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Resumen de "La Transición del Régimen"  | Sistemas Políticos Comparados (Cátedra: Aznar Saguir - 2017)  |  Cs. Sociales  |  UBA
Morlino: La transición del régimen

Morlino, dentro de una perspectiva sistémica pero con críticas a algunas posiciones de este tipo, busca desarrollar el tema del cambio de régimen.

El texto comienza con críticas a las teorías de la modernización y las que buscaron explicar la crisis de la modernización, en especial los aportes de Almond. Los problemas de estas teorías eran fundamentalmente los siguientes: cómo salir de la utopía de la teoría total y descender a las teorías de alcance medio; cómo elaborar generalizaciones más aptas para los procesos de cambio al interior de los sistemas políticos; cómo escapar de algunos determinismos; cómo encontrar la conexión entre los análisis micro y macro y como encontrar conceptos suficientemente claros en el plano empírico.
Básicamente, Morlino esta cuestionando la posibilidad de pensar el cambio del sistema político en términos de teoría de la modernización.
Lo que Morlino observa es que existen una gran cantidad de definiciones y distintas confusiones en torno a estos temas. Da, entonces, algunos motivos para explicar esta situación. Primero, el estado pre-paradigmático de las ciencias sociales y de la ciencia política en general. Segundo, algunos autores han dado al problema de la definición una importancia secundaria. ¿Por qué han hecho esto? Por centrarse en la formación de políticas públicas, se tomaron principalmente conceptos de otras disciplinas y simplemente desconocieron la importancia de una teoría general. Tercero, hubo una pluralidad de enfoques y de puntos de vista utilizados . Cuarto, hubo una falta de anclaje histórico de los conceptos que se examinan.
De lo que se trata es de desmenuzar los problemas en torno a dos conceptos: el de sistema político y el de cambio político.

Vamos al tema del sistema político. Morlino plantea que existen dos cuestiones: 1) sobre la legitimidad de la operación de aislar lo político y 2) sobre el nivel de generalidad que permite comprender cuando acontece un cambio del sistema o en el sistema. A partir de este punto, Morlino empieza a hacer un racconto de las distintas posturas al respecto pasando por Mitchell, Huntington , Almond y al final, Easton.


Easton

Elementos del sistema

Easton es el mayor interés de Morlino. “El régimen forma parte de la teoría eastoniana en cuanto objeto de apoyo, junto con la comunidad política y la autoridad. Esta compuesto por tres elementos: valores, normas y estructuras de autoridad” (pág. 61).
Los valores se encuentran en la base de ciertas ideologías o doctrinas y están más o menos implícitamente en la praxis política. Las normas son las reglas operativas o reglas de juego que especifican los modos en que los miembros del sistema pueden participar. Las estructuras de autoridad son “el conjunto de los roles o modelos regularizados de comportamiento y de expectativas acerca del modo en que habrán de comportarse los que ocupan posiciones especiales en la sociedad y el modo en que los demás deben obrar frente a ellos” (pág. 62).
Con respecto a las estructuras que se dividen el proceso político, Easton marca cuatro: las estructuras que toman las decisiones, las que las ejecutan, las que tratar de obtener el apoyo y la obediencia de los actores relevantes del sistema y las que extraen los recursos necesarios para la ejecución de decisiones.
Como manera de sopesar el análisis de Easton, Morlino indica que “la teoría eastoniana es mas lúcida y rigurosa que la almondiana, aunque esta misma característica tenga su contrapartida negativa (…) justamente por estar todo dirigido a la elaboración de una teoría fundada sobre fenómenos de mantenimiento y adaptación del sistema, Easton forja todos los conceptos en función de sus objetivos. Sus categorías fundamentales son principalmente dos: el input de demanda y el input de apoyo. Todos los demás conceptos se ven en función de estos dos primeros: los mismos outputs del sistema se correlacionan con el apoyo” (pág. 63) La critica fundamental de Morlino a Easton será que no logra examinar que es lo que ocurre al interior del sistema político. “Comunidad política, régimen y autoridad son categorías conceptuales elaborados como objetivos del apoyo y los problemas sólo se plantean en relación a posibles modificaciones de dicho apoyo” (pág. 64).
Esto no quiere decir que Morlino este descartando todo el análisis. ¿Con qué se queda? En primer lugar, con la separación entre comunidad política, régimen y autoridad. De la comunidad política es necesario tener en cuenta una serie de elementos: los grupos activos que pueden incidir en el sistema y que pueden encontrarse estructurados, las ideologías y creencias dominantes y las estructuras de conversión de demandas que pueden emerger.
Con respecto al régimen, “tienen relieve también las ideologías, los valores, los principios o las creencias, dominantes o en competencia, que influyen más específicamente en las reglas del juego o en los procedimientos y en las estructuras de autoridad” (pág. 65).
Con respecto a las estructuras de autoridad, hay que ser capaces de distinguir entre estructuras de decisión y estructuras de enforcement. Morlino realiza un esquema en las págs, 65 y 66 para sistematizar todos estos elementos.


El capitulo siguiente empieza planteando la relación del sistema y el régimen con respecto a la transición. Para Morlino, el cambio de régimen es un fenómeno frecuente que afecta a todos los sistema políticos y es, además, un fenómeno de gran relevancia. Ahora bien, ¿Qué es lo que cambia? El régimen. ¿Cuáles eran sus elementos? Los valores, las normas y las estructuras de autoridad. De estos tres, Morlino decide centrarse en los últimos dos por dos motivos: porque no es un componente esencial para la definición del régimen y porque es muy difícil fijar empíricamente los elementos de esos valores. “Son, por el contrario, necesarios y suficientes las reglas concretas del juego, los procedimientos


establecidos, las diversas estructuras de autoridad que en su conjunto configuran un régimen específico” (pág. 68).
Pero hay que tener en cuenta que un régimen no es un sistema político, ya que para que este último cambie es necesaria la transformación de la comunidad política. Esto implica que los cambios de sistema política tienen un alcance mucho más vasto pero son, a su vez, menos frecuentes.
Planteado esto, Morlino debe poder distinguir entre distintos tipos de régimen. Empieza planteando la distinción entre regímenes democráticos y no democráticos.
“Son democráticos todos los regímenes cuyas normas vigentes prevén la protección de los derechos políticos y civiles de los miembros de la comunidad política” (pág. 70). El problema es como tomar en cuenta los indicadores de un régimen democrático de manera tal de no encontrarse con una gran cantidad de variables y complejidades. Para solucionar esto Morlino decide tomar como principal indicador del cambio al interior de los regímenes democráticos al sistema de partidos. De esta manera, decide tomar la tipología de Sartori sobre sistema de partidos: “Así, puede haber democracia con un partido predominante, con un sistema bipartidista, con un sistema de pluralismo moderado y con un sistema de pluralismo polarizado. Dentro del genus democrático, se está en presencia de una transición cuando uno cualquiera de los sistemas de partidos arriba indicados se convierte en otro sistema de partidos distinto” (pág. 72).
Con respecto a los regímenes no democráticos, Morlino se centra en la tipología elaborada por Linz que se basa en tres variables: grado de pluralismo político, grado de participación real de la población y grado de ideologización.
Pero no basta con tener en cuenta las tipologías para analizar como cambia el régimen. Se hace necesario tener en claro los casos concretos: “Estimo, pues, que este procedimiento debe completarse, como ya sugería en el caso del genus democrático, con localización de indicadores “estructurales” de cambio fundamental, que es una de las modalidades propias de la transición de régimen”(pág. 79).

“Una vez precisado qué es lo que cambia (el régimen) e indicados cuáles son los dos criterios esenciales y complementarios para analizar la transición (referirse a las tipologías presentes e integrar los resultados de las mismas con indicadores “estructurales”), las dos operaciones siguientes a cumplir son individuar el grado, el cuánto, y las modalidades del cambio, el cómo” (pág. 79).
Con respecto al cuánto es claro que el nuevo régimen se presenta como distinto del anterior. Sin embargo, en que medida es distinto y en que medida el cambio ha sido fundamental o gradual depende del cómo.
Con respecto al cómo, Morlino da una serie de dimensiones a tener en cuenta:
• Continuo/discontinuo
• Acelerado/lento
• Pacífico/violento
• Interno/externo
Una vez indicado esto, Morlino da los tipos de régimen que pueden darse:
• Dictadura,
• Regímenes tradicionales
• Regímenes autoritarios


• Regímenes democráticos
• Regímenes totalitarios
Una vez que descarta la dictadura, a la que considera siempre tradicional , Morlino da una lista de posibilidades de cambio (Ver pág. 82). Esto implica todas las combinaciones, excepto el retorno de cualquier régimen al tradicional (porque es teóricamente imposible) y el paso directo de un régimen totalitario a una democrático.


El capítulo siguiente empieza planteando las distintas secuencias del cambio de régimen. Para eso, Morlino realiza un cuadro (Ver pág. 85). En este muestra nueve estados posibles: 1) crisis, 2) reconsolidación, 3) hundimiento, 4) transición continua, 5) persistencia estable, 6) persistencia inestable, 7) transición discontinua, 8) instauración y 9) consolidación.
Morlino aclara que la desaparición no aparece como uno de los estados por el simple motivo de que el régimen dejó de existir. Además hay dos estados intermedios que el autor resalta: “1) el paso entre el derrumbamiento del antiguo régimen y la instauración del nuevo (transición discontinua); 2) el estado intermedio entre la crisis del antiguo régimen y la instauración del nuevo (transición continua)” (pág. 85).
Todo esto implica tomar en cuenta la estática y la dinámica del régimen político. En este contexto, una idea central es que todo régimen cuenta con una coalición de apoyo que logra mantener un gobierno.
El punto de partida es un régimen que ha entrado en crisis. A partir de este punto, se puede reconsolidar y entonces tener una persistencia estable o una persistencia inestable (esto depende de cómo se reconstituya la coalición que mantiene un gobierno); puede tener un hundimiento o una transición continua.
El hundimiento puede llevar a la desaparición y entonces surge un nuevo régimen, es decir, una transición discontinua en la que surge un nuevo régimen. También puede haber una transición continua que lleve a un nuevo régimen.
La instauración de un régimen puede llevar a la consolidación o a una nueva crisis, en cuyo caso puede ocurrir un hundimiento, la desaparición o la transición.
Ahora bien, la consolidación no es la última etapa del régimen sino que después viene la persistencia.
Con respecto a la estabilidad, Morlino considera que “la estabilidad es la característica del régimen del que, en un tiempo t, se valora la capacidad de duración en tiempo sucesivos (…) Esto es, la capacidad de duración previsible del régimen en el tiempo. Un régimen, por tanto, es estable, cuando tras el examen de algunas de sus condiciones se puede predecir que persistirá” (pág. 94).

 

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