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2° Cuat. de 2013  | Resumen para el  2° Parcial  | Cátedra: Maraffiotti

LOS PATRONES DE LA ARGUMENTACIÓN

Capítulo 1

Siempre la argumentación: Se argumenta de algún modo para provocar una conducta sobre el o los otros, para hacer que ese otro crea o deje de creer tal o cual cosa. Supone considerar la noción de público, de auditorio, de opinión pública.

Persuadir y convencer: “convencer” es un verbo con tres participantes: alguien convence a otro de algo. Ese “otro” puede tratarse del interlocutor, de una audiencia presente o incierta (futura, remota) o de ninguna audiencia (cuando se buscan razones internas para decidir sobre algo). La gramática diferencia ambos conceptos. Una persuasión se padece (algo impuesto) y una convicción se tiene (algo obtenido). Si A persuade, el acto de A tiene un carácter progresivo. Si A convence el acto tiene un carácter definitivo. El carácter pasivo del paciente de la persuasión contrasta con el carácter activo del paciente de la convicción. Contrasta también el carácter externo de la relación de persuasión con el carácter interno de la relación de convicción. La convicción implica un proceso activo, racional y reflexivo, por parte del participante paciente, mientras que la persuasión implica un proceso pasivo, irracional e irreflexivo, por parte del participante paciente. La propuesta persuasiva apela a una gama de mecanismos psicológicos sin mediación protagónica de la razón. Las persuasiones tienen que ver con las emociones. La propuesta de la convicción, apela a la razón, hace un llamado a la revisión crítica, tanto del argumento o los argumentos a favor, como de los argumentos en contra de la propuesta o tesis.
Los primeros desarrollos: los antiguos y los sofistas: El marco de la democracia griega hizo posible el estudio de los mecanismos de debate, argumentación, convencimiento y persuasión. La dialéctica nace con la democracia en el siglo 5 AC, cuando con la libertad política se dan las condiciones que permiten la libertad de pensamiento y de expresión. La igualdad de los ciudadanos ante la ley tiene su principal realización en el derecho igualitario de acceso a la palabra en las discusiones públicas. En este contexto historico-politico nació el movimiento cultural que se conoció como sofística y las filosofías de Sócrates, Platón y Aristóteles, en las que la dialéctica toma un papel decisivo. Fue necesario ser competente ante los jurados populares para convencerlos de la justicia de los reclamos de los ciudadanos. Los sofistas son el resultado del fin de los regímenes autoritarios y tradicionales. Lo que se trata de enseñar e imponer es el uso de la palabra simulada, distinta de la palabra ficticia de la poesía. Sus principales representantes fueron Gorgias y Protágoras.

Sócrates y la dialéctica: Otro de los fundadores de la dialéctica fue Sócrates. Él practicaba el mismo método de discusión dialéctica que Platón, por medios de preguntas y respuestas, también empleado por los sofistas. Sócrates llevó el método a una gran perfección técnica a través de una serie de procedimientos lógicos de los cuales el primero es la refutación, que trataba de demostrar el carácter contradictorio y por lo tanto insostenible de una opinión.

Platón y la dialéctica: Platón rechaza una perspectiva sofística, retórica y erística de la dialéctica porque para él la dialéctica no es sólo una técnica argumentativa desvinculada de la referencia a la verdad del asunto en cuestión sino que es un método riguroso de búsqueda de la verdad. Ilustra cuatro grados del conocer: los dos primeros constituyen la opinión, o sea la imaginación y la creencia; y los otros dos, que forman la ciencia, son el raciocinio y la inteligencia. La dialéctica es identificada con el saber científico porque asciende a un principio no hipotético.

Capítulo 2

La verdad y las tres tecnicas: Definió la retórica en un cierto marco social. Sitios de funcionamiento: asamblea, tribunales, escuelas, sitios claves de la democracia donde los ciudadanos entran en contacto entre sí. Tres géneros conformados por los tres tipos de reuniones y las tres modalidades de la palabra pública: Género Judicial, el tribunal se reúne para juzgar las infracciones a las leyes que han sido dictadas; Género deliberativo, sitio donde se toman las decisiones en torno al porvenir y Género Demostrativo, reuniones conmemorativas sirven para encontrarse y compartir valores comunes actuales. Cada uno de estos géneros tiene sus tiempos determinados: el futuro para quien aconseja, el pasado para el que pleita y el presente para el que demuestra. Y también tienen un fin diferente: lo útil y lo nocivo (GDel), lo justo y lo injusto (GJ), y lo hermoso o feo (GDem). Lo que define la retórica son reglas institucionales referidas a instituciones públicas, procesos a seguir, modos de debatir.
El marco institucional donde se define la dialéctica es el de las disputas privadas. Aristóteles incluye a la actividad dialéctica en el ámbito de las opiniones. Esta es, entonces, un método que sirve para discutir bien sobre cualquier argumento posible partiendo de opiniones a fin de demoler una tesis o defenderla. Todos los hombres ejercitan diariamente la dialéctica puesto que todos pueden un día encontrarse en una situación que tiene que defender, atacar o poner a prueba una tesis. La especificidad de la dialéctica es determinada mediante indicaciones acerca de sus posibles usos: para adiestrare en la práctica de la argumentación, para conducir de modo correcto las discusiones.
El discurso epistémico Se define por la transmisión de un saber. La teoría desarrollada por Aristóteles es el modelo formal de una teoría de la estrategia de transmisión ideal de los conocimientos. Diálogo en el sentido único del alumno y que se distingue tanto del diálogo asimétrico con el que responde (dialéctico) como del monólogo público frente a un auditorio (retórico). En la retórica, el orador trata de persuadir de tal o cual verdad al auditorio que debe juzgar la verdad o falsedad de lo planteado. En la dialéctica, el interrogador trata de refutar la tesis del interlocutor (el que responde que trata de sostener una verdad) por medio de preguntas que lo ponen en contradicción. En la ciencia, el docente trata de demostrar a su auditorio, la verdad de tal proposición, proposiciones que el alumno no puede desconocer (los axiomas). Tienen en común el hecho de ser técnicas discursivas de verdad.

Técnicas de verdad y “argumentación”: hablar de técnica discursiva de verdad significa que el modo de transmisión y la forma de admisión de las verdades es “argumentativa”. El reconocimiento de la verdad depende exclusivamente de lo que, en el discurso, revela la técnica de lo que, en la técnica, concierne al discurso. Estos dos rasgos definen a la argumentación.

Tres formas de argumentación: Aristóteles limita el concepto “prueba” al empleo de “pruebas a partir del discurso”, y dispone de un concepto equivalente al actual de argumentación. Para él, hay 2 grandes géneros de “pruebas a partir del discurso”: la deducción (silogismos) y la inducción (epagoje). Apoyarse en un caso semejante para mostrar que va en la misma dirección que la generalidad de los casos es lo que se llama “inducción” y “ejemplo”; por el contrario, cuando de ciertas cosas que se plantean resultan otras cosas en virtud de las primeras y, más allá de ellas, se plantean universalmente o la mayor parte del tiempo, se tiene lo que se llama “deducción” o “entimema”. Hacer un silogismo es deducir alguna cosa de algunas otras cosas. En una situación epistémica, es lo que Aristóteles llama una “deducción demostrativa”; en una situación dialéctica, es una “deducción dialéctica”; en una situación retórica, es un “entimema” o una “deducción retórica”. Los 3 modos de deducción deben distinguirse por la “naturaleza de las premisas”. Una premisa científica es la que se sostiene como verdadera por un alumno en una situación de aprendizaje de la ciencia (lo que es necesariamente ya conocido por él y ya fue demostrado). Una premisa dialéctica es la que se trata de acordar con un adversario en una confrontación dialéctica (no se podría rechazar porque ya fue admitida). Una premisa retórica es aquella que supuestamente fue admitida por la multitud a la que se dirige (la que debería aceptar sin dificultad y que es compartida por la comunidad). No hay otra diferencia entre estos 3 modos de deducción. Para Aristóteles, la deducción demostrativa no difiere formalmente de la dialéctica. La deducción dialéctica parte de premisas que son admitidas por el adversario en una competencia. Esta deducción es, como la retórica, un método de argumentación universal, mientras que la ciencia está limitada a un ámbito preciso. Pero difieren además por otros 2 motivos de las premisas científicas: son interrogativas y no son absolutamente verdaderas sino sólo tenidas por aquel que responde. La deducción dialéctica parte de un conjunto de convicciones idealmente reducidas a aquellas que un adversario no puede rechazar.

El entimema y sus dificultades: Aristóteles brinda 2 definiciones de entimema: una definición general por el marco institucional –el entimema es la deducción retórica- y una definición que lo diferencia de la deducción dialéctica y de la deducción demostrativa por la naturaleza de las premisas –un entimema es una deducción que se apoya en los verosímiles o en los signos. El entimema es el silogismo de la retórica y la retórica es el arte de encontrar lo que en cada caso permite persuadir mejor. De ahí resulta que el valor de un entimema surge antes que nada de su eficacia persuasiva. El entimema es el silogismo de la retórica y la retórica es el arte de encontrar lo que en cada caso permite persuadir mejor. Cuanto más alejadas sean las premisas, el adversario menos podrá percibir el vínculo entre la conclusión que debilita su tesis y más aceptables serán para él. Es lo que Aristóteles llama el “método de disimulación”. Si el adversario no concede nada a priori, todo debe decirse claramente, la deducción no debe ser concluyente: el adversario descubrirá ahí la falla. La deducción dialéctica consiste en una serie de preguntas a las cuales el adversario responde sucesivamente por sí o por no. Estas dos características de la deducción dialéctica (debe ser fundamental y completa) se deducen de la situación dialéctica. La situación demostrativa es diferente, el tiempo lógico está seccionado por la serie de aserciones formuladas y aceptadas. La “demostración” completa se explica porque la parte de la evidencia deber ser lo más débil que se puede en la demostración, no porque el adversario no conceda nada sino porque (como en la dialéctica) se debe adquirir los conocimientos de una ciencia “racionalmente” por la técnica de la verdad del discurso, a partir de las proposiciones conocidas inicialmente. Una deducción demostrativa y una demostración dialéctica legítimas tienen en común el ser igualmente válidas. Es esencial al entimema ser retórico y persuadir, como es esencial de la deducción científica demostrar o de la deducción dialéctica, refutar. Cuanto más conciso es se persuade con más eficacia. La brevedad es lo que caracteriza al entimema.

El caso de las máximas: Las máximas o aforismos, se caracterizan por apuntar a lo general y no a lo particular, y se refiere a lo que debe ser elegido o evitado en la acción. Son afirmaciones simples, sin inferencias, pueden tener las “premisas” o las “conclusiones” de un entimema. El problema, es justificar el mecanismo a partir del cual esa máxima es enunciada sin justificación explícita y se vuelve “persuasiva”. Las grandes máximas se prestan siempre a ser reinterpretadas. Se puede distinguir tres modos sobre los cuales una máxima se impone a su auditorio:
- El primero sería común a todas las aserciones (afirmaciones), pero colocaría a la máxima fuera del campo de la argumentación: la fuerza perlocutora propia de la aserción hace que el auditorio tenga confianza espontanea en el locutor y en las cosas que dice por el simple motivo de que si son dichas parecen siempre (un poco) verdaderas, sobre todo porque las máximas remedan, por su generalidad, las conclusiones argumentadas por los sabios o los dialécticos.
- El segundo tipo de máxima tendría un carácter implícitamente entimemático (argumentado), dado que se trataría de un entimema “incompleto” en el cual el auditor agrega mentalmente la “justificación” general sobreentendida.
- La fuerza persuasiva propia de la máxima tendería a la suma implícita de experiencias diversas que parecen cristalizadas en un ámbito determinado de la acción humana donde precisamente trae a colación la experiencia y la prudencia, no permitiendo el enunciado de proposiciones necesarias: la máxima remeda lo universal y lo necesario.

Técnicas retóricas del discurso:
La retórica genera en los textos la puesta en funcionamiento de operaciones técnicas:
1- INVENTIO: el establecimiento de las pruebas, razones o argumentos. La acción de encontrar qué decir. La inventio se refiere a la ubicación de los argumentos que se emplearán. A partir de esta, se orientan 2 líneas: una lógica, destinada a convencer, que se maneja con un aparato lógico que ofrece pruebas que fundamentan la argumentación; y la otra psicológica, destinada a conmover. Esta, para emocionar, lleva a pensar la estrategia argumentativa desde el receptor del mensaje mediante el empleo de recursos morales o subjetivos. De ahí que se puede decir que aquel que argumenta apuntando al convencimiento, emplea razones exteriores (prejuicios, contratos, juramentos) e interiores (exemplum (introducción) y entimema (deducción)) al discurso.
El mecanismo de argumentación persuasiva que es el entimema corresponde al razonamiento deductivo de la retórica y es correlativo del silogismo en el campo de la dialéctica. Uno y otro muestran la misma estructura formal, pero el entimema no demuestra sino que sólo argumenta; su intención es la persuasión del auditorio. Las premisas entimemáticas se presentan en 3 tipos:
Tekmerion: el indicio necesario, es “demostrado y terminante”. La estabilidad en la interpretación del tekmerion depende del conocimiento público, que varía según el tiempo y las sociedades.
Eikos: es lo verosímil, la certeza humana. Lo verosímil es lo que pudiendo ser de otra manera, guarda, respecto de eso por referencia a lo cual es verosímil, la misma relación que lo universal respecto de lo singular.
Semeion: es el signo más ambiguo. Es un indicio aparente porque no hay ligazón lógica necesaria entre lo particular y lo general.

Además de delimitar las características de las premisas, es preciso señalar los mecanismos a partir de los cuales se llenan de contenido los razonamientos. La tópica es la sección de la inventio encargada de llenar de contenidos a los razonamientos, sucesivamente fue concebida:
-Como un método: se considera que es el arte de encontrar argumentos o también el conjunto de medios breves y fáciles para encontrar materia para circular aún sobre temas que son enteramente desconocido.
-Como una red de formas vacías: de la proximidad del tema con cada lugar de la tópica surge una idea posible.
-Como una reserva de formas llenas: la tópica es comprendida como una reserva de estereotipos de temas y soluciones que se incluían obligatoriamente en el tratamiento de cualquier tema.

La tópica está conformada por 2 partes: una tópica de los lugares comunes y una tópica de los lugares especiales o específicos. Los lugares comunes (posible/imposible, existente/no existente, grande/pequeño) sirven para ser utilizados por cualquier ciencia y en relación con cualquier tema. Los lugares específicos son propios de una ciencia particular o de un género determinado; son verdades particulares, proposiciones especiales que alcanzaron un amplio acuerdo.

Ethé (familiaridad) son los atributos del orador, los rasgos que debe mostrar al auditorio para provocar su captura imaginaria. Pathé (pasiones) son los sentimientos del auditorio, cambiantes en función de circunstancias exteriores. Son pasiones la ira, el deseo, la audacia, la envidia, etc.

2- DISPOSITIO: la ubicación de esas pruebas a lo largo del discurso según un orden.
Los componentes de la inventio son fragmentos de lenguaje que deben insertarse en otro orden que es el discurso. En la dispositio ya existe una puesta en palabras. La dispositio debe ser entendida como las grandes partes que conforman el discurso. A la dispositio también le corresponde la división que ya se ha visto en la inventio entre convencer y conmover. El 1º término cubre la exposición (relato de los hechos) y la demostración (establecimiento de las vías de persuasión), en tanto que el segundo remite al exordio y la peroración.
Exposición: es el relato de los hechos que conforman la causa. Cumple la función de preparar para el despliegue argumentativo. Incluye 2 componentes: Hechos: se someten a una regla referida a la verosimilitud. Descripciones: remiten no al eje temporal sino al eje aspectual: a conformar descripciones temporales, de lugares, etc.
Demostración: se pasa a la exposición de los argumentos. Incluye 3 momentos:
- Propositio: una definición concentrada de la causa, el nucleo de la discusión.
- Argumentatio: es la exposición de las razones probatorias, cuando las pruebas son débiles es preciso reunirlas, amontonarlas para que se presten “socorro mutuo”.
- Altercatio: a veces el discurso es cortado por un dialogo que quiebra el monólogo argumentativo con otra opinión.
Exordio: es la primera parte del discurso, su comienzo y su anuncio. Se inicia en el momento en que se descubre el objeto y la finalidad del discurso y puede dividirse en dos momentos: captatio benevolentiae: es el momento en el que se busca capturar la atención y complicidad del auditorio; partitio: es el momento siguiente, cuando se enumeran las divisiones que se harán.
También se puede distinguir el exordio simple (exposición clara del tema), exordio insinuante (el auditorio está en mejores condiciones de recibir otro tema que el verdadero del discurso) y el exordio pomposo (propio de circunstancias solemnes: discurso académico, etc).
Peroración:
es la parte final del discurso. Brinda el impulso final para que el auditorio decida a favor o en contra de lo que se presentó. 4 componentes: Disponer bien al oyente respecto de aquello que se está argumentando, Amplificar o atenuar, Exaltar las pasiones en el oyente, Traer nuevamente las cosas a la memoria

3- ELOCUTIO: la composición verbal de los argumentos, la introducción de los adornos (tropos) y las figuras. No basta tener qué decir, sino cómo, y esto es fundamental si se orienta a que el discurso aparezca dotado de características peculiares para convencer el auditorio. Dentro de esta, existe la oposición entre elegir las palabras apropiadas y reunirlas en un discurso. Supone el principio de sustitución de un término por otro equivalente. Los tipos de sustitución son tropos.

4- ACTIO: la puesta en escena del discurso desde el punto de vista del orador, del destinatario y del mensaje mismo.
5- MEMORIA: el recurso a la memoria de otros textos que operan como estereotipos. Estos dos cumplen función en los medios masivos no sólo por la estrategia argumentativa que se desarrolla sino también en los mecanismos que aquel que la organiza despliega para alcanzar el consenso de su auditorio.

Capítulo 3

La dialéctica en Kant: Kant supone una articulación entre estética y lógica, y ésta, a la vez, es dividida en analítica y dialéctica. Kant define la analítica como la parte de la lógica que resuelve la actividad formal del intelecto y de la razón en sus elementos constitutivos, o sea, conceptos, juicios y silogismos, y los expone como criterios formales para avalar la consistencia de todo conocimiento. Con la división de la lógica en estas 2, Kant acompaña la tradición aristotélica. Kant atribuye a la dialéctica, a pesar de la referencia a Aristóteles, un significado negativo. Llama “dialéctica” a la pretensión ilusoria de producir el conocimiento mediante la actividad única de la razón. La lógica general, es siempre considerada una “lógica de la ilusión”, o sea, es siempre dialéctica. Kant dice que entre los griegos, los dialécticos eran los abogados o los oradores, quienes sabían conducir al pueblo adonde ellos querían porque el pueblo se deja engañar por las apariencias. Kant reduce la dialéctica a la erística y señala que todo ser que posea razón y su fundamento es verdadero, se llama convicción. Si sólo se basa en la índole especial, se llama persuasión. No es posible distinguir la persuasión de la convicción cuando el sujeto considera el tener por verdad como simple fenómeno del propio psiquismo.

Schopenhauer contra Hegel: La dialéctica puede establecerse como una disciplina con identidad propia, ya que si nuestro propósito fuera la búsqueda de la verdad, tendríamos que remitirnos a la simple lógica, y, en cambio, si nuestro objeto es mostrar la validez de las proposiciones falsas, no tendremos más que pura y simple sofística.

La dialéctica en Schopenhauer: Para Schopenhauer la dialéctica es un instrumento indispensable para tener éxito en las discusiones y así satisfacer la prepotencia humana. “Dialéctica erística” o el arte de tener razón, tiene como objetivo único alcanzar la victoria con las controversias sin preocuparse por la verdad. Entiende por dialéctica a la habilidad y empleo de técnicas específicas de discusión. La dialéctica tiene como tarea principal no la verdad objetiva sino que debe ocuparse de cómo defender las afirmaciones propias y de cómo invalidar las posiciones del otro. Para él, entonces, la dialéctica es básicamente el arte de tener razón.

La dialéctica erística es el arte de discutir, pero de discutir de manera que se tenga razón tanto lícita como ilícitamente. Su origen, es la maldad del género humano. Quien queda como vencedor de una discusión tiene que agradecérselo a la astucia y habilidad con que defendió la tesis. Según el autor, esto es una facultad innata. En todo debate se debe reconocer una tesis o problema, y luego, axiomas que deben servir para resolverlo. Se trata siempre de la relación de unos conceptos con otros. Estas relaciones son: su definición, su género, su característica principal y una cualidad cualquiera.

La base de toda dialéctica: Opina Schopenhauer, se debe tomar en cuenta qué es lo esencial de toda discusión. El interlocutor presenta una tesis, que, para refutarla, existen dos modos y dos vías:
- Modos: ad rem (con referencia a una cosa), ad hominem (con referencia a con quién discute), ex concessis (con referencia al marco de concesiones hechas por el adversario).
- Vías: refutación directa (ataca la tesis en sus fundamentos y muestra que no es verdadera) e indirecta (la ataca en sus consecuencias y muestra que no puede ser verdad).

Refutación directa: se pueden hacer dos cosas: o se muestra que los fundamentos del enunciado son falsos y se niega tanto la premisa mayor como la menor o se las admite pero se muestra que no se sigue de ellos la consecuencia (niego la consecuencia o sea la conclusión).
Refutación indirecta: se utiliza: -la apagoge (se acepta la tesis del adversario como si fuera verdadera; después se muestra que de ella se sigue si se la utiliza como premisa de un silogismo en unión de otra tesis cualquiera reconocida como verdadera; a continuación, se deduce de ese silogismo una conclusión falsa, pues contradice la naturaleza del objeto o contradice las demás afirmaciones del adversario) o -la instancia: Refutación de la tesis general por medio de la aportación directa de casos particulares que, aunque están comprendidos bajo el enunciado de la tesis, no la confirman, por lo que se deduce que tiene que ser falsa.

Éste es el andamiaje, el esqueleto de toda discusión. Los debates suelen ser tan largos y fogosos porque no se puede separar lo verdadero de lo falso durante su transcurso porque ni siquiera los contrincantes lo saben con anterioridad. Por consiguiente, Schopenhauer expone las estratagemas.

Capítulo 4

La argumentación contemporánea

Estas técnicas argumentativas aparecen en el dominio del pensamiento especulativo y cuando se invocan razones que hacen necesario justificar una opinión o decisión, cuando es preciso inferir una conclusión a partir de un conjunto de premisas. La argumentación es la operación por la cual el enunciador busca transformar por medios lingüísticos el sistema de creencias y de representaciones de su interlocutor.

Autores

En 1958, Perelman, con la nueva retórica, trata de buscar un modelo que investigue los mecanismos de prueba o de persuasión en la filosofía, la publicidad, el derecho, la política. Los procedimientos argumentativos son los mismos en todos los ámbitos.
En ese año, Toulmin, con el concepto de campos argumentativos sostiene que se argumenta todo de diferente modo si se trata de diferentes ámbitos (contrario a Perelman)

PERELMAN: cuestiona argumentar con razones plausibles para conseguir la adhesión del auditorio. Está en contra de los absolutistas (que dicen que hay verdad o falsedad nada más). La argumentación se organiza cuando se produce la regulación de las elecciones políticas (genero deliberativo), reforzamiento de las normas sociales y morales (genero epidíctico) o la sanción de conductas represibles (genero judicial). Para estos autores los argumentos modelan sus estructuras en una situación retórica pensada sobre el esquema jurídico y definida por la presencia de un auditorio-juez. Rechazó a las definiciones que asimilan lo razonable con lo demostrable.
La nueva retórica es, para Perelman, una teoría de la argumentación. La demostración es un cálculo hecho de acuerdo con reglas verificadas anteriormente. Una demostración es correcta o incorrecta si respeta o no ciertas reglas. Para pasar de una inferencia correcta a una verdad se debe admitir la verdad de las premisas y la coherencia del sistema axiomático. La argumentación supone el deseo del orador de persuadir sin imponer y una disposición por parte del auditorio de escuchar.

El control del auditorio:
Es este concepto el que diferencia las aproximaciones lógicas y las retóricas de la argumentación. Estas trabajan pensando en un auditorio, las primeras lo omiten. Perelman asigna a la argumentación “el estudio de las técnicas discursivas que permiten provocar o aumentar la adhesión de las personas a las tesis que se presentan para su asentimiento”. El autor sigue la tradición clásica y dice que el discurso es portador de razón y ésta no se forma por la fuerza ni por seducción. Perelman define auditorio como “el conjunto de aquellos en quienes el orador quiere influir con su argumentación”. Cada orador construye de manera más o menos consciente el auditorio al que dirige sus discursos de manera que siempre debe existir por parte del argumentador una voluntad de coincidencia entre el discurso y su auditorio. Al estudiar el auditorio, Perelman diferencia en principio 3 clases: auditorio universal (constituido por todos. Supone que todos los hombres, con la misma preparación, la misma capacidad y la misma información adoptarán las mismas conclusiones), auditorio particular (es el que está constituido por un único interlocutor al que el argumentador se dirige) y discurso del propio sujeto (es el integrado por el propio sujeto cuando delibera o evoca interiormente acerca de las razones de sus actos).
En la perspectiva clásica, un argumento es más o menos fuerte si se aproxima o se aleja de la verdad. La fuerza de un argumento es proporcional al grado de acrecentamiento de la adhesión que provoca.

Las bases del acuerdo: Los acuerdos se organizan, por un lado, a partir de hechos cuando se alude a objetos de acuerdo, precisos, limitados; en cambio, se designará preferentemente con el nombre de verdades los sistemas más complejos. A veces se parte de presunciones que aunque no son seguras como aquellos, sin embargo, brindan bases suficientes para conformar una convicción razonable. Las presunciones se asocian con lo que se produce con normalidad y con lo que es razonable tomar como punto de partida. Por otro lado, los valores influyen sobre los cursos de acción. Brindan razones para preferir una cosa de otra. Sin duda, la mayoría de los valores son particulares y aceptados por un grupo particular. A partir de los valores se organizan jerarquías que también tienen su lugar en el discurso argumentativo. Estas jerarquías, como los valores, no están congeladas en el tiempo sino que sufren las mismas modificaciones que el conjunto de la sociedad. Los lugares de preferencia son proposiciones que sirven para justificar valores o jerarquías pero también que tienen la característica especial de evaluar aspectos complementarios de la realidad. Toda argumentación implica una selección previa, selección de hechos y de valores.

Estructura de los argumentos: Según Perelman, un argumento no formal consiste en una red formada por todos los argumentos y todas las razones que se combina para alcanzar el resultado deseado. El orador dispone de distintas estructuras argumentativas. 5 clases:
1) Argumentos cuasilógicos: Se presentan como lógicos pero si se los analiza en detalle dan lugar a la controversia y se vuelven no obligatorios.
- Contradicción e incompatibilidad: En un sistema formal no puede haber contradicción ya que conduce a la descalificación cuando no hay posibilidades de establecer una distinción entre los signos empleados. Por ello en la argumentación no se puede sostener la contradicción sino más bien una incompatibilidad cuando una regla afirmada, una tesis sostenida, una actitud adoptada, conlleva un conflicto con una tesis o una regla afirmada anteriormente.
- Identidad, definición, analiticidad y tautología: una identidad formal se presenta como una evidencia y escapa a la controversia, y por tanto a la argumentación. Cuando se pretende identificar lo que se define con aquello que es definido se hace un uso argumentativo cuasilógico de la identidad. Las definiciones juegan un rol en la argumentación muy diferente al que tienen en el sistema formal. El análisis, como la definición, puede pretender tener un estatuto diferente del argumento cuasilógico. La definición, para evadirse de la controversia, apela a la arbitrariedad y a la conclusividad, el análisis se propone como evidente y necesario. Si no aporta nada nuevo, se cae en la tautología. Se llama “tautología” a todo enunciado en el cual el predicado no agrega ninguna información al tema de la frase. Una verdad incuestionable pero vacía que, en la práctica, no existe.
- La regla de justicia y la reciprocidad: la regla de justicia exige la aplicación de un tratamiento idéntico a seres o a situaciones que se integran en una misma categoría en la lógica porque en la práctica no funciona porque no hay sujetos idénticos. Otros argumentos cuasilógicos actúan por medio de la reciprocidad. El fundamento de estos es el principio de simetría: “a” es a “b” lo que “b” es a “a” (no hagas lo que no te gusta que te hagan). En la práctica o retórica sólo es probable
- Argumentos de transitividad, de inclusión y de división: La transitividad se sostiene sobre la base de si “a = b” y “b = c” se concluye que “a = c”. En la práctica no es necesariamente así. La relación de inclusión organiza 2 tipos de argumentos: los que tienen en cuenta la inclusión de las partes en un todo y los que se valen de la división del todo en partes y de las relaciones entre las partes resultantes. Los argumentos de división son frecuentes cuando se analizan determinados fenómenos y se relacionan de manera mecánica las partes con el todo. Así los más característicos tienden a mostrar la existencia o no existencia de una de las partes. Se argumenta por exclusión.
2) Argumentos basados en la estructura de lo real:
La argumentación basada en la estructura de lo real se organiza a partir de los enlaces que se formulan. Pueden ser enlaces de sucesión, como la relación de causa a efecto, o enlaces de coexistencia, como la relación entre la persona y sus actos.
- Enlaces de sucesión: es primordial el orden temporal. Se pueden distinguir argumentaciones de 3 tipos: Las que tienden a aproximar de modo recíproco 2 acontecimientos sucesivos dados por medio de un nexo causal, Las que, dado un acontecimiento, tratan de descubrir la existencia de una causa que haya podido determinarlo, Las que, ocurrido un acontecimiento, procuran evidenciar las consecuencias que deben resultar.
- Relaciones de coexistencia: los argumentos que establecen relaciones de coexistencia marcan un vínculo entre realidades de las cuales una se presenta como la expresión o manifestación de la otra. Mientras que en los enlaces de sucesión, los términos confrontados se encuentran en un mismo plano fenomenal, los enlaces de coexistencia unen 2 realidades de nivel desigual.
- Jerarquías dobles y las diferencias de orden: las jerarquías, como los valores, forman parte de los acuerdos que permiten organizar las premisas del discurso pero también se puede analizar el fundamento sobre el que descansan. La doble jerarquía expresa una idea de proporcionalidad directa o inversa o un nexo de término a término (si sos uno más sos uno menos).
3) Argumentos creadores de la estructura de lo real:
- Argumentación por el ejemplo: El ejemplo lleva a la formulación de una regla a través de una generalización de un caso particular.
- Ilustración: La ilustración tiene como función reforzar la regla que ya fue instituida y admitida brindando casos particulares que esclarecen el enunciado general. Perelman reconoce que la diferencia entre el ejemplo y la ilustración es sutil, pero sostiene que permite distinguir no sólo que el caso particular sirve para fundar una regla sino que a veces se enuncia la regla para sostener casos particulares que al parecer deben corroborarla.
- Modelo: cuando se argumenta proponiendo una conducta que se debe imitar. Este supone un mínimo de prestigio social o de autoridad, no se imita a cualquiera ni cualquiera se propone como modelo. Se emparienta con la argumentación de autoridad (argumentum ad verecundiam) porque se supone que se trata de alguna autoridad que por el prestigio que tiene puede avalar la acción que se considera.
- Analogía y metáfora: En la analogía se afirma que a es a b como c es a d (tanto el corrupto merece castigo como el ladrón la cárcel).
4) Disociación de las nociones:
revisar los elementos que en un principio se toman como unidos y separarlos porque no funcionan. La disociación de las nociones permite analizar en detalle enlaces argumentativos para elaborar estructuras persuasivas más solidas.
5) Interacción de los argumentos:
todos los argumentos de un discurso interactúan entre orador, auditorio, contexto, argumentos contrarios.

Capítulo 5

El modelo argumentativo de Toulmin: Toma a la lógica como puntos de partida pero se vuelca a la práctica luego. Toulmin sostiene que la lógica tiene que ver con lo que los hombres piensan, argumentan e infieren y advierte que, como se la presentó desde Aristóteles en adelante, funciona como una disciplina autónoma sin contacto con la vida cotidiana. Propone desplazar el campo de atención de la lógica a la lógica práctica, no formal, una lógica operativa para usarla en el ámbito jurídico. Un buen argumento es aquel que resiste a la crítica. Propone el análisis de las modalidades (adverbios que introducen a una conclusión (es posible)). Las usa para: marcar el compromiso del locutor con su enunciado y como componente de criterio que depende del área considerada.

Por Perelman, la argumentación es única. Por Toulmin, los “usos” de la argumentación supone otra cosa. El modelo es justificador. Analiza la técnica de una justificación. Distingue entre “uso instrumental” del lenguaje (ocurre cuando no es preciso emplear razones suplementarias que justifiquen lo que se afirma: es el caso cuando se da una orden, se dice cómo está el tiempo o se describe un objeto) y “uso argumentativo” (se produce cuando las emisiones lingüísticas tienen éxito o fracasan a partir de apoyarse en sucesivos argumentos o pruebas. Según el autor, por “argumentación” se entiende a la actividad de plantear pretensiones, someterlas a debate, producir razones para respaldarlas, criticar esas razones y refutar esas críticas, etc. Es la secuencia de opiniones y razones encadenadas que establecen el contenido y la fuerza de la posición para la cual argumenta un hablante particular.

Componentes de un argumento:
1) Conclusión y datos (grounds): Responde la pregunta presentando datos que justifican el enunciado. Este ultimo tomará el estatuto de conclusión. “Harry nació en Bermudas” (D), “Harry es un ciudadano británico” (C).
2) Garantías: Para que esto se convierta en una justificación es necesario captar la relación entre estas dos afirmaciones. No se puede responder brindando más datos. Es cómo pasar de los datos a la conclusión (ley de pasaje). “Las personas nacidas en Bermudas son generalmente Británicas” (G).
3) Modalizadores y restricciones: En general, los datos y garantías no permiten inferir en la conclusión sin un grado absoluto de certeza. (R= a menos qué) Hay que precisar con qué fuerza la relación de los datos permite extraer la conclusión. En el enunciado completo figurará un modalizador (M) que puede tomar forma de “generalmente”. “Si sus padres son extranjeros y si Harry ha sido naturalizado ciudadano americano”.
4) Soporte (backing): La ley misma puede ser cuestionada, hay que apoyarla en un justificativo, un soporte. “Dado la ley, los individuos nacidos en colonias británicas de padres que cumple tales condiciones” (S).
Entonces: D [G][S]à M, C [R].
Los datos en los que se basta tienen que ser relevantes en relación con la conclusión planteada en el argumento y suficientes para apoyarla. La garantía con que uno cuenta para asegurar ese apoyo tiene que ser aplicable al caso que se está discutiendo y tiene que basarse en un sólido soporte. La modalidad o fuerza de la pretensión resultante tiene que hacerse explícita y han de entenderse bien las posibles refutaciones o excepciones.
Algunas consideraciones acerca del modelo propuesto. La primera, tener en cuenta que todos los elementos que lo conforman están vinculados. La segunda, es necesario el consenso previo entre quienes participan de la argumentación respecto del campo en el que se va a debatir. La tercera, es que lo que funciona como garantía última de los argumentos es el sentido común. La última es que la argumentación se sostiene también por las instituciones que a cobijan.

Comunidad racional:
todos los seres humanos comparten experiencias comunes lo que los habilita a convertirse en jurado respecto de la fortaleza o debilidad de los argumentos propuestos. Este concepto evoca en algún sentido el auditorio universal del que habla Perelman, aunque Toulmin nunca lo cita como referencia.

Garantía y campo argumentativo:
Toulmin plantea que la noción de garantía depende de la noción más general de campo argumentativo. Cada ámbito de argumentación impone sus restricciones y sus posibilidades.
La red argumentativa: el esquema de 3 términos datos, garantías y conclusión nutre el centro de la argumentación y se pueden relacionar los otros elementos del esquema como argumentaciones secundarias que sostienen a la principal. Esta es la red argumentativa y es para reforzar el argumento.
Una aproximación vericondicional: El modelo de Toulmin no es retórico sino vericondicional. No se trata de medir la verdad de un enunciado por el grado de adhesión que le brinda el auditorio (Perelman) sino por conservar la noción tradicional de verdad, volviéndola simplemente relativa.

La fuerza de los argumentos: un argumento tiene peso y funciona sólo si es presentado a la audiencia apropiada en un foro apropiado. La fuerza de los argumentos incluye tipos de temas:
- Los enunciados calificadores: se emplean para establecer el grado de certeza que se tiene acerca de una aserción particular. Algunas garantías no conducen invariablemente hacia la conclusión, otras lo hacen sin ofrecen una confiabilidad total. La lengua posee un grupo de adverbios que indican la fuerza que debe atribuírsele a la conclusión: con toda probabilidad, muy posiblemente.
- Las excepciones y condiciones de presentación de los argumentos: existen dos razones para que una conclusión no sea presentada como definitiva o cierta. El dato, la garantía y el soporte sustentan la conclusión sólo parcial o débilmente o porque el dato, garantía y soporte la sustentan sólo bajo ciertas condiciones (normalmente, ocasionalmente)
- El concepto de carga de prueba: se da que en muchas situaciones cotidianas se toman decisiones en forma racional aun cuando no se posea suficiente información, o en presencia de información que conduce por caminos conflictivos.
- Argumentación relevante: quienes participan en una discusión tienen mucha información significante e insignificante y hacen uso de ella para enriquecer la defensa de sus posiciones o puntos de vista.