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Sociedad y Estado

Cátedra: BerrotaránResumen de Aroskind2º Cuat. de 2009

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AROSKIND

El contexto económico de la posguerra era optimista y expansivo, las corporaciones multinacionales –especialmente norteamericanas- se extendían hacia la periferia, acelerando la interrelación de las economías. Existía un amplio consenso en torno a la ECONOMÍA MIXTA, los aranceles altos decrecientes, el establecimiento de controles cambiarios y monetarios, la construcción de empresas estatales “estratégicas”, la regulación de los mercados según las prioridades políticas y las formas intermedias de planificación económica.

La “contención del comunismo” en los países atrasados se vinculaba a la preocupación de elevar los estandartes de vida de las masas pauperizadas. El FMI, poco adepto al populismo, pedía reformas agrarias que eran ignoradas, mientras las altas tasas de crecimiento daban la idea de poder cerrar la brecha. El mundo se dividía en países desarrollados que creaban tecnología y periféricos que avanzados que desarrollaban industrias duras. El ALALC (1961) intentaba profundizar la integración regional con discretos resultados por el nacionalismo localista de los dirigentes.

Quienes impulsaron la modernización económica la entendían como “modernización imitativa”, lo que quizás derivó en el descuido del desarrollo de capacidades tecnológicas locales, y el abandono de esfuerzos de largo plazo para lograrlos. Tanto consumo como inversión aumentaron durante el período, aunque además de expansiones hubieron contracciones; muchas políticas económicas fracasaron por no evaluar correctamente la magnitud de las fuerzas puestas en juego a partir de decisiones técnicas o administrativas.

Si bien disminuyeron las características intervencionistas y estatistas, el modelo era diferente:

SOBRE EL ESTANCAMIENTO DEL CAMPO:

Liberalismo: ofrecerle al sector un tipo de cambio elevado, que estimulara a ampliar su producción; reducción de impuestos

Reformistas: culpaban a la mala distribución de la tierra (latifundio) que no permitía realizar inversiones significantes; si se fracciona la tierra se dan unidades productivas más eficientes.

**El sector comenzó a dinamizarse con la intervención del INTA, que transfería gratuitamente conocimientos y técnicas.

SOBRE EL CRECIMIENTO INDUSTRIAL:

Si bien el sector nunca contó  con una representación corporativa unificada, fuerte y coherente, los gobiernos favorecieron su expansión. Para 1966 su producto representaba 2.2 veces el del agro.

Frondizi apeló al capital multinacional como aprovisionamiento de tecnología y bienes de capital modernos, buscando orientarlo hacia ramas complementarias del tejido industrial existente. Durante la Revolución Argentina no hubo intento de orientar el capital extranjero a industrias específicas, pero se realizó una presión eficientista y se impulsaron algunos sectores productores de bienes de capital, luego del ministro Krieger Vasena se estimuló al capital industrial nacional, fortaleciendo petroquímicas, papeleras, plantas de celulosa, aluminio, se creó el Banco Nacional de Desarrollo y se dictó la ley de “compre nacional.”

Durante el gobierno de Illia (63-66) se realizaron obras hidroeléctricas y nucleares (con apoyo de la Comisión Nacional de Energía Atómica). El desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas no tuvo carácter prioritario en los principales actores sociales, que estaban acostumbrados a maximizar sus beneficios con resguardos y transferencias estatales. 
 

La Ley de Promoción Regional y Sectorial de 1973 buscó revertir la situación de las economías regionales (falta de crédito, elevadas tasas de interés y vaivenes macroeconómicos, que llevaban al despoblamiento rural). 
 

En 1956 el 30% de la inversión bruta fija era efectuada por el Estado. Se fijaron las tarifas de las empresas públicas con criterios de subsidios a consumidores para estabilizar los precios o para aumentar la recaudación general del Estado, según fuera necesario.

El caso más negativo del período lo constituyeron los ferrocarriles, cuto déficit representaba el 25% del déficit total. Durante la época frondizista se privatizó el transporte urbano y los ferrocarriles fueron achicados por razones presupuestarias y para aumentar las industrias automotriz y petrolera.

El sector privado se vio beneficiado por la protección arancelaria y los créditos baratos. Las que más se desarrollaron fueron las farmacéuticas, electrónicas y metalmecánicas, y todas insumieron sustanciales inversiones estatales en infraestructura.

El país se hizo miembro del FMI en 1956 y estableció relaciones con el Club de Paris y el BIRF (futuro Banco Mundial). 
 

Las multinacionales se instalaron en actividades dinámicas como la química, petroquímica, automotriz y maquinaria agrícola. Permitieron dinamizar diversas regiones del país y tuvieron efectos potenciadores sobre otros emprendimientos locales. Dieron menos empleo, pero más remunerado. Favorecieron las posturales liberales , aunque acompañaron el proteccionismo ya que sus actividades estaba orientadas al mercado interno. 
 

Los primeros acuerdos con el FMI se realizaron en 1958, luego en 1963 y 1975, siempre en situaciones de desequilibrio comercial que derivaron en la caida de las reservas internacionales del país. Los planes de FMI pedían estabilización monetaria y contracción, medidas que representaban al sector minoritario que desconfiaba de las medidas industrialistas y redistributivas.

La argentina veía con desconfianza la integración regional, dando prioridad a la consolidación interna en el período 1957-66. En el período 1963-74, con excepción de 1971, no hubo saldos comerciales negativos ni fueron necesarios préstamos internacionales.

Los impuestos al comercio exterior (aranceles a la importaciones, retenciones) fueron fuente de recursos. El 75% de las exportaciones eran agrícolas primarias, o con un mínimo de elaboración.

El impacto económico internacional de la decisión de la OPEP de triplicar el precio del barril de petróleo (1973) tuvo una fuerte repercusión en el país, ya que este no se autoabastecía y requería del producto para la industrialización. A nivel internacional, afectó a los países compradores de Argentina, por lo que tuvo efectos negativos sobre los bienes exportados. El mercado europeo cerró sus puertas a la carne argentina en 1975 por la aftosa. 
 

STOP AND GO: La imagen de frenar y arrancar buscaba transmitir la sensación de que la economía no podía avanzar continuamente por su dinámica, si no que debía se frenada para ordenar los desequilibrios.

Lo que sucedía era que el sector más dinámico, la industria, consumía las divisas obtenidas por el sector que no mostraba capacidad de producir más, el campo, lo que llevaba a cuellos de botella. Las políticas aplicadas por los liberales contraían reduciendo salarios, consumo, inversión y gasto público. Todo esto era expresión de las limitaciones productivas, tecnológicas, organizativas y políticas internas. Las devaluaciones potenciaron la inflación, que fue de un promedio del 20/30% anual. El intento más serio de estabilización se realizó durante la gestión de Krieger Vasena, que la redujo a un 10% anual.

Hacia el final de la Revolución Libertadora se dejaron de lado los objetivos antiinflacionarios, mediante la expansión desordenada del gasto público y la emisión monetaria.

Durante el peronismo se congelaron o controlaron precios, y hacia marzo de 1976 aumentó la inflación por exceso de gasto público. 
 

Las devaluaciones de la moneda producían inflación, que se revertía con el freno al cambio, lo que generaba nuevas expectativas de devaluación. Se creaban corridas cambiarias o compras desproporcionadas de divisas en forma especulativa, que luego traía fuga de capitales, retiro de ese dinero al extranjero, que se reflejaba en la caida de las reservas del Banco Central y forzaba a esa entidad a realizar una devaluación para reducir la pérdida de divisas.

Impactos de la devaluación:

Alza del precio de las exportaciones => Alza del precio de las importaciones (necesarias para la industria) => alza del precio de los productos industriales finales => inflación => protestas sindicales para recuperar poder adquisitivo => aumento de las tarifas de los servicios públicos (para equilibrar las empresas del Estado).

El sistema financiero contó  con una fuerte presencia reguladora del Estado, como tasas de interés negativas para los tomadores de crédito. Los ahorristas resultaban perjudicados porque así como las deudas de las empresas se reducían por el solo paso del tiempo, lo mismo le pasaba a sus ahorros. Aparecieron formas de ahorro informal en circuitos irregulares, no bancarios, como inversiones en tierra o inmuebles.

La tasa de cambio era inconstante (normal: fijo; negrita: devaluado)

1959-1960-1961-1962-1963-1964-1965-1966-1967-1968-1969-1970-1971-1972-1973-1974-1975

Las pujas por la distribución de la riqueza eran de distintos lados:

Capital-trabajo

Campo-industrial

Nación-provincia 
 

Los salarios se mantuvieron hasta 1959 que retrocedieron un 20%, y volvieron a subir hasta 1975 que volvieron a bajar. En el caso de los empleados públicos (alrededor del 20% de los asalariados) fueron sumamente afectados por las políticas de estabilización. El desempleo era de un 4% anual con picos de 9% (1963) y 2.3 (1973).

DEBILIDAD ESTRUCTURAL ESTATAL: Despilfarro de recursos. Políticas discontinuas. Incapacidad de acumular experiencia y conocimiento. Burocracia clientelista. Incapacidad para hacer políticas eficientes. CONADE: para proyectar desarrollo a largo plazo; el Estado no la dotó de un cuerpo burocrático eficaz. 
 

GASTO PÚBLICO: Las erogaciones del Estado, que eran del 30% del producto en el quinquenio justicialista, cayeron a un 25% con el desarrollismo, siguió bajando con Guido, volvió a subir con Illia y bajó de nuevo con la Revolución Argentina, para volver a subir con el peronismo. Entre 1955 y 1975 se vio un déficit estatal del +- el 3% del PBI.

EMPLEO PÚBLICO:

EN: no aumentó, incluso se racionalizó y descentralizó con el desarrollismo.

EP: Aumentó, probablemente para atenuar el desempleo por la baja dinámica productiva y como herramienta electoral. 
 

La Universidad vio su esplendor entre 1956 y 1966, año de la noche de los bastones largos. Dio importantes avances en campos científicos y fue un elemento clave para el desarrollo. CONICET, INTA, INTI, CNEA. 
 

DESARROLLISMO: 1958-62. Frondizi quiso avanzas con su proyecto de desarrollo en desmedro de las preocupaciones de la sociedad.

A partir de 1959 se lanzó  una decidida política de estabilización y de estímulo al ingreso de inversiones extranjeras en sectores prioritarios. Para ello se fijó  el tipo de cambio, se redujeron los impuestos y aranceles a las importaciones de bienes de capital, créditos a tasas preferenciales y se redujo el sector público (cierre de vacantes y baja de sueldo). Aumentaron tanto la inversión como la deuda externa. Para 1962 el país se autoabastecía en petróleo. La instalación de empresas automotrices no fue bien organizada y acrecentó la balanza de pagos. 
 

GUIDO: 1962-63: El Ministerio de Economía fue manejado por Federico Pinedo, Álvaro Alsogaray, Eustaquio Méndez Delfino, José Alfredo Martínez de Hoz, que quisieron resolver el atraso cambiario provocado por el desarrollismo, reducir la inflación y equilibrar las cuotas del sector público, sin embargo, produjeron contracción de la actividad económica, aumento de la capacidad ociosa de la industria (+- 40%), aumento del desempleo (8.8%), inflación pero mejoras en la balanza comercial (superavitaria por la contracción del mercado interno). 
 

ILLIA: 1963-66. Impulsó  el consumo (más créditos, mejores salarios), moderó la inflación, se apeló a un sistema de actualización cambiaria, las mejoras en el mercado agrario permitieron un crecimiento de la economía del 9% anual (1964-1965). El sindicalismo se mostró combativo pese a las mejoras y los capitales extranjeros no vieron con agrado el cierre de la política pretrolera, la disminución del endeudamiento estatal. 
 

ONGANÍA. A principios de 1967 convoca a Adalbert Krieger Vasena, que introdujo algunas innovaciones en las tradicionales medidas de estabilización y no respondió  a las habituales recomendaciones de la derecha conservadora. Realizó una devaluación compensada, que tomó ingrasos adicionales de los sectores exportadores para mejorar las cuentas públicas y evitar el impacto sobre los precios internos. Redujo el déficit fiscal aumentando los impuestos, recomponiendo las tarifas de los servicios públicos y reduciendo el número de empleados del Estado. Crecieron las exportaciones industriales. No buscó dirigir las inversiones, estas se caracterizaron, empero, en comprar empresas ya existentes. La inversión creció a tasas importantes (10%) y las importaciones crecieron por la falta de barreras. La deuda creció diez veces, hasta alcanzar los 5.100 millones en 1972.

Onganía no logró capitalizar los éxitos del plan por su incapacidad política, no logró captar los sectores mayoritarios a su lado, ni a las empresas ajenas al plan, que al no haber sido consideradas estaban en plan de quiebra. 
 

PERÓN: Gelbard apeló  a un acuerdo social entre sectores empresariales, gremiales y el Estado para estabilizar la economía y mejorar la participación de los asalariados en la redistribución del ingreso. Se estimularon las pequeñas y medianas empresas y el resultado fue una expansión de la actividad económica, que redujo a cifras mínimas la desocupación y llevó a récords históricos el nivel de producción industrial. La puja distributiva se reflejó en el presupuesto estatal, en tanto las erogaciones, salarios, compras y subsidios se incrementaron, los ingresos se mantuvieron. El empleo público creció en un 25% N y 30% P. Subieron las importaciones y bajaron las exportaciones.

A diferencia del aumento en el consumo, la inversión se redujo notablemente. La agudización del conflicto económico coincidió con los reclamos sociales y la aparición de guerrillas y grupos asesinos de extrema derecha, en un contexto en el que muere el carismático presidente.

RODRIGAZO: junio de 1975. El ministro de economía Celestino Rodrigo decide devaluar la moneda un 160%, aumentar los combustibles un 172% y aumentar los salarios con un tope del 38%. Estas medidas apuntaban a disminuir el déficit externo. Los sindicatos peronistas hicieron paro general de dos días y obtuvieron aumentos del 100%. Hubo un ciclo inflacionario tradicional y el alza de los precios en los dos meses siguientes superó el 60%. El año terminó con 183% de inflación y un déficit del 15%.

Políticamente todo se medía en peronismo-antiperonismo y comunismo-anticomunismo. Las FFAA hicieron cruzadas contra un comunismo inexistente. La inestabilidad política aumentó la imprevisibilidad de las reglas de juego económicas, que redujo la inversión a largo plazo, estimulando la propensión al consumo a expensas del ahorro y debilitando el potencial crecimiento económico.

La economía mixta no estaba adecuadamente articulada. La puja distributiva fue un problema porque se siguieron captando divisas del agro para dividir entre otros sectores, sin importar su real productividad. La especulación sobre los ciclos económicos ganó al ingreso por empresas productivas. Se quería achicar al Estado.

La industria creció más que el agro (172% a 28%). Cesa el stop and go por el incremento de la producción petrolera. Crece la tecnificación.