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Resumen de Sistemas de Partidos  |  Fundamentos de Ciencia Política (Profesor: Cecilia Galvan y Hernan Toppi - Cátedra: Galvan - 2015)  |  Cs. Sociales  |  UBA

Sistemas de partidos y gobernabilidad democrática

Los partidos políticos constituyen un elemento indispensable para el funcionamiento democrático. El papel de los partidos en esencial para reclutar y seleccionar a los aspirantes a los cargos políticos, organizar el proceso electoral, estructurar el apoyo político de la opinión publica en torno a determinados programas políticos, intereses socioeconómicos y valores, incluir los intereses y las preferencias de la ciudadanía en el proceso de formulación de políticas, formar el gobierno y establecer acuerdos políticos en el ámbito legislativo.

Tres características distintas de los sistemas de partidos definen su impacto en la gobernabilidad democrática; el nivel de institucionalización, el grado de fragmentación y el grado de polarización.

El sistema de partidos esta institucionalizado cuando las pautas de competencia interpartidista son relativamente estables, los partidos cuentas con bases de apoyo social sólidas y profundas , tanto los partidos como las elecciones son percibidas como legítimos y como instrumentos únicos para determinar quién gobierna y las organizaciones partidistas se caracterizan por contar con reglas y estructuras razonablemente estables

El grado de fragmentación indica el número de agrupaciones que obtienen habitualmente una proporción significativa de los votos y escaños.

El grado de polarización se relaciona con la magnitud de las diferencias entre los distintos partidos respecto de su ideología política y su base social.

En un sistema institucional los partidos son actores importantes para canalizar y articular las demandas políticas. Las agrupaciones con un grado razonable de cohesión, bases sólidas de apoyo social y programas políticos identificables facilitan la representación de las preferencias e intereses del público y refuerzan las posibilidades de que los ciudadanos exijan rendición de cuentas a las autoridades políticas.

La existencia de los partidos permite que los ciudadanos expresen mediante el voto sus preferencias ideológicas en un sentido amplio, sus valores y la orientación política que favorecen. La opinión de la ciudadanía se apoyara en los programas y en el desempeño del partido al que están afiliados. Del mismo modo, en los sistemas de partidos más institucionalizados el político depende del partido para lograr un cargo y avanzar en su carrera.

La institucionalización del sistema de partidos tiende a fomentar mayor estabilidad política y eficacia gubernamental.

La articulación de las demandas del público y las organizaciones de la sociedad civil a través de instituciones legítimas y consolidadas disminuye el riesgo de que los conflictos políticos se intensifiquen y se vuelvan incontenibles. Tanto los ciudadanos como los grupos sociales confían en que los partidos y sus dirigentes actúan a favor de sus intereses, y por lo tanto, están más dispuestos a otorgarles cierto grado de autoridad para la toma de decisiones.

El sistema de partidos institucionalizado favorece la gobernabilidad porque incrementa las probabilidades de que el poder ejecutivo cuente con apoyo en el ámbito parlamentario.

La cantidad de partidos incide en las probabilidades que se el oficialismo controle una mayoría de los escaños y logre apoyo mayoritario en la esfera legislativa para los programas del poder ejecutivo. Cuanto más fragmentado se encuentre el sistema de partidos, mayor será la necesidad de establecer alianzas y más difícil resultara mantenerlas.

Los sistemas de partidos polarizados, más frecuentes en entornos multipartidistas, también tienden a obstaculizar la gobernabilidad democrática más que aquellos escasa o moderadamente polarizados.

La dinámica de esos sistemas perjudica la estabilidad y el desempeño de gobiernos que representan partidos del centro del espectro político, acentuando la polarización del sistema y amenazando la estabilidad del régimen.

Los sistemas con relativamente pocos partidos importantes y una polarización escasa o moderada son más proclives a una gobernabilidad estable y eficaz.

La existencia de un tipo determinado de sistema de partidos no define el éxito o el fracaso de la gobernabilidad democrática. No todas las democracias emergentes están condenadas al fracaso pese a que sus sistemas de partidos están débilmente institucionalizados.

En América Latina, las últimas décadas se caracterizaron por la disgregación de sistemas de partidos considerablemente institucionalizados y del desarrollo sostenido de unos cuantos sistemas que, por el contrario, antes estaban poco institucionalizados.

El contexto en el que se desarrollan los sistemas de partidos de América Latina en la actualidad es muy diferente del que existía en Europa Occidental y Norteamérica.

Evaluación de la inst. De los sistemas de partidos en América Latina

En países donde la democratización implica la construcción de una competencia interpartidista escasamente existente hasta el momento, es probable que haya cierta desinstitucionalización.

Argentina, Chile y Uruguay, formados durante la transición del autoritarismo a la democracia, fueron en su mayor parte la continuación de los sistemas anteriores de la competencia electoral. En otros países como Brasil, México y Paraguay, la transición implico la formación de partidos nuevos para que compitieran contra el partido o facción militar que encabezaba el régimen anterior más restrictivo.

En países donde la democratización implica la construcción de una competencia interpartidista escasamente existente hasta el momento, es probable que haya cierta desinstitucionalización.

Dimensiones de análisis características de un sistema de partidos institucionalizado;

· Relativa estabilidad de los modelos de competencia interpartidista

· Arraigo social estable y profundo de los partidos

· La percepción popular de la legitimidad de los partidos y las elecciones

· Sistema de partidos con reglas y estructuras estables.

Estabilidad de los modelos de competencia interpartidista

La estabilidad se puede medir mediante un índice de volatilidad electoral, que permite valorar el cambio neto de la porción de escaños (y votos) de todos los partidos entre una elección y la siguiente.

La volatilidad puede ser el resultado de un cambio en la cantidad de votos (y los escaños) que obtiene un conjunto determinado de partidos, o del surgimiento o desaparición de ciertas agrupaciones.

La volatilidad, es similar para las elecciones presidenciales y los escaños parlamentarios.

Respecto a las democracias de Europa Occidental, al menos la mitad de los países de América Latina experimento una elevada volatilidad electoral.

El derrumbe de la legitimidad de los partidos políticos más grandes y los cambios del sistema electoral generaron una ola de volatilidad y el surgimiento de un número elevado de partidos y movimientos nuevos.

La segunda dimensión del nivel de institucionalización del sistema de partidos es la profundidad de sus vínculos con la ciudadanía y los grupos organizados.

La capacidad de los partidos de resistir periodos prolongados de competencia electoral se considera un indicador de la estabilidad de sus vínculos con el electorado si algunos partidos se debilitan mientras surgen nuevas asociaciones.

La tercera dimensión de la institucionalización del sistema de partidos se refiere al grado de legitimidad que los ciudadanos confieren al proceso electoral. Se utilizan tres criterios definidos para establecer las comparaciones entre los países;

· El grado de confianza de los entrevistados en los partidos políticos

· Sus percepciones sobre la integridad del proceso electoral

· Sus percepciones sobre la importancia de los partidos políticos para el progreso del país.

Además de la confianza de la ciudadanía en los partidos políticos, esta dimensión abarca también la legitimidad el proceso electoral.

El tercer criterio permite evaluar hasta qué punto los partidos políticos son considerados fundamentales en el proceso político democrático.

El cuarto criterio para medir el nivel de institucionalización del sistema de partidos es la fortaleza de las organizaciones partidistas.

No existe información lo suficientemente estandarizada que permita desarrollar una medida comparativa confiable. Debido al carácter subjetivo de estas evaluaciones y a la ausencia de la mayor parte de los países centroamericanos, esta dimensión no se incluye en el índice de institucionalización del sistema de partidos.

Evaluación de la fragmentación del sistema de partidos y el grado de polarización

El grado de fragmentación y polarización del sistema de partidos incide en la gobernabilidad y la estabilidad del régimen democrático. La cantidad de partidos influye en las probabilidades de que el partido de gobierno obtenga la mayoría en el poder legislativo y cuente con su apoyo sostenido para las propuestas políticas del ejecutivo. De manera similar, un número grande de partidos por lo general se asocia con mayor polarización.

La relación entre los distintos partidos y el grado de polarización depende del nivel de institucionalización del sistema de partidos. Por ejemplo, en un sistema multipartidista, las relaciones entre el poder ejecutivo y el legislativo son seguramente más problemáticas y las posibilidades de formar coaliciones de gobierno sostenibles son más limitadas cuando los partidos son débiles.

En AL el sistema promedio es multiparditidista, con un número efectivo de agrupaciones entre 3 y 4.

En varios países sistemas bipartidistas han dado paso a sistemas de dos partidos y medio o tripartidista. Este crecimiento refleja, mayor pluralismo y competencia en países donde el proceso de transición implico la creación o el fortalecimiento de partidos nuevos o antiautoritarios.

Polarización del sistema. De partidos

La mejor manera de hacer esa medición serían las encuestas de opinión dirigidas a la clase política y al público en general. Ante la falta de datos totalmente adecuados, proponemos la siguiente clasificación del nivel de la polarización;

· Entre alta y moderada: Brasil , Ecuador, Nicaragua y Venezuela

· Moderada: Uruguay, Guatemala, Bolivia , Perú, Panamá, Chile , México y Costa Rica

· Baja: Rep. Dominicana, Honduras, Argentina, Colombia y Paraguay


 

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