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Sociedad y Estado

Resumen del libro "Argentina la construcción de un país" Cátedra: Kogan 1er Cuat. de 2009

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Capitulo 1

El péndulo de la riqueza: la economía argentina en el periodo 1880 – 1916 
 

Crecimiento económico y exportaciones

Este periodo la argentina experimentó un crecimiento. La población se triplicaba y la economía se multiplico 9 veces. El PBI creció a una tasa anual de 6%, cifras inusuales en esa época. Con esto Argentina superaba al de EEUU, Francia, UK y Japón.

El motor de crecimiento fueron las exportaciones de productos primarios: lanas primero, cuero y otros derivados vacunos. Entre 1840 y 1880 la “fiebre del lanar” pobló la pampa de ovejas Merino.

A fines del siglo XIX las exportaciones se diversificaron con la producción de nuevas mercancías como cereales, lino, carne congelada ovina y animales en pie. Con la carne refrigerada vacuna y el crecimiento de los cereales se desplazo a las ovejas hacia el sur hasta ser lo que es hoy.

También cambio el volumen y el valor de las exportaciones por 9 veces al igual que el PBI.

A fines del siglo XIX con el desarrollo del capitalismo internacional las economías más avanzadas entraban en un proceso de industrialización siguiendo la Revolución Industrial que género un exceso de bienes manufacturados que había que exportar, un aumento de demanda de alimentos para su población y de materias primas para sus fábricas para importar. También se comercializaba trabajo y capital principalmente de Europa salían a las zonas que las requerían, con mejores salarios y mayor rentabilidad al capital.

A mitad del siglo XIX la Argentina aun no estaba preparada para inserción al mercado mundial ya que no había capitales y su población era muy poca, además de que no existiera un Estado Central que ofreciera el orden a los futuros posibles inversores. Pero el orden empezó a gestarse de a poco garantizando la seguridad jurídica, la propiedad privada y el libre movimiento de capitales y fue así como comenzaron a llegar capitales al país a un ritmo mucho mayor que en las décadas anteriores.

La región pampeana con su clima y su tierra fértil fue el eje de la expansión de los blancos que fueron ocupando las tierras desplazando a los indígenas hasta que con la Campaña del Desierto liderada por Julio A. Roca en 1879 se los elimino de la región. Estas tierras vírgenes se destinaron a la producción y a la compra-venta en el negocio inmobiliario que ya afloraba. En un comienzo su valor era bajo pero dado su productividad el valor subió hasta 10 veces.

El trabajo de la tierra principalmente fue provisto por las migraciones internas y por las inmigraciones principalmente europeas que llegaban al país tentados por los buenos salarios, tierras y por escapar de la situación que vivían en su tierra natal.

Pero esta expansión inicial de la argentina no se debió a las exportaciones agropecuarias sino al flujo de inversiones que las precedieron. Con la constitución de 1853 y el naciente estado se fueron eliminando los riesgos del mercado ofreciendo garantías a los inversores. Los principales inversores fueron los ingleses que invirtieron sus capitales comprando bonos del estado a una rentabilidad mayor que los banco europeos y en la extensión de líneas férreas para el transporte de su producción garantizados por el Estado que a su vez en algunos casos les cedía amplias tierras al costado de las vías. Estas inversiones ferroviarias pasaron de 2500 km en la década del ´80 a 34000 km ya en 1916. Pero en un momento ya no invertían en FFCC ya que había alcanzado el límite en las zonas productivas, invirtiendo más en tierras comercio e industria. También los norteamericanos invirtieron primero en bonos y luego en los frigoríficos que más tarde se especializaron en la exportación de carne enfriada.

A principio del siglo XX argentina ya había delineado su perfil productivo y exportador con cereales y carnes. En 1910 el país era el 3er exportador mundial de trigo siendo el granero del mundo. 
 

Economía Pampeana

En cuanto al trabajo de la tierra la producción de cereales con destino a la exportación comenzó en las colonias agrícolas con una regla que establecía que los agricultores fueran los propietarios de una parcela de tierra (50 has.).

A principios del siglo XX la producción ganadera comenzó a originarse en estancias con gran extensión de tierra y los cereales se produjeron en una nueva unidad llamada “estancias mixtas” donde se combinaban ganadería con agricultura. En cuanto a la ganadería se trataba de producir primero ovinos y luego vacunos refinados que terminarían en el frigorífico. El estanciero que se dedicaba al engorde era el más beneficiado ya que al asociarse con los chacareros, a los cuales les arrendaba una porción de tierra y los obligaba por contrato a entregar el campo alfalfado al finalizar el mismo, lucraba doblemente. A su vez los chacareros precisaban de peones o Braceros. Otra parte de los estancieros se dedicaba a la cría con lo que comparándolos con los invernadores su situación era peor porque sus campos no eran tan buenos lo que provocaba una situación de conflictividad constante entre estos, ya que los criadores quedaban comercialmente presos de los invernadores  que les compraban sus novillos y estos tenían vinculaciones con los frigoríficos donde negociaban el precio.

Los cabañeros se dedicaban a la importación y reproducción de animales de raza.

Si bien la agricultura comenzó en las colonias, la estancia mixta fue la que hizo llevar a la Argentina a ser el granero del mundo.

En 1912 se dio el grito de Alcorta, el 1er conflicto agrario de este siglo en la región pampeana.

La industria se desarrollo en torno a la producción de una serie de artículos de consumo y creció como resultado de un doble movimiento de protección arancelaria y aumento de la demanda agregada. La actividad manufacturera había comenzado a desplegarse tímidamente en la década de 1870 y se había afianzado un poco mas durante la década del 80, logrando cifras significativas en el 90 donde una crisis en el sector financiero fue seguida por nuevas tarifas y una caída abrupta del peso. Por entonces surgieron fábricas dedicadas a producir bienes de consumo: alimentos, vestimenta, ferretería, etc. Ya a principio de siglo XX la industria se desplego por el aumento de demanda, logrando la producción estandarizada con maquinas modernas.

A pesar de esto la expansión manufacturera pronto encontró serios limites para su expansión en la dimensión del mercado que demandaba sus productos.

La producción de esta industria, protegido por las tarifas aduaneras y poco eficiente, tenia como principal destino el mercado interno. Salvando el de los frigoríficos, ni siquiera las actividades agroindustriales tuvieron éxito en la exportación. La actividad molinera vio limitadas sus posibilidades de exportación ya que los mercados externos se reservaron la molienda en sus propios territorios. En cambio se dio otra situación con la industria de la carne, ya que existía un mercado, sobre todo el UK, abierto para recibir el producto de los frigoríficos.

En la década de 1890 surgió un movimiento amplio de protesta de los agricultores propietarios de tierra, no de chacareros, que se llamo populismo. 
 

El comercio y las finanzas

Los intermediarios en la cadena de comercialización eran parte del conflicto en lo económico pampeano.

Los Ramos Generales les proveían a los chacareros tanto bienes como créditos, generalmente con la prenda de la futura cosecha, que a su vez los chacareros tendrían levantarla con la ayuda de peones y maquinas que alquilaban. Luego la cosecha debían enviarla a puerto y allí necesitaban unas bolsas de yute muy caras para cubrirla. El flete con el FFCC era alto.

En cuanto a la financiación el sistema de créditos se basaba en la hipoteca haciendo que los que no tenían tierras recurran a ramos generales.

Los bancos a principio de 1880, tanto el banco de la Pcia de Bs As, estatal, como los privados, eran muy liberales al conceder créditos por el crecimiento de la época.

El banco hipotecario fue intermediario en la cadena de préstamos donde los inversores eran británicos, y los cuales con la cedula que el banco les entregaba y que ellos obtenían como garantía podían negociarla en el mercado de Londres dada la buena imagen del país. La deuda de estos inversores eran en pesos, lo que los llevo a perder dinero con las devaluaciones y no se pudo emitir deuda en peso porque no se podría vender al resto del mundo, y más adelante la emisión se haría en pesos oro.

Los inversores perdían dinero por la existencia de dos monedas: los pesos papel o moneda nacional emitidos por el Estado que variaban con la emisión local y los pesos oro que cambiaban por pautas internacionales mucho mas estables. Existía una constante inflación que hacia que la moneda nacional perdiera valor respecto del oro, cuyo aumento era llamado “el premio del oro”.

Para fijar una relación estable entre las 2 monedas, se implanto en 1881 un patrón bimetálico por el cual se respaldaba en oro y plata cada peso emitido localmente, pero ante una pequeña crisis se volvió a la inconvertibilidad, que obligaba a aceptar la moneda según su denominación pero sin poder cambiarla libremente por oro ya que el Estado no tendría con que pagar. La relación inestable entre estas dos monedas favorecía a los exportadores que obtenían sus ingresos en pesos oro y sus costos eran en pesos papel.

En 1887 Celman lanzo un proyecto de creación de bancos garantidos, donde cualquier banco podía emitir moneda siempre que comprara deuda del estado (el Banco Provincia ya lo hacía pero Celman lo hizo para quitarle poder a Bs As) pero esto llevo a una descontrolada emisión de dinero que unida a la liberal concesión de créditos causo la crisis de 1890.

Con la crisis se termino con el sistema bancario liberal y quebraron varios bancos, privados y estatales, reorganizándose en una forma mas conservadora. Se creo en 1891 el Banco de la Nación que llevo durante esa década un método más conservador para conceder créditos.

Con el nuevo crecimiento económico se volvió a generar mas créditos por el aumento de los depósitos.

Se consolidaron algunos bancos privados y abrieron unos nuevos ligados al fenómeno de la inmigración, por los ahorros y el manejo de remesas entre los países.

El Banco de la Provincia reabrió de la mano de Marcelino Ugarte, sin embargo el renovado banco estuvo lejos de quedar atado a la política del gobierno de turno, como antes.

En la década de 1910 la Argentina contaba con una serie de solidas instituciones estatales y privadas que igualmente, no llegaban a formar un sistema bancario desarrollado.

El grueso de la demanda bancaria estaba en el comercio, aunque los sectores productivos, industria y agro, recibieron una importante proporción de los créditos otorgados. La agricultura era la menos beneficiada.

Mientras el sistema bancario se movía, a principios de siglo, dentro de un fuerte conservadurismo, el marco monetario lo hacia en medio de una novedosa estabilidad. En 1899 durante el segundo gobierno de Roca, se adopto una ley de convertibilidad monetaria que fijaba la conversión entre pesos papel y pesos oro bajo el sistema de patrón-oro, en el que la moneda emitida localmente contaba con el respaldo de reservas en este metal, y establecía una institución encargada de mantener la convertibilidad. Así la convertibilidad se mantuvo hasta la crisis de 1930.

Uno de los sectores que mas pujaba por esta estabilidad era el comercio. El minorista empleaba un gran número de personas y se desplegaba en cualquier sitio que contara con cierta demanda, en cambio el mayorista, tendió a diversificar sus ofertas con productos importados y nacionales. Aparecían nuevas especialidades como la de los comerciantes mayoristas introductores que se dedicaban a enviar mercaderías al interior.

A principio del siglo XX se consolidaron las grandes tiendas que empleaban a varios centenares de empleados y obreros, y desarrollaban su actividad en edificios de varios pisos, divididas por secciones, y a la vez se dedicaban a la producción de ropa hecha en serie que se vendía apilada o se la enviaba a una red de negocios que cubrían casi la totalidad del territorio argentino que no se restringió solo a buenos aires. 
 

Mercado Interno y Mercado Nacional

El crecimiento económico por la exportación se desplego de manera desigual en el país: la región pampeana fue la mas beneficiada, el resto fue más heterogéneo en la integración del mercado mundial.  Norte de Santa fe con el tanino, zona patagónica con la lana. Lo más sobresalientes con la posibilidad de vender algún producto a la expansiva región pampeana fueron los del azúcar (Tucumán), vino (Mendoza y san Juan), etc. Otras pcia tuvieron que contar con otras fuentes de supervivencia como con la realización de algún emprendimiento del estado centra (puente, colegio, etc).

El crecimiento del mercado interno fue paralelo a la de economía exportadora y que se beneficiaban con la proporción de cada divisa que ingresaba por las industrias madres.

El mercado interno se abastecía de las importaciones y una buena parte por la oferta local. Gran parte de la demanda salió de zona rural. La demanda era más visible en las ciudades con la urbanización que crecía muy rápidamente y que demandaban cada vez mas bienes y servicios. La actividad de la construcción llego a ocupar un lugar significativo a principio del siglo 20 ya que la demanda de esta actividad se convirtió en uno de los mercados mas atractivo para la industria. Las fábricas se localizaban en buenos aires, donde se empleo 1/3 de su población activa.

Así crearon un mercado nacional junto al sector privado. La constitución había prohibido aduanas internas entre provincias, aunque siempre había algo que perturbaba el comercio. La entrada de productos importados con el libre comercio golpeo las industrias locales junto con la red ferroviaria que abarataba costos de fletes. En el interior las compras se hacían en pequeñas cantidades a diferencia de bs as y rosario y la calidad era inferior a la de la región pampeana por lo que tuvo que crear una estrategia para entrar en este mercado, creando productos de calidad baja y comprando fabricas en el interior. Hacia 1910 la mayor parte del país termino por formar parte de un único mercado. 
 

La revolución del consumo

Entre 1881 y 1916 los habitantes de Argentina se habían triplicado mientras que eran tres veces mas ricos.

De todas formas el grueso del producto se encontraba en la region pampeana con una demanda significativa.

Las clases altas consumían mayormente artículos importantes por lo que su incidencia en el mercado local era pequeña siendo las clases medias las que más demandaban creando la base para el crecimiento de la industria Argentina. La clase media creció número y presencia. La clase baja entro de manera visible al consumo, así se dio la participación del consumo de vastos sectores de la población.

A fines del 80 la masa poblacional era de más de 3 millones de personal. A principios del 90 había 6 millones de habitantes.

La masificación del mercado iba acompañada de cambios en la esfera de la comercialización que exigían conocimientos expertos y especializados. Surgieron hasta compañías que arreglaban casamientos y velorios, agencias de publicidad, y surge la vidriera.

La moda se transformo de una expresión de la elite a una de masas, lo que demuestra la participación de casi todos en el mercado. 
 

Los vaivenes de la economía

La primera crisis internacional sufrida por la economía Argentina fue en 1866 afectando a los exportadores de lana.

De nuevo en 1873 se entro en una crisis que impacto sobre todo a la economía: crisis de balanza de pagos. Años antes argentina recibió cantidad de capitales en forma de préstamos al gobierno y el aumento de divisas ingresadas por la exportación, llevaron a un aumento del consumo interno y de las importaciones que superaban a las exportaciones lo que produjo un déficit de la balanza comercial. Ante esto se retrotrajeron las inversiones. El gobierno de Avellaneda decidió no dejar de pagar la deuda externa para mantener la imagen del país, e impulso un plan de aumentar los impuestos a las importaciones y un ajuste a los gastos de gobierno.

A fines del 70 la crisis había pasado, pero una nueva crisis llevo a interrumpir el optimismo en 1884 con elementos similares a la anterior. Pero el país salió de ella sin muchos esfuerzos y en la mitad de esa década volvió el crecimiento, aumento el consumo y las importaciones lo que llevo a un balance comercial favorable que se compensaba con una cuanta capital positiva por la llegada de prestamos extranjeros.

En la década de 1880 Gran Bretaña fue la principal abastecedora de las importaciones argentinas, las cuales crecieron más rápido que las exportaciones dando signo negativo a la balanza comercial, hasta el estallido de la crisis de Baring en 1890.

A principios de 1889 el gobierno argentino ya comenzaba a mostrar problemas para pagar la deuda con los bancos europeos.  Con los especuladores de la Bolsa el precio del oro comenzó a subir con lo que los inversores ya habían perdido su confianza en el gobierno argentino. A la par de la crisis económica creció el descontento popular en grandes grupos de las clases media y obrera traería consecuencias políticas junto con la fuerza de oposición al gobierno de Juárez Celman, la Unión Cívica.

El gobierno de Juárez Celman cayó y su sucesor Carlos Pellegrini reabrió la negociación con los bancos europeos para solucionar la crisis, a partir de un plan que era una visión mas profunda del implementado por Avellaneda. Se aumentaros las tarifas de importación y se renegocio el pago de la deuda que era imposible de cumplir. Cayeron las importaciones, se desvalorizo el peso y cayo el consumo con lo que se llego a un balance comercial favorable.

La inversión en los FFCC continúo aumentando las exportaciones.

De nuevo una crisis volvió a azotar por: una sobreproducción industrial donde se reducían los precios y llevo a varias empresas a quebrar y por el temor de una guerra con chile no se concedían créditos. El sector externo permitió que el país comenzara a pagar su deuda renegociada pero el sector interno solo mostro un crecimiento después de un sacudón financiero mundial en 1901.

A partir de entonces la estabilidad en el balance comercial y la cuenta capital permitiría el crecimiento perpetuo.

Una crisis internacional de 1907 afecto poco a la economía.

Gran parte de este crecimiento se dio por el optimismo económico que argentina generaba largo plazo.

Ya en 1913 este buen ciclo se vio afectado por una crisis internacional por la inseguridad por la guerra de los Balcanes en los inversores. Esto provoco una crisis en la banca privada porque los depositantes tendían a sacar sus ahorros y dejarlos en un banco oficial, siendo un éxito del Estado que había buscado en sus esfuerzos. 
 

El Estado frente a la economía

Durante el auge agroexportador, si bien no existió un Estado intervencionista, la presencia estatal en la economía fue tan significativa cuanto compleja.

El estado promovió las primeras inversiones garantizando sus bonos y las ganancias de las empresas ferroviarias privadas.

También se continua en el mercado bancario con un papel clave del banco de la Provincia que continuó con el funcionamiento del Banco Nación. A principios del XX una banca privada convivio con esta institución estatal.

En el aspecto fiscal había una compleja relación Estado y economía. El grueso de los ingresos estatales estuvo compuesto durante ese periodo por impuesto a las importaciones, mientras los de las exportaciones desaparecieron en los 80. Una fuente de ingreso adicional fue la aplicación de impuestos internos a artículos, como las bebidas alcohólicas y tabaco siendo legitimo su gravamen por ser nocivo a la salud.

Uno de los resultados de la política fiscal argentina fue una inevitable protección selectiva y compleja a la industria local.

Una serie de bienes de consumo resulto protegido por tarifas que solían surgir o profundizarse como consecuencia de una crisis. La política industrial de protección selectiva fue redondeada por el mismo estado a través de quien fue uno de sus constructores, Roca, en 1899, donde se debía tomar caso por caso y decidir en consecuencia.

En el momento de discutir la ley de convertibilidad monetaria, existían dos posturas seriamente enfrentadas: los papelistas, que deseaban una conversión del oro al peso a niveles que implicaban una fuerte devaluación, y los oristas, que querían que el mercado siguiera funcionando libremente en la fijación del tipo del cambio. Roca tomo una posición intermedia, optando por la intervención estatal pero a un nivel menor que el sugerido por los oristas.

Los ingresos del estado nunca llegaban a cubrir sus gastos, por lo que el déficit fiscal era común. El agujero fiscal se cubría a partir de la emisión de deuda publica, lo que llevaba a un aumento de la tasa de interés del sistema y una caída de la inversión del sector privado, que preferían invertir en títulos del estado.

A partir de su formación, el estado fue adquiriendo una serie de capacidades administrativas, que implicaban gastos en materiales y en salarios.

Capitulo 2

Estado, Gobierno y Política en el Régimen Conservador 
 

La federalización de la Ciudad de Buenos Aires fue el acto por medio del cual en 1880 el Poder Ejecutivo Nacional, siendo Nicolás Avellaneda presidente de la Argentina, puso bajo su jurisdicción el territorio de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La desvinculación política de la capital con la provincia en la que se asienta había sido una aspiración constante de las provincias argentinas, con excepción de la de Buenos Aires, que reaccionó enérgicamente ante la medida,  durante todo el proceso de formación del Estado nacional.

En 1880 la situación de Buenos Aires era complicada. Carlos Tejedor, el gobernador de la provincia había desconocido a las autoridades nacionales y encabezaba una revuelta armada. Aquellos que no se habían integrado al PAN se le unieron.

Los porteños se oponían a la capitalización de Buenos Aires. Esta oposición de los porteños a la federalización y a la elección de Roca para suceder a Avellaneda fue el marco para el enfrentamiento de la Nación y la rebelde provincia de Bs As. Los combates de Barracas, Puente Alsina y los Corrales fueron los actos de violencia que culminarían con la subordinación de toda la provincia al poder político nacional.

Autoridad y orden fueron las bases del régimen conservador y el requisito para el ejercicio de la libertad y el progreso económico de una nueva etapa histórica.

Pero surgieron nuevos problemas como el mantenimiento de la unidad política, la edificación de las instituciones del Estado, la selección y elección de los gobernantes como así las reglas que regirían a gobernantes y gobernados, que forma parte de un proceso que finalizara con la reforma política y acceso al gobierno de una fuerza política fuera de la elite. 
 

Profundizar la organización del Estado Nacional

La unidad política consolidada en 1880 tenía que continuar para organizar las bases para el funcionamiento del Estado, y fue así que se fueron redefiniendo las formas, las áreas de intervención y la autoridad de esos aparatos.

Con la constitución de 1853 ya se habían delineado los instrumentos de gobierno con los tres poderes, pero la organización y el afianzamiento de esas instituciones de gobierno fueron activos durante todo el periodo. Aunque cada provincia tenía su constitución, se consolido un proceso centralizador que reforzó al Poder Ejecutivo nacional en detrimento de las provincias.

Con la caída de buenos aires en 1880 el estado se convirtió en el árbitro de diversas situaciones, como mediador entre Bs As y el interior.

La constitución de ese poder centralizado requería de una administración cada vez mas compleja, como fue el sistema escolar, un sistema de administración de los sistemas de transporte, una burocracia que efectivice las acciones del gobierno, un instrumento básico para evitar la difusión de epidemias, etc.

El Estado precisaba organizar el sector fiscal e impositivo y fue asi que a fines del siglo XIX la base de los ingresos públicos fueron los pagados por toda la población sin la diferenciación de los ingresos de cada uno (regresivos).

Así el crecimiento del mercado consumidor por el aumento de población, la construcción de la red de transporte, al eliminación de las barreras aduaneras internas, la producción local de alimentos y los salarios percibidos por los trabajadores amplio la base impositiva y dio sustento al estado. Aunque en menor medida los gravámenes a las exportaciones fueron el otro sostén del Estado. Sin embargo esos recursos no fueron suficientes y el endeudamiento mediante préstamos externos fue la otra fuente de ingresos.

El “costo del progreso”, el precio de la civilización y la modernización fue pagado por los sectores sociales menos beneficiados por ese proceso. La carga de los impuestos es mas pesada cuando el individuo es pobre y esta mas cargado de familia, siendo una medida injusta ya que se dejaba libre a la clase alta al gravar los artículos de primera necesidad. Para ellos el sistema fiscal descasaba sobre las clases no acaudaladas destrozando a las clases medias.

Además el aparato burocrático requería una burocracia estatal para su funcionamiento.

Esta burocracia estatal estaba constituida, la mayor parte por población nativa, sin excluir a los extranjeros que podían ser parte dependiendo de su conocimiento y formación. Los abogados que ocupaban los cargos mas altos de la burocracia fueron los hombres que modernizaron el aparato judicial y ejecutivo mediante el instrumento legal, además de ser parte de la política. Los médicos también participaron en la administración estatal.

Los cargos medios los ocupaban los miembros de las clases menos acomodadas y eran profesores, hijos de otros burócratas, etc.

Fue asi que al principio de la década del 80 el aparato estatal fue ampliado y renovado con nuevas oficinas, funciones y funcionarios.

El estado intervino en la educación en 1884, lugar que ocupada la Iglesia Católica, estableciéndola obligatoria, publica y laica hasta los 14 años y creo el registro civil.

Se establecieron los tribunales en Capital y se organizo el sistema de correos garantizando la comunicación comercial y privada.

El estado nacional tuve que sentar bases para la obtención de recursos necesarios para solventar los gastos del aparato administrativo y judicial y así tuvo que involucrarse en los nuevos problemas que surgían en una sociedad que se transformaba por lo que creo nuevas instituciones y renovó las viejas ampliando la esfera de intervención. 
 

El partido gobernante: un orden con turbulencias

El desafío de la época fue integrar el territorio y construir una identidad nacional sobre la base de un gobierno ordenado y estable. La constitución de 1853 establecía la fórmula para gobernar y producir actos de gobierno y otorgaba legitimidad a las acciones emanadas bajo su tutela. Pero para evitar la tiranía que llevaría materializar todo el poder por parte del presidente, se determino la división de poderes y se distribuyeron las actividades legislativas y judiciales en cámaras y tribunales donde el poder central y los poderes provinciales estaban representados.

Pero evitar la tiranía no implicaba una democracia abierta para todos los ciudadanos ya que quienes ocupaban las funciones dentro del aparato del estado eran los notables sin posibilidad de acceder a los otros. En muchos casos se confundió el poder político con el económico a lo que se llamo oligarquía.

Estos grupos de notables garantizaban su poder en el gobierno mediante el fraude electoral y el control del nombramiento de sus candidatos.

Juarez Celman fue electo en 1886 sostenido por grupos dirigentes del PAN y esta elección mostro la eficacia de la máquina electoral.

En 1890 se da la crisis financiera, la caída de Celman y con el su intento de buen gobierno y de control de las instituciones por parte del partido único.

La oposición a Celman tuvo gran poder en las provincias y en los hombres que responden al ex presidente Roca como también de los cívico-liberales encabezados por Mitre.

El fracaso de Celman y esta crisis política hizo visible las dificultades que había para el funcionamiento del juego de alianzas que buscaban darle estabilidad al régimen conservador.

La UC tenia dificultades para organizar una estructura política capaz de dar un cambio inmediato del régimen conservador. A partir de a revolución del 90 la clase dirigente tuvo que negociar con los sectores moderados de la UC algunas candidaturas.

Asi es como se empezó a perder el monopolio único del PAN que ejerció plenamente entre 1880 y 1890, una mayor diversificación dentro del grupo conservador y un cambio fundamental de la gestión de gobierno que busca hacer alianzas con la oposición. Esa división interna dio paso a la conformación de la fuerza política “modernista” dentro de los conservadores, como alternativa al roquismo y plantearon a Roque Sáenz Peña como candidato presidencial  y Roca con el Pan sostuvo a su padre Luis Sáenz Peña.

Su gobierno se dio en un marco de mucha inestabilidad: se sucedieron varios ministros y tuvo que enfrentar varios levantamientos que desgastaron el ministerio del interior de Aristóbulo Del Valle y el cual ocupo Quintana quien actuó interviniendo las provincias sublevadas Santa Fe, San Luis y Buenos Aires, decretando estado de sitio, clausurando periódicos y prohibiendo actos públicos.

En San Luis el primero interventor federal fue tolerante con los revolucionarios y fue reemplazado por otro de facción mitrista. En Santa Fe también, solo que lo siguió otro de facción autonomista.

Así se constituyo un fuerte frente opositor en el que participaron radicales, cívicos nacionales y autonomistas disidentes. En Bs As con la llegada de Lucio López fue más ecuánime.

En las elecciones nacionales para legisladores y gobernadores de 1894 las listas oficialistas triunfaron en casi todas las provincias intervenidas. La UCR triunfo en capital y en la provincia por sobre la UC nacional y la Unión Popular.

Las diferencias internas dividieron el monopolio político ejercido por el PAN en la década del 80 y esto fue acompañado a través del periodismo, en las calles, en el Parlamento, etc., por los opositores.

La división en el Pan y en la UC dio paso a negociaciones y fluida relación con otras fuerzas políticas y otras a un movimiento errático que tampoco favoreció la consolidación de una oposición al dominio hegemónico.

Con Roca en la presidencia el “buen gobierno” estaba en peligro por el desorden pero no solo por parte de la oposición sino que en el Pan no pudo crearse una alianza que garantizara la sucesión de gobiernos. Al comenzar el siglo  el PAN no se hallaba en una organización política cohesionada, al contrario era flexible en la negociación sobre la distribución de puestos electivos y burocráticos.

La desigual distribución de la riqueza hizo que las provincias no pudieran entrar en el nuevo modelo económico peor los 14 gobernadores mantenían su autonomía y control de los puestos políticos. Sostenían a las fuerzas policiales locales que usaban para negociar con el gobierno o el ejercito si hubiera conflicto, dependiendo de caudillos que eran quienes organizaban las fuerzas militares, movilizando electores y controlando puestos administrativos locales.

Era un régimen que operaba sobre la base de coaliciones políticas inestables con frecuentes tensiones.

En 1904 asume Quintana, mitrista, lo que muestra los vaivenes, conflictos y tensiones dentro del grupo gobernante.

En capital federal la fragmentación de los partidos políticos era grande. El Pan estaba disminuido y habían surgido nuevos partidos: republicano, autonomista (Pellegrini) y socialista.

En 1905 estalla la revolución radical que tuvo consecuencias políticas importantes, positivas y negativas. La represión rápida y efectiva del gobierno consolido a Quintana en distintos círculos políticos.

Al fin de la revolución Quintana intento hacer reformas institucionales, pero no tuvo apoyo. En este contexto se da su muerte y lo sucede Figueroa Alcorta.

Alcorta se definió por el pleno ejercicio del sufragio aunque el fraude continuo.

La situación política dentro del grupo gobernante siguió siendo confusa y compleja, y en este contexto comenzó a tejerse la candidatura presidencial de Roque Sáenz Peña. 
 

Las elecciones: los limites a la voluntad del ciudadano

Hacia fines del siglo el acto electoral era algo meramente formal ya que los candidatos a presidente eran elegidos por lo notables en conversaciones privadas, y el acto mismo parecía una obra teatral ya que había fraude y no se expresaba la voluntad de los ciudadanos. Una vez elegidos los ciudadanos lo consagraban. Los ciudadanos votaban por una lista de electores y a la que obtenía el mayor número de votos se le asignaba la totalidad de los electores correspondientes al distrito.

Entre 1880 y 1910 las provincias litoraleñas, las mas beneficiadas por los cambios socioeconómicos, incrementaron o mantuvieron el número de electores mientras que otras, lo disminuyeron. De manera que la distribución de los electores les asignaba cierta importancia a algunas provincias en detrimento de otras pero además era a través de los bloques electores que las provincias eran protagonistas en el momento de la elección presidencial otorgando a sus gobernadores y representantes en el senado un papel importante en las negociaciones.

Conquistar la mayor cantidad de electores era una meta y desde 1880 se puede ver un movimiento creciente hacia unanimidad del Colegio Electoral.

Aunque el fraude era corriente, el acto de votar era una forma de participación en la cosa pública.

Las transformaciones económico-sociales había favorecido la formación de públicos y alternativas de acción política que competían no solo en actos electorales. Además las demandas de limpieza del sufragio de radicales y socialistas, el abstencionismo de la población prohibida de votar y la impugnación del régimen representativo que hacia el anarquismo, ponían limites a la representatividad del Pan.

Frente a esto Quintana y luego Roque Sáenz Peña busco un acuerdo con la oposición, los cívicos del radicalismo. Los grupos conservadores se fueron disgregando. Los sectores de la elite consideraban necesaria ampliación de la representación y la democratización de las reglas del juego político.

El congreso al fin voto la ley 8871 o Ley Sáenz Peña que estipula el sufragio masculino, secreto y obligatorio y la aplicación del sistema de lista completa.

La confianza de los conservadores en la regeneración de la sociedad política mediante el sufragio masculino se mantuvo ante las demandas de los socialistas de incluir a las mujeres. 
 
 

Capitulo 3

La trunca transición del régimen oligárquico al régimen democrático 
 

La importancia de la ley Sáenz Peña

A partir de 1912 se produjo en todo el país una transición de dominación oligárquica a la democracia, proceso que se interrumpe y se trunca, no solo por el golpe militar de septiembre de 1930 sino también por los límites que tiene la propia democratización política (la exclusión de la mujeres y de los habitantes de los territorios nacionales).

La ley 8871 establece un sistema de voto restringido, ya que quedan excluidas las mujeres y los varones argentinos con incapacidad, los eclesiásticos, policías, mendigos, y hasta los dueños de prostíbulos.

La ley impulsada por los sectores transformistas de la burguesía argentina, buscaba descomprimir la presión de los sectores excluidos del sistema de decisión política y permitir entre partidos socialmente representativos una libre competencia electoral.

Este nuevo sistema se aplico en 1912 para la elección de diputados nacionales, donde la UCR gano en Santa Fe y ajustadamente en Capital Federal y los conservadores en el resto de las 13 pcias, así se rompe el monótono conservadurismo en la cámara baja.

En 1913 gana el socialismo en la ciudad de buenos aires consagrando un senador y 2 diputados mas. La elección de Enrique Del Valle Iberlucea como senador capitalino conmovió a los conservadores que consideraban peligrosa la inclusión al Senado de un socialista revolucionario. En 1912 votaron su desafuero y lo ponen a disposición de la justica federal acusado de sedición por su apoyo a la revolución soviética.

En las legislativas de 1914, gana el socialismo de nuevo agregando 5 diputados. El radicalismo gana en Entre Rios y Santa Fe. Pero los conservadores seguían siendo mayoría con 33 y la oposición con 7 socialistas, 21 radicales y 2 liguistas del sur.

En 1914 muere Sáenz Peña y asume Victorino de la Plaza. Los resultados siguientes pusieron a los conservadores liderados por el gobernador Ugarte a la ofensiva promoviendo la derogación de la ley, pero no lo consiguieron y se vota en 1916. Aquí se realizaron los primeros comicios para escoger electores de presidente y vice bajo esta ley. Solo el 15% de la población total voto, no solo por la prohibición a las mujeres y de los extranjeros, sino también por un alto abstencionismo explicable por las condiciones históricas en que se pasa de un régimen a otro. No son iguales los tiempos de cultura legal a la cultura política.

La UCR se presento en los 15 distritos electorales y obtuvo 340.802 votos triunfando en 6 de ellos: capital federal, Córdoba, Entre Rios, Mendoza, Santiago del estero y Tucumán y ocupando el 2do lugar en los 8 restantes.

El PDP se presento solo en 6 distritos y obtuvo el 13,23%.

El partido socialista se presento en 14 distritos pero obtuvo el 8,8%.

Pero Argentina por entonces tenía un sistema de elecciones indirectas y era en el Colegio Electoral donde debía resolverse la elección definitiva del presidente. Los 300 miembros del Colegio se dividían en 133 radicales, 70 conservadores, 64 demoprogresistas, 19 radicales disidentes de Santa Fe y 14 socialistas. Para consagrar presidente se debía obtener la mitad mas uno, o sea 151. A la UCR le faltaban 18 votos y todo el bloque restante no era un bloque antirradical, por lo que era necesario el voto de los 19 electores de los disidentes de Santa Fe, para lograr la mayoría absoluta. Yrigoyen se mantuvo intransigente y se rehusó negociar con ellos, quienes finalmente votaron por su fórmula. Así en las elecciones la UCR alcanzó 152 delegados, uno más de lo necesario. Durante tres meses y medio el autonomismo oficialista intentaría comprometer a los socialistas y demócrata-progresistas, para formar una candidatura alternativa capaz de romper el bloque radical.

Finalmente, el 20 de julio de 1916, los socialistas, conducidos por Juan B. Justo, los demócrata-progresistas conducidos por el ex-radical Lisandro de la Torre, decidieron no apoyar al radicalismo, pero este tampoco se rompió y logró imponer sus candidatos con electores propios. Hipólito Yrigoyen fue elegido presidente y el riojano Pelagio Luna, vicepresidente.

La democracia política que comienza a constituirse en 1912 era ampliada y a su vez restringida. Es ampliado porque incorpora al sistema de decisión política a las clases de formación reciente como la clase media y obrera, y porque se hace efectivo el ejercicio del sufragio masculino en un país en el cual no ha habido formal restricción a su universalidad.

La ley Sáenz Peña, no porque formalmente antes no existiese el sistema político como un sistema de partidos, sienta las bases para que se produzca efectivamente no solo en los papeles. El proceso argentino de democratización se despliega con rapidez en comparación con otros casos, al menos en materia de universalidad masculina. En muchos casos la efectiva democratización y universalización masculina del sufragio argentino son estrictamente tales en comparación con otros países donde en alguno de ellos existían limitaciones al derecho especial de sufragio, como en UK donde solo podían votar los universitarios, o en Alemania donde hasta 1918 en Prusia existió un régimen de sufragio desigual paralelo con el universal, o en EEUU donde los afros deberán esperar hasta los años 60 para ejercer ese derecho de la ciudadanía.

Pero esta ley no logra modificar el carácter de bifacialidad del funcionamiento de la mediación política: la partidaria y la corporativista, siendo esta ultima  la que define el rasgo predominante a la constitución de un sistema de partidos.

Esta ley permitió la creación de un sistema de partidos competitivo, o más bien el pasaje de un sistema de partido predominante a un sistema de partidos de pluralismo limitado. Un pasaje trunco, ya que no termino de realizarse entre la hegemonía organicista y la pluralista y el efecto o resultado ultimo de este falso pasaje que es el golpismo, en última instancia la intervención de corporaciones o instituciones mas allá de sus atribuciones.

La ampliación de la democracia política resalta la debilidad del sistema de partidos políticos y parlamento como vehículo de mediación entre sociedad civil y sociedad política, porque no están lo suficientemente  consolidados para servir de mediadores y representativos de los sectores. Uno podría pensar en primera instancia como en una victoria de los partidos políticos que los beneficia con esa ley sin embargo que se halla llegado a ese punto en realidad muestra la debilidad, ya que logran un sistema de partidos los partidos con fuerza para imponer su posición pero no pueden procesar los conflictos a los cuales tienen que hacer frente, ya que cada uno cerrado en su posición no se abren y no renuncian  a sus posiciones frente a los demás partidos.

La historia así niega la posibilidad de que un amplio frente político como son los tres grandes partidos, radicales, socialistas y  demoprogresistas no logran afianzar una aspiración común de la democracia política. 
 

La cuestión de la mediación entre sociedad civil y estado

En un régimen político democrático liberal las demandas de una sociedad se expresan a través del Parlamento y de los partidos políticos. Pero si los partidos no logran consolidar su papel de mediadores entre la sociedad civil y el estado, tal fracaso se refuerza con el del parlamento.

Se pueden distinguir dos aspectos de este fracaso, uno es el Parlamento que servía como trinchera, mientras tenía que cumplir el papel de mediación entre sociedad civil y estado es tomado por los conservadores para resguardar los intereses de la elite es decir que sería no aceptar el juego democrático, pluralista, y la otra cara es la incapacidad del gobierno radical para imponer ese juego, la incapacidad de los sectores democráticos para cambiar esa situación. Todas las leyes y cuestiones tenían que pasar por el Parlamento y necesitaban la aprobación parlamentaria para llevarse a cabo haciendo que para Yrigoyen durante su primera presidencia (1916 -1922) sea un obstáculo muy fuerte, por el adverso poder legislativo. Asi la mayoría conservadora trababa su política de reformas, especialmente en aquellas en que era necesario la conformidad de una o ambas cámaras, y aquellas que consideraban lesivas a sus intereses, gobernando con una cierta ambigüedad ya que el Poder Legislativo contaba con mayoría democrática en la cámara de diputados y la mayoría oligárquica en la Cámara de Senadores

El Parlamento expresa la fuerza de la elite atrincherada y por otro lado la debilidad del radicalismo y de todos los partidos democráticos, socialistas y demoprogresistas, por su incapacidad o impotencia para poder hacer ceder a la oligarquía, que eran pocos con mucho poder, favoreciendo su accionar. Esta oposición democrática a su vez no tenía fuerza suficiente para constituirse en una alternativa posible al radicalismo.

Por otro lado tenemos el personalismo Yrigoyenista como la otra dimensión de esta falta de impulso para declarar una democracia de partidos, que contribuye al debilitamiento del Parlamento ya que no logra ajustarse a los requerimientos de una democracia de partidos. Otro aspecto que ayudo al debilitamiento de la mediación partidaria y a potenciar la corporativista fue la política obrera de Yrigoyen que atendía favorablemente demandas proletarias, una novedad, dirigida preferentemente a los sindicatos de la economía agroexportadora como ferroviarios y portuarios. La práctica del obrerismo yrigoyenista contribuyo a consolidar una forma corporatista de mediación entre sociedad civil y estado, la cual atiende intereses particulares bien sectoriales. 
 

Catch all Radical

Movimientismo yrigoyenista, forma de articulación política metapartidaria, que excede lo partidario. La formula de esta idea de movimiento, que se va a repetir años después con el peronismo, es la idea del movimiento, en este caso radical, que es igual a la nación. Es decir que no se asume como el representante de un sector de la sociedad o de una línea política dentro de la comunidad en su conjunto, sino que se piensa a si mismo como el verdadero representante de los intereses nacionales, de atrapar a todos. Por eso todo lo que diga el representa y es el portador de los intereses nacionales. Ya no tiene sentido discutir con el resto porque para este pensamiento todo lo que digan los otros, contradiciéndolo,  están equivocados y eran considerados enemigos del interés nacional. Es por eso que había un fuerte rechazo a una política de alianzas tanto de parte de los socialistas como de los radicales.

Unos y otros se abroquelaron en posiciones intransigentes, conforme a la lógica de guerra que concibe la confrontación en termino amigo/enemigo y produce acciones para eliminar al disidente, una posición confrontativa, que impedía el juego partidario de la lógica de la política donde se ven las cosas de manera distinta y se debe llegar a un acuerdo, sin llegar a aniquilar al otro, siempre discutiendo para beneficiar a la sociedad. 
 

La derecha violenta

En1909 aparecieron grupos parapoliciales nacionalistas, antisemitas y xenófobos, donde se destaca la Liga Patriótica constituida en 1919 autodefinida como una asociación de ciudadanos pacíficos armados que desarrollo bajo la consigna “orden y Patria” una acción doble: como grupo (ilegal pero tolerado) de choque _atacando a obreros y judíos_ y como agente de propaganda y organización político-ideológicas. Fue la creación de un sector predominante de la burguesía, no eran tan cercanos a la posición política de la elite, sino más con el radicalismo, que muestra su intolerancia frente a la democracia política y las demandas de justicia social. Esta tensión estaba en Yrigoyen mismo, ya que con la acción del gobierno radical, que en cierta manera fomenta la participación de los sectores populares urbanos y trabajadores urbanos que estaban excluidos, comienzan los conflictos. Lo que muestra el surgimiento de la liga patriótica es una ruptura entre la clase media y las populares o las clases trabajadoras de las clases populares. Ruptura que por cierto es una marca de la política argentina hasta nuestros días y la liga es una primera expresión de eso.

Las prácticas de la Liga inauguran una línea de acción de violencia para estatal que se prolongara larga y cruelmente en la sociedad argentina.

Existió un cuestionamiento del monopolio de la violencia considerada legitima debilitando el poder del Estado y aumentando el conflicto social y sus formas de resolución violentas. La Liga obtuvo la adhesión de la clase media urbana contagiados por el miedo de la alteración del orden, ahondando en la ruptura entre las clases media y obrera, impidiendo que se consolidara un bloque fuerte para enfrentar a la burguesía y dar una solución política alternativa. 
 

Yrigoyenistas, socialistas y clase obrera

El partido socialista fracaso en su intento de articular un frente social que reuniera a obreros industriales, chacareros pampeanos y clase media urbana, apelando desde los sindicatos obreros hasta instituciones de la educación y cultura populares.

En cambio el radicalismo fue capaz de ganar para su causa la adhesión de los trabajadores mediante su “obrerismo” aun frente a su ambivalencia de su política obrera, donde Yrigoyen a veces fallaba a favor de los obreros en los conflictos laborales, introduce nueva legislación que los favorece, los incorpora a la vida política, etc., sin embargo a la vez no es un gobierno decididamente popular, sino que llegado el caso que recurre a la represión violenta para frenar las demandas de los trabajadores en la huelgas (1917 de la carne y petroleros, 1919 huelga metalúrgica que lleva a la Semana Tragica, 1919-1921 obreros de fabricas y obrajes de la Forestal en Chaco y Santa Fe, 1920-1921 rurales patagónicos y 1917-1922 y 1928 rurales pampeanos) para calmar a los desconfiados e intranquilos burgueses. Este accionar fastidiaba a los socialistas, pero no inhibía el apoyo sindical. El Parlamento para los socialistas era una defensa del juego democrático, con desconfianza de la legislación de decisión presidencial.

También en este período, después de la 1er guerra que se empieza a percibir el agotamiento de la capacidad de la expansión de la Argentina, que era dependiente con control nacional del sistema productivo. Ya en el 30 va a pasar a ser del modelo agroexportador al de sustitución de importaciones. Este contexto de mesetamiento de la economía provoco las tensiones  del gobierno radical con los sectores populares, ya que al haber menos para repartir había que tomar decisiones de para donde las iba a repartir, y la elite tenía el control de la economía, aunque el gobierno tenía intención de incorporación hacia los sectores populares.

El radicalismo se enfrento con la tensión generada por dos demandas de la sociedad a las cuales no pudo, o no quiso, procesas: democracia Política, que sería el decir pueden votar todos y elegir a los representantes y era reclamada por la clase media sin interés en la democracia social, que era exigida por la clase obrera sin interés en la democracia política y que era entendida como la que efectivamente incorpora a diferentes sectores a la vida social.

Los radicales se definieron la por democracia política.

Los socialistas frente a su fracaso explicado anteriormente, relego a un segundo plano el hecho de ser la única que bregaba por ambas democracias, incluso una mayor profundización de la política al reclamar el voto femenino.

En cuanto a la política obrerista de Yrigoyen, se puede decir que este trato de ganar voluntades y lealtades políticas para definir una integración orgánica de la clase obrera a la sociedad. 
 

Las intervenciones federales y el debilitamiento de la democracia

La relación de los gobiernos radicales entre el poder federal y poderes provinciales llevaron a resultados  generaron efectos negativos y un debilitamiento no queridos en la democracia política. Por un lado Yrigoyen, en su primer mandato, se encontraba con la dominación oligárquica en el Senado por lo que aprovecho su recurso constitucional de intervención federal a las provincias mediante un decreto. Así intervino provincias dominadas por conservadores o por radicales disidentes, convencido en la “reparación nacional” (devolver los derechos usurpados por la oligarquía a los pueblos), modificando la composición del Senado.

Se buscaba también legitimar todos los gobiernos provinciales a partir del ejercicio del sufragio libre, asegurando así sus autonomías.

Por estas razones Yrigoyen aplico la intervención 19 veces (15 por decreto y 4 por ley) a 13 de las 14 provincias, excepto Santa Fe. De esas 19 intervenciones 10 corresponden a provincias gobernadas por conservadores y 9 por radicales (para evitar una disidencia que favoreciera a la oposición en el Senado). Desde el punto de vista de la UCR, que se identificaba con la nación, estaba bien la intervención federal, no era anti democrática, sino que era una medida en función de la sugerencia de la Nación.

La practica excesiva de intervenciones fue un elemento que erosiono  el federalismo y la democracia política. Esto revela, tanto del lado del Ejecutivo como de las provincias, una tensión entre la demanda de expandir la legitimidad de los mandatos electivos y de afirmar los procedimientos republicanos y democráticos que se querían. 
 

Una vez mas, la cuestión de las mediaciones

En una necesidad de modificar las “situaciones “provinciales”, Yrigoyen apelo al protagonismo de las situaciones de interés. La creciente participación de estas en la función de mediación entre sociedad civil y estado se reforzó por la ineficacia de los partidos y del Parlamento para actuar y ser reconocidos como os mediadores en la relación sociedad-Estado. Así se incremento la mediación política corporativista. No solo se trato de instituciones representantes de los interese burgueses sino también de los sindicatos obreros y de organizaciones de las colectividades de inmigrantes.

Este intento de Yrigoyen de alcanzar el fortalecimiento de la sociedad civil en una dirección corporativista no contribuyo a un crecimiento o fortalecimiento de la democracia política. Es mas, esta doble lógica de mediaciones político partidarias y corporativista, llevo a una generalización de una cultura política golpista, no solo hablando de golpes de estado sino también dentro de las instituciones de la sociedad civil. Esta cultura golpista es un conjunto de prácticas para resolver cualquier diferencia o conflicto mediante la expulsión o fractura de los disidentes incapaces de procesar las reglas definidas y efectivamente acatadas.

En este periodo analizado hay pocos proyectos de modificación del régimen de representación política de la democracia liberal. Se trata de propuestas de reformas que pretendían incorporar nuevas formas de expresión política del poder, en particular las de representación social o corporativa.

En cambio si hay modificaciones formales como las establecidas por ley de 1919, de adecuar el número de la cámara de diputados según el censo general de población.

Se dan varios proyectos de reforma constitucional algunos apuntan a una mayor centralización del poder federal, y otros se orientan hacia formas y procedimientos mas democráticos. 
 

Las condiciones sociopolíticas de la democracia argentina.

Al comenzar la apertura de la democracia argentina en 1916, las clases dominantes y parte del ejército ven esto como una amenaza.

El federalismo también es pura ilusión ya que las provincias carecían de una base económica financiera autónoma debido a la centralización del poder y a la dependencia externa.

Durante la hegemonía pluralista de la burguesía que coincide con el gobierno radical, se hacen explicitas las tendencias estructurales que apuntan  a trabar la construcción de un orden social y político genuinamente democrático, en el marco de una sociedad definida por relaciones de producción capitalistas.

La relación entre la estructura agraria y la estructura social global es el núcleo de la debilidad estructural de la democracia argentina. Esto quiere decir que en la argentina la estructura social económica se apoyaba en el modelo agroexportador, esto garantizaba cierta estabilidad de la unión social, no importa si es justo o no es justo en este caso. La estructura social basada en este modelo agroexportador estaba formada por un grupo menor con un concentrado poder político y económico al que se lo reconocía, y por un grupo mayoritario que era dependiente, subordinado respecto de este grupo dominante. Ese reconocimiento de la clase hegemónica era lo que mantenía cierta estabilidad.

Pero cuando la economía entra en una meseta, o sea que comienza a disminuir el desarrollo basado en la estructura agraria toda la estructura social empieza a tambalear ya que se mueven los cimientos mismos. Si la estructura agraria hubiera sido distinta, no hubiera sido tan concentrada quizá la crisis hubiese impactado de manera diferente.

Ese sector dirigente empieza a perder legitimidad, empieza a no ser reconocido como sector dirigente, y surgen los otros sectores en pugna que empiezan a pugnar por ocupar mayor espacio en la vida política lo que lleva a los conflictos. De ahí también la debilidad de la estructura de la democracia que se puede alcanzar porque desde sus cimientos creada con una base agraria concentrada en el económico y político, no es una base solida para que no se pueda alcanzar ni la estabilidad ni una amplia base partidaria que permita una vida democrática más plural, sino mas bien estaba todo tan estructurado en torno a esta estructura social de base concentrada y cuando comienza a encontrar sus límites, todo tambalea y en vez de procesar el conflicto política e institucionalmente a través de los partidos que hubiese llevado a una consolidación de la democracia,  se hace a través de otras vías no institucionales. El golpe del 30 es la combinación del agotamiento de la estructura agraria o modelo agroexportador junto con la cultura golpista no partidaria no institucional.

Así el 6 de septiembre de 1930 la breve experiencia de la argentina con la democracia política concluye con un golpe, que es seguido por una larga secuencia de inestabilidad política en un contexto no democrático hasta 1983.

 
 

Es verdad que entre 1912 y 1930 la democracia se amplía pero no se fortalece, haciendo que la derecha antidemocrática como siempre, gana.

Capitulo 4

Partidos, coaliciones y sistema de poder 
 

La política en su laberinto

A lo largo del 30 ciertos partidos individualmente o integrando coaliciones alcanzaron suficiente significación electoral como para crear en su entorno un campo de competencia, que se estructuro en torno  al eje oficialismo-oposición (criterio para ordenar el complejo panorama partidario entre partidos), por conquistar representaciones parlamentarias y al acceso al control del gobierno.

Por un lado las fuerzas oficialistas controlaban los recursos del estado y eran una coalición, la Concordancia; por el otro estaba la oposición, Socialistas, PDP y la UCR, que elaboraron distintas alternativas para ocupar ese lugar, como: Alianza Civil, entre socialistas y demoprogresistas, la UCR en su abstención, las tres por separado, intento de unir a las tres con otros actores.

Estos cambios estuvieron signados por los cambios que sufrió la relación gobierno-oposición y por las mutaciones internas de la coalición gubernamental y de la oposición. Se distinguen tres etapas.

La primera fue breve y se dio con el golpe militar y la dictadura de Uriburu. El perfil del oficialismo se definió en estos pocos meses que separan el golpe de la asunción de Justo, así como el de la Alianza Civil y la abstención del radicalismo.

La segunda etapa fue la de la consolidación de la coalición oficialista desde el poder y con el liderazgo de Justo y se extendió hasta mediados de la década. Aquí los éxitos y los fracasos del oficialismo y la oposición modificarían la situación anterior. Fue en esta  cuando retorno el radicalismo, que sincero las representaciones parlamentarias de socialista y demoprogresistas que habían crecido gracias a su retiro y coloco a la Concordancia en una laberinto que llevaba siempre al mismo problema: la tensión entre la articulación de la reproducción en el poder y la producción de legitimidad, que es desencadenada o se vuelve visible por la derrota del oficialismo en las elecciones bonaerenses de 1931. El gobierno dice si nos mantenemos en el poder perdernos legitimidad y si queremos ganar legitimidad perdemos el poder. A través del fraude se busco articular este problema, hay elecciones pero para mantener el poder son fraudulentas.

La reproducción del poder está en la búsqueda de alianzas ,en el liderazgo de Justo, de como busca articular su pertenencia militar a la vez que sus contactos con el sector político, como busca sumar todos los sectores distintos de los SI y de los radicales antipersonalistas y conservadores: la Concordancia. La figura y el liderazgo de justo que lleva adelante, como todo el sistema de alianzas que desencadenan para mantenerse en el poder, como también a partir del 35 la cuestión del fraude se explica en virtud de esta cuestión, de la necesidad de adquirir legitimidad  y a la vez mantenerse en el poder.

Se da este problema porque es a partir del 30, después de la experiencia de los radicales, donde se vuelve visible la pérdida de prestigio social de la elite. Hasta el 1912 la elite tenía un prestigio social que le garantizaba el acceso al poder que estaba asegurado, pero a partir de allí, cuando eso se empieza a resquebrajar, la legitimidad se volvió un problema. Ahora tiene que ganarse esa legitimidad porque no es vista como algo natural, como un sector privilegiado,  y lo tiene que hacer por medio del voto.

Esto adelantó la descompensación del sistema de poder elaborado por Justo, que caracterizó a la última etapa, marcada por la necesidad del gobierno de usar el fraude electoral en gran escala para garantizar su control de sucesión, y por la crisis de legitimidad que resulta de esa manipulación. Aquí agoniza el poder justista.

En el 30 cambia el modelo agroexportador por el sistema de sustitución por industrialización. Lo que hace ruido es que como la elite que estaba en el gobierno y estaban ligados a la exportación agropecuaria no quieren industria y sin embargo y se impone otro modelo. Por un lado por la crisis del 29 que se dio a nivel mundial que produce importantes transformaciones en la economía del mercado entre las cuales la disminución del comercio multilateral, y por otro se conforman a nivel mundial regiones comerciales, América pasa a ser una región dominada por EEUU y los países industrializados de europea controlan la región europea por lo que se acorta el comercio multilateral, por lo que baja de las exportaciones de productos primarios, la dificultad para adquirir bienes de consumo manufacturados, por lo que comienza un sistema de industrialización y el gobierno fomenta esto, ya que lo veían como un mal menor que había que dejar que pase para no entrar en crisis y luego poder volver al modelo anterior. Pero esto produce transformaciones sociales que cambian el aspecto social, económico y político que no hacen posible volver atrás y se vuelve definitivo.

Uno de los principales efectos que produce este proceso de industrialización, que comienza en el 30 y se va intensificando, es: uno desencadena un proceso inmigratorio interno de la población rural hacia las ciudades al escasear el trabajo en el campo y aumentar el trabajo en la ciudad, sobre todo en el 35; y la otra es un sector empresarial industrial con fuerte peso social y político, y va a ser este sector que en última instancia  el que va a desplazar a la desgatada elite. 
 

Golpe y reformulación del Campo Político

El de 6 de septiembre de 1930, un reducido grupo de jóvenes cadetes del Colegio militar, logro definir sin resistencias la crisis política que había paralizado al gobierno radical al cumplir un tercio de su mandato.

La imagen y la gestión de Yrigoyen fueron rechazadas en coincidencia por la oposición, por lo que su desalojo era la única alternativa para poder solucionar esa crisis.

La movilización militar tuvo éxito pero con Uriburu en la rosada las dificultades para crear un proyecto político minaron al gobierno provisional.

El uriburismo (grupos mas intransigentes de la derecha nacionalista y sectores tradicionales del conservadurismo) pretendía encabezar una revolución política a través de la revisión del sistema electoral con sus mecanismos de representación y la misma constitución, sobre la que se asentaba en régimen derrocado. Pero esto no alcanzo una definición precisa por contradicciones en el gabinete y por su inexperiencia política.

Uriburu veía en su amigo De la Torre la posibilidad de encabezar un proceso de reconstrucción de una democracia de elite a partir de la redefinición de la Ley Sáenz Peña que impedía el “gobierno de los mejores”. De la Torre años atrás veía al voto calificado como el camino para evitar la demagogia y la manipulación del electorado. A pesar de estar de a cuerdo con los setembrinos, se mantuvo distanciado del alzamiento. Su experiencia política le hacía ver que la legitimidad de un gobierno solo se gana con la democracia electoral por lo que no creía en la posibilidad de conciliar democracia calificada y legitimidad con lo que se trataba de volver cuanto antes a ese terreno electoral sin artilugios  legales, seguro de que la crisis del gobierno radical había madurado al electorado.

La otra vertiente del  proyecto uriburista era promovida por los sectores nacionalistas, que como en Europa, entendían que era necesario cambiar radialmente el sistema de representación que descansaba en el individuo y los partidos, para dar lugar a las corporaciones. Este modelo corporativo no se apoyaba en un movimiento de masas como los fascismos, sino en el ejército. Pero esto no alcanza para definir al uriburismo como  fascismo, ya que este “fascismo criollo” tomo el militarismo pero dejo afuera al movilizacionismo de masas que usaba el fascismo ya que eran pocos, los sectores de masa era del radicalismo.

Este tipo de jerarquización lo volvía dependiente del ejercito, pero este estaba lejos de ser controlado por el uriburismo, ya que la burocracia de años anteriores lo habían modificado y este proceso de centralización en la toma de decisiones en la institución coincidía con la construcción de un liderazgo interno en la figura “profesionalista” de Justo quien podía cercar militarmente al uriburismo.

A principios de 1931 el gobierno no llamaba a elecciones con lo que un “planteo militar” general exigió el inmediato retorno a la normalidad bajo la amenaza de un levantamiento que Uriburu solo pudo detener sacrificando sus proyectos mas ambiciosos de ingeniería institucional y convocando a elecciones.

El primer levantamiento en corrientes por Pomar quedo aislado por no pertenecer al sector justista.

La fortaleza del liderazgo de Justo en las Fuerzas armadas respondía también a la estrecha relación con las fuerzas políticas y sociales tradicionales que habían promovido el movimiento setembrino, las cuales advirtieron rápidamente que los intentos de reformulación política del presidente previsional eran innecesarios y hasta peligrosos. La presión de estos sectores para sostener la tradición institucional liberal termino de aislar al gobierno y consolido la posición de Justo.

La Concordancia, el bloque político interpartidario con el que Justo controlo el poder político a los largo de la década, nunca se conformo como una organización estable sino que funciono como una coalición de hecho, con fuerzas con diferentes recursos como los partidos conservadores provinciales, el antipersonalismo radical y el socialismo independiente.

En 1928 un bloque político “la confederación de las derechas” (conservadores provinciales y socialistas independientes) apoyaron la fórmula del antipersonalismo. A pesar de su derrota en esas elecciones, se presentaron 2 años después en las legislativas mostrando una recuperación en el terreno electoral gracias a los problemas del partido oficial.

Para un sector de la oposición la vía electoral podía ofrecer una salida legítima para sanear la democracia que el radicalismo bastardeaba. El PS y el PDP tomaron distancia frente a la intervención militar de septiembre.

Para los antipersonalistas la capacidad del radicalismo para sostenerse electoralmente no favorecía al auto corregimiento de la democracia. Desde esta visión el gobierno yrigoyenista no respetaba la reforma de 1912 de democratización en el sufragio y conformación de partidos orgánicos, presentándose como una deformación que afectaba al tributo pedagógico del sufragio descalificando al ciudadano, ya que era obstruido por la “corrupción” gubernamental. Así se justifico la intervención militar como mecanismo correctivo por parte de las fuerzas promotoras del golpe.

El carácter del golpe del 30, que es similar al del 43, con un grado mucho de intensidad mayor en el 55  y que recién va a cambiar el tipo de golpe de estado a partir del 66. Lo primero que se organiza cuando se da el golpe es un sistema de alianza entre los partidos El golpe es en septiembre y hay elecciones en abril pensando en la elección presidencial, esto deja ver el predominio que hace el artículo sobre esta década es que el golpe del 30 no era de características, como lo que va a venir después en el golpe del 76 que va a venir con un fuerte elemento de represión, un intento de tomar el control del estado, sino que este era un golpe que se organiza para derrocar a Yrigoyen con virtud de la debilidad de esta gobierno por la crisis,  pero que no busca desarticular el campo político, sino que al contrario en seguida los mismos miembros del golpe buscan tejer alianzas políticas entre los partidos para ver como se retorna al poder ya a través de elecciones. Oficialismo-oposición se trata del juego de los partidos.

Todo el arco opositor a Yrigoyen, los antipersonalistas, los conservadores, los socialistas, los militares, lo que los unía, quizá no a los socialistas, es que tenían la idea de que la democracia era un sistema que tenia autocorregirse, por si sola corrigiendo los errores, y que el yrigoyenismo era una señal de que este sistema democrático no podía revertirse. La mayoría veía el hecho de que el radicalismo continua ganado, gano en el 28, lo hace en el 30 con menos votos pero igual gana y en el 31 gana también en Buenos Aires, mostrando que la Ley Sáenz Peña fallaba ya que no podía autocorregirse, por eso la oposición persistía en la idea de que había un sector racional y otro irracional que los dirigentes debían educar, era una visión elitista. 
 

El bloque oficial

Poco antes del golpe, el bloque político de derecha (legisladores nacionales del socialismo independiente y de los partidos conservadores. Los legisladores antipersonalistas hacían lo propio manteniendo independencia) con el Manifiesto de los 44, cerraba cualquier espacio de negociación con el gobierno y justificaba la necesidad de la intervención de las FFAA.

A pocos días de asumir Uriburu provisionalmente, los partidos aliados formaron la Federación Nacional Democrática, coalición que no exigía que los partidos abandonaran su identidad, y que reunió al PSI, al antipersonalismo y las organizaciones conservadoras. La vida de la Federación fue corta, pero fue el acta de nacimiento del bloque político partidario después del golpe. Como tal ponía un límite a los proyectos del uriburismo en el gobierno y coincidía con la presión del Ejército, con el sector justista, demandando la normalidad institucional.

Para el socialismo independiente, que no tenía una estructura organizativa en donde sostenerse, la federación podía ofrecer una base para su desarrollo político mas allá de la ciudad de Bs AS. En cambio para los partidos conservadores ir a la coalición sin resolver lo de la unificación partidaria era darle a los partidos aliados un espacio nacional que era proporcionado con sus fuerzas electorales efectivas.

Para el antipersonalismo, la situación era ambigua, ya que su desarrollo político estaba mas supeditado que el de sus aliados al rumbo que adoptara el partido derrocado, así mismo el desconcierto de los radicales podía ser capitalizado por el antipersonalismo.

La presión simultanea de los partidos conservadores, el ejército y la prensa llevo al gobierno por medio del Ministro del Interior Sánchez Orondo buscando una salida electoral, a plebiscitar la gestión de Uriburu y asi recuperar la incitativa política: elecciones escalonadas de autoridades provinciales, empezando en Bs As, luego Santa Fe, Corrientes y Córdoba.

Los sectores del conservadurismo bonaerense más cercanos a Sorondo lograron el apoyo de su partido para el plan, lo que provoco la ruptura de la Federación. Así el partido conservador de BS AS se preparaba para organizar una estructura nacional, con la que podría convocar a sus aliados antipersonalistas y socialistas independientes desde un lugar con fuerza como para imponer a sus candidatos o al menos condicionar a Justo como referente de la coalición de las fuerzas.

En las elecciones bonaerenses de abril de 1931 triunfo el radicalismo casi holgadamente revelando la capacidad electora que aun mantenía el partido derrocado, sin contar con recursos estatales ni con la participación de Yrigoyen que estaba recluido en Martin García. Esto mostro que se debía articular el bloque oficialista aunque con sectores heterogéneos para mantenerse y los llevaba a pensar otra estrategia, no la del voto porque con el voto iban a perder. El núcleo de esa construcción es Justo, el es el que lo lleva y lo piensa, su liderazgo.

Esto desarticuló la estrategia del gobierno: cayo Sorondo, se suspendió el cronograma electoral para anularse las elecciones de la Pcia de Bs As finalmente. Con el alejamiento de Sorondo el justismo paso a controlar el gobierno que convoco a elecciones de autoridades nacionales en todo el país para noviembre de 1931.

El triunfo radical: limito las aspiraciones hegemónicas del conservadurismo bonaerense, priorizo la idea de potencias a las fuerzas en una acción electoral común y puso a justo como el único candidato que podía reunir detrás de si a conservodres, anipersonalistas y socialistas independientes.

Con la ruptura de la Federación, los conservadores bonaerenses se apuraron en constituir en agosto una organización nacional: el Partido Demócrata Nacional, una coalición ya que reunía a agrupaciones provinciales con diferentes tradiciones y prácticas políticas, siendo los conservadores reformistas de Córdoba (en 1912 dieron importancia al sufragio como pedagogía en la construcción de la ciudadanía lo que los llevó a defender la transparencia electoral) y  los populistas de Buenos Aires (este en cambio  se transformo en una maquinaria para la manipulación de votos, junto con el mundo del delito y la corrupción organizada) los más extremos de esta diversidad partidaria.

En las provincias pequeñas el conservadurismo tuvo fuerte peso, y en la mayoría de estos usaron recursos del estado para reproducirse en el poder recurriendo al tradicionalismo patrimonialista y aprovechando la menor exposición ante la  opinión pública.

Entre estos tres el PDN a los largo de los años 30 fue la fuerza cuantitativamente mas importante del bloque oficialista. Las situaciones políticas provinciales estuvo bajo su control y logro una cantidad importante en el Parlamento aunque debió resignar ante el antipersonalismo la máxima candidatura en las dos elecciones presidenciales de la década, la de 1931 y 1937.

El lugar que el PDN quería ocupar fue ocupado por la Concordancia, una alianza entre conservadores, antipersonalistas y socialistas independientes, esto lo lleva al poder, a Justo. Esta nunca alcanzo una efectiva organización institucional sino que funciono en los hechos como un acuerdo parlamentario de los bloques partidarios. En las elecciones legislativas los partidos mantenía su propio perfil con un cargo en común para cargos ejecutivos, en cambio, las organizaciones partidarias mantenías su independencia con sus propios candidatos en el resto de los cargos.

El PSI era un típico aparato político de la ciudad capital.

El Antipersonalismo tenía su fuerza principal en el Litoral (Santa Fe y Entre Rios).

Los conservadores competían en soledad con el radicalismo en el resto de las provincias.

Esto facilitaba la ubicación en cada distrito del partido que mejor podía representar la coalición.

Justo y Ortiz fueron las dos figuras antipersonalistas que alcanzaron la presidencia en representación de la Concordancia, y habían  integrado el gabinete de Alvear. Además el antipersonalismo tiene en la década presencia en el gabinete y una importante representación parlamentaria.

Con Yrigoyen derrocado y con el radicalismo desconcertado el antipersonalismo tenía un lugar para crecer a la sombra de estos. Con Alvear Y Justo asumiendo la reorganización partidaria, los márgenes de maniobra del antipersonalismo se achicaron y la situación se volvió hostil para su crecimiento, con lo que se reducían sus posibilidades de entrar en el territorio electoral del radicalismo.

La dirección de Alvear, en 1931, significo un dique de contención de la fuga de las bases electorales hacia en altipersonalismo, que complicaría aun mas a la UCR en la estructura organizativa partidaria.

Desde fines de 1931 y hasta mediados de la década la UCR se mantuvo en abstención.

Mientras la UCR recurrió tradición partidaria, el antipersonalismo se refugió en lo organizacional, en la estructura partidaria que conduce a los aparatos del estado, allí donde se obtienen los recursos para garantizar la reproducción de la organización. La importancia del antipersonalismo en la Concordancia estuvo dada por su peso en el Litoral y por su capacidad de competencia con el radicalismo.

Como sus socias antipersonalistas, los socialistas independientes lograron una sobrerrepresentación en el gobierno justista y su principal fuerza residía en a capacidad electoral demostrada en la Capital Federal. El PSI surgió en 1927 y a partir de ese momento fueron definiendo su lugar en la política en un proceso de diferenciación con los otros (UCR, PS y  conservadores) en las cualidades intelectuales de su dirigencia, capacidad para resolver problemas del estado y la economía por encima de los dilemas de los universos partidarios. Pinedo y De Tomaso eran sus nombres de prestigio; su primer protagonismo electoral lo tuvo en la primera mitad de la década enfrentando al PS y a la UCR pero desapareció en la segunda mitad principalmente por la muere de De Tomaso, hombre clave del gabinete nacional.

Mientras tanto el PS y la UCR desde su regreso al territorio electoral en 1935, recuperaban capacidad electoral.

La debilidad institucional de la Concordancia, que retendría el poder por 13 años, ayudo a favorecer el liderazgo de Justo  que más tarde se revelaría como una pieza fundamental de la coalición ya que impedía la activación de su tendencia de que se vayan los dirigentes para afuera. La fortaleza de ese liderazgo residió en su orientación bifronte: hacia el frente militar y hacia el frente civil. Ese liderazgo alcanzó su madurez en la dictadura de Uriburu, que le permitió controlar la Concordancia y con ella el poder nacional casi toda la década. 
 

El truco de Justo es que armo todo de tal manera que le permitió mantener el poder con la Concordancia, insistiendo en presentarse como portador de la tradición radical no yrigoyenista, aunque hubiese una falta de legitimidad permanente. La falta de esta atraviesa toda la década del 30, pero el texto explica que a pesar de esa falta de legitimidad la concordancia se mantiene en el poder. Unas veces, sobre todo antes del 35, por la figura de justo, de su liderazgo y de cómo articulaba las alianzas promoviendo la participación de estas para mantener el equilibrio dentro de la Concordancia, y el después del 35 por el fraude, con el paréntesis de Ortiz  que intento, así como lo pensó Sáenz Peña y los transformistas en la década del 10, que pensaban que con poner transparencia se iba a lograr descomprimir la presión. Ortiz puso eso pero tuvo que renunciar.

El regreso del radicalismo a la competencia electoral por la presidencia de 1937 con Alvear amenazaba seriamente el control oficial de la sucesión presidencial, por lo que el bloque oficial recurrió al fraude en escalas escandalosas. Esto dejaba al desnudo la ilegitimidad del oficialismo y ponía en cuestión la gobernabilidad.

Hacia 1938 cuando asumió la formula Ortiz-Castillo  el equilibrio de la coalición había entrado en crisis. Había un elemento muy importante y era que los militares estaban articulados políticamente, este carácter bifronte de Justo hacia que en lugar de que los militares manden tanques a la calle tuviesen su candidato y a través de Justo tenían su participación en el poder. Con Ortiz, quien no tenia vínculo con los militares ni el carácter bifronte de Justo, y principalmente después de su muerte con Castillo en la casa rosada (PDN) estos ya no tiene su candidato y se cierran en si mismo. Estos que deberían ser un poder subordinado al estado, ganan autonomía como corporación a partir del 40. Finalmente el quiebre del bloque oficial contribuyo a profundizar esa autonomización de las Fuerzas Armadas revelándose con el golpe del 43, poco tiempo después de la muerte de Alvear y Justo. 
 

El Lugar de la Oposición

Luego de abril de 1931 la oposición se dividió en dos: la Alianza Civil, constituida por los socialistas y los demoprogresistas, y los radicales.

Socialistas y demoprogresistas

Desde posiciones ideológicas diferentes, los socialistas y los demoprogresistas coincidieron en el antiyrigoyenismo. No tenían programas similares sino que lo que los unía era  aquello a lo cual se oponían, por lo que habían coincidido en ubicarse en el sistema de partidos con una estrategia de diferenciación del radicalismo. También los unía la conveniencia ya que mientras los demoprogresistas tenían más fuerza en la interior, los socialistas tenían en la capital. Ambos partidos se mantuvieron al margen de la coalición de fuerzas políticas y sociales promotoras de la intervención militar del 30.

Para el socialismo, el yrigoyenismo aparecía como una “política criolla”, caracterizada por el caudillismo y clientelismo que sacrificaban el sistema republicano, reduciendo a la ciudadanía sobre la que se creaba la democracia, y además porque competía con los radicales en la capital federal y porque vieron como el oficialismo favorecían a los gremios que estaban controlados por sus enemigos, los sindicalistas.

Los demoprogresistas también luchaban en el campo electoral con la UCR, principalmente en Santa Fe y Dela Torre tenía una manifestada enemista con Yrigoyen.

Ambos compartían el temor al quiebre institucional y ambas tendrían recorridos distintos en la primera etapa de la dictadura de Uriburu revelando las diferencias de organización, ideológicas y de canales de sociabilidad de los cuadros partidarios.