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Sociología

Resumen del libro "La Impronta" Cap. 1,2,3 y 5

Cátedra: Lucchini

1er Cuat. de 2007 Altillo.com

1. De la comunidad estamental a la Sociedad de clases.

La Sociología, disciplina autónoma que analiza la sociedad y los problemas de

Integración entre sus miembros, nace con la crisis social europea del siglo XIX.

El Feudalismo es un sistema económico, social y político, en el cual la principal relación de producción era la servidumbre.

Durante la Edad Media la sociedad se dividía entre los hombres libres y quienes no lo eran. Se trataba de un orden colectivo de índole estamental, sostenido por la nobleza terrateniente, el monarca, la iglesia y la fuerza de trabajo subordinada.

Los hombres libres podían pertenecer o no a la nobleza y gozaban de ciertos derechos. Quienes no lo eran, se diferenciaban los sujetos a la servidumbre o a los de la gleba, quienes su dependencia se fijaban en torno a una heredad (unidos a la tierra, aunque la misma cambiara de dueños).

Tanto la pertenencia a la nobleza como así también a la gleba, se establecía por sangre, lo cual determinaba una estricta movilidad social.

El sistema de producción era rural fundamentalmente.

Las relaciones que los hombres mantenían entre sí se daban por medio de un “pacto de vasallaje” que implicaba derechos y obligaciones recíprocos

A la cabeza de este sistema se encontraba el monarca a quienes todos los habitantes de su reino le debían rendir homenaje.

La Iglesia actuaba como un señor feudal, representaba instituciones sobre las que se asentaba el orden del feudalismo y se situaba en los cargos superiores de la jerarquía estamental. Los cargos eclesiásticos elevados eran semejantes al de la gran nobleza. La iglesia recibía tierras para su cultivo y explotación. También regía un tributo llamado “diezmo” que debía abonar el conjunto de la población trabajadora y era destinado al sustento de los sectores sociales más pobres.

El clero rural se hallaba en niveles sociales equivalentes a los del campesinado. Las comunidades de monjes vivían en forma semejante a la se los campesinos. Sin embargo un número considerable de sacerdotes, disfrutaba de ciertos privilegios y comodidades equiparables a las gozadas por los laicos más poderosos. Las primeras universidades se encontraban ligadas a la Iglesia y eran los clérigos quienes desempeñaban el papel de intelectuales de la época.

Los señores feudales poseían ejércitos propios denominados “huestes” o “séquitos feudales”. Las extensiones correspondientes al “gran dominio” territorial se dividían en diferentes sectores, constituyendo la reserva aquella parcela donde moraba y de la que vivía el Señor, cuya tierra era explotada por trabajadores domésticos. Las tierras comunales, bienes de uso común, estaban formadas por prados, dehesas y bosques. La región de caza se encontraba asignada al uso del Señor.

El Sistema Feudal era rural, se desarrollaron ciudades, ubicadas al margen de las pequeñas aldeas correspondientes a los feudos. La población se dedicaba a la producción.

Las “guildas de comerciantes” surgidas de la reunión de simples buhoneras o vendedores ambulantes, evolucionaron y adquirieron creciente poder al incremento del intercambio comercial.

Una característica del Feudalismo consistió en el hecho de presentar un sistema de producción orientado prioritariamente “al uso” dirigido al mercado; no existía una presión tendiente al perfeccionamiento técnico. No obstante, en forma paulatina se logró la aplicación de ciertas innovaciones (procedimientos de cultivo, utilización del arado asimétrico, sustitución del buey por el caballo, etc.)

Los mercados mensuales (o estacionales) se limitaban al intercambio regional. Tanto en el campo como en las ciudades la producción se realizaba mediante el uso de herramientas pertenecientes a los mismos trabajadores. El sistema de producción centrado en una “economía de uso”, devenía inseguro e inestable.

Inglaterra

El sistema de explotación de la fuerza de trabajo estaba basado en la servidumbre, y fue reemplazado por la actividad agropecuaria, llevada a cabo por pequeños propietarios.

La mayoría de los siervos logró la disolución de los lazos que los ataban a los señores. Por otro lado, los residentes en las ciudades accedían a privilegios que los situaban al margen de la dependencia servil. En la mayor parte de los núcleos urbanos, una vez superado el año de residencia se obtenía automáticamente la libertad: esto incrementó la población en las ciudades y a la concentración de artesanos provenientes del ámbito rural.

La disminución de la servidumbre determinó que la reserva comenzara a explotarse a través del método de arriendo, mediante dos modalidades:

- Concesión de parcelas de tierra durante períodos prolongados

- Mediante lapsos breves

Bajo la forma hereditaria los arrendatarios eran favorecidos. Estos trabajadores rurales se enriquecieron transformándose en capitalistas.

Estos procesos económicos y sociales operó sobre la tradicional estructura feudal a los largo de 200 años. El cambio se orientó en el sentido de una transición desde un tipo de vida rural hacia otro de tipo urbana.

La nobleza feudal amplió el cercado de sus extensiones territoriales, abarcando tierras comunales, implementó la modalidad del arriendo corto, generando el desposeimiento de parcelas trabajadas por campesinos. La producción agrícola fue desplazada por la explotación agropecuaria de ovinos.

Desde la perspectiva política, el fortalecimiento de la autoridad real fue eliminado las luchas internas y, en consecuencia, dejó de tener objeto la presencia de huestes armadas por los señoríos, razón que llevó a los nobles terratenientes a disolver sus respectivos séquitos feudales.

Durante el transcurso del siglo XVI se produce la reforma protestante. Las figuras destacadas fueron Martín Lutero (partidario de una creencia teológica en la que la experiencia mística es justificada mediante la fe) y Juan Calvino, quien su iglesia constituyó el sector militante de la esfera terrenal del protestantismo cuyos valores apuntaban a una nueva moral económica basada en la idea del hombre laborioso y ahorrativo. La ruptura religiosa significó la apropiación de sus extensos territorios por parte de la monarquía (hecho que llevó a la desaparición el diezmo). La corona venderá entonces, parte de sus propiedades confiscadas con el fin de mitigar su déficit financiero, a la nobleza “media y baja” que conformarán una nueva clase propietaria rural. También durante este período, Europa fue consolidando sus dominios coloniales americanos, comenzando la extracción de metales preciosos.

Desde el punto de vista cultural se produjo el desarrollo de una transformación de la cosmovisión de “Viejo Mundo” a través del movimiento renacentista.

Los comerciantes fueron intermediarios entre los señores feudales y los artesanos, más tarde procedieron a organizar la producción al margen del control ejercido por los gremios. La burguesía mercantil se convierte en propietaria de los “talleres manufactureros”, en este contexto el capitalista contrata a la mano de obra pagándole un salario mediante el cual “compra” su fuerza de trabajo.

Durante el siglo XVII el capitalismo ya se encuentra desarrollado en Inglaterra. La etapa denominada manufacturera comienza a partir de la combinación de la producción doméstica con aquella realizada en establecimientos urbanos. Esta etapa se encuentra ligada al proceso expansivo de comercio. Se produjo también una importante transformación de la producción agrícola que en virtud de las mejoras permitió sostener el aprovisionamiento alimentario de una población crecientemente numerosa. Simultáneamente se extendía el comercio británico.

Respecto a la esfera política en Inglaterra se produjo una guerra civil que enfrentó a la “alta nobleza” con el resto de las clases sociales. Luego se produjo la Revolución Gloriosa que clausura cualquier proyecto tendiente a la instauración del absolutismo monárquico e instituye a una monarquía parlamentaria. Después de 1688 terminó la época heroica de la política inglesa y se produjo una alianza de clases entre la nobleza y la burguesía, que permite el desarrollo capitalista inglés. Así la economía evoluciona y posibilita, durante el siglo XVIII la Revolución Industrial.

2. El proceso de industrialización y la consolidación del capitalismo.

La Revolución Industrial representó un conjunto de transformaciones históricas operadas en los ámbitos económico, social y político que cambió el curso de desarrollo humano en gran parte del mundo.

Esa revolución constituyó un factor crucial que potenció el funcionamiento del régimen de acumulación capitalista. El progreso industrial derivó de la aplicación creciente de los conocimientos científicos a los métodos productivos y de la inversión de capital. El conjunto de transformaciones conllevó un aumento demográfico, nucleamientos urbanos y una división en clases de la sociedad capitalista.

Se produjo una mayor oferta de tierra, capital y trabajo. La Revolución Industrial se halló en una inédita aceleración del ritmo de crecimiento poblacional; este fenómeno se produjo por diferentes causas:

- La mejora en la calidad y cantidad de alimentación de la población.

- Introducción del cultivo de tubérculos.

Además se produjeron avances científicos en el campo de la medicina (incluyendo la rama quirúrgica y aumentó la cantidad de hospitales y dispensarios)

Desde el punto de vista económico se originó una reducción de la tasa de interés y un aumento de precios. Hasta ese momento el dinero acumulado era destinado a la mejora de tierras, a la ampliación del mercado o a la concesión de préstamos hipotecarios, pero progresivamente el mercado de capitales se fue expandiendo por el surgimiento de banqueros locales. Durante del período de escasez económica fueron prohibidas las exportaciones y se liberaron las importaciones. De esta forma se lograba combatir el hambre.

A medida que el proceso de industrialización avanzaba el volumen de las exportaciones. Pero el comercio internacional introduce un nuevo motivo de inestabilidad.

La Revolución Industrial influyó en todo el sistema económico. Hubo una vinculación entre ambas esferas que repercutió en el volumen y distribución de la riqueza. El aumento de los ahorros y su orientación a la industria hizo posible este cambio revolucionario. Los financistas comenzaron a prestar dinero. El empresario industrial necesitaba de capital (para desarrollar su industria) y de capital de trabajo. Los créditos se extendían. El empleador necesitaba contar con dinero fraccionado, en moneda de escaso calor, debía abonar salarios en intervalos cortos y regulares. Se obligaban recurrir a sistemas de remuneración consistentes en la entrega de vales o fichas, que ellos mismos confeccionaban como modo de pago (estos vales consistían en descuentos).

Hacia 1760 existían cerca de 30 bancos en la cuidad de Londres y esta cifra aumentó hasta llegar al doble en 1880.

Con el crecimiento de la producción industrial, muchos empresarios fundaron sus propios bancos, con el objeto de solucionar el obstáculo de retribución salarial de su personal y como forma de inversión de su capital.

La contribución más importante que se le reconoció a la institución bancaria consistió en la movilización del capital a corto plazo.

Los empresarios reunieron a todos los obreros en un solo establecimiento fabril según las diferentes ramas industriales. Esto se causó por motivos tecnológicos.

Los artesanos rechazaron la concentración de su fuerza hasta que no les quedó otra alternativa que someterse a esta nueva modalidad de explotación de sus capacidades laborales.

Durante el siglo XVIII existía impedimentos para la movilidad del trabajador (tanto geográfica como la referida al pasaje entre diversas ocupaciones). Esta situación se daba en un principio a las limitaciones en los medios de transporte, teniendo en cuenta que gran número de obreros debía trasladarse a pie a los largo de extensos trayectos a su lugar de trabajo. Asimismo se desalentaba la emigración de los trabajadores.

Otros factores que casaron problemas al proletariado fueron:

- La aplicación de la ley para supresión de la pobreza

- Las condiciones establecidas para poder avecinarse cuando una persona cambiaba de jurisdicción.

A partir de la Revolución Industrial aparece una nueva concepción del tiempo que exige a la mano de obra. La cuestión del significado y del valor del tiempo constituyó un elemento cultural clave de la nueva era industrial, marcado por el ritmo de trabajo definido por “la máquina”. La puntualidad adquirió un papel importante.

La segunda generación de industriales entrenó a algunos obreros dentro de la misma industria para cumplir tareas especiales como jefes de personal o capataces. Asimismo se otorgaban bonificaciones como estímulo y también multas por embriaguez o pereza. Estos nuevos métodos de administración formaron parte de la Revolución Industrial en su etapa madura, tanto como lo hicieron las innovaciones técnicas.

Asimismo el proceso original de industrialización generó un efecto que trascendió cambios operados en la esfera socioeconómica. El comercio amplió los conocimientos geográficos del hombre y la ciencia cambió la concepción acerca del universo, provocando una revolución en el “campo de las ideas”; ello trajo una mayor comprensión de la naturaleza y una renovada actitud frente a la problemática política y social.

Se fortaleció la clase burguesa y la extensión de las actividades abarcadas por la misma.

Se produjo la Revolución Francesa en 1789 que junto con la Revolución Industrial inglesa pueden considerarse dos instancias: una político-institucional y la otra de corte económico-social de un mismo proceso reflejado en la consolidación del sistema capitalista moderno.

3. La “física social” positivista.

Estalló la Revolución Francesa en 1789. Ésta significó el desmantelamiento de

las viejas estructuras jurídicas que legitimaban un ordenamiento social asentado en la monarquía absoluta, el privilegio de linaje de la aristocracia feudal y el protagonismo eclesiástico en los terrenos económico-social, institucional e intelectual.

En el “ámbito de las ideas” fue donde la gran revolución germinó sobre el amplio movimiento cultural e ideológico expresado por el movimiento “iluminista”.

Voltaire, Montesquieu, Condillac y Rousseau, elaboraron doctrinas que implicaron un tratamiento racional. De las estructuras políticas, sociales e ideológicas.

Ilustración

Consistió en un amplio movimiento que abarcó gran parte del siglo XVIII, característico de Europa occidental, incubado en Inglaterra (aunque logró su mayor apogeo en Francia) sostenía la igualdad universal de la condición humana y defendía el respecto hacia derechos naturales inalienables, la libertad política frente al absolutismo monárquico y la movilidad social del individuo en contra del “antiguo régimen”. Las pretensiones de una clase burguesa en ascenso, se extendió a otros sectores sociales.

El sector burgués hegemoniza la victoria de 1789, originada en la Primera República proclamada en 1792. El jacobinismo, expresión radicalizada del pensamiento burgués, comprometido con la idea de un cambio más profundo solidificó el Comité de Salud Pública en 1794.

La república naciente de 1789 se vio acorralada por presiones que derivaron en el gobierno ultra-jacobino que culminó con la instalación del Directorio. Derrotado Napoleón en el exterior, en el ámbito Sobrevino la restauración borbónica hasta las revueltas políticas sociales de 1830 que condujeron al reinado de Luis Felipe, quién intentó implantar una versión parlamentaria del sistema monárquico. Los focos revolucionarios extendidos por Europa en 1848 significaron la caída del último rey y la creación de la Segunda República dominada por una burguesía moderada que permitió el ascenso de Luis Bonaparte en 1851.

Claude-Henri Saint-Simon

Su teoría socialista utópica constituye una corriente del pensamiento fundacional de la sociología considerada en términos de disciplina científica autónoma. En la visión “saintsimoniana”, la ciencia debía partir de una actitud constructiva y aportar la creación de un ordenamiento renovado de la sociedad.

Saint-Simon analizó la situación socio-política posrevolucionaria. Le preocupada la inequidad social del nuevo orden económico-productivo y las condiciones laborales que sufrían los trabajadores. Una sociedad más justa erigida sobre el cimiento del sistema industrial procuraría cierta unidad integrativa en dirección al logro de una cohesión social avalada por los valores “positivos”, aportados a la humanidad mediante el progreso del conocimiento científico en distintas áreas de investigación.

El autor consideraba productores al conjunto formado por empresarios y obreros. Ello es así debido a que no observaba el enfrenamiento clasista entre burguesía y proletariado tal como, posteriormente reconocerían Marx, Durheim y Weber. En la doctrina marxista, ese antagonismo irreversible configuraba el motor de la historia. Que conduciría a un proceso revolucionario culminado en la toma del poder por parte del sector obrero, eliminación de clases, extinción del Estado y el advenimiento de una sociedad comunista.

Saint-Simon proponía una asociación de los sectores del a producción. El término “industrialismo” sostenía la existencia de tres momentos atravesados por la evolución intelectual humana.

Augusto Comte

La concepción mencionada anteriormente inspiró a Comte en la realización de la“ley de los 3 estados”.

a) etapa teológica: implica la aceptación de las desigualdades políticas y sociales impuestas por las creencias tradicionales.

b) era metafísica: comprende el período histórico en que fue cuestionado el orden “monárquico-religioso” y la creación de un clima para la llegada de una revolución liberal.

c) estado científico: identificada por su carácter científico, conocida como “higiene social”, dota de un criterio analítico al estudio del comportamiento de los hombres en su interacción colectiva.

Hace girar en torno a esta ley, el tratamiento evolutivo sistemático del progreso humano en su conjunto, encaminado al estado positivo ideal. La ciencia desplazaría a la religión en su rol de orientadora intelectual.

El objetivo final al que apuntaba la visión saintsimoniana moraba en el logro de una sociedad organizada de acuerdo con la división industrial del trabajo: integración de los individuos fundada en valores laicos expresados mediante principios científicos.

Su obra marcaba el límite que separa el siglo XIX (considerado organizador y positivo) del anterior (considerado revolucionario y negativo).

La “Ley de los 3 estados” expresa una teoría evolutiva del saber humano, proyectada en el ámbito del comportamiento colectivo, que identifica a la etapa teológica con la existencia de un ordenamiento estable de la estructura jerárquica de la sociedad. El estadio metafísico comprende un período histórico en el que fue cuestionado el orden monárquico-religioso y que a la vez esto provocó la llegada de una revolución liberal. Entonces los actores “divinos” son reemplazados por abstracciones personificadas. En el pensamiento metafísico los hechos ya no son explicados a través de la gestión de un “dios”; el factor divino es sustituido por una fuerza oculta. El estado científico lleva un pensamiento limitado, es decir que la explicación de los hechos se reduce a términos reales.

El pensamiento positivo es denominado fenoménico (ya que la materia está compuesta por hechos y leyes causales) o experencial (de acuerdo con el procedimiento metodológico empírico utilizado). La etapa positiva es simbolizada bajo la frase “orden y progreso”. Se limita a la observación de aquello que “viene dado”.

Comte señala la superioridad del pensamiento “positivo” frente a la metafísica, de allí que la “ley de los 3 estadios” apunta a la creación de una sociología emparentada con las ciencias físicas.

Un descubrimiento del campo de la física es tomado como modelo de la nueva forma que debían adquirir todas las ciencias. Por lo tanto, las ciencias físicas constituyen el soporte natural de la sociología. El método cartesiano es considerado uno de los pilares del espíritu positivo.

Cada rama de nuestros conocimientos pasa sucesivamente por los 3 estadios: el teológico o ficticio, el metafísico o abstracto y el científico o positivo.

La clasificación de las ciencias según un ordenamiento jerárquico, nace a partir de la interpretación evolucionista del intelecto, reflejada en diversas formas de organización social y política. Existe cierto orden mediante el cual ingresarían las distintas disciplinas científicas, primero en el estadio metafísico y luego en el positivo.

El conjunto de leyes comprobadas por las matemáticas, la astronomía y las ciencias físico-químicas, permite a la fisiología descubrir “certezas invariables” que sustentan la aparición de la física social. La sociología señala la culminación del abordaje total de la problemática científica, su construcción es posible partiendo de resultados empíricos y el conocimiento sociológico aplicaría el mismo criterio metodológico que las disciplinas previas. El avance anterior de las ciencias “exactas” había demostrado que el progreso de la investigación llevó al descubrimiento de leyes invariables de fenómenos. El hecho de que los eventos estén sujetos a leyes naturales invariables se realiza el análisis comparativo de leyes. La ciencia política debe tomarse como una física fundada en la observación de fenómenos relativos al desarrollo colectivo de la especie humana.

La invariabilidad configura el componente intocable que caracteriza al conocimiento positivo de la sociedad. La ruptura de estructuras comunitarias había favorecido nuevas formas de vida y condujeron a una división conflictiva y anárquica de los miembros de la sociedad.

La doctrina de este autor trascendió en términos de cuadre ideológico de los sectores más conservadores, logró atraer a los tradicionalistas y accionarios, admiraba el orden estamental y respetaba el pensamiento iluminista. Es apropiado ubicar la obra de este autor a la par de la consolidación del orden capitalista y la construcción científica de otras disciplinas. Influyó en la evolución de la jurisprudencia positiva, dejando su marca desde la filosofía de Bentham hasta el derecho de Kelsen.

El liberalismo europeo clásico apuntó al derrumbe de las trabas interpuestas por los resabios corporativos, feudales, religiosos y comunitarios. El positivismo sociológico recompuso los términos del individualismo liberal.

5. La visión “organicista” de la integración social y de la definición del trabajo en ÉMILE DURKHEIM.

Durkheim nació en Francia en 1858.

Se encargó de analizar los efectos de un proceso de industrialización

consolidado y avizoró la progresiva erosión de los lazos comunitarios. Su infancia ocurrió en pleno gobierno de Luis Bonaparte. Éste fue un período signado por un desarrollo industrial y comercial y la construcción de obras de infraestructura. Se le reconoció al movimiento obrero el derecho de de huelga.

El “orden bonapartista” logró una consolidación que contribuyó al despliegue de una política exterior más agresiva, las acciones imperialistas fueron acrecentadas.

Mientras tanto, Inglaterra consolidaba su institucionalización político-estatal. Esta coparticipación gubernamental, se cristalizó bajo una forma monárquico-constitucional, que implicaba la actividad parlamentaria y reflejaba la integración estructural. La vieja oligarquía aceptaba a la clase burguesa como “asociada”. Esa estabilidad político-social en lo que se refiere al desarrollo económico y comercial, indujo apaciguamiento de los conflictos civiles.

El movimiento obrero sindicalizado británico comenzaba la transformación hacia una entidad corporativa, negociadora de los planteos del empresariado. El anarquismo se vio expresado en el pensamiento de Pierre-Joseph Proudhon, cuya obra “El principio federal” representa una forma de esclavitud h rechaza la función reguladora del Estado.

Bonaparte debió moderar algunos aspectos autoritarios debido a la presión de las demandas sociales. La caída del Emperador dio pie a la proclamación de la Tercera República. Y al renacimiento del ideario democrático.

Durkheim se interesó en el estudio de la religión. El conocimiento de los textos bíblicos le sirvió para el análisis de la “vida religiosa” y para la interpretación de las reglas jurídicas. El gobierno republicano promulgó leyes de contenido anticlerical y mientras tanto se fundó el Partido Obrero Francés, inspirado en concepciones marxistas.

Durante ese período de la historia francesa, Durkheim ingresa a la Escuela Normal Superior de París, en donde chocaba con el perfil literario. En su época de estudiante se interesó en las obras de Kant, Rousseau, Montesquieu, Comte y Tönnies. Se dedicó al análisis de los fenómenos sociales.

Su objeto apuntaba a un saber pragmático utilizable en el campo sociopolítico. Desde la perspectiva teórica durkheimiana, debía contribuirse al “afianzamiento moral” de la Tercera República, a través del uso práctico del conocimiento profundo. El objetivo era la consolidación de las instituciones democráticas.

Hacia fines del siglo XIX en Francia, se había generalizado las bolsas de trabajo que constituían la base operativa del sindicalismo revolucionario basado en los principios ideológicos contestatarios frente al orden burgués. Una serie de atentados anarquistas (1893-1894) marcó esta etapa siendo uno de sus puntos culminantes el asesinato del presidente Sado Carnot. Mientras tanto acababa de publicarse una obra fundamental de Durkheim “La división del trabajo social”.

El “caso Dreyfus”se trató de un juicio por presunto espionaje contra el capitán del ejército francés, quien puso de manifiesto la existencia de prejuicios ultra-nacionalistas, xenófobos y antisemitas.

Esta situación de polarización preocupaba a Durkheim quien además da a conocer un texto clásico de la epistemología en las ciencias sociales “Las reglas del método sociológico” y otra respecto al tratamiento empírico “El suicidio”.

La creación de la Confederación General del Trabajo (1895) implicaba el posicionamiento de la central obrera. Como reacción al avance “socialista”, consolidación del sindicalismo revolucionario y el terrorismo anarquista, nace la Acción Francesa (liderada por Charles Maurras) de carácter nacionalista y de un extremo conservadurismo.

Durante 1912 son publicados dos trabajos de Durkheim de índole antropológica: “Las formas elementales de la vida religiosa” y “El sistema totémico en Australia” que lo llevan a indagar en las formas históricas de la integración colectiva.

Durkheim planteaba fundamentos de solidaridad nacional que conducirían a un proceso permanente de estabilidad y equilibrio sociales, requerían un sistema laico de educación popular, que garantizara una organización política de principios seculares. La moralidad de la sociedad moderna debía conseguirse sobre la base de un conocimiento fundado científicamente (formulación de leyes abstractas y aplicación de la metodología experimental).

Coincide también con el positivismo ortodoxo (Comte y Mill) en cuanto a una aceptación explícita del tipo de conocimiento que había obtenido grandes resultados en el campo de la investigación, sus análisis del funcionamiento del organismo social remiten a los conocimientos médicos al conceptuar el comportamiento humano individual y colectivo. El enfoque durkheimiano representa una visión sistemática elaborada que permite un abordaje integral de la problemática social avalado por una sólida fundamentación.

Desde el punto de vista metodológico, la propuesta de Durkheim se basa en la necesidad de fundamentar las concepciones teóricas en un sustento empírico, analizando y comparando los datos observados en la realidad. Delimita el objeto de estudio de la sociología, “el hecho social”. Teniendo en cuenta el mencionado objeto de análisis, sugiere la aplicación de un método experimental indirecto que consiste en un modelo comparativo de “tipos” o “especies” sociales. La determinación experimental de la existencia de “leyes causales” debe surgir de la contrastación.

El diagnóstico de Durkheim sobre las causas de la crisis social moderna, resultan coherentes con el método de conocimiento adoptado. El estudio descriptivo de los elementos parciales apoya a una tendencia empirista.

El propósito manifestado por este autor consistía en aplicar un conjunto de conocimientos sociológicos en el proceso de reconstrucción social y moral de Francia. La posición ideológica de Durkheim puede ubicarse en un punto equidistante de los extremos: anarquista y ultra-nacionalista. Proponía la creación de instituciones que atenuaran los efectos sociales nocivos engendrados por la división industrial del trabajo, perjudiciales para los trabajadores (propuesta reformista). Estimaba que el eje del conflicto de las sociedades industriales radicaba en la carencia de elementos protectores de los sectores más débiles.

La causa de la guerra de clases residía en la falta de una regulación adecuada de las ambiciones en lucha.

Dentro del campo de las relaciones laborales recomendaba la reconstrucción de organizaciones ubicadas entre el Estado y los particulares: los gremios y las corporaciones debían ceder el lugar a nuevas instituciones de la sociedad industrial.

Durkheim analiza el fenómeno característico de sociedades primitivas a través de un estudio de índole antropológica.

El eje de la problemática abordaba por este autor está situado en procesos específicos que actúan en las comunidades, caracterizadas por la existencia de lazos interpersonales “primarios”.

La teoría durkheimiana se diferencia en lo referente a las bases de legitimación de la autoridad político-institucional.

Desde la perspectiva de Durkheim la aceptación colectiva de determinado ordenamiento socio-estatal se logra sobre la base de un agrupamiento humano, más que debido a un eventual acuerdo racional.

En este contexto la religión cumple una función social básica: un rol formador de reglas compartidas. El fenómeno religioso se encuentra referido a las creencias teológicas como también a las prácticas seculares.

En su obra “la educación moral: estudio de la teoría y aplicación de la sociología educacional” Durkheim critica el intento liberal en dirección a la destrucción de cualquier tipo de escala de valores arraigada tradicionalmente.

La diferenciación de los procesos colectivos generadores de solidaridad determinada, que ésta se manifiesta bajo dos formas caracterizadas:

- Solidaridad mecánica: opera en las comunidades conformada por individuos indiferenciados con escasa división del trabajo, donde priman lazos de unión interpersonal, fundado en valores tradicionales y religiosos. Se presente en sociedades que NO evolucionaron en el orden industrial, hay un marco homogéneo de individuos. Esa solidaridad por semejanzas remite al “grado de energía” que puede adquirir una creencia o un sentimiento. Puede indicarse que “casi todas las formas premodernas de organización social dependen de relaciones directas interpersonales, entonces este tipo de solidaridad obedece a que determinados estados de conciencia resultan compartidos por el conjunto de integrantes de la comunidad.

- Solidaridad orgánica: gradual heterogeneidad de los individuos debido a la creciente especialización de funciones que trae aparejado el desarrollo económico. La diferenciación social determinada por la división del trabajo industrial impide la unión entre las personas. Las sociedades en las que prevalece este tipo de solidaridad están constituidas por un sistema de “órganos heterogéneos”, cada uno de los cuales cumple una función especial, y están formados por partes diferenciadas.

Durkheim rechaza la idea de una supuesta integración espontánea de los

intereses particulares obtenida mediante el funcionamiento del mecanismo del mercado.

La creencia durkhimiana en la existencia de valores obedece a que la solidaridad orgánica precisa restituir la moralidad social. El proceso de modernización del capitalismo lleva a la erosión de fundamentos normativos tradicionales. Aparece el fenómeno de la integración moral.

Durkheim propone la recreación de un ámbito corporativo para remediar las consecuencias disolventes de la sociedad moderna. También critica las inquietudes inseparables a los sistemas feudales aunque reconoce la eficacia de sus mecanismos integradores.

Su propósito final consiste en contener el estado de beligerancia en que se encontraban enfrentados: sectores empresarios económicamente y la clase trabajadora. Proponía ponerle límites a la arbitrariedad del capital.