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Historia Social Contemporánea Resumen de Palazuelos: El sistema económico y su reforma Cátedra: Rofe 2° Cuat. de 2010 Altillo.com

Texto Palazuelos – El sistema económico y su reforma

 

El sistema económico

Antecedentes

Las primeras medias revolucionarias fueron la reorganización general de la economía bajo el control de un órgano estatal, la nacionalización de las principales industrias y de los bancos, el inicio del control de la producción por parte de las organizaciones obreras y la promulgación de una reforma agraria que concedía la tierra a los campesinos.

Apenas 9 meses después de la revolución de Octubre el inmenso territorio soviético se vio implicado en una guerra civil auspiciada por las potencias occidentales. Se inició así el comunismo de guerra, en el que la política económica se basó en el absoluto control del Estado sobre la economía con el objetivo de garantizar los suministros que exigía el frente militar. Se nacionalizó toda la industria y el comercio.

Al comenzar la primavera de 1921, el gobierno bolchevique había conseguido la victoria militar y se mantenía en el poder, pero la situación económica era gravísima. En esas circunstancias se puso en marcha la Nueva Política Económica (NEP), que se fundamentaba en tres criterios básicos: resistir el aislamiento internacional, restablecer la colaboración entre el Estado y los campesinos, y conseguir la recuperación económica sobre la base del desarrollo de la agricultura.

La NEP trataba de estimular la producción agraria a través de la libre compra-venta de los artículos agropecuarios, de la tierra y de la fuerza de trabajo; planteaba el pleno funcionamiento de las relaciones de mercado.

Al cabo de varios años de NEP, hacia mediados de la década de 1920, se podía constatar que la agricultura estaña obteniendo buenos resultados. La producción aumentaba y se elevaba la renta de los campesinos, pero al mismo tiempo crecían las diferencias sociales entre ellos (una minoría concentraba gran parte de la renta agraria).

La NEP provocó grandes debates entre los dirigentes bolcheviques. Como resultado, a partir de 1926/27 se hizo evidente que s estaban introduciendo cambios importantes: crecía la industria planeada desde el Estado, las inversiones se dirigían preferentemente hacia las industrias pesadas, el comercio volvía a estar rígidamente controlado por el Estado y aumentaban las presiones sobre la agricultura y los campesinos.

La situación económica era utilizada como justificación para la defensa de las posiciones de los órganos de la dirección del partido. Sin embargo, ya en 1928 se trataba de una lucha desigual porque la mayoría del aparato del partido (Stalin) había optado por acabar con sus adversarios e imponer un cambio radical en la economía basado en 3 premisas: la colectivización de la agricultura, la industrialización acelerada en gran escala y la aplicación de planes económicos impuestos desde la dirección del Estado.

 

La formación del sistema económico

El viraje de 1929 inició un cambio histórico, en la medida en que provocó la ruptura con el proceso anterior.

El marco de gestión de la economía. El aparto estatal dominaba la economía porque era el propietario de los principales medio de producción e intercambio y controlaba la distribución de la renta entre el consumo y la acumulación.

Las relaciones estatales determinaban una configuración de la estructura social en la que los sujetos, las estructuras y los criterios de carácter económico eran suplantados por otros de naturaleza administrativa. El poder despótico imponía la máxima centralización de las decisiones desde los órganos superiores de la jerarquía política y garantizaba la sumisión de los organismos inferiores que ejecutaban aquellas decisiones.

Las empresas constituían el último eslabón de esa cadena de mando, convertidas en meras instancias dedicadas al cumplimiento de las cifras de producción fijadas por los organismos superiores.

Modelo de acumulación. La estrategia del régimen soviético seguía siendo la apertura de una vía no capitalista para la industrialización y el desarrollo económico-social. El viraje de 1929 tenía como objetivo la construcción inmediata de una base industrial en gran escala y, en la medida en que fuese posible, la eliminación de los problemas sociales más agudos (desempleo, pobreza, etc.).

La estrategia de crecimiento impuesta desde la cúspide del Partido-Estado a través de los órganos de planificación defendía una aceleración del desarrollo industrial concediendo una prioridad absoluta a las ramas pesadas.

En el pazo de 10 años la estructura económica soviética se había transformado radicalmente: el país se hallaba fuertemente industrializado y había conseguido construir un aparato productivo sustentado en una base energética suficiente, en el fortalecimiento de algunas producciones intermedias (metalúrgica, siderúrgica, químicas) y en la creciente dotación de maquinaria y material de transporte.

Ese fuerte crecimiento económico se produjo con un carácter extensivo y en un contexto internacional adverso: contó con el obstáculo de unas relaciones exteriores muy desfavorables, debido a las restricciones comerciales y financieras y al sistemático hostigamiento practicado por las potencias occidentales.

Al mismo tiempo, el fuerte crecimiento económico provocaba desequilibrios entre ramas, en detrimento de la agricultura y de la producción de bienes de consumo. Estas ramas quedaron rezagadas porque los recursos asignados eran insuficientes y la relación de precios con la industria pesada netamente desfavorable.

El sector agrario era utilizado por el Estado como una fuente decisiva para la captación de recursos. Proporcionaba materias primas, alimentos, mano de obra y una pequeña cobertura exterior para la compra de artículos industriales; pero fundamentalmente la agricultura aportaba recursos financieros para la industria, a través de los impuestos y de la política de precios.

El excedente económico, es decir la producción neta generada cada año, crecía rápidamente conforme se iba consolidando la nueva capacidad productiva instalada. Ese excedente era distribuido por el estado, que destinaba alrededor de la tercera parte a las necesidades de la acumulación el resto se distribuía entre el gasto de los organismos sociales y del aparato estatal y algo menos de la mitad de la renta se destinaba al consumo privado de la población.

La productividad del trabajo y de los equipos productivos era relativamente baja, debido principalmente a: el atraso tecnológico, la defectuosa política de inversiones y los problemas derivados del abastecimiento técnico-material.

El proceso económico estaba organizado con el objeto de reproducir el crecimiento interactivo entre el excedente y la acumulación.

Los bienes de producción se distribuían a través de un solo organismo llamado Gossnab, según las pautas establecidas por el plan. El mercado de bienes de consumo también se encontraba rígidamente controlado porque la cantidad de productos, sus precios y los ingresos de la población estaban fijaos por el plan.

En definitiva, el Estado era capaz de garantizar el funcionamiento de un sistema económico que proporcionaba un incremento paulatino del excedente. Sin embargo, el sistema económico determinaba un importante desequilibrio entre la producción industrial y agrícola, y entre las ramas ligeras y pesadas, disponiendo de una débil eficiencia productiva.

 

Alcance y límites del sistema económico

Ante la inminencia de la guerra, el tercer plan quinquenal (1938-1942) fue interrumpido para dar prioridad absoluta a los preparativos militares. Concluida ésta, se impuso la tarea urgente de reconstruir una economía cuya estructura industrial había quedado diezmada y colapsada. Sucesivamente, el cuarto y quinto plan quinquenal, vigentes entre 1946 y 1955, volvieron a demostrar las posibilidades industrializadoras del sistema soviético.

 

Efectos de la guerra

La incursión alemana a través de los territorios de Ucrania, la cuenca del Donetsk, el Cáucaso y el sur del Volga significó en escasas semanas la pérdida de un espacio que proporcionaba la mitad de las tierras cultivadas, casi la mitad de la población y la tercera parte de la producción total soviética.

Finalizada la guerra, la economía tuvo que enfrentarse de nuevo a la reanudación de sus actividades civiles, y en particular a la reconstrucción de su estructura industrial: una parte había quedado destruida o inutilizada, otra estaba orientada hacia el sector militar y otra había sido trasladada precipitadamente al este para no caer en manos alemanas.

 

Rápida industrialización

Los planes quinquenales de 1946-50 y 1951-55 guardaron una gran semejanza con los dos primeros aplicados en los años treinta: se trataba de consolidar con rapidez una estructura industrial en gran escala. Para ello se recurrió al mismo modelo de gestión estatal, rígidamente piramidal, y al mismo modelo de acumulación, dando prioridad absoluta a la industria pesada.

El fuerte crecimiento de las ramas principales de producción impulsó un notable desarrollo del sector industrial y de la renta nacional. El crecimiento se asentó, pues, en una amplia disponibilidad de recursos; fue un crecimiento extensivo.

En contrapartida, las ramas productoras de bienes de consumo crecieron con lentitud.

 

El ensayo de reforma de Jrushov

Tras la muerte de Stalin, en 1953, Nikita Jrushov es nombrado secretario general del partido en 1956. Se inició entonces un nuevo periodo que se caracterizó por un intento de reforma general del sistema económico.

Conservando como objetivo central la obtención de altas tasas de crecimiento, la reforma de Jruchov pretendía hacer compatibles varios objetivos cuya consecución permitiría modificar sensiblemente el marco de gestión y el modelo de acumulación:

-          Elevar la eficiencia productiva, mejorando la distribución y la utilización de los recursos, e impulsando el desarrollo tecnológico

-          Superar el atraso de la agricultura, incrementando su producción y el nivel de renta de los campesinos

-          Aumentar en nivel de vida de los trabajadores, incrementando la dotación de bienes de consumo

-          Modificar el tipo de planificación y la organización económica, reformando el aparato administrativo

-          Atender los requerimientos de la carrera armamentista, dotando al ejército de recursos para fortalecer el aparto militar

Para ello, fue necesario suspender el sexto plan quinquenal (1956-1960). Se elaboró entonces un séptimo plan que tendría una vigencia de 7 años (1959-65) y en el que se pretendía compatibilizar los objetivos antes citados.

Las dificultades para incrementar la productividad del trabajo y de los demás recursos productivos eran suplidas con grandes inversiones y con nuevas incorporaciones de trabajadores procedentes de la agricultura.

En la industria se concentraba más de la mitad del capital y las dos quintas partes de la fuerza de trabajo y de las nuevas inversiones.

Con respecto a los desequilibrios productivos dentro de la industria, el intento de mantener un fuerte crecimiento hizo incompatibles dos objetivos de la reforma: equilibrar el crecimiento de la generación de medios de la producción y de bienes de consumo, y asentar el desarrollo en la mejora tecnológica de los equipos.

El retraso de la producción agraria y de las industrias de bienes de consumo significaba el mantenimiento de bajos niveles de vida de la población. Se mejoraron las condiciones de educación, actividad cultural y salud, se estabilizaron los precios y se reordenó la normativa laboral.

El otro reto pendiente era la reforma del marco de gestión estatal que, emprendida en los años 1957-58, pretendía flexibilizar la aplicación de los planes, descentralizar las decisiones y reordenar el aparato administrativo que dirigía la economía. Los ministerios industriales que controlaban las producciones de cada rama o subrama fueron suprimidos y se constituyeron los consejos regionales, responsables de dirigir la actividad económica en el ámbito territorial de cada república, provincia y distrito.

El Gosplan quedó mermado en lagunas de sus funciones planificadoras y sin  relación jerárquica sobre con consejos regionales.

Estas y otras reformas, dieron lugar a una fuerte desorganización administrativa que condujo a un aparatoso caos en el funcionamiento de la economía

Los múltiples cambios emprendidos no habían producido una reforma del sistema económico, ni habían corregido sus problemas más agudos.

En la cúpula del partido se formó en 1964 una correlación de fuerzas que condujo a la destitución de Jrushov y al nombramiento de una dirección constituida por Nikolai Podgorni, Alexei Kosiguin y Leonid Breznhev, liderada por este último.

 

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