Altillo.com > Exámenes > UBA - CBC > Sociedad y Estado


Resumen para el Segundo Parcial  |  Sociedad y Estado (Cátedra: Kogan - García - 2019)  |  CBC  |  UBA

                Sociedad y estado – Segundo parcial

Se denomina Neoliberalismo a la cosmovisión global de la sociedad que abarca la economía, el individuo y también una forma de gobierno, que surge como marco teórico al terminar la segunda guerra mundial en Estados Unidos y Europa como reacción al intervencionismo estatal proteccionista y contra el estado de bienestar. En este sistema se afianzaban las individualidades, ya que la iniciativa privada daba la libertad individual, pone al mercado por sobre los valores sociales.

                Retoma de las bases del liberalismo clásico estableciendo la idea de libertad y de orden natural como los valores supremos para alcanzar el bienestar social. Para ellos, el intento de reducir desigualdades del estado de bienestar destruía libertades y trababa la competencia económica. Esto difiere del liberalismo clásico, donde el concepto de libertad era más global y abarcaba la esfera individual, política y económica, pero para el neoliberalismo la libertad económica es la condición necesaria para lograr la libertad individual.

                El papel del Estado de este es crear y preservar el marco institucional apropiado para el desarrollo de las practicas supuestas dentro del neoliberalismo, caracterizado por derechos de propiedad privada, fuertes mercados libres y libertad de comercio,  dentro de este marco el bienestar de la persona se promueve al  no restringir las el libre desarrollo de capacidades y libertades empresariales del individuo. La libertad económica es precondición a la libertad política. El estado debe garantizar las instituciones de coerción, la educación, la salud, la contaminación ambiental, la seguridad social, pero no debe intervenir ni condicionar en el mercado. Entonces, el estado provee mecanismos al individuo para aprovechar el uso de sus recursos, siempre que no interfiera con la libertad de los demás, pero no garantiza los mismos beneficios para todos.  Al enfatizar la primacía del mercado por sobre el Estado, se pretende reordenar la sociedad a través de un orden auto-regulado.  La democracia en si misma nunca ha sido un valor fundamental del neoliberalismo, considerando que esta y la libertad podrían volverse incompatibles y las demandas pueden trabar el libre funcionamiento y la productividad.

                Consideran nocivo para el funcionamiento social y económico, además de la excesiva intervención del estado, su tamaño y el crecimiento del aparato burocrático.  A mayor tamaño, mayor poder, mayor compromiso y expectativas para la competencia política. Esto obliga al Estado a profundizar las políticas sociales y asistenciales, aumentando el gasto público (Se ve como un gasto y no como una inversión, como si se tomaba en el estado de bienestar. Para esta concepción el mercado lograra los equilibrios duraderos para solucionar los conflictos sociales y alcanzar el bienestar social). El crecimiento desmedido del aparato burocrático estatal lo han convertido en un aparato todo poderoso que asfixia a la sociedad.

El pleno empleo impulsado en el Estado de Bienestar es sustituido por la concepción de la existencia de una  tasa natural de desempleo necesaria para que no se acelere la inflación, entonces las diferencias sociales son naturales e inevitables. Se postulan las reformas estructurales del mercado laboral, donde el pleno empleo es dejado de lado por el empleo flexible.

En marco de un libre comercio eliminando trabas del desarrollo de las fuerzas del mercado, se dan los paraísos fiscales, al liberar el movimiento de capitales entre países evadiendo impuestos; se eliminan las barreras proteccionistas aduaneras;  se reemplaza parcialmente la regulación estatal por formas mercantiles auto-regulatorias; se promueven las privatizaciones de empresas estatales justificando esta acción con que las empresas privadas son más eficientes que la burocracia estatal.

Los planteos principales de Friedman son que para edificar una sociedad que estimule y preserve la libertad humana, debemos basarla en la cooperación voluntaria entre individuos en marco de libre mercado, donde las partes intervinientes se benefician y satisfacen sus necesidades de manera eficaz,  y volviendo al Estado nuestro servidor y no nuestro amo.

Otro objetivo del neoliberalismo es la profundización de la acumulación capitalista a través de una redistribución regresiva de ingresos, esto llevo a la teoría del derrame donde supuestamente primero debe acumularse para luego “derramarse” a los sectores populares. Para lograr esto consideran necesaria la despolitización del ámbito del mercado considerando al proceso económico como “natural”. Además, los gobiernos neoliberales atentan contra los sindicatos y organizaciones populares que canalizan sus demandas, a las cuales quiere neutralizar y quitar poder. Justifican estas políticas antisindicales al consideran esencial para tener una economía estable promover la competitividad empresarial.

El decrecimiento de los valores democráticos acerco a los neoliberales al pensamiento conservador. Si bien estas dos ideas difieren en materia económica y política, ambas coinciden en concebir a las desigualdades sociales como “naturales” y descalifican la democracia como modelo de integración social. El propósito político social de tal convergencia ha sido limitar las luchas democráticas, manteniendo y profundizando las desigualdades desde una concepción elitista y jerárquica de la sociedad. Los gobiernos de Margaret Thatcher en Inglaterra y Ronald Reagan en Estados Unidos, denominados “nueva derecha”, se convirtieron en paradigmáticos para otros países para desmontar al Estado de bienestar. El thatcherismo en Inglaterra contrajo la emisión monetaria, elevo tasas de interés, se bajó los impuestos a ingresos altos, se aflojo el control financiero, se crearon millones de desempleados, se dio una política antisindical apoyada por la clase media británica, se aplastaron huelgas, cortaron gastos sociales y se dieron privatizaciones. El neoliberalismo inaugura una época en que comienzan a generalizarse gobiernos neoliberales, con ellos la aplicación de políticas basadas en las reformas estructurales del estado, las privatizaciones, y la implementación de políticas tendientes  a la reducción del gasto público.  Se buscó consenso y apoyo popular mediante una nacionalización y patriotismo ante enfrentamientos militares, por ejemplo la Guerra de Malvinas, dada por Thatcher. La adopción de políticas neoliberales en Estados Unidos difiere de las Inglesas ya que USA no había desarrollado el Estado de Bienestar del mismo modo, la prioridad neoliberal se expresó por la competencia militar con la unión soviética lanzando una carrera armamentista que dejo un alto déficit público; pero también redujo impuestos a favor de los ricos, alzo las tasas de interés, revirtió políticas impositivas generando desigualdad social.

La coyuntura crítica de los años 70 generó las condiciones para que las premisas neoliberales sean puestas en práctica. Comenzó a verse un proceso caracterizado por una acentuada ciada de la tasa de ganancia del capital, mayores niveles de déficits fiscales y por ende un debilitamiento de la ideología keynesiana sobre el Estado de Bienestar, dándose una crisis hegemónica. De este modo, se abre una etapa de replanteos políticos, considerando necesario reconvertir el modelo de acumulación Keynesiano y también las políticas económicas para generar nuevas que recuperen las tasas de ganancias. Los empresarios, para recuperar la caída de sus ganancias, aumentaron los precios. Este fenómeno de estancamiento económico e inflación se denominó estanflación. Comenzó a plantearse la necesidad de un estado fuerte capaz de limitar la influencia de organizaciones sindicales y controlando la política monetaria, absteniéndose de invertir en la economía. Para la estabilización monetaria era necesario realizar cambios estructurales, reduciendo por un lado los gastos generales del estado, realizar reformas fiscales para estimular la inversión y reducir el poder de las organizaciones sindicales.

 Los neoliberales comenzaron a remarcar que el aumento del gasto público (generado por la emisión monetaria sin control, las presiones obreras por una distribución justa, y el desarrollo de políticas de seguridad social) llevaba a la inflación. Los aumentos de los déficits llevaron a los gobiernos a considerar la posibilidad de reducir los gastos públicos. Además los neoliberales comenzaron a culpabilizar al aumento de los costos salariales como causa de la caída de ganancias empresariales, comenzó así a ponerle énfasis al aumento de productividad, se cambió la organización del trabajo adaptándola a las necesidades del mercado, disminuyendo el poder del trabajador y provocando un mayor desempleo, dejando atrás el pleno empleo y altos salarios, poniendo en crisis al esquema keynesiano. 

Las experiencias piloto del neoliberalismo en América Latina se dieron principalmente por las dictaduras apoyadas por Estados Unidos con la ideología anticomunista de la Doctrina de Seguridad Nacional. La aplicación de políticas neoliberales en un gobierno que había abolido la democracia política no era contradictorio con los postulados neoliberales, en esta concepción lo político debía subordinarse a la centralidad del mercado. La dictadura Chilena fue pionera en aplicar programas de regulación, represión sindical, desempleo masivo, privatización y concentración de la riqueza. Estados Unidos había financiado la formación de algunos economistas chilenos en la Universidad de Chicago, como parte de un programa de la Guerra Fría destinado a contrarrestar las tendencias izquierdistas en América Latina. Una vez que Pinochet llego por la fuerza al gobierno, estos economistas en sintonía con los planes del Fondo Monetario Internacional restauraron la economía, privatizando servicios públicos y abriéndose al capital extranjero.  Por su parte, la dictadura Argentina del 76, denominada Proceso de Reorganización Nacional, inicio un proceso de liberación de mercados y reducción salarial, se apuntó a revertir el modelo de industrialización por sustitución de importaciones, así como se generó un endeudamiento externo ante la política aperturista. Las tres fuerzas armadas se dividieron el control de las empresas estatales. Esta dominación fue  sustentada por la represión sistemática y disciplinamiento a través de los mecanismos del terrorismo de estado fundamentalmente hacia el movimiento obrero organizado, generando miles de desaparecidos. Estas políticas en América Latina produjeron un debilitamiento del Estado, cada vez más sometido a los intereses de las clases dominantes y las superpotencias, la gran burguesía trasnacional y sus “instituciones”: el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del comercio y el régimen económico que gira en torno a la supremacía del dólar. Las políticas neoliberales en Argentina llegan a su máxima expresión con la asunción de Menem al poder, reformando al Estado, privatizando empresas públicas, la desregulación, la flexibilización laboral y estableciendo una paridad entre el peso argentino y el dólar de 1 a 1.  Uno de los aspectos que atraviesan la política neoliberal en América Latina son las reformas estatales ligadas a los planes de ajuste del FMI. En el caso argentino, se privilegió al comercio exterior por sobre el interno, se generaron modelos de exclusión económica y social del os sectores medios y populares a partir de la distribución regresiva del ingreso y el desempleo estructural, generando más desigualdad y pobreza, también decayó la productividad.

En síntesis, la aplicación de políticas neoliberales en América Latina trajeron políticas antinflacionarias, elevación de tasa de interés, ajustes salariales, control de gastos públicos, estímulo a los impuestos sociales, devaluación de la moneda nacional, superávits comerciales, deuda externa generando endeudamiento público, crecimiento del volumen de pago de intereses.

La aplicación en el resto del mundo fue variada. En Suecia, donde la socialdemocracia había subsistido a la oleada neoliberal de los 80’, fue derrotada por una coalición de derecha en 1991, del mismo modo que el socialismo francés en las elecciones de 1993. El nuevo impulso neoliberal se expresó en la ola de privatizaciones llevadas a cabo en Alemania, Austria e Italia. La hegemonía neoliberal se tornó completa cuando ex países comunistas de Europa del Este comenzaron a volcarse al neoliberalismo, llegando a lugares previamente impensados. En China se impulsaron estas políticas ya alrededor de 1978, sin abandonar el discurso igualitario se retiraron las restricciones a la iniciativa individual aumentando la productividad y para generar crecimiento económico, permitiendo competencia entre empresas estatales, abriéndose al comercio exterior y la llegada de inversiones para incorporar tecnología. No obstante, estas políticas estaban bajo el control del Partido Comunista Chino limitando el poder del capital financiero internacional y no se aplicaron políticas de ajustes presupuestarios y privatizaciones, todo esto permitió un excelente crecimiento económico y mejores niveles de vida.

Algunas consecuencias de las políticas neoliberales fueron que los países pobres entraran a formar parte de una economía informal o paralela, se sustituyeron a los capitalistas industriales nacionales por financieros internacionales y especuladores inmobiliarios, de ingenieros por consejeros de inversión, de obreros industriales bien pagos, fijos y sindicados por obreros de servicios eventuales, mal pagos y por cuenta propia; también se ve quienes perdieron peso político, los partidos laboristas o socialdemócratas de Europa, y quienes lo ganaron, los grupos xenófobos y racistas de derecha.

Las 10 propuestas y medidas programáticas, usadas como “guía de acción”, son sintetizadas por John Williamson en el denominado “Consenso de Washington” de 1989. Estas son: Restablecimiento de la disciplina fiscal, el déficit presupuestario debería ser lo suficiente reducido como para financiarlo sin recurrir al impuesto inflacionario; Prioridades del gasto público, el gasto debería desviarse a aquellas áreas políticamente sensibles hacia otras áreas marginadas pero capaces de generar altos rendimientos económicos y de mejorar la distribución de los ingresos, tales como la salud, educación e infraestructura; La reforma tributaria, ampliando la base tributaria y recortando tasas impositivas marginales; La liberación financiera, donde las tasas de interés serian determinadas por el mercado; Tipos de cambio competitivos, que estimulen el crecimiento acelerado de exportaciones no tradicionales y garanticen a los exportadores el mantenimiento de tal competitividad en el futuro, buscando un equilibrio de a qué sector favorezco;  La liberación del comercio, deben sustituirse las restricciones cuantitativas al comercio por aranceles que a su vez fueran reduciéndose progresivamente; Una economía competitiva propiciando la inversión extranjera directa, suspendiendo barreras que impidan la entrada de empresas extranjeras; Privatizaciones estatales; Desarticulación de los mercados, los gobiernos deben eliminar las restricciones que impidan la participación de nuevas empresas o que restrinjan de alguna manera la competencia y Garantías de los derechos de propiedad, a bajo costo y accesibles al sector informal y a la mayor cantidad de la población.  

El 24 de marzo de 1976 la presidencia constitucional de Juan Domingo Perón es destituida por la dictadura cívico militar denominada "proceso de reorganización nacional".

Los factores externos fueron importantes para que se de esta situación, principalmente el nuevo orden bipolar mundial, la denominada guerra fría, donde Estados Unidos lideraba el bloque capitalista en Europa y América Latina, y por el otro lado la URSS lideraba el bloque socialista conformado por Europa del Este y aéreas de influencia.

 Estados Unidos desarrolla una serie de políticas que tienen como objetivo controlar los avances del bloque socialista y el comunismo. En 1945 se firma el Acta de Chapultepec entre USA y los estados Latinoamericanos ampliando el pacto de solidaridad recíproca entre los estados en cuestión y plantea la defensa colectiva del continente ante agresiones extra-continentales. También se dan la Doctrina Truman de 1946, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca en 1947 y la Organización de Estados Americanos en 1948. Se implementara en América Latina la "Doctrina de Seguridad Nacional" otorgándole a las Fuerzas Armadas un rol protagónico en la lucha contra el comunismo, entrenando a los miembros del ejército en la Escuela de las Américas en Panamá. Estas fuerzas extenderán su rol de defensa hacia el ámbito interno, al considerar a los propios ciudadanos como posibles amenazas a la seguridad nacional, contando con el apoyo de la CIA. También se desarrolla bajo el sustento ideológico de la Doctrina de seguridad nacional la Operación Cóndor, cuyo objetivo era exterminar a opositores de estas políticas, Frondizi es el precursor de la aplicación de estos lineamientos poniendo a las FFAA y de seguridad al servicio de la represión interna. 

La crisis de mediados de los 70´, disparada por la inconvertibilidad del dólar y el aumento del petróleo, sumado a la incorporación tecnológica al proceso productivo transformando el aparato manufacturero y rearmando una lógica de acumulación a escala mundial, lleva a un estancamiento económico que posibilitara la aplicación de políticas neoliberales, cuyo principal objetivo es desmantelar  el Estado de Bienestar y sus intervención redistributiva, para concentrar la riqueza y poner el poder en manos de los grandes grupos económicos, perpetuando la desigualdad y desindustrialización de la ISI, pero al mismo tiempo dando la reindustrialización como contra partida, produciendo despidos en masa y contrataciones precarias, sin protección legal. También por la crisis del petróleo y los préstamos masivos, consolidan una deuda pública enorme. La aplicación de principios básicos neoliberales plasmados en el  Consenso de Washington da cambios estructurales en América Latina, que repercutieron directamente en la sociedad.

Para prevenir el avance comunista en Europa, se implanta el Plan Marshall para la recuperación Europea posguerra, la creación de la OTAN y de la CIA, la cual principalmente genera misiones de espionaje e investigaciones sin necesidad de intervención judicial, al margen de la ley.

Son estas transformaciones a escala mundial las que van a conformar las condiciones  para la aplicación de un nuevo bloque dominante en Argentina, adecuando internamente a los nuevos patrones de acumulación.

Los factores internos disparadores de este golpe de estado, fueron por un lado la presencia constante y naturalizada de las fuerzas armadas en la política nacional con la utilización del recurso del terrorismo de estado, y por el otro lado la crisis hegemónica que perduraba desde el derrocamiento de Perón, generadora de inestabilidad política. Además, el país contaba con la presencia de una clase subalterna activada políticamente como consecuencia de las políticas populistas. La violencia se agudiza en esta época de los 70, a causa de las disputas de los distintos sectores dominantes para imponer su hegemonía en el marco de las nuevas condiciones del capitalismo occidental  y la implementación de políticas represivas al movimiento obrero en su intento de disciplinar.   Los militares fueron vistos como “actores legítimos del sistema”, en primera instancia porque los partidos políticos buscaban alianzas con los militares para sus fines partidarios, derivándose a una militarización de la vida política nacional y una politización de las fuerzas armadas, y la representación de los militares a la sociedad civil como quienes van a poner orden ante el momento de la crisis económica y social. 

La muerte de Perón en el 74 y la conducción estatal por parte de la vicepresidenta Isabelita Perón, aceleraron las condiciones para que se dé el golpe, sumado a las contradicciones internas del peronismo, como a la urgencia de los sectores dominantes por adaptarse a las nuevas condiciones económicas.

El golpe de estado del 76, responde a una característica histórica del funcionamiento del campo político local. Hubo antecedentes de la utilización de prácticas terroristas en la historia nacional, como la etapa de la conquista, donde las prácticas terroristas fueron el modus operandi de los colonizadores, teniendo como resultado el genocidio. También, en la etapa de construcción del Estado Nacional, encontramos la lucha contra los gauchos, caudillos y el aniquilamiento de los pueblos originarios, principalmente con la campaña del desierto. Posteriormente, las mismas se replican contra los inmigrantes que se incorporan a la clase trabajadora durante el modelo agroexportador, portando nuevas ideologías que van a ser vistas como amenaza para el estatus quo. Se puede concluir que la dictadura retoma con mayor fuerza y de forma más organizada, sistemática y abarcativa este modus opeandi. Utilizando los principios de la “Doctrina de seguridad nacional” las fuerzas armadas abatieron sobre la población empleando prácticas de terror. Propondrá la más extrema contrarrevolución conservadora, desarticulando al movimiento obrero, y promoviendo el rearmado de un bloque de poder s favor de los sectores dominantes locales e internacionales.

La dinámica de la economía argentina, dividida en el sector agroexportador, por el cual egresaban divisas  e industrial, que abastecía el mercado interior, conforman las condiciones que dan lugar a la Dictadura Cívico Miliar. La década de 1964 a 1974 es la que registra un mayor crecimiento económico sostenido, del PBI y la productividad, como consecuencia de las actividades capital intensivas y el aumento de la regresividad social, la cual se expresa en el estancamiento salarial de los sectores populares derivando en una fuerte reacción de estos sectores. El golpe del 76’ arremete contra el modelo ISI, las FFAA al amparo del neoliberalismo, intentan refundar estructuralmente la sociedad. Idean una desindustrialización y remueven las bases sociales y económicas del ISI, tornándose a un patrón de acumulación. En esta etapa, los grandes grupos económicos, el capital financiero internacional y las industrias multinacionales instaladas en el país lograr imponerse y crecer. El nuevo plan económico  debía revertir los objetivos del Peronismo, basados en un “pacto social” que incluía la justicia social y expansión de la industria en zonas rezagadas, debía anularse la alianza entre la clase obrera y la pequeña y mediana burguesía. El resultado fue una caída de la producción, cuya consecuencia cayo directamente sobre los sectores populares y concentro el ingreso a favor del sector empresarial.  Por otra parte, el marcado financiero adapta su estructura para poder captar los fondos excedentes de las potencias hegemónicas, caracterizándose por estrechas conexiones con el exterior, y su elevada facilidad de entrada y salida de capital. El nuevo patrón de acumulación va a situar la especulación financiera como eje central, ordenador de la economía y sociedad. La fracción del capital integrado, empresas como Techint, Arcor, Loma Negra, Clarín, entre otros, son quienes sostienen este nuevo estadio del capitalismo local, en el periodo 1976-2001. La dictadura ejecuta medidas neoliberales como el redimensionamiento del Estado, las modificaciones capital/trabajo y la apertura de la economía. A partir de este  momento los trabajadores pierden casi todos sus derechos (se reforma la ley de contrato de trabajo, se eliminan las convecciones colectivas, se interviene a la CGT y gremios y se prohíbe el derecho a huelga, también  se les devalúa el salario, reduciéndolo al minino para la mayor ganancia del sector empresarial. En el marco de desindustrialización se reduce la ocupación obrera, se racionalizan los procesos productivos, se expulsa la mano de obra del mercado formal dando origen a un mercado paralelo informal o en negro, cuya principal característica es la precarización. El desempleo se configura como un disciplinador “natural” de los sectores trabajadores, junto a las políticas represivas del estado.

El principio antiestatista, toma medidas como la reducción de los mecanismos reguladores, la racionalización del gasto público, descentralización de funciones del estado, privatizaciones  de empresas estatales, liberación del sistema de precios y el descenso de barreras aduaneras reduciendo los aranceles a la importación.

La reforma financiera de 1977, monetarista, va a beneficiar directamente a los sectores concentrados del capital financiero al liberar las tasas de interés, disminuir las exigencias estatales a entidades financieras y al otorgar mayor permisividad a la entrada y salida de capitales en Argentina.

En este contexto de préstamos y plazos fijos, los créditos hipotecarios fueron reglamentados por el banco central, que libero las tasas de los mismos permitiendo a entidades bancarias otorgar préstamos a particulares sin fijar de antemano los intereses. El resultad fue que muchos se volvieron impagables, por lo cual muchas familias se endeudaron y perdieron hasta sus viviendas.  Otra cara del endeudamiento es la situación de las empresas nacionales, que al abrirse la importación y disminuir el consumo local, recurren a préstamos del exterior para competir y aumentar su productividad, endeudándose. 

Martínez de Hoz implemento políticas durante su gestión como ministro de economía, que favorecieron a las importaciones y operaciones financieras a través de la subvaluación del dólar, la reforma financiera y reducción de los aranceles a importación, como consecuencia creció la deuda externa, hubo fuga de capitales, desaparición de sectores de la industria, aumento de desocupación y caída de salarios, entre otros. El constante deterioro de la situación económica da lugar a las primeras reacciones populares.

Las características en el plano político-social, fundamentalmente el restablecimiento del “orden” con el objetivo de mantener el status-quo, tuvieron fuertes repercusiones en la sociedad civil al promoverse una profunda transformación de las relaciones de fuerza a favor del rearmado del bloque hegemónico y la desarticulación de los sectores subalternos. Se llevó a cabo un fuerte “disciplinamiento” de los sectores populares, quienes se encontraban activos políticamente por las políticas populistas de Perón, organizados e identificados mayoritariamente con el peronismo.  El estado va a ser la herramienta para la readecuación social, con la implementación del “Proceso de Reorganización Nacional”, basada en una organización planificada, sistemática e integral de genocidio, conforme a los lineamientos ideológicos de la Doctrina de Seguridad Nacional.          

La conducción estará a cargo de una  Junta Militar (marina, ejército y aviación) constituyendo el órgano supremo de la nación con todas las instituciones bajo su mando, dividiéndose el país en zonas para ejercer cada una el control. Esto incluirá la clausura del poder legislativo, una de las primeras medidas tomadas fue la destitución de los jueces de la corte suprema y su reemplazo por magistrados afines al proyecto dictatorial. En la ejecución de la dictadura también  actuaran varios sectores empresariales nacionales e internacionales, la elite de iglesia católica, entre otros. Es decir, los militares serán la cara visible del nuevo bloque de poder a favor de los sectores dominantes. De este modo lo ocurrido constituye una dictadura cívico-militar.

La dictadura logro constituir una base social de apoyo en los sectores de la burguesía comercial importadora y exportadora, la gran banca nacional y los productores de bienes primarios exportables aliados con el capital extranjero, la elite de la iglesia católica conservadora, altos dirigentes de partidos tradicionales y el sector influyente de los medios masivos de comunicación. También, parte de la sociedad civil brindo apoyo guiados por la creencia de que los militares pondrían fin a la crisis política, económica y social del país.                     

En cuanto a las herramientas coercitivas, hubo un despliegue represivo sin antecedentes en la historia nacional. El puntual “terrorismo de estado”  se dio por la implementación de acciones represivas ilegales e ilegitimas, violatorias de los derechos humanos. Una de las primeras medidas tomadas fue la clausura de participación en el campo político para la sociedad civil, declarando el estado de sitio, interviniendo en los sindicatos y censurando las formas de expresión cultural, sumado a una política de control extrema sobre los actos cotidianos de la vida como los ámbitos del trabajo, las escuelas, la vía pública, entre otros.

 La faceta más extrema de este modus operandi está compuesta por sus prácticas genocidas, aniquilando a los enemigos internos que se opusieran al proyecto político, denominándolos “subversivos”.  Se impuso la “cultura del miedo”, instaurando el terror en la sociedad ya que cualquier acción podía ser tomada como “subversiva”.  Se buscó el aniquilamiento de un grupo nacional, destruyéndoles la identidad e imponiendo la del opresor. Se trataba de hacer entender que el neoliberalismo era el único proyecto viable y exterminar el pensamiento crítico.     Se afirma que fue un plan sistemático de exterminio, creando estructuras organizativas y dispositivos clandestinos para la desaparición de personas incluyendo la persecución, secuestro, tortura, despersonalización, desaparición y/o asesinato. Los cuerpos eran enterrados en fosas, arrojados al agua por los vuelos de la muerte o arrojados a la calle como estrategia de misterio, “diciendo todo y nada al mismo tiempo”. Los “centros clandestinos de detención”, donde estaban detenidos los desaparecidos, contaban con una base operativa de los “grupos de tarea”, estas eran de inteligencia (investigar a las victimas), operatoria (planificación y ejecución de los secuestros, interrogatorios, torturas, determinación y ejecución del destino de la víctima) y logística (administración y mantenimiento).  El método de acción compulsiva, física y psicológica, dentro apela al factor miedo, la angustia masiva y generalizada podrá derivar en terror, y eso basta para tener al público a merced de  influencia exterior.  El resultado será el silenciamiento, justificación colocando como responsables a las víctimas, negación o resistencia.

 La resistencia  más clara fue  la de la organización armada Montoneros, la fundación de “Madres y abuelas de plaza de mayo” como resistencia publica visibilizando la situación y reclamando la aparición con vida de los desaparecidos y la devolución de los hijos apropiados, también la resistencia en los sectores artísticos como vía de expresión y los levantamientos obreros ante las nuevas condiciones de mercado. También son relevantes las formas de resistencia cotidianas, formas de solidaridad, ayuda, contención, asilo, logrando romper con la inmovilidad impuesta por el terror.

La apropiación de los hijos de las personas desaparecidas en manos de familias afines al proyecto cívico-militar, constituye parte del plan de exterminio, en cuanto se evitaría que esos niños sean criados bajo “influencia subversiva”.  La mayoría de los asesinatos ocurrieron a mediados del 78’, el motivo fue la competencia de poder que se media en términos de cantidad de víctimas entre los principales candidatos de la junta militar. También por la necesidad de eliminar a los desaparecidos ante la llegada de inmigrantes por el mundial de futbol del 78 y así como por la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a partir de denuncias por sobrevivientes de los centros y peticiones a los organismos de DDHH Argentino.  Asimismo, no todos los detenidos fueron desaparecidos, hubo presos políticos que permanecieron en cárceles  legalmente registrados. También se dio el exilio de muchos ante amenazas o aparecer en las “listas negras”, se ven obligados a abandonar el país, destacándose las figuras del ámbito intelectual, artístico y político.

Ante el cambio económico industrial ahora de acumulación cambiar la estructura social, el marcado formal registra una pérdida de obreros y reducción de posibilidad de movilidad social, creciendo el sector informal de la economía con trabajadores precarizados y eventuales, incrementando el desempleo y la marginalidad social.

La finalización de la dictadura se dio ya que al principio de los 80 ya estaba agotada a causa del debilitamiento económico con inflación incontrolable y endeudamiento externo, profundización de movilización social como respuesta y perdida de legitimidad ante sociedad civil, sin poder seguir justificando las violaciones de derechos humanos. La guerra de Malvinas en el 82 fue uno de los últimos intentos de lograr consenso ante la lucha por la soberanía, con la derrota precipitó su caída posibilitando la reapertura democrática.     

Alfonsín asume luego de la dictadura en 1983, en un contexto desfavorable para su presidencia, contando con una deuda externa estatizada mediante una maniobra del Banco Central impagable, una deuda interna, donde los movimientos obreros exigían que se les compensara la perdida de salario, una persistente inquietud militar al llevarse a cabo juicios contra las Juntas Militares por sus crímenes de lesa humanidad, una sociedad conmocionada y sufrida por las pérdidas y una persistente inflación.  Para manejar el caos toma la medida de un “ajuste estructural”, comprometiéndose a pagar la deuda e impulsa el insertar a las economías de los países dependientes en el nuevo escenario económico internacional, “honrando” los compromisos financieros internacionales. También recorta al Estado, este debe reducirse en tamaño y aumentar en eficiencia para no perjudicar a la actividad privada y su intervención reguladora debe ser suprimida a fin de garantizar el libre juego de las fuerzas del mercado. Se adoptaron estrategias de privatización, apertura comercial, desregulación.         

Se intentó constituir un “Club de deudores”  para afrontar junto a otros países latinoamericanos la negociación con los acreedores externos, sobre la deuda. Ante los sucesivos fracasos se pierde la credibilidad en la palabra oficial por parte de la sociedad.  También se buscó promover el trabajo, aumentar salarios, congelar tarifas, para controlar la inflación, demanda interna y lograr estabilidad económica. El poder económico centrado, la CGT y los bancos acreedores, cada uno defendiendo sus intereses, producían una confrontación permanente que generaba resultados desfavorables para el conjunto de la sociedad. El modelo de “ajuste estructural” tuvo complicaciones en su implementación, entre 1985 y 1989 se vivieron grandes crisis económicas, conflictos sociales generalizados como los 13 paros generales de la CGT, discusiones fracasadas con los acreedores externos o de compromisos con el FMI, rechazo social por aumento de precios, todo esto acentuó el retroceso productivo y la regresividad social. Se implementó el  Plan Austral, que fue un programa argentino de estabilización, por el cual se cambió la denominación monetaria (de "Peso Argentino" al "Austral"). El programa, iniciado en junio de 1985, fue del tipo "política de shock" y logró contener la inflación rápidamente sin frenar el crecimiento económico. El programa terminó en los hechos cuando hacia 1988 un rebrote inflacionario forzó a crear un nuevo programa, conocido como "Plan Primavera", que no lograría evitar la hiperinflación de 1989.

La correlación de fuerzas actuó contra el debilitado gobierno, el cual tuvo que ceder ante los intereses de los grandes que enfrentaba. Este gobierno fue incapaz de tomar determinaciones precisas y efectuar transformaciones de fondo, esta incapacidad de ejecutar políticas fue debida principalmente a la dependencia con las restricciones impuestas por la deuda externa, además del fracaso en acordar con los grandes grupos económicos internos que también generaban divisas pero no estaban de acuerdo con las nuevas medidas adoptadas. Las empresas no aceptan el “Trato social” y dan “Golpes de mercado”, posibles por la concentración y monopolización económica que les da poder, dificultando la economía. En  1989 radica el proyecto político transicional de Alfonsín, por su extrema desventaja y con un PBI menor que cuando asumió.

Luego de la caída de Alfonsín, asume Menem en 1989. Descarta desde su inicio todo tipo de disputa o enfrentamiento con el poder económico nacional e internacional, acepta plenamente las reglas de juego del proceso de globalización económica creciente y los compromisos que impone a la deuda externa. Ajusta la estructura económica nacional respecto a los intereses de los grandes grupos económicos concentrados nacionales y los acreedores externos. Implementa los principios neoliberales del Consenso de Washington, principalmente la apertura externa, con nula defensa frente competidores exteriores, y  privatizaciones, incluyendo estatales de producción de bienes y servicios, también dándole poder e influencia a conjunto concentrado de grupos económicos. Se da una profunda reestructuración del estado, perdiendo este poder y tamaño.

El Plan de Convertibilidad por este ejecutado, apunto a restablecer la confianza de los centros financieros internacionales, estableciendo por ley un tipo de cambio fijo, convirtiendo la moneda argentina en un dólar, justificándose con el objetivo de asegurar la estabilidad de precios y vencer la hiperinflación. El nivel de circulación interna dependió del monto de recursos acumulados en el Banco Central en activos externos. A diferencia del esquema de Ajuste Recesivo de la etapa anterior, este plan impulso un “Ajuste expansivo”. Se estimularon las ventas para aumentar recaudación por impuestos, el crecimiento económico es fundamental para el plan.

Las importaciones, subsidiadas por un tipo de cambio fijo sobrevaluado, crecieron frente a una expansión moderada de las exportaciones, había abundancia de productos provenientes del exterior, lo que provoco un desequilibrio en la Balanza Comercial cada vez mayor y un fenómeno de competencia insoportable para las PyMEs, las cuales no tenían ningún apoyo estatal, eliminándolos del mercado, fomentando el proceso de concentración. El proceso de aumento de producción fue muy selectivo, heterogéneo y en beneficio de los grandes grupos económicos. El depender de los ingresos del exterior, implica que ante la crisis económica de Estados Unidos, nos veamos perjudicados. Se produjeron emigraciones de capitales hacia el exterior y corrida bancaria, con la reducción drástica de depósitos. Esto provocó un crecimiento desmedido de la tasa de interés interna y  la caída del consumo, productividad y numerosos bancos.  El conjunto de todas decisiones de la estrategia económica implementada genero resultados perjudiciales para la vida social, aumentando el desempleo, disminución de salarios, empeorando las condiciones de vida y una regresividad en la distribución de ingresos. Se generó una crisis social, con una polarización de clases entre pobres y ricos. El plan de Convertibilidad es criticado por considerarse el responsable de los desajustes económicos-sociales que la sociedad estaba padeciendo,  la presencia del nivel de endeudamiento externo condicionante, que seguía aumentando, y la disminución del PBI.  El resultado es la crisis del 2001, donde se da el conocido “corralito”, a la gente no se le permitía sacar su plata de los bancos.

Kirchnerismo.

Uno de los aspectos más visibles de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fue el activo papel desempeño por el estado en el desenvolvimiento de la economía y las relaciones entre clases y otros actores sociales. Recuperar el estado como herramienta de gestión política y de involucramiento activo en una variedad de asuntos que en la década de 1990 fueron considerados ámbitos propios del capital por el pensamiento neoliberal, recuperaron el estado. Ampliando el aparato estatal, sus capacidades, organismos, aéreas de incumbencia, recursos y transformando la red de instrumentos de intervención y gestión. No solo implicaron la modificación de su dimensión administrativa y operativa, sino un principio de la institucionalización de una fórmula de poder político, que promovía a interés nacional responder a las demandas y expectativas de los sectores subordinados severamente afectados por el régimen anterior de convertibilidad y la profunda crisis del 2001. El kirchenismo surgió de esa crisis. Accedieron a la presidencia con apenas 22% de los votos con una economía estancada y devastada y una sociedad civil protagonizando violentos estallidos.  Impulso una estrategia de desarrollo donde el aumento del consumo de las clases populares era un estímulo a la inversión productiva y crecimiento. Puede relacionarse con las estrategias populistas de acumulación y distribución peronista. Aunque se intentó flexibilizar el carácter dependiente del capitalismo argentino, no logra modificar estructuralmente la economía y sus concentraciones. Y se buscó restablecer la legitimidad de las instituciones de la democracia representativa para superar la crisis política. La distribución del ingreso mejoro la condición social reduciendo la pobreza y ampliando la cobertura de seguridad social. Además no contaron con déficit fiscal porque al aumentar el consumo, se recaudaba de los impuestos. El regreso al régimen de negocian paritaria permitió a los sindicatos recuperar intervención en el mercado de trabajo, el cual habían perdido. El salario real de los trabajadores amparados por convenios colectivos, aumento y se mantuvo por encima de la taza de inflación.

La recomposición del proceso de acumulación mediante estímulos a la inversión debía generar recursos para dar respuesta a los reclamos populares (empleo, salarios, protección social; así como a las de memoria verdad y justicia, referidas al enjuiciamiento de los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura. La desactivación del conflicto social producto de la satisfacción de las demandas por efecto de la reactivación económica y de las políticas públicas, consolidaría el sustento social del sistema político. La salida de régimen de convertibilidad dispuesta en 2002 por el presidente provisional Duhalde con una fuerte devaluación favoreció al principio de la reactivación económica.

Los principales aspectos de este gobierno fueron: derechos humanos, fin de la impunidad, crecimiento del mercado interno orientado a la demanda, creación de empleos, recuperación de salarios, profundización de la relación con el MERCOSUR,  inclusión social, apoyo a formación de trabajadores y desarrollo infraestructura. Se realizaron obras públicas y se garantizó el acceso a la educación salud y vivienda promoviendo el proceso social. Trataron de construir una burguesía nacional independizándose del exterior, este papel podía ser desempeñado por cualquier empresa que maximizara su producción, generara empleo y estimulara, vía salarios, el consumo. Serían pequeñas empresas, más bien familiares. Los trabajadores ya no serían la variable de ajuste, lo serían los sectores más concentrados. El consumo expandido por el crecimiento del empleo e ingresos sería un estímulo a la inversión productiva, acumulación, crecimiento y desarrollo en el mercado interno, promocionando una mayor autonomía.  El estado funcionaria como árbitro político de las contradicciones de clase. La principal problemática fue que los más grandes no querían y los más chicos no alcanzaban, ya que las medidas tomadas no gustaban a los grupos concentrados económicos.

Se dio una política de recuperación de empresas, privatizadas incluyendo principalmente aerolíneas argentinas, YPF, y el correo argentino. También se comienza con el proceso de desendeudamiento intentando romper con el compromiso con el FMI y sus condiciones.

Cristina tomó medidas como la inversión en ciencia y tecnología y planes sociales, el más importante: la asignación universal por hijo. Como consecuencia de todo esto, el gasto publico creció.

Entre en 2003 y 2014 el PBI creció, para luego tener una marcada desaceleración  posterior. El crecimiento fue acompañado por una importante acumulación de reservas sin recurso al endeudamiento externo.

La fuga de capitales se incrementó y se aceleró la inflación. Se recurrió a restricciones, a las importaciones, hubo déficit en la balanza comercial, la instalación de controles cambiarios no freno la fuga de divisas ni la demanda de los particulares. Los ingresos de importación, disminuyeron por la caída de los precios internos y la retención de las ventas como mecanismo de presión de los productores para la quita de retenciones, sumándose todo esto, al conflicto con los fondos buitres, encareciendo el acceso a financiamiento externo. El problema al que se enfrentó el kirchenismo era como mantener la política de inclusión social y expansión del consumo, creciendo las restricciones al exterior el poder  sin congelar la economía. Ya era notoria la pérdida de poder político y la creación de una nueva oposición conformada por algunas centrales sindicales como, la cúpula empresarial, sectores relevantes del poder judicial y parte de la clase media social. Los sectores sociales que más le brindaron apoyo sistemático durante todo su mandato fueron aquellos que más dependían de la gestión estatal por su vulnerabilidad.


 

Preguntas y Respuestas entre Usuarios: