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Sociedad y Estado

Resumen "La democracia, Robert Dahl" Cátedra: Ferronato Prof: Javier Verrastro 1er Cuat. de 2007 Sede Paternal

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LA DEMOCRACIA SEGÚN ROBERT DAHL

El adopta la igualdad política, la igual capacidad para lograr comprensión en los asuntos.

Propone un conjunto de reglas y procedimientos para tomar las decisiones que involucran a todos, decisiones colectivas.

Para definirlo bien, él toma 5 criterios, para cumplir la exigencia de que sus miembros tengan el mismo derecho a participar en las decisiones políticas de la asociación y así llevar adelante a la democracia.

PARTICIPACIÓN EFECTIVA: El ciudadano participa efectiva y libremente en el sistema democrático, de forma tal, de que antes que se adopte una política por la asociación, todos los miembros deben tener la oportunidad de que sus puntos de vista sobre como tenga que ser la política sean conocidos por los otros miembros.

IGUALDAD DE VOTO: Cuando llegue el momento de votar, cuando se tenga la decisión final sobre la política, todo miembro debe tener una igual y efectiva oportunidad de votar. Todos los votos valen lo mismo, sea quien sea el que vote, todos os votos valen por igual. Para así evitar ó discriminar los sistemas democráticos con el voto calificado.

COMPRENCIÓN ILUSTRADA: Todo miembro debe tener oportunidades iguales y efectivas para instruirse sobre las políticas alternativas relevantes y sus consecuencias posibles.

CONTROL FINAL SOBRE LA AGENDA: Deben tener la exclusiva oportunidad de qué asuntos a tratar quieran poner en la agenda. De tal forma que las políticas siempre están abiertas a cambios introducidos por sus miembros, si ellos lo deciden.

INCLUCIÓN DE LOS ADULTOS: No importa si los ciudadanos son de 16,17 ó 20 años, el criterio es incluir a la mayor cantidad de adultos capacitados posible.

Desde el momento en que no se cumpla cualquiera de estos requisitos, los miembros no serán iguales políticamente.

Una solución ingeniosa, proponen una constitución que satisfaga adecuadamente los tres primeros criterios: Participación efectiva, igualdad de voto y comprensión ilustrada, y que en ese sentido pareciera ser plenamente democrática.

Estos criterios se pueden aplicar al gobierno de un Estado, por lo cual el estado ha constituido el foco primario de las ideas democráticas. Las instituciones políticas que se pensaron como características de la democrática, fueron desarrolladas fundamentalmente para democratizar el gobierno de los Estados.

Ningún Estado ha poseído jamás un gobierno que haya estado completamente a la altura de los criterios de un proceso democrático. Estos criterios pueden servir como guías para conformar y reajustar determinados arreglos, constituciones, prácticas e instituciones políticas.

O sea para lograr una democracia tienen que estar, por un lado los criterios, que sirven como guía y por el otro diseñar una constitución democrática y proponer as instituciones efectivas de un gobierno democrático.

La democracia posee 10 Ventajas:

EVITA LA TIRANIA.

DERECHOS ESCENCIALES.

LIBERTAD GENERAL.

AUTODETERMINACIÓN.

AUTONOMÍA MORAL.

DESARROLLO HUMANO.

PROTECCIÓN DE INTERESES PERSONALES ESENCIALES.

IGUALDAD POLITICA.

BÚSQUEDA DE LA PAZ.

PROSPERIDAD.

La Democracia ayuda a evitar el gobierno de autócratas crueles y depravados

Los líderes guiados por megalomanía, paranoia, interés propio, ideología, nacionalismo, creencias religiosas, convicciones de superioridad innata o puro impulso y sentimiento, han explotado las capacidades del Estado para la coerción y la violencia con el objetivo de ponerlas al servicio de sus propios fines. Por ejemplo el caso de Adolfo Hitler, fue responsable directo de la muerte de seis millones de judíos en campos de concentración, así como de numerosos oponentes, polacos, gitanos, homosexuales y miembros de otros grupos sociales que se propuso exterminar.

El gobierno popular ha actuado a veces injusta y cruelmente hacia personas de fuera de sus fronteras, gente de otros Estados (extranjeros, habitantes de las colonias y otros).

La única solución sería imponer un código universal de derechos humanos que de hecho sea efectivamente respetado en todo el mundo. Los derechos democráticos deben extenderse a los miembros de los grupos excluidos.

Toda ley o política pública, ya sea adoptada por una mayoría democrática, una minoría oligárquica o un dictador benigno, está llamada a provocar algún daño a algunas personas.

La cuestión no es si un gobierno puede diseñas todas sus leyes de forma que ninguna de ellas lesione los intereses de algún ciudadano. Ningún gobierno, ni siquiera un gobierno democrático, puede estar a la altura de tal pretensión. La cuestión es así, a largo plazo, un proceso democrático tenderá a producir menos daño a los derechos e intereses de sus ciudadanos que cualquier otra alternativa no democrática. Porque impiden que lleguen a gobernar autocracias abusivas, satisfacen este requisito mejor que los gobiernos no democráticos.

La democracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentales que los gobiernos no democráticos no garantizan ni pueden garantizar.

Los derechos son elementos necesarios de las instituciones políticas democráticas.

Los ciudadanos deben tener un derecho a investigar las alternativas, un derecho de participar a la hora de decidir cómo y qué debe ir en la agenda, etc.

Ningún sistema no democrático otorga a sus ciudadanos éste derecho político.

No basta con prometer derechos democráticos en textos escritos. Los derechos deben hacerse verdaderamente efectivos y efectivamente a disposición de los ciudadanos en la práctica.

Si muchos ciudadanos son incapaces de comprender que la democracia exige ciertos derechos fundamentales, o si dejan de apoyar a las instituciones políticas, administrativas y judiciales que protegen esos derechos, la democracia está en peligro.

La democracia asegura a sus ciudadanos un mayor ámbito de libertad personal para cualquier alternativa factible a la misma.

Los ciudadanos de una democracia tienen la seguridad de gozar de una colección de libertades aún más extensa.

Como todos los demás derechos esenciales para el proceso democrático, la libertad de expresión posee un propio valor, porque es instrumental para la autonomía moral, el juicio moral y la vida buena. Un Estado con un gobierno democrático asegurará entonces un mayor grado de libertad que cualquier otro.

La democracia ayuda a las personas a proteger sus propios intereses fundamentales.

La mayoría de las personas desean ejercitar algún control sobre los factores que condicionan, parcial o completamente, la satisfacción de sus deseos (alguna libertad de elección, una oportunidad de conformar su vida de acuerdo a sus propios fines, preferencias, gustos, valores, compromisos, creencias). La democracia protege ésta libertad y oportunidad mejor que ningún otro sistema político.

Los seres humanos, podrán proteger sus derechos e intereses frente a los abusos del gobierno, y de aquellos que influyen y controlan el gobierno, únicamente si pueden participar plenamente en la determinación de la conducta del gobierno. La democracia está particularmente vinculada a la libertad de otra manera adicional.

Sólo un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para que las personas ejerciten la libertad de autodeterminarse, es decir, que vivan bajo leyes de su propia elección.

Ningún ser humano normal pede gozar de una vida satisfactoria si no es viviendo en comunidad con otras personas. No siempre se puede hacer lo que se desea.

Se aprende también que el grupo o los grupos a los que se quiere pertenecer siguen ciertas reglas o prácticas a las que uno, como miembro del mismo, debe obedecer.

¿Cómo pueden elegirse las reglas que el grupo nos obliga a obedecer? Dada la capacidad del estado para hacer efectivas sus leyes mediante la coerción, la cuestión es particularmente relevante para nuestra posición como ciudadanos de un Estado.

La experiencia enseña que la unanimidad genuina, libre y persistente es excepcional en los asuntos humanos, un consenso continuo y perfecto es un fin inalcanzable.

Si no podemos confiar sensatamente en vivir en perfecta armonía con todos nuestros congéneres, podemos intentar la creación de un proceso para acceder a decisiones sobre reglas y leyes que pudieran satisfacer ciertos criterios razonables.

El proceso aseguraría que, antes de que la ley fuera promulgada, yo y todos los demás ciudadanos tuviéramos una oportunidad de que nuestros puntos de vista fueran conocidos.

Se nos garantizaría oportunidades para la discusión, deliberación, negociación y compromiso que, en las mejores condiciones, pudieran conducir a una ley que todos consideraran satisfactoria.

Ante el supuesto más probable de que la unanimidad no pudiera ser alcanzada, se promulgará aquella ley que cuente con el mayor número de apoyos.

Estos criterios son parte del proceso democrático ideal.

Ese proceso, sí sirve para expandir la autodeterminación hasta sus máximos límites posibles. Al elegir vivir libremente bajo una constitución democrática más que bajo una alternativa no democrática, está ejercitando su libertad de autodeterminación.


Solamente un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para ejercitar la responsabilidad moral.

La responsabilidad moral, significa, que se adoptan los principios morales y sólo se toman decisiones en función de esos principios después de haber entrado en un profundo proceso de reflexión, deliberación, escrutinio y consideración de las posibles alternativas y de sus consecuencias.

El margen de nuestra responsabilidad moral está tan limitado como nuestra oportunidad de vivir bajo leyes elegidas por nosotros mismos.

Si estamos sujetos a decisiones colectivas, como ciertamente estamos, y si el proceso democrático maximiza nuestra oportunidad de vivir bajo leyes producto de nuestra propia elección, entonces aquél nos faculta también para actuar como personas moralmente responsables.

La democracia promueve el desarrollo humano más plenamente que cualquier alternativa factible.

Prácticamente todo el mundo tiene una visión de las cualidades humanas que son adecuadas e inadecuadas, cualidades que deberían ser desarrolladas si son convenientes y evidentazas si son indeseables. Entre las cualidades deseables que la mayoría de nosotros desearía promover están la honestidad, la equidad, el valor y el amor. Muchos de nosotros pensamos también que las personas que las personas adultas plenamente desarrolladas deben poseer la capacidad de valerse por sí mismas, de actuar en defensa de sus intereses sin tener que contar con otros para hacerlo. Es deseable, que los adultos actúen responsablemente, que ponderen los cursos de acción alternativos lo mejor que puedan, consideren las consecuencias, y todo ello teniendo en cuenta los derechos y obligaciones de otros además de los suyos propios. Y deberían poseer la habilidad de discutir libre y abiertamente sobre los problemas que han de afrontar conjuntamente.

Los demás regímenes reducen, el margen dentro del cual los adultos pueden proteger sus propios intereses, considerar los intereses de otros, asumir la responsabilidad por decisiones importantes, y comprometerse libremente con otros en la búsqueda de la mejor decisión. Un gobierno democrático no constituye una condición suficiente para asegurar que las personas vayan a desarrollar estas cualidades, pero es esencial para ello.

Sólo un gobierno democrático puede fomentar un grado relativamente alto de igualdad política

Un gobierno democrático puede conseguir la igualdad política entre ciudadanos en una medida muy superior que cualquier alternativa factible.

Si aceptamos la igualdad política, debemos incorporar entonces el quinto criterio, Inclusión de los adultos.

Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre sí


Desde hace bastante atrás en el siglo XIX, países con gobiernos representativos y otras instituciones democráticas, en los que una parte sustancial de la población masculina gozaba del derecho de sufragio, no se hicieron la guerra entre si.

Los gobiernos democráticos modernos hicieron la guerra a países no democráticos, como en la 1º y 2ª Guerras Mundiales.

Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre si. Esto puede ser por los altos niveles de comercio internacional entre las democracias modernas las predisponen a la cordialidad más que a la guerra.

La práctica e historia de pacíficas negociaciones, tratados, alianzas, y defensa común frente a enemigos no democráticos refuerzan la predisposición a buscar la paz más que a hacer la guerra.

Un mundo más democrático promete ser, un mundo más pacífico.

Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que los países con gobiernos no democráticos.

En los siglos XIX y XX, las democracias eran prósperas, y en comparación, los países no democráticos eran generalmente pobres.

La relación entre prosperidad y democracia fue notable en la segunda parte del siglo XIX. En los dos últimos siglos, una economía de mercado generalmente ha producido mayor prosperidad que cualquier otra alternativa a la misma.

Si todos los países democráticos modernos tienen economías de mercado, y un país con una economía de mercado tiende a prosperar, un país democrático moderno probablemente sea también u país rico.

Los países democráticos promueven la educación de sus pueblos, y una fuerza de trabajo instruida contribuye a la innovación y al crecimiento económico. El respeto a la ley generalmente se implanta con mayor fuerza en los países democráticos, los tribunales son mas independientes, los derechos de propiedad gozan de mayor protección, los acuerdos contractuales se hacen respetar más eficazmente.

Si la relación entre la democracia moderna y las economías de mercado tiene ventajas para ambas, no podemos ignorar que la economía de mercado impone a la democracia. Al crear desigualdades la economía de mercado puede disminuir también las posibilidades de alcanzar una igualdad política entre los ciudadanos de un país democrático.

*La democracia no puede garantizar que sus ciudadanos serán felices, prósperos, saludables, sabios, pacíficos o justos. Alcanzar estos fines está mas allá de la capacidad de cualquier gobierno, incluido un gobierno democrático. La democracia nunca ha llegado a alcanzar sus ideales.

Gozando de todas estas ventajas, la democracia constituye para la mayoría de nosotros una apuesta mucho mejor que cualquier alternativa equiparable a la misma.

POR QUÉ EL CAPITALISMO DE MERCADO FAVORECE A LA DEMOCRACIA

La relación es extremadamente complicada, el conjunto de experiencias con sistemas políticos y económicos. Por lo tanto marcaremos 5 conclusiones importantes:

la democracia poliárquica solo ha sobrevivido en países con predominio de una economía de mercado capitalista, y nunca ha sobrevivido a un país con predominio de una economía que no fuera de mercado.

La instituciones de la democracia moderna, esto es la democracia poliárquica, ésta última solo ha existido en países con predominio de economías de mercado capitalista y nunca en países con predominio de economías que no eran de mercado.