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Resumen de Gobernabilidad  |  Fundamentos de Ciencia Política (Profesor: Cecilia Galvan y Hernan Toppi - Cátedra: Galvan - 2015)  |  Cs. Sociales  |  UBA

Sistemas de partidos y gobernabilidad democrática

Existen tres características distintivas para definir el impacto de los sistemas de partidos en la gobernabilidad democrática:

1) Nivel de institucionalización. Competencia interpartidista, reglas y estructuras estables + elecciones y partidos percibidos como legítimos.

2) Grado de fragmentación. Número de agrupaciones relevantes en las elecciones.

3) Grado de polarización. Distancias en materia ideológica.

En un sistema institucionalizado los partidos son los encargados de articular las demandas políticas. Con un grado razonable de cohesión, apoyo social y programas políticos; representan a los ciudadanos y permiten que se exijan rendición de cuentas a las autoridades.

En los sistemas de partidos institucionalizados el político depende de su partido para lograr un cargo y avanzar en su carrera. Deberá entonces, adoptar decisiones que concuerden con los objetivos programáticos del partido y abstenerse de atraer a las masas mediante tácticas

populistas y demagógicas.

La institucionalización fomenta mayor estabilidad política y eficacia gubernamental, ya que sostiene que la mejor (o más democrática) manera de formular políticas es mediante la vía electoral y los canales legislativos. Ningún grupo social satisface plenamente sus demandas mediante el poder legislativo y el sistema de partidos, no obstante, mediante ellos se garantiza que no serán por completo ignorados.

A su vez, el institucionalizar vuelve a la política más predecible y favorece la gobernabilidad. Los resultados electorales no varían demasiado entre una elección y su predecesora, las reglas de conducta son más conocidas y aceptadas, permitiendo de esta forma erradicar la incertidumbre con respecto al futuro, la cual pudiera producir un debilitamiento (y hasta disolvimiento) del sistema democrático.

Es relevante explicitar que la institucionalización del sistema de partidos es un pilar fundamental para que el poder ejecutivo actúe en cooperación con el legislativo en la configuración de políticas públicas. Al sistema presidencialista se le complica mucho mantener un gobierno con el apoyo de una coalición de distintos partidos. La cantidad de partidos incide en las probabilidades de que el oficialismo controle la mayoría de los escaños y logre el apoyo mayoritario en la esfera legislativa para los programas del poder ejecutivo. Cuanto másfragmentación en el sistema de partidos, mayor será la necesidad de establecer alianzas y más difícil resultará mantenerlas. La disciplina partidista tiende a lograr una buena aplicación de políticas públicas.

Un sistema de partidos polarizado es proclive a obstaculizar la gobernabilidad democrática, ya que supone alianzas electorales interpartidistas y acuerdos ocasionales para allanar el poder legislativo.

Evaluación de la institucionalidad de los sistemas de partidos en América Latina

El nivel de institucionalización de cada partido depende en gran medida de la historia política del país de procedencia.

Breve contexto en América Latina para el siglo XX:

- Argentina, Chile y Uruguay: transición del autoritarismo a la democracia. Mediante traspaso parcial del poder a otros partidos existentes.

- Colombia, Costa Rica y Venezuela: pluralismo desde antes de 1980

- La mayoría de los países de Centroamérica, México, Brasil y Paraguay: Formación de nuevos partidos que compitieron con el régimen autoritario.

Existen cuatro dimensiones para medir la institucionalización de un sistema de partidos:

1) Relativa estabilidad de los modelos de competencia entre partidos

2) Arraigo social de los partidos (apoyo)

3) Legitimidad de los partidos y las elecciones

4) Sistema de partidos con reglas y estructuras estables (fortaleza)

1) Competencia interpartidista

Se mide gracias al índice de volatilidad electoral, el cual trata de hacer previsible la imprevisibilidad gubernamental. Evidencia el cambio neto en la porción de votos/escaños de un partido entre una elección y la siguiente.

2) Arraigo social (adherencia a los partidos)

Se trata de los vínculos con la ciudadanía y los grupos organizados. Cuando hay disciplina partidaria en teoria baja la volatilidad electoral (se supone que la gente le es fiel a su partido). Se mide teniendo en cuenta; tanto la capacidad de los partidos de resistir periodos prolongados de competencia electoral y se considera un indicador de la estabilidad de vínculos con el electorado; y a través de las encuestas de opinión (¿es ud muy afín a algún partido?). Hay que tener en cuenta que el clientelismo político puede influir en la lealtad.

Existe una tendencia general de indiferencia hacia la política que parece afectar a toda América Latina. No se ven tanto las preferencias partidistas ya que se desarrollaron dos coaliciones significativas: una de centro izquierda y otra de centro derecha.

3) Percepción de los partidos como agentes fundamentales para determinar quién gobierna

Legitimidad o confianza que ciudadanos y grupos organizados depositan en los partidos y el proceso electoral.

Tres criterios para establecer comparaciones entre países:

a. ¿cuál es el grado de confianza en los partidos?

b. ¿cuán íntegro le parece a ud. el proceso electoral?

c. ¿cuán importantes son los partidos para el progreso del país? (¿hasta qué punto los partidos políticos son necesarios para el proceso político democrático?)

Estos criterios los podemos llevar a la práctica mediante encuestas.

4) Fortaleza de las organizaciones partidistas

Hace referencia a la fidelidad entre la élite política y legisladores; la significación del nombre del partido (si es asociable a una persona o a una ideología); la presencia (local o nacional) y el dinero del cual dispone el partido tanto en época electoral como en ausencia de ella.

No existe información lo suficientemente estandarizada que permita desarrollar una medida comparativa confiable de la fortaleza de las organizaciones. Sólo evaluaciones cualitativas aplicadas en estudios de casos que no toman en cuenta a muchos países.

Índice de institucionalización del sistema de partidos

Combina en un único índice, las mediciones desarrolladas para valorar las primeras tres dimensiones (se excluye la fortaleza, lo que representa una limitación importante a la hora del análisis. Se calcula equiparando mediante un rango común a los índices de: volatilidad electoral, arraigo social (estabilidad o capacidad de los partidos para resistir y identificación con el partido o encuestas) y legitimidad (de los partidos, de las elecciones y de los partidos para asegurar el progreso).

Las mediciones de los tres criterios permiten clasificar los países de manera aproximadamente similar, aunque podría esperarse cierto grado de variación debido a que se relacionan con aspectos diferentes del concepto de institucionalización.

Evaluación de la fragmentación del sistema de partidos y el grado de polarización

El grado de fragmentación y polarización del sistema de partidos incide en la gobernabilidad y estabilidad del régimen democrático. La cantidad de partidos influye en las probabilidades de que el partido de gobierno obtenga mayoría en el Poder Legislativo y cuente con su apoyo sostenido para las propuestas políticas del Ejecutivo. De manera similar, un número grande de partidos por lo general se asocia con mayor polarización.

En un sistema multipartidista, las relaciones entre ejecutivo y legislativo serán más problemáticas y las posibilidades de formar coaliciones de gobierno sostenibles son más limitadas cuando los partidos son débiles. Por otra parte cuando los partidos muy cohesionados comandan las lealtades dentro de la sociedad, la mayor rigidez podría agravar los problemas de gobernabilidad.

Fragmentación del sistema de partidos

Los sistemas de partidos en América Latina varían desde un número de partidos reducido que se acerca al bipartidismo.

Hasta 1993, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista (PJ) dominaban el sistema de partidos argentino, si bien los numerosos partidos regionales y unos cuantos partidos nacionales pequeños lograron también colocar algunos representantes. Desde esa fecha, con la creación del Frente Grande y posteriormente el Frente País Solidario (FREPASO), Argentina coquetea con la posibilidad de un sistema tripartidista. Sin embargo, la formación de una alianza entre la UCR y el FREPASO para los comicios legislativos del ‘97 y los presidenciales y legislativos del ‘99 mantuvo el índice en su antiguo nivel de aproximadamente 2,5.

En América Latina el sistema promedio es multipartidista, con un número efectivo de agrupaciones en tres y cuatro. En varios países, sistemas bipartidistas han dado paso, en gran medida, a sistemas de dos partidos y medio o tripartidistas. Este crecimiento refleja, mayor pluralismo y competencia en países donde el proceso de transición implicó la creación o el fortalecimiento de partidos nuevos o antiautoritarios.

Polarización de sistema de partidos

Es difícil realizar una medición sistemática de la polarización del sistema de partidos de la región. La mejor manera es realizar encuestas de opinión dirigidas a la clase política y al público en general. Las divisiones ideológicas al nivel de opinión pública no se reflejan necesariamente en el ámbito de las elites partidistas, puede haber cierta correspondencia, pero no es habitual.

Entre las décadas del ‘60 y ‘90 el grado de polarización en términos de las ideologías tradicionales de izquierda y derecha disminuyó de manera sensible en la mayoría de los países. La caída del comunismo en los países de Europa Occidental y la declinación de la extrema izquierda ayudaron a cerrar esta brecha en gran parte del mundo. No obstante, siguen existiendo apasionadas diferencias políticas.

También es importante aclarar que la despolarización ideológica ha contribuído a la durabilidad de la actual corriente democrática. Países que estuvieron en fuertes crisis a causa de una polarización rígida, hoy por hoy disfrutan el funcionamiento democrático y su estabilidad.

Ante la ausencia de evidencia rigurosa, proponemos la siguiente clasificación tentativa del nivel de polarización:

- Entre alta y moderada: Brasil, Ecuador, Nicaragua, Venezuela y El Salvador.

- Moderada: Uruguay, Guatemala, Bolivia, Perú, Panamá, Chile, México y Costa Rica.

- Baja: República Dominicana, Honduras, Argentina, Colombia y Paraguay.

Conclusiones

Los sistemas de partidos en América Latina varían ampliamente de acuerdo con las considerables diferencias en sus historias políticas y con la profundidad de sus experiencias previas a la democracia.

Varias naciones cuentan con sistemas de partidos en que dos o a lo sumo tres agrupaciones dominan la escena política. En esos países (Honduras, Paraguay, México, Costa Rica, Guatemala, Argentina, Colombia y Chile) el presidente es electo con una mayoría en el Congreso, o forma una coalición de gobierno, aunque no siempre resulte sostenible y efectiva. Los países restantes, sobre todo en aquellos con cuatro o más partidos (Ecuador, Brasil, Bolivia y Perú) gobiernos de minoría han sido más comunes, por los que la conducción gubernamental a través de vías representativas normales ha presentado dificultades.

Resulta más complejo clasificar los sistemas de partidos en América Latina en términos de su grado de polarización ideológica.

En un contexto de niveles de pobreza, subdesarrollo y desigualdades extremas, las bases latentes de situaciones de conflicto político pueden ser tan importantes como el nivel básico de polarización entre las elites políticas.


 

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