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Clínica de adultos

Resumen de la materia

Cátedra: Lombardi

 2006

Altillo.com

HOMBRE DE LOS LOBOS

I-PUNTUALIZACIONES PREVIAS

-joven ruso q a los 18 años, luego de una infección d gonorrea a los 17 años (inflamación d la uretra), sufrió un quebranto patológico.

-a los 23 años (1910) acude a Freud: Llega con los siguientes síntomas:

ü Gonorrea

ü Talante sombrío desde el mediodía hacia las 5 d la tarde

ü Constipación (histérica)

ü Falta de autonomía, dependencia absoluta, incapacidad para trabajar y estudiar.

-F lo define como una secuela d neurosis obsesiva q remitió espontáneamente pero sanó deficientemente.

-sólo la neurosis infantil es el tema de las comunicaciones del caso.

-en los primeros años d tto no se consiguió cambio alguno

-ensayo terapéutico

-el analista debe ser atemporal como el icc

-Inhibición d la asociación: se atrincheró durante largo tiempo en una postura inabordable d dócil apatía (o respetuosa indiferencia). Escuchaba, comprendía, pero no permitía aproximación alguna. Su intacta inteligencia estaba cortada de las fuerzas pulsionales que gobernaban su comportamiento. Hizo falta una prolongada educación (en la regla fundamental) para moverlo a trabajar, y cuando emergieron las primeras asociaciones, él suspendió el trabajo a fin de prevenir alteraciones y mantenerse cómodo en la situación establecida. Prefería su padecimiento a una existencia autónoma. Para superarlo me vi precisado a esperar hasta que la ligazón conmigo deviniera lo bastante intensa (TF+), y resolví que el tratamiento debía terminar en cierto plazo, independientemente de los logros obtenidos (a los 3 años d tto). [Si no fuera por este emplazamiento el análisis se hubiera vuelto interminable]. Estaba decidido a respetar ese plazo. El paciente terminó por creer en la seriedad de mi propósito. Y bajo la presión intransigente, cedió su resistencia, su fijación a la condición de enfermo, y el análisis brindó en un lapso breve todo el material que posibilitó la cancelación de sus síntomas.

1-dócil apatía

2-prolongada educación para que asocieÞemergen las primeras asociacionesÞdetención

3-emplazamiento

II-PANORAMA SOBRE EL AMBIENTE DEL ENFERMO Y SU HISTORIAL CLINICO

-afecciones abdominales d la madre y primeros ataques depresivos del padre. Escucha a la madre la queja de “así no se puede vivir”, estas palabras resuenan en él y s lo dirige a sí = + tarde.

-Alteración carácter o período díscolo: Parece que al principio fue un niño dócil y tranquilo, por eso le solían decir que él habría debido ser la niña, y su hna el varón. Pero cierta vez que sus padres regresaron del viaje se había vuelto irritable, violento, se consideraba afrentado por cualquier motivo y se embravecía y gritaba como un salvaje. Cree haber hecho la primera de sus escenas cierta vez en que para Navidad no recibió el doble regalo que le habría correspondido, ya que el día de Navidad era también el de su cumpleaños.

-Angustia ante la imagen del lobo: Había cierto libro ilustrado donde se figuraba a un lobo erguido y en posición de avanzar. Cuando veía esa figura empezaba a gritar enfurecido, tenía miedo de que el lobo se lo comiera. Su hermana aprovechaba para martirizarlo y siempre se las arreglaba para mostrarle esa imagen, y se divertía con su terror. También tenía miedo a otros animales, grandes y pequeños. Una vez q corría tras una gran mariposa con alas veteadas d amarillo (macaón) de pronto fue presa de tremenda angustia; dando gritos, desistió de perseguirlo. Martirizaba escarabajos y cortaba orugas en pedacitos; también los caballos le resultaban ominosos. Gritaba cuando un caballo era azotado. Otras veces azotaba él mismo a los caballos. Su recuerdo no permitió decidir si estas clases contrapuestas de conducta hacia los animales fueron simultáneas, o si s relevaron una a la otra. Había una oscilación entre angustia y hostilidad.

-Angustia ante el padre: En los primeros años de su infancia la relación con él había sido muy tierna. Estaba orgulloso d su padre y quería ser un señor como él. La ñaña le había dicho que su hermana era hija de la madre, y él lo era del padre, lo q le contentaba mucho. Al terminar la niñez sobrevino una enajenación entre él y el padre, porq empezó a preferir a la hija, lo cual lo afrentó mucho. Más tarde (4 años) se volvió dominante la angustia frente al padre.

Hacia el 8º año desaparecieron todos los fenómenos q empezaron con su conducta díscola. Retornaban algunas veces, pero -según cree el enfermo- cedieron al influjo de los maestros y educadores.

III-LA SEDUCCIÓN Y SUS CONSECUENCIAS INMEDIATAS

-la primera conjetura apuntó a la gobernanta inglesa durante cuya presencia sobrevino la alteración del niño. Esto apuntaba al complejo de castración y podía admitir esta construcción: una amenaza d ella dirigida al niño habría contribuido a la génesis d su comportamiento anormal. Es por completo inofensivo comunicar al analizado tales construcciones; nunca perjudican al análisis aunque sean erróneas (era la ñaña en vez d la gobernanta). Cómo efecto d esta intervención emergieron sueños en los q se trataba de acciones agresivas del muchacho hacia su hermana o hacia la gobernanta, y de reprimendas por ese motivo.

Hermana

-Era dos años mayor y siempre lo aventajó. De niña fue como un varoncito, indomeñable, y luego inició un brillante desarrollo intelectual. En la niñez fue una incómoda competidora en el reconocimiento de los padres. Al cumplir los veinte años empezó a sufrir desazón, se quejaba de no ser bella y se apartó de todo trato social. En un viaje, se envenenó y murió lejos del hogar. Era una de las pruebas de la herencia neuropática de la familia. Al tener noticia de su muerte apenas sintió dolor. Con toda frialdad pudo alegrarse de que ahora sería el único heredero de la fortuna. Aunq pocos meses después de su muerte hizo un viaje a donde ella había fallecido, buscó allí la tumba de un gran poeta que era por entonces su ideal y lloró sobre esa tumba.

-Elección d objeto: En la pubertad, él osó buscar en la hna una aproximación física íntima. Y al sufrir un rechazo terminante, se apartó de ella para volverse a una muchachita campesina que servía en la casa y tenía el mismo nombre que la hermana. Con esto consumaba un paso decisivo para su elección de objeto heterosexual, pues todas las muchachas de quienes se enamoró después, a menudo bajo los signos de la compulsión, fueron igualmente personas de servicio cuya formación e inteligencia eran muy inferiores a la suya. Si todos esos objetos de amor fueron personas sustitutivas de la hermana que se le denegó, sería irrefutable que una tendencia a degradar a esta, a cancelar la superioridad que tanto lo oprimió antaño, recibía así el poder de decidir su elección de objeto.

-Seducción por la hna a los 3 años: su hermana, teniendo él 3 años, lo había seducido en diversas oportunidades. Primero en el baño ella le propuso: «Enseñémonos la cola». Después acudió lo más esencial, la hermana le agarró el miembro, jugó con este y dijo q la ñaña hacía lo mismo con toda la gente: los ponía dado vuelta y luego les agarraba los genitales. Esta seducción coincide con el cambio de carácter, y por lo tanto con el despertar sexual. El reaccionó a la seducción con desautorización. La hermana no le resultaba grata como objeto sexual, probablemente porque su relación con ella ya estaba marcada en sentido hostil por la competencia por el amor de los padres. Buscó así un reemplazo en la ñaña. Empezó entonces a jugar con su miembro ante la ñaña, lo q debe ser concebido como un intento de seducción. La ñaña le puso cara seria y le declaró que los niños que hacen eso reciben ahí una «herida». Esta comunicación funciona como amenaza. Efectos:

1-enojo hacia la nana y busca en secreto otro objeto sexual (el padre).

2-La seducción le había da la meta pasiva de ser tocado en los genitales. Tras el rechazo y la amenaza de la ñaña abandonó el onanismo. La incipiente actividad genital sucumbió a una inhibición externa y fue arrojada a una fase anterior de organización pregenital: sádico-anal.

3-Se volvió irritable, maltrataba a animales y seres humanos. Su objeto ppal era la ñaña, así se vengaba de ella por el rechazo sufrido y al mismo tiempo satisfacía su meta sádica, la forma correspondiente a la fase regresiva. Empezó a cometer crueldades en animales pequeños, a coger mariposas para arrancarles las alas, a despedazar escarabajos; en su fantasía gustaba de azotar también a animales grandes, caballos, quehaceres enteramente activos, sádicos.

4-Emergieron fantasías: unos muchachos eran azotados, les pegaban en el pene. El sadismo se había vuelto hacía la persona propia en la fantasía, dando un vuelco hacia el masoquismo. El detalle de q el miembro sexual recibiera el castigo permite deducir que en esa trasmudación ya participaba un sentimiento de culpa referido al onanismo. Esas aspiraciones pasivas (d meta pasiva) habían emergido al mismo tiempo q las activo-sádicas o poco después.

Sed hnaÞñañaÞrechazo y amenazaÞrepresión del onanismo (del incipiente desarrollo genital)ÞregresiónÞperíodo sádico anal-posición activa/masoquista-posición pasivaÞalteración del carácter

Escena Primaria Esc Grusha Sed Hna Sed a Nana Efecto d la seducción
Objeto   Grusha Hna Nana Padre
Etapa Oral/sádico-anal Genital Genital Genital Regresión a sad-anal
Posición Pasiva Activa Pasiva Activa Pasiva/femenina
Meta     Ser tocado Ser tocado Ser pegado (por el padre) Ser poseído por el padre

5-Tras el rechazo de la nana se dirigió al padre. Renovó así su primera y originaria elección de objeto, q se había consumado por la vía de la identificación. El padre había sido su admirado modelo, y de grande quería ser «Un señor como mi padre». Este objeto de identificación de su corriente activa pasó a ser el objeto sexual de una corriente pasiva en la fase (regresiva) sádico-anal. La seducción por su hermana lo habría esforzado al papel pasivo dándole una meta sexual pasiva. La trayectoria que va desde la hermana, pasando por la ñaña, hasta el padre -desde la postura pasiva hacía la mujer hasta la misma postura hacia el varón. D nuevo era el padre su objeto, la identificación era relevada por la elección de objeto d acuerdo con el desarrollo más elevado, y la mudanza de la postura activa en pasiva es resultado de la seducción. Una postura activa hacia el padre hiperpotente no era fácil de realizar en la fase sádica. Cuando el padre regresó, sus ataques de furia y escenas de rabia hallaron un nuevo empleo. Frente a la ñaña habían servido a fines activo-sádicos; frente al padre perseguían propósitos masoquistas. Mediante la exhibición de su conducta díscola quería hacerse pegar por el padre, así recibe de él la anhelada satisfacción sexual masoquista. Eran intentos de seducción. Busca en el correctivo al mismo tiempo el apaciguamiento de su conciencia de culpa y la satisfacción de su aspiración sexual masoquista.

Id al Padre Þseducción hna Þalt carácter Þ nana Þ padre (idÞelección d ob)

Postura pasiva hacia la mujer/meta pasivaÞpostura pasiva hacia el varón

Las fantasías hasta ese momento colegidas estaban destinadas a encubrir el recuerdo de un suceso que más tarde fue chocante a su narcisismo viril. Según estas fantasías, no había desempeñado frente a la hermana el papel pasivo, sino q había sido agresivo, había querido verla desvestida, fue rechazado y castigado, y por eso cayó en ese estado de furia. La seducción por la hna no era una fantasía.

6-Investigación sexual/Castración: con sus primeras excitaciones genitales se inició su investigación sexual, que pronto recaló en el problema de la castración. En esa época pudo observar a dos niñas. Desautorizó la idea de que ahí veía corroborada la herida con que amenazaba la ñaña. Recordó que el padre había encontrado una serpiente durante una excursión y la cortó en pedazos con su bastón. Escuchó leer la historia de cómo el lobo quiso pescar peces en invierno usando su rabo como carnada, y entonces el rabo se partió en el hielo. Se ocupaba de pensamientos relativos a la castración, pero todavía no creía en ella, ni lo angustiaba. Otros problemas sexuales le plantearon los cuentos: en «Caperucita Roja» y «Los siete cabritos» los niños son rescatados del vientre del lobo. ¿Era entonces el lobo un ser femenino, o también varones podían tener niños en el vientre? Esto no se decidió en ese momento todavía. En la época en que se realizó esta investigación no conoció angustia ninguna frente al lobo (es recién después del sueño que la realidad d la castración se hace efectiva).

-lo característico de él era proteger al comienzo, frente a lo nuevo, cada posición libidinal que debía resignar, y la ambivalencia inusualmente nítida, intensa y duradera, en la q ambos términos opuestos del par de pulsiones parciales opuestas alcanzan en igual medida su conformación. Por ej en el tto: desarrollando una reacción terapéutica negativa: tras cada solución de síntoma, intentaba por breve lapso negar su efecto mediante un empeoramiento del síntoma solucionado.

Fase Posición Meta Padre S exterioriza en
Fálica Masculina, activa Mostrar o ser tocado en los genitales Ident Seducción a la niñera
Sádico-anal Femenina, pasiva Masoquista: hacerse pegar por el padre. Objeto Maltrato a animales, conducta díscola

Trauma Decisión/elección Síntoma Fantasma Objeto
Seducción por la hna Activo-pasivo Conducta díscola Ser pegadoÞser tocado en los genitales Padre/hermana
Sueño d angustia Masculino-femenino: id a la mujer en la escena 1ª. Elección femenina icc. Zoofobia Ser devorado por el lobo Padre

Consecuencias d la seducción

-represión del onanismo

-investigación sexual: pensamientos relativos a la castración (pero q aún no lo angustian)

-cambio d objeto: nana por padre o femenino por masculino

-cambio d meta/posición: d la activa a la pasiva (no la abandonará nunca)

-regresión desde la inicial genitalidad al estadio sádico-anal

-conducta díscola: llamado al padre (hacerse pegar por él)

IV-EL SUEÑO Y LA ESCENA PRIMORDIAL

"Es de noche y estoy en mi cama. De repente, la ventana se abre sola y veo con gran terror que sobre el nogal grande frente a la ventana están sentados unos cuantos lobos blancos. Eran seis o siete. Eran totalmente blancos y parecían más bien como unos zorros o perros ovejeros, pues tenían grandes rabos como zorros y sus orejas tiesas como de perros al acecho. Presa de gran angustia, evidentemente de ser devorado por los lobos, rompo a gritar y despierto”. Desde entonces hasta los 12 años tenía una angustia d ver algo terrible en sueños.

-tan natural y nítida se me había aparecido la imagen.

-los lobos estaban tranquilos. Lo miraban.

-relacionó este sueño con el recuerdo de que en esos años de su infancia mostraba una angustia intensísima ante la imagen de un lobo figurada en un libro de cuentos tradicionales. Su hermana mayor, solía embromarlo poniéndolo bajo cualquier pretexto ante esa imagen, tras lo cual empezaba a gritar despavorido. La imagen mostraba al lobo erguido en posición vertical, avanzando con una de sus patas traseras, las zarpas extendidas y las orejas tiesas.

-una historia q le contó el abuelo: Un sastre está sentado en su cuarto; de pronto la ventana se abre y salta dentro un lobo. El sastre le pega siguiéndolo con la vara... no -se corrige el paciente-; lo toma por el rabo y se lo arranca, de modo que el lobo sale corriendo aterrorizado. El sastre ha reconocido a su castigado visitante y exclama de pronto como aquella vez: "¡Toma al viejo por el rabo!". El lobo rabón se aterra con este recuerdo y sale disparando.

-anudamiento a la castración: El lobo viejo fue privado de su rabo por el sastre. Los rabos de zorro de los lobos en el sueño son, compensaciones de esta falta de rabo. Aquello que en el sueño era lo más insistente, los lobos arriba del árbol, llevaba al relato del abuelo, en el cual lo cautivador, y lo incitador del sueño, era el anudamiento al tema de la castración.

-zoofobia: La impresión q estos cuentos produjeron se exterioriza en una zoofobia que se singulariza por el hecho de que el animal angustiante no es un objeto fácilmente accesible a la percepción (como el caballo o el perro), sino que sólo se tiene noticia de él por un libro ilustrado.

-La angustia frente al padre había sido la fuerza más intensa para la contracción de su enfermedad, y la actitud ambivalente frente a cada sustituto del padre gobernaba su vida y su conducta en el tratamiento. La angustia ante el lobo es una angustia ante el padre. El padre tenía la peculiaridad de reprenderlo con el "regaño tierno", y en los primeros años solía jugar con su hijito y mimarlo, pudo pronunciar la amenaza en broma: "Te como". El lobo era un sustituto del padre, de suerte que este primer sueño de angustia había traído a la luz aquella angustia destinada a gobernar su vida en lo sucesivo.

-el pcte enseguida aceptó la hipótesis de Freud de q tras el sueño se escondía la causación d su neurosis infantil.

-aspectos del sueño le provocaron la máxima impresión:

1-la inmovilidad de los lobos y su mirar atento: desfiguración por oposición: es él el q mira atento e inmóvil (la escena primordial). La ventana se abre sola: los ojos se abren.

2-el duradero sentimiento de realidad efectiva en que desembocó el sueño: el sueño s refiere entonces a una escena anterior al sueño efectivamente ocurrida y no fantaseada.

Interpretación: él despierta de repente y mira atento una escena de intensa movilidad. Es decir permuta sujeto y objeto, actividad y pasividad, ser mirado/mirar, reposo en lugar d movilidad.

-el sueño se produce en la noche de navidad, en la espera del doble regalo.

-mudanza d la sat en angustia: Entre los deseos formadores del sueño, el más intenso era la satisfacción sexual que en esa época anhelaba del padre. La intensidad de ese deseo consiguió refrescar la huella mnémica olvidada de una escena apta para mostrarle la satisfacción sexual por el padre, y el resultado fue horror ante el cumplimiento d ese deseo, represión d la moción q s había figurado mediante ese deseo, y por eso huida del padre para refugiarse en la nana.

La escena debía ser idónea para fundamentar la existencia d la castración. Así, fue la angustia de castración el motor d la mudanza de afecto (sat en angustia): observación al 1 ½ año d escena d coito a tergo entre los padres. Pudo ver los genitales de la madre y el pene del padre. (Luego perturbó el comercio entre los padres haciéndose caca encima)

A esa edad padeció de una malaria cuyos ataques se repetían diariamente. A partir de su décimo año estuvo sometido a depresiones temporarias que empezaban después del mediodía y culminaban hacia las cinco de la tarde. La depresión recurrente sustituía al ataque de fiebre o fatiga de entonces; las cinco de la tarde fue el momento de máxima fiebre o el de la observación del coito. Es probable q a raíz d esta enfermedad él se encontrara en el dormitorio d los padres.

-en la época del sueño, por la investigación y excitación sexual d esa época, comprendió con posterioridad el significado de la escena.

Vínculos d la escena primordial con:

Þel sueño: las posiciones que vio adoptar a los padres: la erguida del hombre y la agachada, como los animales, de la mujer. En la época de su angustia la hermana solía aterrorizarlo con la imagen del lobo. La posición del lobo en esa imagen habría podido recordarle la del padre durante la escena primordial construida. Esta imagen se convirtió en el punto de partida de ulteriores efectos angustiantes. La angustia s dirigía sólo a la posición erguida, ya q otras posiciones del lobo no le causaban temor.

Þsíntoma pasajero en la cura: se remontaba también a la fobia al lobo y al cuento de los siete cabritos. En la sala había un gran reloj de pared frente al paciente, q permanecía tendido sobre un diván de espaldas a mí. De tiempo en tiempo se volvía hacía mí, mirándome de manera muy amistosa, y acto seguido miraba al reloj. Me proporcionó su explicación: el menor de los siete cabritos había hallado un escondrijo en la caja del reloj de pared, mientras sus seis hermanitos eran comidos por el lobo. He aquí, lo que quería decirme: «Sé bueno conmigo. ¿Debo tenerte miedo? ¿Quieres comerme? ¿Debo esconderme de ti en la caja del reloj?».

Þelección d objeto: la posición d la mujer. En la madurez tenía unos ataques d enamoramiento compulsivo, q desencadenaban en él una gigantesca energía aun en épocas en que se encontraba inhibido en los demás terrenos, y se sustraían a su gobierno. Determinado por una condición: la mujer tenía que adoptar la posición que atribuimos a la madre en la escena primordial. A partir de la pubertad sintió como el mayor encanto de la mujer grandes y llamativas nalgas; otro coito que no fuera desde atrás apenas le deparaba goce.

El sueño estaba destinado a exhibir ante el niño, que se regocijaba del cumplimiento de sus deseos navideños, la imagen de la satisfacción sexual por el padre según la había visto en aquella escena primordial, y como arquetipo de la satisfacción que él mismo anhelaba del padre. En vez de esta imagen emerge el material de la historia que su abuelo le había contado poco antes: el árbol, los lobos, la falta de rabo. El puente asociativo que lleva desde la historia del lobo hasta la escena primordial: la postura. En el relato del abuelo, el lobo rabón pide a los otros que monten sobre él. Mediante este detalle despertó el recuerdo de la imagen de la escena primordial.

La migración del material (escena primordial-historia del lobo-cuento de los siete cabritos) es el reflejo del progreso del pensamiento en el curso del sueño: añoranza de satisfacción sexual por el padre-intelección de que ella está condicionada a la castración-angustia ante el padre.

Interpretación del sueño:

De noche y en mi camaÞyo estaba dormido

De repente la ventana se abre solaÞme despierto y abro mis ojos

Nogal grandeÞárbol d navidad y el árbol en q se refugia el sastre d la venganza del lobo castrado

LobosÞ6 o 7.

Sentados sobre el árbolÞregalos en el árbol, miran.

Lo miraban con tensa atenciónÞél mira atento

BlancosÞropa interior d los padres, animales a los q vio en su investigación sexual.

InmóvilesÞmovilidad d los padres

Rabos como zorrosÞconclusión más importante d la investigación sexual: existe una castración. El terror con q es recibida esta conclusión se abre paso en el sueño y provoca q se despierte.

Angustia de ser devorado por los lobosÞel paciente dice q por la posición y actitud d los lobos no debería haberles temido, pero esto es trabajo d la desfiguración, hasta q el recurso fracasa y se interpone la angustia.

Fuerza impulsora del sueño: la expectativa del doble regalo d Navidad, q implica la satisfacción sexual q en esa época esperaba del padre.

La trayectoria va desde: el cumplimiento d deseo en la escena primordial convocada Þ desautorización del deseoÞ represiónÞangustia

Efecto patógeno d la escena y alteración en el desarrollo sexual: la activación d la escena tiene el mismo efecto como si fuera vivenciada recientemente (trauma). Produce efectos con posterioridad. Lo esencialmente nuevo que le aportó la observación del coito fue el convencimiento de la efectiva realidad de la castración, cuya posibilidad había ocupado su pensamiento (las dos niñas orinando, la amenaza de la ñaña, el padre había partido en pedazos una serpiente.) Ahora veía la herida d q había hablado la ñaña, y comprendía q su presencia era una condición para el comercio sexual con el padre.

La angustia fue una desautorización del deseo de satisfacción sexual por el padre. Su expresión, «ser comido por el lobo», era una trasposición regresiva (d la fálica a la oral), del deseo de ser poseído sexualmente por el padre. Su última meta sexual, la actitud pasiva hacia el padre, s reprimió, remplazándola la angustia ante el padre en la forma d fobia al lobo. ¿la fuerza pulsionante de esa represión? la libido narcisista genital que se revolvió contra una satisfacción que parecía condicionada por la castración. Del narcisismo amenazado tomó él la masculinidad con la que se defendió de la actitud pasiva hacia el padre.

En el curso del sueño había alcanzado una nueva fase de organización sexual. Hasta ese momento los opuestos sexuales eran para él activo y pasivo. Desde la seducción, su meta sexual era pasiva: ser tocado en los genitales; luego se tornó por regresión al estadio anterior sádico-anal, en la meta masoquista de ser castigado (por el padre). Sin miramiento por la diferencia de sexo había migrado de la ñaña al padre. En esto no contaban los genitales; en la fantasía de ser azotado en el pene se exteriorizaba aún la conexión ocultada por la regresión. Entonces la activación de la escena primordial en el sueño lo devolvió a la organización genital. Descubrió la vagina y el significado de masculino y femenino. Comprendió que activo equivalía a masculino, y pasivo a femenino. Así, su meta sexual pasiva no podía menos que mudarse en una meta femenina, y cobrar esta expresión: «ser poseído sexualmente por el padre», en vez de «ser azotado por él». Esta meta femenina cayó bajo la represión y se sustituyó por la angustia ante el lobo.

Parece q se hubiera identificado con la madre castrada y ahora se revolviera contra esto. «Si quieres ser satisfecho por el padre tienes que aceptar la castración como la madre; pero yo no quiero». Una nítida protesta de la masculinidad.

Su desarrollo sexual es influido de manera decisiva por la seducción, y luego desviado por la observación del coito que con posterioridad ejerce el efecto de una segunda seducción.

Id al padreÞedipo +

Padre como objetoÞedipo -/id a la madre

V-ALGUNAS DISCUSIONES

-discusión acerca d si la escena primordial fue real o fantaseada. Valor de las vivencias/recuerdos infantiles. Las fantasías sólo pueden producirse con material adquirido en la realidad.

-Tales escenas nunca son recordadas, son construidas. Pero no por no ser recordadas son necesariamente fantasías. Hay algo que tiene el mismo valor que el recuerdo: el hecho de que se sustituyan por sueños cuyo análisis reconduce de manera regular a la misma escena. El soñar es también un recordar. Las vivencias infantiles no las tenemos como tales, sino que son reemplazadas por trasferencias y sueños.

-recuerdos q afloran espontáneamente (no construidos) no tienen por qué ser reales, a menudo están dislocados respecto d la realidad, impregnados d fantasía, a la manera d recuerdos encubridores.

-El extrañamiento del interés respecto de las tareas de la vida real, la existencia de fantasías como formaciones sustitutivas de las acciones omitidas, la tendencia regresiva que se expresa en estas creaciones -regresiva en más de un sentido, en tanto retiro de la vida real y un remontarse al pasado-, todo eso es cierto y el análisis lo puede corroborar regularmente.

2 influjos para la neurosis:

Ø regrediente hacia las vivencias infantiles: extrañamiento d la realidad frente a un conflicto, satisfacción sustitutiva en la fantasía.

Ø progrediente desde las vivencias infantiles: influjo d las impresiones tempranas, señala el camino d la líbido (regrediente)

-Valor del factor infantil en la contracción d una neurosis: Que s contraiga una neurosis a los 3 o 4 años prueba que las vivencias infantiles son capaces por sí solas de producir una neurosis sin q haga falta la huida frente a una tarea planteada por la vida en la adultez.

-este niño observa un coito y adquiere el convencimiento d la castración, y el valor que más tarde reciben las posturas de hombre y mujer para su desarrollo de angustia y como condición de amor admite inferir esto: debe tratarse de un coitus a tergo. Quizás no fue un coito entre los padres, sino entre animales, observado por el niño y trasladado luego a los padres. Lo que se añadió en el estado de excitación en el sueño fue la trasferencia a los padres de esa imagen mnémica recién adquirida, y fue sólo esto último lo que posibilitó la angustia. En ese momento entendió con posterioridad las impresiones recibidas antes. La escena presenciada por el niño era inocente. El resto lo había agregado el posterior deseo del niño, en su apetito de saber, sobre la base de sus experiencias con los perros; la escena así fantaseada desplegó todos los efectos que le hemos atribuido, los mismos que si hubiera sido real.

VI-LA NEUROSIS OBSESIVA

-4 ½ años: continúa su estado de irritabilidad y angustia. Su madre se decidió a hacerle conocer la historia bíblica con la esperanza de reorientarlo. La introducción de la religión produjo el relevo de los síntomas de angustia por síntomas obsesivos.

Su infancia se articula así en 3 fases:

1-escena 1ª al 1 ½ año hasta la seducción por la hna 3 ¼ añosÞalteración carácter, conducta díscola y perversidad. No es en sí un síntoma, porq al haber desestimación d la castración (“Se ocupaba d pensamientos relativos a la castración, pero todavía no creía en ella, ni lo angustiaba”), no hay angustia y no hay síntoma. Hay investigación sexual. Recursos para no confrontarse con la castración.

2-alteración del carácter hasta el sueño d angustia a los 4 añosÞzoofobia al lobo. En el sueño s ubica la causasión d la neurosis infantil. A partir del sueño hay convencimiento de la efectiva realidad de la castración. Por lo q la castración divide en dos fases la infancia, uno en el q la castración se desestima, y por lo tanto no hay síntomas neuróticos, y otro en donde la aceptación d la castración conduce a la angustia y al síntoma. Hay inscripción d la castración. Ubica las posiciones identificatorias y d elección d objeto. Por el sueño el padre deviene lobo, y consecuentemente la angustia hacia el lobo en la forma d zoofobia, y la homosex se reprime.

3-Síntomas d angustia (zoofobia) hasta la introducción en la religión 4 ½ añosÞneurosis obsesiva, hasta después del 10º año.

La conducta díscola no desapareció al emerger la angustia, y prosiguió cediendo poco a poco, en la época de la beatería. Pero ya no contaba la fobia al lobo. El peso principal recayó sobre la historia de la Pasión, al que reaccionó con una postura crítica.

Rechazo ñaña Þ represión d lo genital Þ regresión a la etapa sádico-anal: fase d predisposición a la neurosis obsesiva.

SadismoÞid al padre

MasoquismoÞpadre objeto sexual

Ante el sueño hay dos opciones: la homosexualidad- la actitud femenina hacia el padre-, o la angustia.

SueñoÞhabría podido progresar hasta la organización genital y mudar su masoquismo en una actitud femenina hacia el padre, en homosexualidad. Pero no trajo ese progreso; desembocó en angustia. De la meta sexual de recibir un correctivo de él habría llevado a la meta siguiente, ser poseído sexualmente por él como una mujer, q en virtud de su masculinidad narcisista fue arrojada hacia un estadio aún más primitivo, y desplazada a un sustituto del padre, como angustia de ser comido por el lobo. Por lo q hay una coexistencia de tres aspiraciones que tenían por meta al padre.

1-Desde el sueño, era homosexual en lo inconciente;

2-en la neurosis, retrocedió al nivel del canibalismo (ser devorado por el lobo)

3-la anterior actitud masoquista siguió siendo dominante.

Las 3 corrientes tenían metas sexuales pasivas; s trataba del mismo objeto y moción sexual.

Meta: ser castigado por el padre Þ sueñoÞser poseído por el padre (como una mujerÞimplica la castración)Þmasculinidad narcisistaÞregresión etapa oral: (angustia de) ser devorado por el lobo/padre.

Id a Cristo: el conocimiento de la historia sagrada le posibilitó sublimar la actitud masoquista hacia el padre. El devino Cristo, lo cual le resultó fácil por haber nacido el mismo día. La duda de si Cristo puede tener un trasero insinúa la actitud homosexual reprimida, pues tal cavilación significaba este interrogante: si el padre podía usarlo como a la madre en la escena primordial. Se revolvía también contra el carácter pasivo de Cristo y el maltrato por el padre, empezando así a desmentir el ideal masoquista que sustentaba hasta entonces. Este segundo conflicto era propicio para que a partir del primer conflicto (entre corriente masoquista y corriente homosexual reprimida) surgieran pensamientos obsesivos degradantes, pues es natural q en un conflicto anímico se sumen todas las contracorrientes.

-ganancia en su investigación sexual: Hasta entonces no había tenido razón para suponer que los hijos venían sólo de la mujer. El había concedido mucho valor a la hipótesis de era hijo de su padre. Pero al descubrir que Jesús tenía dos padres se le volvió confuso el vínculo padre-hijo. Así se volvió en contra de Dios, q había sido cruel con su hijo y con los demás hombres. Si él era CristoÞsu padre era Dios. Pero el Dios que la religión le imponía no era un buen sustituto para el padre. Se defendió de Dios para poder retener al padre. Tenía que consumar ahí un difícil paso en el desasimiento del padre.

La hostilidad hacia el nuevo Dios no era nueva; tenía un modelo en la moción hostil hacia el padre, nacida en el sueño. Las dos opuestas mociones de sentimiento coincidieron aquí en la lucha de ambivalencia d la religión.

Lo que de esa lucha resultó como compromiso fueron síntomas en conexión con el erotismo anal:

Ø pensamientos blasfemas: le venían como un envío del Diablo. Era obligado a pensar: «Dios-cochino» o «Dios-caca». En un viaje lo martirizó la compulsión a pensar en la Santísima Trinidad cuando veía tres montoncitos de caca.

Ø Ceremonial d espirar: mandamiento de espirar los malos espíritus, a los q atribuía los pensamientos blasfemos q lo impulsaban a imponerse las penitencias. Los ceremoniales s ubican como defensa ante los pensamientos blasfemos.

Ø Ceremonial antes d dormir: le resultaba difícil dormir porq temía soñar con cosas malas; se veía precisado a besar todas las imágenes sagradas d la habitación, rezar oraciones y hacer innumerables veces la señal de la cruz.

Ø Espiración a la vista d miserables. Comenzó a los 6 años y se relacionaba con el padre, que le había causado pena en su condición de enfermo cuando lo visitó en el sanatorio. Era el padre la imagen primordial de todos los pordioseros y pobres ante quienes debía espirar. Aunq antes, (3 ¼ años), un jornalero sordomudo encargado de llevar el agua a la casa, lo amaba mucho y le tenía sincera lástima. Ese fue el primero de los tullidos por quien sintió compasión, un sustituto del padre. Otros sirvientes le despertaban compasión; de ellos destacaba su condición de enfermos o judíos (circuncisión). En la escena primordial había observado la desaparición del pene, y por eso compadeció al padre y se alegró por la reaparición d lo q creía perdido. Se trata d una nueva moción d sentimientos que partía d esa escena: El origen narcisista de la compasión. La formación del síntoma estaba destinada a defenderse d una identificación con las personas objeto de lástima, para “no devenir como ellos”, s trataba así d la identificación al padre vuelta en negativo.

-en esa época estaba enemistado con “la mujer” a causa d la seducción por la hna. La hermana se le convirtió en la corporización de la tentación y el pecado.

-a los 10 años tuvo un maestro alemán q hizo caer la beatería, junto con la dependencia al padre, que ahora era relevado por un padre nuevo y más accesible. Se generó una nueva y mejor sublimación de su sadismo, que en correspondencia a la pubertad que se aproximaba, había pasado a prevalecer sobre el masoquismo. Empezó a entusiasmarse con todo lo relativo al soldado, uniformes, armas y caballos. Así, se había librado de sus actitudes pasivas.

-angustia ante la posición erguida y frente a la actitud femenina ante el varón de la cual primero se había protegido mediante la sublimación religiosa y pronto lo haría mediante la sublimación militar, todavía más eficaz.

-tras la cancelación de los síntomas obsesivos, quedaron como secuela:

1-un triunfo de la fe beata sobre la rebelión de la crítica investigadora, q había tenido como premisa la represión de la actitud homosexual.

2-De ambos factores resultaron desventajas permanentes: el quehacer intelectual quedó gravemente dañado, no se desarrolló ningún celo por aprender. La represión de la homosexualidad hiperintensa, sobrevenida en el sueño, reservó esa sustantiva moción para lo inconciente; la conservó en su postura-meta originaria y la sustrajo de todas las sublimaciones. Por eso al paciente le faltaron todos los intereses sociales que dan contenido a la vida. Sólo cuando en la cura analítica consiguió soltar ese encadenamiento a la homosexualidad pudo mejorar, y cada fragmento liberado d la libido homosexual buscaba emplearse en la vida.

VII-EROTISMO ANAL Y COMPLEJO DE CASTRACIÓN

Neurosis obsesiva: sadismo + erotismo anal.

Síntoma d la perturbación instestinal

-empleo d la incontinencia a los 3 años: Desafío a la gobernanta: hacía caca en su cama.

-intenso gusto por chistes y mostraciones anales, s conservó hasta la afección posterior.

Id a la madre:

-a los 4 ½ años al hacerse caca encima dijo “así no se puede vivir más” (la madre lo dijo al quejarse d sus dolores y hemorragias por su afección hipogástrica)

-temor a la disentería (sangre en las heces)Þangustia d muerte.

-El intestino es el órgano con el q se identifica a la mujerÞteoría d la cloaca

Significado d la identificación con la madre:

A los 4 años tiene el sueño que esclareció el papel de la mujer en el acto sexual. El cambio en su conducta hacia la defecación podía relacionarse con esa subversión. Para él fue disentería la enfermedad de que había oído quejarse a la madre, él la consideraba enferma del intestino. Bajo el influjo de la escena primordial se le reveló q la madre había enfermado por lo que el padre hacía con ella, y su angustia de tener sangre en las heces, de tener la misma enfermedad que la madre, era la desautorización de la identificación con la madre en aquella escena sexual, la que le hizo despertar del sueño. La angustia era la prueba de que le había envidiado este vínculo con el padre. El órgano en que podía exteriorizarse la identificación con la mujer, la actitud homosexual pasiva hacia el varón, era la zona anal. Entonces las perturbaciones en la función de esa zona habían cobrado el significado de unas mociones femeninas, y lo conservaron también durante la enfermedad posterior.

Cuando el sueño de Navidad le presentó la imagen del comercio sexual otrora observado (o construido) de los padres, emergió primero la antigua concepción (coherente a su etapa en el desarrollo) según la cual el recto es el lugar del comercio sexual. Pero luego a los 4 años sobrevino lo nuevo. Las alusiones a la castración que había escuchado, despertaron y pusieron en duda la «teoría de la cloaca», le arrimaron el discernimiento de la diferencia entre los sexos y del papel sexual de la mujer. Desestimó lo nuevo -por angustia frente a la castración- y se atuvo a lo antiguo. Se decidió en favor del intestino y contra la vagina. El nuevo esclarecimiento fue rechazado, la antigua teoría fue conservada; esta última bien pudo prestar el material para la identificación con la mujer, emergida luego como angustia ante la muerte intestinal. La nueva intelección desplegó un efecto intenso, convirtiéndose en el motivo para mantener en la represión el sueño. Pero no tuvo influjo sobre la decisión del problema sexual. Era una contradicción que una angustia de castración subsistiera junto a la identificación con la mujer por medio del intestino, pero era sólo una contradicción lógica. El proceso es característico del modo en que trabaja el inconciente. Una represión {Verdrängung} es algo diverso de una desestimación {Verwerfung}.

Fobia al loboÞefecto de la nueva intelección del acto sexual

Síntomas intestinalesÞ se basan en la concepción d q el ano es el lugar del comercio sexual (teoría de la cloaca). Se pone al servicio de la corriente homosexual y expresa la actitud femenina hacia el padre. El síntoma es producto de la represión d esta actitud.

Esos dos puntos de vista permanecen separados entre sí por un estadio de represión. Las posteriores fantasías sexuales pueden exteriorizarse de manera regresiva como perturbaciones intestinales.

Participación en la escena primordial: interrumpió el estar-juntos de sus padres mediante una evacuación. El paciente aceptó esto construido por mí y pareció corroborarlo mediante una «formación de síntoma pasajera». Es signo de su excitación sexual y debe apreciarse como carácter de su constitución sexual congénita.

Emplea la caca como uno de sus sdos: es el primer regalo, la primer ofrenda de la ternura del niño; es una parte del cuerpo propio de la que se despoja, sólo en favor de la persona amada. El empleo que le dio el niño de 3 ½ años corno desafío a la gobernanta es la vuelta hacia lo negativo de este primer sdo de regalo. Siempre que se ha alcanzado un estadio superior, el anterior puede seguir hallando empleo en el sentido degradado negativo. Así, la represión se expresa en la relación de oposición.

cacaÞregaloÞhijo (teoría de la cloaca. Expresión d la satisfacción femenina)

dinero

pene

regalo=hijo:

-temprano recuerdo encubridor: produjo un ataque de furia porque no le dieron el “doble regalo” q le correspondía. Lo que esperaba en realidad era la satisfacción sexual anal del padre. Ya antes del sueño por su investigación sexual había aprehendido que el acto sexual resolvía el enigma del origen de los bebés. Desde antes del sueño, nunca le gustaron los bebés. Todos los animales pequeños sobre quienes descargaba su furia, tenían el significado de bebés. La angustia ante ese bebé se reanimó luego por el sueño que le presentó el comercio entre los padres. Debemos agregar una nueva corriente sexual a la que ya conocemos; como la otra, parte de la escena primordial reproducida en el sueño. En la identificación con la mujer (con la madre) está dispuesto a regalar un hijo al padre, y tiene celos de la madre que ya lo ha hecho y acaso volverá a hacerlo.

-una vez que ambos hermanos se encontraban internados y vio que el padre daba a su hermana dos suculentos cheques bancarios. En su fantasía, siempre había sospechado de su padre en relación con su hermana; se despertaron sus celos, y se precipitó hacia su hermana exigiéndole su participación en el dinero. No había sido sólo el dinero real lo que lo irritó; mucho más fue el hijo, la satisfacción sexual anal de parte del padre. Pudo consolarse cuando -aún en vida del padre- murió su hermana. La idea que le acudió ante la noticia de su muerte: «Ahora soy el único hijo, ahora el padre tiene que amarme a mí solo». Pero el trasfondo homosexual de esta reflexión era tan insoportable que se mudó en avaricia. Algo parecido ocurrió cuando tras la muerte del padre dirigió a su madre esos reproches por temor a q se quedara con su dinero. Los antiguos celos por la posibilidad de que deseara otro hijo después de él.

Así, los pensamientos obsesivos que lo forzaban a conectar a Dios con la caca significaban algo diverso del insulto por el cual él los tenía. Eran resultados de compromiso en los que participaba tanto una corriente tierna, como una hostil, insultante. «Cagarle algo a Dios», significa también regalarle un hijo, hacerse regalar por él un hijo. El antiguo significado de «regalo», degradado negativamente, y el significado de «hijo» desarrollado después desde él están unidos entre sí en las palabras obsesivas. En el segundo se expresa una ternura femenina, la disposición a renunciar a la masculinidad propia si a cambio uno puede ser amado como mujer.

Caca­--------------zona erógena membrana intestinal

Pene--------------zona erógena membrana vaginal

La caca es precursora del pene en la época de la cloaca. La entrega de la caca por amor de otra persona se convierte en el arquetipo de la castración, es el primer caso de renuncia a una parte del cuerpo propio para obtener el favor de un otro amado. La caca, el hijo, el pene, dan una unidad, un concepto inconciente, lo pequeño separable del cuerpo.

3 posiciones frente a la castración:

1-desestimación (forclusión): no quiso saber nada d ella en el sentido de la represión. Se atuvo al punto d vista del comercio por el ano. No estaba en cuestión su realidad objetiva, pero era como si ella no existiera. Por ej en la conducta díscola.

2-aceptación. Implica la id a la mujer y la posición femenina icc. Primero se había revuelto y luego cedió, pero una reacción no había cancelado a la otra. Por ej en los síntomas intestinales.

3-la abominaba. Al final subsistieron en él dos corrientes opuestas, una q abominaba y otra q la aceptaba. La corriente antigua y profunda, que desestimaba la castración, seguía siendo activable.

Alucinación del dedo cortado a los 5 años:

«Tajaba con mi navaja la corteza (rectificación: manaba sangre del árbol) de un nogal (=sueño). De pronto noté con indecible terror que me había seccionado el dedo meñique, sólo colgaba de la piel. No sentí ningún dolor, pero sí una gran angustia. Me desmoroné sobre el banco, incapaz de mirar el dedo. Al fin me tranquilicé, miré el dedo, y vi que estaba intacto».

Interpretación: época en que se decidió a reconocer la realidad objetiva de la castración, y acaso estuvo destinada a marcar ese paso. Arbol=mujer: jugaba al padre y relacionaba las hemorragias de la madre con la castración de las mujeres por él discernida: la herida (que vio en la escena primordial). Por este camino aceptó en la época de la neurosis obsesiva lo que ya había averiguado en el curso del proceso onírico y que en ese momento arrojó de sí por la represión.

Padre castrador: el padre había devenido la figura que amenaza la castración. Las amenazas o indicios de castración que había experimentado partieron de mujeres (ñaña y Grüscha) pero en definitiva pasó a ser el padre aquel de quien temía la castración. En este punto la herencia (o el vivenciar prehistórico) prevaleció sobre el vivenciar accidental.

La identificación del padre con el castrador es la fuente de:

Ø una intensa hostilidad icc hacia él, llegando al deseo de muerte

Ø sentimientos de culpa sobrevenidos a modo de reacción.

Hasta aquí su comportamiento era normal d un complejo de Edipo positivo. Pero lo asombroso era que también existía en él una contracorriente en que el padre era más bien el castrado y como tal provocaba su compasión (por ej cuando espiraba ante los mendigos).

En su neurosis posterior:

Caca=dinero: esta relación s encontraba muy perturbada, contribuía a su heteronomía y a su incapacidad para manejarse. Era al mismo tiempo avaro y derrochador.

-avaricia ante la herenciaÞno se mostró infeliz ante la muerte d su hna y discutía con la madre por la idea d q quería quedarse con su dinero.

-perturbaciones d la función intestinal (constipación histérica): no se producían evacuaciones espontáneas. S prolongó con pocos cambios dde su neurosis infantil. Su principal queja era que el mundo se le escondía tras un velo, o que él estaba separado del mundo por un velo. Este sólo se desgarraba en el momento en que evacuaba a raíz de las lavativas, y entonces volvía a sentirse también sano y normal. Representa el fragmento d histeria q hay en toda N.O. Prometí al paciente el pleno restablecimiento de su actividad intestinal, el intestino empezó a «entrometerse» en el trabajo, y en unas pocas semanas recobró su función normal. En este síntoma se id a la mujer.

-duda: el medio más potente de resistencia. Por medio d esta el pcte pudo atrincherarse detrás d una dócil apatía, haciendo q le resbalasen los empeños d la cura.

-relación con los sastres (cortador): intentaba por todos los medios ganarse su simpatía, desesperación por el resultado del trabajo.

VIII-COMPLEMENTOS DESDE EL TIEMPO PRIMORDIAL. SOLUCION

Rec encubridor de la mariposaÞEscena con Grüsha

Al comienzo había referido un recuerdo: Perseguía una mariposa, grande, veteada de amarillo, (un macaón). Cuando la mariposa se posó sobre una flor, lo sobrecogió una terrible angustia, y salió dando gritos. Un detalle así no se habría conservado por su propio valor, sino como un recuerdo encubridor. Dijo que «mariposa» se llamaba en su lengua «bábushka», mamaíta; y que las mariposas le parecían como unas mujeres y los escarabajos y orugas como unos muchachos. Entonces en aquella escena de angustia se despertó el recuerdo d una mujer.

Muchos meses después, el paciente observó que el abrir y cerrar las alas la mariposa le había hecho la impresión de algo ominoso. Como si una mujer abriera las piernas y entonces estas dibujaran la figura de una V romana (el número 5), que era la hora hacia la cual, ya en su infancia, pero aún en el presente, se deprimía.

Otro recuerdo de época muy temprana: antes de la ñaña hubo una niñera. De pronto se ve precisado a pensar en grandes peras veteadas de amarillo. «Pera» se dice en su lengua «grusha», y este era también el nombre de la niñera.

¿de dónde provenía la angustia* cuando se activaba el recuerdo de ella? La combinación más inmediata, tosca, habría podido enunciar que en esa muchacha ha visto por primera vez, de niño pequeño, los movimientos de las piernas que había fijado con el signo de la V romana, movimientos que vuelven accesibles los genitales. Nos reservamos esa combinación y esperamos ulterior material.

*Escena con Grusha: Grusha estaba echada en el suelo, junto a ella un balde y una escoba, él estaba ahí y ella lo embromaba o lo reprendía.

En los primeros meses de la cura él había contado un enamoramiento compulsivo, de una muchacha campesina de quien contrajo a los 18 años gonorrea. Y en ese momento se había resistido de manera llamativa a comunicar el nombre de esa muchacha. Se trataba de una resistencia totalmente aislada; en lo demás obedecía sin reservas a la regla psicoanalítica fundamental. Pero aseveraba que debía avergonzarle pronunciar ese nombre porque era campesino. El nombre era Matrona. Tenía resonancia maternal. Era evidente que la vergüenza se encontraba desplazada. Si la aventura con Matrona pudo tener algo en común con la escena de Grusha, el avergonzarse debía remontar a aquel episodio temprano.

Cuando vio a la muchacha fregando el piso, él orinó en la habitación y acto seguido ella le formuló una amenaza de castración, ciertamente en broma.

Escena 1ºÞescena GrushaÞinflujo en la compulsión amorosa/condición d elección d ob.

La escena con Grusha establece una conexión entre la escena primordial y la posterior compulsión amorosa, e introduce una condición de amor que esclarece esa compulsión: Cuando vio a la muchacha arrodillada reencontró en ella la posición que había adoptado la madre en la escena del coito, por lo q Grusha se vuelve un sustituto d la madre; lo arrebató la excitación sexual a consecuencia de la activación de aquella imagen (antes del sueño) y se comportó virilmente hacia ella como el padre, cuya acción sólo pudo haber comprendido como un orinar. Su acto de orinar en el piso fue en verdad un intento de seducción, y la muchacha le respondió con una amenaza de castración como si lo hubiera comprendido.

La compulsión que partía de la escena primordial se trasfirió a la escena con Grusha y siguió produciendo efectos a través de ella. Vio en la orilla de la laguna a una muchacha campesina arrodillada, atareada en lavar ropa. Al instante se enamoró de la lavandera, y con una violencia irresistible, aunque no pudo verle el rostro. Por su pose y su actividad, se le había puesto en el lugar de Grusha. Ahora comprendemos cómo el avergonzarse, referido al contenido de la escena con Grusha, pudo anudarse al nombre de Matrona.

Hasta su elección de objeto definitiva, que tanta importancia cobró para su vida, se muestra dependiente de la misma condición de amor. Reconozco en el paciente el afán de degradar el objeto de amor. El recuerdo de la niñera fregando el piso, por cierto degradada en su postura, trajo a la luz esa motivación. Todos los posteriores objetos de amor fueron personas sustitutivas de esa, que a su vez había devenido el primer sustituto de la madre. La primera ocurrencia del paciente sobre el problema de la angustia ante la mariposa puede discernirse, con posterioridad, como una alusión a la escena primordial (la hora cinco). El nexo entre la escena con Grusha y la amenaza de castración mediante un sueño: un hombre arranca las alas a una "Espe", el insecto de vientre veteado de amarillo. Una alusión a la grusha, la pera veteada de amarillo. «Wespe {avispa}, dirá usted», pude corregirle. «¿Se llama Wespe? Realmente creí que se decía Espe». «Pero Espe, ese soy yo, S. P.» (las iniciales de su nombre). La «Espe» es, naturalmente, una Wespe mutilada. El sueño lo dice claramente: él se venga de Grusha por su amenaza de castración.

La acción del niño de 2 ½ años en la escena con Grusha es el primer efecto de la escena primordial; se identifica al padre y nos permite discernir una tendencia de desarrollo masculina. Por la seducción (d su hna?) es esforzado a una pasividad que ya estaba preparada por su comportamiento de espectador del comercio entre los padres.

  Etapa Posición Meta Efecto
1½ -Escena primordial Oral/anal Pasiva   Causa efectos cuando es evocada a posteriori.
2½-Escena grusha Inicio genital Activa. Id al padre en la escena 1ª. Erotismo uretral en re de la masculinidad. Activa Condición elección d ob d amor. Tendencia a degradar a la mujer Angustia ante la mariposa por la amenaza de castración d Grusha
3 ¼- Seducción hna Inicio genital-regreso a la sádico-anal Pasiva Pasiva: ser tocado -ser pegado por el padre en el pene Pasividad d la meta sexual. Regresión al período sádico-anal (por amenaza ñaña). Alteración del carácter. Mudanza sadismo en masoquismo. Investigación sexual: d dónde vienen los niños y si es posible la pérdida del pene. Cambio d ob: fem por masc (padre)
4-Sueño d angustia Regreso a la oral Pasiva Ser poseído por el padre Nuevo trauma: revalida con efecto retardado la observación del coito. Represión subsiguió al conocimiento de la castraciónÞdesestimación de lo nuevo y su sustitución mediante una fobia: Angustia ante el lobo/padre por la amenaza d castración (por id a la madre) reacción frente a una corriente femenina y una pasiva y una revuelta contra esta

Con el dominio de la escena de Grusha, de la primera vivencia que efectivamente pudo recordar sin mi ayuda, quedaba resuelta la tarea de la cura. La vieja teoría del trauma recuperó de golpe su vigencia. Le dije que no cabía dudar de la escena con Grusha, pero que en sí no significaba nada, sino que había sido reforzada hacía atrás, por regresión, desde los sucesos de su elección de objeto, que a consecuencia de la tendencia a degradar, se había apartado de su hermana para dirigirse a las muchachas de servicio. También le dije que su observación del coito era una fantasía de sus años posteriores, cuyo núcleo histórico bien pudo ser la observación o aun la vivencia de una inocente lavativa.

-Angustia a la mariposa @ angustia al lobo: en los dos casos angustia ante la castración; en el primero, referida a Grusha y, en el segundo, al padre siguiendo el arquetipo filogenético. La escena con Grusha ocurrió a los 2 ½ años; la vivencia de angustia con la mariposa amarilla luego del sueño angustioso. Fue el posterior acto de entender la posibilidad de la castración el que desarrolló la angustia con efecto retardado desde la escena con Grusha. El papel que cupo la escena con Grusha en el análisis y los efectos que de ella partieron se explican de la manera menos forzada y más completa si se considera como una realidad objetiva la escena primordial. No es en sí importante definir si se trata de verdad o fantasía la escena primordial, ya q las escenas de observación de coito entre los padres, de seducción en la infancia y de amenaza de castración son indudablemente un patrimonio heredado, herencia filogenética, pero también pueden ser adquisición del vivenciar individual. El niño echa mano de esa vivencia filogenética toda vez que su propio vivenciar no basta, llena las lagunas de la verdad individual con una verdad prehistórica.

AnorexiaÞang d muerte: entre escena primordial y seducción (1 ½ -3 ¼ años) fase en que no quería comer nada que no fuera golosinas (dulce, te como). Le contaron acerca de un tío que también había rehusado comer y por eso murió de consunción. Se enteró también que a la edad de 3 meses él había enfermado de tanta gravedad que ya le tenían dispuesta la mortaja. Lograron causarle angustia, volvió a comer; y en años posteriores de su infancia exageró esa obligación para protegerse d la muerte con q lo amenazaban. La angustia d morir reapareció luego, cuando la madre hizo las advertencias sobre la disentería; y más tarde, provocó un ataque de neurosis obsesiva. S encuentra en la perturbación en el comer el sdo de una primerísima neurosis; así,

ü la perturbación en el comer

ü la fobia al lobo

ü la beatería obsesiva

arrojan la serie completa de las enfermedades infantiles que conllevan la predisposición a la neurosis de los años posteriores a la pubertad. Toda neurosis de un adulto se edifica sobre su neurosis de la infancia, aunq esta no siempre es tan intensa como para ser discernida como tal.

Queja en que el paciente resumía su padecer: el mundo se le escondía tras un velo. El velo se desgarraba sólo cuando a consecuencia de un enema el bolo fecal atravesaba el ano. Era la condición para q lo abandone su enfermedad. Entonces se sentía de nuevo bien y por un breve lapso veía el mundo claro.

Interpretación: Había escuchado que él vino al mundo con una cofia fetal. Por eso siempre se tuvo por un afortunado a quien nada malo podía pasarle. Sólo perdió esa confianza cuando se vio precisado a reconocer la gonorrea como una herida narcisista. Así repetía un mecanismo que una vez había jugado en él (su fobia al lobo estalló ante una posible castración). La cofia fetal es ese velo que lo protege del mundo. Su queja es en verdad una fantasía de deseo cumplida, ella lo muestra de regreso en el seno materno; es la fantasía de deseo de la huida del mundo. Cabe traducirla así: «Soy tan desdichado que debo regresar al seno materno». Cuando desgarra el velo del nacimiento, ve el mundo y renace. El bolo fecal es el hijo, y como tal nace una segunda vez para una vida más dichosaÞfantasía de renacimiento (Jung)

La condición del renacimiento es que sea un hombre quien le administre la enema (sólo después se vio forzado a sustituir él mismo a ese hombre). Esto sólo puede significar que se ha identificado con la madre; el hombre hace el papel del padre, la enema repite el acto de la cópula, como fruto de la cual nace el hijo-caca. Por tanto, la fantasía de renacimiento se enlaza con la condición de la satisfacción sexual por el varón. En consecuencia, la traducción es ahora: Su enfermedad sólo lo abandona cuando le es permitido sustituir a la mujer (la madre) para hacerse satisfacer por el padre y parirle un hijo. En este caso la fantasía de renacimiento era un sustituto de la fantasía de deseo homosexual, y por lo tanto una versión de la escena primordial. Sigue fijado a la escena que fue decisiva para su vida sexual y cuyo retorno aquella noche del sueño inauguró su condición de enfermo. La escena primordial ha sido resignificada como condición de salud. El desea regresar al seno materno, no sólo para renacer, sino para sustituir a la madre en el coito, recibir del padre la satisfacción y parirle un hijo. Y así nacía del padre, como al comienzo había creído;

Fijación al padre: ser satisfecho sexualmente por él, parirle un hijo, renunciando a su masculinidad y en el lenguaje del erotismo anal: son los deseos que cierran el círculo de la fijación al padre; con ello la sexualidad ha hallado su expresión suprema y más íntima.

Sentido y origen de las fantasías de:

Regreso al seno materno: surge a menudo de la ligazón con el padre Uno desea estar en el vientre de la madre para sustituirla en el coito, para ocupar su lugar. Por medio d esta fantasía, el paciente acusa su huida del mundo, ve su salud únicamente en un renacimiento anal. Expresa este último en síntomas anales, de acuerdo con su disposición predominante. Así, se ha forjado una escena infantil que repite sus deseos, y sus síntomas se encadenan, como si partieran de esa escena primordial. Emprende este “regreso” (a la escena primordial) porq chocó con una tarea vital a la q no pudo responder, o para cuya solución era demasiado perezoso.

Renacimiento: es probable q sea una versión de la fantasía de comercio incestuoso con la madre. El hombre se identifica con su pene, se hace subrogar por él. La fantasía de renacimiento es un retoño de la escena primordial, y no a la inversa.

Estas dos fantasías se revelan como correlativas: según sea masculina o femenina la actitud de la persona en cuestión, expresan el deseo de comercio sexual con el padre o con la madre. No cabe rechazar la posibilidad de que en nuestro paciente s unificaran ambas fantasías, y por tanto también ambos deseos incestuosos.

® papel de las fantasías en la formación d síntomas

¬ “fantaseo retrospectivo” desde incitaciones posteriores hacia la infancia, y la sexualización de esta con posterioridad.

IX-RECAPITULACION Y PROBLEMAS

Panorama sintético del desarrollo sexual

1-Etapa canibálica u oral: Perturbaciones en el comer/angustia (ser devorado por) el lobo

Toda vez que se produce un deterioro de la pulsión de nutrición, el organismo no ha conseguido un dominio sobre la excitación sexual. Sólo quería comer cosas dulces: subrogan regularmente a caricias, satisfacciones sexuales La meta sexual de esta fase es el canibalismo, la devoración; por regresión desde un estadio más alto, sale a la luz en la angustia de ser devorado por el lobo. Traducir esa angustia: angustia de ser poseído sexualmente por el padre. En niñas en la época de la pubertad se presenta una neurosis que expresa la desautorización de lo sexual mediante una anorexia. El padre se entregaba al regaño tierno, jugaba con el pequeño al lobo y lo amenazaba en broma con comerlo. El paciente no hizo sino corroborar esta conjetura mediante su llamativa conducta en la trasferencia. Toda vez que ante las dificultades de la cura se refugiaba en la trasferencia, amenazaba con devorar y luego con toda clase de otros maltratos posibles, lo cual no era más que una expresión de ternura.

A esta fase corresponde también una ang ante la muerte. Se la utilizó para encaminarlo a superar su displacer de comer. Llegaremos hasta la posible fuente de su perturbación en el comer si recordamos que la observación del coito, de la que parten tantos efectos retardados, ocurrió cuando tenía 1 ½ año, antes de las dificultades en la alimentación. Quizá apresuró los procesos de la maduración sexual y de ese modo desplegó también efectos directos.

2-Esbozos de desarrollo genital. La escena con Grusha (2 ½ años) muestra el comienzo de un desarrollo reconocido como normal, salvo por su carácter prematuro: identificación con el padre, erotismo uretral en subrogación de la masculinidad. Esa escena se encuentra bajo el influjo de la escena primordial. Hasta aquí hemos concebido la identificación-padre como narcisista, pero con referencia a la escena primordial ya corresponde al estadio de la organización genital. Los genitales masculinos han empezado a desempeñar su papel, y siguen haciéndolo bajo el influjo de la seducción por la hermana. Esta seducción no promueve el desarrollo, sino q lo perturba y desvía. Proporciona una meta sexual pasiva que es inconciliable con la acción del genital masculino. Al primer obstáculo externo, la alusión de la ñaña a la castración, esa organización genital tímida se quiebra (a los 3 ½ años) y regresa al estadio anterior, la organización sádico-anal, que de no ser así habría trascurrido con unos indicios tan leves como en otros niños.

3-Etapa sádico-anal. La organización sádico-anal es un desarrollo de la oral. Lo que la distingue, el violento quehacer muscular sobre el objeto, encuentra su sitio como acto preparatorio del devorar. Este último falta luego como meta sexual. La novedad respecto del estadio anterior consiste en que el órgano pasivo, receptor, es la zona anal. La constitución de la pulsión de investigar a partir de sus componentes es característica de este estadio.

El erotismo anal no se hace notar de manera llamativa. Bajo el influjo del sadismo, la caca ha permutado su significado tierno por el ofensivo.

El influjo de la seducción ofrece sustento a la pasividad de la meta sexual. El sadismo s muda en su correspondiente pasivo, el masoquismo, en el q ha participado un sentimiento de culpa.

sadismoÞculpaÞmasoquismo

Es discutible que se pueda imputarle en forma exclusiva el carácter de la pasividad, pues ya la reacción del niño a la observación del coito fue sobre todo pasiva. La excitación sexual se exteriorizó en una evacuación en la que cabe diferenciar una parte activa. Junto al masoquismo que gobierna su aspiración sexual subsiste el sadismo, contra animales pequeños, como representantes de los niños pequeños. Su investigación sexual comenzó a partir de la seducción abordando dos problemas: de dónde vienen los niños, y si es posible una pérdida del genital.

4-Sueño a los 4 años. La activación de la imagen, que ahora puede ser comprendida merced al desarrollo, opera como un suceso fresco, pero también como un nuevo trauma, análoga a la seducción. La organización genital quebrantada se reinstala de golpe, pero ese progreso consumado en el sueño no puede mantenerse. Más bien, a través de una represión, se llega a la desestimación de lo genital y su sustitución mediante una fobia.

Por tanto, también en la fase de la zoofobia persiste la organización sádico-anal, sólo que contaminada con los fenómenos de la angustia. El niño continúa con los quehaceres sádicos y con los masoquistas, pero reacciona con angustia ante una parte de ellos; el trastorno del sadismo hacia su contrario hace probablemente otros progresos. Inferimos que la represión subsiguió al conocimiento de la castración. Lo nuevo es desestimado porque su aceptación costaría el pene. Lo reprimido es la actitud homosexual en el sentido genital, actitud que se había formado bajo el influjo de aquel discernimiento. Empero, ella se conserva en lo icc, como una estratificación más profunda, bloqueada. El motor de esta represión parece ser la masculinidad narcisista del genital, que entra en un conflicto, preparado desde mucho antes, con la pasividad de la meta sexual homosexual. La represión es entonces un triunfo de la masculinidad.

Se tendría la tentación destacar la bisexualidad como motivo de la represión, sería entonces demasiado limitado; en cambio, el conflicto entre el yo y el querer-alcanzar sexual (libido) recubre todos los hechos.

Se impugnaría a la masculinidad narcisista el valor de motivo único. La actitud homosexual, consumada durante el sueño, es tan intensa que el yo falla en dominarla y se defiende de ella mediante la represión. Como auxiliar para este propósito es convocada su opuesta, la masculinidad narcisista del genital. Todas las mociones narcisistas actúan desde el yo, en tanto que las represiones van dirigidas contra investiduras libidinosas de objeto.

Si fuera cierto que la masculinidad triunfó sobre la homosexualidad (feminidad), producto del sueño, hallaríamos dominante ahora una aspiración sexual activa de carácter masculino bien acusado. Pero no hay nada de ello, lo esencial de la organización sexual no varía, la fase sádico-anal sigue siendo la dominante. El triunfo de la masculinidad sólo se muestra en que ahora reacciona con angustia ante las metas sexuales pasivas de la organización dominante (que son masoquistas, pero no femeninas).

El estado que sobrevino tras el sueño: las aspiraciones sexuales han sido fragmentadas:

Ø en lo icc se ha alcanzado el estadio de la organización genital y constituido una hornosexualidad intensa;

Ø sobrepuesta a ella subsiste (virtualmente en lo conciente) la anterior corriente sexual sádica y predominantemente masoquista;

El yo se encuentra en estado de desautorización de lo sexual y rechaza con angustia las metas masoquistas, así como ha reaccionado frente a las metas homosexuales, más profundas, con la formación de una fobia. El resultado del sueño no fue tanto el triunfo de una corriente masculina como la reacción frente a una femenina y a una pasiva y una revuelta contra esta. Sería forzar las cosas atribuir a esta reacción el carácter de la masculinidad. En efecto, el yo no tiene aspiraciones sexuales, sino sólo el interés por su autopreservación y la conservación de su narcisismo.

-Fobia. Ha nacido en el nivel de la organización genital. El yo se protege mediante un desarrollo de angustia de aquello que valora como un peligro hiperpotente: la satisfacción homosexual (o la castración q implica). El objeto al que se anudó la meta sexual temida tiene que hacerse subrogar por otro ante la conciencia (lobo/padre). No deviene cc la angustia ante el padre, sino la angustia ante el lobo. Con las mociones sádicas hacia los animales pequeños compite una fobia a ellos como subrogantes de los competidores, los posibles bebés. La fobia a la mariposa es como una repetición del mecanismo que en el sueño produjo la fobia al lobo. Mediante una incitación casual se activa una antigua vivencia, la escena con Grusha, cuya amenaza de castración produce un efecto retardado, aunque en su momento no había causado ninguna impresión (la fobia a la mariposa es en sí = incomprensible si no se anuda con la amenaza de castración).

La angustia que interviene en la formación de estas fobias es angustia ante la castración. La angustia surgió de la represión de una libido homosexual. Ambos giros designan el mismo proceso, el yo sustrae libido de la moción de deseo homosexual, es traspuesta en angustia libremente flotante y luego admite ser ligada en fobias (represiónÞangustiaÞfobia. En I, S y A la angustiaÞrepresiónÞfobia). Con el primer giro sólo se designa al motivo que pulsiona al yo.

La fobia debe comprenderse como una histeria genuina a la que además de síntomas de angustia le corresponden fenómenos de conversión. Un sector de la moción homosexual es retenido en el órgano que toma parte en ella: el intestino se comporta como un órgano histéricamente afectado. La homosexualidad inconciente, reprimida, se ha replegado al intestino.

-neurosis obsesiva. La situación: una corriente sexual masoquista dominante y una corriente homosexual reprimida; contra ellas, un yo prisionero en una desautorización histérica. ¿Qué procesos mudaron ese estado en el de la neurosis obsesiva? en virtud de un influjo ajeno: la introducción por la madre d la religiosidad. La relación con el padre, que se expresaba en la fobia al lobo, se exterioriza ahora en una beatería obsesiva. El tótem fue el primer sustituto del padre, en tanto que Dios fue uno posterior. En la fobia al lobo pasa por el estadio del sustituto totémico del padre; ese estadio se interrumpe luego y es sustituido por una fase de beatería religiosa.

Pone término poco a poco a la organización sexual sadomasoquista; la fobia al lobo desaparece con rapidez, y en lugar de la desautorización angustiada de la sexualidad sobreviene una forma superior de su sofocación. Estas superaciones no se produjeron sin luchas: aparecen los pensamientos blasfemos, y a consecuencia se impone una exageración compulsiva del ceremonial religioso. Si prescindimos de estos fenómenos patológicos, podemos decir que la religión consiguió todo aquello para lo cual se la introduce en la educación. Domeñó sus aspiraciones sexuales ofreciéndoles una sublimación y un anclaje firme; desvalorizó sus vínculos familiares, y así previno un amenazador aislamiento, abriéndole una vía de conexión con la gran comunidad humana. El niño cerril, angustiado, se convirtió en un ser social, moral y educable. El principal motor del influjo religioso fue la identificación con Cristo, facilitada por el azar de su fecha de nacimiento. Aquí el hipertrófico amor por el padre, que había vuelto necesaria la represión, halló por fin una salida en una sublimación ideal. En calidad de Cristo era lícito amar al padre/Dios, y a ello no iba adherida la conciencia de culpa. Si la corriente sexual más profunda, la homosexualidad icc, podía encontrar un drenaje, la aspiración masoquista, más superficial, hallaba una sublimación excelente en la historia de la Pasión de Cristo, quien se había dejado maltratar y sacrificar por orden del Padre Divino. Así, la religión hizo su obra en el pequeño descarriado por medio de una mezcla de satisfacción, sublimación, desvío de lo sensual hacia procesos espirituales.

Su revuelta contra la religión tuvo tres diversos puntos de partida:

1-aptitud para la fijación. Modalidad de defenderse de toda novedad. Una vez adoptada una posición libidinal, procuraba preservarla por angustia ante la pérdida que importaría resignarla.

2-Ambivalencia Dios/padre. La religión no tiene por base una relación unívoca con Dios-Padre. El paciente sintió esa ambivalencia desde la suya propia.

3-Pensamientos blasfemos. La corriente que esforzaba hacia el varón y que la religión debía sublimar ya no era libre, sino que en parte estaba segregada por represión y así sustraída a la sublimación, ligada a su meta sexual originaria. El sector reprimido pugnaba por allanarse el camino hacia el sector sublimado o por atraerlo hacía sí. Las primeras cavilaciones urdidas en torno de la persona de Cristo ya contenían este problema: ¿podía ese hijo sublime cumplir también la relación sexual con el padre retenida en lo inconciente? Los rechazos de este afán no tuvieron otro resultado que engendrar unos pensamientos obsesivos en apariencia blasfemos, en los que se abría paso la ternura corporal hacia Dios en la forma de su degradación. Una violenta lucha defensiva contra estas formaciones de compromiso debió llevar a la exageración obsesiva de los ceremoniales beatos. Por fin triunfó la religión, pero su fundamento pulsional resultó incomparablemente más intenso que la adhesividad de sus productos de sublimación. Tan pronto la vida le brindó un nuevo sustituto del padre cuya influencia se dirigió contra la religión (el maestro alemán), esta fue abandonada y sustituida por otra cosa (la milicia).

Predisposición a la neurosis obsesiva: en el suelo de la organización sexual sádico-anal (aunq la existencia previa de una histeria vuelve a nuestro caso menos trasparente en este aspecto).

Con la pubertad emergió en él la corriente que ha de llamarse normal: la corriente masculina, de intensa sensualidad, con la meta sexual de la organización genital. Esa corriente se anudaba directamente a la escena con Grusha, de esta tomaba prestado el enamoramiento compulsivo, que llegaba y se iba al modo de un ataque. Con una irrupción violenta hacia la mujer, se había conquistado al fin la plena masculinidad; este objeto sexual fue retenido en lo sucesivo, pero el paciente no gozó de su posesión porque una intensa inclinación homosexual icc, lo apartó del objeto femenino y lo constriñó a exagerar en los intervalos la dependencia respecto de la mujer. En la cura presentó la queja de que no podía cohabitar con la mujer, y todo el trabajo se dirigió a descubrir su relación con el varón, icc para él. Resumiéndolo en una fórmula: su infancia estuvo caracterizada por la oscilación entre actividad y pasividad; su pubertad, por la brega en torno de la masculinidad, y el período que siguió a la contracción de su enfermedad, por la lucha en torno del objeto de la aspiración masculina.

El paciente se quebrantó cuando una afección orgánica de los genitales (gonorrea) revivió su angustia ante la castración, su narcisismo se desmoronó compeliéndolo a resignar su expectativa de ser un predilecto (cofia fetal). Por tanto, enfermó a raíz de una «frustración» narcisista. Esta hiperintensidad de su narcisismo armonizaba con un desarrollo sexual inhibido: que su elección amorosa heterosexual concentrara en sí tan pocas aspiraciones psíquicas, y que la actitud homosexual, más vecina al narcisismo, se hubiera afirmado en el inconciente.

Particularidades que la cura psicoanalítica descubrió, pero sin obtener un influjo inmediato:

Ø la tenacidad de la fijación d la pulsión en la etapa sádico anal.

Ø inclinación ambivalente: conviven ambos términos d la pulsión (pasivo-activo)

Ø constitución arcaica: aptitud para conservar unas junto a otras investiduras libidinosas de las más diversas clases y contradictorias entre sí.

La permanente oscilación entre ellas, en virtud de la cual su tramitación y el progreso parecieron excluidos durante largo tiempo, dominaron el cuadro clínico de la época posterior. Este era un rasgo característico de lo inconciente, que en él se había continuado en los procesos devenidos concientes; pero sólo se hacía patente en los resultados de mociones afectivas, pues en ámbitos puramente lógicos el enfermo demostraba más bien una particular destreza para pesquisar contradicciones e incompatibilidades.

Donde las vivencias no se adecuan al esquema hereditario, se llega a una refundición de ellas en la fantasía, por ejemplo, el padre deviene el castrador y pasa a ser el que amenaza la sexualidad infantil pese a la presencia de un complejo de Edipo invertido en todo lo demás.

La conducta del niño de 4 años frente a la escena primordial reactivada, puede prescindirse del hecho d q sólo fue puesta en palabras 20 años después, ya q sus efectos ya se habían exteriorizado en la infancia en forma d síntomas. Y en esto es indiferente q s los quiera considerar escena primordial o fantasía primordial.

El significado de los traumas de la temprana infancia residiría en aportar a lo inconciente un material que lo protege de ser consumido por el desarrollo subsiguiente.

Sólo me parece admisible cuando el psicoanálisis, obedeciendo al correcto itinerario de instancias, cae sobre la pista de lo heredado tras irrumpir por el estrato de lo adquirido individualmente.

Causación d la neurosisÞsueño d angustia/angustia al padre

La motivación d la enfermedad no se conduce tanto a un triunfo de la masculinidad narcisista, sino una defensa contra la corriente femenina/pasiva.

Síntomas Rec.Precc Rec.Icc Fantasía Pulsión Escena/Trauma
Anorexia     Ser poseído por Oral primordial
Fobia al lobo Ser devorado por el lobo   Ser poseído por el padre Oral primordial/castración
Obsesivos Pens blasfemos Ceremoniales   Ser poseído por el padre Anal primordial
Fobia a la mariposa Veteada d amarillo Amenaza castración   Inicio genital Sed GrushaÞescena primordial
Constipación histérica Incontinencia infantil. Así no puedo vivir +. La madre enferma x lo q el padre le hace. velo Cofia fetal Id a la madre La homosex se reprime y s repliega en el Sª. Ser poseído por el padre Renacimiento Huida del mundo al seno materno Anal Escena primordial
Gonorrea Cofia fetal Herida narcisista   Anal  
Grano en la nariz verruga d la madre 13 años catarro nasal Granos d la hna   Ser castrado    

Cronología:

1 ½ Malaria. Observación d coito e/ los padres (o d su “estar juntos” en el q después introdujo la fantasía del coito)

Perturbación en el comer.

2 ½ Escena con Grusha

3 ¼ Seducción por la hermana. Luego amenaza d castración por la ñaña.

3 ½ Comienzo d alteración del carácter (sobre la gobernanta inglesa)

4 Sueño d los lobos. Génesis d la fobia/angustia d ser devorado por el lobo/padre

Fobia/angustia mariposa

4 ½ Introducción en la religión por la madre. Emergencia d síntomas obsesivos.

5 Alucinación dedo cortado.

6 Visita al padre enfermo. Compulsión d espiración ante miserables.

8-10 Ultimos estallidos d la N.O. Término d la línea sintomática infantil.

17 Quebrantamiento psíquico desencadenado por la gonorrea

23 Comienzo del tto con Freud (1910-1914). Le dio d alta poco antes del estallido d la primera guerra mundial. (1919-1920) Volvió para “librarse d la influencia del médico”. Como no tenía dinero, F organiza colectas. En pocos meses s logró dominar un fragmento d la tf no elaborado, y así “s sintió normal y tuvo un comportamiento intachable”, aunq la guerra lo privó d su fortuna, d su patria y de familia. 1926-1927 tto con RMB.

 

Suplemento a la “Historia de una neurosis infantil” por Ruth Mack Brunswick

-tto duró 5 meses: se recuperó y pudo trabajar. Acude derivado por F en 1926.

-síntoma ppal d la enfermedad actual (1924): una idee fixe hipocondríaca de que tenía un grano en la nariz, un agujero. Se daba cuenta d q su reacción era “anormal”, por eso consultó a F. “Si nada se podía hacer por su nariz al menos s lo podía hacer por su estado de ánimo”. El grano era objeto constante d su atención, y sentía q era objeto d atención d los demás. Tenía la compulsión d mirarse el grano en cada espejo. La madre tenía una verruga en su nariz q aparecía y desaparecía misteriosamente. También podría haber una id a la hna q se preocupaba por tener granos en la cara.

-gran disposición para el análisis.

-“Así no se puede seguir”, decía el pcte cuando le decían q nada se podía hacer por su nariz, frase en la q denotaba una id a la madre. Sentía q “el mundo s le venía abajo”, y q mutilado no podía seguir viviendo. Sintió éxtasis ante la vista d su propia sangre fluyendo cuando le extirparon la glándula d la nariz.

-nada nuevo en relación al análisis con F. La fuente d la nueva enfermedad consistía en un residuo no elaborado d la tf con F, el pcte seguía fijado al padre, lo q obstaculizaba al análisis (con la idea d q era su hijo favorito). Retuvo en el primer tto el núcleo q más tarde produciría la psicosis.

-1919: se atiende con F por su constipación (fijación histérica detrás d la N.O.). Como no puede pagar su análisis F inicia una colecta. Lo q le genera una avidez y avaricia por el dinero d F. Hipocresía: no le revela q tiene joyas (q no sabe q en realidad no poseen valor) por temor a q F no le envíe más las colectas. Aceptaba dinero con pretexto falso.

-síntoma: masturbación con fotografías obscenas.

-1924: dificultades con los dientes. Los odontólogos le decían q por su violenta manera d morder perdería todos los dientes, frase q lo aterrorizaba.

-elegía las fiestas para la producción d síntomas.

-desconfianza y dudas hacia todo el q lo atendía: médicos, odontólogos, sastres.

-volvió a su antiguo hábito d seguir por la calle a mujeres d baja condición.

-pensamientos de deseo de muerte al Dr. X: cómo podía haberle hecho ese daño irreparable? Fue por un accidente, negligencia o un motivo icc? Odiaba al Dr. X como a su peor enemigo.

-cuando acudió a RMB no se parecía en nada al pcte de F: era deshonesto, hipócrita, avaro, y no era cc d esto.

-Dócil apatía: su actitud era hipócrita, no quería hablar d su nariz ni de Freud. Hablaba en cambio d las maravillas del análisis, d la sensación d seguridad q tenía d estar en “sus manos”, d su bondad por tratarlo sin cobrarle honorarios. Cuando RMB quería hablar de su conducta (la del espejito) argumentaba q había otros temas más importantes q hablar q de su nariz. Se evidenció su bloqueo o resistencia, se atrincheraba en su impermeabilidad.

-1er sueño: versión del sueño d los lobos. El pcte lo consideró una corroboración d su hipótesis d q todas sus dificultades provenían d la relación con el padreÞintento d escapar del padre. También reveló q estaba satisfecho d analizarse con una mujerÞasí evitaba la trasferencia homosexual q era tan fuerte en ese momento q podría haberse convertido en un obstáculo para la cura. RMB actuaba como mediadora e/ el pcte y F.

-sueño q delata la posesión d las joyas: viaja en un barco que contiene joyas, rompe un espejo y se da cuenta de q tendrá 7 años d mala suerte.

-s mostró nuevamente inaccesible, su inescrupulosidad y su incapacidad para reconocerla, su pasividad en todas sus relaciones, el hecho d q se encontrara bajo el control absoluto d su mujer, eran índices tan ajenos al antiguo carácter q se los debía considerar como signos d un profundo cambio d carácter (como el q había tenido a los 3 ½ años)

-síntoma d la diarrea (+ sueño d las joyas): anunció el tema del dinero. Satisfecho con el síntoma, indicaba no querer pagar la deuda. Los regalos q venían d F los aceptaba con el pretexto de q eran algo q se le debían, como pruebas d amor d un padre a un hijo. Así se compensaba del hecho d q el padre en la infancia prefiriera a su hna. Este pretexto incluía ideas d grandeza: su relación “íntima” con F rebasaba lo profesional. Aunq lo culpaba d la pérdida d su fortuna, por eso justificaba sus colectas.

-bloqueo e intervención: se negaba a hablar d su nariz y d su actitud hacia el profesor X. RMB aprovechó el hecho d la muerte del Dr X para “clavarle el aguijón”, le preguntó si había leído las noticias q anunciaban la muerte del Dr. El pcte dijo: “¡ya no podré matarlo nunca más!”. Así, el pcte pudo asociar al respecto. Quería obtener una recompensa por su “mutilación”. (tendencia paranoico-querellante). “El daño q X le había hecho sólo se equiparaba con la muerte”Þcastraciónºmuerte.

-admitió q X era un sustituto d F, por lo q RMB le dijo q también debía sentir hostilidad hacia F. El pcte rechazó esta idea, ya q volvía a acentuar el carácter no profesional d su relación con F. Intervención: si así era, ¿por qué no lo había visto en las reuniones d su casa? Todo su argumento se derrumbó.

-Obstáculo: no era posible continuar con el tto mientras continuara con sus dos técnicas d satisfacción:

1-culpando a F por la pérdida d su fortuna: para justificar su ayuda financiera

2-creyendo q era el hijo favorito d F.

Esta pared impenetrable no permitía llegar a los síntomas ppales. La intervención se dirigió a minar estas 2 ideas, ya q esta idea lo protegía. Le hizo comprender cuál era su posición real frente a Freud, la ausencia total de una personal, el suyo no era el único caso publicado, y q no había sido el pcte q atendió durante más tiempo.

Como resultado d sus “ataques”, sus sueños comenzaron a cambiar:

-sueño: aparece RMB en forma burlona, lo q denota el desprecio hacia ella. Y expresaba el deseo d volver a F. El creía q ella lo consultaba a F sobre su caso. No podía creer q F mostrara tan poco interés por su caso.

-sueño del padre castrado. Aparece con una nariz judía, q es símbolo d la circuncisión/castración (para el pcte mendigo@castrado). Odio al padreÞcastración del padreÞdeseo d muerte contra el padre (q no surge d una rivalidad masculina, sino del amor pasivo e insatisfecho hacia él)Þpadre castrado@padre muerto

-la expresión d deseo d muerte contra F expresa los resultados del ataque a su megalomanía q sobrecompensaba al pcte. Así el análisis progresó y el deseo d muerte s expresó. Emergieron sueños donde el padre aparecía castrado: el padre castró al hijo y por eso debía ser asesinado. Su propia hostilidad era proyectada sobre el padre y luego percibida como persecución.

Antecedentes:

-catarro nasal a los 13 años: modelo d la posterior enfermedad, ya q tuvo q usar una pomada q le provoco acné en la nariz. Así se volvió hipersensible con respecto a su nariz, no podía tolerar las bromas. Se volvía cada vez más retraído y cuidadoso con su aspecto.

-un compañero d la escuela había contraído gonorrea, y s volvió objeto d su horror, sobretodo por la naturaleza crónica d la enfermedad. Juró nunca contraer esa enfermedad. Pero a los 17 contrajo gonorrea, y las palabras del médico “es crónico” le produjeron su primera crisis.

-amenaza d cronicidadÞpensamientos compulsivos

1er trauma (13 años) afección nasal realÞretraimiento y angustia

2º trauma (17 años) gonorrea realÞal afectar a los genitales implicaba una castración

3º cicatriz en la nariz imaginariaÞcastración alucinada

Deseo d muerte al padreÞculpaÞid al padre castradoÞpropia castraciónÞpasividad

-sueño: aparece la id al padre castrado (por la culpa por su deseo d muerte) en el q el pcte le muestra a F un rasguño en su mano, F le contesta repitiendo la palabra “todo” varias vecesÞafirmación d q no es castrado

-sueño d la tierra d los eunucos: se tira a los pies d RMB indicando pasividad, da cuenta d q su insanía se debe a una castración alucinada: su agujero en la nariz.

-con la destrucción d sus ideas d grandezaÞaparecieron las ideas persecutorias

-sueño d lobos persecutorio: la sombra d la mujer es lo femenino d sí mismo. Recuerdo d su síntoma temprano: no soportaba q se lo mirara fijamente, ya q conectaba con el sueño d angustia d los lobos. El lobo había sido siempre el padre y ahora los lobos (los médicos) quieren matarlo. Toda la profesión médica está en su contra: no podía lograr una compensación del Dr X por su mal tto ya q estaba muerto, todos los dentistas lo habían tratado mal, y si estaba mentalmente enfermo era porq F no lo había curado.

-id a Cristo: comparaba su sufrimiento al de Cristo, a quien su padre cruel entregó a un destino d padecimiento. Pero elegía figuras exaltadas para identificarse (en compensación). Esta idea derivaba d la creencia d q era el hijo favorito d F.

-período + anormal: aspecto desaliñado, atormentado, hablaba como un salvaje, s entregaba a sus fantasías, completamente fuera d la realidad. Amenazaba con matarla a ella y a F. Comprendió RMB cuán necesaria y protectora había sido su megalomanía.

-sueño d los íconos: su madre descuelga los íconos y los arroja al suelo, se quiebran en pedazos. Es un sueño d augurio. S explicaba el cambio por el hecho q finalmente el pcte lograba abrir un camino hacia el material icc q había detrás del delirio d persecución. La madre en verdad representaba a RMB, ya q es ella la q le destruye su “religión”, hace caer la fantasía d hijo favorito.

-sueño del paisaje: observa un árbol y admira la manera como s entrelazan las ramas. Elementos en oposición al sueño d los lobos. S reconcilia con los motivos q antes lo aterrorizaban, lo q implica una aparente aceptación d la castración. Mientras s id a la mujer su narcisismo s rebelaba contra la aceptación d la castración q implica. Al haber abandonado la id a la mujer, ya no tenía q temer a la castración.

-sueño donde yace (nuevamente) a sus pies. Retorna a la pasividad, no había logrado el aparente progreso. La opción era aceptar su castración, aceptar o rechazar la postura femenina hacia el padre. Sus ideas d grandeza, su temor al padre, el sentimiento d haber sido irreparablemente dañado por el padre, eran pantallas para su pasividad. Una vez q estas pantallas caen se revela lo q ocultaban: la pasividad q había generado el delirio se revela y se vuelve intolerable. Si el pcte hubiera asumido su pasividad, habría evitado su enfermedad, basada en mecanismos d defensa contra el papel femenino. Se forzaba en sublimar su homosexualidad.

-sueño en el q RMB aparece con un disfraz ridículo d hombre: varios sdos:

1-seducción por la hna: activa su pasividad, orientándola hacia la mujer.

2-papel como analista d padre-sustituto

3-negar la castración d la mujer, atribuyéndole un falo, con el fin d castrarla luego, id al padre, así como él había deseado ser castrado por el padre.

Es el primer sueño donde aparece la heterosexualidad del pcte y una TF erótica +. El papel ppal del pcte es masculino. Solamente una id al padre puede permitir una TF +.

-último sueño: el pcte camina junto con uno d sus dermatólogos. El pcte le menciona el nombre del médico q había tratado su gonorrea(sustituto de Drx) y el médico le dice: “No, él no, el otro” (el responsable es Freud o el padre). Aquí la enfermedad sustituye a la castración. Este sueño establece la conexión entre enfermedad actual y la gonorrea q había ocasionado su primera crisis. Solo después d este sueño el pcte abandona completamente el delirio. Podía comprender q su síntoma nasal era imaginario, q tenía como base un deseo icc y la defensa contra ese deseo.

-recuperación repentina por un aumento en la capacidad d producir. El carácter volvió a ser normal.

-2 enfermedades: neurosis obsesiva y psicosis. La forma paranoide d la enfermedad sólo puede explicarse por el fuerte apego al padre. La pasividad expresada en su neurosis era “curable”, la q es expresada en su psicosis era incurable.

-el amor del pcte por el padre (representado por F) constituye la mayor amenaza contra su masculinidad, ya q implica la castración. El narcisismo reacciona contra esta amenaza, en parte reprimiendo este amor, en parte convirtiéndolo en odio, en la forma d deseo d muerte al padre (o a los “padres”). Un mecanismo q proporciona una salida es la proyección d la hostilidad en el otro, lo q a su vez justifica la hostilidad.

-la bisexualidad primaria es la causa obvia d su enfermedad. Edipo (-) muy fuerte.

-su salud depende del grado d sublimación del q sea capaz.

-diagnóstico: paranoia de tipo hipocondríaca.

3 tiempos en el tto

1-Bloqueo: no habla ni de su nariz ni de Freud o el Dr. X. Dócil apatía y el halago hacia Ruth encubren la satisfacción q se produce en la cura. Interviene diciéndole que ha muerto el Dr X

2-Un síntoma -la diarrea- y un sueño -el de las joyas- preceden a la asociación sobre el tema del dinero. Ya que por medio d ellos s escurre la confesión d q “retiene” el dinero.

3-RMB detecta 2 técnicas d satisfacción con F.

1-la idea d q es el hijo favorito

2-le echa la culpa de haber perdido su fortuna. Lo culpa por haberlo disuadido d ir a Rusia, y por eso justifica las colectas q le organiza.

Por medio d estas dos técnicas d satisfacción el pcte por fin es el hijo favorito y recibe el doble regalo q se le debía, y goza siéndolo, por eso no tiene q hablar del tema.

Interviene en el orden del acto, para restablecer la abstinencia:

-Por qué no lo he visto en las fiestas?Þno es el hijo favorito de F

-no es el único caso publicado ni el más largo.

Esta intervención tiene efecto a nivel:

-ste: porq se produce en el eje del sentido, contra la fijeza d la sign

-goce: porq ataca una forma de satisfacción

 

Conferencias d introducción al Psicoanálisis. Freud

Conf. 17: El sentido de los síntomas

Tesis central: el síntoma tiene un sentido (igual q los sueños y los fallidos) y s entrama con el vivenciar del enfermo. Para una idea sin sentido y una acción carente de fin el análisis debe conducir a una escena del pasado en q esa idea y esa acción estaban justificadas y respondían a un fin. A partir d la vinculación del síntoma con el recuerdo s colige el propósito del síntoma. (En la Conf 18 dice que al colegir el sentido icc del síntoma, este se levanta)

Neurosis obsesiva: compuesta por:

·Pensamientos obsesivos (re obsesivas) q resultan disparatados o indiferentes. Son el disparador d una actividad d pensamiento q deja exhausto al enfermo. Se ve forzado a especular. Por ej los pensamientos blasfemos o el grano en la nariz del HL.

·Impulsos extraños, de contenido por lo gral disparatado y terrible, como por ej tentaciones a matar a alguien. S protege d ejecutarlos mediante prohibiciones, renuncias y restricciones d su libertad. Pero q nunca llegan a realizarse. El triunfo es siempre d la huida y la precaución. Por ej en HL: matar al Dr X, o Freud o RMB.

·Acciones obsesivas: son compelidos a realizar acciones fútiles q no pueden dejar de hacerlas. Repeticiones, ceremoniales sobre actividades d la vida cotidiana q se convierten así en tareas fastidiosas y casi insolubles. Recaudos obsesivos. El ceremonial patológico es inflexible, sabe imponerse a costa de los mayores sacrificios, se cubre de una fundamentación racional y si se lo considera superficialmente, parece apartarse de lo normal sólo por extremada precaución. Pero si se los analiza más de cerca se advierte q el ceremonial comprende estipulaciones que rebasan lo racional, y otras que directamente la contradicen. Por ej los ceremoniales beatos del HL, rezar, persignarse, besar los íconos uno por uno, espirar a la vista d pordioseros.

Uno d estos tres factores domina el cuadro y le da su nombre a la enfermedad.

Lo común a estas 3 formas: un “penar estrafalario”.

-compulsión. Por más q advierta lo “irracional” d sus pensamientos y acciones, no puede hacer otra cosa. Sólo puede desplazar, sustituir, un pensamiento o acción por otra, pero no puede suprimirla.

Carácter ppal d la enfermedad: capacidad d desplazabilidad del síntoma lejos d su conformación originaria.

-re obsesivas s presentan en forma de oposicionesÞduda: llega hasta aquello de lo q se puede estar plenamente seguro. Siempre esta la incertidumbre d q no todo se hizo como es debido, por lo q es preciso revisar, reasegurarse, repetir hasta el cansancio. Puede llegar a tardarse horas en este proceder.

-todo desemboca en una creciente indecisión, gasto cada vez mayor d energía y restricción d la libertad.

-por lo gral son poseedores d grandes dotes intelectuales, extremadamente moralistas y éticos, correctos más d lo habitual.

2 ejemplos:

1-la mujer d 30 años q corre d una habitación a otra, q por medio d su acción obsesiva quiere remediar la impotencia del marido. La acción obsesiva es una figuración q repite una escena, q intenta corregirla. El recuerdo precc es la impotencia del marido en la noche d bodas. El texto icc es “mi marido no tiene d q avergonzarse”. La interpretación del síntoma fue hallada por la enferma, sin intromisión del analista, y la obtuvo por referencia a una vivencia que no había pertenecido, como es corriente, a un período olvidado de la infancia, sino que sucedió durante su vida madura y había permanecido en su recuerdo.

2-joven que tiene múltiples y complicados ceremoniales antes de dormir. El sentido central de su ceremonial: mantener separados hombre y mujer, separar a sus padres.

-el trabajo analítico excluye la elaboración sistemática d un sólo síntoma hasta su final iluminación. Es preciso abandonar determinado tema, con la seguridad d q se volverá a él por otros nexos.

-la correspondencia entre el ceremonial y las fantasías nos revela la interpretación: en el ceremonial se escenifica una serie d fantasías q se relacionan en algún punto, y reflejan los deseos sexuales tanto positiva como negativamente, en parte como representante y en parte como defensa ante ellos.

-el análisis de estos síntomas remiten a la vida sexual de los enfermos.

Síntomas típicos: síntomas recurrentes en distintos pctes (como por ej chequear si dejaron cerrada la llave del gas, lavados compulsivos, miedo a los lugares cerrados, asco) por lo q es más difícil relacionarlos con el vivenciar individual del pcte (interpretación o reconducción histórica). Aunq justamente por medio d estos síntomas se llega al diagnóstico. Si los síntomas individuales se conectan directamente con el vivenciar individual del enfermo, podría decirse que los síntomas típicos se reconducen a un vivenciar q es típico en sí mismo.

Conf. 18: La fijación al trauma, lo inconciente

2 conclusiones (d la anterior conferencia)

1-fijación a un trauma o escena del pasado (y enajenación del presente y del futuro), las + d las veces d su infancia. Por ej las neurosis traumáticas se fijan al accidente traumático. El síntoma (ataques histéricos, sueños) repite la escena en un intento por ligar el afecto q quedó libre. Vuelven a la escena para corregirlo. Ojo! No toda fijación conduce a una neurosis, sólo presta la predisposición a contraerla (no es a causa d las neurosis). El neurótico queda “fijado” a la escena traumática.

TraumaÞconsideración económica: una vivencia q tiene una intensidad, un exceso tal en la intensidad del estímulo q el sujeto no puede procesarla o tramitarla por vías “normales”, d lo q resultan trastornos duraderos para la “economía energética”, por una incapacidad d tramitar una vivencia teñida d afecto hiperintenso.

2-El sentido d los síntomas es desconocido o icc. El nexo entre el síntoma (por ej la acción obsesiva) y la vivencia a la q se anuda (la noche de bodas) es icc para el enfermo mientras ejecuta la acción. Por el trabajo analítico puede recordar el nexo, pero aún así seguía sin saber los motivos q la impulsaban (corregir la impotencia). Ambos, nexo con la escena y el motivo forman el sentido del síntoma. La prueba de la existencia del icc (una comarca separada d las otras) es q el sentido es desconocido.

Sentido:

ü Desde dónde: la escena o vivencia (por ej la noche de bodas) vivencias q necesariamente fueron una vez cc y devinieron icc.

ü Hacia dónde o para qué: el motivo (por ej corregir la impotencia). Pudo no haber sido cc nunca, por eso funda la dependencia con el icc.

Los síntomas son retoños d procesos anímicos icc q llevan a ese desconocimiento, y podrían hacerse cc mediante el análisis. Los enfermos obedecen a un “mandato” que se les exige y q cumplen compulsivamente, q no saben d dónde viene ni por qué fue estatuido. S muestran resistentes a cualquier influencia “normal”. Se trata d una “comarca particular” separada d las otras, q da cuenta d la existencia d lo icc. Las re y las acciones obsesivas no son en sí mismas icc (no serían síntomas si no hubiesen irrumpido en la cc), pero sí sus “precondiciones psíquicas” y los nexos con su vivenciar (su sentido).

La posibilidad d dar a los síntomas neuróticos un sentido por medio d la interpretación analítica, da la prueba de la necesidad d la existencia del icc.

El sentido del síntoma es icc, el hecho d q sea icc es la condición d su existencia (si no hay icc no hay síntoma). Si hay un síntoma es porq hay un icc q explica su sentido, pero para q ese síntoma exista es preciso q ese sentido sea icc. D procesos cc no se forman síntomas. Tan pronto como el sentido icc deviene cc el síntoma tiene q desaparecer, desaparecen cuando s vuelven cc sus precondiciones icc. “Nuestra terapia opera del siguiente modo: muda lo icc en cc, y sólo produce efectos cuando logra esta mudanza”. A partir del saber del paciente (no del analista).

-el síntoma es subrogado d algo q está interceptado, proviene d procesos q se habrían desplegado normalmente en la cc q son interrumpidos y devienen icc. El síntoma es producto d una permutación (icc por cc) y la terapia analítica se propone deshacerla

-sólo se enferma d ignorancia? Por lo q se lo curaría por la comunicación de ese “saber”?Þ ¹ clases d saber: el saber del analista no es el mismo q el del pcte. Cuando el analista transfiere su saber al enfermo esto no tiene el efecto d cancelar sus síntomas. Así, “el enfermo sabe algo q no sabía, el sentido d sus síntomas, y no obstante lo sabe tan poco como antes”. Aunq sigue siendo cierto el enunciado de q los síntomas cesan tan pronto se sabe su sentido, pero ese saber debe ser del enfermo.

Tarea del tto psanalítico: volver cc todo lo icc patógeno o llenar las lagunas:

Lagunas del recuerdo o amnesias: la tarea del tto puede leerse también como un propósito d llenar las lagunas del recuerdo, cancelar sus amnesias. Así las amnesias del neurótico cobran importancia para la génesis d sus síntomas. No se trata d una amnesia genuina, no es q falte el recuerdo, sino que se ha roto el nexo lógico con la escena que brinda el sentido. Restaurando la conexión con el nexo q podría dar cuenta d la escena icc olvidada. Deterioros d la capacidad d recordar son característicos d la histeria (Belle indiference) y la rotura d nexos propia de la neurosis obsesiva.

Conf. 23: Los caminos de formación del síntoma (en la histeria)

Síntoma: Es resultado d un conflicto, una formación d compromiso e/ dos fuerzas en conflicto: las q intentan reprimir y lo reprimido (la libido insatisfecha) (frustración), q ahora tiene en el síntoma una satisfacción sustitutiva, q por ser un compromiso se figuran en el síntoma. Por eso el síntoma es resistente, ya q está sostenido d ambos lados.

La libido insatisfecha debe buscar otra satisfacción. Si no la encuentra emprende el camino d la regresión para satisfacerse en estadios anteriores de elección d objeto u organización, con objetos ya resignados, y se satisface en los puntos d en donde la pulsión s fijó. En el camino d la regresión la libido es cautivada por los puntos d fijación q ha dejado.

-¹perversión: en esta, la regresión no produce contradicción en el yo y por lo tanto no hay síntoma y no hay neurosis (por ej conducta díscola en el hombre de los lobos por regresión al estadio oral o fantasma sadomasoquista). La libido obtiene una satisfacción real, aunq no normal.

La neurosis s produce cuando esta regresión genera conflicto con el yo. La libido queda atascada y encuentra un escape en el camino regrediente hacia los puntos de fijación.

1-frustración d la satisfacción d la libido

2-regresión hacia los puntos d fijación d la libido (hasta aquí perversión)

3-contradicción con el yoÞsíntoma, en la forma de contrainvestidura

El síntoma repite esa modalidad d satisfacción, pero el sujeto la padece, no la reconoce. Lo q antes le generaba satisfacción hoy le genera repudio.

Con esta tesis se agrega al síntoma su cara libidinal. Síntoma: sentido + satisfacción. El síntoma es la práctica sexual de los enfermos.

La neurosis sobreviene cuando esta regresión genera contradicción en el yo. Las re sobre las q se inviste la libido son icc, están sometidas al proceso primario (condensación y desplazamiento). El síntoma es un retoño del cumplimiento del deseo libidinoso icc, desfigurado d manera múltiple, es una ambigüedad constituida por dos sdos contradictorios.

La regresión d la libido ante el conflicto esta posibilitada por la preexistencia d fijaciones. La investidura regresiva d estas se realiza sorteando la represión y con una satisfacción q s da dentro d las condiciones del compromiso (satisfacción en el síntoma)

Fijaciones: prácticas y vivencias d la sexualidad infantil dejan fijaciones d la libido.

Causación d la neurosis dada por:

1-Predisposición por fijación libidinal (por ej oral u anal) dada por:

ü Constitución sexual o disposición heredada. Vivencias prehistóricas. (esc. 1ª)

ü Predisposición adquirida en la 1ª infancia, o vivenciar infantil. (seducción, preferencia del padre por la hna)

2-Vivenciar accidental traumático del adulto (gonorrea)

Dan como resultado una “serie complementaria”: entre la intensidad e importancia patógena d las vivencias infantiles y la d las vivencias del adulto existe una relación d complementariedad. En las neurosis puede haber predominancia d uno d los factores.

-La libido d los neuróticos está ligada a sus vivencias sexuales infantiles: ejercen una atracción sobre la libido. Solo cobran importancia por la regresión a ellas desde posiciones tardías.

-Neurosis infantiles prueban que las vivencias infantiles tienen importancia patógena propia, ya q las vivencias en sí mismas (sin el factor regresivo dde la adultez) son eficaces para la formación d síntoma (por ej en la neurosis infantil del hombre d los lobos). Si en la adultez estalla una neurosis es, por lo gral, una continuación d la neurosis infantil.

-satisfacción desfigurada: prescinde del ob y el vínculo con la realidad. En la regresión s produce un extrañamiento del ppio d realidad y un retroceso al ppio de placer. S regresa al autorerotismo, se cambia una satisfacción exterior por una interior. Se regresa porq hubo una cristalización (Sàa) de libido y de significación. La libido reinviste esos puntos d fijación, la fantasía se reprime y se produce el síntoma.

-al igual q el sueño, el síntoma figura el cumplimiento d un deseo, y se sirve de los mecanismos d condensación y desplazamiento.

-esas vivencias infantiles en las q la libido quedó fijada en la mayoría d los casos no son “verdaderas”. Resultan d una mezcla d verdad y falsedad.

Síntomas como figuración de:

Ø Vivencias

Ø Fantasías

Q determinan la fijación d la libido

VivenciasÞposeen realidad psíquica para el enfermo, más allá d ser realidad o fantasía. No se debe preocupar por distinguir entre realidad y fantasía, ya q esta realidad psíquica es decisiva para las neurosis.

3 protofantasías o Fantasías primordiales:

ü (Amenaza d) castración: sobre la base d indicios a partir de la investigación sexual (descubrimiento d genitales femeninos)

ü Observación d coito entre los padres (puede comprenderlo con posterioridad. Cuando se lo presenta como ejecutado desde atrás no cabe duda de q esta fantasía se apuntala en la observación del coito entre animales®HL).

ü Seducción. Cuando es fantaseada, el niño encubre la práctica autoerótica.

Tales hechos son patrimonio d las neurosis. Cuando no son aportados por la realidad, lo son por el fantaseo, por lo q hay entre realidad y fantasía una relación d complementariedad. Y en cuanto a sus efectos no merece importancia el distingo. Son un patrimonio filogenético. El niño llena las lagunas d su vivenciar real con el vivenciar prehistórico. (por ej en el HL construye la fantasía d la escena 1ª para dar cuenta d su neurosis infantil)

Fantaseo: el hombre por influjo del ppio de realidad, se reserva una actividad del alma en la q puede figurarse sus deseos como cumplidos, conlleva una satisfacción aunq se sepa q no s trata de una realidad. Por ej los sueños diurnos. Son unas satisfacciones imaginadas d deseos eróticos, de ambición o de grandeza.

traumaÞfijación pulsionalÞ fantasíaÞ recuerdo iccÞ recuerdo preccÞ síntoma

Importancia d la fantasía para la formación del síntoma:

Cuando hay frustración la libido emprende el camino regrediente e inviste las posiciones abandonadas. ¿Cómo encuentra la libido el camino hacia los puntos de fijación? Þpor la fantasía. Los objetos y orientaciones d la libido no fueron resignados por completo, son retenidos en la fantasía. Por lo q la libido no tiene más q volver a las fantasías para hallar la fijación reprimida. En la fantasía están contenidos los puntos de fijación (por ej en la fantasía de ser devorado por el lobo está contenida la fijación al estadio oral) Estas fantasías gozan de cierta tolerancia y no generan conflicto en el yo mientras la libido al investirlas, se mantenga en un cierto nivel (condición cuantitativa). La fantasía así investida exige una realización. Esto genera un conflicto con el yo y se reprime. Desde la fantasía ahora icc la libido encuentra los puntos d fijación. Por lo q la retirada a la fantasía es un estadio intermedio para la formación del síntoma. Para q haya síntoma la fantasía investida regredientemente debe despertar un conflicto en el yo (sino hay perversión), por lo q se reprime y hay satisfacción sustitutiva en el síntoma.

Si hay un exceso en la investidura la fantasía se reprime, se vuelve icc, y desde allí la libido migra a los lugares d fijación, y se produce el síntoma (ya q la libido no tiene posibilidades de satisfacción en la realidad).

Sobreinvestidura de la fantasíaÞrepresiónÞsíntoma

Por ej en el caso del HL, la escena primordial no en sí misma traumática, pero a partir del sueño d angustia se resignifica a posteriori la escena al reinvestirla regresivamente.

-decisivo: monto d libido no satisfecha, la q se puede conservar flotante, y la q es capaz de sublimar. El conflicto entre dos aspiraciones no estalla hasta q se hayan alcanzado cierta intensidad en las investiduras.

Conf. 25: La angustia

-estado afectivo

-existen hombres angustiados que no son neuróticos, y hay neuróticos que padecen síntomas sin que entre estos se encuentre la inclinación a la angustia. Es posible tratar la angustia sin considerar el estado neurótico.

-la medulla oblongata es estimulada, y el enfermo padece de una neurosis del nervus vagus. Nada más indiferente para la comprensión psicológica de la angustia que el conocimiento de las vías nerviosas por las que transitan sus excitaciones.

1-angustia realista

Aparece como algo racional y comprensible. Es una reacción frente a la percepción de un peligro exterior, de un daño esperado, previsto; va unida al reflejo de la huida, y es lícito ver en ella una manifestación de la pulsión de autoconservación. Las oportunidades en que se presente la angustia (frente a qué objetos y en qué situaciones) dependerán de nuestro saber y de nuestro sentimiento de poder respecto del mundo exterior. En otras ocasiones, es el mayor saber el que promueve la angustia, porque permite individualizar antes el peligro. Si se reflexiona un poco más, el juicio según el cual la angustia realista es racional y adecuada debe revisarse. La única conducta adecuada frente a un peligro sería la fría evaluación de las propias fuerzas comparadas con la magnitud de la amenaza. Pero en una situación así no hay lugar para la angustia. Si la angustia alcanza una fuerza desmedida, resulta inadecuada: paraliza toda acción, aun la de la huida. Por lo común, la reacción frente al peligro consiste en una mezcla de angustia y acción de defensa. Lo adecuado en ese caso es la huida, no el angustiarse.

-situación de angustia: Lo primero que hallamos es el apronte para el peligro, que se exterioriza en un aumento de la atención sensorial y en una tensión motriz. Ese apronte expectante es ventajoso, y su falta puede traer serias consecuencias. En él se origina, por un lado, la acción motriz -la huida y la defensa activa-; por el otro, lo que sentimos como angustia. Mientras más se limita el desarrollo de angustia a una señal, menores son las perturbaciones en el paso del apronte angustiado a la acción, y más adecuada la forma que adopta todo el proceso. Por eso, el apronte angustiado me parece lo más adecuado al fin, y el desarrollo de angustia lo más inadecuado.

Ø Angustia: se refiere al estado y prescinde del objeto

Ø Miedo: dirige la atención al objeto.

Ø Terror: el efecto de un peligro que no es recibido con apronte angustiado.

«Angustia»: Casi siempre se entiende por tal el estado subjetivo en que se cae por la percepción del «desarrollo de angustia». ¿Qué es un afecto? Un afecto incluye, en primer lugar, inervaciones motrices o descargas; en segundo lugar, ciertas sensaciones, que son de dos clases: las percepciones de las acciones motrices ocurridas, y las sensaciones directas de placer y displacer que prestan al afecto, su tono dominante. En el caso de algunos afectos creemos q es la repetición de una vivencia significativa, una impresión muy temprana de naturaleza muy general, que ha de situarse en la prehistoria de la especie.

El acto del nacimiento es la fuente y el modelo del afecto de angustia:

cuál es esa impresión temprana que él reproduce? el acto del nacimiento, en el que se agrupan sensaciones displacenteras, mociones de descarga y sensaciones corporales que se ha convertido en el modelo para los efectos de un peligro mortal y desde entonces es repetido por nosotros como estado de angustia. El incremento de los estímulos sobrevenido al interrumpirse la renovación de la sangre (la respiración interna) fue en ese momento la causa de la vivencia de angustia; por tanto, la primera angustia fue una angustia tóxica. El nombre «angustia» destaca el rasgo de la falta de aliento, que en ese momento fue consecuencia de la situación real y hoy se reproduce casi regularmente en el afecto. También es significativo que ese primer estado de angustia se originara en la separación de la madre. Estamos convencidos de que la predisposición a repetir el primer estado de angustia se ha incorporado tan profundamente al organismo, que ningún individuo puede sustraerse a ese afecto.

2-Angustia neurótica:

Tres formas d angustia:

1-Expectativa angustiada: En primer lugar, un estado general de angustia, una angustia libremente flotante. Está dispuesta a ligarse a cualquier representación pasajera. Influye sobre el juicio, escoge expectativas, acecha la oportunidad de justificarse. Llamamos a este estado «angustia expectante» o «expectativa angustiada». Las personas aquejadas de esta clase de angustia prevén entre todas las posibilidades siempre la más terrible, interpretan cada hecho accidental como indicio de una desgracia. La inclinación a esa expectativa de desgracia se encuentra como rasgo de carácter en hombres que en lo demás no podríamos llamar enfermos; un grado llamativo de angustia expectante corresponde, a una afección neurótica «neurosis de angustia», q s incluye entre las neurosis actuales.

2-Angustia d las fobias: ligada a ciertos objetos o situaciones. Es la angustia d las fobias, d enorme diversidad y a menudo muy extrañas. Hay tres grupos:

a-Muchos de los objetos y situaciones temidos tienen también para los normales, algo de ominoso, y por eso tales fobias no nos parecen raras, aunque sí muy exageradas.

b-Los casos en que existe la posibilidad d un peligro, pero solemos minimizar y no anticipar ese peligro. Entre ellos se cuentan la mayoría de las fobias a una situación. pero no pensamos en estos peligros y viajamos libres de angustia por tren y por barco. Lo mismo vale para las multitudes, los espacios cerrados, las tormentas, etc. Lo que extraña en estas fobias no es tanto su contenido como su intensidad. ¡La angustia de las fobias es directamente abrumadora!

c-Cuando la angustia impide a un hombre fuerte, adulto, atravesar una calle o una plaza: se comporta como un niño pequeño. Los educadores dirigen a este la exhortación directa de evitar como peligrosas tales situaciones, y nuestro agorafóbico se siente, de hecho, protegido de su angustia si lo acompañamos por la plaza.; cuando una mujer sana y bien desarrollada cae presa de incomprensible angustia porque un gato roza el ruedo de su vestido o una laucha atravesó corriendo la habitación, ¿cómo estableceríamos el nexo con el peligro que existe para el fóbico? En el caso de las fobias a los animales, que pertenecen a este grupo, no puede tratarse de unas aumentadas antipatías, comunes a todos los seres humanos.

Las dos formas de angustia aquí descritas, la angustia expectante, libremente flotante, y la unida a fobias, son independientes entre sí. No es que una sea una etapa superior de la otra; sólo por excepción se presentan juntas. Un estado de angustia general, no necesita manifestarse en fobias. Muchas de las fobias, se adquieren sólo a edad madura; otras, como la angustia a la oscuridad, a las tormentas, a ciertos animales, parecen haber existido desde el comienzo. Las del primer tipo tienen la dimensión de enfermedades graves; las segundas aparecen más bien como rarezas, caprichos. Incluimos estas fobias en la histeria de angustia, muy próxima a la histeria d conversión.

3-La tercera de las formas de angustia neurótica nos plantea este enigma: perdemos de vista el nexo entre la angustia y la amenaza de un peligro. En el caso de la histeria esta angustia aparece acompañando a los síntomas; o bien, puede aparecer desligada de cualquier condición, como un ataque gratuito de angustia incomprensible. En esos ataques espontáneos advertimos, además, que el complejo que designamos como estado de angustia es susceptible de una división. La totalidad del ataque puede estar subrogada por un único síntoma, intensamente desarrollado: por un temblor, un vértigo, palpitaciones, ahogos; y el sentimiento d angustia puede faltar o hacerse borroso. No obstante, esos estados, «equivalentes de la angustia», pueden equipararse a esta última en todos los aspectos clínicos y etiológicos.

a-la angustia expectante o estado de angustia general mantiene dependencia con procesos de la vida sexual, con ciertas aplicaciones de la libido. Por ej la excitación frustránea, en q unas violentas excitaciones sexuales no experimentan descarga suficiente, no son llevadas a una consumación satisfactoria. Por ejemplo, los hombres mientras están de novios, o las mujeres cuyos maridos no tienen suficiente potencia o que, por precaución, practican el acto sexual abreviado o mutilado. En estas circunstancias, la excitación libidinosa desaparece y en su lugar emerge angustia, tanto como angustia expectante como en ataques y sus equivalentes. La interrupción deliberada del acto sexual regularmente causa neurosis de angustia. Podrá comprobarse que la neurosis de angustia desaparece cuando se elimina ese hábito sexual. Este nexo entre retención sexual y estados de angustia es un hecho.

La abstinencia sexual tiene importancia para la génesis de estados de angustia sólo cuando la libido a que se deniega la descarga posee la correspondiente fuerza y no ha sido tramitada en su mayor parte por sublimación.

Vínculo genético entre libido y angustia: la influencia que sobre la contracción de angustia ejercen ciertas fases de la vida, como la pubertad y la menopausia, a las que s les atribuye un incremento en la libido. En muchos estados emocionales es posible observar directamente el entrelazamiento de libido y angustia, y la sustitución final de la primera por la segunda. En primer lugar, está en juego una acumulación de libido a la que se le coartó su aplicación normal; en segundo lugar, ello nos sitúa en el campo de los procesos somáticos. Falta libido y en su lugar se observa angustia.

b. Histeria: Nos proporciona un segundo indicio el análisis de las psiconeurosis, en especial de la histeria. En esta afección la angustia aparece acompañando a los síntomas, pero también, como ataque o como estado crónico, una angustia no ligada. Los enfermos no saben qué es eso ante lo cual se angustian y, mediante una elaboración secundaria, lo enlazan con fobias, como morir, enloquecer. Si sometemos al análisis la situación de la cual nacieron la angustia o los síntomas acompañados por ella, podemos indicar el decurso psíquico normal interceptado y sustituido por el fenómeno de la angustia. Construimos el proceso inconciente como si no hubiera experimentado ninguna represión y hubiera proseguido, sin inhibición, hasta la conciencia. Este proceso habrá estado acompañado por un afecto, y ese afecto que acompañó al decurso normal es sustituido por angustia. Por tanto, cuando estamos frente a un estado de angustia histérica, su correlato inconciente puede ser una moción de similar carácter, es decir, de angustia, vergüenza, turbación, pero también una excitación libidinosa positiva, o una agresiva, de hostilidad, como la furia y el enojo. Esta angustia es la moneda corriente por la cual pueden cambiarse todas las mociones afectivas cuando el correspondiente contenido de representación ha sido reprimido (concepción d “El icc”, de 1914, angustia: afecto libre d la represión).

c. NO: Una tercera experiencia nos la proporcionan los enfermos que padecen de acciones obsesivas, exentos de angustia en apariencia. Si intentamos impedirles que ejecuten su acción obsesiva, o su ceremonial, o si ellos mismos intentan abandonar una de sus compulsiones, una angustia los fuerza a obedecer a la compulsión. La angustia estaba encubierta por la acción obsesiva, y esta se ejecutaba para evitar aquella. En la neurosis obsesiva, una formación de síntoma sustituye a la angustia que, de lo contrario, sobrevendría necesariamente. Y si nos volvemos a la histeria, hallamos una situación parecida: el resultado del proceso represivo es:

ü un desarrollo de angustia pura o

ü una angustia con formación de síntoma o

ü una formación de síntoma más completa, sin angustia.

Por consiguiente, no parecería erróneo decir que, en general, los síntomas sólo se forman para evitar un desarrollo de angustia que de lo contrario sería inevitable.

La desviación de la libido de su aplicación normal, generadora de la angustia, se produce en el campo de los procesos somáticos. Los análisis de la histeria y de la neurosis obsesiva nos permiten agregar que esa desviación, puede ser también el efecto de un rehusamiento de parte de las instancias psíquicas.

Vínculo entre la angustia neurótica y la angustia realista: El enlace se establece si tomamos como premisa la oposición entre yo y libido. 2 analogías:

-El desarrollo de angustia es la reacción del yo frente al peligro y la señal para que se inicie la huida; en la angustia neurótica, el yo emprende un idéntico intento de huida frente al reclamo de su libido y trata este peligro interno como si fuera externo. Así, ahí donde aparece angustia tiene que existir algo frente a lo cual uno se angustia.

-Así como el intento de huida frente al peligro exterior es relevado por la actitud de hacerle frente y adoptar las medidas adecuadas para la defensa, también el desarrollo de la angustia neurótica cede paso a la formación de síntoma, que produce una ligazón de la angustia.

La angustia que significa una huida del yo frente a su libido nace de esa libido misma.

Otras dos pistas: la génesis de la angustia en el niño y el origen de la angustia neurótica que está ligada a fobias.

1-En los niños es muy común el estado de angustia, y es difícil discernir si se trata de angustia realista o neurótica. No nos asombra que el niño se angustie frente a personas extrañas, situaciones y objetos nuevos. Atribuimos al niño una fuerte inclinación a la angustia realista, y nos parecería acorde a fines que ese estado de angustia fuese congénito en él. El niño no haría sino repetir la conducta del hombre primordial.

Aunq no todos los niños están sometidos a la angustia en igual medida, y que son precisamente los que exteriorizan un horror particular frente a todos los objetos y situaciones posibles los que resultan más tarde neuróticos. Entonces, la disposición neurótica se trasluce también por una inclinación a la angustia realista; el estado de angustia aparece como lo primario, y el niño y, más tarde, el adolescente se angustian frente al nivel de su libido justamente porque todo los angustia. Ello refutaría la tesis de que la angustia se genera desde la libido, y, si se investigaran las condiciones de la angustia realista, se llegaría a la concepción de que la conciencia de la propia debilidad e indefensión es también el fundamento último de la neurosis, toda vez que puede proseguir desde la infancia en la vida adulta.

La persistencia del sentimiento de inferioridad (y, con él, de la condición de la angustia y de la formación de síntoma) parece tan segura que más bien haría falta una explicación para los casos excepcionales en que se produjera lo que conocemos como salud. ¿Qué podemos averiguar mediante una observación cuidadosa del estado de angustia de los niños? El niño pequeño se angustia frente a personas extrañas; el niño se aterroriza frente al rostro extraño porque espera ver a la persona familiar y amada: en el fondo, a la madre. Son su desengaño y su añoranza las que se trasponen en angustia, en una libido que ha quedado inaplicable, que no puede mantenerse en suspenso, sino que es descargada como angustia. En esta situación arquetípica de la angustia se repite la condición de estado de angustia de nacimiento, la separación de la madre.

Las primeras fobias situacionales de los niños son las fobias a la oscuridad y a la soledad; es común a estas la nostalgia por la madre. Por tanto, la añoranza en la oscuridad se trasforma en angustia a la oscuridad. Lejos de que la angustia neurótica sea sólo secundaria y un caso especial de la angustia realista, en el niño pequeño se comporta como angustia realista algo que comparte con la angustia neurótica el rasgo esencial de provenir de una libido no aplicada. En cuanto a la angustia realista en sentido más estricto, el niño parece traerla congénita en escasa medida.

Resumamos las observaciones del estado de angustia de los niños: tiene poco que ver con la angustia realista y, en cambio, se emparienta de cerca con la angustia neurótica de los adultos. Como esta, se genera a partir de una libido no aplicada y sustituye al objeto de amor, que se echa de menos, por un objeto externo o una situación.

2-el análisis de las fobias no nos enseña muchas cosas nuevas. En ellas ocurre lo mismo que en la angustia infantil; una libido inaplicable se trasmuda en una aparente angustia realista y así, un minúsculo peligro externo se erige como subrogación de los reclamos libidinales. Las fobias infantiles no sólo son el modelo de las posteriores, sino su precondición y su preludio. Toda fobia histérica se remonta a una angustia infantil y la continúa. La diferencia entre ambas reside en el mecanismo. En el adulto, para la mudanza de la libido en angustia no basta que aquella se haya vuelto momentáneamente inaplicable, ya q ha aprendido a mantener en suspenso esa libido o a aplicarla de otro modo. Pero cuando la libido pertenece a una moción psíquica que ha experimentado la represión, se restablece una situación parecida a la del niño que todavía no posee ninguna separación entre conciente e inconciente. Y por la regresión a la fobia infantil se abre, digámoslo así, el desfiladero a través del cual puede consumarse la mudanza de la libido en angustia.

Como ustedes recuerdan, ya nos ocupamos bastante de la represión, pero sólo perseguimos el destino de la representación que había de ser reprimida. Lo que acontece con el afecto adherido a la representación reprimida es ser mudado en angustia. Esta mudanza del afecto es lo más importante del proceso represivo. No podernos aseverar la existencia de afectos inconcientes en el mismo sentido en que podemos hacerlo respecto de las representaciones inconcientes. Una representación sigue siendo la misma, salvada la diferencia de que sea conciente o inconciente. Pero un afecto es un proceso de descarga y ha de ser objeto de un juicio diverso que una representación. Queremos destacar que el desarrollo de angustia se anuda estrechamente al sistema del inconciente.

La mudanza en angustia o la descarga en forma de angustia es el destino más inmediato de la libido afectada por la represión. Pero no el único ni el definitivo. En las neurosis hay en marcha procesos que se empeñan en ligar este desarrollo de angustia, y que lo logran por diversas vías. En el las fobias es posible diferenciar dos fases del proceso neurótico:

1ª: tiene a su cargo la represión y el trasporte de la libido a la angustia, que es ligada a un peligro exterior.

2ª: edificación de precauciones y aseguramientos destinados a evitar un contacto con ese peligro considerado como externo. La represión corresponde a un intento de huida del yo frente a la libido sentida como peligro. La fobia puede compararse a un atrincheramiento contra el peligro externo que subroga a la libido temida. La debilidad del sistema protector de las fobias reside en que la fortaleza hacia afuera sigue siendo vulnerable desde adentro. Nunca puede conseguirse del todo la proyección del peligro libidinal hacia afuera. Por eso en las otras neurosis se usan sistemas diferentes para protegerse contra el desarrollo de angustia: la contrainvestidura que el yo gasta a raíz de una represión y que debe mantener permanentemente para sostenerla. Sobre tal contrainvestidura recae la tarea de ejecutar las diversas formas de protección contra el desarrollo de angustia tras la represión.

El contenido de una fobia tiene más o menos la misma importancia que posee para el sueño su fachada manifiesta. Estos contenidos son aptos, por herencia filogenética, para convertirse en objetos de angustia.

Conf. 27: La transferencia

Ámbitos para la intervención terapéutica:

1-disposición hereditaria

2-vivencias infantiles

3-frustraciones reales.

Si el imperativo moral participa en las privaciones impuestas al enfermo, el tto le permite infringir esos deberes. Aunq no s debe caer en la confusión d suponer q la terapia empuja a los pctes a gozar d su vida sexual, pero tampoco en el sentido d la moralidad social.

El consejo y la guía no son funciones d la terapia analítica, por el contrario s busca q el pcte mismo tome sus decisiones d manera autónoma. Por eso es q s le pide q posponga toda decisión o proyecto importante hasta la terminación del tto.

El conflicto neurótico no s trata d una lucha entre mociones de un mismo terreno psicológico (cc o icc). Es una lucha en la q una d las fuerzas alcanzó la cc y la otra s esfuerza dde lo icc. S trata d un conflicto entre una moción icc y una fuerza q trata d mantenerla reprimida. La única tarea d la terapia es posibilitar q ambas mociones en pugna s sitúen en un mismo terreno (la cc) para q así pueda llegarse a un acuerdo, es decir, volver cc lo icc. Al volver cc lo icc, s cancelan las represiones, s eliminan las condiciones para la formación d síntoma y así s muda el conflicto patógeno (e/ mociones d ¹ instancias) en un conflicto normal (cc). Este es el alcance d la terapia analítica.

Distintos modos d llamar a la meta del tto psicoanalítico:

Ø volver cc lo icc

Ø cancelar las represiones

Ø llenar las lagunas mnésicas

No s propone como meta inmediata la cancelación d los síntomas.

Dos tareas:

1-cancelar las represiones: ¿Qué s debe hacer para sustituir lo icc por lo cc?

-no es suficiente con colegir lo icc y enunciárselo al pcte. El saber del analista sobre el icc no equivale al saber d él. Cuando el analista le comunica su saber, el pcte no lo tiene en lugar d su icc, sino junto a eso, por lo q es muy poco lo q se ha cambiado.

-la tarea es buscar en el recuerdo el lugar en q eso icc s produjo por la represión. Si una represión s cancela, lo icc s vuelve cc con facilidad.

2-eliminando las resistencias q las mantienen en pie ¿Cómo se levantan las resistencias? Coligiéndolas y presentándoselas al pcte, aquí es adecuado porq las resistencias no pertenecen al ámbito d lo icc, sino al yo (por más q la resistencia no sea cc). La resistencia deriva d la represión, d la contrainvestidura del yo para mantener lo reprimido en el icc. S espera q la resistencia s resigne y se recoja así la civ, al posibilitarle al yo el reconocimiento d esta por medio d nuestra interpretación.

Con q fuerzas pulsionales contamos para conseguir tales metas?

-con la aspiración del pcte a sanar, q lo compelió a empezar el trabajo analítico.

-con la ayuda d su inteligencia, q reforzamos mediante nuestra interpretación. El analista le facilita el discernimiento d eso icc, es instruido acerca d lo q debe ver, d lo contrario no ve nada, por más q eso esté visible ahí (analogía con la primera vez q se mira en telescopio, no s sabe qué distinguir).

Mediante ese discernimiento d lo reprimido, el descubrimiento d las resistencias, se logra resolver la tarea: superar las resistencias, cancelar la represión y volver cc lo icc. Y así la lucha anímica se vuelve normal al realizarse en un mismo ámbito, entre las fuerzas q quieren seguir manteniendo la contrainvestidura (y q en su momento propiciaron la represión y la neurosis) y las fuerzas q ahora quieren resignarla a partir d la cura. Con ayuda d la terapia el yo s ha vuelto fuerte, por lo q quizás el no tenga q ver en el reclamo libidinal un peligro, y conlleve el conflicto a un desenlace más favorable q la represión.

En las psicosis esto no puede darse. La paranoia, la melancolía, la dementia praecox, se muestran inmunes al influjo d la terapia psicoanalítica. Esto no s debe ni a falta d inteligencia, ni a falta d cc d enfermedad, sino a q no son pasibles d transferencia.

Transferencia positiva

Al empezar el tto empieza a desarrollar un interés particular por el analista, y le parece más interesante q tratar su enfermedad (ej HL). Se muestra amable, dócil, agradable, alaba a la terapia y s muestra agradecido con el analista. Así el analista se forma también una imagen positiva acerca del pcte y está orgulloso d tratarlo. El agrado es recíproco. En estas condiciones el análisis tiene grandes progresos, el pcte entrega mucho material asociativo, está de acuerdo con las interpretaciones q el analista hace y el estado patológico logra una mejoría.

Transferencia negativa

“Pero un tiempo tan bueno no puede durar para siempre” (y es mejor q así sea). Aparecen dificultades en el tto, el pcte asevera q no s le ocurre nada, ya no le interesa el trabajo e infringe la regla fundamental. S está frente a una resistencia. La causa d estas perturbaciones s da porq el pcte ha trasferido sobre el analista intensos sentimientos q ni la conducta d este ni la relación nacida d la cura justifican.

Si ese vínculo tierno del paciente con el analista se repite de manera regular con cada nuevo caso, en las condiciones más desfavorables y originando malentendidos grotescos, aun allí donde no hay nada seductor; tenemos que abandonar la idea de una contingencia perturbadora y reconocer que se trata de un fenómeno que está en íntima relación con la naturaleza de la enfermedad.

Llamamos transferencia a este nuevo hecho. Se trata de una tf de sentimientos sobre el analista, pues no parece que la situación de la cura avale el nacimiento de estos últimos. La proclividad del afecto estaba ya en la enferma y con oportunidad del tratamiento analítico se transfirió sobre el analista. Puede presentarse como un tormentoso reclamo de amor o en formas más atenuadas; puede emerger en la muchacha joven el deseo de que el hombre anciano la acepte como hija predilecta, y la aspiración libidinosa puede atemperarse en una propuesta no sensual. Muchas mujeres se las arreglan para sublimar la transferencia y modelarla hasta que cobra una suerte de viabilidad; otras no pueden menos que expresarla en su forma cruda, originaria.

Al contrario d lo esperado, en el caso d los hombres ocurre lo mismo. El mismo vínculo con el analista y sobrestimación de sus cualidades, el mismo abandono al interés de él y los mismos celos hacia todo cuanto lo rodea en la vida. Las formas sublimadas de la transferencia son más frecuentes en este caso, y más rara la demanda sexual directa. En los hombres, el analista observa más a menudo q en las mujeres una manifestación de la transferencia: hostil o negativa.

La transferencia surge en el paciente desde el comienzo del tratamiento y durante un tiempo constituye el más poderoso impulsor del trabajo.

Cuando la tf se muda en resistencia modifica su papel en la cura en dos aspectos:

1-la inclinación tierna se vuelve tan fuerte q suscita una resistencia interior contra ella.

2-cuando consiste en mociones hostiles en vez de mociones tiernas.

En general, los sentimientos hostiles aparecen más tarde que los tiernos, y detrás de ellos; su simultánea presencia resulta un buen reflejo de la ambivalencia de sentimientos que rige la mayoría de los vínculos. Los sentimientos hostiles merecen el nombre de «transferencia», porq al igual q los tiernos, la situación de la cura no les da ocasión suficiente.

¿De dónde viene la transferencia, qué dificultades nos depara, cómo la superamos y qué utilidad extraemos de ella? Queda excluido ceder a las demandas del paciente derivadas de su transferencia, y sería absurdo rechazarlas inamistosamente o con indignación; superamos la transferencia cuando demostramos al enfermo que sus sentimientos no provienen de la situación presente y no valen para el analista, sino que repiten una modalidad d vínculo q proviene del pasado. De tal manera lo forzamos a mudar su repetición en recuerdo. Y entonces la transferencia, que tierna u hostil parecía significar la más poderosa amenaza para la cura, se convierte en el mejor instrumento de ella.

La enfermedad no es algo terminado, congelado, sino q sigue su desarrollo. En el transcurso del tto toda la producción nueva de la enfermedad se concentra en un único lugar: la relación con el analista. Pero cuando la transferencia ha cobrado esta significación, el trabajo con los recuerdos queda muy relegado. ya no se está tratando con la enfermedad anterior del paciente, sino con una neurosis recién creada y recreada. A esta versión nueva de la afección se la ha seguido desde el comienzo, y uno se encuentra en su interior en posición ventajosa, porque es uno mismo el que, en calidad de objeto, está situado en su centro. Todos los síntomas del enfermo han abandonado su significado originario y se han incorporado a un sentido nuevo, que consiste en un vínculo con la transferencia. El domeñamiento de esta neurosis artificial coincide con la finiquitación de la enfermedad y el término del tto.

-por eso las neurosis son neurosis d transferencia. La convicción d q los síntomas son satisfacciones libidinosas sustitutivas sólo se afianzó cuando s toma en cuenta a la transferencia, ya q esta da cuenta d las mociones reprimidas q actúan en la relación con el analista. La tf es la prueba d q en la cura los síntomas repiten o son los subrogados d las mociones reprimidas.

Si el enfermo tiene que librar el conflicto normal con las resistencias que le hemos revelado en el análisis, necesita de una influencia sobre la decisión en el sentido que lleva al restablecimiento. De lo contrario podría suceder que resolviera repetir el resultado anterior y reprimiera d nuevo lo que se había hecho cc. Lo que decide el resultado de esta lucha es únicamente su relación con el analista. En la medida en que su transferencia es positiva reviste al analista de autoridad y presta creencia a sus comunicaciones. Si ella es negativa, ni siquiera le prestaría oídos o a sus argumentos.

La razón por la cual nuestro empeño terapéutico no tiene resultado alguno en las neurosis narcisistas s explica por la transferencia. Los que adolecen de neurosis narcisistas no tienen capacidad de transferencia o sólo unos restos insuficientes de ella. Rechazan al analista con indiferencia y por eso no puede influirlos; lo que dice no les causa impresión, y entonces no puede establecerse en ellos el mecanismo de curación que implantamos en los neuróticos: la renovación del conflicto patógeno y la superación de la resistencia de la represión. En estos enfermos debía de haberse resignado la investidura de objeto, trasponiéndose en libido yoica. Por este rasgo s separan del grupo de neuróticos. Su conducta frente al intento terapéutico y el hecho d q no puedan transferir confirma esta conjetura. No muestran transferencia y por eso son inaccesibles para nuestro empeño; no podemos curarlos.

Conf. 28: La terapia analítica

La inclinación a la transferencia en el neurótico es un acrecentamiento de esta propiedad universal d investir libidinalmente objetos. Bernheim fundó la doctrina de la hipnosis en el principio de que todos los hombres son «sugestionables». Su sugestionabilidad no es más que la inclinación a la transferencia. La «suggestibilité» provenía de la sexualidad, de la actividad de la libido. Hemos abandonado la hipnosis en nuestra técnica sólo para redescubrir la sugestión bajo la forma de la transferencia. Pero entonces, ¿para q todo el gasto d esfuerzo, tiempo y dinero si lo único eficaz sigue siendo la sugestión?

La sugestión directa es dirigida contra la exteriorización de los síntomas, una lucha entre la autoridad de ustedes y los motivos de la enfermedad. Al practicarla no hacen caso de estos motivos; sólo exigen al enfermo que sofoque su exteriorización en síntomas. El hecho de que hipnoticen o no al enfermo no constituye diferencia. Bernheim aseveró q la hipnosis es el resultado d la sugestión, un estado sugerido.

Para el analista, la práctica d la hipnosis s volvía monótona: prohibir en todos los casos, de idéntica manera y con el mismo ceremonial, la existencia d los más variados síntomas, sin poder aprehender nada de su sentido y su significado. Era un trabajo de practicón, no una actividad científica, y recordaba a la magia, y al encantamiento. Claro que no iba en contra del interés del enfermo. Era rápida y no desagradable, pero el procedimiento no era confiable en ningún sentido. En algunos pacientes se podía aplicar, en otros no; en uno se lograba mucho, en otro muy poco, y no se sabía el porqué. Peor que esta caprichosidad del procedimiento era la falta de perduración d los resultados.

La terapia hipnótica impone a paciente y analista un trabajo ínfimo. Pero contradice nuestro pensamiento energetista el q con un mínimo esfuerzo pueda moverse un gran peso abordándolo directamente y sin ayuda de los dispositivos apropiados.

La diferencia entre la sugestión hipnótica y la psicoanalítica:

Terapia Hipnótica Analítica
trabajo ínfimo Largo de mucho costo
acción encubrir y tapar sacar a luz y remover
Trabaja como una cosmética una cirugía
Usa la sugestión para prohibir los síntomas, reforzar las represiones, pero deja intactos los procesos que llevaron a la formación de síntomas Modificar el desenlace de los conflictos. Hinca hacia la raíz, llega hasta los conflictos de los que han nacido los síntomas.
Reincidencias Sin capacidad de resistir un nuevo ocasionamiento de la enfermedad. El pcte permanece protegido frente a nuevas posibilidades de enfermar, por el alcance q tuvo la terapia.
Modificaciones en el pcte Deja al paciente inactivo e inmodificado. impone a analista y enfermo un difícil trabajo para cancelar las resistencias. Por la superación de estas, la vida anímica del enfermo se modifica duraderamente, se eleva a un estadio más alto del desarrollo. Esta superación constituye el logro esencial de la cura analítica; el analista se lo posibilita mediante el auxilio de la sugestión, q opera como pos-educación.
En la aplicación d la hipnosis depende d la capacidad de transferencia del enfermo. S trabaja con la transferencia. Así s saca otro provecho del poder de la sugestión; está en nuestras manos: no en las del enfermo, guiamos su sugestión hasta el punto en q es asequible a su influencia.
La tf S la deja intacta, no s la resuelve. es objeto del tto y es descompuesta en sus formas de manifestación

Es imposible sugerirle al enfermo unas vivencias sexuales, lo q contradice el argumento d q el analista puede por sugestión influirle en el material q comunica. La solución de sus conflictos y la superación de sus resistencias sólo se logra si se le han dado las re-expectativa que coinciden con su realidad interior. Las conjeturas desacertadas del analista desentonan en el curso del análisis; es preciso retirarlas y sustituirlas.

No se considera terminado el análisis si no:

Ø se han esclarecido las oscuridades del caso

Ø llenado las lagunas del recuerdo

Ø descubierto las oportunidades en que se produjeron las represiones.

En éxitos prematuros se disciernen más bien obstáculos que avances del trabajo analítico, y los destruimos resolviendo la transferencia en que se fundaban. Es este último rasgo el que separa el tratamiento analítico del basado en la sugestión, y el que libra a los resultados analíticos de la sospecha de ser éxitos de sugestión. Para la finalización de una cura, la transferencia tiene que ser desmontada; y si entonces sobreviene o se mantiene el éxito, no se basa en la sugestión, sino en la superación de resistencias ejecutada con su ayuda y en la trasformación promovida en el enfermo.

Mecanismo de la curación en relación con las fórmulas de la teoría de la libido:

El neurótico es incapaz de:

Þgozar porque su libido no está dirigida a un objeto real

Þproducir porque tiene que gastar una gran proporción de su energía en mantener a la libido en el estado de represión y defenderse de su asedio.

Sanaría si el conflicto entre su yo y su libido tocase a su fin, y su yo pudiera disponer de nuevo de su libido. La tarea terapéutica consiste en desasir la libido de sus ligaduras sustraídas al yo, para ponerla de nuevo al servicio de este. ¿Dónde está la libido del neurótico? está ligada a los síntomas, que le procuran una satisfacción sustitutiva. Para solucionar los síntomas es preciso remontarse hasta su génesis, al conflicto del cual nacieron; es preciso renovar este conflicto y llevarlo a otro desenlace con el auxilio de fuerzas impulsoras que en su momento no estaban disponibles. La pieza decisiva del trabajo se da cuando por medio d la transferencia, se crean versiones nuevas del viejo conflicto, versiones en las que el enfermo querría comportarse como lo hizo en su tiempo, mientras que uno, reuniendo todas las fuerzas anímicas disponibles [del paciente], lo obliga a tomar otra decisión. La transferencia se convierte en el campo de batalla en el que están destinadas a encontrarse todas las fuerzas que se combaten entre sí.

La libido y resistencia contra ella, converge en la relación con el analista; es inevitable que los síntomas queden despojados de libido. En lugar de la enfermedad del paciente, aparece la de la transferencia, producida artificialmente: la enfermedad de la transferencia; en lugar de los objetos libidinales irreales, aparece un único objeto, también fantaseado: el analista. Pero la nueva lucha en torno de este objeto, con el auxilio de la sugestión, trascurre como conflicto anímico normal. Para evitar una represión nueva, el conflicto entre yo y libido toca a su fin, y se restablece la unidad anímica de la persona. Cuando la libido es desasida de ese objeto provisional (el analista), ya no puede volver atrás a sus objetos primeros, sino que queda a disposición del yo.

Los poderes contra los cuales se libró batalla en el curso del trabajo terapéutico son:

-repugnancia del yo hacia orientaciones d la libido, q se exteriorizó en la inclinación a reprimir.

-pertinacia o viscosidad d la libido, q no quiere abandonar los objetos q una vez invistió.

 

El trabajo terapéutico se descompone en dos fases:

1-la libido es esforzada a pasar de los síntomas a la transferencia

2-se libra batalla en torno de este nuevo objeto, y otra vez se libera de él a la libido para q el yo pueda disponer d ella.

El cambio decisivo para el buen desenlace consiste en que se elimine el circuito de la represión en este conflicto renovado, que la libido no pueda sustraerse nuevamente al yo mediante la huida al inconciente. Ese cambio es posibilitado por un cambio en el yo, bajo la influencia de la sugestión. Mediante la interpretación, que traspone lo inconciente en conciente, el yo es engrosado a expensas de lo inconciente; por obra de la enseñanza, se reconcilia con la libido y se inclina a concederle alguna satisfacción, y su horror ante los reclamos de la libido se reduce por la posibilidad de neutralizar un monto parcial de ella mediante sublimación. Mientras más coincidan los procesos del tto con esta descripción ideal, mayor será el éxito del tto. Este encuentra sus límites en la falta de movilidad de la libido, que puede mostrarse remisa a abandonar sus objetos, y en la rigidez del narcisismo, que no permite que la trasferencia sobre objetos sobrepase cierta frontera. Capturamos el total de la libido sustraída del yo en la medida en que atraemos sobre nosotros, mediante trasferencia, una parte de ella.

Suponiendo que logremos finiquitar el caso mediante el establecimiento y el desasimiento de una fuerte trasferencia paterna sobre el analista, sería erróneo inferir que el enfermo padeció antes a raíz de una ligazón inconciente de su libido con el padre. La trasferencia paterna no es más que el campo de batalla en el cual nos apoderamos de la libido; la libido del enfermo ha sido guiada hasta ahí desde otras posiciones. Sólo después de desasir la trasferencia es posible reconstruir la distribución libidinal que había prevalecido en el curso de la enfermedad.

Con respecto al sueño, el atemperamiento de la censura que gravita sobre la moción reprimida hace posible que se procure en el sueño una expresión más clara que la que durante el día puede otorgarle el síntoma. El estudio del sueño es la vía de acceso más cómoda para el conocimiento de lo icc reprimido, a lo cual pertenece la libido sustraída al yo.

Neurosis-Salud

La diferencia entre neurosis y salud vale sólo para el día. También la persona sana posee lo que posibilita la formación del sueño y el síntoma: también ella ha realizado represiones y hace un gasto para mantenerlas, que su sistema del inconciente oculta mociones reprimidas y que una parte de su libido no está disponible para su yo. Por tanto, también la persona sana es virtualmente neurótica, pero el sueño parece ser el único síntoma que ella es capaz de formar. Y si sometemos a un examen preciso su vida de vigilia, descubrimos que esta supuesta salud está surcada por innumerables formaciones de síntoma, aunque mínimas y carentes de importancia práctica. La diferencia entre salud nerviosa y neurosis se circunscribe a lo práctico, y se define por el resultado: si le ha quedado a la persona la capacidad de gozar y producir. Probablemente se reconduzca a la proporción relativa entre los montos de energía que han quedado libres y los ligados por represión, y es d índole cuantitativa, no cualitativa.

Acerca d la intervención de la familia del pcte

La intromisión de los parientes es un peligro, y no se sabe cómo remediarlo. Tenemos armas contra las resistencias internas de los pacientes, pero ¿cómo nos defenderíamos contra las resistencias externas? no es posible moverlos a que se mantengan apartados, y jamás se puede hacer causa común con ellos, pues se correría el peligro de perder la confianza del enfermo, quien pide -con razón- que el hombre en quien ha depositado su fe abrace también su partido. No se sorprenderá si encuentra que los allegados del enfermo revelan más interés en que él siga como hasta ahora, y no que sane. Cuando la neurosis se entrama con conflictos entre los miembros de la familia, el miembro sano no vacila entre su interés y el del restablecimiento del enfermo. A los fines del psicoanálisis es preciso aislar a los enfermos de su familia, es mucho más ventajoso que los enfermos se encuentren durante el tto en medio de aquellas relaciones con las que tienen que bregar para cumplir las tareas que se les plantean.

 

TRABAJOS SOBRE TÉCNICA PSICOANALITICA DE FREUD

SOBRE LA DINAMICA DE LA TRANSFERENCIA

-se produce necesariamente en la cura psicoanalítica

-clisé: todo ser humano, por efecto d sus disposiciones innatas y las vivencias d la infancia (conjugación entre disposición y azar o entre innato y adquirido), adquiere una especificidad o condición para el ejercicio d su vida amorosa, q implica:

Ø condiciones para la elección del ob amor (por ej en el HL las mujeres agachadas)

Ø pulsiones que satisfará (por ej anal)

Ø metas a las q habrá de fijarse ( por ej ser pegado por el padre).

Este clisé se repite, es reimpreso a lo largo d la vida, aunq no es inmutable.

Mociones libidinales determinantes se dividen en dos:

-las q alcanzan un pleno desarrollo, s satisfacen en la realidad objetiva y son disponibles para la cc (corresponden a la realidad objetiva)

-las q son demoradas en el desarrollo, permanecen en lo icc y sólo les es permitido desplegarse en la fantasía. (Forman la realidad fantasmática)

Si las mociones no son satisfechas en la realidad objetiva, las re-expectativas libidinosas d los dos tipos d mociones s vuelcan hacia cada nueva persona. La libido insatisfecha exigirá satisfacerse en cada nuevo objeto.

Esto explica q estas expectativas (cc e icc) se vuelvan sobre la persona del analista (justificación d la tf). Esa investidura sigue el modelo establecido por el clisé. Insertará al analista en una d las series psíquicas formadas hasta el momento.

2 puntos a abordar:

1-No corresponde atribuir al análisis el fenómeno d la tf, sino a la neurosis.

2-La tf como la más fuerte resistencia al tto. Cuando las asociaciones libres d un pcte s detienen (no porq se silencien por pudor, sino porque faltan), es posible eliminar esa parálisis aseverándole q s encuentra bajo el imperio d una ocurrencia relativa al analista. Así, las ocurrencias ya no se deniegan, y en tal caso se silencian.

Una condición previa indispensable para toda contracción d una neurosis es el proceso d introversión d la libido (Jung) a partir d la frustración d la satisfacción. Así disminuye el sector d la libido susceptible d cc y vuelta a la realidad objetiva, y aumenta la libido vuelta al icc y a la fantasía. La libido emprende el camino d la regresión y reanima las imagos infantiles. Cuando la investigación analítica quiere volver cc la libido vuelta icc, todas las fuerzas q causaron la regresión d la libido se elevan contra ese empeño en la forma de resistencias, para conservar ese nuevo estado. La libido siempre s encuentra bajo la atracción d las partes icc d esos complejos, y caen bajo la regresión cuando se afloja el vínculo con la realidad. Para liberarla es preciso vencer esa atracción d lo icc, cancelar la represión. Esto da por resultado la más fuerte resistencia, la q hace subsistir la enfermedad aunq ese extrañamiento d la realidad ya no sea acorde al fin. El análisis tiene q librar combate con las resistencias d ambas fuentes. La resistencia acompaña todos los pasos del tto. Cada ocurrencia o acto del enfermo resulta d un compromiso entre las fuerzas cuya meta es la salud y aquellas q la contrarían. Si s persigue un complejo patógeno desde su subrogación en la cc (como síntoma) hasta la icc, s entrará en una región donde la resistencia es tan fuerte q la ocurrencia siguiente en la asociación da cuenta de ella al aparecer como compromiso entre esta y los empeños d la cura. En este punto sobreviene la tf. Si algo del material icc es factible para ser trasferido sobre el analista, esta tf se produce, da como resultado la ocurrencia y se evidencia mediante los indicios d una resistencia (por ej mediante una detención en las asociaciones). La idea transferencial ha logrado hacerse cc porq sirve también a los propósitos d la resistencia (contrainvestidura). Siempre q uno s aproxima a un complejo patógeno, primero se presenta en la cc la parte del complejo q es susceptible d ser trasferida y es defendida con la máxima tenacidad. Aunq el elemento escogido para la resistencia transferencial no tiene una particular significatividad patógena. Vencida aquella parte, los otros elementos del complejo ofrecen pocas dificultades. La desfiguración por trasferencia ofrece las máximas ventajas.

Así se llega a una situación en q todos los conflictos tienen q librarse en el terreno d la tf. En la cura la tf es el arma más poderosa d la resistencia, y la tenacidad e intensidad d la tf son un efecto y expresión d la resistencia. El mecanismo d la tf se averigua reconduciéndolo a la libido en posesión d las imagos infantiles, pero el esclarecimiento d su papel en la cura si s la vincula con la resistencia.

¿Por qué la tf sirve tan bien como medio d resistencia? Es preciso separar la tf en:

Ø tf positiva o tierna

§ cc: es el portador del éxito.

§ icc o d mociones eróticas reprimidas.

Ø tf negativa u hostil. S encuentra junto a la tf +, a menudo dirigido simultáneamente sobre la misma persona (ambivalencia). Es un rasgo particular d las neurosis. La ambivalencia d las orientaciones d sentimiento es lo q mejor explica la aptitud d los neuróticos para poner su tf al servicio d la resistencia.

La tf sobre el analista sólo resulta eficaz como resistencia a la cura cuando es negativa o positiva icc. Cuando se cancela la tf volviéndola cc, sólo se cancela estos dos componentes d la tf, mientras q la positiva cc subsiste.

Sugestión: el influjo por medio d fenómenos transferenciales.

Los siguientes hechos resultan d la situación en q la cura ha puesto al analizado:

-es expulsado d los vínculos objetivos con el analista cuando cae bajo los efectos d una resistencia transferencial.

-no cumple con la regla fundamental del psicoanálisis

-olvida los propósitos con los q entró al tto

-le resultan indiferentes nexos lógicos y razonamientos q antes le habrían impresionado.

La libido icc responde a los procesos icc: las mociones no quieren ser recordadas, aspiran a reproducirse de acuerdo con la atemporalidad y capacidad de alucinación del icc. Se les atribuye actualidad y realidad objetiva a los resultados del despertar d las mociones reprimidas. Quiere actuar sus mociones sin atender a la realidad objetiva. El analista quiere impulsarlo a reconducir esas mociones a la trama d su biografía. Esta lucha entre intelecto y pulsiones, entre discernir y actuar, se desenvuelve en el campo d la tf. Domeñar los fenómenos d la tf depara al analista las mayores dificultades, pero ellos brindan el beneficio para la cura de volver actuales y manifiestas las mociones reprimidas.

CONSEJOS AL MEDICO SOBRE EL TRATAMIENTO PSICOANALITICO

1- Se desautoriza todo método d registro (tomar apuntes, grabar la sesión) para el registro en la memoria la multitud d nombres, fechas, detalles biográficos d la historia de todos los pacientes q atiende. La técnica consiste en no querer apuntar en nada en particular y prestar a todo cuanto se escucha la misma atención parejamente flotante. Así se ahorra un esfuerzo d atención insostenible y evita el peligro q trae el “fijarse deliberado”: cuando uno tensa adrede la atención empieza a escoger entre el material ofrecido por el pcte. Así s escogería un elemento en detrimento d otro, y en esa selección obedece a sus propias expectativas o inclinaciones. Si en la selección uno sigue sus expectativas s corre el riesgo d no encontrar más d lo q ya se sabe, con el riesgo d falsear la percepción según sus inclinaciones. No se debe olvidar q uno escucha materiales q sólo con posteridad entenderá. Este precepto d prestar atención a todo el material sin seleccionarlo y efectuar juicios previos sobre él, se corresponde con el precepto q s le exige al pcte, de ofrecer todo el material q se le ocurre, sin ejercer crítica alguna sobre él (regla fundamental). El analista debe alejar cualquier injerencia cc y abandonarse por entero a una escucha dde su icc, uno debe escuchar y no hacer caso d si se fija en algo. Los elementos q se presentan como incoherentes a primera vista, se mantienen en suspenso en la memoria del analista, pero reafloran una vez q el pcte presenta luego un elemento al cual asociarlo y así se comprenden a posteriori. En este recordar solo ocurren errores por haber escuchado desde el ideal del analista.

2-No es recomendable tomar notas extensas. Además d la mala impresión q genera en el pcte, valen los mismos consejos que para la atención, ya q el anotar elementos se descartan otros y así se ejerce una dañina selección sobre el material.

3-Tomar notas en la sesión se justifica cuando el caso es objeto d publicación científica.

4-Precauciones cuando coinciden la investigación y el tto analítico. Mientras el tto no esté terminado no es recomendable elaborarlo teóricamente. El éxito corre peligro en los casos en q uno d antemano destina al empleo científico y lo trata según las necesidades d este último. S asegura cuando uno procede como el azar, s deja sorprender por sus virajes, abordando el caso con ingenuidad y sin premisas. No se debe cerrar el camino confirmando lo ya discernido, para hallar lo nuevo.

5-Frialdad d sentimientos: dejar de lado los afectos y la compasión, en pos de no exponerse indefenso ante las resistencias del pcte. Así también el analista cuida su propia vida afectiva.

6-Todas las reglas anteriores convergen en una sola, q es el equivalente para el analista d la “regla analítica fundamental”. Así como el analizado debe comunicar todo lo q s le ocurre sin ejercer crítica alguna que seleccione el material, el analista debe valorar todo lo q s le comunique, sin sustituir por una censura propia la selección q el enfermo resignó. Debe escuchar con su propio icc al icc del enfermo, acomodarse al analizado. Condiciones para q el analista pueda servirse d su icc como instrumento d análisis:

-resistencia del analista: no puede tolerar resistencias q aparten d su cc lo q su icc ha discernido, así introduciría una selección y desfiguración más dañinas q las provocadas por una tensión d su atención cc.

-análisis del analista: para ello debe someterse a una “purificación psicoanalítica”, y tomado noticia d sus propios complejos q pudieran perturbarlo para aprehender lo q el analizado le ofrece. Cualquier represión no solucionada del analista corresponde a un “punto ciego” en su percepción analítica. ¿Cómo puede volverse uno analista? Mediante su propio análisis, todo analista debe someterse antes d analizar a otros, a un análisis con un experto. Obtendrá así vivenciándolas en sí mismo impresiones q en vano encontrará en los libros. Quien como analista haya pasado por alto el precepto del análisis propio, no sólo no podrá llegar en el conocimiento d sus enfermos más allá d cierto límite, sino q correrá el peligro d proyectar sobre la ciencia, como válido universalmente, lo discernido en la persona propia.

7-no es recomendable q el analista le cuente al analizado d sus propios conflictos y defectos, no debe tratar al analizado d igual a igual “entrando en confianza” con él. Así s abandona el terreno psicoanalítico y s entra en el terreno d la sugestión. Esa técnica no ayuda en nada a q el pcte levante sus resistencias para comunicar lo icc reprimido, fracasa por la avidez generada en el enfermo, d querer saber más acerca d su analista, quisiera invertir la relación y ser él mismo el analista. La solución d la tf también s dificulta por la actitud íntima del enfermo. El analista no debe ser transparente para el analizado, sino comportarse como un espejo, reflejar sólo lo q le es mostrado. Si el analista decide contaminar un tramo del análisis con una porción d influjo sugestivo para alcanzar resultados visibles en un tiempo breve, esto no es nocivo siempre y cuando el analista este advertido d lo q está haciendo.

8-No es recomendable tener una actitud pedagógica con el analizado. El analista no debe prescribir metas a los deseos del pcte una vez q s lo ha librado d sus inhibiciones en el desarrollo. No se debe forzar la sublimación. Es preciso ser tolerante con las debilidades del enfermo, darse por contento si ha recuperado un poco d la capacidad d producir y gozar. La ambición pedagógica es tan inadecuada como la terapéutica. Muchas personas han enfermado justamente en el empeño d sublimar más allá d sus capacidades. La sublimación, en quien es apto, se genera espontáneamente luego de superar sus inhibiciones en el análisis.

9-Es incorrecto dictar al analizado deberes, ya q ni en virtud d una actividad mental como la reflexión ni un esfuerzo d voluntad se resuelven los enigmas d la neurosis, sino sólo por la rigurosa obediencia a la regla psicoanalítica fundamental. No es recomendable la indicación a los pctes d la lectura sobre psicoanálisis (tampoco a su flia)

SOBRE LA INICIACIÓN DEL TRATAMIENTO

-la diversidad d los fenómenos psíquicos y la riqueza d los factores s oponen a una mecanización d la técnica, y hacen q un proceder d ordinario legítimo n o produzca en algunos casos el resultado esperado.

Período d prueba:

Þ Decidir si es apto para el psicoanálisis: d los enfermos d los q s sabe poco s los toma sólo provisionalmente. Así, si se ve precisado a interrumpir el tto, s le ahorra al enfermo la sensación d q s ha tratado d un intento infructuoso d curación. Ese ensayo ya es el comienzo del análisis y debe respetar sus reglas.

Þ Motivación diagnóstica: se debe descartar q no se trate d una afección q no sea una neurosis d trasferencia (Jung), ya q en caso contrario no puede ofrecerse la promesa d curación. Si se equivoca en el diagnóstico comete un error práctico y le ocasiona un gasto inútil al enfermo. En el período d prueba puede percibir signos sospechosos q podrán llevarlo a interrumpir el tto.

Trae consecuencias desfavorables:

-prolongadas ev previas antes d empezar el tto

-hacer preceder el tto por una terapia d otro tipo

-un conocimiento anterior entre analista y pcte. S presentan dificultades cuando han existido vínculos amistosos o familiares.

Hacen q el pcte entre al tto con un lazo transferencial ya hecho, una ventaja q es preferible no concederle.

-no s le debe dar valor a las expectativas previas del pcte con respecto a la terapia. El hecho d q el pcte tenga gran confianza en el psan no implica q se trate d un tto exitoso o de corto plazo. Ni tampoco porq se muestre escéptico será más difícil el trabajo. Su confianza o desconfianza provisionales poco cuentan entre las diversas resistencias q mantienen anclada la neurosis.

Estipulaciones sobre tiempo y dinero

·Tiempo:

-estricta obediencia al ppio d contratar una hora determinada para la sesión. S le asigna a cada pcte un horario que será suyo por más q no lo utilice.

-sesiones 6 veces a la semana. En casos benignos o en continuaciones d tto muy extensos 3 veces por semana. Un trabajo menos frecuente corre el riesgo d no estar acompasado con el vivenciar del pcte y esforzar la sesión por caminos laterales.

-interrupciones breves redundan en un perjuicio para el trabajo. S desaprueba comprometer a los pctes a q perseveren en el tto contra su voluntad, s les permite q interrumpan la cura cuando quieran, pero s les advierte q una interrupción trae perjuicios al trabajo.

-respuesta a ¿cuánto dura el tto? Sólo puede estimarse cuando esta más entrado el tto. Aunq una respuesta a esa pregunta es casi imposible.

-necesaria proporcionalidad e/ tiempo, trabajo y resultado obtenido.

-es preciso advertirle al pcte (en el período d prueba) de la extensión del tto, ya q el psan requiere siempre lapsos más prolongados q otras terapias. Justificación por el hecho d q alteraciones anímicas profundas sólo s consuman en un lapso prolongado.

-el analista introduce un proceso: la resolución d las represiones existentes, pero ese proceso una vez iniciado, sigue su propio camino y no admite q s le prescriban ni su dirección ni la secuencia d los puntos q acometerá.

·Dinero:

-participan en la estimación del dinero factores sexuales. El hombre de cultura trata al dinero como asuntos sexuales, por lo q en el marco del tto se deben tratar las cuestiones monetarias con la misma sinceridad como se toman los asuntos sexuales.

-no se eleva en el pcte la estima por el tto brindándoselo demasiado barato.

-es más digno y menos sujeto a reparos éticos confesarle al pcte sus pretensiones y necesidades reales y no comportarse como un “filántropo desinteresado”. Por estas razones también s debe negar asistencia gratuita. Muchas d las resistencias del neurótico s acrecientan por un tto gratuito. El pago es un medio d regulación y su ausencia hace q la relación s traslade fuera del mundo real, y el pcte pierde un buen motivo para aspirar al término d la cura.

-el psan es casi inaccesible para los pobres. Es muy difícil sacarle la neurosis al pobre, ya q le otorga un medio d ganancia secundaria.

Diván:

-“cierto ceremonial en q se ejecuta la cura”

-consejo d q el pcte s acueste en el diván, y el analista s sienta detrás, d modo q él no lo vea. Es el legado del tto hipnótico. “No tolero permanecer bajo la mirada fija d otro durante toda la jornada laboral. Y como mientras escucho me abandono al decurso d mis pensamientos icc, no quiero q mis gestos ofrezcan al pcte material para sus interpretaciones o lo influyan en sus comunicaciones.” Este criterio tiene el propósito d prevenir la contaminación d la trasferencia, aislar la tf y permitir q s la destaque como resistencia. Muchos s resisten al diván porq quieren ver al analista. Por lo gral s les rehúsa este pedido, pero s compensan relatando material valioso antes d q empiece la “sesión” y cuando s les anuncia el término. Esto responde a una resistencia trasferencial y el analista debe tener en cuenta lo dicho en este “tramo cordial”.

¿En q punto y con q material s debe comenzar el tto?

Enunciación d la regla fundamental: no importa el material con el q se empiece mientras q sea el pcte el q decida por dónde empezar. “Antes d q yo pueda decirle algo debo saber mucho sobre ud”. Sólo s le enuncia la regla fundamental antes d q comience: “su relato debe diferenciarse d una charla ordinaria. En esta intenta controlar lo q va diciendo para no irse por las ramas, rechazando todas las ocurrencias perturbadoras, por considerar q no vienen al caso, o q están fuera d lugar, o deja d lado deliberadamente material q le resulta desagradable y no quiere contar. Nunca ceda a esta crítica, dígalo a pesar d ella y justamente por ella. Diga todo lo q s le pase por la mente. No olvide nunca este precepto y q ha prometido cumplirlo. Es indispensable y hasta ventajoso comunicarlo al comienzo del tto. Más tarde, por el influjo d las resistencias s la desobedece y llega siempre el momento en q s la infringe. Toda la tarea s vuelve insoluble si uno le ha permitido al pcte infligir la regla con respecto a un tema.

No s debe propiciar el relato en forma sistemática, no s lo debe influir d manera alguna. Sólo cuando los elementos sean narrados de nuevo aparecerán los nexos asociativos.

-preparación del relato. Encubre resistencia. S desaconseja esta preparación, d la q s sirve el enfermo para controlar su relato y evitar q aflore lo indeseable. La resistencia actuará d modo q el material más valioso s excluya d la comunicación. Otra forma d sustraer del tto el material valioso es mantener una charla con un amigo acerca d lo q s habla en sesión, s le debe advertir al pcte q la cura es un asunto entre él y el analista.

-ttos combinados a causa d un padecer neurótico con fuerte apuntalamiento orgánico son casi siempre impracticables. Si el pcte necesita otra terapia clínica s lo debe derivar a un colega no analista. Lo mejor es posponer el tto orgánico hasta concluir el psíquico.

-primera resistencia: si “no se le ocurre nada”: no se debe ceder (nunca) al pedido d q s le indique d q hablar. S le comunica al pcte q esa falta d ocurrencia responde en verdad a una resistencia, y así ceden las primeras asociaciones. Todo lo q se relaciona con la situación presente corresponde a una tf sobre el analista, q es apta para una resistencia, y dde ella s encuentra con rapidez el acceso al material patógeno.

-primeros síntomas o acciones casuales: pueden dar cuenta d su neurosis.

-mientras las asociaciones del pcte fluyan sin detención no s debe tocar el tema d la tf, s debe aguardar hasta q la tf devenga resistencia (el más “espinoso” d los procedimientos).

¿Cuándo debemos empezar a hacer comunicaciones al analizado? ¿Cuándo es oportuno revelarle el sdo secreto d sus ocurrencias, iniciarlo en las premisas y procedimientos técnicos del psicoanálisis?

No antes d q se haya establecido en el pcte una tf operativa, un rapport en regla. La primera meta es allegar el pcte al tto y al analista. El pcte por sí solo produce este allegamiento y enhebra al analista en una d las imagos d aquellas personas d quienes recibió amor. S boicotea esto si el analista toma una relación d empatía con el pcte, o una posición moralizante, o como subrogante o mandatario d una parte interesada. Esto implica condenar el procedimiento d comunicar al pcte las traducciones d sus síntomas tan pronto como uno las coligió, o decirle el “diagnóstico presuntivo” en la primera ev, no tiene sentido decirle a una persona q no esta familiarizada con las premisas del análisis, por ej, q tiene un deseo incestuoso por su madre. Así el analista se gana el descrédito del pcte, la resistencia será mayor cuanto más acertadas sean sus presunciones. El efecto terapéutico es en ppio nulo. Esta precaución también corre para períodos posteriores al comienzo del tto. Habrá q proceder con cautela para no comunicar una solución d síntoma antes d q el pcte mismo esté próximo a ello. La comunicación prematura d una solución d síntoma puede poner fin a la cura, tanto por las resistencias q despierta como por el alivio q genera “saber q se tiene”.

Significado del saber y el mecanismo d la curación

¿Es nuestra tarea prolongar el tto? ¿No padece el enfermo a causa d su no saber por lo q el analista debería comunicarle ese saber ni bien lo tenga?

Diferencia entre el Saber del analista y del pcte.

Antes creía q lo más importante era obtener el “saber” sobre las vivencias d la infancia, no importara quien brinde esa información, con el objetivo d trasmitirle ese saber al pcte, con la expectativa d q el síntoma s levantara. Pero esto no causaba efecto en el pcte, se comportaba como si supiera lo mismo q antes. S exterioriza una resistencia a adoptar el saber q le es impuesto. Por lo q el acento recae ahora no en el saber, sino en las resistencias q en su tiempo habrían sido la causa del no saber y ahora estaban aprontadas para protegerlo. Es q los enfermos saben sobre la vivencia reprimida en su pensar, pero falta el nexo con el lugar donde s encuentra el recuerdo reprimido. Sólo s altera el proceso s se vencen las resistencias y la cc puede acceder a ese “saber reprimido”. No es q la comunicación cc d lo reprimido no tenga efectos, pero no producirá los efectos deseados (levantar los síntomas), primero sólo incitará resistencias. Pero luego d vencidas s produce el advenimiento del recuerdo icc.

El motor más directo d la terapia es el padecer del enfermo y el deseo de sanar. Es mucho lo q se debita d esta fuerza pulsional, sobre todo la ganancia secundaria d la enfermedad. Cada mejoría en el síntoma produce una reducción d esta fuerza. Por lo q esta fuerza debe conservarse hasta el final. El tto brinda los montos d energía necesarios para vencer esas resistencias movilizando las energías aprontadas para la tf. La tf a menudo basta por sí sola para eliminar los síntomas, pero sólo mientras ella subsista. Así sólo sería un tto sugestivo, para ser un psan la tf debe emplear su intensidad para vencer las resistencias. D la instrucción q le brinda el tto sólo se vale cuando es movido a ella por la tf, por eso se debe aguardar para hacerle una comunicación al pcte sobre sus síntomas cuando se haya establecido una relación transferencial, y las posteriores deben hacerse hasta q se elimine en cada caso, la perturbación producida por la aparición d las resistencias transferenciales.

RECORDAR, REPETIR Y REELABORAR (1914)

Historia d la técnica:

1-Hipnosis: s hace hincapié en el momento d formación del síntoma y empeño en q s reproduzca la escena traumática. Metas: recordar y abreaccionar.

2-Asociación libre y abandono d la hipnosis. S mantiene el enfoque en el trauma. Colegir desde las ocurrencias libres del analizado lo q deniega recordar. El pcte s le exige un gasto d energía en el cumplimiento d la regla fundamental.

3-La técnica q hoy s emplea: ya no s enfoca en un síntoma o momento determinado, s vale d lo q el pcte otorga como material asociativo. El analista s vale de la interpretación para discernir las resistencias y hacérselas cc al enfermo. Levantadas las resistencias el pcte relata con toda facilidad los recuerdos y nexos olvidados. Metas:

-en términos descriptivos: llenar las lagunas del recuerdo

-en términos dinámicos: vencer las resistencias d la represión.

El olvido d impresiones s reduce las más d las veces a un “bloqueo” d ellas. Cuando el pcte se refiere a este olvido por lo gral dice: “lo he sabido siempre, sólo q no s me pasaba por la cabeza. La amnesia infantil está compensada por los recuerdos encubridores, en los q s conserva todo lo esencial d la vida infantil.

Las vivencias infantiles q en su momento no pudieron ser entendidas, pero q se entendieron con efecto retardado, son por lo gral imposibles d recordar (como la escena primaria del hombre d los lobos), sino construidas en análisis.

Cuando se aplica la nueva técnica, los recuerdos no afluyen d la misma manera q lo hacían por medio d la hipnosis. El analizado no recuerda, nada d lo olvidado o reprimido, sino q lo actúa. No lo reproduce como recuerdo sino como acción, lo repite. Por ej el pcte refiere q no desafiaba la autoridad d los padres, pero desafía al analista (repite en tf).

Ya al inicio del tto el pcte s resiste a recordar. Tras comunicarle al pcte la regla fundamental, s espera q las comunicaciones afluyan en torrente. Pero esto no ocurre. El pcte alega q “no s le ocurre nada”. S trata d una repetición d una actitud pulsional q se esfuerza como resistencia a recordar. Y durante el lapso q permanezca en tto no s liberara d esta compulsión d repetición. Es su manera d recordar.

Relación d la compulsión a la repetición con la tf y la resistencia:

-la tf es una pieza d repetición, y la repetición es la tf del pasado olvidado

-el analizado s entrega a la compulsión d repetir, q sustituye al recordar, no sólo en la relación tf con el analista, sino en todos sus ámbitos d la vida.

-mientras mayor sea la resistencia, más será sustituido el recordar por el repetir o el actuar. En la hipnosis el recuerdo d lo olvidado aflora porq la resistencia s ha abolido.

-tf + permite una profundización en el recuerdo, en cuyo transcurso pueden levantarse los síntomas.

-en una tf hostil o hiperintensa y por eso necesitada d represión, el actuar sustituye al recordar. Y así las resistencias q mantienen lo reprimido comandan lo q se repetirá. El enfermo s vale d armas del pasado para defenderse d la continuación d la cura.

El analizado repite en vez d recordar, según las condiciones d la resistencia.

¿Qué repite o actúa?: lo reprimido q se hace cc:

Ø inhibiciones y actitudes inviables

Ø rasgos patológicos d carácter (Sàa)

Ø síntomas.

Mociones pulsionales reprimidas.

La enfermedad no s comporta como un episodio histórico, sino como un poder actual, q va alcanzando pieza por pieza el campo d la cura, el pcte lo experimenta como algo real-objetivo y actual, y lo q se propone el tto es reconducir esta “actualidad” d la enfermedad al pasado q la originó.

Empeoramiento durante la cura:

La introducción del tto hace q el enfermo cambie su actitud frente a su enfermedad. Antes d entrar en tto el pcte acostumbraba q quejarse, lamentarse, despreciarla como algo sin sentido, aunq así ha prolongado la conducta represora. En la cura el pcte debe ocupar su atención en los síntomas d su enfermedad, por lo q ya no puede sostener la misma actitud, debe reconciliarse con lo reprimido q s exterioriza en el síntoma para enfrentarse a él, y s le concede cierta tolerancia a la condición d enfermo. Algunos pctes aprovechan la condición d enfermos para regodearse en sus síntomas. Por esta nueva relación pueden agudizarse los síntomas o resaltarse algunos q antes d la cura eran desapercibidos por el enfermo. La resistencia puede abusarse d esta situación para sus propósitos, puede pensar q hizo “bien” en mantener eso reprimido.

Para el analista la meta sigue siendo el recordar, aunq sepa q por medio d la “nueva técnica” (con respecto a la hipnosis) no s lo puede lograr con facilidad. S dispone a librar una permanente lucha con el pcte a fin d q s produzcan dentro del ámbito d lo psíquico lo q el pcte s ve impulsado a exteriorizar en lo motor, actuándolo. Cuando la relación transferencial s vuelve viable, el tto logra impedir al pcte las actuaciones o repeticiones y utilizarlas como material terapéutico. S logra evitar q el enfermo actúe sus impulsos comprometiéndolo a no tomar decisiones importantes (casarse, u obtener un trabajo importante) hasta q la cura termine (@destinos d la libido una vez q se deshace del síntoma). Puede ocurrir q el pcte abandone repentinamente el tto en una acción d repetición.

El ppal recurso para dominar la compulsión d repetición del pcte y transformarla en un motivo para recordar, reside en el manejo d la tf. S vuelve esa compulsión inocua y aprovechable cuando s la circunscribe al ámbito d la tf. La tf es el campo donde el pcte tiene “permitido” repetir o actuar sin “peligros”, allí escenifica el pulsionar patógeno. Así s le consigue dar a todos los síntomas d la enfermedad un nuevo sdo transferencial, sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis d tf, d la q puede ser curado por el trabajo analítico. Esta NTF es una “enfermedad artificial” y provisional, creada por el dispositivo analítico, para q el pcte escenifique sus mociones reprimidas. D la repetición en tf se llega al despertar d los recuerdos, q vencidas las resistencias, afloran a la cc.

El vencimiento d la resistencia comienza cuando el analista la pone en descubierto y s la comunica al pcte. Aunq esto no produce su levantamiento inmediato, es preciso darle tiempo para reelaborarla, para vencerla por medio del trabajo analítico y respetando la regla fundamental. El analista tiene q esperar un proceso q no puede ser evitado, ni apresurado. La reelaboración d las resistencias es una ardua tarea para el analizado y una prueba d paciencia para el analista. Es la parte del trabajo q produce mayor efecto en el pcte y q distingue al tto analítico d uno sugestivo.

PUNTUALIZACIONES SOBRE EL AMOR DE TRASFERENCIA (1915)

-la mayor dificultad para el analista es el manejo d la tf. Un ejemplo s da en el caso de la pcte mujer q s enamora d su analista.

¿Cómo debe comportarse el analista para proseguir con la cura a pesar d esta situación?

Según el lego tres desenlaces:

-casamiento

-interrupción del análisis

-relaciones ilegítimas

Según el analista:

1-intentar la interrupción del análisis. La pcte puede intentar la cura con otro analista, pero vuelve a sucederle lo mismo. Este hecho significa para el analista advertir q el enamoramiento d la pcte es “producido” por la situación analítica, para prevenirse d una ctf, no puede atribuírselo a sus características personales. Este enamoramiento presta al restablecimiento d la pcte una contribución q sólo el análisis puede extraerle (a diferencia d otras terapias o ttos). La pcte de pronto pierde inteligencia del tto y todo interés en él, ya no quiere hablar d otra cosa q no sea d su demanda d amor. Todas las ventajas d la tf + desaparecen. El hecho d q esto pueda llevar a un repentino término del tto, o a perturbarlo, da cuenta d una resistencia. Este enamoramiento compulsivo sobreviene cuando s la alienta a recordar un fragmento muy penoso y reprimido. Por lo q el enamoramiento existía desde antes, pero la resistencia s sirve s él para boicotear los progresos d la cura, apartar el interés del trabajo. La pcte quiere quebrantar la autoridad del analista rebajándolo a la condición d amado, y obtener así una ganancia d la situación. Aprovechará la declaración d amor como un medio para poner a prueba al analista. La resistencia exagera el enamoramiento y la disposición a la entrega sexual para provocar la represión.

2-respuestas desde la moral: el analista no debe responder a esta demanda y debe exigir a la pcte q abandone tales sentimientos. Exigir a la pcte q sofoque sus pulsiones, q renuncie a sus demandas, no es un obrar analítico, ya q se prosigue en la cura el proceso represivo q llevó a la pcte a contraer la neurosis. Así uno convocaría lo reprimido para luego volverlo a reprimir. Sin contar lo ineficaz q estas exigencias del analista tienen para lo q siente. La pcte sentirá el desaire y querrá vengarse. Ante estos casos la técnica analítica (o la ética) sustituye a la imposición moral.

3-Un camino intermedio, en el q uno simule corresponder las demandas d la pcte, pero sin concretar la relación es desaconsejable, ya q el tto psicoanalítico se edifica sobre la verdad, y en la verdad q se le exige al pcte. También se corre el riesgo de perder el control d la situación. No es lícito disimular la indiferencia q el analista ha adquirido frenando la ctf.

4-Abstinencia: La técnica analítica impone al analista denegar la satisfacción a la demanda d la pcte. La cura debe ser realizada en un estado d abstinencia, pero no d cualquier cosa. Hay q dejar subsistir en el enfermo una necesidad insatisfecha para q funcione como fuerza pulsionante del trabajo, y evitar conformarlas con subrogados.

Qué pasaría si el analista responde a la demanda de amor d la pcte con la intención d q esto solucionaría su neurosis? Esto nunca ocurre, la pcte alcanzaría su meta, pero nunca el analista. Si el cortejo d amor es correspondido implica un gran triunfo para la pcte pero una total derrota para la cura. La pcte consigue lo q la mayoría d los pctes s proponen en el análisis: actuar, repetir en la cura algo q sólo debieran recordar, reproducir como material psíquico y limitado al ámbito psíquico. Este reaccionar o actuar d la pcte sólo culmina en la cura con un reforzamiento d sus represiones. La relación d amor termina con la posibilidad d influir mediante el tto. Una combinación d ambos es una quimera.

Responder a la demanda de amor es tan perjudicial para el tto como sofocarla.

El analista:

ü no debe desviar la tf amorosa o reprimirla

ü no debe rechazarla, pero s abstendrá d corresponderle.

ü S retiene la tf d amor, pero s la trata como algo no real, como producida artificialmente por el dispositivo analítico, q debe ser reconducida a sus orígenes icc y volver cc lo reprimido d la vida amorosa, para así poder gobernarlo.

Cuanto más s demuestre q se está a salvo d la tentación, mayor provecho extraerá la cura d esta situación q ella misma ha provocado. La pcte en esta situación se sentirá más cómoda para traer a la cc las fantasías d su añoranza sexual, y desde aquí se llega hasta los fundamentos infantiles d su amor, q es la meta d la cura.

Argumentos contra el carácter genuino del amor:

-s le insiste a la pcte en la participación d la resistencia en ese “amor”, q s exterioriza en el hecho d q se muestra indócil, intransigente, desinteresada en la prosecución d la cura, impenetrable a los influjos del analista. Produce entonces una resistencia en la forma d un enamoramiento. La pcte puede amenazar con abandonar el tto frente al desaire en q la deja el rechazo del amor. Este es el argumento más fuerte. La participación d la resistencia en el amor d tf es indiscutible. Aunq la resistencia no ha creado este amor, sólo se sirve d él y exagera sus exteriorizaciones.

-s le asevera q en ese amor no hay nada nuevo determinado por la situación presente, sino q repite modos de reacción ante anteriores objetos de amor, hasta los infantiles. Este argumento es más endeble, ya q d por sí todo enamoramiento en una persona implica una reedición y una repetición d modalidades infantiles. Lo q constituye su carácter compulsivo procede del condicionamiento infantil, aunq el amor d tf se muestre menos flexible y más dependiente del modelo infantil q otras relaciones d amor. Aunq en verdad no hay argumentos para refutar el carácter genuino de este amor, se singulariza por tres rasgos:

1-es provocado por la situación analítica. Este rasgo es decisivo para el obrar del analista, él tendió el señuelo a ese enamoramiento al introducir el tto analítico. Es el resultado esperable de una situación clínica, como lo es el desnudamiento d una pcte. Esto le impone la prohibición d extraer d esta situación una ventaja personal (ética).

2-es exteriorizado por la resistencia q gobierna la situación

3-carece del miramiento por la realidad objetiva, más desconsiderado d sus consecuencias, más ciego en la apreciación d la persona amada.

Lo q se propone el tto es seguir el trabajo con un enamoramiento atemperado o no, cuya meta será descubrir la elección infantil d objeto y las fantasías q la acompañan.

Motivos éticos s suman a los técnicos para abstenerse d consentir la demanda d amor d la pcte. No debe perder d vista su meta: q alcance la libre disposición en su capacidad d amar, q se encuentra estorbada por sus fijaciones infantiles, pero no para exteriorizarla en la cura, sino en la vida real. Tiene q sobreponer a sus propios intereses, la meta ética de curar a la pcte q para eso s insertó en el tto.

Para el analista queda excluido el ceder. Tiene q valorar más su oportunidad d elevar a la pcte sobre un estadio decisivo d su vida.

El psicoterapeuta debe librar una lucha triple:

-en su interior contra los poderes q querrían hacerlo resignar su rol d analista.

-fuera del análisis: contra los oponentes del psicoanálisis

-en el análisis: contra sus pctes, q al comienzo s comportan como oponentes, pero luego trasfieren sobre él sus deseos sexuales.

LA INTERPRETACIÓN D LOS SUEÑOS

El sueño tiene un sentido y s entrama con el acontecer psíquico (@síntomas)

·Cap. 2: “El método d interpretación d los sueños. Análisis d un sueño paradigmático.

-los sueños son susceptibles d interpretación. El sueño posee un sdo y es posible un procedimiento científico para interpretarlo.

2 métodos populares d interpretación:

1-La interpretación simbólica. Toma al sueño como un conjunto y busca sustituirlo por otro comprensible. Este método fracasa en los sueños confusos.

2-Método del descifrado. Trata al sueño como una escritura cifrada en cada signo ha de traducirse según un código fijo o preestablecido. Entonces, a diferencia del método anterior, no s toma al sueño como un conjunto, sino q s lo analiza por fragmentos. Un problema d este método es el carácter mecánico, todo se reduce a la clave usada para interpretar. Debería tomarse en cuenta no sólo el contenido del sueño, sino al soñante, y así un mismo elemento tiene distintos sdos según el soñante.

El error d estos dos métodos reside en q el elemento onírico es significado por el intérprete y no por el soñante. Entonces incurren en una arbitrariedad, al depender de cómo un intérprete signifique un elemento. La técnica q F prepone se aparta d estas dos en un punto esencial: es el soñante el que interpreta su sueño.

Los sueños dependen tanto d la lengua del soñante, q toda lengua tiene su propio lenguaje onírico (carácter ste del sueño y del icc)

El interés en la interpretación d los sueños surgió a partir de q los pctes, instados a contar todo lo q s les ocurriera empezaron a contar sus sueños y a demostrar q puede insertarse en el encadenamiento psíquico q ha d perseguirse retrocediendo en el recuerdo a partir d una idea patológica. Así, se trató al sueño como un síntoma y se le aplicó el mismo método d interpretación para estos. Para esto s requiere q el enfermo:

-intensifique su atención a sus fenómenos psíquicos

-q suspenda toda critica hacia los pensamientos q le afloren (regla fundamental), ya q justamente esa crítica es la q no otorga la resolución del síntoma. Una vez q suspende la crítica afloran a su cc una multitud de pensamientos q d otro modo permanecerían inaccesibles. Con ayuda de este material cc puede realizarse la interpretación, tanto d los sueños como d los síntomas. El monto d energía q s le quita a la actividad crítica se utiliza para guiar la atención a lo psíquico.

Para q esto pueda darse es recomendable q se acueste en un diván y cierre los ojos. Así, se trata d producir en el enfermo un estado d “adormecimiento”, en el q emergen las “re involuntarias”, por la relajación d la crítica. Así s vuelven re “involuntarias” en re “voluntarias”.

Muchas personas encuentran dificultades para adoptar la actitud aquí exigida d suspender la crítica para q emerjan las asociaciones libremente. Los “pensamientos involuntarios” desatan la resistencia más violenta, q pretende evitar su emergencia.

El método d interpretación de Freud toma aportes d los dos métodos. Toma del método del descifrado el no tomar como objeto d interpretación todo el sueño, sino los fragmentos d su contenido. Pero no usa como este una clave fija, ya q en diversas personas un mismo elemento puede tener distintos significados, el sdo así se reconduce al vivenciar singular del soñante/enfermo.

Todo sueño tiene un lugar en q es insondable, un ombligo por el q s conecta con lo no conocido.

Sueño como cumplimiento d deseo y el motivo del sueño es un deseo: por ej en el “Sueño d la inyección d Irma”, de Freud, se figura como cumplido el sueño d q no es él el culpable d q persistan los padecimientos d Irma, sino su amigo Otto; o también permutando a Irma por otra pcte más dócil a las intelecciones de Freud. Irma es culpable d q sus padecimientos continúen, ya q no ha querido aceptar la solución d Freud, o aún puede imputárselo a una afección orgánica. Así queda libre d todos los reproches q no quiere haber merecido.

·Cap. 6: El trabajo del sueño.

-originalidad con respecto a otros métodos: la interpretación s efectúa desde el contenido latente y no desde el manifiesto. S investigan las relaciones e/ el contenido manifiesto y los pensamientos latentes, y como d estos últimos resultaron los primeros. Lo manifiesto o contenido del sueño aparece como una traducción d los pensamientos latentes, como otra forma en q logran expresión. Cada uno d los elementos del contenido del sueño ha d trasferirse al lenguaje d los pensamientos del sueño. S equivocaría el camino si se quisiera tomar a esos signos según lo q figuran en vez d tomarlos según su referencia signante. Por ej cada figura puede reemplazarse con una sílaba o una palabra q aquella es capaz de subrogar en virtud d una referencia cualquiera. El sueño s comporta como un rébus.

·Cap. 7: “Sobre la psicología de los procesos oníricos”

Sueño paradigmático: “Padre, ¿no ves q estoy ardiendo?”. Simula un cumplimiento d deseo, ya q en él aparece el hijo vivo.

A-El olvido de los sueños

-el material q tenemos para interpretar no es el sueño en sí mismo, sino el relato de él. Lo q se recuerda del sueño está mutilado por la infidelidad d la memoria o quizás falseado por ella, ya q en el relato pudieron haberse llenado las lagunas con material nuevo. Esto se da por la elaboración secundaria, desfiguramos el sueño al reproducirlo, lo q continúa el trabajo de desfiguración q dio como resultado al sueño.

El empeño del pcte en resistir la interpretación del sueño permite dar cuenta d las censuras q debió sufrir el sueño. Es un retoño d la censura onírica, d la resistencia a la irrupción d los pensamientos oníricos en la cc. También la desvalorización d los elementos del sueño es una continuación d la desfiguración, ya q esta funciona sustrayendo valor a algunos elementos. La duda acerca d la certeza d un elemento también funciona como resistencia. Por lo q deben dejarse de lado las apreciaciones sobre el valor y la certeza d elementos.

El olvido del sueño está generado por y está al servicio d una resistencia.

La represión, o la resistencia generada por ella, es la causa d la amnesia del sueño.

Todo lo q perturba la prosecución del trabajo analítico es una resistencia.

El sueño s va olvidando cada vez más al despertar. Todo lo olvidado del sueño puede ser recuperado por el análisis. Aunq sea a partir d un solo jirón puede accederse a todos los pensamientos oníricos. El fragmento olvidado del sueño es el más importante y el acceso más directo a la solución del sueño, razón por la cual fue olvidado. Al vencer la resistencia el material olvidado acude a la cc.

A veces, los sueños olvidados pueden interpretarse luego d trascurrido un tiempo, luego del cual la censura pudo haberse rebajado, aunque los sueños conservan su frescura, lo q da cuenta d la atemporalidad del icc (ej: el sueño d los lobos). El sueño puede interpretarse fraccionadamente, durante varios días.

-la labor d interpretación no termina cuando s ha logrado una interpretación completa, plena d sentido, q de razón d todos los elementos del sueño. Porq es posible q para el mismo sueño haya otra ilación d pensamientos q den cuenta de él. Siempre es posible dar un paso más, hasta convencerse d q el sueño es una interpretación plena d sentido. Aún en los sueños mejor interpretados es preciso dejar un lugar en sombras, porq de allí arranca una ilación d pensamientos oníricos q s resisten a ser interpretadosÞ ese es el ombligo del sueño, el lugar en el q s asienta lo no-conocido. Los pensamientos oníricos q advertimos a partir d la interpretación tienen q permanecer sin clausura alguna. Y desde el centro del ombligo s eleva el deseo del sueño.

-¡No todos los sueños pueden interpretarse! En el trabajo d interpretación s tiene en contra a los poderes psíquicos responsables d la desfiguración de los elementos del sueño.

-¿qué fue lo q permitió la formación del sueño a pesar d la resistencia? Durante la noche la resistencia, si bien no es cancelada (lo q da cuenta d la desfiguración q sufren los pensamientos para figurarse en el sueño), es rebajada en su fuerza. Por eso al despertar, y recuperar su dominio, esfuerza al olvido del sueño. Por eso la condición para q el sueño se produzca es el estado del dormir. El estado del dormir posibilita la formación del sueño ya q rebaja la censura endopsíquica.

Objeciones al procedimiento d interpretación:

-s exige la suspensión d la crítica, s resigna la reflexión y s deja emerger las “re involuntarias”. S dirige la atención a un único elemento, y se toma nota d todos los pensamientos involuntarios q ocurren en ocasión de aquél. S repite la operación con cada elemento del sueño, dejándose guiar por los pensamientos. La objeción es la obviedad d q un elemento se asocie con otro, pero cuál es la garantía de q se trate d un pensamiento onírico, es decir, del sustituto psíquico del sueño? Es improbable d q algo q se ajusta al sueño y lo esclarece d manera exhaustiva pueda alcanzarse si no s tratara d conexiones psíquicas ya existentes (las q formaron al sueño) Aunq es verdad q no todas las ocurrencias del trabajo d interpretación deban reconducirse al trabajo del sueño.

-“asociación superficial”: re unidas por consonancia, ambigüedad d las palabras, coincidencia en el tiempo, sin relación interna d sentido. Pero existe también entre ambos un enlace q cala más hondo, sometido a la resistencia d la censura.

2 casos:

-la censura s dirige sólo al nexo entre dos re, cada uno d los cuales no es cancelado. Por lo q puede establecerse entre ellas una asociación superficial.

-los dos pensamientos son censurados y aparecen en la cc desfigurados, y s asocian superficialmente reflejando la conexión esencial q sustituyen.

Bajo la presión d la censura s produjo en los 2 casos un desplazamiento desde una asociación normal a otra superficial y q por esto s nos aparece como absurda.

2 enunciados pilares d la técnica:

-abandono d las re-meta cc y entrega a unas re-meta ocultas

-las asociaciones superficiales son un sustituto por desplazamiento d otras más profundas.

LA PERDIDA DE REALIDAD EN NEUROSIS Y PSICOSIS (1924)

La diferencia entre Psicosis y Neurosis radica en el vasallaje del yo.

  Neurosis Psicosis
Conflicto Entre yo y ello Entre yo y realidad
Situación inicial El yo, al servicio d la realidad reprime una moción pulsional. No es todavía neurosis. Obediencia a la realidad. El yo al servicio del ello resigna la realidad. Huida inicial d la realidad
Segundo paso o reparación Indemnización del ello a expensas d la realidad y reestablecimiento d la satisfacción (en el síntoma) Reacción (del ello) contra la represión y fracaso d esta. El retorno d lo rep constituye la enfermedad prop dicha. Intento d huida. Compensación d la realidad, pero no a expensas del ello, sino por la creación d una nueva realidad.
  Afán del poder del ello q no se deja constreñir por la realidad. Rebelión del ello contra la realidad. Expresan su incapacidad para adaptarse a la realidad. Reacción del yo con angustia.
Acento En la segunda etapa, en el fracaso d la represión. Puede no darse. Primer paso, q ya es patológico.
Vasallaje del yo Realidad Ello
Resigna Satisfacción (ello) Realidad
Decisivo: Hiperpotencia del influjo objetivo del influjo del ello
Pérdida d realidad Se evita el fragmento d realidad q provocó la represión, al modo d huida. Por ej en las n traumáticas o en las amnesias histéricas. No quiere saber nada d esa realidad. Desmentida d la realidad.
Sustitución d la realidad Sustitución d la realidad por una más acorde al deseo en la fantasía: ámbito q fue segregado d la realidad. El yo regresa a ella. La fantasía se apuntala en un fragmento d la realidad, le presta un sdo simbólico. Reconstrucción d la realidad. La fantasía también constituye la fuente d donde s construye la nueva realidad. El mundo fantástico quiere reeemplazar a la realidad.
Fracaso No puede crearse un sustituto cabal para la pulsión reprimida. Fracaso d la represión. La subrogación d la realidad no s deja verter en los moldes d formas satisfactorias.
Tramitación del conflicto Desvaloriza la alteración objetiva reprimiendo la exigencia pulsional. Síntoma como resultado d compromiso. Desmentir el hecho. Percepciones q corresponden a la nueva realidad (delirios y alucinaciones)

 

LA NEGACIÓN (1925)

No: es el rechazo a una ocurrencia. “Mi madre no es”Þes la madre. S prescinde d la negación y s extrae el contenido puro d la cc. Si dice q es lo q menos le parece, es lo q más le parece. Una re reprimida sólo puede entrar en la cc a condición d q s deje negar. Es un modo d tomar cc d lo reprimido, es ya una cancelación d la represión, aunq no en lo referente a q el pcte le de crédito. Por lo q resulta una aceptación intelectual aunq con persistencia en lo esencial d la represión. No hay ningún “no” en el análisis q provenga del icc, es q en el icc no hay negación, es introducida por la cc.

Juicio d afirmación o negación: negar algo quiere decir: eso es algo q yo preferiría reprimir. El juicio adverso es el sustituto intelectual d la represión, su “no” es una marca d ella.

Origen psicológico del juicio:

2 antecedentes:

·Juicio de Atribución: s atribuye o no una propiedad a una cosa. La primera propiedad q se decide es bueno-malo. “Quiero introducir esto en mi o expulsarlo de mi”. El yo-placer originario quiere introyectar todo lo bueno, expulsar todo lo malo. Aquí coinciden adentro del yo/bueno y afuera del yo/malo. S rige por el ppio d placer.

Afirmación/uniónÞEros

Negación/expulsiónÞTanatos

·Juicio d Existencia: s atribuye o no existencia a una cosa. Pertenece al yo-realidad definitivo, por la introducción del examen d realidad. Ahora s trata d si algo presente como re dentro del yo puede ser reencontrado en la realidad (externa). Aquí coincide lo no real/subjetivo/interior y lo real/objetivo/afuera. En este juicio s deja de lado el ppio d placer, ya q una re “mala” o desagradable puede formar parte del yo, no sólo es importante q un objeto sea bueno, sino real. El pensar tiene la capacidad d volver a hacer presente, reproduciéndolo en la re, algo q una vez fue percibido en la realidad/exterior, por lo q ya no necesita q el objeto siga ahí presente. El fin primero y más inmediato del examen de realidad no es hallar en la percepción objetiva/realidad un objeto q corresponda a lo representado, sino reencontrarlo, convencerse d q todavía está allí. El encuentro d objeto es en realidad un reencuentro. S trata d reencontrar al ob perdido, pero sólo s encuentran sustitutos. El objeto buscado no será el encontrado

Condición para q se instituya el examen d realidad: pérdida d objetos q produjeron satisfacción. (Lo q queda por fuera d la realidad se excluye en lo real)

ANÁLISIS TERMINABLE E INTERMINABLE Cap. 1

Emprendí el tratamiento de un joven ruso, q malcriado por la riqueza, había llegado en un estado de total desvalimiento, acompañado por su médico personal y un valet. En el curso de algunos años se logró:

-devolverle gran parte de su autonomía

-despertar su interés por la vida

-poner en orden sus vínculos con las personas más importantes para él.

Pero ahí se atascó el progreso; no avanzaba el esclarecimiento de la neurosis infantil sobre la q se fundaba la afección posterior, y se discernía que el paciente se sentía cómodo el estado en que se encontraba (ganancia en la enfermedad) y no quería acercarse a la terminación del tratamiento. Era un caso de autoinhibición de la cura; corría esta el riesgo de fracasar a causa de su propio éxito parcial. En esta situación, recurrí al medio heroico de fijarle un plazo. Al comienzo de una nueva temporada de trabajo, revelé al paciente que ese año sería el último del tratamiento, sin que importase lo que él consiguiera en el tiempo que así le concedía. Primero no me dio crédito alguno, pero luego que se convenció de la seriedad de mi propósito, sobrevino el cambio deseado:

-Sus resistencias se quebraron

-y en esos últimos meses pudo reproducir todos los recuerdos y hallar todos los nexos que parecían necesarios para entender su neurosis temprana y dominar su neurosis presente.

Cuando lo despedí en el verano de 1914, sin sospecha alguna de los sucesos q habrían d sobrevenir, yo lo consideré curado radical y duraderamente.

Estaba en un error. Hacia el final de la guerra regresó a Viena como fugitivo sin recursos; debí prestarle auxilio para dominar una pieza no tramitada d la transferencia; se lo consiguió en algunos meses, y pude concluir aquel agregado comunicando que «el paciente, a quien la guerra privó de su patria, de su fortuna y de todos sus vínculos familiares, se sintió normal y tuvo un comportamiento intachable».

En los quince años q siguieron su bienestar fue interrumpido varías veces por episodios patológicos que sólo podían ser aprehendidos como unos vástagos de su vieja neurosis. La habilidad de una de mis discípulas, la doctora Ruth Mack Brunswick, puso término a esos estados, tras breve tratamiento. Algunos de esos ataques estaban referidos todavía a restos transferenciales; mostraron con nitidez un carácter paranoico. En otros, el material patógeno consistía en fragmentos de su historia infantil que en su análisis conmigo no habían salido a la luz y ahora eran repelidos con efecto retardado.

No puede dudarse del valor de esta medida coactiva. Ella es eficaz si:

-se la adopta en el momento justo, pero no puede dar garantía de la tramitación completa de la tarea. Mientras una parte del material se vuelve asequible bajo la compulsión de la amenaza, otra parte permanece retenida y en cierto modo enterrada; así, se pierde para el empeño terapéutico. No se puede indicar con carácter de validez universal el momento justo para la introducción de este violento recurso técnico; queda librado al tacto. Un yerro será irreparable.

-no es lícito extender el plazo una vez que se lo fijó; ya q sino el paciente no prestaría crédito alguno a la continuación. El expediente inmediato sería proseguir la cura con otro analista; pero bien se sabe que semejante cambio de vía implica una nueva pérdida de tiempo y una renuncia al rédito del trabajo gastado.

Condiciones para el emplazamiento:

1-ligazón transferencial + con el pcte para sostener el corte.

2-hacerse en el momento adecuado. Para movilizar la fijación d la satisfacción.

3-mantener la decisión

1-dócil apatía: satisfacción en la cura

2-prolongada educación en la regla fundamental. Al emerger las primeras asociaciones el HL detiene las asociaciones para mantenerse cómodo en la situación.

3-emplazamiento.

FANTASIAS HISTERICAS Y SU RELACION CON LA BISEXUALIDAD

-fuente: sueños diurnos: cumplimientos d deseo engendrados por la privación y la añoranza.

-Pueden haber sido siempre icc o devenir icc por represión. En lo icc pueden mantener su contenido o haber sido desfiguradas.

-fantasías iccÞpatógenasÞs expresan en síntomas y ataques histéricos

El acto masturbatorio resultaba d la soldadura d 2 componentes:

ü Autoerotismo: manipulación d la zona erógena. Originariamente sólo había autoerotismo. Objetivo: ganar placer en una zona erógena.

ü Evocación d la fantasía. El autoerotismo s fusiona con una re de elección d objeto, q representa la situación en q se lleva a cabo la fantasía. La fantasía icc es la q acompañaba la masturbación y servía para la satisfacción. Lo libidinal adquiere representación, la fantasía se fija a un objeto, por vía d la fantasía s le otorga un objeto a la pulsión ($àa) [Se trata d una soldadura entre lo simbólico y lo real, lo real así adquiere representación].

Cuando se renuncia a la masturbación la fantasía deviene icc. Si no s introduce otra modalidad d satisfacción, al no haber descarga se sobreinviste la fantasía, q entra en conflicto con el yo y se reprime. Por lo q la satisfacción se resigna. Este exceso d libido buscará satisfacerse en el síntoma. La fantasía puede reactivarse y abrirse paso como síntoma. Por lo q el síntoma restablece la satisfacción resignada.

AutoerotismoÞautoerotismo+fantasíaÞrenuncia a la satisfacciónÞ fantasía se sobreinviste Þ se reprime Þsíntomas (figuran la soldadura: re/ste + libido/real)

-fantasía iccÞpremisa del síntoma histérico: figuración mediante conversión d las fantasías icc. Al ser síntomas somáticos por lo gral corresponden a las zonas donde se daba el placer autoerótico, q acompañaba la fantasía.

-contenido d las fantasías icc d los histéricosºsituaciones d satisfacción d los perversos

-en un síntoma se figuran múltiples fantasías icc.

Fórmulas para dar cuenta del síntoma histérico:

1. Símbolo mnémico de impresiones y vivencias (traumáticas) eficaces.

2. Sustituto mediante conversión del retorno asociativo de esas vivencias traumáticas.

3. Expresión de un cumplimiento de deseo.

4. Realización de una fantasía inconciente al servicio del cumplimiento de deseo.

5. Sirve a la satisfacción sexual y figura una parte de la vida sexual de la persona (en correspondencia con uno de los componentes de la pulsión sexual).

6. Retorno d una modalidad d satisfacción sexual q fue real en la vida infantil y desde entonces fue reprimida.

7. Compromiso entre 2 mociones pulsionales opuestas, una de las cuales se empeña en expresar una pulsión parcial o uno de los componentes de la constitución sexual, mientras que la otra se empeña en sofocarlos.

8. Puede asumir la subrogación de diversas mociones icc no sexuales, pero no puede carecer de un significado sexual.

9. Significado bisexual del síntoma histérico: es la expresión d una fantasía sexual inconciente masculina y otra femenina, por lo q una d ellas es homosexual. Para la solución del síntoma deben esclarecerse las 2 fantasías. El síntoma puede resultar d un compromiso entre estas 2 fantasías. Da cuenta d la disposición bisexual. Por ej cuando en un ataque se representan los dos papeles, el masculino y el femenino.

Nuevos caminos de la terapia analítica

-Análisis: descomposición de lo reprimido. Luego el yo hace una síntesis “automática” d eso descompuesto por el análisis, integra en el yo todo lo q hasta entonces estaba escindido de él. La “síntesis” no es tarea del análisis, sino del yo.

-“Actividad” del analista:

Ø Vencer las resistencias (lo q conduce a)

Ø Hacer cc lo icc o reprimido

Ø Intervención contra las satisfacciones sustitutivas y mantener un estado d privación, para restablecer la abstinencia.

Abstinencia

La cura analítica debe ejecutarse en un estado de privación, de abstinencia. El pcte enfermó por una frustración y sus síntomas funcionan como satisfacción sustitutiva. Por lo q toda mejoría sintomática se ve acompañada de un detenimiento en el progreso del análisis (reacción terapéutica negativa) (por ej en el HL), ya q se reduce la fuerza pulsional q esfuerza a la curación, por lo que no se deben cancelar los síntomas en forma prematura.

La abstinencia del analista: d satisfacer la demanda transferencial del pcte. Denegación d las satisfacciones sustitutivas. Debe estar advertido q el pcte lo tomará con su síntoma.

Ante la solución de los síntomas, q implicaban una satisfacción, la libido busca investir nuevas satisfacciones sustitutivas, q ahora no van acompañadas d padecimiento. Se vale de la desplazabilidad d la libido para investir otros destinos, en los que se gasta la energía necesaria para la cura. Obtiene satisfacción “secretamente”. La tarea analítica es colegir cada destino de la libido y reconducirlo como motor d la cura, pidiéndole q renuncie a ellos.

Los destinos de la libido cuando se desliga del síntoma son:

1-Diversas actividades, preferencias y hábitos.

2-Achaque físico y matrimonio infeliz. Ligazón prematura. Son los sucedáneos más usuales d la neurosis. Satisfacen la cc de culpa por la q muchos enfermos se resisten a la curación d su neurosis. Por medio d una elección desafortunada s castigan a sí mismos. Una enfermedad orgánica también es considerada como un “castigo”.

3-La cura misma, en la relación TF con el médico. El pcte maniobra la TF para obtener satisfacción en la cura. Es preciso consentirle en algo, pero no demasiado, se debe evitar toda malcrianza. S le deben restar muchos deseos incumplidos en la relación con el analista. S le deben denegar aquellas satisfacciones q más intensamente desea. Si el síntoma cae la libido inviste ahora al analista, el síntoma se arma con el analista. Cuando hay satisfacción en la cura se cierra el icc y el pcte no asocia.

Ya q el motor del análisis es el padecimiento sintomático, la actividad del médico debe ser una enérgica intervención contra las satisfacciones sustitutivas.

En el caso del HL:

El destino de la libido cuando se deshace de un síntoma, colabora en la formación de un nuevo síntoma, como en el caso de la neurosis obsesiva, una vez que se soluciona la fobia. La religiosidad sublima, pero a la vez constituye un síntoma, ya que los ceremoniales y las espiraciones ante los miserables se erigen en el paciente para defenderse de la angustia (ante la castración).

El HL utiliza un destino en cuanto a los hábitos: los enemas o las lavativas.

Otro destino es la satisfacción en la cura, en la forma d dócil apatía: el pcte está en relación d satisfacción con el analista (lo toma como objeto d goce) y se produce un cierre del icc, y una detención en las asociaciones. La libido, al desligarse del síntoma, se satisface en la cura misma, y toma al analista como objeto de satisfacción. Si se levanta el síntoma, el análisis se vuelve interminable (por eso Freud recurre al emplazamiento). Tanto Ruth como F tienen intervenciones del orden del acto para cortar con el goce en la cura, restablecer la abstinencia y permitir la asociación. F interviene emplazando el tto, y RMB interviene “clavándole el aguijón” (cuando le dice q no lo veía en las fiestas de F).

Algunos caracteres generales d las formaciones obsesivas (Punto A del H. d las ratas)

Definición d las re ob d 1896: son unos reproches mudados, q retornan d la represión y están referidos siempre a una acción sexual d la infancia realizada con placer.

Esta definición es corregida. Es más correcto hablar d un “pensar obsesivo”.

Productos obsesivos: deseos, tentaciones, impulsos, reflexiones, dudas, mandamientos y prohibiciones.

Re ob: despojada d su afecto.

-en la lucha defensiva secundaria q se libra contra las re ob q se filtran en la cc, no son argumentos puramente racionales los q s oponen a los pensamientos ob, merecen la designación d delirantes. Por ej cuando el hombre d las ratas, para evitar la acción obsesiva d mirarse al espejo desnudo s le aparece la idea d q al padre podría pasarle algo malo en el más allá.

-la distinción entre lucha defensiva primaria y secundaria es limitada por el hecho d q los obsesivos no conocen el texto d sus re ob. No son capaces d indicar el contenido d una re ob o d una acción obsesiva q han ejecutado innumerables veces. Al no advertir estos nexos, la defensa s deja burlar por lo reprimido. El pcte con ayuda del tto puede enterarse d estas.

-a menudo varias re ob a simple vista diversas, son en realidad la misma. Puede q la primera vez q apareció fue reprimida, y por eso volvió desfigurada para pasar desapercibida por el enfermo. La forma originaria deja traslucir su sentido sin velos. Entonces, la re ob lleva en su forma desfigurada con respecto a la original, las marcas d la lucha defensiva primaria. Su desfiguración la hace viable y es malentendida por el pensar cc.

-productos d la lucha defensiva secundaria: medidas protectoras, ceremoniales.

-aquello sobre lo cual recae la defensa consigue abrirse paso en aquello mismo ante lo cual la defensa actúa.

-técnica d desfiguración por omisión o elipsis. En una frase o pensamiento obsesiva se omiten fragmentos d la oración a fin de malentenderla o cambiar su sentido. Por ej en la re ob del HR “si te casas con la dama algo le sucederá a tu padre en el más allá”.

 

LACAN

3 DEFINICIONES DE LO REAL

1-Lo q retorna siempre al mismo lugar: vuelve a donde el sujeto no puede percibir que le concierne, porq es icc. No puede dialectizarse, ponerse en cadena, es un resto q insiste, q no se agota. Aparece aislado. Compulsión a la repetición. Más allá del principio del placer. Signo de goce.

2-Lo imposible, por ej la relación sexual.

3-Lo real del síntoma: el ste, si bien no es funcional a la “comunicación”, sirve para expresar el síntoma. El síntoma responde a la estructura misma del lenguaje. El síntoma es lo único q conserva un sentido en lo real. Porq es el punto donde el sujeto se da a entender en el lenguaje, logra justamente expresar la esencia del ste, el sinsentido. Goce del ste en lo real. El síntoma es el ejemplo de que el lenguaje sólo expresa malentendido. Da cuenta del ste excluido del campo d la sign y del sentido y q sin embargo encuentra en el síntoma una re en el campo del sentido. El síntoma es lo que viene d lo real. Lo real se sirve del síntoma para expresarse. Lo real es lo incurable del síntoma, ya q el sujeto no puede dejar de ser hablante y la pulsión es incurable. Algo q insiste por tramitarse.

¹Realidad:

-pérdida de realidad (en neurosis y en psicosis)

-es construida, estructurada bajo una ficción. Incluye al padre. Es fantasmática.

-se conforma por la pérdida o expulsión d un objeto (a). Reencuentro con el objeto.

-registro de lo imaginario y del fantasma

-en la psicosis no está en juego la realidad, ya q el loco no cree en la realidad d su alucinación, sabe q los otros no comparten su criterio d realidad, es la vivencia d la certeza, d q lo concierne aunq no forme parte d la realidad. No tiene sentido discutir acerca d la realidad d la alucinación.

ste

ÞEn lo real: no tiene sentido, se aísla de toda significación. No remite a una sign. Esta descontextuado. Demandas pulsionales. Al no haber un objeto (natural) d la pulsión siempre hay insatisfacción. Por ej el en Schreber el alarido.

ÞEn lo simbólico: al hacer cadena con otros y tener como efecto la sign, disimula lo esencial: q el ste opera en el sinsentido. Aquí se ubica la paradoja del lenguaje. Sueño y síntoma operan como stes, s despojan d sus significados usuales. El $ representa un ste para otro ste.

Fantasma:

-el sujeto s identifica al objeto a

-configura la identidad del sujeto, su realidad

 

Seminario 3. Las psicosis. Clase 6. “El fenómeno psicótico y su mecanismo” (1956)

Punto 3

Freud: algo q fue rechazado del interior reaparece en el exterior.

-psicosis: previa a toda simbolización hay una etapa donde puede pasar q parte d ella no s lleve a cabo. Esta etapa precede (lógica, no cronológica) la dialéctica neurótica. Puede suceder q algo primordial en lo tocante al ser no entre en la simbolización, y no sea reprimido, sino rechazado.

-en la relación del sujeto con el símbolo, puede ocurrir una verwerfung primitiva, q algo no sea simbolizado se manifestará en lo real.

-lo sometido a la Bejahung (simbolización primitiva) sufre diversos destinos (la represión por ej) d lo afectado por la verwerfung. En el origen hay bejahung (afirmación), o verwerfung. Pero nada indica q la primitiva sustracción s haya realizado adecuadamente. Con lo q queda el sujeto s forja un mundo y s las arregla para ser lo q admitió q era (un hombre o una mujer).

-siempre hay “cosas q no encajan”, el ser humano nunca s “adapta”. Siempre somos embaucados. Las adaptaciones naturales están en el hombre desbarajustadas, y esto es producto d la introducción del hombre en lo simbólico.

-nada en relación al sujeto puede escapar al sometimiento d las leyes d la palabra.

-la Ley está en el origen, desde siempre, y la sexualidad humana debe realizarse a través d ella. Esta ley es una ley d simbolización, el Edipo. En su seno s producirán:

·Verdichtung o ley del malentendido. Por ej un hombre q desempeña un papel femenino.

·Verdrängung o represión. Sucede cuando algo no encaja en la cadena simbólica, cuando la ley se vuelve intolerable. Pero la cadena sigue expresando sus exigencias por medio del síntoma neurótico, por eso la represión es el mecanismo d las neurosis.

·Verneinung. Es del orden del discurso, y concierne a lo q somos capaces d producir por vía articulada. En este nivel interviene el ppio d realidad. S trata del juicio d existencia (no del símbolo, como la Bejahung) Se trata d volver a encontrar un objeto.

-toda aprehensión humana d la realidad está sometida a esta condición primordial: el sujeto está en busca del objeto de su deseo, pero nada lo conducirá a él. La realidad en tanto el deseo la subtiende es, al comienzo alucinada (vivencia alucinatoria d satisfacción). El sujeto queda en suspenso en lo q al objeto d su satisfacción s refiere.

-ppio d realidad: el sujeto no tiene q encontrar al objeto d su deseo, no es conducido a él naturalmente por su adaptación instintiva innata, debe volver a encontrar al objeto, cuyo surgimiento es alucinado. El ppio d realidad consiste en q nunca lo vuelve a encontrar a ese objeto, nunca vuelve a encontrar más q otro objeto distinto, q responderá mas o menos a sus necesidades.

Seminario 3. Las psicosis. Clase 10. “Del significante en lo real y del milagro del alarido” (1956)

Acerca del caso Schreber:

-preguntas a propósito de lo que está en el engarce entre el símbolo y lo real, es decir, a propósito de lo que introduce en lo real la oposición simbólica.

-la diferencia que hay entre el lenguaje como simbólico y su diálogo interior permanente; o más exactamente ese balanceo donde se interroga o se responde a sí mismo un discurso que es vivido por el sujeto como ajeno, y como manifestándole una presencia.

-confrontado a una experiencia que tiene para él todos los visos de una realidad, y donde percibe el peso propio de la presencia indiscutible de un dios del lenguaje, se detiene, para evocar los límites de su potencia, en un ejemplo donde lo que está en juego es un manejo humano, artificial, del lenguaje.

-distingue dos planos para él muy diferentes del uso del lenguaje.

-A partir del momento en que instituimos un juego de alternancia simbólica, debemos suponer, que nada en la eficiencia real distingue a los elementos.

-lo simbólico brinda aquí una ley a priori, e Introduce un nodo de operación que escapa a todo lo que podríamos hacer surgir a partir de una deducción de los hechos en lo real.

-el hecho psiquiátrico primero es que ningún apoyo sobre la parte sana del yo permitirá ganar un milímetro sobre la parte manifiestamente alienada. conduce a abandonar toda esperanza de cura por ese rodeo. El psicoanálisis aporta, en cambio, una sanción singular al delirio del psicótico, porque lo legitima en el mismo plano en que la experiencia analítica opera habitualmente, y reconoce en sus discursos lo que descubre habitualmente como discurso del inconsciente. No aporta sin embargo el éxito en la experiencia. Este discurso, que emergió en el yo, se revela-por articulado que sea-irreductible, no manejable, no curable.

-el psicótico es un mártir del inconsciente, dando al término mártir su sentido: ser testigo. Se trata de un testimonio abierto. El neurótico también es un testigo de la existencia del inconsciente, da un testimonio encubierto que hay que descifrar. El psicótico, en el sentido en que es testigo abierto, parece fijado, inmovilizado, en una posición que lo deja incapacitado para restaurar auténticamente el sentido de aquello de lo que da fe, y de compartirlo en el discurso de los otros.

-qué diferencia hay entre discurso abierto y discurso cerrado a partir de una homología, y verán que hay en el mundo normal del discurso cierta disimetría y que ya esboza la que está en juego en la oposición de la neurosis con la psicosis.

-No puede justificar muy bien por que la realidad está ahí, pero debe reconocer que lo real efectivamente siempre esta allí, que nada ha cambiado notablemente. Esto es para él lo más extraño, porque pertenece a un orden de certeza inferior al que le brinda su experiencia delirante, pero se resigna a él.

-Todos permanecemos a nivel de una contradicción insoluble entre un discurso, siempre necesario en cierto plano, y una realidad, a la cual, a la vez en principio y de una manera probada por la experiencia, no se coapta.

-No dar consejos: Todos nos sentimos deshonestos con sólo tener que enfrentar el más mínimo pedido de consejo, por elemental que sea, que toque a los principios. No es simplemente porque ignoramos demasiadas cosas de la vida del sujeto que no podemos responderle si es mejor casarse o no en determinada circunstancia y que, si somos honestos, sentimos que tenemos que mantener nuestra reserva; es porque la significación misma del matrimonio es para cada uno de nosotros una pregunta que queda abierta, y abierta de tal manera, en lo tocante a su aplicación en cada caso particular, que no nos sentimos capaces de responder cuando somos llamados como directores de conciencia.

-(un psicoanalista) no renuncia a sí mismo para representar un personaje, y que no hace de moralista o de omnisciente, es también la primera condición que cabe exigir de lo que podemos llamar un psicoterapeuta. El análisis partió precisamente de una renuncia a toda toma de partido en el plano del discurso común, con sus desgarramientos profundos en lo tocante a la esencia de las costumbres y al estatuto del individuo en nuestra sociedad, partió precisamente de la evitación de este plano. Se atiene a un discurso diferente, inscrito en el sufrimiento mismo del ser, ya articulado en algo que le escapa, sus síntomas y su estructura. El psicoanálisis nunca se coloca en el plano del discurso de la libertad, aunque siempre, imperceptiblemente o no, delirante. El psicoanálisis pone la mira sobre el efecto del discurso en el interior del sujeto, en otro lugar.

Schreber: Dicen que soy un paranoico, y dicen que los paranoicos son personas que refieren todo a sí mismas. Si es así, se equivocan, no soy yo quien relaciona todo conmigo, es él quien relaciona todo conmigo, ese Dios que habla sin parar en mi interior mediante sus diversos agentes y prolongaciones. El es quien tiene el maniadado hábito, de hacerme notar de inmediato que tiene que ver conmigo, o incluso que es mío. No puedo tocar-Schreber es músico-determinada melodía de La Flauta Mágica, sin que de inmediato él, el que habla, me atribuya los sentimientos correspondientes, pero yo no los tengo. Vemos también al presidente Schreber indignarse enérgicamente de que la voz intervenga para decirle que esta involucrado en lo que está diciendo. Ese Otro considerado como radicalmente ajeno, como errante, que interviene para provocar una convergencia en el sujeto, una intencionalización del mundo exterior, que el sujeto mismo, en tanto se afirma como yo (je), rechaza con gran energía.

-Hablamos de alucinaciones. ¿Tenemos realmente derecho de hacerlo? Cuando escuchamos el relato no nos son presentadas como tales. Según la noción comúnmente aceptada, para la cual es una percepción falsa, se trata de algo que surge en el mundo externo, y que se impone como percepción, un trastorno, una ruptura en el texto de lo real. La alucinación está situada en lo real. Si una alucinación verbal no exige cierto análisis que interrogue la legitimidad misma de esta definición.

-los fundamentos mismos del orden del discurso, y refutando su estatuto de superestructura, su relación de pura y simple referencia a la realidad, su carácter de signo, y la equivalencia que habría entre la nominación y el mundo de los objetos. Ej: alucinación verbal:

-Nada es tan ambiguo como la alucinación verbal. Los análisis clásicos dejan ya entrever, la parte de creación del sujeto. Es lo que se llamó la alucinación verbal psicomotriz. Este problema merece ser abordado a partir de la relación de la boca al oído, que no sólo existe de sujeto a sujeto, sino también para cada sujeto quien a la par que habla, se escucha a sí mismo. La llamativa esterilidad del análisis del problema de la alucinación verbal, se debe al hecho de que este señalamiento es insuficiente. Que el sujeto escucha lo que dice, es precisamente algo a lo cuál conviene no prestarle atención, para volver a la experiencia de lo que sucede cuando escucha a otro. ¿Qué ocurre si atienden solamente a la articulación de lo que escuchan, al acento, o bien a las expresiones dialectales, a cualquier cosa que en el registro del discurso de vuestro interlocutor sea literal? es muy claro cuando se trata de una lengua extranjera: en un discurso, lo que uno comprende es distinto de lo que se percibe acústicamente. Es todavía más simple si pensamos en el sordomudo. Diría aún más, lo que registra, a saber la sucesión de esos signos, su oposición sin la cual no hay sucesión, ¿podemos decir en sentido estricto que la ve?

-quien escucha el discurso en una lengua extranjera, habrá visto perfectamente la frase, pero será una frase muerta, sólo cobra vida a partir de que presenta una significación. La significación siempre se relaciona con algo, que sólo vale en tanto remite a otra significación, la vida de una frase está vinculada profundamente al hecho siguiente: que el sujeto está a la escucha, que se destina esa significación. Lo que distingue a la frase en tanto que es comprendida de la frase que no lo es, cosa que no le impide ser escuchada, es precisamente lo que la fenomenología del caso delirante destaca tan bien: la anticipación de la significación.

-la significación tiende a cada instante a cerrarse para quien la escucha. El oyente del discurso participa en forma permanente en relación a su emisor, y hay un vínculo entre oír y hablar que no es externo, en el sentido de que uno se escucha hablar, sino que se sitúa a nivel del fenómeno mismo de lenguaje. Es al nivel en que el significante arrastra la significación, y no el nivel sensorial del fenómeno, donde oír y hablar son como el derecho y el revés. Resumamos. El sentido va siempre hacia algo, hacia otra significación, hacia la clausura de la significación, remite siempre a algo que está delante o que retorna sobre sí mismo. Pero hay una dirección. ¿Quiere esto decir que no tenemos punto de parada? dada la insistencia con la que digo que la significación remite siempre a la significación.

-no podemos considerar como su punto de parada la indicación de la cosa. Hay una no equivalencia absoluta del discurso con indicación alguna. Por reducido que supongan el elemento ultimo del discurso, nunca podrán sustituirlo por el índice. Recuerden el comentario de San Agustín. Si designo algo mediante un gesto del dedo, nunca se sabrá si mi dedo designa el color del objeto, o su materia, o una mancha, etcétera. Hace falta la palabra, el discurso para discernirlo. Hay una propiedad original del discurso con respecto a la indicación. ¿Buscamos dónde se detiene?, siempre a nivel del ser.

-Cuando precisamente no estamos a su escucha, cuando esta fuera de nuestro campo, súbitamente nos cae encima, y adquiere todo su valor, sorprendidos como estamos por esa formulación más o menos endofásica, más o menos inspirada, que nos llega como un murmullo del exterior, manifestación del discurso en tanto que apenas nos pertenece, que hace eco a todo lo que de golpe tiene para nosotros de significante esa presencia, articulación que no sabemos si viene de fuera o de dentro: la paz del atardecer. la relación del significante con algo que sin él nunca seria nombrado, mientras menos lo articulamos, mientras menos hablamos, más nos habla. Cuanto más ajenos somos a lo que está en juego en ese ser, más tiende este a presentársenos, acompañado de esa formulación que se presenta como indeterminada. En la medida en que no la esperamos, se nos presenta como un significante. Ninguna construcción experimentalista puede justificar su existencia, hay ahí un dato, una manera de tomar ese momento del atardecer como significante. Lo recibimos precisamente en la medida en que estábamos cerrados a él, con ese singular fenómeno de eco, Llegamos al límite donde el discurso desemboca en algo más allá de la significación, sobre el significante en lo real. Cuanto más nos sorprende ese significante, nos escapa, más se presenta como una franja de fenómeno de discurso. que hay en el centro de la experiencia del presidente Schreber, qué siente sin saberlo, en el borde del campo de su experiencia, que es franja, arrastrado por la espuma que provoca ese significante que no percibe en cuanto tal, pero que en su límite organiza todos estos fenómenos.

-la continuidad de ese discurso perpetuo es vivida por el sujeto como un desafío y una exigencia fuera de la cual se siente presa de una ruptura con la única presencia en el mundo que existe en el momento de su delirio, la de ese Otro absoluto, ese interlocutor que ha vaciado el universo de toda presencia auténtica.

-Schreber anota qué sucede cuando ese discurso, al que está suspendido dolorosamente, se detiene. Se producen fenómenos que difieren de los del discurso continuo interior, enlentecimientos, suspensiones, interrupciones. La retirada del Dios ambigüo y doble, se acompaña para el sujeto de sensaciones muy dolorosas, pero sobre todo de cuatro connotaciones que son del orden del lenguaje:

1-Milagro del alarido: En primer lugar, tenemos lo que el llama el milagro del alarido. Le resulta imposible no dejar escapar un grito prolongado, que lo sorprende con tal brutalidad que el mismo señala que, si en ese momento tiene algo en la boca, puede hacérselo escupir. Vemos en ese grito, el borde más extremo, más reducido, de la participación motora de la boca en la palabra. Algo mediante lo cual la palabra llega a combinarse con una función vocal absolutamente a-significante, y que empero contiene todos los significantes posibles. Por ej cuando el perro aúlla a la luna.

2-Llamado d socorro: se supone es escuchado por los nervios divinos que se han separado de él. En un primer tiempo, el del apego a las tierras, Schreber no podía estar en comunión efusiva con los rayos divinos, sin que en su boca saltasen una o varias almas examinadas. Pero después de cierta estabilización de su mundo imaginario, esto ya no se produce. Pero aún se producen fenómenos angustiantes cuando alguna de esas entidades son dejadas a la rastra y emiten gritos de socorro ante la retirada de Dios. Este fenómeno de llamado de socorro es algo distinto al alarido. El alarido es puro significante, mientras que el pedido de ayuda tiene una significación, por elemental que sea.

3-ruidos del exterior, cualesquiera sean, que son milagros hechos sólo para él. Siempre es algo que tiene un sentido humano.

Entre una significación evanescente que es la del alarido, y la emisión obtenida del llamado-que según él no es suyo, ya que lo sorprende desde el exterior-, observamos toda una gama de fenómenos que se caracterizan por un estallido de la significación. Schreber sabe bien que son ruidos reales, que suele escuchar a su alrededor, pero tiene la convicción de que no se producen por azar, sino para él, en la vía de retorno de la derelicción en el mundo exterior, y coordinados con los momentos intermedios de absorción en el mundo delirante.

4-Los otros milagros, consisten en el llamado de seres vivientes, que son en general pájaros cantores-que deben ser distinguidos de los pájaros hablantes que forman parte del entorno divino-, y también insectos, creados especialmente para él por la omnipotencia de la palabra divina. Entre estos dos polos, el milagro del alarido y el llamado de socorro, se produce una transición donde pueden verse las huellas del pasaje del sujeto, absorbido en un vínculo erotizado. Las connotaciones están presentes: es una relación femenino-masculino.

El fenómeno fundamental del delirio de Schreber se estabilizo en un campo Unsinnig, insensato, de significaciones erotizadas. El sujeto terminó por neutralizar el ejercicio al que se sometió, que consiste en colmar las frases interrumpidas. Ningún otro modo de responder, interrogándolas o insultándolas, vale. Es necesario, dice, que yo esté ligado a la actividad del Dios que me habla en su lengua fundamental, por absurdo y humillante que sea el carácter de su interrogación. Cada vez que el sujeto sale de ese campo enigmático, y se instaura un estado q debe anhelar como un respiro, se produce una iluminación en franja del mundo externo, que lo recorre con todos los elementos componentes del lenguaje, en tanto disociados. Por un lado, la actividad vocal en su forma más elemental, acompañada incluso por una suerte de sentimiento de desasosiego. Por otro, una significación que se connota como la de un llamado de socorro correlativo al abandono del que es objeto en ese momento, seguido por ese algo que nos parecerá mucho más alucinatorio que esos fenómenos de lenguaje que permanecen, en suma, intactos en su misterio. Incluso los llama palabras interiores.

Lo que signa a la alucinación es ese sentimiento particular del sujeto, en el límite entre sentimiento de realidad y sentimiento de irrealidad, sentimiento de nacimiento cercano, de novedad a su servicio que hace irrupción en el mundo externo. Esto pertenece a otro orden que lo que aparece en relación con la significación o la significancia. Se trata verdaderamente de una realidad creada, que se manifiesta, en el seno de la realidad como algo nuevo. La alucinación en tanto invención de la realidad constituye el soporte de lo que el sujeto experimenta.

Nos preguntamos acerca del sentido que debe darse al término alucinación. Para llegar a clasificar las alucinaciones de modo adecuado, conviene observarlas en los contrastes recíprocos, las oposiciones complementarias que el sujeto mismo señala. Estas oposiciones forman parte, de una misma organización subjetiva, y por ser el sujeto quien nos las proporciona tienen mayor valor que si fuesen establecidas por un observador. Además, hay que seguir su sucesión en el tiempo.

En Schreber se trata de algo que está siempre a punto de sorprenderlo, que nunca se descubre, que se sitúa en el orden de sus relaciones con el lenguaje, de esos fenómenos de lenguaje a los que el sujeto permanece ligado por una compulsión muy especial.

Una topología subjetiva, que puede haber un significante inconsciente. Se trata de saber cómo ese significante inconsciente se sitúa en la psicosis. Parece exterior al sujeto, pero es una exterioridad distinta de la que se evoca cuando nos presentan la alucinación y el delirio como una perturbación de la realidad, ya que el sujeto está vinculado a ella por una fijación erótica. Tenemos que concebir aquí al espacio hablante en cuanto tal, tal que el sujeto no puede prescindir de él sin una transición dramática donde aparecen fenómenos alucinatorios, es decir donde la realidad como significante.

Esta noción topográfica va en el sentido de la pregunta ya formulada sobre la diferencia entre la Verwerfung y la Verdrängung en lo tocante a su localización subjetiva.

 

Seminario 5. Las formaciones del inconciente. Clase 13. El fantasma, + allá d ppio d placer

Freud lo ha mostrado, que en la perversión, el instinto, la pulsión, no tienen absolutamente ningún derecho de ser promovidos o declarados como más desnudos, si se puede decir, en la perversión que en la neurosis.

El articulo de Hans Sachs, sobre la génesis de las perversiones, es para mostrar que en toda formación perversa hay exactamente la misma estructura de compromiso, de dialéctica de lo reprimido, y del retorno de lo reprimido, que hay en la neurosis. Ahí está lo esencial del articulo.

La perversión, comporta exactamente los mismos mecanismos de efusión de algo que le es fundamental, que forma parte de las relaciones del sujeto con un cierto número de términos esenciales, que son los fundamentales que encontramos en el análisis de las neurosis, que son los términos edípicos.

Si de todos modos hay una diferencia en algo, en ningún caso podría contentarse con una oposición tan sumaria como la que diría que en la neurosis la pulsión es evitada, (mientras) que en la perversión ella se confiesa desnuda.

Elemento instrumental que hay en toda una serie de fantasmas llamados perversos, El carácter pre-valente de estos elementos que se aíslan, de estos elementos instrumentales que toman ahí una forma demasiado evidentemente simbólica.

a investigación de las transformaciones de la economía, a través de las etapas que son las etapas del complejo de Edipo, de un cierto fantasma, este fantasma: se pega a un niño, esta economía es el juego del significante.

Pegan a un niño

No se trata de cualquier fantasma sádico o perverso, se trata de aquellos que culminan y se fijan bajo esta forma cuyo tema ante todo el sujeto da de una manera muy reticente. Parece que una carga bastante grande de culpabilidad se liga a la comunicación de ese tema que, una vez que lo ha revelado, no puede articularse para él de otro modo que por: "se pega a un niño".

Se pega. Eso quiere decir que, para el sujeto, no es él quien pega, él está ahí como espectador. Se trata de un personaje que puede ser considerado como de la serie del personaje que tiene la autoridad. No es el padre, es dado el caso un institutor, un personaje omnipotente, un tirano. no contentarnos con esta especie de homología con el padre, no asimilarlo al padre, ubicarlo en un punto que es más allá del padre, situarlo en alguna parte en esa categoría del nombre del padre, que hemos distinguido de las incidencias del padre real.

Se trata de varios niños y son siempre varoncitos.

En ese admirable Hombre de los Lobos donde vuelve sin cesar sobre ese mismo tema que es investigar estrictamente la parte de lo que se puede llamar el origen simbólico y el origen real de lo que es la cadena primitiva en la historia del sujeto, es eso mismo.

Él nos despeja tres etapas, tres tiempos. Una primera etapa, que se encuentra siempre en las niñas, que es la siguiente: el niño que es pegado, es un hermano o una hermana a quien el padre pega.

Es en tanto que del padre, y de parte del padre, él no encuentra etapa más elevada del fantasma; quiero decir etapa arcaica anterior. Es en tanto que de parte del padre es rehusada, denegada a este niño, al hermanito o a la hermanita que sufre en el fantasma, la sevicia de parte del padre, es en tanto que hay denunciación de la relación de amor, humillación, que este sujeto es apuntado en ese fantasma, en su existencia de sujeto, que es el objeto de una sevicia, y que esta sevicia consiste en negarlo como sujeto, en reducir a nada su existencia como deseante, para reducirlo en tanto que tal a algo que, en tanto que sujeto, tiende a abolirlo.

Es eso el sentido del fantasma primitivo: mi padre no lo ama; y es eso lo que hace el placer del sujeto: el hecho de que el otro no es amado, no está establecido en la relación propiamente simbólica.

Ese primer tiempo es reencontrado en el análisis, el segundo tiempo no lo es jamás, debe ser reconstruido. Este segundo tiempo es éste: el fantasma que ha nacido así en esa relación triangular, que debe ser considerado como arcaica, primitiva, y sin embargo no es entre el sujeto y la madre y el niño, sino entre el sujeto, el niño hermanito o hermanita, y el padre. Estamos ante el Edipo, y sin embargo el padre está ahí. El segundo tiempo está ligado a la relación del Edipo como tal, para la niña, y el sentido de una relación privilegiada de la niña con su padre. Es ella la que es pegada. El deseo de ser el objeto del deseo de su padre, con lo que esto comporta de culpabilidad, puede ser el retorno culpable de ese deseo edípico que necesita que ella se haga ella misma en ese fantasma, únicamente reconstruir el objeto del castigo.

Regresión: en tanto que ese mensaje no puede ser vuelto a hallar en la memoria del sujeto, en tanto que está reprimido, un mecanismo correlativo, regresión, puede hacer que sea a esta relación anterior que el sujeto recurra para expresar en un fantasma, que jamás se manifiesta, esta relación que el sujeto tiene con el padre, relación libidinal, ya estructurada sobre el modo edípico.

En un tercer tiempo, y tras la salida del Edipo, la figura del padre es transpuesta, remitida a la forma general del personaje que está en postura de pegar, omnipotente y despótico, y el sujeto está presentado bajo la forma de esos niños multiplicados que incluso ya no son de su propio sexo, una especie de serie neutra de niños.

He ahí, parece, algo que de todos modos merece nuestra detención y nuestra reflexión.

Retomo mi triángulo imaginario y mi triángulo simbólico. Toda la primera dialéctica de la simbolización de la relación del niño con la madre, esta hecha esencialmente para lo que es significable. Hay otras cosas, el objeto que puede representar la madre como siendo la portadora del seno, y la que puede aportar ciertas satisfacciones inmediatas al niño. Pero si no hubiera más que eso, no habría ninguna especie de desarrollo ni de dialéctica de relación del sujeto con el niño. A continuación, la relación del sujeto con el niño está hecha de ese descubrimiento de lo que es el objeto del deseo de la madre. En lo que para la madre significa su deseo, la función privilegiada del falo.

Para los dos sexos hay una etapa (fálica) donde para los dos sexos, el tema del otro deseante está absolutamente ligado a la posesión del falo.

Lo que Freud plantea ahí es un significante pivote alrededor del cual gira toda la dialéctica de lo que el sujeto debe conquistar de sí mismo, de su propio ser, se trata ahí de un significante y no de otra cosa,

En el interior del sistema significante, el nombre del padre tiene la función del conjunto del sistema significante, aquel que significa, que autoriza al sistema significante a existir, que hace de ello la ley. En el sistema significante, debemos considerar que el falo entra en juego a partir del momento en que el sujeto tiene que simbolizar como tal, en esta oposición del significante con la significación.

Lo que importa al sujeto, lo que él desea, el deseo en tanto que deseado, lo deseado del sujeto, cuando el neurótico o el perverso tiene que simbolizarlo, esto es literalmente con la ayuda del falo. El significante de lo significado, en general es el falo. Esto es esencial. Este falo es lo que entra en juego desde el primer abordaje del sujeto con el deseo de la madre. Este falo está velado, y permanecerá velado hasta el fin de los siglos porque él es un significante último en la relación del significante con el significado. Hay pocas posibilidades de que él no se devele de otro modo sino bajo su naturaleza de significante, es decir que jamás se revele verdaderamente más que en tanto que significante. El significa.

El deseo de la madre, aquí, ya no es el objeto de una búsqueda enigmática en la que el sujeto tiene, en el curso de su desarrollo, que trazar ese signo, el falo, para que ese falo entre en la danza de lo simbólico, y sea enseguida el objeto de la castración, y luego le sea devuelto bajo otra forma. Estamos en el momento en que él está confrontado con el lugar imaginario donde s sitúa el deseo d la madre, y este lugar está ocupado.

Cuánto la aparición de un hermanito tiene un papel verdaderamente crucial en la evolución de cualquier neurosis. Es en tanto que esa relación viene al lugar de lo que necesita un muy otro desarrollo, un desarrollo de simbolización, y que eso lo complica, y que necesita una solución completamente diferente, es por eso que esta relación al hermanito o a la hermanita, al rival cualquiera, toma su valor decisivo.

¿Qué vemos aquí en el caso del fantasma llamado masoquista?

Este sujeto está abolido sobre el plano simbólico. Es en tanto que es una nada de nada, que es algo a lo cual se rehúsa toda consideración en tanto que sujeto, que el niño encuentra en este caso particular el fantasma de fustigación. Es en virtud de eso, y por eso, que el niño va a lograr esta solución del problema a este nivel.

Es efectivamente de un acto simbólico que se trata, lo que sucede en este nitro, ocurre en el sujeto mismo que se cree alguien en la familia. Un sólo pescozón, nos dice Freud, basta a menudo para precipitarlo de su omnipotencia. Se trata de un acto simbólico, y la forma en que entra en juego en el fantasma, a saber el látigo, la vara, tiene algo que lleva en sí el carácter y la naturaleza sobre el plano simbólico, se expresa por una raya, por algo que barra al sujeto. Es antes de ser algo distinto, algo que pueda atribuirse a una relación de alguna manera física del sujeto con aquel que se abre; es ante todo algo que lo raya, que lo barra, que lo abole, que algo significante interviene.

Esto es tan verdadero, que cuando el niño más tarde vuelve a encontrar efectivamente el acto de pegar, cuando en la escuela él ve ante si a un niño pegado, no lo encuentra para nada divertido. Eso le inspira algo del orden d una aversión, un volver la cabeza a otra parte. El sujeto está forzado a soportarlo, pero no está allí para nada, se mantiene a distancia de ello. El sujeto esta muy lejos de participar en lo que sucede realmente cuando es confrontado con una cadena efectiva de fustigación. Y también en los fantasmas el placer mismo de este fantasma está manifiestamente ligado a su carácter poco serio, inoperante, que no atenta a la integridad, real ni física del sujeto. Es precisamente su carácter simbólico lo que está erotizado, y esto desde el origen.

Este fantasma, en el segundo tiempo, es precisamente eso lo que es el enigma. Esa es la esencia del masoquismo, es en el cambio de sentido de este fantasma como tal, cómo ese algo que ha servido para denegar el amor, es eso mismo que va a servir para significarlo.

El carácter fundamental es la existencia del látigo, hagamos de eso algo que es un significante, aquel que tiene el látigo ha sido desde siempre el director, el gobernador, el maestro (o el amo)

Esto, en el segundo tiempo, manifiesta en su duplicidad igualmente el mensaje, pero un mensaje que no llega. Es éste: mi padre me pega, no llega al sujeto. el mensaje que en un momento ha querido decir: el rival no existe, él no es nada de nada, es lo mismo que quiere decir: tú existes, e incluso eres amado. Es lo que sirve en ese momento bajo la forma, regresiva o reprimida. es eso lo que sirve de mensaje, pero que no llega.

Este tiempo enigmático, esa es toda la esencia del masoquismo, y a partir del momento en que Freud ha abordado el problema del masoquismo como el más allá del principio del placer,

Ahí tenemos pues el mensaje, el que no llega al lugar del sujeto, y lo único que queda como un signo, es el material del significante, este objeto, el látigo, que permanece. Queda como un signo hasta el fin, hasta el punto que queda como un signo por volverse el pivote, el modelo de la relación con el deseo del otro, puesto que a continuación el fantasma último, el que queda, cuyo carácter de generalidad nos está bien indicado por la desmultiplicación indefinida en ese momento de los sujetos, quiere decir esto: mi relación con el otro, los otros, con el pequeño a, mi relación con ellos, en tanto que esa relación es una relación libidinal, está ligada a que los seres humanos están todos bajo la férula, que para el ser humano entrado en el mundo del deseo, esto es sufrir de parte de algo que existe más allá, que lo llamemos el padre, es la Ley, lo q demuestra esta tercer fase es la función del fantasma terminal, manifestar una relación esencial del sujeto con el significante.

Recordemos lo que Freud nos aporta en lo concerniente al masoquismo. lo que introduce de nuevo el más allá del principio del placer, que si consideramos el modo de resistencia o de inercia del sujeto en una cierta intervención curativa normativa, normalizarte, somos llevados a articular de manera absoluta el principio del placer como esa tendencia de todo lo que es la vida, a retornar a lo inanimado. El último resorte de la evolución libidinal, es retornar al reposo de las piedras.

Lo que se presenta a la vez como paradojalmente nuevo, una especie de extensión del principio del placer, a saber el placer caracterizado por el retorno a cero de la tensión. En efecto, no hay más radical retorno a cero que la muerte.

Es suficiente que una persona como Bárbara Low le proponga un término, tan mediocremente adaptado como Nirvana Principle, para que Freud le dé su sanción.

Si el Nirvana Principle es pues la regla y la ley misma de la evolución vital como tal, Freud lo reconoce.

a partir del momento en que hemos admitido que el principio del placer es retornar a la muerte, que el placer efectivo hacer creer a los sujetos, que es por su placer que están ahí, a saber que el velo de Maya no nos conserva con vida sino gracias al hecho de que nos engaña, y luego entonces más allá, la posibilidad de alcanzar, sea el placer, sea unos placeres por hacer todo tipo de rodeos, principio de realidad.

Este, es el más allá del principio del placer, y no le es preciso a Freud nada menos que eso para justificar la existencia de la reacción terapéutica negativa. ella se manifiesta por todo tipo de cosas extraordinariamente molestas, y articuladas, de puestas dobles.

El más allá del principio del placer, es que hay ese término último de la aspiración al reposo y a la muerte eterna. con lo que tenemos que vérnoslas en eso, es en tanto que eso se hace reconocer, que eso se articula en las últimas resistencias con las que tenemos que vérnoslas en esos sujetos más o menos caracterizados por el hecho de haber sido niños no deseados, en esa irresistible pendiente al suicidio, en ese carácter completamente especifico de la reacción terapéutica negativa, por el hecho de que cuanto más se articula para ellos lo que debe hacerlos aproximarse a su historia de sujeto, cada vez más ellos se rehúsan a entrar en el juego, ellos quieren salir de él. No aceptan ser lo que son, no quieren esta cadena significante en la cual no han sido admitidos por su madre más que a su pesar.

Está ahí como, no solamente deseo de reconocimiento, sino reconocimiento de un deseo, algo que se articula. El significante es su dimensión esencial, y cuanto más se afirma el sujeto con la ayuda del significante como queriendo salir de él, más vuelve a entrar y se integra a esta cadena significante y deviene él mismo un signo de esta cadena significante. El es abolido, es más signo que nunca, por la sencilla razón de que es precisamente a partir del momento en que el sujeto está muerto que se vuelve un signo eterno para los demás, y los suicidas más que otros.

En el más allá del principio del placer, el acento sobre el deseo de reconocimiento como constituyendo nuestra relación con el sujeto. esa relación fundamental del sujeto con la cadena significante

Este pretendido objetivo que seria la reducción a la nada de ese algo que se habría elevado y que seria la vida, ese dolor de ser es algo que le parece verdaderamente fundamental, como ligado a la existencia misma del ser viviente.

Pero la relación del sujeto con el significante, en tanto que le es solicitado que se constituya en el significante, y que cada tanto él se rehúsa a ello, él dice no, no seré un elemento de la cadena, ¿pues qué es lo que hace a cada instante en que se rehúsa a pagar una deuda que él no ha contraído? El no hace más que perpetuarla, por sus sucesivos rechazos, está siempre más atado a esta cadena significante. Es a través de la necesidad eterna de repetir el mismo rechazo, que del inconsciente se manifiesta bajo la forma de la reproducción sintomática.

a partir del momento en que el significante es introducido, su valor es fundamentalmente doble, el sujeto puede en tanto que él mismo, sentirse afectado como deseo, porque después de todo ahí está él, no es el Otro -el Otro, con el látigo está abolido-, sino él, en contacto con el látigo imaginario, significante, él se siente como deseo, obstinándose en lo que como tal lo consagra y lo valoriza profanándolo, incluso hay siempre en el fantasma masoquista ese lado degradante, profanatorio que al mismo tiempo indica la dimensión del reconocimiento, y ese modo de relación con el sujeto prohibido (interdit), relación con el sujeto paterno. Eso es precisamente lo que constituye el fondo de la parte desconocida del fantasma del sujeto.

En tanto que una parte de la relación viene a entrar en enlace con el Yo del sujeto como tal, que pueden adquirir su organización y su estructura los fantasmas consecutivos. se constituye la realidad entre el objeto materno primitivo y la imagen del sujeto, que vienen a situarse todos esos otros en tanto que son el soporte del objeto significativo, es decir del látigo. En ese momento el fantasma en su significación, en tanto que niño pegado, en tanto que deviene a partir de ese momento la relación al Otro, con el Otro del que se trata de ser amado, en tanto que en suma él mismo no es reconocido como tal, se sitúa en alguna parte por ahí en la dimensión simbólica entre el padre y la madre, entre los cuales por otra parte él oscila efectivamente.

La relación del hombre con la mujer y de la mujer con el hombre especialmente, es una relación de la que se dice sin más que comporta de parte de la mujer un cierto masoquismo. Esto representa uno de esos tipos de errores de perspectiva característico al que nos conduce todo el tiempo no sé qué deslizamiento en una especie de confusión o de camino trillado de nuestra experiencia. No es porque los masoquistas manifiesten en sus relaciones con su partenaire algunos signos o fantasmas de una posición típicamente femenina, que, inversamente, la relación de la mujer con el hombre es una relación masoquista. la noción de las relaciones de la mujer con el hombre como siendo las de alguien que recibe golpes, es algo que bien puede ser una perspectiva de sujeto masculino, en tanto que la posición femenina le interesa. Pero no es porque el sujeto masculino en ciertas perspectivas, ya sean las suyas o las de su experiencia clínica, perciba un cierta enlace entre la toma de posición femenina, es algo que tiene más o menos relación con el significante de la posición del sujeto, para que efectivamente eso sea una posición radical y constitutivamente femenina. Les hago esta observación a propósito de lo que se llama masoquismo femenino. Es extremadamente importante hacer una corrección parecida.

Seminario 10. La angustia. Clase 5. del 12/12/62

-el psan cuestiona el deseo d conocer.

-en psan la curación s da por añadidura. Nuestra justificación y nuestro deber son el d mejorar la posición del sujeto. Nuestro instrumento es el plano d la verdad.

-tres puntos donde la dimensión del Otro resulta dominante:

ü Demanda del Otro

ü Goce del Otro

ü Deseo del Otro: corresponde a la interrogación del analista.

En la dimensión del Otro tenemos nuestro lugar, lugar eficaz si no s lo limita.

Sujeto-supuesto-saber: hay todo un campo donde d lo q nos constituye como campo nada sabemos. Es una ilusión engañosa. Considerado como constitutivo del sujeto q conoce es una ilusión, una fuente d error. La dimensión del sujeto supuestamente transparente en el acto d conocer solo comienza a partir d la entrada d un objeto, aquel q intenta circunscribir la imagen del cuerpo propio en la medida en q el sujeto tiene el sentimiento d hallarse ante un objeto q lo vuelve a él mismo sujeto transparente. Es la ilusión d la cc. Así s constituye el modelo primitivo de conocimiento d todos los objetos, a partir del reconocimiento d nuestra propia forma. El objeto d conocimiento será en o sucesivo construido, modelado según la relación con la imagen especular. Aunq hay momentos en donde aparece la dimensión d lo extraño, lo desconocido, lo q no s deja aprehender. Ante esto el sujeto vacila. Ese resto, ese residuo no imaginado del cuerpo, no abarcado por el conocimiento, viene a ocupar el lugar d la falta, por no ser especular deviene ilocalizable. Tal carencia d ciertos puntos d referencia es una dimensión d la angustia.

Para q la reacción d angustia s produzca s hacen precisas dos condiciones:

1-q el déficit sea limitado para q el sujeto lo circunscriba a la experiencia a la q es sometido, y q aparezca en ese lugar una laguna en el campo objetivo. Surgimiento d la falta bajo una forma positiva.

2-es bajo el efecto d una demanda q se produce el campo d la falta.

-angustia d la pesadilla es experimentada como la del goce del Otro. Hace sentir todo su peso d extraño goce, q nos aplasta bajo su goce. S manifiesta en la dimensión del enigma, como figura cuestionadora.

-ste: huella borrada. ¹ animal: no hace huellas falsas para hacernos creer q son falsas o falsamente falsas, aquí s presentifica un sujeto. Así la huella s convierte en ste. Lo q alimenta la emergencia del ste es la intención d q el Otro no sepa. El ste revela al sujeto, pero borrando su huella. El sujeto aparece como “no sabido” o icc.

-nuestra relación angustiada con el objeto perdido. No significa q no está allí, sino q no sabemos reconocerlo. En la histeria la angustia aparece porq esas faltas son desconocidas. El obsesivo quiere reencontrar bajo el ste al signo, quiere volver nula y sin valor la inscripción d la historia.

-la angustia esta ligada al hecho d q toda demanda, siempre tiene algo d engañoso en relación al deseo, lo q explica el efecto angustiante q tiene el hecho d q esa falsa demanda sea colmada. Ya q la demanda está articulada por stes, no debe ser tomada como tal, al pie d la letra, es una demanda falsa. Con el colmamiento total d cierto vacío a preservar (el deseo), surge la angustia. La demanda viene a ocupar el lugar d lo q falta, el a, el objeto. el objeto parcial s trata d algo no articulado, en cada etapa (oral, anal, fálica) queda un residuo no significable en el registro articulado.

-pensamiento científico teme al horror, al vacío. S precisa el vacío para q puedan situarse los objetos.

Seminario 10. Clase del 12/06/63

-La angustia yace en la relación donde el sujeto s encuentra ante el deseo del Otro.

-el análisis tiene el objetivo el descubrimiento d un deseo.

-el a no es el objeto d deseo, aquel q s busca revelar en un análisis, sino su causa. (a®S) si la angustia marca la dependencia del Otro, el deseo s ve suspendido d esa relación por medio del a.

-la función d la causa del deseo es observable en el síntoma: por ej en el obsesivo.

El no cumplimiento de la compulsión conduce a la angustia. El síntoma s constituye se vuelve abordable para el análisis cuando el sujeto:

ÞLo advierte como tal. Y como el obsesivo no repara en sus obsesiones, no las considera síntomas, el primer paso del análisis es q el sujeto los advierta como tales, para poder hablar d ellos.

ÞSuponga q hay una causa. Para q el síntoma salga del estado d enigma q aún no estaría formulado, el paso no es q s formule, sino q s le suponga una causa. Así la implicación del sujeto en su conducta se quiebra.

Los síntomas en el obsesivo s reconducen al retorno del deseo del Otro, en tanto q en él s encuentra reprimido. Para cubrir el deseo del Otro el obsesivo recurre a su demanda. El evitamiento es la cobertura del deseo, el objeto como causa s sitúa donde la demanda domina, en el estadio anal, donde a es el excremento en tanto demandado. Relación del objeto anal como causa del deseo con la demanda q lo requiere.

Dimensión d la causa: indica la emergencia, la presentificación del a, en torno del cual debe girar el análisis d la tf. El a es el único objeto del análisis d tf. Cuanto menos identificable es la causa, más “causado” aparece todo.

-a: resto d la constitución del sujeto en el lugar del Otro, en tanto s constituye como sujeto hablante, $, como sujeto d la falta.

El síntoma resulta implicable en el proceso d la constitución del sujeto en cuanto tiene q efectuarse en el campo del Otro, la implicación d la causa en el advenimiento sintomático. La causa está implicada en el síntoma, pero el síntoma no es el efecto, es el resultado, el efecto es el deseo. El efecto d esa causa a no es efectuado (no es causado) por eso es extraño. S sitúa como una falta d efecto. El vacío entre la causa y el efecto a medida q es llenado por el “progreso d la ciencia”, hace desvanecerse la función d la causa.

Definición d clínica psicoanalítica

“La clínica psicoanalítica es lo real en tanto que (él, lo real) es lo imposible d soportar. El inconciente es a la vez la huella y el camino por el saber q constituye: haciéndose un deber repudiar todo lo q implica la idea d conocimiento.”

 

Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis (1953)

Los problemas actuales del psan s describen en tres encabezados:

a-Función d lo imaginario o d las fantasías, en la experiencia y en la constitución del objeto en los distintos estadios del desarrollo psíquico. Sanción simbólica q s les da a las fantasías en su interpretación.

b-noción d las relaciones libidinales d objeto.

c-importancia d la ctf y d la formación del psicoanalista. El ser del analista como elemento no despreciable en los efectos d análisis.

Estos tres problemas tienen un rasgo común: la tentación del analista d abandonar el fundamento d la palabra.

-una vuelta al estudio en el q el psicoanalista debería ser maestro: las funciones d la palabra.

-la técnica no puede ser comprendida, ni por eso tampoco correctamente aplicada s se desconocen los conceptos q la fundan: deben orientarse en un campo d lenguaje y s ordenan a la función d la palabra.

-el médium del psan es la palabra del pcte. Toda palabra llama a una respuesta. No hay palabra sin respuesta, aunq no sea más q el silencio, con tal d q tenga un oyente, y este es el meollo d su función en el análisis. Cuanto más el analista ignore este hecho, más será llamado por esa palabra y buscará más allá d la palabra una realidad q colme ese vacío, por ej analizando el comportamiento de pcte, para encontrar allí lo q él no dice.

-frustración: una respuesta del analista a la palabra vacía puede ser más frustradora q el silencio. La frustración es inherente al discurso: desposesión d su ser, apuntalamientos y defensas q no logran sostener la estatua, advierte q ese ser es su obra en lo imaginario, y q esa obra defrauda en él toda certidumbre. Esto se produce porq al relatarle, al reconstruir su “obra” para otro (el analista), encuentra la enajenación q la destina a ser hurtada por otro. Este ego es frustración en su esencia, no d un deseo, sino d un objeto donde su deseo está enajenado y q cuanto más s elabora más s ahonda el sujeto en la enajenación d su gozo. No hay respuesta adecuada a ese discurso, porq el sujeto tomará como d desprecio toda palabra q s comprometa con su equivocación.

-agresividad: puede responder a toda intervención q, denunciando las intenciones imaginarias del discurso, desarma el objeto q el sujeto ha construido. Es un efecto d la frustración analítica.

-el arte del analista debe ser el d suspender las certidumbres del sujeto, hasta q se consuman sus últimos espejismos, al contrario d una captura del sujeto en una objetivación d su estatua, en un estatuto renovado d su enajenación.

-por vacío q parezca el discurso no lo es más q tomado en su valor facial. Incluso aunq no comunique nada, el discurso representa la existencia d la comunicación, afirma q la palabra constituye la verdad, incluso si está destinado a engañar especula sobre la fe en el testimonio.

-es una puntuación afortunada la q da su sentido al discurso del sujeto. Por eso la suspensión d la sesión, no debe ser indiferente a la trama del discurso y desempeña en él el papel d escansión q tiene todo el valor d una intervención.

-regresión: actualización en el discurso d las relaciones fantaseadas restituidas por un ego en cada etapa d la descomposición d su estructura. Esta regresión no es real.

-el único objeto q está al alcance del analista es la relación imaginaria q le liga al sujeto en cuanto yo.

-la palabra y el lenguaje son los fundamentos d la experiencia psicoanalítica.

-el análisis d las resistencias no da cuenta d la intersubjetividad d la palabra. Por ej Freud, en el caso del hombre d las ratas, lejos d desconocer las resistencias, la usa como una disposición propicia a la puesta en movimiento d las resonancias d la palabra, s sirve d ella para implicar al sujeto en su mensaje.

-para q el mensaje del analista responda a la interrogación del sujeto, es preciso q el sujeto lo oiga como la respuesta q le es particular.

Más allá del principio de realidad

·Revolución del método freudiano:

-el testimonio q da el sujeto mismo d su realidad. Valor del testimonio del enfermo. Si se desea reconocer una realidad propia a las reacciones psíquicas, no hay q elegir entre estas, hay q comenzar por no elegir.

-la experiencia analítica tiene dos leyes o reglas d la experiencia:

ü ley d no omisión (regla fundamental), q se complementa con la

ü ley d no sistematización: plantea la incoherencia como condición d la experiencia. Le otorga significación a los desechos d la vida mental: sueños, lapsus del lenguaje y fallas d la acción.

Estas dos leyes se condensan en una sola: ley d la asociación libre.

·Descripción fenomenológica d la experiencia psicoanalítica:

Lo dado d la experiencia es el lenguaje. el psicólogo lo relaciona con el sujeto de conocimiento, con el pensamiento. Pero el psicoanalista para no desligar la experiencia del lenguaje d la situación q implica, la del interlocutor, s atiene al hecho d q el lenguaje, antes de significar algo, significa para alguien. Por el hecho d estar presente y escuchar, ese hombre q habla se dirige a él (el analista) y puesto q le impone a su discurso el no querer decir nada, queda en pie lo q ese hombre quiere decirle. Lo que dice puede “no tener sentido alguno”, lo que le dice encubre uno. El oyente lo experimenta en el movimiento de responder, al suspender la respuesta comprende el sentido del discurso, reconoce allí una intención, cualquiera sea esta, q representa cierta tensión d la relación social.

Apertura d la sección clínica (1977)

¿Q es la clínica psicoanalítica? Es lo q se dice en un psan.

-la asociación no es en absoluto libre. El icc quiere decir q las asociaciones son necesarias.

-la clínica siempre está ligada a hacer acostar a alguien. El hombre en posición acostada cree q dice algo q merece decirse.

-el ste no significa nada. No hay un nexo necesario entre ste y sdo, hay una cristalización d sdo.

-la manera más clara q se manifiesta la verdad es la mentira.

-no vale la pena “terapiar” lo psíquico. No s trata d apurarse para curar, ni de convencer, ni se sugerir.

-el psicoanálisis no es una ciencia, no es una ciencia exacta.

Breve discurso a los psiquiatras (1967)

¿Qué lo impulsa a seguir este camino (d psiquiatra-psicoanalista)? La mayoría contesta: “el deseo d comprender a los enfermos”. Por lo q el loco sería alguien q no s lo comprende. No s debe creer q sea en el registro d la comprensión q el análisis deba jugar. El psan no es d ningún modo una técnica cuya esencia sea comprender, en el sentido jaspersiano, en el sentido d q el psan iría en el sentido d lograr una empatía con el pcte, para q este s nos vuelva transparente. Justamente el psan s propone demostrar q no somos transparentes a nosotros mismos.

El psan está hecho para destacar, para valorizar, no el sentido, en el sentido en q cuando hablamos creemos comunicar un sentido, sino en el sin-sentido, sobre el cual s fundan los hechos subjetivos. Es más bien en el terreno d la no-comprensión donde aparece algo valioso para el psan. Lo q se recoge d la experiencia analítica no es del orden d la intersubjetividad del sentido, o d la comprensión. Lo q se cree comprender justamente no s lo comprende nada.

El psiquiatra esta, quiera o no, concernido con el loco. Si no está concernido es porq s protege d esto interponiendo una barrera entre él y el loco. No s trata d lo afectivo o del impulso generoso o benefactor.

Si la cuestión del loco puede esclarecerse por el psan, eso será a partir d otro centramiento: lo q se llama relación primera. Relacion d concernimiento con el loco.

El icc está estructurado como un lenguaje, o no quiere decir nada. Es a título d ser interrogado por un analista q es un lenguaje. Un lenguaje no está hecho d signos, por lo q no tiene una relación directa con las cosas. Un signo es lo q representa algo, y para alguien. El lenguaje rodea a “la cosa”.

El lenguaje no está hecho para comunicar. Para qué sirve? Hace el sujeto. El otro no recibe nuestro mensaje tal cual fue emitido por nosotros. Del otro lado la frase no es la misma q se ha emitido, y esta “segunda” frase es la q importa. Es por eso q no s sabe lo q se ha dicho en última instancia. Lo q fabrica el lenguaje por ej es el deseo. Siempre s consideró q el deseo era algo a ser apartado para llegar al conocimiento.

Teoría del deseo: está fundada en una cierta manera d manejar y conectar entre sí unas letras minúsculas. Una combinatoria entre significantes en tanto q no son signos. Un ste es lo q representa a un sujeto (no para alguien sino) para otro ste. Este postulado es in-comprensible, es sólo para servirse d él. El ste sólo ahí adquiere su estatuto y a continuación por la relación con otro ste, el q inaugura la dimensión d la batería ste. El ste es anterior al sujeto. Esta función esta definida por un sujeto, en tanto no es el psiquismo, ni el conocimiento, es una dimensión del ser.

Hay sujeto solamente y únicamente después d q haya habido ste. Aparece antes q el sujeto porq está en la dimensión del Otro, como sitio y lugar del ste. Es un lugar definido como necesario para esta primaridad d la cadena ste. Y sólo hay verdad a partir del momento q hay ste. No hay ni verdad ni mentira si no hay ste. Es a partir del momento q el ste ha engendrado al sujeto y en q se ha inscripto en el campo del Otro q la dimensión d algo q s propone como una verdad, aunq sea mentira, q el Otro en ningún caso es garante d la verdad. Puesto q el Otro nada nos dice q es un sujeto.

La experiencia del análisis no es otra cosa q realizar lo q es esta función del sujeto. Eso abre a cierto efecto q muestra q lo q está primordialmente interesado d esta función del ste, predomina una dificultad, un agujero, una falla, una falta d esta operación ste, q está ligada en la articulación del sujeto en tanto q se afecta d un sexo. Es la confesión del sujeto en tanto afectado d un sexo lo q está concernido. Es porq el ste se muestra manifestando unos fallos electivos en ese momento, q conlleva el surgimiento en el nivel del deseo d el escamoteo simbólico, el escamoteo del órgano d copulación.

Castración: para q llegue a articularse en función del ste algo q lleve al sujeto sobre el plano sexual, es preciso q intervenga allí como faltante el ste q representa al órgano d la copulación.

La experiencia analítica debe tomar como punto d partida la primordialidad d la cadena ste en relación al sujeto, la experiencia q es la del sujeto en tnto q es determinado por todo lo q le ha preexistido d ste. El surgió d esos stes, del deseo d los padres, aunq sea por azar, él vino a caer allí. Por esto es q todo lo q le suceda, al menos al comienzo, va a depender d ese lugar q s llama en sus padres, el deseo, q se manifiesta en la existencia del Otro, como lugar ste, q es ahí donde él viene a caer, no es posible q eso no tenga una función determinante sobre todo lo q va a pasarle.

Por el hecho d q el deseo se ha formado en el lugar del Otro, es el deseo del Otro, no puede reconocerlo uno por sí mismo si no es con la ayuda del analista, esto es lo q justifica el análisis.

La sexualidad tiene una intrusión inesperada, obscena, desplazada, donde uno menos s la espera. Eso resiste. Lo q hace a la dificultad es q uno entra al acto sexual para revelarse como macho o hembra, por ej. es aquí donde comienzan las dificultades, en tanto q el acto es ste, y como tal pifia.

El objeto a: llega a ese lugar donde el órgano falta, hace q uno se percate d q eso falta. Relación d homotopía q hay entre la castración y la función q desempeñan cierto número d objetos. El objeto a es la fórmula gral d lo q se manifiesta en la determinación d la división del sujeto. Es un sujeto del cual una parte está velada, q se expresa en la estructura del fantasma, la q comporta otra mitad del sujeto y su relación al objeto a.

Primer efecto del lenguaje: una cierta participación del cuerpo en tanto q real.

En función d la dependencia primera d la cadena ste, queda allí fijado a algunos puntos. Es el sujeto en tanto dividido q está en una cierta relación con el objeto a (en el fantasma). Este objeto a tiene la propiedad d producir el deseo, en tanto q el deseo es lo q está soportado por esto q es la fórmula el fantasma. Si este deseo depende del deseo del Otro, esto es en la medida en q demanda d a minúscula. Lo q hace el lazo del deseo es q el a es siempre demandado al Otro (o, le pide lo q le falta). Los “hombres libres” son los locos, porq no demandan la a minúscula, ya la tienen, por ej en sus voces. Y esa es la razón por la q los psiquiatras se angustian ante los locos, porq son hombres libres. El loco no s sostiene en el lugar del Otro, porq él ya tiene a su disposición el objeto a (y por esta razón no hay interdicción ante el goce). Es la causa d sí mismo.

Lo q produce barrera entre el psiquiatra y el loco es q aquél considera a este un objeto d estudio, y q el psiquiatra está integrado a una cierta relación jerárquica, q lo coloca en una posición d autoridad, de dignidad, d defensa d una cierta posición q lo angustiaría ante el loco. Los psiquiatras conservan en su jerarquía algo del orden d una distancia en relación a un objeto, lo q imposibilita al psiquiatra tomar otro punto d vista. El psiquiatra s posiciona como sujeto d la ciencia.

-alienación: imposibilidad d elegir, s elige forzosamente la tontería.

Comentario del texto d A. Albert sobre el placer y la regla fundamental (1975)

-Ppio d placer: atemperar al estimulación. No hacer nada o hacer lo menos posible. Consiste en no tener nada d particular (síntomas).

-enunciación d la regla fundamental: esfuerza al trabajo al pcte, “hay q sudar bastante”, q implica llegar lo displacentero, por lo q entra en contradicción con el ppio del placer. Vale la pena errar en toda una serie d particularidades para q algo singular no sea omitido. Cuando s enuncia la regla s hace referencia a la particularidad, q desarregla el ppio d placer.

-goce: es la trampa. El superyó es el imperativo del goce, por eso es un aliado del analista.

-la lógica es lo único q permite un acceso a lo real.

universal/singular/particular:

·Universal: clase d elementos con la misma propiedad. Conjunto. Estructura.

·Particular: es una clase perteneciente al universal, es un subconjunto. El síntoma es la particularidad, es lo q nos hace a cada uno un signo diferente d la relación q tenemos en tanto seres hablantes con lo real. Si no hubiera simbólico, no habría síntoma. Es el síntoma lo q está en el corazón d la regla fdtal, ya q s insta al sujeto a que hable d lo q menos está dispuesto a hablar, d su síntoma, d su particularidad. El sujeto debe “errar” en su particularidad (su síntoma) para entregar algo singular (no lo da la estructura)

·Singular: s sustrae del universal, es original. Un destino, una suerte. Se ciñe por la vía del particular, del síntoma. Nuestra tarea consiste en hacer pasar al sujeto por ese agujero d lo q le es ofrecido a él como singular. El síntoma corresponde a una clase (por ej neurosis o psicosis) el desciframiento de cada síntoma es singular, es el sentido singular q el síntoma tiene para el sujeto, q se devela en el decir del pcte sobre su síntoma. El analista debe dejar d lado sus saberes particulares (sobre los síntomas, expectativas, prejuicios, etc.) para escuchar la singularidad del pcte, d otra manera s descubre lo q ya se sabe.