La Economía Argentina. 2da edición. Ed. Kapelusz
10- Benarós, León. (1954) adaptación de las obras: Cultura Ciudadana. La sociedad Argentina. 2da edición (pp. 16) Ed. Kapelusz. Y del mismo autor, Cultura Ciudadana, La Economía Argentina. 2da edición. Ed. Kapelusz
11- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 409). Buenos Aires. La ley.
12- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 409). Buenos Aires. La ley.
13- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 411). Buenos Aires. La ley.
14- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 403). Buenos Aires. La ley.
15- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 404). Buenos Aires. La ley.
16- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica (pp. 404). Buenos Aires. La ley.
17- Diccionario práctico escolar, pag 94 – Ed Larousse – Bordas, 1997. SEGUNDA EDICION – 3° reimpresión. México
18- Prelot, Marcel (1985). La degradación de los comportamientos.En SociologíaPolitica(pp. 406). Buenos Aires. La ley.
19- Benarós, León. (1954) adaptación de las obras: Cultura Ciudadana. La sociedad Argentina. 2da edición (pp. 4) Ed. Kapelusz. Y del mismo autor, Cultura Ciudadana, La Economía Argentina. 2da edición. Ed. Kapelusz
20- López, Mario Justo (1996). Formas y fuerzas políticas. Introducción a los estudios políticos. (pp. 366). Ed. Depalma, Buenos Aires.
21- López, Mario Justo (1996). Formas y fuerzas políticas. Introducción a los estudios políticos. (pp. 367). Ed. Depalma, Buenos Aires.
22- Benarós, León. (1954) adaptación de las obras: Cultura Ciudadana. La sociedad Argentina. 2da edición (pp. 5) Ed. Kapelusz. Y del mismo autor, Cultura Ciudadana, La Economía Argentina. 2da edición. Ed. Kapelusz
23- Falicov, Estela. Lifszye Sara. (2005) Sociología. (pp.76) Ed. Grupo Aique, Buenos Aires.