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1º Parcial E  |  Filosofía (Profesor: Alejandra González - Cátedra: Merlo - 2016)  |  CBC  |  UBA
  1. Caracterice la forma de subjetivación en Grecia. Relacione con el mito del rey filósofo y el mito de la caverna con la figura de Edipo. Plantee la forma de subjetivación en el discurso bíblico. Justifique con citas del Libro de Job.

  2. Lea la siguiente cita de la política de Aristóteles: “La Physis, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado a unos seres para mandar y a otros para obedecer. Ha querido, que el ser dotado de razón y de previsión mande como dueño, así también que el ser capaz por sus facultades corporales de ejecutar las órdenes, obedezca como esclavo y de esta suerte el interés del señor y el del esclavo se confunden.” Explique, apoyándose en la lectura del texto de Vernant, cuál es el concepto de Physis en Aristóteles y por qué es el fundamento. ¿Por qué justifica la esclavitud peri phiseos (por naturaleza)?

    3. Justifique, utilizando el texto de Edipo, por qué el error por ignorancia (amartía) no es lo mismo que el pecado. Explique el intelectualismo ético y relaciónelo con el mito de la caverna. ¿Por qué verdad, bien y belleza se identifican? Describa la noción de pecado en el Génesis, ¿por qué la historia y la singularidad se vuelven relevantes en oposición al discurso griego?

    4. Lea el Libro I de la Política de Aristóteles. Describa cuáles son las relaciones sobre las que se funda la estructura de la familia. Busque citas de Antígona que sean ilustrativas de estos vínculos.

    5. Justifique la noción de persona desde el punto de vista teológico. ¿Por qué aparece el yo psicológico en las Confesiones de Agustín?


    6. Defina la polémica entre realistas y nominalistas en torno del problema de los universales. Relacione con la intuición de lo singular y con el conocimiento de los doctos. Busque citas de los textos seleccionados para justificar su lectura.

    7. Establezca la noción de temporalidad y filosofía de la historia. Justifique el teocentrismo vinculándolo con las nociones de creación ex nihilo, nada e infinitud.

    8. Explique la polémica entre razón y fe en el Medioevo.

 

Respuestas

  1. En Grecia, la forma de subjetivación es la de polite. En la polis sólo era polite quien participaba de la asamblea, quien actuaba como ciudadano. Ser parte de la polis implica el hecho de tener en cuenta todos los detalles de la vida: vida social, manera de casarse y de educar a los Hijos, vida militar, vida religiosa, es decir, todos los valores que entran en juego en la cultura de tal o cual constitución.
    El mito del rey filósofo y el de la caverna, se relacionan con la figura de Edipo en el sentido que el personaje, en un principio, se dejaba llevar por los sentidos, comprendía su conocimiento a través de lo sensible; como en el caso de los esclavos en la caverna que percibían las sombras de las cosas a partir de la vista como realidades. Edipo, sumido en su tiranía e ignorancia, no puede ver lo real, que es que, en realidad, Pólibo no era su Padre sino que Layo lo era, al cual él mismo mató, por lo que se cumplió la profecía que lo había hecho abandonar su tierra. En cuanto Edipo conoce la verdad, se siente tan avergonzado y apenado que se arranca sus propios ojos. La ‘luz’ de la verdad lo encegueció, porque él estaba acostumbrado a vivir en las tinieblas de la ignorancia; de esta manera se relaciona la figura de Edipo con el rey filósofo que es quien sale de la caverna hacia la luz, conoce la verdad (aunque eso implique una nueva adaptación de su mirada) y vuelve a la caverna para transmitir lo que descubrió a los otros hombres, aún encadenados.
    La forma de subjetivación del discurso bíblico es la singularidad/persona. El discurso bíblico es histórico, en él importa la singularidad histórica, los casos específicos, las excepciones; entra en el discurso bíblico la noción de persona. En el libro de Job, le sucede a un buen hombre y cristiano toda una seguidilla de desgracias y él, ante esta tragedia, se pregunta “¿Por qué a mí?”. A partir del ‘mí’, Job imprime la singularidad que es lo novedoso del texto. En el libro de Job aparecen varios ejemplos de esta singularidad, uno es: “Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi honor, y mi prosperidad pasó como una nube. Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí.”

 

  1. El concepto de Physis en Aristóteles es la naturaleza, a partir de la cual se fundamentan todas las cosas existentes; esto es, que cada ser se sustenta en su naturaleza y la causa final de esa naturaleza es su propia realización. Aristóteles entiende a la physis como a la totalidad cósmica de animales, humanos, seres vivos; de todo. Es decir, es la totalidad de los entes inmanente regulada. Fuera de la physis no hay nada. Bajo este concepto, Aristóteles funda el “prejuicio naturalista” en donde le atribuye una naturalidad a fenómenos que se puede explicar histórico-políticamente, y sostiene que lo que es natural no hay que explicarlo y tampoco se puede cambiar. El filósofo, justifica la esclavitud peri phiseos bajo el concepto del physis, y sostiene que la naturaleza y causa final del esclavo, es ser esclavo; por lo que nunca podría ser otra cosa que un esclavo. Dejar de ser esclavo sería ir en contra de su naturaleza.
  2. El error por ignorancia (amartía) no es lo mismo que el pecado porque en él no radica la voluntad. Para cometer un pecado hay que tener la voluntad de hacerlo, cada uno elige si actúa bien o no. En el caso de la amartía no existe la voluntad ni la capacidad de elección porque se actúa por ignorancia, se desconoce. Edipo, no sabe que uno de los hombres que mató en la encrucijada de caminos es Layo, tampoco sabe que Layo es su Padre y no Pólibo por lo que igualmente desconoce que Yocasta es su madre; vale decir que las faltas que Edipo cometió entran en el terreno de la amartía. En el discurso griego, para que no existan estos errores por ignorancia, es requisito fundamental la educación, lo que llaman el intelectualismo ético. Esto se fundamenta en que la sabiduría siempre lleva al bien (el rey filósofo es bueno porque lo ilumina la luz del sol -sumo bien- y vuelve a la caverna para iluminar a los demás hombres) mientras que la ignorancia lleva al mal, a la monstruosidad (Edipo comete errores por desconocimiento).
    El Bien es el fundamento por el cual cada una de las Ideas es un ser inteligible por sí mismo. Pero el Bien no se confunde con la esencia que hace posible. La Idea es buena (inteligible), no es el Bien (fuente de inteligibilidad). Es buena porque puede ser pensada en la identidad de su ser. De este modo, el Bien está presente en cada Idea de modo absoluto, Lo bello en sí es absolutamente bueno en cuanto es absolutamente bello, es el bien máximo al que se puede aspirar en cuanto a belleza concierne. Verdad, bien y belleza se identifican porque el bien según Platón es causa de la verdad, ambas son virtudes y son imitaciones de las ideas, ahí su relación causal.
    En el Génesis la noción de pecado se encuentra vinculada a la de voluntad, es decir, que los individuos poseen libre albedrío de su voluntad; de ellos mismos depende si actúa de manera correcta o no. Tienen la capacidad de elección entre lo bueno y lo malo. Adán decide, elige, comer la manzana, aún cuando se le había advertido que no lo hiciera.

Se vuelven relevantes al en contraposición del discurso griego implementando la vision del sujeto como ente que se construye con el tiempo, su visión es lineal. El discurso griego es cíclico.

  1. En el Libro I de la Política de Aristóteles se plantean tres relaciones peri phiseos (por naturaleza, por lo que no pueden cambiar) sobre las que se funda la estructura de la familia, éstas son: Relación amo-esclavo, relación esposo-esposa y relación Padre-Hijo (varón). Dichas relaciones son jerárquicas, el polite (amo, esposo y Padre) se encuentra jerárquicamente por encima del esclavo, de la esposa o del Hijo varón. En cuanto a la primera relación (amo-esclavo) fundamenta que los esclavos son por naturaleza y quien nace esclavo siempre será esclavo así como también el hombre libre siempre será hombre libre y no puede ser esclavo. El esclavo no tiene la capacidad de razonar y sólo debe acatar órdenes del amo. Es una relación tiránica y nunca puede ser isonómica (iguales ante la ley). Esta relación puede verse en Antígona cuando el Centinela pide permiso a Creón para hablar, “¿Me permites hablar o doy la vuelta y me voy?” o en los momentos en que Creón les da órdenes a los esclavos como “Ya no hay dilación; llevadla dentro, esclavos”.
    A la segunda relación se la considera republicana ya que la esposa tiene la capacidad de razonar pero no la de decidir; no tiene autoridad. A pesar de tener derecho al habla y la virtud de la razón, no puede ir más allá de la voluntad del esposo. La mujer posee la capacidad deliberativa de la cual se encuentra privado el esclavo pero sin plena autoridad. En Antígona hay varios ejemplos de esta relación, una es cuando Creón dialoga con el Hijo y afirma “(…) hay que defender el orden y la disciplina y no dejarse nunca dominar por una mujer. Mejor es, si es preciso, caer ante un hombre; que así nunca podrán decir que somos inferiores a la hembra.”.
    Y en cuanto a la tercera relación, se puede decir que comparte semejanzas con la relación esposo-esposa, ya que el Hijo posee la capacidad de razonar pero no la de decidir; no puede ir más allá de la voluntad del Padre. Se diferencia de la segunda relación en el sentido que el Hijo varón tiene una capacidad deliberativa inmadura ya que, cuando sea mayor se convertirá en polite y será un par de su Padre. Por esta razón se considera a la relación Padre-Hijo (varón), monárquica. En Antígona la relación Padre-Hijo varón la encontramos en Creón y Hemón. Creón le habla a Hemón luego de la sentencia que dictó para su novia, Antígona, y exclama: “¿(…) vienes rabioso contra tu Padre, o soy de ti siempre querido de cualquier modo que proceda?”. A lo que Hemón contesta: “Padre, tuyo soy, y tú me diriges con buenos consejos que yo debo obedecer (…)”. Más tarde se puede ver esta relación monárquica cuando Creón exclama: “Llegados a esta edad, ¿tendremos que aprender prudencia de un jovencito imberbe como éste?”, haciendo referencia a su Hijo.

 

  1. El concepto de persona fue formulado por primera vez en la reflexión teológica cristiana al pensar la fe cristológica y trinitaria, sobre todo entre los siglos II-V. La noción de persona, en Agustín, está ligada a lo ontoteológico. En la Trinidad, es un solo Dios pero tres personas que se relacionan entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los vínculos personales entre criaturas son cambiantes, relativos; en cambio, en Dios, los vínculos personales no cambian, son eternos, esto es, que las relaciones son sustanciales. Dios es sustancialmente Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre no es Padre en relación al Hijo, ni el Hijo es Hijo en relación al Padre. Lo que tienen en común Padre, Hijo y Espíritu Santo es que son personas.
    Dios es persona creadora y nosotros somos personas creadas (criaturas) porque él nos creó a imagen y semejanza. Somos personas derivadas, es decir, heredamos el concepto de persona: nuestra condición de persona depende de haber sido creados por Dios. Este es el fundamento que le da consistencia al concepto de persona desde el punto de vista teológico.
    Agustín, al escribir Confesiones, crea un nuevo género literario: la autobiografía, la cual es dialógica. En Confesiones, Agustín habla con Dios, por lo que es necesario que exista un sujeto articulado entre TÚ y YO. Agustín habla en primera persona y recurre a un TÚ, que es Dios. A partir del diálogo, lo que intenta Agustín es encontrar respuestas, va dando cuenta del camino reflexivo del sujeto en la constitución de la identidad. Agustín descubre el YO a partir de la pregunta ‘¿Quién soy?’, a la cual responde con ‘Agustín’, que no dice nada. Para decir quién es tiene que narrar su vida, porque un mero nombre no alcanza. El autor descubre que a partir del YO da cuenta de la Identidad. Agustín sostiene que la base del ‘yo’ es la memoria, “yo soy lo que retengo en la memoria”: si no hay memoria no hay identidad subjetiva. La base de la identidad tiene que ver con lo que me preguntan en el presente, el pasado es un recuerdo de la memoria que ya no es y el futuro que imagino todavía no es. El texto de Agustín no es sólo una fenomenología de la memoria, sino una búsqueda de la identidad. Agustín, por primera vez, analiza la cuestión del yo como ente psicológico. El yo es un problema para sí mismo, no sólo desde lo cognitivo sino también desde lo pasional: atravesado por la duda, el sufrimiento, la alegría y la esperanza. El sujeto está encadenado entonces no sólo al conocimiento sino al itinerario emocional que lo lleva hacia la búsqueda de una mayor exterioridad precisamente en el repliegue del interior: Dios se busca y encuentra en la identidad.
  2. En la disputa de los universales se enfrentan dos teorías: la realista y la nominalista. Por un lado, la realista (Tomás XII), a partir del concepto de ousía, plantea que las ousías primeras, aquellas que captamos a través de los sentidos, son las que menos existen y plantea un gradualismo: mientras más abarcativas sean (las ousías), más reales son. Sostiene que Dios es causa primera, porque es causa de todo, y, al ser lo más abarcativo, es lo más real. Los realistas afirman que los universales poseen una existencia extra anima, dicho en otros términos, que no son construcciones del pensamiento sino que tienen una existencia real y solo los doctos (aquellos pocos con la capacidad del saber y con una fuerte fe) son capaces de comprenderlos. Por otro lado, la teoría nominalista, de la mano de Guillermo de Ockham, plantea que las ousías primeras son las más reales y las captamos todos de la misma manera a través de los sentidos: las llama entes reales y son lo único que tiene existencia empírica, usamos la intuición usando los sentidos para captarlos. Mientras que las ousías segundas (entes de razón) son pensadas, es decir, que existen en el pensamiento (in anima) y no de manera empírica. Al ser conceptualizadas por el pensamiento las percibimos de modo distinto. Para los realistas, la risa vence al temor y eso nos aleja de dios, el control sobre los pobres también se pierde. En los nominalistas, la cosa cambia, la risa y la tragedia están al mismo nivel y sirven para hacer catarsis. Los carnavales serian considerados como un ejemplo en la cultura popular ya que con estos se perdía el orden y la seriedad, la cultura carnavalesca del Renacimiento implicaba la “suspensión de temporal de de todas las distinciones jerárquicas y barreras entre los hombres y de las prohibiciones de la vida corriente”.
  3. El pensamiento griego y el hebreo divergen esencialmente en la forma de acercarse y en la interpretación de dos datos externos al pensamiento humano: el tiempo y el espacio. Los semitas emigrantes fueron los primeros en cobrar conciencia de la función del tiempo y el espacio porque su historia estaba bordada en la tela del tiempo pero el espacio seguía siendo para ellos un límite infranqueable. Si bien el poder político aumentaba con el tiempo, también surgían en las fronteras nuevas extensiones que conquistar; por eso sus concepciones estaban obsesionadas con el espacio. Para los semitas, (conquistadores, expansionistas) la historia fue un majestuoso inventario de dinastías. Para los griegos, fue una curiosidad intelectual, una investigación lógica o ejercicio de la retórica. El pensamiento hebreo fue el que supo triunfar sobre el espacio y elegir el tiempo del hombre en una historia única, llena de significados y que problematizaba el mismo destino del hombre. La Biblia, a partir de la unicidad de la existencia humana, supo dar a luz la historia de la filosofía, en la que la temporalidad se da de forma lineal, en ella existe el progreso y la cual tiene principio y fin. En la teocracia, el principio es el Génesis y el fin el Apocalipsis. El Génesis lleva consigo esa vocación por la que la filosofía bíblica será tan extraña para la filosofía griega. Todos los dramáticos conflictos del espacio fueron concentrados por los hebreos en un solo instante: la creación. La noción hebrea de la creación plantifica al Ser como un dato: si la nada cede al algo, el algo cederá al todo, el problema es del devenir. La vida es la continuación de la victoria sobre la nada, la historia es la prolongación del choque del tiempo y el espacio. En un principio, el tiempo se puso en movimiento y, desde entonces, avanza irresistible. A esta creación de ‘la nada al todo’ se la denomina ex nihilo; se refiere a que Dios creó al mundo desde la nada, lo que se opone a la teoría de Aristóteles quien sostenía que la nada no existe, por lo que no es posible crear algo desde la nada.
  4. En la Edad Media, los realistas, entendían a la fe como sinónimo de verdad: todo fenómeno encontraba su explicación en la religiosidad. El saber no se encontraba repartido democráticamente, sino que era distribuido entre los más poderosos. A los realistas, la razón les despertaba desconfianza. Ellos sostenían que el saber para los simples y los doctos curiosos era diabólico. Para los doctos, el lugar más peligroso es la curiosidad porque la consideran diabólica; no ven bien el hecho que quieran conocer lo que está más allá de sus sentidos, de lo que Dios les permite percibir. Para los simples, lo más peligroso es la risa porque da lugar al carnaval y a la burla; si el pueblo ríe significa que no teme, y si no teme no necesita a Dios. Los realistas, para llegar a la verdad, utilizan el método axiomático (parten de los axiomas, las causas primeras) en el que la verdad deviene siempre de la fe; la razón y el conocimiento de las ousías segundas sólo son materia de ciertos doctos preparados cuya fe es inquebrantable.
    En el caso de los nominalistas, no negaban que la fe sea la verdad pero sí afirmaban que la razón debía ser la que encuentre el camino para llegar a ella. Los nominalistas fueron perseguidos porque se consideraba que sus estudios se oponían a la religiosidad. El método que utilizaban para llegar a la verdad era el sensible o inductivo en el cual se parte de los entes reales (ousías primeras) para llegar a los entes de razón (ousías segundas), esto es que partían de elementos que contaban con existencia empírica para llegar a la verdad que se encontraba en la fe.

 

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