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Resumen de "Para Pensar la Ciencia y la Técnica"  |  Pensamiento Científico (Cátedra: Asti Vera - Dufour - 2017)  |  CBC  |  UBA
Para pensar la ciencia y la técnica

Capitulo Nº 1: Saber y filosofía

El problema del saber y el valor de las preguntas

¿Qué es el saber?

Pretendemos que esta interrogación nos toque en nuestros propios fundamentos siendo capaz de conmoverlos. No se trata de una pregunta teórica sino de ese fondo difuso de ideas no del todo pensadas sobre las que cotidianamente nos apoyamos para tomar decisiones.
A las preguntas preferimos concederles apenas la función de ser un puente para llegar pronto a la orilla de una respuesta, pues las preguntas no gozan de prestigio en un mundo regido por la eficacia de la técnica.

La actitud filosófica como deseo de saber

Esta manera de preguntar es propia de la filosofía, una actitud del pensamiento que se repliega sobre sí mismo y también una predisposición al dialogo que nos lleva a debatir con otros, una práctica humana que nació hace mas de 2500 años en Grecia. Desde el principio la filosofía se consagro a preguntar no tanto por lo extraordinario sino por lo ordinario; lo más cercano. “¿Que es la justicia?” Cuando una pregunta asi nos asalta es como si la pensaramos por primera vez, hay algo en ella que nos atrae a quedarnos sin aceptar de antemano las respuestas disponibles. Es una experiencia del orden del deseo, de sentirnos atravesados por el deseo de un saber que se nos escapa, eso es lo distintivo de la filosofía.

Estructura de la palabra “filosofía”
El sustantivo filosofía fue usado posteriormente al adjetivo “filosofo” : “philos - sophos” , muy distinto de SOPHOS: palabra que usaban los griegos en la antiguedad para referirse al que dispone de la “sophia” (sabiduría, saber). La etimología de “philosophos” dice algo más: “philos” significa amigo; por tanto el “philosophos” no es el sabio sino el AMIGO DEL SABER. El que siente impulso hacia el saber, un amor por el saber.

El filosofo por ende, es aquel que, admitiendo no saber, experimenta un impulso por saber. Tanto el sabio como el ignorante puede reposar en su condición: uno ya sabe y no necesita saber; el otro no sabe ni le preocupa saber. Filósofo es aquel que advierte que le falta saber pero se ve impulsado en la búsqueda de aquello que le falta. En este sentido la filosofía es es una actitud o un movimiento de la existencia humana.

Agustin de Hipona:
“¿Qué es, pues el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo se: pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo se.”
Agustin instala una de las preguntas más sencillas y a la vez más difíciles de la historia de la filosofía y expone a la vez esa sencillez y esa dificultad, íntimamente relacionadas una con otra, que muestran las preguntas filosóficas. Las preguntas filosóficas propician una busqueda de un fundamento que por lo pronto nos falta. Advertir que hay algo que falta en nuestro pensamiento y sentir que necesitamos eso que nos falta, que eso que no tenemos nos llama desde una distancia atractiva, sin que podamos resistirnos, sin poder olvidarlo: eso es lo propiamente inquietante.

La dimensión personal y la dimensión política de la filosofía

El grado de intimidad que alcanza la filosofía cuando es capaz de ir al fondo de la cuestión se ve reflejado en aquel que se pregunta y se ve personalmente involucrado en su pregunta. La pregunta filosófica interpela en primer lugar a quien la formula. El carácter comunitario que alcanzan las preguntas fundamentales se reconoce también por el hecho de que una pregunta formulada por San Agustin hace 2000 años puede repercutir con igual potencia en las personas del siglo XXI. Pues en filosofía la originalidad absoluta es rara y excepcional.
No es que las preguntas filosóficas no hayan tenido respuestas, al contrario, abundan. Pero su problematicidad y la exigencia de examinar cada vez sus fundamentos renuevan siempre la potencia de las preguntas. La dinámica de la filosofía consiste en descubrir esos supuestos que los otros o nosotros mismos no sabemos cómo sostener. Todo preguntar filosófico es a la vez personal y político, porque siempre se pregunta en el marco de una comunidad, incluso cuando para sostener una pregunta debamos quedarnos solos o ir en contra de los otros.

Surgimiento histórico de la filosofía: la actitud socrática

El pensar filosófico antiguo surge en el ámbito de la polis ateniense, en S. VI y V a.c. en un contexto de asambleas y discusiones en la plaza pública que posibilitan caer en el engaño casi como un hábito cotidiano. La sofistica, tecnica para pasar por sabio sin serlo realmente mediante el manejo de los vericuetos del discurso, era un arma polémica y requerida por los ciudadanos en un pueblo apasionado por la discusión. Asi los atenienses desarrollaron una capacidad especial para sospechar de lo que se dice públicamente y para considerar el habla como un arma de poder

Sócrates
Uno de los pensadores clave de la historia occidental. Las preguntas filosóficas nacen en el contexto de un dialogo, que siempre contiene la posibilidad de una discrepancia, a veces subsanable y otras no; el motor de la filosofía es el desacuerdo y su potencial se despliega cuando un pensamiento surge en tensión con otros. La práctica del filosofar conlleva el riesgo de volverse peligrosa, para los demás y para uno mismo. Sócrates fue para sus contemporáneos de Atenas un personaje inquietante y molesto, daba una importancia crucial a liberarse de las falsas opiniones y del riesgo de vivir en el error y no advertirlo.
Esas ideas ajenas que adoptamos sin crítica y condicionan nuestros actos. Liberarse de ellas y ayudar a sus conciudadanos a liberarse de ellas fue para Sócrates una misión. Para él la filosofía fue un modo de vida: la veracidad (parrhesia), aun a riesgo de exponerse por ello a romper el vínculo que lo unía a los otros e incluso en el peligro de perder su propia vida. Se lo acusó de corromper a los jóvenes y de no creer en los dioses que la ciudad creía;
Su amigo Querefonte le preguntó al oráculo de Delfos si había más sabio que Sócrates y la pitonisa le respondió que no. Al enterarse, Sócrates lo creyó pero a la vez se mostró perplejo al ser señalado como el más sabio, y decidió emprender una indagación a sus vecinos atenienses para cerciorarse de existieran al menos algunos más sabios que el. Indago políticos, poetas y artesanos, guerreros y artistas, sus preguntas generaban hostilidad, le bastaba haber conducido a la otra persona hasta el umbral en el que no podía sino reconocer su confusión y su falta de certezas. Sócrates comprendía esta práctica como un servicio que le prestaba al otro, quería que fueran capaz de admitir lo que no sabían pero al dejar la pregunta abierta generaba la sospecha de que sabia la respuesta provocando en los demás una imagen odiosa que se acumulo en la dirigencia política y cultural de Atenas.
Lo que Socrates descubrió no es que decía mas verdades que los otros, sino que era capaz de reconocer su ignorancia y esa era la base necesaria de una verdad posible. Fue condenado a muerte y Sócrates lo asumió como una parte necesaria de su misión. Amigos importantes que el mantenía en su ciudad le ofrecieron escaparse pero el se negó. Aposto a que su muerta dejaría instalado en las almas de sus vecinos un gesto de veracidad. Desde entonces la filosofía no pudo esquivar su dimensión política.

La modernidad y el descubrimiento de la subjetividad

Descartes
Un francés educado en la cultura escolástica, la cual consideraba que la verdad ya esta básicamente dada, escrita en los textos canónicos. Descartes considero que esa educación estaba viciada de dogmatismo, pues la escolástica católica abarca una visión del universo, del destino humano, de la ciencia y las artes, la moral y la organización social. La iglesia estaba siendo cuestionada en múltiples frentes, principalmente por la corriente científica encabezada por Galileo Galilei que sostenía la hipótesis propuesta por Copérnico de que la tierra se mueve alrededor del sol; el principio de autoridad se imponía: una teoría es verdadera porque la enseñan los maestros consagrados por la tradición. Las ideas de Galileo fueron condenadas por heréticas y Descartes tomo nota de los riesgos que implica animarse a pensar por si mismo.
Entonces se pregunta Qué es lo que sabe de verdad. Su meta son las verdades indudables pero su método es la duda: si de algo no esta completamente seguro lo rechazara como si fuera falso. Descartes marco un hito en la historia de la filosofía, dando inicio, son su proyecto de empezar de cero, a la modernidad.
Mediante la duda es posible poner en crisis todas las certezas anteriores, pero aun asi, el yo que duda, el que se angustia, el que no sabe si posee alguna certeza, en el mismo momento que duda, esta pensando, lo cual implica que existe: Pienso, ergo soy. Esta pequeña formula de pensamiento reconfigurara la tarea de la filosofía en los siglos siguientes.
El pensamiento moderno se caracteriza por esta certeza de que el yo, el sujeto cognoscente es lo mas cercano y lo mas seguro, lo inmediato y por ende lo mas cognocible. Durante los siglos de la modernindad, ningún filosofo pudo sustraerse a la pregunta “Como es posible conocer una realidad objetiva mas alla de mi subjetividad?”. El problema crucial de la filosofía moderna será el problema de la validez objetiva de mi conocimiento.


 

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