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Hist. Ec. y Soc. Gral. Resumen de los temas del 1er Parcial Cátedra: ferronato  2005  Altillo.com

HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL GENERAL

FERRONATO- 1º PARCIAL

Texto 1. El mercader medieval. Jaques LeGoff ----------------------------------- Pág. 2

Texto 2. Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Maurice Dobb -------------- Pág. 4

Texto 3. La transición del feudalismo al capitalismo. Maurice Dobb.--------------- Pág. 9

Texto 4. La llamada acumulación originaria, Karl Marx ---------------------------- Pág.13

Texto 5. La economía política de las relaciones internacionales, Tres ideología de la economía política ------------------------------------------------------------------------- Pág. 16

Texto 6. El origen de la revolución industrial ----------------------------------- Pág. 23

Texto 7. La revolución industrial -------------------------------------------------- Pág. 27

Texto 8. Los resultados humanos de la revolución industrial ------------------ Pág. 30

Texto 9, El nacimiento de la Alemania Industrial ------------------------------- Pág. 32

Texto 10. La segunda fase de la industrialización ------------------------------- Pág. 38

Texto 11. La economía cambia de ritmo ------------------------------------------ Pág. 43

 

Texto 1. La actividad comercial del mercader medieval. Jaques LeGoff

El texto habla sobre el mercader medieval italiano, en la Europa cristiana.

Entre los S. XI- XIII se da una revolución comercial.

REVOLUCIÓN COMERCIAL: directamente asociada al cese de las invasiones:

- Florece la producción o consumo

- La seguridad permite renovar la economía

- Las rutas se vuelven menos peligrosas con lo que se logra acelerar el comercio.

- Se da un aumento demográfico, debido a la disminución de la mortandad por accidentes y mejoras en la alimentación. Este aumento demográfico genera más consumidores, más productores y mano de obra

- Renacen por el comercio pacífico las ciudades con primacía de la función económica.

Hay 3 grandes centros donde tiende a concentrarse la actividad comercial en Europa

1. Mediterráneo (dominación musulmán) à ciudades comerciales poderosas: en Italia, y en menor grado en Provenzal y en España.

2. Mar del Norte (dominación eslavo escandinavo) à ciudades comerciales poderosas: Alemania del norte.

En el medio:

3. Europa del Noroeste: zona de contacto entre medio de las otras dos que añade la función de productora, industrial. Inglaterra del sudeste, Normandía, Flandes, Champaña y las regiones del Mosa y del bajo Rin.

 

El mercader errante

El mercader encuentra obstáculos naturales en los caminos de tierra y agua. En los de tierra por los rudimentario, las insuficiencias del transporte, la inseguridad, los impuestos, etc. Por ellos prefería las rutas navegables, sin embargo también tenía sus riesgos: naufragio, piratería, poca capacidad de transporte, poca velocidad. Aunque el costo del transporte por mar era infinitamente más barato que por tierra.

Las Ferias

Hacia el S. XIII la meta más importante del mercader eran las ferias de Champaña, que se sucedían a lo largo de todo el año. Eran un mercado casi permanente. Tanto mercaderes como habitantes gozaban de importantes privilegios allí, gracias a sus gobernantes. Sin embargo declinan a principios del S XIV, debido a la inseguridad en Francia (x guerra de los 100 años); el desarrollo de industria textil italiana (genera decadencia de industria textil flamenca); transformación de estructuras comerciales, nuevo tipo de comerciante: mercader sedentario.

Mercader sedentario

El mercader sedentario dirige desde la sede centra de sus negocios toda una red de asociados o empleados que hace inútil sus viajes. El problema que enfrenaba el mercader es el de buscar capitales al margen de sus propio negocios, es decir, obtener crédito. Esto se resuelve con la letra de cambio y préstamos marítimos.

Contratos y asociaciones

Contrato de commendaà relación de prestamista- deudor, son asociados ya que hay reparto de riesgo y beneficio.

a) Commenda pura y simple à Se anticipa al mercader el capital para el viaje. Si hay pérdida, el prestamista pierde y el deudor se queda sin trabajo. Si hay ganancia, recibe su capital y ¾ partes de los beneficios

b) Commenda societas o collegantia à Comendatario anticipa 2/3 del capital. Pérdidas se comparten proporcionalmente con el capital invertido y las ganancias 50% y 50%. En general se firmaba por1 solo viaje.

Contratos de sociedad à pueden resumirse en dos tipos:

1) Compagina: contratante se reparten riesgos, beneficios, pérdidas y esperanzas.

2) Socitas terrea: (parecido a commenda, pero más elasticidad en la mayoría de las cláusulas) Prestamista con todos los riesgos de pérdida, ganancias a medias.

Existen numerosos tipos intermedios que combinan diversos aspectos de ambos.

Las compañías están basadas en contratos que sólo unen a los contratantes por una operación comercial o por una duración limitada. Entre los siglos S. XII-XIV están fuertemente centralizadas y tienen a la cabeza a 1 o varios mercaderes, que poseen una serie de sucursales y están representados por empleados asalariados fuera de la sede principal donde residen ellos o los dirigentes. (lejos de la sociedad moderna, donde poseen una personalidad independiente de la de sus miembros). A partir del Siglo XV, aparecen las casas comerciales, descentralizadas. Es una combinación de asociaciones separadas con su capital aparte, cada una de las cuales tiene una sede geográfica propia. Así pueden desarrollarse verdaderos monopolios y carteles.

 

Mercaderes y poderes políticos

Entre los siglos XIV- XV existe un importante vínculo entre el gobierno y grandes mercaderes, debido a necesidades económicas de los príncipes. La prosperidad de los comerciantes italianos está relacionada con operaciones comerciales y financieras que realizaban a cuenta del papado, con lo que obtenían privilegios (exención de impuesto, participación en el gobierno, etc.) La legislación comercial beneficiaba ante todo al mercader. La intervención de la autoridad pública benefició a los mercaderes.

Progreso de los métodos en los S. XIV y XV

1) comercio marítimo: Se dividen y reparten los ingresos. “partes”= mercancías que se pueden vender, hipotecar, dar en commenda y hacer entrar en el capital de un asociación.

2) seguros: contrato de seguro por el cual los mercaderes confía mercancías a alguien que, a cambio de cierta suma pagada, se compromete a entregar la mercancía en determinado lugar.

3) Letra de cambio: Con el auge de la revolución comercial se vuelve a acuñar en Europa el patrón oro. En los pagos comerciales pasa a primer plano el problema del cambio (existencia de dos aptotes paralelos: oro y plata). La letra de cambio era una convención por la cual el dador suministraba una suma de dinero al arrendador y recibía a cambio un compromiso pagadero a término (operación de crédito), pero en otro lugar y en otra moneda (operación de cambio). Respondía a cuatro deseos eventuales del mercader y le ofrecía 4 posibilidades: 1) El medio de pago de una operación comercial, 2) El medio de transferir fondos entre plazas que utilizaban monedas distintas 3) Una fuente de crédito, 4) Una ganancia financiera al jugar con las diferencias y variaciones del cambio en las distintas plazas, siempre dentro del marco definido más arriba.

4) La contabilidad: numerosos registros. Contabilidad por partida doble. Los agentes eran un conjunto de contadores, comisionistas, representantes y empleados, que obedecían en el extranjero a mercaderes- banqueros sedentarios, quienes obtienen así información sobre al contabilidad, avisos y dan órdenes.

Las categorías de los mercaderes

El mercader se convierte en un intermediario: el corredor. Anuda contactos comerciales y financieros; procura alojamiento y almacenes, y, vive de las comisiones que le pagan por todos estos servicios.

A grandes rasgos se distinguen 3 categorías

1) Los Lombardos: Importantes capitales reunidos mediante la asociación familiar merced de depósitos de terceros. Préstamo de consumo a corto plazo. Presta sumas para el consumo persona y el deudor deja en prenda objetos personales.

2) Cambistas en metales: Banco o mesa a la vista en local que da a la calle. Cumplen dos funciones tradicionales: cambio de monedas, comercio de metales preciosos. En circunstancias exportan esos metales precisos. Introducen nuevas funciones: aceptación de depósitos y reinversión por préstamos. Se han convertido en banqueros, auxiliares indispensables de los mercaderes y de la gente acomodada.

3) Cambistas banqueros: actividad no especializada. Comercio de mercancías de toda clase. Exportación e importación a escala internacional. Comercio de letras de cambio.- aceptación de depósitos. Operaciones de crédito. Participación en varias sociedades. Ejercicio del negocio de seguros. A menudo son también productores, sus operaciones se realizan en sus casas, que con frecuencia son palacios.

¿Fue el mercader medieval un capitalista?

El mercader es un precapitalistas. El sistema económico social de la Edad media es el feudalismo. Los mercaderes contribuyeron a destruir las estructuras feudales. A partir de la evolución agrícola activada por la intrusión de capitales urbanos y por la ampliación de la economía mundial preparan el advenimiento del capitalismo.

Concentran los medios de producción en manos privadas y acelera el proceso de enajenación del trabajo de los obreros y de los campesinos formados en asalariados.

Sin embargo lo cierto es que la economía medieval es fundamentalmente rural. Pero el medieval: 1) por la masa de dinero que maneja, 2) por la extensión de su horizontes geográficos y económicos; 3) por sus métodos comerciales y financieros es un capitalista, así como también por su espíritu, su género de vida y el lugar que ocupa en la sociedad.

Fin!

Texto 2. Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Maurice Dobb

 

I- El término capitalismo

El término capitalismo ha recibido en la literatura histórica usos dispares sin un criterio aceptado en cuanto a su empleo. En la actualidad los especialistas han reconocido al capitalismo como categoría histórica, sin embargo, existe una diversidad en sus usos, lo cual puede conducir a un modo de interpretación y a un relato causal - genético diferentes. Si lo decisivo en cuanto al empleo del término capitalismo es, para nosotros, la regla que los propios hechos históricos nos imponen, entonces tiene que haber una definición que concuerde con la forma real que el desarrollo histórico posee.

Aclaración 1: capitalista vs capitalismo

El término "capitalista", poco tiene que ver con "capitalismo" como categoría de interpretación histórica. Ciertos economistas emplearon "capitalista" en un sentido puramente técnico (empleo de los métodos de producción indirectos o que acortan tiempo); y el término ha ido considerablemente asociado con un particular punto de vista acerca de la naturaleza del capital. Se requiere del origen económico y grado en que se emplean los instrumentos de producción, y no de su modo de apropiación. Como toda producción, exceptuada la más primitiva, siempre ha sido, en cierto grado "capitalista" en este sentido técnico, el término tiene escaso valor para fines de discriminación histórica.

Aclaración 2:

Poco más útil resulta otra concepción del capitalismo cuyo defecto es circunscribirlo a un lapso tan breve que separa fenómenos sociales cuyo parecido de familia es fortísimo. Según esto, capitalismo se identifica con el sistema de iniciativa individual absolutamente libre: un sistema en que las relaciones economices y sociales se reglan por contrato; en que los hombres se comportan como agentes libres en la búsqueda de su sustento y en que no hay compulsiones ni restricciones legales. Así se convierte virtualmente a "capitalismo" en sinónimo de un régimen de laissez-faire y, en ciertas acepciones del término, de un régimen de libre competencia. Si se circunscribe tan rigurosamente en el tiempo al capitalismo, ¿cómo caracterizaremos el sistema que le precedió y el que le siguió, tan semejantes a él en sus rasgos claves?

Existen tres significados sobre la noción capitalismo que se destacan por su influencia sobre la investigación y la interpretación histórica. Cada uno tiene una visión sobre el desarrollo histórico, fronteras temporales diferentes para el sistema, e implica un distinto relato causal de su origen y desarrollo.

1) Concepción idealista del espíritu capitalista, Sombart.

Buscó la esencia del capitalismo en la totalidad de los aspectos representados en el ESPIRITU que inspira la vida de toda una época. Existe un “espíritu” en diferentes épocas que crea diferentes actitudes económicas. Antes de existir una empresa capitalista existió un espíritu capitalista. Plantea que el capitalismo es un ESPÍRITU burgués de cálculo y racionalidad. El capitalismo surgió de ese espíritu embrionario. Se relaciona con al idea de lucro de Weber, como actitud que busca la ganancia racional y sistemáticamente. El espíritu capitalista es una síntesis de espíritu de empresa + espíritu burgués (cálculo y racionalidad). El hombre capitalista ve en el amasar capital el motivo dominante de la actividad económica, y subordina a este fin todos los aspectos de la vida. Pero, si consideramos que el capitalismo como forma económica es creación del espíritu capitalista. ¿Cuál fue la causa de su aparición en el escenario histórico?

2) Concepción esencialmente comercial

Identifica "capitalismo" la ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN para un mercado distante, una ruta del productor al consumidor. No es raro hallar esto estrechamente ligado a una definición de capitalismo como sistema de actividad económica dominado por un cierto tipo de motivo, el motivo de la ganancia; y la existencia de personas que para obtener una renta confían en la inversión de dinero. HAMINLTON vincula esta idea con el motivo de ganancia. Se entiende al capitalismo como SISTEMA COMERCIAL, como producción para el mercado, como un sistema económico de intercambio. Ve en la economía medieval el origen de capitalismo. Parecido a Sombart pero con una orientación diferente.

3) Concepción de Marx. (Las investigaciones de la historia económica moderna convergieron cada vez más hacia ella)

Se busca la esencia del capitalismo en un modo particular de producción. El capitalismo es un MODO DE PRODUCCIÓN, no sólo en su técnica sino en el modo de apropiación de los medios de producción y en las relaciones sociales, donde la fuerza de trabajo es una mercancía más. Tuvo su presupuesto histórico en la concentración de la propiedad de los medios de producción en manos de una clase que sólo constituía un pequeño sector de la sociedad y en el consiguiente surgimiento de una clase desposeída, que tenía en la venta de su fuerza de trabajo su única fuente de subsistencia. Esta última, realizaba la actividad productiva sobre la base de un contrato de salarlo. En esta definición no basta que haya poseedores de capital, por "lucrativo" que sea: tienen que emplear ese capital para extraer plusvalía a la fuerza de trabajo en el proceso de producción. Dobb adopta esta tercera definición.

De los tres sentido se va a emplear el último. ¿Por qué se rechazan los otros dos?

a) no son lo bastante restrictivos para circunscribir el término a una época determinado de la historia. Parece conducir inexorablemente a la conclusión de que casi todos los períodos históricos han sido capitalistas, al menos en cierto grado. El uso lucrativo del dinero no es exclusivamente moderno.

 

II- Sociedad medieval y sociedad moderna

Los sistemas jamás se presentan en la realidad en su forma pura. En todo período histórico aparecen elementos característicos tanto de períodos anteriores como posteriores. Pero cada período histórico es modelado bajo el influjo preponderante de una sola forma económica, más o menos homogénea, y se lo debe caracterizar de acuerdo con la naturaleza de este tipo predominante de relación socioeconómica.

Hay un punto decisivo en el desarrollo en que se produce un marcado cambio de dirección en la corriente de hechos (revoluciones sociales, transición de un sistema a uno nuevo). Es decir, el desarrollo se caracteriza por revoluciones periódicas.

Los sistemas socio económicos son determinantes de distintas etapas en el desarrollo histórico. Ello se debe a una cualidad de las situaciones históricas, el conflicto, que determina la homegeniedad de la estructura de toda una época y la inestabilidad intrínseca de períodos de transición. El agente principal de movimiento y cambio en las sociedades es el conflicto y la interacción de sus elementos clave (no de 1 solo), reacción en cadena. Una vez alcanzado cierto nivel de desarrollo e impulsados por cierta vía los diversos elementos constitutivos de esa sociedad, los acontecimientos se sucedan con inusual rapidez, no sólo en el sentido de un crecimiento cuantitativo, sino en el de una modificación en el equilibrio de los elementos constitutivos que determine la aparición de composiciones novedosas y de cambios más o menos bruscos en el tejido de la sociedad. La historia ha sido hasta hoy, la de las sociedades de clases, una clase o coalición de clase con intereses compartidos constituye la clase dominante y mantiene un antagonismo parcial o total hacia otra clase o clases. Ésta buscará mantener el modo particular de producción de que depende su obtención de ingresos empleando su poder. La historia de la civilización consistió en una sucesión de sistemas de clase, cada uno con su modo peculiar de extraer ingresos para su clase dominante.

En la historia económica europea encontramos una similitud de las principales etapas porque ha pasado el desarrollo económico. El interés compartido que constituye a un grupo social como clase no deriva de una similitud cuantitativa de ingresos sino que tiene que ver con las raíces del grupo, su relación como un todo con el proceso de producción y, por lo tanto, con otros sectores de la sociedad. La única relación que puede engendrar, en un caso, un interés compartido en preservar y extender un particular sistema económico y, en otro un antagonismo de intereses en torno a ello, ha de ser una relación con un particular modo de extraer y distribuir los frutos del trabajo sobrante. Como este trabajo sobrante constituye su alimento vital, toda clase dominante considerará necesariamente decisiva para su propia supervivencia su particular relación con el proceso de trabajo; y toda clase ascendente que aspire a vivir sin trabajar deberá considerar que su trayectoria, prosperidad e influencia propias, en el futuro dependerán de la adquisición de cierto derecho sobre el trabajo sobrante de los demás.

La sociedad medieval se caracterizó por la prestación compulsiva de trabajo sobrante impuesta a los productores, que conservaban la posesión de sus propios instrumentos. Sujetos a la tierra. En la sociedad moderna se da la relación entre obreros y capitalista con una forma contractual (contrato).

Transformación de sociedad medieval a moderna à

1) cambios tecnológicos y nuevos instrumentos de producción (redoblan la productividad del trabajo)

2) creciente división del trabajo

3) desarrollo del intercambio

4) progresiva separación del productor respecto de la tierra y de los instrumentos de producción y su aparición como proletario. (pasaje de una relación caracterizada por el "status" a otra caracterizada por el "contrato).

 

III- Origen del capitalismo

El desarrollo del capitalismo se escinde en cierto número de etapas. Dado que entendemos por "capitalismo" un modo específico de producción, su etapa inicial la encontramos sólo cuando sobrevienen cambios en el modo de producción, en el sentido de una subordinación directa del productor a un capitalista. La aparición de una clase de meros comerciantes no revestirá por sí misma significación revolucionaria. Como sus fortunas tenderán a ligarse al modo de producción existente, es más probable que se sientan inducidas a preservar ese modo de producción y no a transformarlo.

Por tanto, debemos situar la fase inicial del capitalismo en Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XVI y los comienzos del XVII, cuando el capital empezó a impregnar la producción en considerable escala, ya bajo la forma de una relación evolucionada entre capitalista y obreros asalariados, o bien bajo la forma menos desarrollada de la subordinación de artesanos domésticos (que trabajaban en sus hogares) por parte de un capitalista, propia del así llamado sistema de encargos. Un modo capitalista de producción y una clase especial de capitalistas específicamente ligada a él, no alcanzó importancia decisiva para el desarrollo social y económico hasta las últimas décadas del período Tutor

En el desarrollo del capitalismo a partir de entonces es evidente que hay dos momentos decisivos:

1. En el siglo XVII: las transformaciones políticas y sociales que introdujeron cierto grado de compromiso y reacción.

2. La revolución industrial de fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX, de importancia esencialmente económica. Representó el momento de transición de una fase primitiva y todavía inmadura del capitalismo (en la que el régimen de la pequeña producción precapitalista estaba siendo impregnado por el capital, subordinado a él, despojado de su independencia como forma de economía, pero en la que aún no había sido transformado enteramente), a una fase en que el capitalismo, sobre la base del cambio técnico, realiza su específico proceso de producción fundado en la unidad colectiva de producción de gran escala, la fábrica, con lo que se consuma el divorcio final entre el productor y su propiedad sobre los medios de producción (o lo que de ella le quedaba) y se establece una relación simple y directa entre capitalista y obreros asalariados.

Podríamos decir que existió un tercer momento decisivo, en realidad anterior a los otros dos, que señalaría la desintegración del feudalismo, período no feudal pero todavía no capitalista en lo relativo a su modo de producción. El S. XIV presenció la crisis del viejo orden feudal (basado en la servidumbre). El modo feudal de producción alcanzó una avanzada etapa de desintegración. Pero la desintegración del modo feudal ya había alcanzado una etapa lo suficientemente madura antes de que se desarrollara el modo capitalista de producción y esta desintegración no avanzo en íntima unión con el crecimiento del nuevo modo de producción en la matriz del antiguo. Los doscientos y tantos años transcurridos entre Eduardo III e Isabel tuvieron, carácter de transición. Una burguesía mercantil había alcanzado riqueza e influencia, pero se mantuvo en calidad de copartícipe, y no de antagonista, de la nobleza. Su aparición ejercitó escasa influencia directa sobre el modo de producción; obtenía sus ganancias aprovechando diferencias de precios en el espacio y el tiempo determinadas por la general inmovilidad de los productores y la escasez de sus recursos. La pequeña producción del trabajador, modo de producción que se había hecho independiente del feudalismo, no era todavía capitalista aunque contenía dentro de sí el embrión de relaciones capitalistas. Pero este tipo de economía seguía siendo un elemento subordinado de la sociedad y, estaba atada todavía de diversos modos a la autoridad señorial y subordinada a ella; si bien la mayor parte de las fincas se cultivaba con trabajo contratado, este se encontraba todavía sujeto a una considerable compulsión de facto y en buena parte era prestado por personas que aún consideraban al salario como una forma suplementaria --- y no exclusiva --- de subsistencia. La legislación del siglo XIV arrebató a los hombres la libertad de movimiento. Las relaciones sociales entre los productores y sus señores y amos conservaron, en el campo, mucho de su carácter medieval: y al menos el orden feudal se mantuvo en buena parte.

La historia del capitalismo y las etapas de su desarrollo no presentan necesariamente la misma cronología para diferentes partes del país o distintas industrias.

Lo significativo es la velocidad con que, en un sector dado, cierta cadena de cambios consecutivos se desarrolla luego de cierto acontecimiento decisivo. Se nos presenta así una importante distinción entre:

1) transiciones principales de una forma de hegemonía de clase a otra

2) aquellas transiciones menores, que señalan etapas dentro del transcurso de un sistema económico determinado donde una clase nueva, ligada a un nuevo modo de producción, se convierte en la clase dominante y desaloja del poder a los representantes del viejo orden económico y social. Sus consecuencias inmediatas serán aproximadamente simultáneas en toda el área.

El desarrollo del capitalismo estuvo asociado en las diferentes fases esencialmente a cambios técnicos que afectaron el carácter de la producción. Los capitalistas ligados a cada nueva fase tendieron a ser, inicialmente al menos, un estrato diferente de capitalistas de los que tenían su capital invertido en el tipo de producción más antiguo; gradualmente el capital se trasfirió de los viejos los nuevo. Con esto, cambian las relaciones sociales que constituyen la cáscara dentro de la cual crece el propio desenvolvimiento técnico. Todo cambio en las circunstancias que influyen sobre la venta de la fuerza de trabajo debe afectar vitalmente la prosperidad del sistema y, por lo tanto, el ímpetu de su marcha, las políticas social y económica de los dirigentes de industria y hasta el tipo de organización social y del progreso de la técnica.

Parece haber, al menos prima facie, indicios para establecer una conexión entre los períodos en que el Estado en una sociedad clasista tiende a una gran regulación económica y períodos de escasez de mano de obra, real o supuesta. Al parecer los dos principales objetivos que provocaron la intervención del Estado, fueron: imponer un monopolio a favor de un grupo de capitalistas o reforzar las ataduras de disciplina del trabajo, y cabe esperar que, en una sociedad capitalista, los esfuerzos del Estado por controlar salarios y restringir la libertad de movimientos del obrero serán mayores si está agotada la reserva de trabajo que cuando ella es abundante. La libertad florece en grado máximo bajo el capitalismo cuando por existir un proletariado superabundante, el modo de producción está seguro; mientras que cuando la oferta de trabajo supera la demanda y el modo de producción capitalista pierde estabilidad y se vuelve menos lucrativo como fuente de ingresos, entonces se tiende a echar mano a la compulsión legal.

HIPOTESIS DE DOBB à el capitalismo es más liberal cuando sobra la mano de obra y más estatista cuando falta

El capitalismo ha sido representado a veces en lucha constante por la libertad económica, pues sólo en ausencia de regulaciones y controles podría encontrar condiciones de expansión favorables. Pero este cuadro se asemeja poco al verdadero. Si bien en sus comienzos el capitalismo hizo la guerra a los privilegios, a los monopolistas de gremios artesanales y corporaciones de mercadees que estorbaban su camino, no se mostró luego del todo adverso a aceptar privilegios económicos y regulación estatal de la actividad económica de interés propio.

Lo nuevo del capitalismo no son tanto las relaciones de intercambio, sino el carácter de la producción y las relaciones sociales que de él dependen.

 

Lo que la definición aquí presentada del capitalismo pone en relieve es que à

- cambios relativos al carácter de la producción y a las relaciones sociales de que él dependen, por lo general ejercitaron sobre la sociedad una influencia más profunda y poderosa que las modificaciones de las relaciones de intercambio per se.

- El comercio y el mercado también ejercitaron influencia recíproca sobre la producción y por ello tienen también papel protagónico. Fue en el comercio donde por primera vez surgió una burguesía, y el mercado configuró los moldes en que se instaló la industria. Son períodos de rápida expansión de mercados y de oferta de trabajo los períodos por excelencia de expansión industrial, de progreso tanto en la técnica productiva como en las formas de organización. Comparándolo con sistemas anteriores, no pueden caber dudas de que el capitalismo moderno ha sido progresivo en alto grado Pero esta influencia progresiva del capitalismo se debió a que su período de madurez estuvo asociado a una elasticidad de mercados poco común así como una anormalidad tasa de crecimiento de su oferta de trabajo

Parece desprenderse un corolario específico para el análisis económico: para comprender los movimientos más vastos del sistema económico en cualquier período, revisten más importancia las cualidades peculiares del sistema que las que pueda compartir con otros.

FIN!!!!!!!!!!!!

Texto 3- La transición del feudalismo al capitalismo. Maurice Dobb.

Se habla de FEUDALISMO como à

- un sistema de relaciones socio económicas.

- Sistema de producción basado en el trabajo de los siervos o de un campesino.

- Sistema de relaciones socioeconómicas bajo el cual el status económico y la autoridad estaban asociados con la tenencia de la tierra y en el que el productor directo (a su vez poseedor de algún terreno) tenía la obligación basada en la ley o el derecho consuetudinario, de dedicar cierta parte de su trabajo o de su producción en beneficio de su superior feudal

- Rigurosa sujeción económica de la gran masa del pueblo humilde a unos pocos poderosos. - Los nobles vivían siempre del trabajo de otros.

CAPITALISMO à

Sistema basado en el trabajo contratado.

TRANSICIÓN à 2 problemas fundamentales:

1) Causas-fuerzas que condujeron a la desintegración del sistema feudal de explotación al final del período medieval.

2) Proceso por el cual nació de esta desintegración el modo de producción burgués o capitalista, basado en el trabajo asalariado ¿Qué pasó en el medio?

Para responder utiliza el caso inglés, porque:

- Caso clásico del nacimiento del capitalismo

- En Inglaterra el sistema feudal se había impuesto previamente en su forma más compleja a consecuencia de la conquista normanda.

- Período largo entre la decadencia del feudalismo y maduración completa del capitalismo (dos siglos entre la decadencia del sistema feudal y la revolución burguesa + siglo y medio entre la revolución burguesa del S. XVII y la revolución industrial)

Problema 1 à

a) Explicación general: Comercio + economía monetaria = principal disolvente de la sociedad feudalà progenitores directos del capitalismo.

Feudalismo quedó minado, debilitado y destruido por el desarrollo del comercio y de las relaciones monetarias que dieron lugar a trabajos por rentas de dinero y estimularon la producción de mercancías para un mercado amplio. La antítesis entre economía natural y monetaria, lleva a una influencia disolvente de la segunda sobre la primera. El comerció opera sobre el sistema de producción y explotación feudal. Se considera al feudalismo como un sistema esencialmente estable que hubiera seguido de no ser por el crecimiento del comercio. A partir de los beneficios acumulados del comercio, los pequeños capitales comerciales crecen hasta convertirse en grandes capitales; parte de este capital fluye hacia la producción (empleo de trabajo asalariado en la producción).

b) Críticas a la explicación general: tiene mucho de insatisfactorio

Para Dobb, el comercio no debe ser comprendido como un factor exterior a la sociedad feudal, sino como una de sus características, y por eso es erróneo suponer que puede desligárselo de la producción y hacerlo entrar en una contradicción violenta con ésta. Para Dobb la idea de que el desarrollo del comercio conduce al capitalismo es una equivocación. Todas las sociedades, desde las más primitivas, se han caracterizado por la existencia del comercio.

1. Explicación de la cronología del proceso. Si fue tan simple y directo, ¿por qué no se realizó en menos tiempo?

2. “economía monetario” vs “economía natural” como responsable de la disolución del capitalismo:

- formulación demasiado abstracta

- ignora la influencia de los conflictos y contradicciones internas en el modo de producción feudal (ej.: luchas y revueltas campesinas)

- la existencia del comercio y producción para el mercado no era inconsciente con la servidumbre como sistema de trabajo.

- El aumento del comercio y de las relaciones monetarias no actuó uniformemente como disolvente del sistema servil. Fue a menudo acompañado por una intensificación de la servidumbre.

3. La concepción del capital mercantil creciendo en la sociedad feudal, evolucionando hacia el capital industrial y convirtiéndose en el pionero del nuevo modo de producción basado en el trabajo asalariado es una simplificación y entra en conflicto con el papel real que cumplieron las grandes compañías y príncipes del comercio de la época. Hubo grandes familias comerciantes aliadas con la clase feudal dirigente y poderosas compañías comerciales que en defensa de sus derechos monopólicos, perseguían políticas que las situaba en conflicto con los interesados en el desarrollo de una industria manufacturera y que entorpecieron el desarrollo de ésta última.

El comercio alimenta a los comerciantes, a un estrato social de burguesía comercial; pero ésta se mantenía generalmente alejada de la producción, era ajena a ella.

Carácter del sistema de producción que constituía la base de la sociedad feudal à apropiación directa del excedente obtenido con el sistema de pequeñas explotaciones. à

La relación feudal consiste en la relación entre un señor y un campesino. El campesino posee una pequeña parcela de tierra propia, pero se ve obligado a trabajar de manera gratuitas para el señor feudal. à este trabajo es un tributo que el campesino paga debido a una coacción que el señor ejerce fundándose en su poder militar y político. à el cambio suponía una transición de lo que Marx llamó renta de trabajo a la renta de dinero, siendo ésta última aún una renta feudal sostenida por las leyes o las costumbres feudales, y en absoluto era una renta contractual derivada de un mercado libre de la tierra. à esto implicaba la existencia de un mercado y de algunos elementos de guanín economía monetaria, y que se estimulaba el cambio hacia rentas monetarias.

Revueltas campesinas à resistencia a presiones feudales à huída de las tierras à poderoso factor para promover la conmutación y estimular la decadencia real de los dominios señoriales à crisis general de la sociedad feudal en Europa occidental (XIV y XV) à La mejora en la situación de los productores y la ampliación de la producción simple de mercancías fue lo que iba a acelerar en estos siglos el proceso de diferenciación social dentro del modo de producción a base de pequeñas explotaciones, que iba a preparar el terreno del cual habían de surgir más tarde las relaciones de producción burguesas.

En la medida en la cual las revueltas tuvieron éxito à una parte del excedente obtenido con el modo de producción de pequeñas explotaciones se retuvo dentro de él, aumentando las posibilidades de que los campesinos arrendasen cantidades adicionales de tierra à la influencia de factores internos se interrelacionan con los factores como el crecimiento de las ciudades y del comercio.

Factor fundamental en la decadencia del feudalismo à lucha de los pequeños productores por liberarse de las servidumbres de la explotación feudal. à del proceso de diferenciación social (campesinos kulks ricos por un lado y braceros pobres por el otro) dio lugar a las relaciones burguesas de producción. à el nuevo modo de producción sólo pudo desarrollarse cuando la decadencia del antiguo había alcanzado una etapa bastante avanzada.

Dos caminos de la transición (Marx) à

1) el productor se convierte en comerciante y capitalista. Camino verdaderamente revolucionario.

2) El comerciante toma posesión de la producción directamente. No puede hacer mucho para derrocar el antiguo modo de producción, lo conserva y se sirve de él.

Extensión de la industria artesana à promovida por dos motivos:

1) una parte de los comerciantes que se encontraba a la cabeza de compañías empezaron a dirigir sus capitales hacia el estímulo de la producción doméstica artesana en el campo y los suburbios de las ciudades, según el sistema de “trabajo a domicilio”.

2) Los artesanos más prósperos establecieron sus propios contactos con el mercado y acumulando un pequeño capital, organizaron por sí mismos el trabajo artesano de campesinos pobres sobre bases de semi asalariados semisubcontratados.

Forma que el capitalismo adquirió en diferentes países à depende estrechamente de las estructuras sociales preexistentes.

Inglaterra y Francia à propiedad feudal de la tierra y servidumbre, se desintegraron ambas en el proceso de desarrollo económico, o fueron estructuralmente y categóricamente destruidas con la revolución burguesa.

Revoluciones de Europa Occidental à por medio de la independización y el ascenso de los pequeños productores de mercancías, así como por su diferenciación à liberaron una fuerza que conduciría al desarrollo capitalista.

Prusia y Japón à “emancipación” en el sentido opuesto. à organización de la propiedad feudal permaneció intacta y nos e desarrollaron las clases de campesinos libres e independientes, ni de burgueses medios à capitalismo debía surgir desde la base de una fusión más que de un conflicto con el absolutismo

Establecimiento del capitalismoà

Europa Occidental à forma 1 à productor se convierte en comerciante

Europa Oriental y Asia à forma 2 àcomerciantes se convierten en industrial.

La transición al capitalismo fue producto de cambios en las relaciones de producción: las luchas de los campesinos que hicieron que el feudalismo evolucionara hacia la renta de dinero. De este modo un pequeño grupo de campesinos se enriqueció y otro se convirtió en el futuro proletariado por la pérdida de sus tierras. Este proceso fue ayudado por su combinación con los cambios en las relaciones de intercambio: el verlag- sistem que suponía una intervención de los comerciantes. Pero el factor central debe analizarse en las relaciones de producción y no en las de intercambio (comercio).

FIN!!!!!!!!!!!

Texto 4- La llamada acumulación originaria, Karl Marx

El secreto de la acumulación originaria

El proceso à parece suponer una acumulación originaria previa a la acumulación capitalista, que es el punto de partida del modo de producción capitalista.

“En tiempo muy remotos había, por un lado, una elite diligente, y por otro una pandilla de vagos y holgazanes. Los primeros acumularon riqueza (riqueza de unos pocos) y los otros (pobreza de la gran masa) no tuvieron nada más que vender que su pellejo. De este “pecado original” arranca la pobreza de la gran masa y la riqueza de unos pocos.” (*)

En la historia real el gran papel lo desempeña la violencia. Los métodos

Versión de la economía política burguesa à (*)Origen idílico de la acumulación del capital à falsa.

Capitalismo à se basó en la conquista, la esclavización, el robo y el asesinato.

Dinero y mercancías à no son capital desde el principio à requieren ser trasformados para convertirse en capital à para ello se deben enfrentar y entrar en contacto dos clases de poseedores de mercancías:

a) propietarios del dinero, de medios de producción y subsistencia (valorizan el valor que se han apropiado)

b) Trabajadores libres, vendedores de la fuerza de trabajo propia. Libres y desembarazados de los medios de producción. No están incluidos directamente en los medios de producción ni tampoco les pertenece a ellos los medios de producción.

Proceso que crea a la relación del capital à proceso de escisión entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo à proceso que: 1) transforma en capital los medios de producción y subsistencia y 2) convierte a los productores directos en asalariados. à La llamada acumulación originaria es: el proceso histórico de escisión entre productor y medios de producción. à aparece como “originaria” porque configura la prehistoria del capital y del modo de producción correspondiente al mismo.

Proceso de escisiónà incluye una serie de procesos históricos de carácter dual:

a) disolución de las relaciones que convierten a los trabajadores en propiedad de terceros.

b) Disolución de la propiedad que ejercían los productores directos sobre sus medios de producción.

El proceso de escisión abarca toda la historia del desarrollo de la moderna sociedad burguesa. La expropiación que despoja de la tierra al trabajador, constituye el fundamento de todo el proceso. De ahí que debamos considerarla en primer término.

 

Expropiación de la población rural, a la que se despoja de la tierra.

Finales S XIV à desaparece la servidumbre à relación social básica en el feudalismo

Inglaterra à S. XV à inmensa mayoría de la población = campesinos libres que cultivaban su propia tierra, y disfrutaban del usufructo de la tierra comunal. à

En todos los países de Europa la producción feudal se caracteriza por la división de la tierra entre el mayor número posible de campesinos tributarios à El poder del señor feudal se fundaba en el número de sus súbditos que dependía de la cantidad de campesinos que trabajan para sí mismos, y no en la longitud de su registro de rentas.

Ultimo tercio del S XV, primeros decenios del XVI à bases del modo de producción capitalista à una masa de proletarios libres fue arrojada al mercado de trabajo por la disolución de las mesnadas feudales que en todas partes colmaban inútilmente casas y castillos. à el gran señor feudal, opuesto a la realeza y al parlamento, creó un proletariado muchísimo mayor al expulsar violentamente a los campesinos de la tierra à el rey y el parlamento adoptaron medidas contra las usurpaciones

Las quejas populares y la legislación que condenó la expropiación de los pequeños arrendatarios y campesinos, resultaron estériles por igual.

S. XVI à Reforma à proceso de expropiación violenta de las masas adquiere un nuevo y terrible impulso. à expoliación de bienes eclesiásticos

En la época de la Reforma, la iglesia católica era propietaria feudal de gran parte del suelo inglés. La supresión de los monasterios arrojó a sus moradores al proletariado. Los bienes eclesiásticos fueron objeto de donaciones a los favoritos del rey, o vendidos por un precio irrisorio a arrendatarios y residentes urbanos especuladores que expulsaron en masa a los antiguos campesinos tributarios. à Se abolió tácitamente el derecho, garantizado por la ley, de los campesinos empobrecidos a percibir una parte de los diezmos eclesiásticos.

El patrimonio eclesiástico configuraba el baluarte religioso de las relaciones tradicionales de propiedad de la tierra. Con la ruina de aquél, estas últimas ya no podían mantenerse en pie.

Últimos decenios del S. XVII à campesino independiente era más numeroso que la clase de arrendatarios.

1750 à campesino independiente (yeomanry) había desaparecido

Últimos decenios del S. XVIII à se habían borrado las últimas huellas de propiedad comunal de los campesinos.

Bajo la restauración de los Estuardos, los terratenientes ejecutaron de manera legal la usurpación que en el continente se practicó también sin formalidad legal. Abolieron el régimen feudal de tenencia de la tierra à indemnizaron al estado mediante impuestos sobre el campesinado y las demás masas populares, reivindicaron la propiedad moderna sobre las fincas de las que sólo poseían asentamientos.

La Gloriosa Revolución llegó al poder, con Guillermo III d Orange, a los fabricantes de plusvalor poseedores de tierras y capitales. Éstos perpetraron en escala colosal el robo de tierras fiscales. Estos predios fueron donados, vendidos a precios irrisorios o incluso anexados por usurpación directa a fincas privadas. Todo esto ocurrió sin que se observara ni en lo mínimo las apariencias legales. Los bienes fiscales, constituyen el principal fundamento de los actuales dominios principescos que posee la oligarquía inglesa. Los capitalistas burgueses favorecieron la operación, entre otras cosas para convertir el suelo en artículo puramente comercial.

Propiedad comunal à institución germánica antigua - subsistió bajo el manto del feudalismo à

A partir de fines del S. XV y durante el S.XV : violento despojo de propiedad comunal + la transformación de las tierras de labor en praderas destinadas al ganado à el proceso se efectúa como actos individuales de violencia.

S. XVIIIà la ley misma se convierte en vehículo del robo perpetrado contra las tierras del pueblo. à decretos mediante los cuales los terratenientes se donan a sí mismos, como propiedad privada, las tierras del pueblo.

Los campesinos libres son reemplazados por arrendatarios pequeños que podían ser desalojados con preaviso de un año.

Cuando la tierra cae en manos de unos pocos grandes arrendatarios, los pequeños arrendatarios se transforman en gente que tiene que ganarse el sustento trabajando para otros y se ve obligada a ir al mercado para buscar todo lo que necesita.

Efecto global de los inclosures à la situación de las clases populares inferiores ha empeorado en casi todos los aspectos; los pequeños terratenientes y arrendatarios se han visto reducidos a la condición de jornaleros y asalariados; y, al mismo tiempo, cada vez se ha vuelto más difícil ganarse la vida en esa condición. à el salario de los obreros agrícolas comienza a descender por debajo del mínimo, y ya no bastaba para satisfacer las necesidades vitales más elementales.

 

El último gran proceso que privó de la tierra al campesino fue el llamado “clearing of states” (despojamiento de las fincas, que consistió en realidad en barrer de ellas a los hombres). à Los trabajadores agrícolas ya no encuentran el espacio necesario para su propia vivienda ni siquiera en el suelo cultivado por ellos. à el suelo se transforma en propiedad privada

La expoliación de los bienes eclesiásticos, la enajenación fraudulenta de las tierras fiscales, el robo de la propiedad comunal, la transformación usurpatoria, practicada con el terrorismo más despiadado, de la propiedad feudal y clásica en propiedad privada moderna, fueron otros tantos métodos idílicos de la acumulación originaria. Esos métodos conquistaron el campo para al agricultura capitalista, incorporaron el suelo al capital y crearon para la industria urbana la necesaria oferta de un proletariado enteramente libre.

Fin!!!!!!!!!!

 

 

Texto 5. Tres ideologías de la economía política, Roberto Gilpin

Ideología à sistemas de pensamientos y creencias por medio de los cuales grupos e individuos explican cómo funciona su sistema social y a qué principios responde éste.

Ideología liberal, ideología nacionalista e ideología marxista à han dividido a la humanidad à conflicto entre las 3: centro en torno al papel y la significación del mercado en la organización de los asuntos morales y económicos. à Las 3 ideología difieren en un amplio espectro de cuestiones:

a. cuál es el significado del mercado para el crecimiento económico y la distribución de la riqueza entre los grupos y las sociedades

b. cuál debería ser el papel de los mercados en la organización interna y externa de la sociedad;

c. cuál es el efecto del sistema de mercado en los asuntos de la guerra y de la paz.

d. Etc.

Difieren fundamentalmente en su concepción de las relaciones entre la sociedad, el Estado y el mercado, y todas las controversias que se registran en el campo de la economía política internacional pueden reducirse a las concepciones diferentes de tales relaciones.

Se prefiere el término “ideología” a “teoría” porque cada una entraña un sistema completo de creencias respecto de la naturaleza de los seres humanos y las sociedades (semejante a paradigma de Kuhn).

Nacionalismo económico à (mercantilismo) àdesarrollado a partir de la temprana época moderna à defiende la primacía de la política sorbe la economía. Afirma que el mercado debería estar subordinado a los intereses del Estado à los factores políticos determinan, o al menos deberían determinar, las relaciones económicas.

Liberalismo à surge durante el Iluminismo a partir de los escritos de Adam Smith y otros autores à reacción contra el mercantilismo à afirma que la política y la economía existen al menos idealmente, como esferas separadas: los mercados, a favor de los intereses de la eficiencia, el crecimiento y la elección del consumidor, deberían estar libres de interferencias políticas.

Marxismo à aparece hacia mediados del S, XIX como reacción contra el liberalismo y la economía clásica à sostiene que la economía determina a la política à los conflictos políticos surgen de la lucha que se da entre las clases por la distribución de la riqueza à los conflictos políticos se acabarán cuando se eliminen el mercado y la sociedad de clases.

La perspectiva liberal

El liberalismo separa a la economía de la política, asumiendo que cada esfera funciona con reglas propias y una lógica también propioà por esto algunos afirman que no puede existir una teoría liberal de la economía política.

Valores a partir de los que surgen las teorías liberales de la economía y la política à la teoría económica liberal aboga por:

1. el mercado libre y por una mínima intervención del estado

2. la igualdad y la libertad individuales

El liberalismo ha asumido diversas formas: clásico, neoclásico, keynesiano, monetarista, austriaco, de las expectativas racionales. Estas variantes van desde aquellas que le dan prioridad a igualdad y tienden hacia la social democracia y el intervencionismo del estado a fin de lograr dicho objetivo, hasta aquellas que ponen el acento en la libertad y no intervensionismo del Estado a expensas de la igualdad social. à Sin embargo todas consideran al mercado y al mecanismo de precios como el medio más eficaz para organizar las relaciones económicas internas e internacionales.

El liberalismo es una doctrina y un conjunto de principios tendientes a organizar y manejar la economía de mercado a fin de lograr el máximo de eficiencia, el crecimiento económico y el bienestar individual. à Sostiene que el mercado surge espontáneamente a fin de satisfacer las necesidades humanas, y que una vez en funcionamiento actúa de acuerdo con su propia lógica interna.

La justificación de un sistema de mercado es que incrementa la eficiencia económica; lleva a su punto máximo el crecimiento económico y, a partir de ello, aumenta el bienestar humano. à Sostienen que el objetivo primordial de la actividad económica es beneficiar a los consumidores individuales. Su defensa del comercio libre y el mercado abierto se basa en el hecho de que éstos incrementan la variedad de bienes y servicios al alcance del consumidor.

Premisa fundamental del liberalismo à el consumidor individual, la firma o la empresa familiar son la base de la sociedadà los individuos se comportan racionalmente y tratan de mejorar o satisfacer ciertos valores al menor costo posible (costo/beneficio, medios/fines) à afirma que el individuo buscará alcanzar un objetivo hasta que se llegue a un equilibrio en el mercado, que los costos asociados a la obtención del objetivo se equiparen con los beneficios à intentan explicar el comportamiento económico humano a partir de los ideales de individualismo y racionalidad.

El liberalismo presupone la existencia de un mercado en el cual los individuos están perfectamente informados con lo cual pueden elegir la conducta más beneficiosa. à se crea una economía flexible ya que los productores y consumidores son altamente sensibles a los indicadores de precios. à en un mercado verdaderamente competitivo, los términos del intercambio están determinados exclusivamente por consideraciones relativas a la oferta y la demanda, y no por el ejercicio del poder o la coerción. à si el intercambio es voluntario, ambas partes se benefician.

Se cree que el comportamiento está gobernado por un conjunto de leyes económicas, las cuales son impersonales y políticamente neutras. , por lo que la economía y la política pueden y deben separase en esferas diferentes.

La economía de mercado está gobernada principalmente por la ley de la demanda, que sostiene que la gente comprara más cuando sus ingresos aumenten y menos cuando bajen. à desde el punto de vista de al oferta económica , los economistas liberales afirma que los individuos persiguen sus intereses en inmundo de escasez y de recursos restringidos. Cada decisión implica un determinado costo, no existe nada gratis.

La economía de mercado tiene una poderosa tendencia hacia el equilibrio y la estabilidad innatas, al menos a largo plazo, equilibrio que actúa por sí mismo y se autorregula. à un cambio tanto en al oferta como en la demanda de mercadería, producirá cambios correlativos en el precio de ésta. La técnica principal del moderno análisis económico, la estática comparativa, se basa en la idea de una tendencia hacia el equilibrio sistemático.

Para los liberales la búsqueda del poder y la riqueza son metas alternativas.

Otra de las ideas liberales à la competencia en el mercado de productores y consumidores, subyace una básica armonía de intereses en el largo plazo. La persecución del propio interés conduce a la optimización de la eficiencia, y el eventual crecimiento económico resultante beneficia a todos. à cada uno ganará de acuerdo con su contribución a al totalidad, no todos ganarán por igual ya que difiere la productividad individual.

La mayor parte de los economistas liberales contemporáneos creen en el progreso, es decir, el incremento de la riqueza per capita. Afirman que el crecimientote una economía que funciona correctamente es lineal, gradual y continuo. à no ven ninguna conexión necesaria entere el procesote crecimiento económico y acontecimientos políticos tales como la guerra y el imperialismos, ya que están determinados esencialmente por factores políticos y no económicos. à para ellos la economía es progresiva y la política regresiva, el progreso está divorciado de la política y basado en la evolución del mercado.

Subrayan el beneficio mutuo de la economía internacional.

Los liberales dan por sentado la existencia del hombre económico, una criatura racional que tiende al máximo provecho.

Los liberales creen que el comercio y el intercambio económico son la fuente de relaciones pacíficas entre las naciones, porque los beneficios mutuos del comercio y la creciente interdependencia entre las economías nacionales tienden a favorecer las relaciones de cooperación. Mientras la política tiende a dividir, la economía tiende a unir a los pueblos.

Pero a pesar de que todos se enriquecerían en términos absolutos bajo el sistema de libre intercambio, las ganancias relativas serían diferentes à este problema de ganancias relativas y distribución de las riquezas es el que dio origen al nacionalismo económico y al marxismo como doctrinas rivales.

La perspectiva nacionalista

El nacionalismo económico ha sufrido diversas metamorfosis en los últimos siglos. También han cambiado sus denominaciones: mercantilismo, estatismo, proteccionismo.

Concepción general à las actividades económicas están y deben estar subordinadas a la construcción del Estado y a los intereses de éste. Primacía del Estado, de la seguridad nacional, y del poder militar en la organización y el funcionamiento del sistema internacional.

Dos posturas básicas dentro de la concepción general à

1. Mercantilismo benigno: (posición defensiva) la salvaguarda de los intereses económicos nacionales es la condición esencial mínima para la seguridad y supervivencia del estado.

2. Mercantilismo maligno: (modalidad agresiva) ven a la economía internacional como campo propicio para la expansión imperialista y el engrandecimiento nacional.

El nacionalismo económico debe entenderse como un intento general de construir el Estado. Los economistas nacionalistas comparten ciertas convicciones respecto de la relación entre riqueza y poder:

1) la riqueza es un recurso absolutamente esencial para el poder

2) el poder es esencial o de gran valor como medio para adquirir o retener la riquezas

3) la riqueza y el poder son cada uno por sí mismos, adecuados fines últimos de la política nacional

4) a largo plazo, hay armonía entre estos fines, aunque en circunstancias particulares puede ser necesario hacer sacrificios económicos durante un cierto tiempo , a favor de la seguridad militar y en consecuencia, también de al prosperidad a largo plazo.

Para los nacionalista la búsqueda del poder y la riqueza son metas complementarias. Consideran que la lucha entre lso estados por obtener recursos económicos, es predominante e inherente a la naturaleza msima del ssitema internacional. Desde el momento en que los recursos económicos son necesarios para el poder de al nación, todo conflcito es tantoe cnómico como político. Los estados persiguen simultáneamente la riqueza y el poder nacional.

De acuerdo con su desarrollo en la temprana edad moderna, el nacionalismo económico reflejó y respodnió a lso acontecimientos políticos, económicos y militaresde los siglos XVI, XVII y XVIII:

- La emergencia de estados ancionales fuertes en constante competencia

- El asenso de una clase media

- El rápido desarrollo de las actividades económicas debido a los

- Los cambios dentro de Europa y al descubrimiento del nuevo mundo, con sus recursos.

- La evolución de una economía de mercado monetarizada y los cambios en gran escala de la naturaleza del arte de la guerra.

Objetivo mayor del nacionalismo à industrialización, porque:

1) creen que la industria tiene efectos de desborde (externalidad) en al totalidad de la economía y conduce a su desarrollo general

2) asocian la posesión de la industria con la autosuficiencia económica y la autonomía política

3) (lo más importante) valorizan la industria porque es la base del poder militar y resulta capital para la seguridad nacional.

En casi todas las sociedades, incluida al liberal, los gobiernos siguen políticas que favorecen el desarrollo industrial.

El nacionalismo económico surgen en parte de la tendencia de los mercados a concentrar la riqueza y a establecer relaciones de dependencia o de poder entre las economías fuertes y las débiles. En su modalidad más benigna intenta proteger la economía contra las fuerzas externas adversas, tanto económicas como políticas. Esta modalidad se registra a menudo en las economías menos desarrolladas o en economías avanzadas que han comenzad a declinar. En su modalidad más maligna el nacionalismo económico es la implementación de la guerra económica. Lo que prevalece fundamentalmente en las potencias en expansión. (ej. Alemania nazi)

En un mundo donde los Estados están en competencia, los nacionalcitas consideran que es más importante la ganancia relativa que la mutua. Todos aspiran a ser monopolios.

Los nacionalistas y los marxistas consideran las relaciones del comercio internacional como conflictivas. Los autores nacionalistas subrayan más la autosuficiencia que la interdependencia económica.

El nacionalismo económico ha adoptado formas muy diferentes en el mundo moderno. En respuesta a la Revolución comercial y a la expansión del comercio internacional, el mercantilismo clásico o financiero ponía énfasis en la promoción del comercio y en el superávit de la balanza de pagos.

Siguiendo a la revolución industrial, los mercantilistas industriales subrayaban la supremacía de la industria y las manufacturas sobre la agricultura.

Como consecuencia de la Primera y Segunda Guerra mundial, se dio un interés en la primacía del bienestar interno y del Estado Benefactor.

En las últimas décadas del presente siglo la creciente importancia de la tecnología avanzada se puede denominar competitividad de las políticas.

En todas las épocas, el deseo de poder y de independencia ha sido la preocupación fundamental del nacionalismo económico.

 

La perspectiva marxista

El marxismo ha evolucionado significativamente desde que Marx y Engels plantearon sus ideas básicas a mediados del siglo XIX.

A pesa de que Marx entendía al capitalismo como una economía global, no desarrolló un conjunto sistemático de ideas sobre las relaciones internacionales.

En el marxismo moderno se pueden discernir dos corrientes básicas:

1. marxismo evolutivos de la socialdemocracia (Bernstein y Kautsky) , que en Edmundo moderno ha perdido su definición propia y es casi imposible distinguirlo de la modalidad igualitaria del liberalismo

2. en el otro extremo, marxismo revolucionario (Lenin, Unión Soviética), esta variante es la más importante.

Elementos esenciales en el corpus total de los escritos marxistas:

1. acercamiento dialéctico al conocimiento y a la sociedad, el cual define la naturaliza de la realidad como dinámica y conflictiva; los desequilibrios sociales y el cambio correlativo obedecen a la lucha de clases y a la emergencia de las contradicciones inherentes a los fenómenos políticos y sociales. No hay ninguna armonía social innata ni vuelta posible al equilibrio.

2. acercamiento materialista a la historia; el desarrollo de las fuerzas productivas y de las actividades económicas es capital para el cambio histórico y opera a través de la lucha de clases, enfrentadas pro la distribución del producto social.

3. Enfoque general del desarrollo capitalista: el modo de producción capitalista y su destino están gobernados por un conjunto de leyes económicas de movimiento de la sociedad moderna (lo relevante en este texto).

4. compromiso normativo con el socialismo; todos los marxistas creen que la sociedad socialista es el fin necesario y deseable del desarrollo histórico.

El marxismo caracteriza al capitalismo como la propiedad privada de los medios de producción y la existencia del trabajo asalariado. Está conducido por capitalistas que se esfuerzan por obtener ganancias y acumular capital en una economía de mercado competitiva. El trabajo se convierte en una mercancía sujeta al mecanismo de precios. Según Marx, el origen, la evolución y la eventual desaparición del modo capitalista de producción están gobernados por tres leyes económicas inevitables:

1) ley de desproporcionalidadà se niega la tendencia al equilibrio de la oferta y la demanda. Las economías capitalistas tienden a producir en exceso determinado tipo de mercancías. Hay una contradicción entre la capacidad de producción y la capacidad e los consumidores de comprar, lo cual produce depresiones periódicas y fluctuaciones económicas. Marx predijo que éstas se volverían cada vez más recurrentes y llevarían al proletariado a rebelarse contra el sistema.

2) ley de concentración (acumulación) de capitalà la fuerza que mueve el capitalismo es la búsqueda del beneficio, y la consecuente necesidad de acumular e invertir. La competencia obliga a aumentar la eficiencia y la inversión. El capitalismo evoluciona hacia una creciente concentración de riqueza en manos de unos pocos agentes eficientes, y un empobrecimiento cada vez mayor de la mayoría. Aumenta así el ejército de reserva de los desempleados, decaen los salarios y la sociedad capitalista está madura para la revolución social.

3) ley de la caída de la tasa de beneficiosà a medida que el capital se acumula y se vuelve mas abundante, declina al tasa de rédito por la cual decrece el incentivo para invertir. Para Marx esta tendencia era irreversible. Al perderse los incentivos se determinaría el estancamiento económico, el creciente desempleo, y la pauperización del proletariado. Lo que llevaría a los trabajadores a revelarse y destruir el sistema económico capitalista.

El centro de la crítica marxista al capitalismo reside en que si bien el capitalista individual es racional el sistema capitalista es en sí mismo irracional. El mercado competitivo le impone al capitalista la necesidad de ahorrar, invertir y acumular. La acumulación de capital conduce a una periódica superproducción de bienes, un excedente de capital y la desaparición de los incentivos para la inversión.

La fuerza del nacionalismo, los éxitos económicos del capitalismo y el advenimiento del imperialismo condujeron a una metamorfosis del pensamiento marxista que culminó en El Imperialismo (1939) de Lenin. Lenin convirtió al marxismo, de una teoría económica esencialmente centrada en los asuntos internacionales, en una teoría de las relaciones políticas internacionales entere los Estados capitalistas. Intentó proveer los fundamentos intelectuales para una reunificación del movimiento comunista internacional bajo su liderazgo.

Marx había escrito sobre un capitalismo en gran medida confinado a Europa Occidental, una economía cerrada en la cual el impulso al crecimiento se detendría un día, al chocar con diversas restricciones. El comercio era nexo primario de una economía mundial en lento desarrollo. El capitalismo del que hablaba Marx estaba compuesto por pequeñas firmas industriales muy competitivas.

Entre 1870-1914 à el capitalismo se había convertido en un sistema vibrante, tecnológico y cada vez más global y abierto. La masiva exportación de capitales había cambiado significativamente la economía mundial, la inversión extranjera y las finanzas internacionales habían alterado profundamente las relaciones políticas y económicas entre las sociedades. Las economías capitalistas estaban dominadas por inmensas uniones industriales, las cuales a su vez estaban controladas por los grandes bancos.

Para Lenin, el control del capital industrial por parte del capital financiero, representaba el más alto estado del desarrollo capitalista.

El imperialismo colonial para Lenin se había convertido en un rasgo necesario del capitalismo avanzado. Lo esencial del enfoque de Lenin es que una economía capitalista internacional impulsa el desarrollo mundial, pero no lo desarrolla equitativamente. Las economías capitalitas crecen en proporciones diferentes y este crecimiento diferencial del poder nacional es responsable del imperialismo, la guerra y el cambio político internacional. Para Lenin un sistema capitalista internacional era inestable por naturaleza. Para explicarlo agregó una cuarta ley a las tres leyes del capitalismo, originariamente postulada por el marxismo. Según ésta, a medida que las economías capitalistas maduran se acumula el capital y caen las tasas de beneficios; así las economías capitalistas se ven compelidas a apoderarse de las colonias y crear dependencia, a fin de que sirvan como mercados, canales de inversión y fuentes de alimentos y de materias primas. Compitiendo entre sí, dividen el mundo colonial de acuerdo con su poderío relativo. De tal modo, la economía capitalista más avanzada, Gran Bretaña, se ha apropiado de la mayor proporción de colonias.

Lenin planteaba que las economías capitalistas crecen u cumulan capital en proporciones diferentes, un sistema capitalistas internacional no puede ser estable sino por breves períodos de tiempo. Todas las alianzas capitalistas son temporarias.

La ley de desarrollo desigual resultó válida en su tiempo.

En la crítica marxista del capitalismo, las causas de su caída eran económicas (el proletariado se rebela contra su empobrecimiento). Los principales actores eran clases sociales. Lenin lo sustituyó por una crítica política del capitalismo, en la cual los principales actores eran las naciones Estados mercantilistas en competencia, impulsadas por necesidades económicas. Lenin sostenía que el capitalismo internacional era políticamente inestable y que constituía un sistema de guerra. El capitalismo terminaría en una revuelta contra su belicosidad inherente y sus consecuencias políticas.

Lenin à contradicción innata del capitalismo à

1. desarrolla el mundo y planta las semillas propia destrucción en la medida en que difunde la tecnología, la industria y el poder militar.

2. Crea competidores extranjeros con sueldos y niveles de vida más bajos, que pueden dejar fuera de la competencia a la economía antes dominante.

3. la intensificación de l competencia política y económica entre las potencias capitalistas en ascenso y aquellas en declinación, conduce a conflictos económicos, rivalidades imperiales y, eventualmente, a la guerra.

Con el triunfo de los bolcheviques en la unión soviética, la teoría leninista del imperialismo capitalista se convirtió en la teoría marxista ortodoxa de la economía política internacional. El capitalismo del Estado benefactor ha llevado adelante muchas de las reformas que Lenin creía imposibles de lograr.

Fin!!!!!!!!

 

Texto 6. Capítulo 2: El origen de la Revolución Industrial- Eric Hobsbawm

Revolución Industrial à

a. Aceleración del crecimiento económico determinada y conseguida por una transformación económica y social. Transformación q se produjo a fines del s XVIII en una economía capitalista y a través de ella.

b. Fue la primera de la historia con lo cual no puede explicarse en términos de factores externos. Inglaterra entró preparada a la industrialización. La Revolución Industrial sin embargo no puede explicarse en términos puramente británicos ya q Inglaterra formaba parte de una economía más amplia (economía europea, economía mundial de los estados marítimos europeos) que había dado claras muestras de expansión y desarrollo dinámico.

Eliminar cierto número de explicaciones acerca del origen de la Revolución:

1) Factores exógenos à clima, geografía, cambio biológico en la población, etc. Éstos no actúan independientemente sino sólo dentro de una determinada estructura económica, social e institucional.

2) Accidente histórico à grandes descubrimientos de los siglos XV y XVI. Por qué fue en el s. XVII y no antes?

3) Factores puramente políticos à 2º ½ del S. XVII prácticamente todos los gobiernos de Europa querían industrializarse, pero sólo lo consiguió el británico, q desde 1660 estuvo firmemente comprometido en políticas que favorecían la persecución del beneficio por encima de cualquiera otros objetivos, y sin embargo la Revolución apareció un siglo después.

Rechazarlos como explicaciones primarias no es negarles importancia.

Condiciones previas para la industrialización à ya estaban presentes en Inglaterra del s XVII o bien podían lograrse con facilidad.

1) No había problema de movilización de gentes. No había un campesinado propietario de la tierra en extensas zonas de Inglaterra, con lo cual no hubieron obstáculos insalvables para la transferencia de gentes ocupadas en menesteres ni industriales a industriales.

2) No existió escasez de capital no en términos absolutos ni en términos relativos. El país había acumulado y estaba acumulando un excedente lo bastante amplio como para permitir la necesaria inversión en un equipo no muy costos ara la transformación económica. Y buena parte de este excedente se concentraba en manso de quienes querían invertir en el progreso económico.

3) El transporte y al comunicación eran relativamente fácil y barato. (todo cerca del mar)

La primera Revolución Industrial sólo requirió de:

a) hombres de ilustración normal, que estuvieran familiarizados con instrumentos mecánicos sencillos y poseyeran experiencia práctica y cierta dosis de iniciativa.

b) poca inversión inicial y su expansión podía financiarse con los beneficios acumulados.

Si bien hubo obstáculos fueron fáciles de superar a causa de que ya existían las condiciones sociales y económicas fundamentales -:

1. Industrialización del S. XVII barato y sencillo

2. país rico y floreciente

El modo en que una economía de empresa privada suscita la Revolución industrial plantea un buen número de acertijos, los cuales residen en las relaciones entre la obtención de beneficios y las innovaciones tecnológicas.

Economía de empresa privada à tiende al beneficio à revolucionará la fabricación sólo si puede conseguir con ello mayores beneficios.

Mercado disponible y futuro (lo q debe producir el comerciante) consiste en à

a) ricos à piden artículos de lujo en pequeñas cantidades, con un elevado número de beneficio por cada venta.

b) Pobres à poco dinero, recelan de las novedades, reticentes a consumir productos en serie.

La industrialización cambia todo esto permitiendo a la producción que amplíe sus propios mercados, cuando no crearlos.

¿Cómo se revolucionó la producción en Gran Bretaña? à dos escuelas de pensamiento sorbe esta cuestión à

1) Hincapié en el mercado interior: mayor salida para los productos del país. Podía crecer de las siguiente maneras: crecimiento de la población = + consumidores y productores; transferencia de las gentes que recibían ingresos no monetarios a monetarios que creará más clientes; incremento de la renta per capita = mejores clientes; que los artículos producidos industrialmente sustituyeran a las formas más anticuadas de manufacturas o las importaciones.

2) Hincapié en el mercado exterior de exportación: más dinámico y ampliable.-

Ambos eran esenciales de forma distinta, como también lo era un tercer factor:

3) el gobierno:

cuestión de la población à plantea 3 cuestiones:

1) ¿ Qué sucedió a la población británica y porqué?

2) ¿Qué efectos tuvieron estos cambios de la población en la economía?

3) ¿Qué efectos tuvieron en la estructura del pueblo británico?

Finales del S. XVII y mediados del S. XVII à población creció muy lentamente.

Después de 1740 à se elevó sustancialmente

A partir de 1770 à con gran rapidez.

Después de 1780 à se duplico

1841-1901 à se duplico de nuevo.

Estos movimientos no se vieron afectados antes del siglo, por las migraciones internacionales.

En qué grado el aumento de la población fue causa, o consecuencia, de factores económicos.

Sabemos que la caída en el índice de mortalidad se debió a que morñian menos niños, y adultos jóvenes. Los adelantos médicos casi no desempeñaron ningun papel importante en su reducción. Por lo que sus cambios se deberán, sobre todo, a cambios sociales, económicos o ambientales.

¿Cuáles fueron los efectos económicos de estos cambios?

+ gente = +trabajo + barato à estimulo para el crecimiento económico en el sistema capitalista. (sin embargo, esto no es así en muchos países subdesarrollados = hacinamiento y estancamiento)

mano de obra barata à puede retardar la industrialización. En Inglaterra funcionó porque la economía ya era dinámica, y no por una cuestión demográfica.

Población británica à creció muy gradualmente en el siglo anterior a 1750 y su rápido aumento coincidió con la Revolución pero no la precedió.

Desde principios del S XVII à mejores en el transporte tierra adentro para reducir costos de transporte de superficie. Cuyo impulso APRA realizarlas provino del mercado interior, de la creciente demanda urbana de alimentos y combustible. (presión en busca de un transporte más barato)

Industrias avanzadas de la industrialización de empresa privada --< alimenticias y textiles. à existían amplios mercados que esperaban ser explotados. à todos el mundo, por más pobre que fuera, comía, bebía y se vestía.

Mercado interior à proporcionó una salida importante para los que más tarde se convirtieron en productos básicos. (carbón, hierro, siendo el primero más importante por el consumo en los hogares haciéndolo más importante que el segundo).

Máquinas de vapor à producto de las minas.

La auténtica revolución industrial en el hierro y el carbón tenía que esperar a la época en que el ferrocarril proporcionara un mercado de masas no sólo para los bienes de consumo, sino para las industrias de base.

Mercado interior preindustrial à ventaja = gran tamaño y estabilidad à promovió el crecimiento económico à siempre estuvo en condiciones de desempeñar el papel amortiguador para las industrias de exportación más dinámicas frente a las repentinas fluctuaciones y colapsos que eran el precio que tenía que pagar por su superior dinamismo. à Proporcionó la base para una economía industrial generalizada. à Suministró el combustible y el tiro suficiente para mantener el fuego, si bien no proporcionó la chispa.

 

Industrias para exportación -> trabajaban en condiciones muy distintas y potencialmente revolucionarias. Fluctuaban extraordinariamente. Se extendieron más y con mayor rapidez que las del mercado interior. La demanda interior crecía pero al exterior se multiplicaba, ya que no dependían del índice natural de crecimiento de cualquier demanda interior del país. Podían crear la ilusión de un rápido crecimiento por dos medios principales:

1. controlando una serie de mercados de exportación de otros países

2. destruyendo la competencia interior dentro de otros (medios políticos o semi políticos de guerra y colonización).

Gran Bretaña en el S XVII à consiguió concentrar los mercados de exportación de otros países, mediante la guerra y la colonización.

Conquista del mercdo por la guerra y colonización à requería : a) una economía capaz de explotar esos mercados, b) un gobierno dispuesto a financiar ambos sitemas de penetración en benficio de lso manufactureros británicos.

Esto nso lleva al tercer factor en la génesis de la revolución industrial: el gobierno. Inglaterra está dispuesta a subordinar toda la política exterior a sus fines económicos (a iferencia de alguno como Francia) . sus objetivos bélicos eeran comerciales, navales.

Fiens económicos de Inglaterra respondían a : 1) intereses comerciales; 2) intereses financieros; 3) presión de los manufactureros.

La política inglesa del S. XVIII era de agresividad sistemática, sobre todo contra su principal competidor: Francia.

S XVIII à Siglo de guerrasà resultado: monopolios virtuales de las colonias ultramarinas y del poder navala escala mundial. à contribuyo a la innovación técnológica y a la industrialización. Guerra= gran consumidor de hierro

Tres principales sectores de demanda: mercado interior, mercado exterior y gobierno.

Exportaciones (mercado exterior) respaldadas por las sistémica y agresiva ayuda del gobierno, proporcionaron la chispa para la industrialización, y con los tejidos de algodón, el sector dirigente de la industria. Las exportaciones indujeron a mejoras en el transporte marítimo.

El mercado interior proporcionío la base necesaria para una economía industrial generalizada y ( a travñes del procesod e urbanización) el incentivo para mejroeças en el transporte terrestre, asi como una amplia plataforma para la industria del carbon y para ciertas innovaciones tecnológicas importantes.

El gobierno ofreció su apoyo sistemático al comerciante y al manufacturero y determinados incentivos para la innovación técnica y el desarrollo de las industrias de base.

¿Por qué Gran Bretaña?

Holandeses à negocios al viejo estilo, explotación de su vasto aparato financiero y comercial, y sus colonias

Franceses à no pudieron reconquistar el terreno perdido. Su comercio y producto per capita estaba muy por debajo de los británicos.

Relaciones establecidas entre las zonas adelantadas y el resto del mundo à intensificó y ensanchó los flujos de comercio. La poderosa, creciente y dinámica corriente de coemrcio ultramarino que arrastró con ella a las nacientes industrias europeas inimaginable sin este cambio, que se apoyaba en 3 aspectos:

1) en Europa à constitución de un mercado para productos ultrmarinos de uso diario.

2) En ultramarà creación de sistemas económicos APRA la producción de tales arículos. (esclavos)

3) Conquista de colonias destinadas a satisfacer las ventajas económicas de sus propietarios europeos.

Mientras aumentaba la corriene de intercamios internacionales , en el 2º tercio del siglo XVIII pudo advertirse una revitalizaciñón general de las econmías internas. Fenómeno que tuvo lugar de modo general.. la revolución industrial se forjó en las décadas posteriores a 1740, cuando este masivo pero lento crecimeintod e las economías inernas se combinó con la rápida (después de 1750 extremadamente rápida) expansión de la economía internacional.

Fin!!!

Texto 7. Capítulo 3- La revolución industrial 1780-1840 Eric Hobsbawm

Hablar de la Revolución industrial es hablar de algodón, asociado con la ciudad de Manchester. Aunque la revolución industrial británica no fue sólo algodón, ni siquiera sólo tejidos, el algodón perdió su primacía al cabo de un par de generaciones.

Algodón à iniciador del cambio industrial à base de las primeras regiones que no hubieran existido a no ser por la industrialización, y que determinaron una nueva forma de sociedad, el capitalismo industrial, basada en una nueva forma de producción, la fábrica. à El nuevo mundo de la industrialización estaba en Manchester y en sus alrededores.

Manufactura del algodón à típico producto secundario derivado de la dinámica corriente de comercio internacional, sin la que la revolución industrial no puede explicarse. à Esta industria fabricó un sustitutivo para la lana, el lino o las medias de seda, con destino al mercado interior, mientras destinaba al exterior, en grandes cantidades, una alternativa a los superiores productos indios. Hasta 1770 más del 90 % de las exportaciones británicas de algodón fueron a los mercados coloniales, por lo que adquirió su característica vinculación con el mundo subdesarrollado. El algodón fue esencialmente y de modo duradero una industria de exportación, dirigida esencialmente al mundo no desarrollado.

El problema técnico que determina la naturaleza de la mecanización en la industria algodonera fue el desequilibrio entra la eficiencia del hilado y la del tejido. Por lo que luego de innovaciones se utilizó la mule (base de la hiladura británica) a la que se aplicó el vapor, lo que llevaba implícito la producción en la fábrica.

La tecnología de la manufactura algodonera fue muy sencilla. Requería pocos conocimientos científicos. Apenas se necesitó la potencia del vapor. La realidad es que abundaba la innovación científica, que se aplicó rápidamente a cuestiones prácticas.

La primera etapa de la revolución industrial fu técnicamente un tanto primitiva, ya que la aplicación de ideas y recursos sencillos, normalmente nada caras, podía producir resultados sorprendentes. La novedad radicaba en la disposición mental de la gente práctica para utilizar la ciencia y la tecnología. Esta situación dio a la Revolución Industrial un impulso inmenso, y la puso al alcance de un cuerpo de empresarios u artesanos cualificados. Minimizó los requisitos básicos de especialización, capital, finanzas a gran escala o de organización y planificación gubernamentales sin los cuales ninguna industrialización es posible.

Apareció entonces un nuevo sistema industrial basado en una nueva tecnología que surgió como combinación d el nueva y de la antigua. El capital acumulado en la industria sustituyó a las hipotecas rurales y a los ahorros de los posaderos.; los ingenieros a los inventivos constructores de telares, los telares mecánicos a los manuales, y un proletariado fabril a la combinación de unos pocos establecimiento mecanizados con una masa de trabajadores domésticos dependientes. A esto le siguieron dos consecuencias:

1) descentralizada y desintegrada estructura comercial de la industria algodonera, producto de su emergencia a partir de las actividades no planificadas de unos pocos. Se mantuvo como un sistema de empresas de tamaño medio altamente especializadas. Forma de estructura comercial: vinculados entre sí por una red de transacciones comerciales individuales en el mercado, cuya ventaja es la flexibilidad y se presta a una rápida expansión inicial, pero en fases posteriores genera rigidez e ineficiencia.

2) Desarrollo de un fuerte movimiento de asociación obrera en una industria caracterizada por una organización laboral inestable o extremadamente débil, ya que empleaba una fuerza de trabajo consistente en mujeres y niños, inmigrantes no cualificados, etc. Las sociedades obreras de la industria algodonera se apoyaban en una minoría de hiladores cualificados masculinos que poseían una fuerte posición para negociar con los patronos por fases de mecanización más avanzadas y que con el tiempo consiguieron organizar ala mayoría no cualificada que les rodeaba en asociaciones subordinadas, principalmente porque estas estaban formadas por sus mujeres e hijos.

El nuevo sistema se componía de tres elementos:

a) división de la población industrial entre empresarios capitalista y obreros que no tenían más que su fuerza de trabajo, que vendían a cambio de su salario.

b) Producción en la fábrica, combinación de máquinas especializadas con trabajo humano especializado.

c) Sujeción de toda la economía (toda la vida) a los fines de los capitalistas y la acumulación de beneficios.

La fabrica, con su lógica dinámica de procesos, iluminada por gas, rodeada de hierros y humeante, era una forma revolucionaria de trabajar. Aunque los salarios de las fábricas tendían a ser más altos que los que se conseguían con las industrias domésticas, los obreros recelaban de trabajar en ellas, ya que al hacerlo perdían su independencia. Esto explica la captación de mujeres y niños (más manejables) para trabajar en las fábricas.

En la primera fase de industrialización británica, ninguna otra industria podía compararse con la del algodón. Comenzó su expansión y siguió creciendo más rápidamente que el resto. La balanza de pagos británica dependía propiamente de esta industria. , así como también del transporte marítimo y del comercio ultramarino en general. Su rápida mecanización y el uso masivo de mano de obra barata (mujeres y niños) permitió una afortunada transferencia de ingresos del trabajo al capital.

El algodón estimuló la industrialización y la revolución tecnológica en general. La producción de carbón de la época seguía siendo primitiva. El hierro, no era producido en grandes cantidades por Gran Bretaña antes de la revolución industrial, perola guerra en general, y la flota en particular proporcionaron a la industria del hierro constante estímulos y un mercado intermitente. La industrialización británica produjo una variada demanda interior de este metal, no sólo para máquinas y herramientas, sino también para la construcción. El hierro sirvió de estimulante no sólo para todas las industrias que lo consumían sino también para el carbón, la maquina de vapor y el transporte. Pero, al igual que el carbón, no experimentó su revolución industrial real hasta las décadas centrales del S XIX (50 años después que el algodón). La era del ferrocarril fue la que triplicó la producción de carbón y hierro.

La industrialización produjo la conversión de artesanos especializados y organizados en obreros míseros.

En conjunto, y a excepción del algodón y de los grandes establecimientos característicos del hierro y del carbón, el desarrollo de la producción en fábricas mecanizadas o en establecimientos análogos tuvo que esperar hasta la 2º mitad del siglo XIX, y aun entonces el tamaño medio de la planta o la empresa fue pequeño. Una industrialización así limitada, y basada esencialmente en un sector de la industria textil, no era ni estable ni segura. Es una fase inicial del capitalismo industrial, aunque podría haber sido también la fase final, dada su inestabilidad y tensión, y del malestar de la economía y de aquellos que creían seriamente en su futuro. La Gran bretaña industrial atravesó una crisis, que alcanzó su punto culminante en la década de 1830 y primeros años de 1840. Existió una marea de descontento social que se abatió sobre Gran Bretaña. Este descontento viene tanto de la desesperanza como el hambre, que por aquel entonces había bastante de ambas en Gran Bretaña.

La pobreza de los ingleses fijó límites reducidos en el tamaño y la expansión del mercado interior para los productores británicos. Sin embargo, no la teoría económica ni la práctica económica de la primera fase de la revolución industrial se cimentaban en el poder adquisitivo de la población obrera, cuyos salarios no debían estar muy alejados del nivel de subsistencia. Tanto la teoría como la práctica económica hicieron hincapié en la crucial importancia de la acumulación del capital por los capitalistas, del máximo porcentaje de beneficios y la máxima transferencia de ingresos de los obreros a los patronos. Esta opinión descansaba en dos supuestos:

1) el progreso industrial requería grandes inversiones

2) sólo se obtendrían ahorros insuficientes si no se mantenían bajos los ingresos de las masas no capitalistas.

Sin embargo, con respecto a 1), las primeras fases de la revolución industrial fueron limitadas y relativamente baratas. Por lo cual el primer supuesto podía ser verdadero a largo plazo, pero no en el corto.

El segundo era totalmente erróneo, pero tenía alguna plausibilidad inicial dado que las clases más ricas y los mayores inversores potenciales del período no invertían de manera sustancial en las nuevas industrias.

Dos cosas preocupaban sin embargo a los negociantes y economistas: el monto de sus beneficios y el índice de expansión de sus mercados. Con la industrialización la producción se multiplicó y el precio de los artículos acabados cayó espectacularmente. Los cosos de producción nos e redujeron en la misma proporción. Cuando el clima económico general pasó de una inflación de precios a largo término a una deflación subsiguiente a las guerras aumentó la presión sobre los márgenes de beneficios, ya que con la inflación los beneficios disfrutaron de un alza extra y con la deflación experimentaron un ligero retroceso. Al algodón de afectó sensiblemente esta compresión de su tasa de beneficios.

Los mercados no estaban creciendo con la rapidez suficiente como para absorber la producción al nivel del crecimiento a que la economía estaba acostumbrada. En el interior crecían lentamente. En el extranjero los países en vías de desarrollo no estaban dispuestos a importar tejidos británicos, y los no desarrollados o no eran lo bastante grandes o no crecía con la rapidez suficiente como mercados capaces de absorber la producción británica. Después de 1826 el país experimentó un déficit no sólo en el comercio, sino también en los servicios.

Las tensiones del período comprendido entre 1829-1846 se debieron en gran parte a esta combinación de clases obreras desesperadas porque no tenían suficiente para comer y fabricantes desesperados porque creían que las medidas políticas y fiscales del país estaban asfixiando poco a poco la economía.

En 1840 el espectro del comunismo se cernía sobre Europa. Aunque a este espectro se le temiera relativamente menos en Gran Bretaña, el de la quiebra económica aterraba por igual a las clase media. Fin!!!!

 

Texto 8. Los resultados húmanos de la revolución industrial- Eric Hobsbawm

Aritmética à herramienta fundamental de la revolución industrial à se la concibió como una serie de adiciones y sustracciones.

Objeto de la política = felicidad à los placeres del hombre podían expresarse cuantitativamente.

a) la felicidad privada consiste en una acumulación de cosas tales como bienes de consumo

b) la felicidad pública consiste en la mayor acumulación de éstas para el mayor número de individuos

Pero à la revolución no fue sólo un simple proceso de adición y sustracción sino un cambio social fundamental que transformó las vidas de los hombres de modo irreconocible. Destruyó sus viejos modos de vida, y rara vez les enseño a construir uno nuevo.

Las clases cuyas vidas experimentaron menos transformaciones (aristocracia y pequeña nobleza) fueron las que más se beneficiaron en términos materiales; sus rentas engrosaron con la demanda de productos del campo, la expansión de las ciudades (cuyo suelo poseían) y de las minas, forjas y ferrocarriles (que estaban situados en sus posesiones). Y al revés.

La Iglesia y las universidades inglesas se dormían en los laureles de sus privilegios y abusos, bien amparados por sus rentas y sus relaciones con los pares.

Los tejedores y jornaleros agrícolas no gozaron de la misma suerte.

Las nacientes clases comerciales hallaron un firme patrón de vida guardándoles. Las dinastía más antiguas de negociantes se beneficiaron ampliamente, sobre todo los comerciantes y financieros y de forma específica el comerciante ocupado en el comercio colonial. La Revolución Industrial no supuso tampoco para él transformaciones esenciales.

La inserción en la oligarquía aristocrática es sólo asequible a una minoría. La gran masa de gentes que se eleva desde inicios modestos a la opulencia comercial, y la mayor masa de los que, por debajo de ellos, pugnaban por entrar en las fila de la clase media y escapar de las humildes, eran demasiado numerosas para poder ser absorbidas. Este grupo fue adquiriendo cada vez mayor conciencia como “clase media”, que se fue generalizando a partir de 1830. Como tal clase, exigía derechos y poder. Además no estaba vinculada emocionalmente con el antiguo régimen.

Aunque la Revolución Industrial cambió fundamentalmente sus vidas asentándoles en nuevas ciudades, planteándoles a ellos y al país nuevos problemas, no les desorganizó. Las máximas del utilitarismo y de la economía liberal les dotó de la guía que necesitaban. Las fortalezas del privilegio aristocrático, la superstición y la corrupción, les protegían también de las incertidumbres y problemas que acechaban al otro lado de sus muros. El ideal de una sociedad individualista, una unidad familiar privada que subvenía a todas sus necesidades materiales y morales sobre la base de un negocio privado, les convenía porque eran gentes que ya no necesitaban de la tradición. Sólo al pesadilla de la bancarrota o de las deudas se cernía, de vez en cuando, sobre sus vidas.

La clase media triunfante y aquellos que aspiraban a emularla estaban satisfechos. No así el trabajador pobre cuyo mundo y formas de vida tradicionales destruyó al Revolución Industrial, sin ofrecerles nada a cambio. Esta ruptura es lo esencial al plantearnos los efectos sociales de la industrialización.

El trabajo en una sociedad industrial es en muchos aspectos completamente distinto del trabajo preindustrial.

1) Está constituido por la labor de los proletarios que no tienen otra fuente de ingreso que el salario en metálico que reciben por su trabajo. En una sociedad preindustrial el trabajo lo desempeñan fundamentalmente familias con sus propias tierras de labor, cuyos ingresos salariales complementan su acceso directo a los medios de producción. El proletariado, no tiene como antes una relación social-humana con su patrón, sino un nexo dinerario. La Revolución Industrial sustituyó al servidor y al hombre por el operario y el brazo excepto en el servicio doméstico, cuyo número se multiplicó.

2) El trabajo industrial impone una regularidad, rutina y monotonía completamente distintas de los ritmos de trabajo preindustriales, que dependía de la variación de las estaciones o del tiempo. La industria trajo consigo la tiranía del reloj, la máquina que señalaba el ritmo de trabajo y la compleja y cronometrada interacción de los procesos; la medición de la vida en minutos y una regularidad mecanizada del trabajo que entraba en conflicto no sólo con la tradición, sino con todas las inclinaciones de una humanidad aún no condicionada por ella. Los salarios eran tan bajos que sólo el trabajo ininterrumpido y constante podía proporcionarles el suficiente dinero para seguir vivos. No les quedaba más tiempo libre que el de comer, dormir y rezar el domingo.

3) El trabajo en la época industrial se realizaba cada vez con mayor frecuencia en los alrededores de la gran ciudad. En las ciudades el humo flotaba continuamente y la mugre abundaba, los servicios públicos elementales no estaban a la altura de la emigración masiva de la ciudad, produciéndose así epidemias de cólera, polución atmosférica y del agua, enfermedades respiratorias e intestinales. Las nuevas poblaciones urbanas se apretujaban en barriadas obreras frías y saturadas. Había una concentración de edificios inflexible e improvisada. La vida del pobre, fuera del trabajo, transcurría entre las hileras de casuchas, en las tabernas baratas e improvisadas y en las capillas también baratas e improvisada. La ciudad destruyó a la sociedad. Aumentaron enormemente las distancias entre el rico y el pobre.

4) La experiencia, tradición, sabiduría y moralidad preindustriales no proporcionaban una guía adecuada para el tipo de comportamiento idóneo en una economía capitalista. El trabajador preindustrial respondía a incentivos materiales. Su misma ignorancia acerca de cuál era el mejor modo de vivir en una ciudad podía hacerle más pobre de lo necesario. Este conflicto entre la economía moral del pasado y la racionalidad económica del presente capitalista era evidente en el ámbito de la seguridad social. La opinión tradicional era que un hombre tenía derecho a ganarse a vida, y si estaba impedido de hacerlo, el derecho a que su comunidad le mantuviera. La opinión de los economistas liberales de clase media era que las gentes debían ocupar los empleos que ofreciera el mercado y que el individuo razonable crearía una reserva dineraria para accidentes, enfermedad o vejez. Mediante el ahorro y el seguro individual o colectivo voluntario. Los pobres no debían recibir más que el mínimo absoluto (cifra inferior al salario mínimo en el mercado). El objetivo de la ley de pobres era estigmatizar los vivientes fracasos de la sociedad.

La Gran Bretaña semiindustrial de los siglos XVII y XVIII preparó y anticipó en cierto modo la era industrial. La trade union, institución fundamental para la defensa de la clase obrera, existía ya en el S XVIII.

En un sentido muy real el grueso de los trabajadores británicos se había adaptado a una sociedad cambiante, que se industrializaba, aunque aun no estuviera revolucionada. Para determinados tipos de trabajo, cuyas condiciones no habían cambado fundamentalmente, las viejas tradiciones podían ser suficientes (Ej. marineros). Un grupo importante había aceptado e incluso recibido con alborozo a la industria, la ciencia y el progreso: los artesanos o mecánicos. Eran los líderes naturales, en ideología y organización, de los trabajadores pobres, los pioneros del radicalismo, de la discusión y de la educación superior popular, el núcleo de los sindicatos, de los jacobinos, los cartistas o cualesquiera otros movimientos progresistas. Hostiles al capitalismo, eran únicos en elaborar ideologías que contemplaran una sociedad justa que podía ser también técnicamente progresiva. Representaban el ideal de la libertad e independencia en una época en que todo el mundo conspiraba para degradar el trabajo.

A estas tensiones cualitativas que oprimían a los trabajadores pobres de las primeras generaciones industriales, debemos añadir las cuantitativas: su pobreza material. En términos relativos el pobre se hizo más pobre, simplemente porque el país, y sus clases ricas y medias, se iba haciendo cada vez más rico.

También hubo una anormal presión realizada sobre el consumo de la clase obrera en la época de la primera industrialización que se reflejó en su pauperización relativa. Se dio una transferencia de ingresos de las clases no inversoras (campesinos y obreros) a las potencialmente inversoras (propietarios de tierras o empresas comerciales), es decir, del pobre al rico.

Las condiciones de vida de determinadas clases de población, se deterioraron, clases compuestas básicamente por los jornaleros agrícolas en general y los pequeños propietarios y granjeros. Estos tejedores se fueron empobreciendo progresivamente en un vano intento de competir con las numerosas máquinas a costa de trabajar más barato.

No existió una mejora general de los ingresos. El país se vió inundado de vez en cuando por poderosas mareas de desesperación social. Lo que mantenía unidos a todos los movimientos, o los galvanizaba después de sus periódicas derrotas y desintegraciones, era el descontento general de gentes que se sentían hambrientas en una sociedad opulenta y esclavizada en un país que blasonaba de libertad, iban en busca de pan y esperanza y recibían a cambio piedras y decepciones.

Fin!!!!!!!!!

Texto 9. El nacimiento de la Alemania industrial

En el curso de una sola generación, Alemania pasó de ser una colección de estados económicamente atrasados, a constituir un imperio unificado de rápido avance gracias a una industria en acelerada expansión y fundada sobre una adelantada base tecnológica. Esta transformación estuvo acompañada por un recurso deliberado a la fuerza militar como instrumento de política nacional y por un nacionalismo exacerbado. Como resultado de este proceso surgió un monstruo industrial que desafió la posición alcanzada por Inglaterra en los mercados mundiales.

Los rasgos distintivos del capitalismo alemán serían:

- una alta concentración de poder económico en las industrias avanzadas,

- una asociación estrecha entre industria y bancos,

- la combinación de una estructura institucional tradicional y arcaica con las formas más desarrolladas de capitalismo.

Peculiaridades del desarrollo económico alemán à

Fuerzas demorantes de la Alemania preindustrial.

Alemania no era en el S. XVIII un país subdesarrollado, durante mucho tiempo había estado contribuyendo al acervo de la tecnología europea. A pesar de ello Alemania se encontraba económicamente atrasada en comparación con los centros comerciales del noroeste de Europa. Sólo unas pocas zonas de Alemania mostraban algunos síntomas de rompimiento con la rutina y la tradición. Esto se debía en gran parte al paro económico sufrido por la Guerra de los Treinta Años, y más aun las divisiones políticas consagradas por la Paz de Westfalia (1648). Las relaciones sociales seguían siendo de carecer feudal o semi feudal. Los poderes legales y sociales de los señores seguían siendo enormes. La fuente de ingresos de los señores estribaba en el excedente que cobraban a la población agraria dominada por ellos.

La agricultura campesina se desenvolvía en un nivel de producción bajo. Parte del excedente de los campesinos era objeto de exacción por parte de sus superiores sociales, reduciendo así la posibilidad de inversión en una mejoría de los medios de cultivo. La servidumbre colectiva de la comunidad aldeana sirvió también para coartar la iniciativa individual, impidiendo el desarrollo de una agricultura destinada al mercado. Los señores se volcaron hacia la explotación de su propiedad con el fin de mantener sus ingresos y se convirtieron, cuñado eran competentes y capaces, en empresarios agrícolas que vendían en el mercado los excedentes de as cosechas o los transformaban en su misma propiedad en artículos vendibles en este mismo mercado.

Los terratenientes prusianos tuvieron la suerte de encontrar mercado, al mismo tiempo que disponían de una mano de obra dócil; formaban una casta exclusiva que dominaba el estado y el ejército, sentando la base social para la monarquía de los Hohenzollern. Su interés se centraba no en la ampliación de una economía de mercado, sino en la conservación de las relaciones sociales existentes. Federico el Grande introdujo reformas, pero su gobierno fue de carácter conservador. Consideraba al país como una propiedad que debía ser administrada como dominio real suyo. En política económica siguió las prácticas mercantiles establecidas, animando aquellas actividades que parecían útiles al estado. La industria y el comercio estuvieron sometidos a una amplia dirección y control burocráticos. No obstante, bajo la guía de Federico, el estado fue iniciador de algunas empresas industriales y sus oficiales actuaron a modo de empresarios, a falta de iniciativa privada. Se adelantó dinero a aquellas industrias que se creyó aconsejable alentar. En algunos sectores, tales como la minería, la empresa pública coexistía con la empresa privada. Se iniciaba así una tradición de intervencionismo estatal en la economía, que iba a tener gran importancia durante los primeros pasos de la industrialización en el siglo siguiente. Sin embargo, por el momento, la política de Federico y sus oficiales nos e proponía la industrialización del país, sino tan sólo servir a los intereses de la monarquía. Los efectos concretos de una política que englobaba fuertes impuestos, altos aranceles protectivos y la conservación de la esclavitud, y que estaba dominada por las necesidades del ejército y de la guerra o de su preparación, fueron poco favorables al desarrollo industrial.

La experiencia prusiana hasta 1848 pocas indicaciones nos da de que la burocracia del estado deseara la promoción del desarrollo económico. Fue dentro de un espíritu conservadurista que el estado dirigió y apoyó a empresas mineras e industriales. La intervención del estado en la economía era algo que se daba por hecho. La longevidad del interés estatal por la minería y la industria fue un signo de retraso del desarrollo alemán. Sin embargo, el desarrollo del capitalismo industrial podía tener lugar en un contexto en el que el estado conservara un papel predominante. La industria controlada por el estado no hizo nada por alterar la naturaleza capitalista del desarrollo económico que iba a tener lugar.

La ocupación francesa trajo consigo influencias revolucionarias y el código napoleónico a la zona oeste de Alemania. La experiencia sirvió para romper con la antigua ordenación legal y para despertar el anhelo de libertad económica. Prusia, tras la derrota de Jena (1806) sufrió un proceso renovador que trajo una reforma agraria controlada y realizada “desde arriba”, así como los inicios de una política económica más liberal.

La emancipación de los siervos contribuyó a la industrialización pues estableció la base para el desarrollo de la mano de obra libre y para la integración de la granja campesina y de la propiedad del terrateniente en una economía de mercado. La capacidad migratoria personal, la división de la producción y el énfasis puesto en el triunfo individual, exigencias todas ellas del capitalismo, eran imposibles sin una reforma del antiguo sistema agrario.

Durante el S. XVII hubo en Alemania dos formas principales de feudalismo agrario:

1) En el Oeste, la tierra era cultivada principalmente por los campesinos limitándose los señores a recibir un tributo en dinero o en especie. Las prestaciones laborales obligatorias y las formas legales de servidumbre obligatoria se habían extinguido hace tiempo. La ocupación de esta región por parte de Francia, durante el período revolucionario, completó la destrucción de los restos feudales, pero no hubo una redistribución radical de la tierra y el señor terrateniente continuó obteniendo su renta monetaria de los colonos.

2) En el Este, una buena parte de la tierra era cultivada bajo el control directo del propietario, que empleaba mano de obra esclava de sus colonos y producía un excedente para su venta en el mercado. Los señores eran socialmente poderosos y constituían el principal soporte de la monarquía Hohenzollern.

Dentro de este esbozo general deberíamos incluir muchas variaciones regionales y locales, pero en general, la emancipación campesina había ido teniendo lugar a lo largo de muchos años y lo único que sucedió al respecto durante el S. XIX fue la desaparición total de los últimos restos de feudalismo.

La ocupación de Alemania por parte de las tropas napoleónicas y la derrota del ejército prusiano en Jena, abrieron el camino para cambios generales dentro del sector agrario. En el oeste, continuaron las tendencias hacia una agricultura campesina individualista y orientada al mercado. En el Este, donde la monarquía Hohenzollern siguió controlando la situación, la derrota empujó a reformas destinadas a modernizar la sociedad prusiana sin perturbar el equilibrio existente. En los territorios de la Corona, la emancipación de los siervos había tenido ya lugar a finales del s XVIII y a los campesinos se le había permitido comprar su propia tierra. El desafío de la Francia napoleónica sugirió a los Junkers, de cuyo apoyo político y militar dependía la monarquía, una reforma agraria para contrarrestar la posibilidad de una revolución realizada desde abajo al estilo de la que había tenido lugar en Francia.

La reforma Stein-Hardenberg de las relaciones agrarias prusianas empezó en 1807 con la abolición de la servidumbre personal y posibilitó la participación y, por lo tanto, la venta más fácil, de las propiedades nobiliarias. El siervo y sus hijos quedaban desligados del servicio del señor. Pero esto generó entre los terratenientes el temor de quedarse sin mano de obra para el cultivo.

Más beneficiosa para los terratenientes fue la reforma de Hardenberg, quien determinó que los colonos pudieran retener parte de sus tenencias a cambio de ceder otra parte al señor. Quienes poseían tierras heredadas debían renunciar a un tercio a favor del señor, y dos tercios a aquellos cuyas tenencias no eran transmisibles, los colonos hereditarios podían optar, como alternativa, por adquirir la totalidad de sus tenencias a cambio del pago equivalente a veinticinco años de renta. Para muchos colonos, aquellos que no poseían grandes tenencias, animales de tiro o algo de capital, esta “emancipación” fue desastrosa: si permanecían en el campo tenían que trabajar a cambio de salarios bajos y expuestos a todas las inclemencias de un mercado de mano de obra inseguro y fluctuante.

En cambio, los señores consiguieron que a sus grandes propiedades se les acumulara una tierra cultivable adicional. Además, por el edito de 1816, los campesinos sin tenencias en los campos de la aldea quedaban excluidos de la reforma y permanecían ligados al lugar donde estuvieron establecidos, constituyendo una reserva de mano de obra para los propietarios y campesinos más ricos. De esta manera, el Junker seguía dominando el escenario rural; al tener ahora mayor extensión territorial y tener asegurada la provisión de mano de obra, pudo trabajar cada vez más como productor a gran escala y como empresario rural. Los campesinos pagaron cara su libertad.

En la Alemania del este, dominada por los Junkers, las reformas establecieron los fundamentos de una agricultura eficiente, al reforzar las grandes propiedades y al favorecer también al campesino aventajado, capaz de dedicarse a la explotación con destino al mercado. La gran propiedad continuó siendo lo principal en la economía y, durante el S. XIX, estuvo protegida por el gobierno prusiano. Se confirmó la transmisibilidad hereditaria y las grandes propiedades crecieron en número y tamaño. La mano de obra asalariada quedaba asegurada pro el número de todos cuantos antes habían trabajado como siervos. La expansión de la demanda de productos agrícolas, dentro y fuera de Alemania, hizo posible que este sistema agrario reorganizado saliera adelante. La paz y la estabilidad del gobierno, la extensión de los conocimientos médicos y de unos hábitos más higiénicos, etc., trajeron consigo una revolución demográfica en Alemania. En el este creció la densidad de la población, dándose el aumento principalmente entre los pequeños propietarios, asalariados rurales y artesanos, creándose así una reserva de mano de obra para la industria.

La crisis agraria del oeste, en cambio, reflejaba las deficiencias de una agricultura campesina desarrollada al viejo estilo. Dentro de la comunidad campesina, el crecimiento de la población trajo cargas cada vez mayores sobre los sistemas de cultivo, todavía arcaicos. La emancipación en el oeste, dejó al campesino agobiado por pagos monetarios, en sustitución de las antiguas obligaciones y servicios.

Por la década de 1840, la crisis se había agudizado en el este de Alemania. Para muchos, la única solución parecía estar en la emigración y apareció inmediatamente un fuerte movimiento demográfico hacia el otro lado del Atlántico. Los emigrantes provenían sobre todo de entre los campesinos mejor acomodados, que vendían sus tierras y pertenencias para emprender el viaje.

Aunque la gran masa de población rural del oeste de Alemania poseía más o menos tierra, la granja campesina tendió a ver reducido su tamaño, lo que hizo que las condiciones materiales del campesinado empeoraran. En todas partes el colono empezó a depender cada vez más de las fuerzas de mercado y sus relaciones para con el señor se hicieron puramente monetarias, porque la emancipación en el oeste no se limitó a dejar al campesino agobiado por pagos monetarios, en sustitución de las antiguas obligaciones y servicios, sino que el hambre obligó a muchos campesinos a arrendar tierras de los terratenientes sobre una pura base contractual.

Durante al revolución de 1848, cuando el campesino intentó sacudirse la carga monetaria de los alquileres, intereses e hipotecas, no se rebelaba contra el feudalismo que había desaparecido casi por completo, sino contra las obligaciones legales y contractuales que lo habían sustituido.

En 1848, el campesino no se sentía interesado por las reformas constitucionales, sino por la transformación agraria. Las concesiones otorgadas por los gobiernos, fueron hechas bajo la presión del riesgo de una rebelión campesina. Los liberales, por su respeto a los derechos de propiedad, perdieron entonces la oportunidad de aliarse con los campesinos para expropiar a la nobleza y minar así la base de apoyo que éste prestaba a los estados monárquicos. Los reaccionarios, por su parte, se vieron obligados a erradicar los últimos restos de feudalismo y allanar el camino hacia la economía de mercado. En Alemania occidental esto supuso que los nobles siguieran en su condición de receptores de rentas y propietarios ausentes, mientras que los campesinos se convirtieron en propietarios sin reserva de su tenencia hereditaria.

El proceso de reforma agraria expuso tanto al campesinado como al terrateniente a los rigores de la economía de mercado. En todos los estratos sociales hubo perdedores: colonos que se convirtieron en trabajadores asalariados, que emigraron hacia las ciudades o atravesaron el océano; propietarios cada vez más endeudados y que finalmente debían vender sus propiedades para poder pagar sus deudas. Si bien hubo Junkers terratenientes que se hundieron en un número cada vez mayor de deudas, los Junkers, como estamento, sobrevivieron a los cambios. Gracias a su influencia sobre el Estado pudieron conservar una situación de privilegio, recurriendo al Estado, por ejemplo, en busca de protecciones arancelarias frente a la competencia extranjera.

A pesar de las presiones provenientes de abajo, las transformaciones agrarias tuvieron lugar como un proceso controlado desde arriba. Los campesinos tuvieron que emigrar a las ciudades como mano de obra aceptable y disciplinable para el trabajo en las minas y en las fábricas.

Debe insistirse en la gran desigualdad evolutiva de una Alemania políticamente dividida. Después de 1815, seguían existiendo en Alemania más de treinta administraciones políticas separadas, con sus propios sistemas legales, monetarios, de pesos y medidas y con sus propias fronteras aduaneras. El nuevo industrialismo se basaba principalmente en unas pocas materias primas: carbón, hierro y algodón. Alemania abundaba en los dos primeros, pero sus reservas se encontraban colocadas en unas pocas zonas de la periferia.

Ante esta situación, no podía hablarse de una economía nacional. La fragmentación política, las lealtades locales y el predominio de una economía campesina y de pequeños artesanos, unidos a la falta de medios de transporte, limitaban mucho el tamaño del mercado. Alemania era más bien una colección de pequeñas economías locales, cada una de ellas más o menos aislada del resto.

En estas condiciones, las influencias reaccionarias de la herencia medieval, pudieron conservar su fuerza hasta el siglo XIX. La clase media urbana era débil, porque las ciudades eran pocas y pequeñas, dedicadas a las profesiones y el servicio del Estado; carecía de la autoconciencia y la independencia de las clases media de Francia o Inglaterra.

Una sociedad de este tipo suele producir poco capital inversionista, y Alemania sufrió una carencia crónica de capital inversor y de mano de obra para la industria. El mercado de mano de obra se veía limitado por el inmovilismo de la población campesina. Pero, a medida que aumentó la presión sorbe la tierra, la tendencia fue a una mayor emigración a las ciudades. Quizás ello sea indicativo de que el factor decisivo en la limitación del crecimiento económico fue la falta de acumulación de capital y no la falta de mano de obra.

¿Cómo se llegó entonces a la eliminación de las barreras que se oponían al desarrollo? Lo más decisivo fue, quizás, la presión ejercida en el interior de Alemania por los cambios sucedidos en los otros países. La Revolución Francesa contribuyó a preparar el terreno para el cambio y, luego, más claramente, la ocupación napoleónica de la región del Rhin. La industrialización inglesa, por su parte, influyó a través de la exportación a Alemania de productos manufacturados, de la apertura de mercados para productos alemanes, a través del estímulo a la utilización de nuevas técnicas, y a través de la importación de capital e iniciativa empresarial inglesa. La presencia en Alemania de fuentes de carbón y hierro fue un factor de gran importancia para atraer el capital y los hombres de negocios extranjeros.

Pero la primera iniciativa concreta para la aparición de las empresas y la inversión de capital partió de la burocracia prusiana. La regulación arancelaria de 1818 adopto un patrón tarifario uniforme, proteccionista, para todos los territorios prusianos. Esto dejó a Prusia con muchas millas de fronteras aduaneras con los otros estados alemanes, lo que impedía el libre flujo comercial e invitaba al contrabando. La conveniencia administrativa llevó a un acuerdo sobre los aranceles con los estados vecinos. En 1834 se puso en vigor el Zollverein, con lo cual, la mayor parte de Alemania quedó unificada en una única región de libre comercio. Se trató de un arreglo entre estados que, por razones históricas o culturales, poseían muchas cosas en común y ya estaban asociados en la Confederación Germánica creada en 1815.

Hasta entonces, el peso político en la Confederación había sido de Austria, pero el Zollverein fue una creación prusiana y su burocracia logró mantenerlo bajo su control. La alternativa de unas uniones aduaneras sin Prusia no era viable; en cambio, sí lo era una unión aduanera sin Austria. El Zollverein amplió los límites legales de libre mercado e hizo posible la libre circulación de mercaderías, con lo cual tendió a destruir los antiguos particularismos y las diferencias locales.

Para posibilitar la realización de un mercado interno unificado, debían mejorarse los transportes. El ferrocarril tuvo importancia decisiva en esta etapa. Durante la década de 1840, la construcción ferroviaria avanzó rápidamente en muchas partes del país. La construcción se financió con capital estatal, pero, sobre todo en la primera etapa, el gran aporte fue del capital extranjero. Este capital acudía a Alemania debido a la existencia de recursos minerales, base para las industrias de hierro y de ingeniería, directamente estimuladas por la construcción de ferrocarriles. El ferrocarril introdujo un factor inédito en la vida alemana: al establecer vínculos ferroviarios, el contacto y la emigración sustituyeron al antiguo particularismo e inmovilidad.

Sin embargo, la estructura política, aunque cambió en algunos aspectos importantes, retuvo su antiguo carácter autocrático y conservador. La razón principal de este rasgo fue el fracaso de la clase media liberal en la revolución de 1848, pues no logró establecer un estado constitucional unificado. Con Bismarck, Prusia reclamó la hegemonía política en Alemania y la impuso en el campo de batalla derrotando a Austria. Luego, con la derrota del Segundo Imperio de Napoleón III, el nuevo Imperio Alemán se convirtió en el estado más poderoso del continente europeo. Este Nuevo Estado, a pesar de la aceptación del sufragio universal y de un parlamento nacional, siguió siendo una autocracia regida por la nobleza terrateniente tradicional del este de Alemania. Este estado incorporó las tradiciones burocráticas y militaristas de la antigua Prusia.

Desde 1848, Alemania había sufrido cambios sociales profundos. El desarrollo de la economía había hecho aparecer una clase media más numerosa, cuyo punto de equilibrio se desplazaba ahora hacia el mundo comercial. Sus objetivos se centraban en el éxito material y en la sumisión a las fuerzas del poder. Su nacionalismo desbordaba a su liberalismo. Muchos de sus miembros cooperaron con los conservadores dinásticos y aceptaron los rasgos aliberalismo y militaristas que la hegemonía de Prusia había preservado dentro de la nueva Alemania.

Una industria adelantada y un rápido crecimiento se daban junto con una sociedad dominada aún por una clase superior agraria ligada a los valores preindustriales. El creciente poder económico de Alemania estaba dirigido por personas pertenecientes al antiguo régimen.

La rápida transformación económica que empezó hacia los años cuarenta, vino aparejada con la unificación del país por la fuerza bajo el liderazgo prusiano y confirió al capitalismo industrial alemán su carácter específico.

La monarquía de los Hohenzollern, apoyada por los Junkers aprovechó las tendencias y corrientes que conducían a la unidad. La existencia del Zollverein y la fuerza económica de Prusia, donde se encontraban las principales áreas industriales en expansión, la convirtieron en la cabeza de la industrialización. De modo que el poder industrial de Alemania apareció dentro de una estructura arcaica de autocracia, militarismo y tradicionalismo, que conservaba tanto la monarquía como la clase señorial terrateniente de la Alemania oriental.

Al principio, la mayor parte del capital para los sectores en expansión provino del extranjero. La falta de grandes fortunas dispuestas a embarcarse en empresas industriales, hizo inevitable esta solución.

A diferencia de lo que acontecía en Inglaterra, donde lo bancos se mantenía alejados de las inversiones a largo plazo, no sólo por considerarlas inseguras sino también porque los empresarios establecidos podían obtener todo el capital necesario a través de sus propios beneficios pasados, en Alemania existieron relaciones íntimas desde el primer momento entre banqueros e industria. Mientras que en Inglaterra la sociedad por acciones era poco utilizada como medio de inversión industrial, en Alemania era muchas veces el único medio que permitía obtener capital suficiente para iniciar una nueva industria o ampliar las ya existentes. En Alemania fue la industria pesada quien tomó la delantera. Ya desde los inicios de la industrialización alemana, existió un nexo íntimo entre industria e instituciones financieras.

 

Texto 10. Industria e Imperio- La segunda fase de la industrialización, Hobsbawm

Primera fase de la industrialización británica à textil à había legado a sus límites

Nueva faseà sostén más firme para el crecimiento económico à industrias de base: carbón, hierro, acero. à Época de construcción ferroviaria.

 

Razones para la segunda revolución à

1) creciente industrialización experimentada por el resto del mundo, que suponía un mercado en rápido crecimiento para aquellos productos de base que sólo podían ser importados del “taller del mundo” y que aún no producían en cantidades suficientes los países que estaban industrializados. Revolución del transporte dio un ímpetu adicional a esta apertura de nuevos mercado y expansión de los viejos.

2) Presión de las grandes acumulaciones de capital hacia las inversiones rentables, presión perfectamente ilustrada por la construcción de ferrocarriles. Por lo menos en el corto plazo el desarrollo del ferrocarril no reflejaba las necesidades de transporte de la economía industrial. La mayoría del país tenía fácil acceso al transporte acuático, y era entonces la más económica para productos en grandes cantidades. La línea Liverpool-Manchester, la primera de las líneas generales de ferrocarriles, inspiró a su vez a otros inversores y hombres de negocios ansiosos por expansionar los negocios de sus ciudades y obtener beneficios adecuados sobre su capital. El dinero que el inglés rico “había invertido en su juventud en préstamos de guerra y gastado en su edad madura en las minas sudamericanas, estaba dispuesto para ser invertido en la segura Gran Bretaña. Si lo fue en los ferrocarriles obedeció a la ausencia de cualquier otro negocio que absorbiera el mismo capital, por lo que éstos pasaron de ser una innovación valiosa en el transporte a un programa nacional clave de inversión de capital.

El dinero invertido produjo: (1) un nuevo sistema de transportes, (2) un nuevo medio de movilizar acumulaciones de capital de todas clases para fines industriales, y sobre todo (3) una amplia fuente de empleo y (4) un gigantesco y duradero estímulo para la industria de productos de base en Gran Bretaña. Desde el punto de vista individual del inversor, los ferrocarriles fueron con frecuencia otra versión de los préstamos americanos. Desde el punto de vista de la economía en su conjunto, fueron una solución admirable para la crisis de la primera fase del capitalismo británico. La construcción de ferrocarriles supuso asimismo un estímulo crucial a la exportación de productos de base para las necesidades de su construcción en el extranjero.

La construcción mundial de ferrocarriles prosiguió cada vez a mayor escala por lo menos hasta la década de 1880. Se construyeron en gran parte con capital británico, materiales y equipo británicos y, con frecuencia, por contratistas británicos.

Con esta notable expansión Alemania y a los Estados Unidos se convirtieron en economías industriales superiores pronto comparables a Gran Bretaña, abriendo a la agricultura de exportación nuevas zonas (praderas norteamericanas, las pampas sudamericanas o las estepas de Rusia meridional), rompiendo con flotillas de guerra la resistencia de China y Japón al comercio extranjero y echando los cimientos para las economías de países tropicales y subtropicales basadas en la exportación de minerales y productos agrarios. Hasta la crisis de 1870 los principales efectos de estos cambios fueron beneficiosos para el mayor, y en algunas partes del mundo único, exportador de productos industriales y de capital (gran Bretañas).

Pueden advertirse tres consecuencias de este cambio en la orientación de la economía británica:

1. Revolución Industrial en las industrias pesadas, por primera vez proporcionaron a la economía suministros abundantes de hierro y de acero (que hasta entonces se obtenía con métodos anticuados y en pequeñas cantidades)

El aumento del carbón fue conseguido sustancialmente por métodos familiares, por lo que la expansión en su producción supuso un notable incremento del número de mineros. En lo que respectaba a la industria nacional, los mineros (concentrados en aglomeraciones dedicadas a una sola industria) constituían uno de los pocos grupos de obreros manuales capaces de determinar la suerte de los distritos electorales.

El gran incremento en la producción de hierro se debió también a mejoras no revolucionarias, y principalmente a un notable aumento de la capacidad productiva de los altos hornos que tendió a mantener la capacidad de la industria muy por delante de su producción, provocando así una tendencia constante a la baja del precio del hierro.

La producción de acero se vio revolucionada por la invención del convertidor Bessemer en 1850, el horno de reverbero en la década de 1860 y el proceso de revestimiento básico a fines de la de 1870. La nueva capacidad de producción masiva de acero reforzó el impulso general dado a las industrias de base por el transporte. Su expansión proporcionó a la mano de obra no cualificada un trabajo mejor pagado y, al drenar el excedente rural, mejoró la condición de los jornaleros del campo restantes.

El surgimiento de las industrias de base proporcionó un estímulo comparable para el empleo de mano de obra cualificada en al vasta expansión de la ingeniería, la construcción de máquinas, barcos, etc. El número de obreros empleados en esas industrias también se duplicó. Ellos reforzaron en gran medida una aristocracia laboral que se consideraba a sí misma en mejor posición que la mayoría de la clase obrera.

2. Mejora notable del empleo en general, y una transferencia a gran escala de mano de obra de los trabajos peor pagados a los mejor remunerados. Esto tiene mucho que ver con la sensación de mejora general en el nivel de vida y la remisión de las tensiones sociales durante los dorados años, ya que el índice de salarios de muchos obreros no aumentó de modo significativo, y las condiciones de vivienda y comodidades urbanas seguían siendo sorprendentemente malas.

 

3. Notable aumento de la exportación de capital británico (especialmente EEUU). Esta emigración de capital fue una parte del notable flujo de beneficios y ahorros en busca de inversión que, gracias a las transformaciones del mercado de capital en la época del ferrocarril, no se interesaba ya en los anticuados bienes raíces o valores del gobierno, sino en interesaba en participaciones industriales. Negociantes y promotores estaban ahora en condiciones de obtener capital de una masa de inversores despistados que esperaban obtener beneficios para su capital en cualquier parte de la dorada economía mundial, y lo encontraban por medio de sus agentes habituales y de corredores de bolsa, quienes con frecuencia pagaban a aquéllos para que les canalizaran tales fondos. La nueva legislación que hizo posible las sociedades por acciones de responsabilidad limitada, estimuló nuevas inversiones aventureras, si la compañía en cuestión iba a la quiebra el participante sólo perdía su inversión, no toda su fortuna como venía ocurriendo hasta entonces.

Económicamente, la transformación del mercado de capitales fue un medio valioso, aunque ciertamente no esencial, de movilizar capital para invertir en grandes empresas más allá de las posibilidades individuales de los socios, o para establecer empresas en lugares remotos del globo. Socialmente reflejaba el crecimiento de una clase de terratenientes, que vivía de los beneficios y ahorros procedentes de las acumulaciones de las dos o tres generaciones anteriores.

Gran Bretaña entró con los ferrocarriles en el período de la plena industrialización. Su economía descansaba firmemente en la producción de materias básicas, lo que a su vez facilitó la penetración de la tecnología y organización modernas en una amplia variedad de industrias. Una economía industrial plenamente industrializada requiere continuidad. Uno de los reflejos más impresionantes de la nueva fue la disponibilidad de los ingleses para aceptar sus revolucionarias formas de vida como naturales o por lo menos irreversibles, y adaptarse a ellas. Las diversas clases lo hicieron de formas distintas.

Patronos à Las “clases medias” británicas se dedicaron sobre todo a establecer una economía industrial. Política y socialmente esto significó un notable esfuerzo para dotarse de confianza y orgullo en su tarea histórica y una larga batalla contra “la aristocracia” para rehacer las instituciones de Gran Bretaña de forma convincente para el capitalismo industrial. Las reformas de la década de 1830 y la implantación de librecambio en 1846 consiguieron estos objetivos. Hacia los “años dorados”, había vencido en su lucha: el movimiento de los miserables -jacobinos, cartistas, socialistas primitivos- desapareció. Pero económicamente el cambio fue espectacular. La clase patronal misma no estaba completamente familiarizada con las reglas del juego industrial, o bien no quería atenerse a ellas. Estas reglas querían que las transacciones económicas fueran gobernadas esencialmente por el libre juego de las fuerzas en el mercado que produciría automáticamente los mejores resultados. No creían que estas consideraciones fuesen aplicables a los obreros. Éstos aún se veían atados por largos e inflexibles contratos. Los incentivos económicos no eran en absoluto frecuentes. El único incentivo generalmente reconocido era el beneficio; a los que no lo obtenían como empresarios o subcontratistas, no les quedaba otro recurso que el trabajo al ritmo señalado por la máquina. Aunque ya entonces se sabía que salarios más altos y menos horas de trabajo podían aumentar la productividad, los patronos se aplicaron a comprimir los salarios y alargar las jornadas. A las sociedades obreras se las creía o bien condenadas al fracaso casi inmediato o se las tenía por vehículos de la catástrofe económica. Aunque dejaron de ser formalmente ilegales en 1824, los patronos hicieron cuanto pudieron para destruirlas allí donde fue posible.

Obreros à En estas circunstancias no era sorprendente que los obreros rehusaran también aceptar un capitalismo que al principio estaba lejos de atraerles y en la práctica era realmente poco lo que les ofrecía. Y si los “trabajadores pobres” dudaban en aceptar el sistema como permanente, aún estaban menos dispuestos a adaptarse a él, incluso en sus luchas.

En algún momento de la década de 1840 todo esto comenzó a cambiar. Los patronos comenzaron a sustituir los métodos “extensivos” de explotación por los “intensivos”, que significaban todo lo contrario. El pago por resultados (es decir, por incentivos) se popularizó mucho más, mientras que los contratos tendieron a hacerse más cortos y más flexibles. La compulsión extraeconómica disminuyó y la disponibilidad para aceptar una supervisión legal de las condiciones de trabajo se incrementó. Estas victorias eran relajadoras de tensión. Los industriales británicos se sentían lo bastante ricos y confiaban en poder soportar tales cambios.

A fines de la década de 1860 estos cambios se hicieron más visibles, porque fueron más formales y oficiales. En 1867 la legislación fabril desbordó por primera vez las industrias textiles. Las sociedades obreras fueron aceptadas como partes permanentes y no nocivas por ellas mismas de la escena industrial. Leyes de 1871 y 1875 daban a estos sindicatos un grado de libertad legal que desde entonces los abogados de mentalidad conservadora han tratado repetidamente de cortar.

Pero el síntoma más evidente del cambio fue político: la Reform Act de 1867 (seguida por importantes cambios legislativos) aceptó un sistema electoral que dependía de los votos de la clase obrera. Los dirigentes de Gran Bretaña no recibieron bien la Reforma, pero estaban dispuestos a aceptarla, porque ya no consideraban a la clase obrera británica como revolucionaria. La veían escindida en una aristocracia laboral políticamente moderada, dispuesta a aceptar el capitalismo, y en una plebe proletaria políticamente ineficaz a causa de su falta de organización y de liderazgo, que no ofrecía peligros de cuidado. Los grandes movimientos de masas que movilizaban a los trabajadores pobres contra la clase empresarial estaban muertos. El socialismo había desaparecido de su país de origen. Descubrieron que el capitalismo era un sistema permanente que permitía determinadas mejoras. Ahora había sindicatos que trataban de explotar las leyes de la economía política para crear una escasez de su tipo de trabajo e incrementar así los salarios de sus miembros.

Los años que van de 1873 a 1896 son conocidos por los historiadores de la economía con la “gran depresión”. Si “depresión” significa un penetrante acumulo de dificultades y sombrías perspectivas en el futuro de la economía británica, la palabra es adecuada. La economía se estancó. Precios, beneficios y porcentajes de interés cayeron o se mantuvieron desoladoramente bajos. Entre 1890 y 1895 tanto los Estados Unidos como Alemania sobrepasaron a Gran Bretaña en la producción de acero. Gran Bretaña dejó de ser el “taller del mundo” y pasó a ser tan sólo una de sus tres mayores potencias industriales; en algunos aspectos clave, la más débil de todas ellas.

La “gran depresión” fue un fenómeno a escala mundial, aunque sus efectos variaran de un país a otros y en algunos fue un período de extraordinario adelanto en vez de estancamiento. Señala globalmente el fin de una fase de desarrollo económico - la fase “británica” de industrialización- y el inicio de otra.

En lo que se refiere a los países industriales el gran “boom” fue algo así como una difusión de la Revolución industrial británica y de la tecnología sobre la que ésta se basaba. Por lo que respecta a los productores de materias primas, significó la construcción de un sistema de transportes global basado en el ferrocarril y en la mejora de la navegación capaz de unir regiones de explotación económica relativamente fácil y diversas zonas mineras con sus mercados en el sector del mundo urbanizado e industrializado. Ambos procesos estimularon inmensamente la economía británica sin hacerle ningún daño perceptible. No obstante, ninguno de los dos podía continuar indefinidamente.

Por una parte, la gran reducción de los costos tanto en la industria como (gracias a la revolución de los transportes) de las materias primas, habría de reflejarse más pronto o más tarde en una caída de los precios. Sus efectos fueron realmente catastróficos, en determinados sectores de la agricultura, por fortuna componente relativamente menor de la economía británica. Tan pronto como los flujos masivos de productos alimenticios baratos convergieron en las zonas urbanas de Europa -en la década de 1870- cayó la base del mercado agrícola. La agricultura británica quedó devastada por haberse especializado en cereales que resultaron totalmente incompetitivos, pero no era lo suficientemente importante como para conseguir proteccionismo y con el tiempo cambió a productos sin competencia, o sin posibilidad de competencia, por parte de los productores extranjeros.

Desaparecieron los beneficios inmediatos de la primera fase. Las posibilidades de las innovaciones técnicas de la época industrial original (británica) tendieron a agotarse.. A medida que se llenaba el vacío de la demanda, los mercados tendían a saturarse, pues aunque era evidente que se habían incrementado no lo habían hecho con suficiente rapidez para mantenerse a la par de la múltiple expansión de producción y capacidad en productos manufacturados. A medida que declinaban los beneficios de los pioneros industriales, estrujados por arriba por la competencia en la reducción de precios y por abajo por las plantas mecanizadas cada vez más caras, con gastos generales inelásticos y cada vez mayores, los hombres de negocios buscaban ansiosamente una salida. Mientras, las masas de las clases trabajadoras, cada vez más nutridas en las economías industriales, se unían a la población agraria en revueltas por la mejora y el cambio. La era de la “gran depresión” fue también la emergencia de los partidos socialistas obreros (principalmente marxistas) por toda Europa, organizados en una internacional marxista.

En Gran Bretaña la crisis agraria afectó sólo marginalmente, y desde luego el flujo de las crecientes importaciones de alimentos y materias primas tenía sus ventajas. El cambio de ritmo en el progreso de la industrialización la afectó más. En primer lugar, porque la economía británica había sido llevada a una expansión interrumpida en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos. Los rentistas británicos se habían habituado al flujo de rentas procedentes de Norteamérica y de las zonas no desarrolladas del mundo, y en los años de 1870 sus deudores extranjeros no les pagaban.

La ruptura reveló que ahora existían otros países capaces de producir para ellos mismos, incluso quizá para la exportación, y que Gran Bretaña tan sólo estaba preparada para uno de los varios métodos posibles de hacer frente a la situación. A diferencia de otros países, que volvieron a los aranceles proteccionistas, Gran Bretaña se aferró firmemente al librecambio. Además, se rehusó a emprender una concentración económica sistemática tan característica de Alemania y de los Estados Unidos en los años 1880. Estaba demasiado comprometida con la tecnología y organización comercial de la primera fase de la industrialización como para adentrarse en la senda de la nueva tecnología revolucionaria y la dirección industrial que surgieron hacia 1890. Por ello sólo pudo tomar un camino, el tradicional: la conquista económica de las zonas del mundo hasta entonces inexplotadas: el imperialismo.

La época de la “gran depresión” inició así la era del imperialismo. El imperialismo no era algo nuevo para Gran Bretaña, lo nuevo era el fin del monopolio británico virtual en el mundo no desarrollado, y la consiguiente necesidad de deslindar formalmente las zonas de influencia imperial frente a competidores potenciales.

Una consecuencia más de la época de la “gran depresión”, es la emergencia de un grupo competidor de poderes industrial y económicamente adelantados: la fusión de la rivalidad política y económica, la fusión de la empresa privada y el apoyo gubernamental, que ya es visible en el crecimiento del proteccionismo y de la fricción imperialista. Los negocios requerían cada vez más del estado no sólo que les echara una mano, sino que los salvara. La política internacional entró en una nueva dimensión. Las grandes potencias se lanzaron una vez más hacia una época de guerras mundiales.

En 1870 Gran Bretaña había sido liberal. Hacia mediados de los 1890 el gran Partido Liberal se escindió; virtualmente todos sus aristócratas y una amplia sección de sus capitalistas devinieron conservadores o “unionistas liberales” que habían de fusionarse con los conservadores. Asomaba ya un Partido Laborista independiente, respaldado por los sindicatos e inspirado por los socialistas. En la Cámara de los Comunes se sentaba por primera vez un proletario socialista tocado con gorra de paño. Hacia el final de la “gran depresión” las cosas habían cambiado.

Fin!!!

 

Texto 11. La economía cambia de ritmo- Eric Hobsbawm

 

I

Aunque hubo algunas depresiones muy aguadas entre 1873 y mediados del decenio de 1890 a causa del ciclo comercial (ritmo básico de una economía capitalista), la producción mundial continuó aumentando en forma sustancial. El comercio internacional continuo aumentando de forma importante, aunque a un ritmo menos vertiginoso que antes. En esta misma década las economías industriales norteamericana y alemana avanzaron a pasos gigantescos y la revolución industrial se extendió a nuevos países como Suecia y Rusia. ¿Puede calificarse de “Gran Depresión” a ese periodo de espectacular incremento productivo?

Lo que preocupaba a los economistas y hombres de negocios, era la prolongada "depresión de los precios, una depresión del interés y una depresión de los beneficios", (Marshall, 1888). Tras el drástico hundimiento de la década de 1870 lo que estaba en juego no era la producción, sino su rentabilidad.

La agricultura fue la víctima más espectacular de esa disminución de los beneficios y constituía el sector más deprimido de la economía y aquél cuyos descontentos tenían consecuencias sociales y políticas más inmediatas y de mayor alcance. Las consecuencias para los precios agrícolas fueron dramáticas. Las dos respuestas más habituales entre la población fueron la emigración masiva (aquéllos que carecían de tierras o que tenían tierras pobres) y la cooperación (campesinos con explotaciones potencialmente viables).

A los hombres de negocios del siglo XIX les preocupara mucho más el descenso de los precios que su aumento, y en una centuria deflacionaria en su conjunto, ningún período fue más deflacionario que el de 1873-1896. La inflación no sólo es positiva para quienes están endeudados sino que produce un incremento automático de los beneficios por cuanto los bienes producidos con un costo menor se vendían al precio más elevado del momento de la venta. A la inversa, la deflación hace que disminuyan los beneficios. Una gran expansión del mercado puede compensar esa situación, pero lo cierto es que el mercado no crecía con la suficiente rapidez, en parte porque la nueva tecnología industrial posibilitaba y exigía un crecimiento extraordinario de la producción, en parte porque aumentaba el número de competidores en la producción y de las economías industriales, incrementando enormemente la capacidad total, y también porque el desarrollo de un gran mercado de bienes de consumo era todavía muy lento.

Otra dificultad radicaba en el hecho de que los costos de producción eran más estables que los precios a corto plazo, pues los salarios no podían ser reducidos proporcionalmente, al tiempo que las empresas tenían que soportar también la carga de importantes cantidades de maquinaria y equipo obsoletos o de nuevas máquinas y equipos de alto precio que, al disminuir los beneficios, se tardaba más de lo esperado en amortizar.

Una de las soluciones a la depresión consistía en una especie de monetarismo a la inversa. Se atribuía el descenso de los precios agrícolas fundamentalmente a la escasez de oro, que era cada vez más la base exclusiva del sistema de pagos mundial. Un sistema basado en el oro y la plata podría elevar los precios a través de la inflación monetaria. Ésta se convirtió en unos de los principios fundamentales de los movimientos populistas norteamericanos.

Los diferentes gobiernos mostraban una mejor disposición a escuchar a los grupos de intereses y a los núcleos de votantes (agricultores, sectores significativos de las industrias familiares) que les impulsaban a proteger a los productos nacionales de la competencia de bienes importados. La gran depresión puso fin a la era del liberalismo económico, al menos en los artículos de consumo. Las tarifas proteccioncitas, que comenzaron a aplicarse en Alemania e Italia a finales del decenio de 1870, pasaron a ser un elemento permanente en el escenario económico internacional.

De todos los países industriales, sólo el Reino Unido defendía la libertad de comercio sin restricción. Razones:

1. ausencia de un campesinado numerosos y por tanto de un voto proteccionista importante.

2. era el exportador más importante de productos industriales y había orientado su actividad cada vez más hacia la exportación

3. era el mayor exportador de capital, de servicios invisibles financieros y comerciales y de servicios de transporte.

4. era el mayor receptor de exportaciones de productos primarios del mundo y dominaba el mercado mundial de algunos de ellos.

La libertad de comercio permitía que los productores de materias primas de ultramar intercambiaran sus productos manufacturados británicos, reforzando así la simbiosis entre el Reino Unido y el mundo subdesarrollado, sobre el que se apoyaba fundamentalmente la economía británica. Al mostrarse partidario del liberalismo económico, el Reino Unido otorgó a los países proteccionistas la libertad de controlar sus mercados internos y de impulsar sus exportaciones.

En el siglo XIX, el núcleo fundamental del capitalismo lo constituían cada vez más las economías nacionales. El liberalismo era el anarquismo de la burguesía y en él no había lugar para el estado. El capitalismo no sólo era internacional en la práctica, sino internacionalista desde el punto de vista teórico. El ideal de sus teóricos era la división internacional del trabajo que asegurara el crecimiento más intenso de la economía. Sus criterios eran globales. El único equilibro que reconocía la teoría económica liberal era el equilibrio a escala mundial. Pero en la práctica ese modelo resultaba inadecuado. El mundo desarrollado no era tan solo un agregado de economías nacionales. La industrialización y la depresión hicieron de ellas un grupo de economías rivales, donde los beneficios de una parecían amenazar la posición de otras. No sólo competían las empresas, sino también las naciones. El proteccionismo expresó una situación de competitividad económica internacional.

En 1880-1914, el proteccionismo no era general ni tampoco excesivamente riguroso, y quedó limitado a los bienes de consumo y no afectó al movimiento de mano de obra y a las transacciones financieras internacionales. Contribuyó a ampliar la base industrial del planeta, impulsando a las industrias nacionales a abastecer los mercados domésticos, que crecían también a un ritmo vertiginoso. Fue la reacción política instintiva del productor preocupado ante la depresión, y no fue la respuesta económica más significativa del capitalismo a los problemas que le afligían. Ésta radicó en la combinación de la concentración económica y la racionalización empresarial, con lo que se intentaba ampliar los márgenes de beneficio, reducidos por la competitividad y la caída de los precios.

El control del mercado y la eliminación de la competencia sólo eran un aspecto de un proceso más general de concentración capitalista y no fueron ni universales ni irreversibles. La concentración avanzó a expensas de la competencia de mercado, las corporaciones a expensas de las empresas privadas, los grandes negocios y grandes empresas a expensas de las más pequeñas y esa concentración implicó una tendencia hacia el oligopolio.

Al igual que la concentración económica, la "gestión científica" fue fruto del período de la gran depresión. Su fundador y apóstol, F.W. Taylor (1856-1915), comenzó a desarrollar sus ideas en 1880 en la problemática industria del acero norteamericana. Buscó sacar mayor rendimiento a los trabajadores y lo intentó alcanzar mediante tres métodos fundamentales:

1) AISLAR A CADA TRABAJADOR del resto del grupo y transferir el control del proceso productivo a los representantes de la dirección, que decían al trabajador exactamente lo que tenía que hacer y la producción que tenía que alcanzar.

2) MEDIR EL TIEMPO Y EL RITMO DEL TRABAJO: “una descomposición sistemática de cada proceso en elementos componentes cronometrados”

3) PAGAR SALARIOS POR PRODUCTIVIDAD: sistemas distintos de pago de salario que supusieran para el trabajador un incentivo para producir más.

Existía una tercera posibilidad para solucionar los problemas del capitalismo: el imperialismo. La presión del capital para conseguir inversiones más productivas, así como la de la producción a la búsqueda de nuevos mercados, contribuyó a impulsar la política de expansión, que incluía la conquista colonial.

 

II

Desde mediados de la década de 1890-1914, la economía global prosperó. El paso fue tan drástico que los economistas buscaban alguna fuerza externa especial para explicarlo, que encontraron en el descubrimiento de enormes depósitos de oro en Sudáfrica.

Los historiadores de la economía tienden a centrar su atención en dos aspectos del período: la redistribución del poder y la iniciativa económica, es decir, en el declive relativo del Reino Unido y en el progreso relativo de Estados Unidos y sobre todo en Alemania, y asimismo en el problema de las fluctuaciones a largo y a corto plazo, es decir, fundamentalmente en la "onda larga" de Kondratiev.

La teoría de Joseph Alois Schumpeter (1883-1950), asocia cada fase descendente con el agotamiento de los beneficios potenciales de una serie de innovaciones económicas y la nueva fase ascendente con una serie de innovaciones fundamentalmente tecnológicas, cuyo potencial se agotará a su vez. Existe un aspecto del análisis de Kondratiev que es pertinente para un período de rápida globalización de la economía mundial: la relación entre el sector industrial del mundo, que se desarrolló mediante una revolución continua de la producción, y la producción agrícola mundial, que se incrementó fundamentalmente gracias a la incorporación de nuevas zonas geográficas de producción o de zonas que se especializaron en la producción para la exportación.
¿Cómo explicar que la economía mundial tuviera tan gran dinamismo? La clave en esta cuestión hay que buscarla en el núcleo de países industriales o en proceso de industrialización, pues actuaban como locomotoras del crecimiento global, tanto en su condición de productores como de mercado. Esos países constituían una masa productiva enorme y en rápido crecimiento y ampliación en el centro de la economía mundial. Constituían también una masa cada vez más impresionante de compradores de productos y servicios del mundo, era un conjunto cada vez menos dependiente de las economías rurales tradicionales. Gracias al descenso de los precios que se habían producido durante el período de la depresión, esos consumidores disponían de mucho más dinero que antes para gastar. Los hombres de negocios comprendían la gran importancia colectiva de esa acumulación de consumidores, incluso entre los pobres. La industria de la publicidad, que se desarrolló como fuerza importante en este período, los tomó como punto de mira. La venta a plazos, que apareció durante esos años, tenía como objetivo permitir que los sectores con escasos recursos pudieran comprar productos de alto precio.

III
Rasgos principales de la economía mundial durante la era del imperio:

a) su BASE GEOGRÁFICA era mucho MAS AMPLIA que antes; El sector industrial y en proceso de industrialización se amplió, el mercado internacional de materias primas se amplió extraordinariamente lo cual implicó también el desarrollo de las zonas dedicadas a su producción y su integración en el mercado mundial. (1880-1913, se triplicó el comercio),

b) La ECONOMIA MUNDIAL era MUCHO MÁS POPULAR que antes. Era de rivalidad entre los diferentes Estados, había dejado de ser monocéntrica (sólo Reino Unido). Este pluralismo quedó enmascarado por la dependencia que se mantuvo e incrementó, de los servicios financieros, comerciales y navieros con respecto al Reino Unido, ya que

c) La City londinense era el centro de las transacciones internacionales, asimismo, la enorme importancia de las inversiones británicas en el extranjero y su marina mercante reforzaban aun más la posición central del país en UNA ECONOMÍA MUNDIAL CENTRADA EN LONDRES.

d) La REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA (telégrafo, teléfono, cine, automóvil y aeroplano), para los contemporáneos consistió en actualizar la Primera Revolución Industrial mediante una serie de perfeccionamientos en la tecnología del vapor y del hierro por medio del acero y las turbinas.

e) Doble TRANSFORMACIÓN EN LA ESTRUCTURA Y MODUS OPERANDO DE LAS EMPRESA CAPITALSITA: por una parte se produjo la concentración del capital y el retroceso del mercado de libre competencia; por otra parte, se llevó a cabo el intento sistemático de racionalizar la producción y la gestión de la empresa, aplicando “métodos científicos” nos sólo a la tecnología, sino a la organización y a los cálculos,

f) Se produjo un EXTRAORDINARIA TRANSFORMACIÓN DEL MERCADO DE LOS BIENES DE COSNUMO, limitado hasta entonces a los productos alimenticios y al vestido. (producción masiva). Cambio cuantitativo como cualitativo. Una tecnología revolucionaria y el imperialismo contribuyeron a la aparición de una serie de productos y servicios nuevos para el mercado de masas, cuya consecuencias evidentes fue la creación de comunicación de masas.

g) Importante CRECIMIENTO DEL SECTOR TERCIARIO de la economía (servicios, transporte, comercio, etc.), público y privado. aumento de puestos de trabajo en las oficinas, tiendas y otros servicios.

h) Se dio una CONVERGENCIA CRECIENTE ENTRE LA POLÍTICA Y LA ECONOMÍA. Papel cada vez más importante del gobierno y del sector público Este era uno de los síntomas del retroceso de la economía de libre mercado que había sido el ideal del capitalismo a mediados del siglo (la “mano invisible” de Smith, era cada vez más visible).

Por una parte, la democratización de la política impulsó a los gobiernos a aplicar políticas de reforma y bienestar social, así como a iniciar una acción política para la defensa de los intereses económicos de determinados grupos de votantes. Por otra parte, las rivalidades políticas entre los Estados y la competitividad económica entre grupos nacionales de empresarios convergieron contribuyendo tanto al imperialismo como al nacimiento de la Primera Guerra Mundial. Por cierto, también condujeron al desarrollo de industrias como la de armamento, en la que el papel del gobierno era decisivo. Sin embargo, mientras que el papel estratégico del sector público podía ser fundamental, su peso real en la economía siguió siendo modesto, complemento secundario de la economía privada. Fin!!!!