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Economía

1° Parcial (Domiciliario)

Cátedra: Molle

1° Cuat. de 2011

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Unidad temática 4 y 5: Adam Smith y David Ricardo.

2- Teoría del valor – Adam Smith y David Ricardo

¿Qué consecuencias tiene un incremento de salarios en el valor de las mercancías, según los autores clásicos Smith y Ricardo?
En lo que va de este año, se han suscitado diversos aumentos en los salarios de algunos sectores de la producción. Más allá de la conformidad o disconformidad de los mismos, es interesante hacer un análisis sobre las consecuencias que esto trae en el valor de las mercancías, es decir aquellos productos que son producidos para ser intercambiados.
Para ello, si bien con posturas y construcciones muy diferentes y hasta antagónicas, tomaré a dos autores clásicos: Adam Smith y David Ricardo, quienes a través de sus obras nos han intentado acercar al estudio de los valores que atraviesan las mercancías, el de cambio, el natural, etc. Como Ricardo toma una postura crítica sobre Smith, comenzaremos por este último y su “Teoría del valor trabajo”.
Smith ha intentado encontrar una medida invariable del valor de las mercancías y consignar cuáles son las fuentes de los cambios en el valor.
Primero, se basa en la división social del trabajo y dice que “puedo medir el valor de lo que yo he producido por la cantidad de trabajo de otras personas que recibo cuando los intercambio” (Rubin, pág. 46). Ahora, este valor puede fluctuar según el tiempo que el trabajador ocupe en la producción de una mercancía, como así también según el que ocupe en su obtención. Además, como en este análisis se está encargando del producto del trabajo, introduce dos nuevos conceptos que definen doblemente al trabajo: el “trabajo comprado” y el “trabajo gastado”. El primero sirve como medida del valor de las mercancías, mientras que el segundo regula la proporción de las mercancías que se intercambian. Esta situación, Smith aclara, se da en una economía mercantilista.
Cuando se encarga de abarcar la economía capitalista, se separa de la teoría arriba mencionada y, en este afán, determina que el valor de una mercancía está constituido por la renta, la ganancia y el salario. “El valor de las mercancías es ahora suficiente para pagar por entero el trabajo gastado en su producción y, además, rendir una cierta masa de ganancia. En otras palabras, en una economía capitalista, el valor de una mercancía se define como “la suma de los salarios más la ganancia” (y, en ciertas circunstancias, también más la renta)” (Rubin, pág. 49).
Esta es la “Teoría de los costos de producción”, muy importante desde el punto de vista del abandono de Smith a la Teoría del valor trabajo para ser reemplazada por una que explique que, como en la constitución del valor de las mercancías se incluyen los salarios, un aumento de los mismos provocaría un aumento en el valor de las mercancías, directamente.
Desde otro ángulo, y en contraposición, David Ricardo rechaza la teoría de los costos de producción de Smith, pero toma de él el concepto de “trabajo gastado”, el cual en su parecer es el que define el valor de una mercancía. Para él, los cambios “cuantitativos en el valor de los productos son causalmente dependientes de cambios en la cantidad de trabajo gastado en su producción” (Rubin, pág. 59). Esta postura está mucho más centrada en la variable del trabajo que es necesario invertir en la producción de una mercancía y al hablar del mismo, establece que, como el valor de la mercancía puede fluctuar, el trabajo entonces también, por estar sujeto a ella. Por esto es que cataloga al trabajo como una mercancía: es la que posee el trabajador para ofrecerla al capitalista e INTERCAMBIARLA por un salario. Se produce, una vez más, un intercambio: es una mercancía.
Con el establecimiento de esta idea, sumado al rechazo de la teoría de los costos de producción de Smith, queda claro que Ricardo está completamente en desacuerdo con que, si suben los salarios, el valor de la mercancía se verá incrementado también. ¿Qué tiene que ver, según este teórico, un incremento salarial con una mercancía, cuyo valor está determinado por la cantidad de trabajo necesario para ser producida? Que aumenten los salarios no significa que se tenga que disponer de más o menos trabajo, no se tiene que disponer de más o menos “trabajo gastado”. El lugar que ocupa aquí el salario es el de la paga por el intercambio de trabajo entre capitalista y trabajador. Como el primero es quien paga los salarios, y quien los aumentaría en este hipotético caso, su ganancia es la que se vería afectada por tener que destinar mayor cantidad de su excedente a la suba salarial. En sus palabras, “un aumento de los salarios, al contrario del punto de vista de Smith, no causa que el valor del producto suba sino más bien provoca la caída de la ganancia. Una caída de los salarios hace subir las ganancias” (Rubin, pág. 61).
Han quedado expuestas aquí dos posturas interesantes sobre las consecuencias de incrementos salariales en el valor de las mercancías. Tal vez, dependiendo de cual sea la que más se adapte a nuestras ideas, puedan explicar la rotunda negativa de los empresarios capitalistas ante un reclamo de aumentos salariales. En sendos casos, el trabajo es tomado como variable; en uno, como una doble función, como producto; en otro, como una cuestión de necesidad sobre la producción de una mercancía. Ni más ni menos, queda establecida la dicotomía que hoy por hoy se plantea en la sociedad sobre quién termina recibiendo mayor “ganancia” (entre comillas, porque el obrero recibe un salario, no una ganancia) a partir de lo que produce y cómo lo hace. No es lo mismo que un incremento salarial provoque la caída de las ganancias de los capitalistas, mientras que otra voz señala que el mismo aumentaría los valores de las mercancías por la constitución de ese mismo valor.