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Pens. Cient�fico

Ciencia: M�todo, Inducci�n, Popper y Falsacionismo

C�t. Neri

A�o 2008 Altillo.com

�Qu� es esa cosa llamada ciencia?

Alan Chalmers 
 

Una opini�n de sentido com�n ampliamente compartida sobre la ciencia. 
 

Opini�n llevada a cabo por Galileo y Newton, durante

La revoluci�n cient�fica, siglo XVII sobre la ciencia:

 
 

Seg�n el filosofo Francis Bacon, si queremos entender a la naturaleza, debemos consultar a ella, y no a los escritos de Arist�teles. 
 

Las fuerzas progresistas del siglo XVII llegaron a considerar err�nea la preocupaci�n de los fil�sofos medievales por las obras de los antiguos, especialmente Arist�teles, y tambi�n por la Biblia, considerando a la experiencia como fuente de conocimiento. 
 

El inductivismo ingenuo. 
 

Seg�n el inductivista ingenuo la ciencia comienza con la observaci�n.

El observador debe:

 
 

Los enunciados que se llegan a trav�s de la observaci�n, ENUNCIADOS OBSERVACIONALES forman la base de donde se derivan LEYES Y TEORIAS que constituyen el CONOCIMIENTO CIENTIFICO. 
 

La verdad de los enunciados observacioneles se ha de establecer con una cuidadosa observaci�n, a trav�s de los sentidos. 
 
 

Enunciados observacionales: 
 

      Todos los enunciados observacionales, son enunciados singulares. 
 

La respuesta inductivista es: suponiendo que se den ciertas condiciones, es l�cito generalizar, a partir de una lista finita de enunciados singulares, una ley universal. 
 

Las condiciones que deben satisfacer esas generalizaciones para que el inductivista las considere licitas:

 
 

Seg�n el inductivista ingenuo el conjunto del conocimiento cient�fico se constituye mediante la inducci�n a partir de la base segura de la observaci�n. 
 

A medida que aumenta el n�mero de hechos establecidos mediante la observaci�n y la experimentaci�n, las leyes y las teor�as adquieren mayor alcance y generalidad 
 

El crecimiento de la ciencia es continuo, siempre hacia delante y en ascenso, a medida que aumenta el fondo de datos observacionales.

Una caracter�stica importante de la ciencia es su capacidad para explicar y predecir. 
 
 

L�gica y razonamiento deductivo.  
 

Una vez que un cient�fico tiene a su disposici�n leyes y teor�as universales puede extraer de ellas diversas consecuencias que le sirven como explicaciones y predicciones. 
 

El estudio del razonamiento deductivo constituye la disciplina de la l�gica. 
 

Caracter�stica clave de una deducci�n l�gicamente valida: si las premisas de una deducci�n l�gicamente valida son verdaderas, entonces la conclusi�n debe ser verdadera 
 

Deducci�n no valida: se da en el caso que aunque las premisas sean verdaderas, su conclusi�n puede ser falsa. Esto NO supone una contradicci�n. 
 
 

La predicci�n y la explicaci�n en el inductivismo. 
 

Para el inductivista la fuente de verdad NO es la l�gica, sino la EXPERIENCIA.

Una vez establecidas las premisas mediante la observaci�n y la INDUCCI�N, se puede DEDUCIR de ellas la PREDICCI�N. 
 

Lo �nico que la l�gica puede ofrecer es: que si las premisas son verdaderas, entonces la conclusi�n debe ser verdadera.

Pero el hecho de que las premisas sean verdaderas o no, no es una cuesti�n que se pueda responder apelando a la l�gica. Una argumentaci�n puede ser una deducci�n perfectamente l�gica aunque conlleve una premisa que sea de hecho falsa.

La l�gica deductiva no act�a como fuente de enunciados verdaderos acerca del mundo. La deducci�n se ocupa de la derivaci�n de enunciados a partir de otros enunciados dados. 
 

Se efect�an gran cantidad de experimentos, en una gran cantidad de condiciones, repitiendo los experimentos, hasta que se dan las condiciones necesarias para considerar l�cita la generalizaci�n INDUCTIVA. 
 

Se describen los detalles de la situaci�n que se esta investigando, como las CONDICCIONES INICIALES. Las descripciones de las situaciones experimentales ser�n ejemplos t�picos de las condiciones iniciales. 
 

La forma general de todas las explicaciones y predicciones cient�ficas: 
 

  1. leyes y teor�as
  2. condiciones generales
  3. predicciones y explicaciones
 
   
   
   
   
 

El encanto del inductivismo ingenuo. 
 

Su atractivo parece residir en el hecho de que proporciona una explicaci�n formalizada de algunas de las impresiones populares sobre el car�cter de la ciencia, su poder explicatorio y predictivo, so objetividad y su superior fiabilidad en comparaci�n con otras formas de conocimiento. 
 

El inductivista ingenuo de cuenta del poder explicatorio y predictivo de la ciencia. 
 

La objetividad de la ciencia inductivista se deriva del hecho de que tanto la observaci�n como el razonamiento inductivo son objetivos en si mismos.

Cualquier observador que haga un uso normal de sus sentidos puede averiguar enunciados observacionales

La validez de los enunciados observacionales y los razonamientos inductivos (mediante el cual se deriva el conocimiento cient�fico) no dependen de una cuesti�n subjetiva de opini�n. 
 

La fiabilidad de la ciencia se sigue de las afirmaciones del inductivista acerca de la observaci�n y la inducci�n. 
 

Los enunciados observacionales son seguros y fiables porque su verdad se puede determinar haciendo uso directo de los sentidos, esta fiabilidad se transmitir� a las leyes y teor�as derivadas de ellos. 
 

CHALMERS considera que la concepci�n inductivista de la ciencia esta MUY EQUIVOCADA y es peligrosamente ENGA�OSA. 
 
 
 

El problema de la inducci�n 
 

Chalmers critica la concepci�n inductivista. 
 

Su versi�n del inductivismo es: SI EN GRAN VARIEDAD DE CONDICIONES SE OBSERVA UNA GRAN CANTIDAD DE DE �A� Y TODOS LOS �A� OBSERVADOS, SIN EXCEPCION POSEEN LA PROPIEDAD �B�, ENTONCES TODOS LOS �A� POSEEN LA PROPIEDAD �B�. 
 

El inductivista encuentra con la cuesti�n de

�C�mo se justifica la inducci�n?

�Por qu� el razonamiento inductivo conduce al conocimiento cient�fico fiable e incluso verdadero? 
 

Al inductivista se le abren 2 v�as de acercamiento al problema para tratar de responder estas cuestiones:

Podr�a tratar de justificar apelando a la l�gica o intentar justificar el principio apelando a la experiencia. 
 

Las argumentaciones inductivas NO son  argumentaciones l�gicamente validas. NO se da el caso que, si las premisas de una inferencia inductivas son verdaderas, entonces la conclusi�n debe ser verdadera. Es posible que la conclusi�n de una argumentaci�n inductiva sea falsa y que las premisas sean verdaderas sin que ellos supongan una contradicci�n. 
 

La inferencia inductiva inicial, era l�cita en la medida que en satisfac�a los criterios especificados por el principio de inducci�n, habr�a llevado a una conclusi�n falsa, a pesar de que todas las premisas de la inferencias fueran verdaderas. 
 

La inducci�n NO se puede justificar sobre las bases estrictamente l�gicas.

Dado este resultado este resultado, el inductivista esta obligado a indicar como se debe derivar de la experiencia el principio de inducci�n. 
 

Las leyes derivadas de las observaciones se han empleado para predecir. Existe gran cantidad de leyes y teor�a cient�ficas derivadas inductivamente. De este modo, se justifica el principio de inducci�n.

ESTA JUSTIFICACION ES COMPLETAMENTE INACEPTABLE.

David Hume: la argumentaci�n que pretende justificar la inducci�n es circular, ya que emplea el mismo tipo de argumentaci�n inductiva cuya validez se supone que necesita una justificaci�n.

La forma de argumentaci�n justificatoria es:

El principio de inducci�n funciono con �xito en la ocasi�n X1

El principio de inducci�n funciono con �xito en la ocasi�n X2

Etc�tera

Por lo tanto, el principio de inducci�n funciona siempre. 
 

A partir de cierta cantidad de enunciados singulares que registran aplicaciones con �xito.

La argumentaci�n es inductiva y, NO SE PUEDE utilizar para justificar la inducci�n.

NO PODEMOS UTILIZAR LA INDUCCION PARA JUSTIFICAR LA INDUCCION. Esta dificultad ha sido denominada, �El problema de la inducci�n�

La exigencia extrema de que todo conocimiento se derive de la experiencia mediante reglas de inducci�n excluye el principio mediante reglas de la inducci�n, b�sico para la postura inductivista. 
 

Estas desventajas proceden de la vaguedad y equivocidad de la exigencia de que se realice un gran numero de observaciones en una amplia variedad de circunstancias. 
 

La exigencia de un gran n�mero de observaciones parece inapropiada. 
 

La postura inductivista ingenua se ve amenazada cuando se examina en detalle la exigencia de que se efect�en las observaciones en una amplia variedad de circunstancias.

La lista de variaciones se puede extender indefinidamente a�adiendo una variedad de variaciones adicionales.

A menos que se puedan eliminar esas variaciones �superfluas�, el n�mero de variaciones necesarias para hacer una l�cita inferencia inductiva ser� infinitamente grande. 
 

Las variaciones que son significativas se distinguen de las que son superfluas apelando a nuestro conocimiento te�rico de la situaci�n y de los tipos de mecanismos f�sicos operativos. Pero admitir esto, es admitir que LA TEORIA DESEMPE�A UN PAPEL VITAL ANTES DE LA OBSERVACION, lo que el inductivista NO ADMITE. 
 

LA AMPLIA VARIEDAD DE CIRCUNSTANCIAS EN EL PRINCIPIO DE INDUCCION PLANTEA AL INDUCTISTA AL INDUCTIVISTA SERIO PROBLEMAS. 
 

La retirada a la probabilidad 
 

Para moderar la postura extrema del inductivismo ingenuo se dice que aunque no se puede garantizar que las generalizaciones a las que se ha llegado mediante inducciones licitas sean perfectamente verdaderas, SON PROBABLEMENTE VERDADERAS. 
 

EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO NO ES CONOCIMIENTO PROBADO, PERO RESULTA UN CONOCIMIENTO PROBABLEMENTE VERDADERO. Cuanto mayor sea el numero de observaciones que formen la base de una inducci�n, y mayor sea la variedad de condiciones en las que se haya realizado estas observaciones, mayor ser� la probabilidad de que las generalizaciones resultantes sean verdaderas. 
 

Si se adopta esta versi�n modificada de la inducci�n, entonces se reemplazara el principio de inducci�n por una VERSION PROBABILISTA que dir�: 
 

SI EN UNA AMPLIA VARIEDAD DE CONDICIONES SE OBSERVA UNA GRAN NUMERO DE �A� Y TODOS LOS �A� OBSERVADOS, SIN EXCEPCION POSEEN LA PROPIEDAD �B�, ENTONCES PROBABLEMENTE TODOS LOS �A� POSEEN LA PROPIEDAD �B�. 
 

Esta reformulaci�n NO supera el problema de la inducci�n. El principio reformulado sigue siendo un enunciado universal. 
 

Existen problemas adicionales relacionados con las dificultades que se encuentran cuando se trata de precisar exactamente la probabilidad de una ley o teor�a a la luz de unas pruebas especificadas. 
 

Otro intento de salvar el programa inductivista supone renunciar a la idea de atribuir probabilidades a las teor�as y leyes cient�ficas. Se llama la atenci�n sobre la probabilidad de que sean correctas las predicciones individuales. 
 

La idea de que la ciencia se ocupa de la producci�n de un conjunto de predicciones individuales y no de la producci�n de conocimiento en forma de enunciados generales ES ANTI INTUITIVA.

Aunque se limite la atenci�n a predicciones individuales, se puede argumentar que las teor�as cient�ficas, y por lo tanto los enunciados universales, est�n inevitablemente impl�citas en la estimaci�n de la probabilidad de que tenga �xito una predicci�n.  
 
 

Posibles respuestas al problema de la inducci�n. 
 

Respuesta 1: la del esc�ptico, podemos aceptar que la ciencia se basa en la inducci�n y la demostraci�n, pero no se puede justificar la inducci�n apelando a la l�gica. LA CIENCIA NO SE PUEDE JUSTIFICAR DE UN MODO RACIONAL.

Seg�n Hume nuestras creencias en las leyes y teor�as no son m�s que h�bitos psicol�gicos que adquirimos como resultado de las repeticiones de las observaciones relevantes. 
 

Respuesta 2: consiste en atenuar la exigencia inductivista de que todo el conocimiento no l�gico se tenga que derivar de la experiencia y argumentar a favor del principio de inducci�n bas�ndose en alguna otra raz�n. 
 

Respuesta 3: se evitara el problema de la inducci�n si se puede establecer que la ciencia no conlleva la inducci�n, lo que intentaran hacer los falsacionistas. 
 
 
 

La observaci�n depende de la teor�a. 
 

Seg�n el inductivista ingenuo, la observaci�n cuidadosa y sin prejuicios proporciona una base segura a partir de la cual se puede derivar un conocimiento cient�fico probablemente verdadero. 
 
 

Una concepci�n popular de la observaci�n. 
 

El sentido de la vista es el sentido que se usa de un modo m�s extenso en la pr�ctica de la ciencia.

La observaci�n mediante el sentido de la vista sugiere 2 cuestiones para el inductivista:

  1. un observador humano tiene acceso m�s o menos directo a algunas propiedades del mundo exterior en la medida en la medida que el cerebro registra esas propiedades en el acto de ver.
  2. Los observadores que ven el mismo objeto o escena desde ver�n lo mismo. Una informaci�n similar viajara en el cerebro de cada observador.
 
 
 

Experiencias visuales que no est�n determinadas por las im�genes formadas por la retina. 
 

La naturaleza de las im�genes formadas por las retinas de los observadores es relativamente independiente de su cultura.

Lo que ven los observadores, las experiencias subjetivas que tienen al ver un objeto o una escena, no esta determinado por las im�genes formadas en sus retinas, sino que depende tambi�n de la experiencia, el conocimiento, las expectativas y el estado interno en general del observador. 
 

Dos observadores pueden ver una misma escena desde un mismo lugar ven la misma cosa, pero INTERPRETAN DE DIFERENTE FORMA lo que ven.

El observador esta de inmediato contacto con sus experiencias, las cuales cambian con las expectativas y el conocimiento del observador. 
 
 
 
 

Los enunciados observacionales presuponen la teor�a 
 

Seg�n la concepci�n inductivista de la ciencia, la s�lida base sobre la que se constituyen las leyes y teor�as que constituyen la ciencia esta formada por enunciados observacionales p�blicos, y no por las experiencias subjetivas privadas de los observadores individuales. Esta concepci�n exige la derivaci�n de enunciados universales, a partir de enunciados individuales a partir de la inducci�n. 
 

Critica:

Los enunciados observacionales son entidades p�blicas, formadas por un lenguaje p�blico, que conllevan teor�as con diversos grados de generalidad y complejidad. 
 

Los enunciados observacionales son tan falibles como las teor�as que presuponen, y por lo tanto no constituyen una base segura sobre la que construir las leyes y teor�as cient�ficas. 
 

Los enunciados observacionales se deben realizar en el lenguaje de alguna teor�a, estos ser�n tan precisos como lo sea el marco conceptual o te�rico que utilicen. 
 

Las teor�as preceden a la observaci�n, de modo que resulta falso afirmar que la ciencia comienza con la observaci�n. 
 

Para establecer la validez de un enunciado observacional es necesario apelar a la teor�a 
 

El inductivista esta equivocado en 2 cosas:

La ciencia no comienza con enunciados observacionales, porque una teor�a de precede siempre a todos los enunciados observacionales, los cuales no constituyen una base firme sobre la cual pueda descansar el conocimiento cient�fico, porque son falibles. Por lo tanto, el papel que le atribuyen los inductivistas a los enunciados observacionales en la ciencia es incorrecto. 
 

La teor�a gu�a la observaci�n y la experimentaci�n. 
 

Seg�n el inductivista ingenuo las observaciones efectuadas por un observador imparcial y sin prejuicio proporcionan la base del conocimiento cient�fico. Esta postura es ABSURDA E INSOSTENIBLE. 
 

Las teor�as preceden a la observaci�n en la ciencia. 
 

Las observaciones y los experimentos se efect�an para comprobar o aclarar alguna teor�a, y solo se deben registrar las observaciones que consideran relevantes para esa tarea.

En la medida que las teor�as constituyen nuestro cient�fico son falibles e incompletas, la gu�a que las teor�as nos ofrecen con respeto a que observaciones son relevantes para alg�n fen�meno que se esta investigando puede ser enga�osa, y puede hacer que pasen por alto algunos factores importantes. 
 
 

El inductivismo no esta refutado de un modo concluyente. 
 

Los inductivistas modernos pueden prescindir de la afirmaci�n de que la ciencia debe comenzar con la observaci�n imparcial y sin prejuicios estableciendo una distinci�n entre el modo en que se concibe o se descubre una teor�a, y el modo en que se justifica o se valoran sus meritos por el otro. 
 

Las teor�as pueden ser concebidas antes de hacer las observaciones necesarias para comprobarlas. Adem�s, seg�n este inductivismo m�s sofisticados actos creativos de los cuales se exigen genio e implican la intervenci�n de la psicolog�a individual de los cient�ficos, se resisten al an�lisis l�gico. 
 

Gran cantidad de hechos relevantes para una teor�a se deben determinar mediante la observaci�n en una amplia variedad de circunstancias y hay que establecer en que medida se puede demostrar que la teor�a es verdadera o probablemente verdadera a la luz de esos hechos y mediante alg�n tipo de inferencia inductiva. 
 

La separaci�n entre el modo de descubrimiento y el modo de justificaci�n permite que los inductivistas eludan esa parte de la cr�tica dirigida contra la afirmaci�n que la ciencia comienza con la observaci�n 
 

Es esencial entender a la ciencia como un conjunto de conocimientos que se desarrollan hist�ricamente y que solo se puede apreciar correctamente una teor�a si se presta la debida atenci�n a su contexto hist�rico. La apreciaci�n de una teor�a esta �ntimamente vinculada a las circunstancias en las cuales apareci� esa teor�a por primera vez. 
 

Aunque aceptemos que los inductivistas separen el modo de descubrimiento del modo de justificaci�n, su postura se seguir� resistiendo del hecho de que los enunciados observacionales est�n cargados de teor�a y son por lo tanto falibles. 
 
 

Los ultra inductivistas han llegado incluso a decir que las teor�as solo tienen sentido en tanto pueden ser verificadas por la observaci�n directa. Esta postura se ve contradicha por el hecho que no de que no se puede mantener esa tajante distinci�n entre observaci�n y teor�a, ya que la observaci�n y los enunciados resultantes de la observaci�n, est�n influidos por la teor�a, y por lo tanto son FALIBLES. 
 

La raz�n principal por la cual habr�a que abandonar el inductivismo es que, comparado con otros enfoques m�s modernos, cada vez le resulta mas dif�cil arrojar una nueva luz sobre la naturaleza de la ciencia. 
 
 
 

Introducci�n al falsacionismo. 
 

El falsacionista admite que la observaci�n esta guiada por la teor�a y la presupone.

Abandona cualquier afirmaci�n que implique que las teor�as se pueden como verdaderas o probablemente verdaderas a la luz de la evidencia observacional.

Las teoriza se constituyen como conjeturas o suposiciones especulativas y provisionales que el intelecto humano crea  libremente en un intento de solucionar los problemas con los que tropezaron las teor�as anteriores y de proporcionar una explicaci�n adecuada del comportamiento de algunos aspectos del mundo.

Una vez propuestas las teor�as especulativas han de ser comprobadas por una rigurosa observaci�n y experimentaci�n.

Las teor�as que no superan las pruebas observacionales y experimentales deben ser eliminadas y reemplazadas por otras conjeturas especulativas.

La ciencia progresa gracias al ensayo y error, a las conjeturas y refutaciones. Solo sobreviven las teor�as mas aptas. 
 
 

Una cuesti�n l�gica que apoya al falsacionista. 
 

Seg�n el falsacionista se puede demostrar que algunas teor�as son falsas apelando a los resultados de la observaci�n y la experimentaci�n. 
 

Nunca es posible llegar a leyes y teor�as universales bas�ndose solo en deducciones l�gicas, por otro lado, es posible efectuar deducciones l�gicas, partiendo de enunciados observacionales singulares como premisas, y llegar a la falsedad de las teor�as y leyes universales mediante una deducci�n l�gica. 
 

En una deducci�n l�gicamente valida, si se afirma la premisa y se niega la conclusi�n, hay una contradicci�n 
 

La falsedad de los enunciados observacionales se puede deducir de enunciados singulares adecuados, el falsacionista explota esta l�gica al m�ximo. 
 
 

La falsedad como criterio de teor�as 
 

El falsacionista considera que la ciencia es un conjunto de hip�tesis que se proponen a modo de ensayo con el prop�sito de describir y explicar de un modo preciso el comportamiento de alg�n aspecto del mundo o universo. Sin embargo, no todas las hip�tesis lo consiguen.

Hay una condici�n: si ha de formar parte de la ciencia, una HIPOTESIS HA SER FALSABLES.

UNA HIPOTESIS ES FALSABLE SI EXISTE UN ENUNCIADO OBSERVACIONAL O UN CONJUNTO DE ENUNCIADOS OBSERVACIONALES LOGICAMENTE POSIBLES QUE SEAN IMCOMPATIBLES CON ELLA, en caso de ser establecidos como verdaderos, falsar�an la hip�tesis. 
 

Las leyes que se podr�an considerar componentes t�pico de las teor�as cient�ficas, satisfacen el criterio de falsabilidad. 
 

El falsacionista mantiene que algunas teor�as pasan de hecho como y teor�as cient�ficas solo porque no son falsables y deber�an ser rechazadas. 
 

Para que una teor�a posea un contenido informativo, ha de correr el riesgo de ser falsada. 
 
 

Grado de falsabilidad, claridad y precisi�n.  
 

Una buena teor�a o ley cient�fica es falsable justamente porque hace afirmaciones definidas acerca del mundo.

Para el falsacionista, cuanto m�s falsable una teor�a o ley, mejor.

Cuanto mas firme una teor�a, m�s oportunidades potenciales habr� de demostrar que el mundo no se comporta de hecho como lo establece una teor�a. Una teor�a muy buena ser� aquella que haga afirmaciones de muy amplio alcance acerca del mundo, y que sea sumamente falsable y resista la falsaci�n todas las veces que se someta a prueba. 
 

Los conjuntos de enunciados observacionales que sirven para falsar una ley o teoria, son FALSADORES POTENCIALES de una ley o teor�a. 
 

Las teor�as falsadas son rechazadas de forma tajante. 
 

POPPER: PODEMOS APRENDER DE NUESTROS ERRORES, Y AL DESCUBRIR QUE UNA CONJETURA ERA FALSA, HABREMOS APRENDIDO MUCHO, Y NOS ACERCAREMOS MAS A LA VERDAD. 
 

La ciencia progresa gracias al ensayo y error, debido a la situaci�n l�gica hace imposible la derivaci�n de leyes y teor�as universales a partir de enunciados observacionales, pero posible la deducci�n de la falsedad. 
 

La ciencia aspira a lograr teor�as con un gran contenido afirmativo, los falsacionistas dan la bienvenida a la propuesta de conjeturas audaces informativas. Se han de estimular las especulaciones temerarias siempre que sean falsables y siempre que sean falsables. 
 

Solo aquellas teor�as de las que se puede demostrar que son verdaderas o probablemente verdaderas habr�n de ser admitidas por la ciencia. 
 

El falsacionismo reconoce las limitaciones de la inducci�n y la subordinaci�n de la observaci�n a la teor�a, solo se pueden descubrir los secretos de la naturaleza con la ayuda de las teor�as ingeniosas.

Cuanto mayor sea el n�mero de las teor�as conjeturadas que se enfrentan a la realidad del mundo, cuanto m�s especulativas, mayor posibilidad de hacer avances en la ciencia. 
 

El falsacionista exige que se puedan establecer las teor�as con suficiente claridad como para correr el riesgo de ser falsadas.

Cuanto m�s preciso una teor�a, se hace m�s falsable. 
 
 

Falsacionismo y progreso 
 

El progreso de la ciencia como lo ve el falsacionista:

1) La ciencia comienza con problemas, los cuales que van asociados con la explicaci�n del comportamiento de algunos aspectos del mundo.

2) Los cient�ficos proponen falsables como soluciones del problema.

3) Las hip�tesis conjeturadas son criticadas y comprobadas. Algunas ser�n eliminadas r�pidamente, otras tendr�n �xito.

4) Las hip�tesis exitosas deben someterse a cr�ticas y pruebas m�s rigurosas.

5) Cuando finalmente se falsa una hip�tesis que ha superado con �xito gran variedad de pruebas rigurosas, surge un nuevo problema, alejado del problema original resuelto.

6) Este problema exige la invenci�n de nuevas hip�tesis, seguidas de nuevas criticas y pruebas.

7) NUNCA SE PUEDE DECIR QUE UNA TEORIA ES VERDADERA

8) Se puede decir que una teor�a es superior a sus predecesoras, en el sentido de que es capaz de superar pruebas que falsaron a sus predecesoras.

9) EL PUNTO DE PARTIDA DE LA CIENCIA SON LOS PROBLEMAS.

10) Las observaciones, como problemas solo son problem�ticas a la luz de alguna teor�a. 
 
 

El falsacionismo sofisticado, las nuevas predicciones y el desarrollo de la ciencia 
 

Condiciones que debe cumplir una hip�tesis para que sea digna de consideraci�n cient�fica:

DEBE SER FALSABLE, Y NO OBSTANTE NO SER FALSADA 
 

La concepci�n falsacionista sofisticada de la ciencia, con su hincapi� en el desarrollo cient�fico, traslada el centro de atenci�n de los meritos de una sola teor�a a los meritos relativos de las teor�as enfrentadas. Proporciona una imagen din�mica de la ciencia. 
 

En general, una teor�a reci�n propuesta ser� considerada como digna de atenci�n por parte de los cient�ficos si es m�s falsable que su rival,  y en especial si predice un nuevo tipo de fen�meno que su rival no mencionaba. 
 

El hincapi� en la comparaci�n de los grados de falsabilidad de series de teor�as, que es consecuencia del hincapi� en la ciencia como un conjunto en evoluci�n y desarrollo de conocimiento, permite evitar un problema t�cnico, ya que es muy dif�cil especificar hasta que punto es falsable una teor�a. No se puede definir la medici�n absoluta de la falsabilidad simplemente porque el n�mero de falsadores potenciales de una teor�a siempre ser� infinito. 
 

Todo lo que false la 2da teor�a o ley, falsara la 1era.  
 

Idealmente, al falsacionista le gustar�a poder decir que la serie de teor�as que constituyen la evoluci�n hist�rica de la ciencia esta hecha de teor�as falsables, siendo cada una en la serie m�s falsable que su predecesora. 
 
 

El aumento de la falsabilidad y las modificaciones �ad hoc� 
 

La exigencia de que, seg�n progresa la ciencia, sus teor�as sean cada vez mas falsables y en consecuencia tengan cada vez mas contenido y sean cada vez mas informativas excluye que se efect�en modificaciones en unas teor�as destinadas simplemente a proteger una teor�a de una falsacion amenazadora.

Una modificaci�n en una teor�a, tal como la adici�n de un postulado m�s, o un cambio en alg�n postulado existente, que no tenga consecuencias comprobables que no tengan ya consecuencias comprobables de la teor�a sin modificar, ser� denominada modificaci�n �ad hoc�. 
 

Se puede modificar una teor�a para evitar su falsacion adapt�ndola.

Esta es una modificaci�n �ad hoc�. La teor�a modificada no puede ser comprobada de manera que no lo sea tambi�n la teor�a original.

La hip�tesis modificada es menos falsable que la versi�n original. El falsacionista rechaza esas acciones de retaguardia. 
 

Pero tambi�n, las modificaciones efectuadas en una teor�a en un intento de salvar una dificultad no necesitan ser �ad hoc�, estas modificaciones son aceptables desde un punto de vista falsacionista.

Una teor�a modificada no es �ad hoc� porque lleva a nuevas comprobaciones, es contrastable de forma independiente. 
 

Muchas pruebas, las cuales no constituyen pruebas de la hip�tesis original, podr�an dar como resultado la falsacion de la hip�tesis modificada.

Si la hip�tesis modificada, mas falsable, supera la falsacion frente a las nuevas pruebas, entonces se habr� aprendido algo nuevo, y se habr� progresado. 
 
 

La confirmaci�n en la concepci�n falsacionista de la ciencia. 
 

El falsacionismo surge como alternativa al inductivismo.

Los fracasos de las pruebas ante las pruebas experimentales y observacionales, ten�an una importancia fundamental.

Se aduc�a que la situaci�n l�gica permite el establecimiento de la realidad pero no de la verdad de las teor�as a la luz de enunciados observacionales disponibles.

La ciencia progresar�a proponiendo conjeturas osadas, sumamente falsables, seguidas de implacables intentos de falsar nuevas propuestas. Los avances importantes en la ciencia llegaron cuando se falsaban esas audaces conjeturas.

Es un error considerar que la falsacion de conjeturas audaces, sumamente falsables, es la ocasi�n para que avance la ciencia de modo significativo. Este hecho queda claro cuando consideramos las diversas posibilidades extremas.

Los adelantos importantes vendr�n marcados por la confirmaci�n de:

 
 

El falsacionista desea rechazar las hip�tesis �ad hoc� y estimular la propuesta de hip�tesis audaces como mejoras potenciales de las teor�as falsadas. Estas hip�tesis conducir�n a predicciones nuevas y comprobables, que no se siguen de la teor�a original falsada. Para esto, una teor�a audaz debe efectuar algunas nuevas predicciones que queden confirmadas.

Las confirmaciones de las nuevas predicciones resultantes de las conjeturas audaces son muy importantes en la concepci�n del falsacionista de desarrollo cient�fico. 
 
 

Audacia, novedad y conocimiento b�sico. 
 

Lo que se considera como conjetura audaz en una etapa de la historia de la ciencia, no tiene que ser audaz en otra etapa posterior.

Al complejo de teor�as cient�ficas generalmente aceptadas y bien establecidas en alguna etapa de la historia de la ciencia, son llamadas conocimiento b�sico.

Una conjetura ser audaz si sus afirmaciones son improbables a la luz del conocimiento b�sico de la �poca. 
 

Las conjeturas se consideran audaces o no por referencia al conocimiento b�sico relevante.

Las predicciones son nuevas si conllevan alg�n fen�meno que no figure en el conocimiento b�sico de la �poca, o quiz� este expl�citamente excluido por el. 
 
 

Comparaci�n de las concepciones inductivista y falsacionista de la confirmaci�n. 
 

La CONFIRMACI�N tiene un papel importante en la ciencia 
 

El falsacionista sofisticado mantiene que las teor�as se pueden falsar y rechazar, aunque niega que se puedan establecer como verdaderas o probablemente verdaderas.

EL PROPOSITO DE LA CIENCIA ES FALSAR LAS TEOR�AS Y REEPLAZARLAS POR TEORIAS QUE DEMUESTREN UNA MAYOR CAPACIDAD DE RESISTIR LAS PRUEBAS. Las confirmaciones de las nuevas teor�as son importantes en la medida que constituyen la demostraci�n de que una nueva teor�a es una mejora de la teor�a a la que reemplaza.

Una vez que una nueva teor�a desbanca a su rival, se convierte en un nuevo blanco al que se le dirigir�n las pruebas rigurosas ideadas con la ayuda de otras teor�as audazmente conjeturadas. 
 

Seg�n el inductivista, la confirmaci�n esta determinada exclusivamente por la relaci�n l�gica existente entre los enunciados observacionales que son confirmados y las teor�as que estos apoyan.

El contexto hist�rico en el que se obtiene la evidencia, no tiene importancia.

Los casos confirmadores lo son si proporcionan apoyo inductivo a una Peoria, y cuanto mayor sea el numero de casos confirmadores establecidos, mayor ser� el apoyo de una teor�a, y mas probable de que sea verdadera.

Esta teor�a AHISTORICA de la confirmaci�n parece tener la consecuencia negativa de innumerables observaciones, las que llevan a aumentar la estimaci�n de la probabilidad de la verdad de la ley. 
 

En la concepci�n falsacionista la importancia de las confirmaciones depende much�simo de su contexto hist�rico. Una confirmaci�n conferir� un alto grado de valor a una teor�a si esa confirmaci�n fue el resultado de la comprobaci�n de una predicci�n nueva.

Una confirmaci�n ser� importante si se estima que es improbable que suceda a la luz del conocimiento b�sico de la �poca. Las confirmaciones que son conocidas de antemano son insignificantes.  
 

EL CONTEXTO HISTORICO ESTABLECE LA DIFERENCIA. 
 
 
 

Las limitaciones del falsacionismo 
 

La dependencia de la observaci�n de la teor�a y la falibilidad de las falsaciones 
 

El falsacionista ingenuo insiste en que la actividad cient�fica debe dedicarse a intentar falsar las teor�as estableciendo la verdad de los enunciados observacionales que son incompatibles con ellas. 
 

Los falsacionistas se dan cuentas de las insuficiencias del falsacionista ingenuo, y reconocen la importancia del papel que desempe�an la confirmaci�n de las teor�as especulativas, as� como la falsacion de las bien establecidas. 
 

Semejanzas:

Hay una importante diferencia cualitativa en el status de las confirmaciones y las falsaciones.

Las teor�as se pueden falsar de manera concluyente a la luz de las pruebas adecuadas, mientras que nunca se pueden establecer como verdaderas o falsas, o incluso como probablemente verdaderas sean cuales fuesen las pruebas. LA ACEPTACI�N DE LA TEORIA ES SIEMPRE PROVISIONAL. EL RECHAZO PUEDE SER CONCLUYENTE. 
 

Las afirmaciones del falsacionista se ven seriamente contradichas por el hecho de que los enunciados observacionales dependen de la teor�a y son falibles. 
 

Si se dan enunciados observacionales verdaderos, entonces es posible deducir de ellos l�gicamente la falsedad de algunos enunciados universales, mientras que no es posible deducir de ellos la verdad de ning�n enunciado universal. Esta es una cuesti�n condicional basada en el supuesto de que existen enunciados observacionales completamente seguros. 
 

Todos los enunciados observacionales son falibles.

En consecuencia, si un enunciado universal, o un conjunto de enunciados universales que constituyen una teor�a, o parte de la teor�a choca con alg�n enunciado observacional, puede ser que sea el enunciado observacional que este equivocado. No hay nada en la l�gica de la situaci�n que exija que haya de ser la teor�a la rechazada en caso de choque con la observaci�n. Se podr�a rechazar un enunciado observacional falible y conservar la teor�a falible con la que choca.

Los nuevos adelantos te�ricos pueden revelar insuficiencias en ese enunciado.

NO SE PUEDEN CONSEGUIR FALSACIONES DE LAS TEORIAS QUE SEAN CONCLUYENTES Y SIMPLES. 
 
 

La inadecuada defensa de Popper 
 

Popper expon�a una concepci�n de la observaci�n y de los enunciados observacionales que tenia en cuenta el hecho de que los enunciados observacionales infalibles no se dan directamente a trav�s de las percepciones sensoriales. 
 

La postura de Popper destaca la importante distinci�n entre los enunciados observacionales p�blicos, por un lado, y las experiencias perceptivas privadas de los observadores, las cuales vienen dadas de alg�n modo a los individuos en el acto de observar, pero no hay un paso simple que lleve a esas experiencias privadas a un enunciado observacional que pretenda describir la situaci�n observada.

Un enunciado observacional, formulado en un lenguaje p�blico (en el sentido de que cualquiera que tenga oportunidad de hacerlo, lo puede examinar y criticar), ser� comprobable y estar� sujeto a modificaciones o rechazos. Los observadores pueden aceptar o no un determinado enunciado observacional. Su decisi�n sobre esta cuesti�n estar� motivada en parte por las experiencias perceptivas pertinentes, pero ninguna experiencia perceptiva ser� suficiente para establecer la validez de un enunciado observacional. 
 

La esencia de la postura de Popper sobre los enunciados observacionales, es que su aceptabilidad se mide por su capacidad de sobrevivir a las pruebas, los que no lo logran, son rechazados, mientras que los que pasan las pruebas a las que son sometidos, son conservados de modo provisional. 
 

Popper destaca el papel de las decisiones de los individuos y los grupos de individuos para aceptar o rechazar los enunciados observacionales, llamados por Popper, enunciados b�sicos, los cuales son aceptados como resultado de una decisi�n o acuerdo y en esa medida son convenciones. 
 

Cualquier enunciado cient�fico puede ser presentado de tal modo que cualquiera que haya aprendido la t�cnica necesaria pueda comprobarlo.

Si, como resultado, rachaza el enunciado, no nos satisfar� si nos habla de sus sentimientos de duda o de sus sentimientos de convicci�n con respecto a sus percepciones. Lo que se debe hacer es formular una afirmaci�n que contradiga la nuestra y darnos instrucciones para comprobarla. Si no lo hace, debe reflexionar de nuevo. 
 

Un enunciado observacional es aceptable, provisionalmente, en una determinada etapa del desarrollo de una ciencia, si es capaz de superar todas las pruebas que posibilite el desarrollo de la ciencia en cuesti�n a esa etapa. 
 

De acuerdo con la postura popperiana, los enunciados que sirven de base para valorar el merito de una teor�a son en si mismo falibles.

La base emp�rica de la ciencia objetiva no tiene nada de absoluto.

Lo que socava la postura falsacionista es el hecho de que los enunciados observacionales son falibles y de que su aceptaci�n es solo provisional y esta sujeta a revisi�n. Las teor�as no se pueden falsar de modo concluyente, porque los enunciados observacionales que sirven de base para una falsacion pueden resultar falsos a la luz de posteriores progresos.

Las falsaciones concluyentes quedan excluidas por la carencia de una base observacional perfectamente segura, de la que dependen. 
 
 

La complejidad de las situaciones reales a prueba 
 

La dificultad del falsacionismo procede de la complejidad de cualquier situaci�n real a prueba.  
 

Una teor�a cient�fica real constara de un conjunto de enunciados universales. 
 

Para comprobar experimentalmente una teor�a, habr� que recurrir a algo m�s que los enunciados que constituyen la teor�a sometida a prueba, y aumentar la teor�a mediante supuestos auxiliares, tales como leyes y teor�as que rigen el uso de cualquiera de los instrumentos utilizados. 
 

Para deducir una predicci�n cuya validez se haya de comprobar experimentalmente, ser� necesario a�adir condiciones iniciales tales como una descripci�n del marco experimental. 
 

Las premisas de las que se deriva la predicci�n incluir�n los enunciados interrelacionados que constituyen la teor�a sometida a prueba. 
 

Los supuestos auxiliares son los que permiten hacer corroboraciones. Estos tienen en cuenta si la predicci�n que se sigue de este mont�n de premisas resulta falsa, entonces todo lo que la l�gica de la situaci�n nos permite concluir es que al menos una de las premisas es falsa. No nos permite identificar la l�gica que falta. 
 

No se puede falsar de manera concluyente una teor�a porque no se puede excluir la posibilidad de que la responsable de una predicci�n err�nea sea alguna parte de la compleja situaci�n de corroboraci�n, y no la teor�a sometida a prueba. 
 

LAKATOS

Siempre se puede proteger una teor�a de la falsacion, desviando la falsacion hacia otra parte de la red de supuestos. 
 
 

Sobre la base de los argumentos hist�ricos, el falsacionismo es insuficiente. 
 

Para los falsacionistas un hecho hist�rico embarazoso es que si los cient�ficos se hubieran atenido estrictamente a su metodolog�a, aquellas teor�as que se consideran por lo general como los mejores ejemplos de las teor�as cient�ficas nunca habr�an sido desarrolladas, porque habr�an sido rechazadas desde su infancia. 
 

Es posible encontrar afirmaciones observacionales que fueron generalmente aceptadas en esa �poca y que se consideraron incompatibles con la teor�a. No obstante, esas teor�as no fueron rechazadas. 
 
 

La revoluci�n copernicana. 
 

En las primeras d�cadas del siglo XVL, Cop�rnico ideo una nueva astronom�a, al implicar que la tierra se mov�a, cuestionando el sistema Tolemaico y Aristot�lico. 
 

Este importante cambio te�rico, no apoyan las metodolog�as por las que abogan los inductivistas y falsacionistas, pero indica que se necesita una concepci�n de la ciencia y de un desarrollo diferente y estructurado de un modo mas complejo. 
 

La revoluci�n copernicana no sucedi� de una vez. 
 

Resulta evidente que ni los inductivistas, ni los falsacionistas proporcionan una concepci�n de la ciencia que sea compatible. Los nuevos conceptos de la astronom�a no surgieron de una observaci�n y una experimentaci�n cuidadosa (m�todo inductivo), ni de la falsacion de conjeturas audaces y el continuo reemplazo de esa conjetura por otra (m�todo falsacionista).

Las primeras formulaciones de una teor�a, que implicaban nuevas concepciones imperfectamente formuladas no se abandonaron y se desarrollaron a pesar de las aparentes falsaciones.

Solamente despu�s de que se elaborara un nuevo sistema, se pudo enfrentar con �xito la nueva teor�a a los resultados de la observaci�n y la experimentaci�n de manera detallada.

No se puede pensar que una concepci�n de la ciencia es m�nimamente correcta a menos que pueda conciliar eso factores.