Altillo.com > Exámenes > UBA - Cs. Sociales - Ciencias Políticas > Teoría Política y Social I


Resumen de Toda la Materia  | Teoría Política y Social I (Cátedra: Rossi - 2021)  |  Cs. Sociales  |  UBA

Platón

Debate sobre la idea de Justicia entre Polemarco, Trasímaco y Socrates

- Idea de Simónides (poeta): Es justo devolver a cada uno lo que se debe.

- Idea de Polemarco: Es justo hacer el bien a los amigos y el mal a los enemigos.

- Socrates responde a Polemarco que no es la función del justo perjudicar, sino que esa es la función del injusto: ¿Es propio del hombre justo perjudicar a otro hombre? ¿Qué pasa si el hombre se equivoca al distinguir entre los amigos y los enemigos? ¿No podríamos entonces perjudicar al que nada ha hecho injustamente? Además, ¿Si perjudicamos a los malos, no se volverán peores respecto a la excelencia humana? El hombre justo no le hace el mal a nadie, ni siquiera al hombre injusto.

- Trasímaco afirma que la justicia no se practica en beneficio de los demás, sino de uno mismo: Lo justo no es otra cosa que lo que le conviene al más fuerte. Lo justifica aludiendo a los gobiernos, quienes implantan leyes en vista de lo que les conviene a ellos, pero lo hacen pasar como que es justo para todos. La justicia es entonces un bien ajeno al que lo practica, pero un perjuicio propio del que lo obedece y sirve. Los justos son gobernados por la injusticia.

Al hombre justo le va peor en todo lugar y circunstancias y, en cambio, el hombre injusto saca provecho.

- Socrates responde a Trasimaco con tres alegorías: 1) El fin al que se orienta el médico, en tanto médico, es el de beneficiar al paciente, y no a sí mismo. 2) Los pastores buscan el bien de las vacas y ovejas, no de sí mismos. 3) Los pilotos buscan el bien de la nave y de los marineros, no de sí mismo. Con esto Socrates quiere demostrar que la justicia responde al bien de todos y no al de uno solo.

- Socrates agrega que el gobierno organiza lo que le conviene al gobernado, no a él mismo, y que no es cierto que los justos son gobernados por la injusticia y por ende sean infelices: El verdadero gobernante, aquel que no lo hace con miras a las riquezas, no quiere gobernar a toda cosa, puesto que gobernar es atender a lo que le conviene a los demás, no a él, y obviamente nadie busca ocuparse de beneficiar a los demás gratuitamente.

- Sócrates relaciona a la justicia con la virtud, la sabiduría y los hombres buenos : Los justos se rebelan sabios y mejores aptos de obrar que los injustos, que son incapaces de toda acción en común y, añadiría que la justicia es sabiduría y virtud, en cambio, la injusticia es un

vicio que implica ignorancia. La injusticia misma, practicada en sociedad,​ no puede prosperar sin cierto resto de justicia, pues se puede tener un objetivo injusto, pero si no se procede con justicia, sabiduría y virtud no se lograra tal fin.

Clasificación de bienes de Glaucón: ¿En que nivel colocarías a la justicia?

1. Bienes que no deseamos poseer por lo que de ellos resulta, sino que los deseamos por sí mismos, por el disfrute de poseerlos en ese momento. Ej.: Regocijos y placeres

2. Bienes que anhelamos tanto por sí mismos como por lo que resulta de ellos. Ej.: La salud → En este nivel coloca Socrates a la justicia

3. Bienes que son penosos por sí mismos pero que los anhelamos por lo que de ellos se produce. Ej.: Ejercicio físico, tratamiento médico, trabajos

Debate sobre la idea de Justicia entre Glaucón, Adimanto y Socrates

- Socrates busca demostrar que la justicia no es lo penoso y desdichado: En contraposición, Glaucón dice que mientras el injusto se hace pasar por justo y por ende goza de esa fama, el verdadero justo no intenta verse justo sino que lo es aunque nadie esté viendo, por ende al parecer injusto sufrirá lo peor. Adimanto agrega que nadie es justo voluntariamente, y que solo por debilidad censura a la acción injusta, por ser incapaz de llevarla a cabo.

- Glaucón narra la fábula del Anillo de Giges: Giges encuentra un anillo mágico que podía hacerlo invisible. Giges lo usó para seducir a la reina y, con ayuda de ella, matar al rey, para apoderarse de su reino. Con esto Glaucón quiere decir que todas las personas por naturaleza son injustas. Sólo son justas por miedo al castigo de la ley o por obtener algún beneficio por ese buen comportamiento.

Estado Ideal Platónico

- Sócrates pretende definir a la justicia y demostrar que el hombre justo es feliz, mediante "El​ Estado ideal Platónico": En esta Polis, hay una organización social que se basa en el principio de especialización por medio de una educación apropiada (en la música y la gimnasia)

y por medio de una división del trabajo acorde a la aptitud que tiene cada individuo (en donde nadie debe hacer varias cosas a la vez).

- Socrates establece el origen de la guerra: Las comunidades se agrandan, la vida en comunidad se torna más compleja y aparecen necesidades “malsanas” (no fisiológicas). A veces las polis necesitaran de cosas que no tiene y otra polis sí, o incluso pueden estar faltos de territorio → Surge la necesidad de la guerra, a la cual Sócrates no condena, sino que insiste

en un cuerpo armado de especializados soldados a los que los llama guardianes​.

- Sócrates propone una analogía sobre los guardias de los estados y los perros: Un buen guardia debe poseer tres características principales → 1. Debe ser fogoso y feroz // 2. Debe ser manso // 3. Debe ser filósofo, es decir, amante del conocimiento.

- Sobre la educación de los guardianes: Solo la clase guardiana recibe educación. Honrar a los dioses. Censurar los poemas que versen acerca de lo mala que es la muerte y de lo humanos que parecen ser los dioses, pues no deben pensar nuestros futuros guardianes que los dioses no son mejores que nosotros. No deben de leer los poemas acerca del Hades. Eliminaremos también los lamentos de los varones de renombre y se los adjudicaremos a las mujeres y a los hombres viles, así quienes estén encargados de la vigilancia del país no quieran parecerse a ellos y consecuentemente soportan desgracias con mayor facilidad. No deben de leer lo que los dioses dicen negativamente de otros dioses, ni las poesías en donde se hace alusión a la risa, a la borrachera, al sexo, a la pereza ni a las riquezas. Quienes serán los futuros filósofos tienen una predisposición natural, la cual tiene que ser acompañada con la buena educación para que puedan desarrollarse al máximo. Por eso la educación es tan importante, porque sin ella no habría filósofos.

- Sobre los médicos y jueces: Si un estado requiere de médicos y jueces es porque carece de fuerza. No obstante, se deben aceptar en casos de necesidad para que los ciudadanos sean atendidos en su cuerpo y alma.

- Sobre la música y la gimnasia: Ambas artes deben ser articuladas de manera armoniosa por los habitantes de la sociedad. La mente se forma a favor de la música y el cuerpo a favor de la gimnasia.

- Sobre la crítica a los poetas, imitadores y músicos: La crítica a los poetas va dirigida por las poesías que versan infamias de otros dioses, o que los muestran humanos, con miedo a la muerte, excesos, borracheras, pobrezas y riquezas. La crítica a los imitadores va dirigida a que justamente estos mienten acerca de lo que son, y en un estado ideal debe reinar la verdad. Se critica de la música los tonos menores, ya que producen tristeza.

- Sobre la mentira: La mentira es útil para los hombres en forma de remedio,y todo remedio debe ser reservado a los médicos → Los gobernantes pueden mentir en beneficio del estado, pero no pueden así los demás ciudadanos. La mentira reside en la ignorancia del alma del engañado → La mentira solamente es posible si hay alguien que no conoce la verdad → Siempre habrá mentira, pues siempre habrá ignorancia, debido a que no todos pueden ser filósofos, no todos pueden comprender. La mentira es una herramienta que los filósofos pueden utilizar para que la muchedumbre entienda que la verdad debe gobernar. Hay una desigualdad natural en las aptitudes y capacidades individuales, y esto no presenta un problema para Platón, sencillamente lo acepta.

- Sobre el amor: Platón cree que el mundo sensible no es un camino que nos permita llegar a la verdad. La apariencia está ligada a lo sensible, por ende el amor no puede tener que ver con la belleza. El amor busca lo bello dentro del alma, dentro de la esencia.

- ¿Quienes gobiernan?: Para Sócrates deben gobernar los ancianos más sabios, aquellos que han pasado pruebas tanto de niños como de adultos, aquellos que sabemos que harán toda la vida lo que le convenga al Estado. Aquellos otros guardianes que no pasen estas pruebas, se convertirán en ayudantes o auxiliares de los gobernantes. A los gobernantes se les debe de colmar de honores en vida y conferirles la gloria más grande en funerales.

- Mito de las razas: Como ya dijimos, a veces se necesita de algunas mentiras para que la muchedumbre entienda ciertas cosas. Esta es la función del mito de las razas, que busca evitar que los artesanos o campesinos ostenten el poder. Según este, Dios al crear a campesinos y artesanos mezcló bronce y cobre, plata en los guardianes y oro en los gobernantes. La seguridad del Estado depende entonces de que cada uno haga lo que en la naturaleza de su metal pueda hacer.

- Desigualdad natural → El mito es un discurso cuya capacidad explicativa es amplia, y se puede ver, por ejemplo, en el mito de las razas, como se explica la desigualdad política a través de este aludiendo a una supuesta desigualdad natural, que tiene que ver con la predisposición a la inteligencia y a la excelencia de cada grupo. En este sentido, la desigualdad se presenta como justa. (Para Platón, la democracia plantea una igualdad injusta)

- Régimen de propiedad para la casta gobernante y sus auxiliares: Estos deben estar provistos de vivienda y medios suficientes para no necesitar nada más. Conviviran en casas en común en donde todos pueden entrar y salir. No tendrán riquezas ni poseerán ningún bien, ya que sino corren el riesgo de volverse déspotas y ser odiados. Las mujeres y los hijos también serán comunes, evitando toda clase de posesión que pueda derivar en conflicto.Los alimentos serán suministrados por los campesinos, artesanos y granjeros. A través del mito se les mentiría a los gobernantes de que no pueden tocar oro y plata terrenales, pues eso “corromperá sus almas” dado que poseen oro y plata naturales en su alma.

- Sobre la felicidad de los guardianes: Adimanto deduce que estos hombres no serían para nada felices al no poseer ni uno de los bienes de la ciudad como lo hacen gobernantes de otros estados. Socrates responderá que este Estado Ideal no fue creado en miras de que una sola persona sea feliz, sino que toda la sociedad lo sea. Solo en un Estado de esta índole hallaríamos la verdadera justicia. Para Platón el interés de algunos no merece ninguna consideración cuando se trata del interés general. Tan pronto como éste se halle asegurado, cada uno gozará, según su ocupación, de la felicidad que esté naturalmente unida a ella.

- Sobre la pobreza y la riqueza: En este Estado Ideal no pueden existir ni la pobreza, en tanto genera servilismo y vileza, ni la riqueza, en tanto produce pereza y libertinaje. Los guardianes están encargados de controlarlas a ambas.

- Sobre el tamaño del Estado: El Estado puede crecer siempre y cuando conserve su unidad. Debe ser siempre uno y suficiente, pues cuando el Estado se comienza a separar en múltiples, es donde reina el conflicto.


 Las cuatro cualidades del Estado Ideal: El Estado fundado presenta cuatro cualidades:

1. Sabiduría/Prudencia → Es sabio, en tanto es prudente. Uno es prudente gracias al conocimiento. Esta cualidad se pone de manifiesto en los gobernantes, en tanto son los más sabios.

2. Valentía/Valor → Es valeroso, en tanto tiene la capacidad de conservar la opinión acerca de las cosas temibles, que son las dispuestas por el programa educativo. La valentía es un criterio que nos permite saber a qué temer y a que no. El valiente mantiene esa conservación siempre. Esta cualidad se pone de manifiesto en los guardianes o guerreros, en tanto son los más valientes.

3. Moderación/Templanza → Es moderado, en tanto tiene la capacidad de controlar sus placeres y apetitos. A diferencia de la sabiduría y la valentía, que solo se ponen de manifiesto en una parte pequeña de la población, pero aun así hacen sabio y valiente a el estado entero, la moderación es una relación armoniosa, que comprende a toda la población. Es una armonía entre lo peor y lo mejor en cuanto a cuál de los dos debe gobernar en nosotros mismos. Los filósofos son los únicos que tienen las 3 cualidades a la vez.

4. Justicia → Es lo que le confiere a todas esas cualidades la capacidad de nacer y - una vez nacidas - les permite su conservación. La justicia consiste entonces en tener cada uno lo propio y hacer lo que le corresponde a cada uno, del modo adecuado. Las tres virtudes anteriormente descritas sólo pueden nacer en una polis justa, y a la vez son estas cualidades las que dirigen a la polis a la justicia. De la misma manera que el estado es sabio, valiente y moderado y justo, el ciudadano particular lo es. No existe el hombre justo por fuera de una polis justa, y, a su vez, no puede haber una polis justa sin hombres justos.

Partes del alma

- Socrates divide al alma en dos partes:

1. La parte racional → Aquella encargada del raciocinio.

2. La parte irracional/apetitiva → Aquella por la cual el alma ama, tiene hambre, sed y es excitada por todos los demás apetitos, amiga de las satisfacciones sensuales y de los placeres. Esta parte irracional a la vez se subdivide en dos:

a. La parte concupiscible → Aquella por la cual el alma desea y tiene pasiones e instintos bajos.

b. La parte irascible → Donde la cólera y la fogosidad combaten contra los deseos, siendo una especie de ayuda auxiliar al raciocinio.

Al raciocinio le corresponde mandar dentro del alma y a la fogosidad le corresponde ser su servidor y aliado. Una combinación de música y gimnasia las hará concordar, poniendo a una en tensión y alimentándose, y, en cambio, relajando y apaciguando la otra, aquietando por medio de la armonía y del ritmo. Estas dos especies gobernarán sobre lo irracional/apetitivo, que es lo que más abunda en cada alma. Si no se vigila esta especie apetitiva, puede esclavizar y gobernar aquellas cosas que no corresponden a su clase y trastornar por completo la vida de todos.

- Modos de gobierno: Por cada modo de gobierno hay un modo de alma. Son cinco. El modo de gobierno ideal que hemos descrito podría llamarse con dos nombres, y eso dependería de si los gobernantes surge uno solo que se destaque de los demás (monarquía) o varios (aristocracia).


Las tres olas

- Hay tres cuestiones que a Socrates le preocupan particularmente de este estado ideal, a las cuales quiso postergar en su relato. Por la insistencia de Polemarco y Adimanto procede a delimitarlas:

1. Sobre las mujeres → Para Socrates las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres, aunque son de una naturaleza más débil, pero independientemente de ello, nada se opone a que ambos participen de la educación, de la defensa del Estado y el cuidado de los niños. Por ello las mujeres que tengan tal virtud pueden llegar a ser guardianas y participar de la guerra y de las demás tareas relativas a la vigilancia del Estado.

2. Sobre las mujeres y los hijos comunes para la casta gobernante → Hombres y mujeres de la casta gobernante serán comunes a todos. Ninguna mujer cohabitara en privado con ningún hombre. Los hijos también serán comunes: el hijo no conocerá al padre ni el padre al hijo, sino que todos son los hijos de todos y todos son los padres de todos. El fin de esto es evitar conflictos producto de intereses particulares. En la guerra ningún guardián abandonaría a otro guardián, ya que habría lazos de afinidad por poder ser un posible hijo, padre o hermano.

3. Sobre la posibilidad de llevar a la realidad este Estado Ideal y como → Socrates menciona que esta ola es la más grande y la más peligrosa. Titubea al decir pero finalmente concluye que, a menos que los filósofos reinen los Estados, o los que ahora son llamados reyes y gobernantes filosofen de modo genuino y adecuado, y que coincidan en una misma persona el poder político y la filosofía, no habrá fin de los males para los Estados ni para el género humano. Tampoco sería posible este Estado Ideal sin que gobiernen los filósofos.

Sobre los matrimonios y las procreaciones

- Solo habrá matrimonios sagrados (organizados por el estado) entre las parejas más beneficiosas: es necesario que los mejores hombres se unan sexualmente a las mejores mujeres. Se hará uso de festivales en los cuales se acoplaran las novias con los novios, y el número de matrimonios será encomendando a los gobernantes, para que preserven el estado y que este no se agrande ni se achique. A los jóvenes más virtuosos se les otorgará una mayor libertad para acostarse con mujeres, así pueden procrear la mayor cantidad posible de niños virtuosos. Estos últimos serán llevados a guarderías especiales con institutrices y nodrizas, alejados de los demás niños. Las procreaciones solo se pueden dar en sorteos armados por el estado, sino es así, será un hijo bastardo, ilegítimo. Pero, una vez que las mujeres y los hombres finalicen la edad de procrear (que es, para los hombres desde los 25 a los 55 años y para las mujeres desde los 20 hasta los 40), podrán unirse con quien quieran, pero sin concebir ningún hijo.

Diferencia entre disputa y guerra:

- Trato hacia los enemigos → El trato cambia, dependiendo de si los enemigos son de otros pueblos griegos o son bárbaros. Socrates llama disputa a la hostilidad con lo familiar y lo congénere, es decir, con otros pueblos griegos. Los guardianes, por ley, no deben asolar los territorios ni incendiar las casas de los hermanos griegos. Contrariamente, la guerra es la hostilidad con lo ajeno y lo extranjero, es decir, con la raza bárbara.

¿Quiénes son los filósofos?

- Diferencia entre opinión y conocimiento científico → La opinión es un punto intermedio entre la ignorancia y el conocimiento. Aquellos que contemplan las múltiples cosas bellas, pero no ven a lo Bello en sí ni son capaces de seguir a otro que los conduzca a verlo, o ven múltiples cosas justas pero no lo Justo en sí, diremos que opinan acerca de todo, pero no conocen nada acerca de ello qué opinan. Son amantes de la opinión, no filósofos. Se hacen llamar filósofos y no contemplan más que lo superficial de las cosas, por lo que son filodoxos. El filodoxo le impregna un doble sentido al lenguaje y no deja que se conozca la verdad, lo bello, lo justo, sino solo lo superficial de todo esto. El verdadero filósofo contempla la inmutable verdad y se aferra al conocimiento (episteme), mas no se conforma con la opinión (doxa).

- Filósofos → Aquel que esté dispuesto a gustar de todo estudio y marchar con alegría a aprender, sin darse cuenta por harto. Será verdaderamente filósofo quien sea amante de la verdad y del conocimiento. Aquel que ansié con la sabiduría en su totalidad y no en sus partes. El filósofo encargado de ser guardián del estado, además de poseer las cuatro virtudes mencionadas anteriormente, debería odiar la falsedad y amar la verdad. Tiene deseos al conocimiento que le conciernen al alma misma y por eso abandona los placeres corporales. Además, será moderado y no amará las riquezas. No será servil, ni jactancioso ni cobarde. Su alma debe ser justa y mansa. Debe tener buena memoria y estar dotado de mesura y gracia.

- Sofistas → Es un maestro de democracia, de la oratoria, del convencimiento, al que no le preocupa la verdad sino el convencer a los demás, y que todos piensen en lo que dice como “la verdad”. Los jóvenes son corrompidos por sofistas que conforman a su antojo tanto a jóvenes como a ancianos. Los sofistas son los que por un salario educan privadamente, y no enseñan otra cosa que las convicciones que la multitud forja cuando se congrega, y a lo cual ellos llaman “sabiduría”. En otras palabras, quieren hacer pasar a la opinión como

conocimiento. Estos individuos deshonran a la filosofía. Para Platón, no importa si tu opinión (doxa) termina siendo verdadera, esta sigue siendo una opinión que no se basa en el verdadero conocimiento de las cosas.

-

- Sobre la presunta inutilidad de los filósofos → Para Sócrates, no hay forma de que la muchedumbre soporte o admita que existe lo bello en sí, y no la multiplicidad de cosas bellas. Es imposible que la multitud sea filósofa, y es por ello que el verdadero filósofo parecerá inútil y “charlatán de las cosas que están en lo alto” para la muchedumbre, pero será el único que sepa el arte de gobernar. El problema reside en que los filósofos pueden percibir que no hay nada sano en política, y que no cuentan con ningún aliado con el cual puedan acudir en socorro de las causas justas. Esto deriva en que, antes de prestar un servicio al estado, prefieran parecer inútiles a la vista de todos. Al no hallar la organización política adecuada en donde crecer, estos hombres prefieren ocuparse tan solo de sus cosas, observando, desde lejos, como todos desbordan en inmoralidad mientras ellos están limpios de injusticia.

- Crítica a lo sensible → Los sentidos no son un camino a la verdad. La verdad no puede ser vista, tocada ni escuchada. La razón, la filosofía y el amor a la verdad son el verdadero camino.

Idea del bien y paradigma de la línea

- Idea del bien → Es el objeto de estudio supremo, a partir del cual las cosas justas y todas las demás se vuelven útiles y valiosas. Es la que aporta luz a todas las cosas. Lo que aporta la verdad a lo cognoscible y lo que otorga al que conoce el poder de conocer, es la Idea del Bien. Está por encima de todo, y es más bello y justo que todo. Por ej: La luz es afín al sol, pero no es el sol en sí mismo. Del mismo modo, la verdad y la ciencia son afines al Bien, pero no son el Bien en sí mismo.

- Paradigma de la línea → Sócrates divide al mundo en dos partes:

1. Mundo sensible (doxa u opinión) → Aquí entra la conjetura/imaginación, la creencia y la opinión.

2. Mundo inteligible (episteme o ciencia) → Aquí entra el pensamiento discursivo y la ciencia.


Lo sensible es a lo inteligible como la copia es a aquello de lo que es copiado. La dialéctica nos permite ascender hasta el conocimiento supremo: la idea del Bien, la cual nos permite entender las relaciones entre todas las ideas. Es decir, a través de la dialéctica llegamos a entender las ideas que son principios y que no necesitan representación, es decir, son ideas en sí mismas.

Alegoría de la caverna

- Una alegoría que hace Platón con respecto al conocimiento humano → Un grupo de hombres prisioneros, que se encuentran encadenados con la mirada fija en una pared en el fondo de una caverna, en la que se proyectan distintas sombras. Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas. Uno de estos hombres fue liberado y obligado a ver la luz fuera de la caverna, contemplando así una nueva realidad, más profunda y completa ya que esta es causa y fundamento de la primera que está compuesta solo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es propio”, que es lo que gobierna todo lo visible y lo que permite que vea todas las cosas que vio, pues es gracias a la luz que da el sol que uno puede ver todo lo que nos rodea. Al volver a la caverna para liberar a sus compañeros, se toparia con que sus ojos se desacostumbraron a la oscuridad, por lo que estará en desventaja con los hombres que permanecieron en ella, los cuales verán todas las sombras con claridad. Los hombres que permanecieron en la caverna se reirán de la incapacidad del hombre que salió, e incluso querrán matarlo si tienen la oportunidad. Ellos, que jamás han visto el mundo real, se ríen de él.

- ¿Qué nos enseña el mito? → Las sombras son como el mundo sensible, es decir, a lo que podemos acceder con nuestros sentidos es solo una “sombra” de lo que realmente existe en el mundo de las ideas, en el mundo inteligible. El sol es análogo a la idea del Bien, pues esta es causa y fundamento de todas las demás ideas, es la idea que nos permite ver y entender a todas las demás. Los hombres que jamás han visto la luz se ríen de quien sí lo hizo, así como la muchedumbre se ríe del filósofo por hablar “cosas sin sentido”. Socrates plantea que es tarea de los filósofos bajar a la caverna y liberar a la muchedumbre de la oscuridad.

- ¿Cómo haremos ascender a todos los hombres hacia la luz? → Para lograr la ascensión, la educación debe ser primordial, por lo tanto, la gimnasia y la música deben ser impartidas a los jóvenes desde muy pequeños. Sin embargo, la gimnasia se ocupa de un elemento que nace y que muere, el cuerpo. Similarmente, la música solo da una especie de ordenamiento al ser humano, pero no necesariamente entrega sabiduría.

La dialéctica

- Las tres ciencias fundamentales → Para Sócrates hay varios estudios indispensables, que son preparatorios o auxiliares hasta llegar a la dialéctica, que corona la educación propia del filósofo:


1. El cálculo → El cálculo estimula al pensamiento en tanto no podemos juzgarlo por lo que podemos percibir en el mundo sensible. Nos obliga a analizar y examinar y así nos conduce hacia la verdad.

2. La geometría → Atrae el alma hacia la verdad y hace que el pensamiento del filósofo se dirija hacia arriba, es decir, a lo inteligible y no a lo sensible. La geometría se ocupa de algo que no perece, y por eso es del mundo de lo inteligible: la esencia no muere.

3. Astronomía → Sólo se servirán de los problemas de la astronomía, abandonando al cielo estrellado, pues él es del mundo de lo sensible.

- Dialéctica → Es la ciencia que proporciona una visión de todo saber la que captura las ideas perfectas del mundo. Busca la verdad por sí misma y la esencia de las cosas. Se parte de los saberes previos propios del mundo sensible para ir progresivamente recorriendo un camino hasta llegar al mundo inteligible y la ciencia.

Modos de gobierno y modos de alma

- Para Socrates hay tantos tipos de alma como regímenes de gobierno, pues cada régimen se define por el comportamiento de sus ciudadanos. Hay cuatro formas malas de gobierno, a saber, la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía. La quinta forma de gobierno es la aristocracia, propia de los hombres buenos y justos, lo cual define al Estado Ideal Platónico. Todos los regímenes son degeneraciones de regímenes pasados donde hay disensión y falta de armonía.

- Para Socrates, todo lo que nace está sujeto a corrupción. Por eso la aristocracia-monarquía de los filósofos se va degenerando de forma lineal poco a poco hasta llegar al peor de los regímenes, la tiranía.

- Timocracia → Régimen basado en el amor por el honor ganado en la guerra . Es una degeneración de la aristocracia, siendo un sistema medio entre este último y la oligarquía. Este régimen carece de gobernantes sabios, y llevan al país a una guerra permanente, además de inclinarse hacia las riquezas y los placeres en lugar de la filosofía y la música. Desean imponerse y ser venerados, son feroces, fogosos y simples. Gustan de la gimnasia y de la caza y son codiciosos.

- Oligarquía → Régimen basado en la tasación de la fortuna, en el cual mandan los ricos y los pobres no participan del gobierno. Es una degeneración de la democracia, siendo un sistema medio entre este último y la democracia. Se desprecia la excelencia y a los hombres buenos (pues la riqueza y la excelencia son opuestos). No es un estado único, sino que es doble, pues pobres y ricos conspiran unos contra otros.

- Democracia → Es el régimen de los pobres. Es una degeneración de la oligarquía, producto de la avaricia insaciable de los ricos, que genera en consecuencia una revolución por parte de los pobres no desprovistos de virtud. Los hombres son libres y abunda la libertad, es por eso que hay hombres de toda variedad. Puede parecer el más bello de todos los regímenes, pero Sócrates lo aborrece: Este régimen mata al filósofo, pues es el régimen de la falsedad. Además, cree que se adjudica el gobierno de la sociedad como si fuera la lotería. No se seleccionará a los mejores para el puesto, ni se obligará a los mejores a ejercer su deber. Para Socrates este régimen es demasiado tolerante y no se preocupa por los principios del Estado. El hombre democrático pone todos los placeres en pie de igualdad y vive satisfaciendo cada día el apetito que le sobreviene, “algunas veces embriagándose y abandonando al encanto de la flauta, otras bebiendo agua y adelgazando, a veces inclinándose hacia los guerreros y otras hacia los negociantes”.


- Tiranía → Este régimen es el peor de todos y surge de la democracia. Como el deseo insaciable por riqueza fue lo que le dio el fin a la oligarquía, el deseo insaciable de libertad y por ende el descuido de todas las demás cosas es lo que altera la democracia y la predispone para necesitar de la tiranía. El pueblo reacciona y elige de entre sus filas al más sanguinario como líder, al tirano, quien para contentar al pueblo mata y destierra, sugiere abolición de deudas y partición de tierras. al poco tiempo comenzará una guerra, subirá los impuestos y obligará al pueblo a trabajar día y noche para que no conspiren contra él. Quienes no confíen en su mando serán eliminados. El tirano necesitará “purificar el Estado” eliminando a los más sabios, los más valientes y los más ricos. Vivirá siempre rodeado de mediocres que le hagan sentir seguro.

El tirano estaría esclavizado por los placeres indignos que necesita satisfacer. Cuando la ciudad es gobernada por el tirano, se encuentra esclavizada; por lo que el alma de este también está de la misma forma. Sin embargo, en la ciudad hay unos pocos hombres libres: estos hombres libres representan la pequeña parte del alma del tirano que está libre y que ejerce dominio sobre todas las demás: la peor parte y la más perversa, el desenfreno y la ira. Además, el estado tiránico es necesariamente pobre, reflejando la pobreza del alma del tirano.

El hombre justo es el más feliz

- La desdicha del tirano → Socrates buscaba demostrar que el hombre justo no era el más infeliz. Para esto, nos muestra cómo el hombre tiránico - el más injusto y desleal de todos - es de hecho el hombre más infeliz y desdichado de todos. El tirano es un esclavo, que vive eternamente con miedo a que sus esclavos se rebelen contra el.

Deseos y necesidades necesarias e innecesarias

- Necesidades necesarias → Aquellas que no podemos reprimir y que, al ser satisfechas, nos benefician. Son naturales y útiles para nuestro cuerpo.

Ej: Comer alimentos saludables

- Necesidades innecesarias → Aquellas de las cuales uno podría desembarazarse en la juventud si se adiestra correctamente, y que en nada benefician al individuo una vez satisfecho. Son despilfarradores.

Ej: Comer alimentos no saludables que nada aportan a nuestra salud y son perjudiciales para nuestro cuerpo

- Los sueños → Dentro de los deseos innecesarios, Socrates destaca un tipo que exceden en todo a la norma: se producen en todos nosotros, pero, reprimidos por las leyes y la razón, en algunos hombres son extirpados por completo o reducidos a pocos y débiles, mientras que en otros hombres son más fuertes y poderosos. Estos deseos se ponen de manifiesto en los sueños.

Tipos de alma y su inclinación


Aristoteles

Comunidad politica y comunidad familiar

- La casa → Primera comunidad constituida naturalmente. Es necesario que se emparejen los que no pueden existir el uno sin el otro: la hembra y el macho y el amo y el esclavo. Estas asociaciones son de tipo natural, el que es capaz de prever con la mente será jefe y el que puede con el cuerpo realizar estas cosas será el súbdito por naturaleza.

- La aldea → Primera comunidad conformada de varias casas, a causa de las necesidades no cotidianas.

- La PolisLa comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad/polis (tiene el nivel más alto de autosuficiencia), que, como la aldea, nació a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste para el vivir bien. Es decir, el objetivo de la política, para Aristóteles, no es la vida en sí (supervivencia), sino el buen vivir. La buena vida solo se puede dar en comunidad, en una polis autárquica.

- Diferencias entre el gobierno de la casa y de la polis → El gobierno de la casa no es lo mismo que el gobierno de la polis. En la esfera pública no se dan las mismas relaciones de dominación. En lo privado hay dominación por naturaleza, mientras en lo público no la hay. En la esfera pública no participan ni los esclavos, ni las mujeres, ni los hijos. Los hombres libres pugnan entre sí para ver de qué forma se puede establecer una forma de vida, deben organizar cómo será la dominación, quién gobernará a quien, pero esto no responde a una lógica de la naturaleza.

- Zoon politikon → El hombre es por naturaleza un animal social/político con tendencia hacia la vida en comunidad, pues es el único dentro de los animales que tiene palabra. La voz es signo de dolor y placer, y por eso la poseen los demás animales, pero la palabra es para comunicar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto/ Esto es lo propio del hombre frente a los demás animales: Poseer el sentido del bien y del mal, y de los demás valores.

- La justicia → La justicia es un valor cívico, es el orden de la comunidad civil. Su virtud es el discernimiento de lo justo.

Las tres partes de la casa y la crematística

- Principio de dominación → En todo lo que existe hay una parte que domina y una parte que es dominada. La dominación es natural.

- Relación amo-esclavo → Para la administración doméstica se necesita de ciertos instrumentos: algunos de estos son animados y otros inanimados: el esclavo es una posesión animada.. El esclavo no solo es esclavo del amo, sino que le pertenece enteramente a este.

Desde el nacimiento algunos están destinados a obedecer y otros a mandar. El esclavo es mejor que la bestia, en el sentido de que es capaz de percibir la razón, pero no puede poseerla y es por esto que le es conveniente servir al amo, el cual sí posee razón. Es decir, el esclavo puede reproducir conocimiento (acatar órdenes) pero no podrá producirlo.La naturaleza incluso hace diferentes los cuerpos de los libres y de los esclavos: unos, fuertes para los trabajos necesarios, otros, erguidos e inútiles para tales menesteres, pero útiles para la vida política. Está claro que unos son libres y otros esclavos por naturaleza, y que para los esclavos esto es conveniente y justo. No obstante, como hay esclavos en donde la condición se da por naturaleza, también hay otros donde se da por convención y forzados. No es lo mismo el poder del amo que el poder político, puesto que el gobierno doméstico es una monarquía mientras que el gobierno político es sobre hombres libres iguales.

- La crematística → Esta no es lo mismo que la economía, pues, mientras lo propio de la economía es la adquisición, lo propio de la crematística es la utilización. La economía es un arte adquisitivo que procura que exista el almacenamiento de aquellas cosas necesarias para la vida en comunidad. La crematística es la economía del cambio. la cual no percibe límites ni de riqueza ni de propiedad. Mientras la economía es natural, la crematística es antinatural: se trata de la moneda y su función es obtener una abundancia de recursos. La crematística no percibe límites ni de riqueza ni de propiedad. Es un arte productivo de riqueza, pero no riqueza natural como en la economía doméstica, sino en la riqueza como versa la crematística: la abundancia de dinero sin límite alguno. Los que piensan que hay que conservar o aumentar la riqueza indefinidamente solo tienen el afán de vivir, pero no de vivir bien. Las partes de la crematística son: el comercio, la usura y el trabajo asalariado. El principio general de la crematística es asegurarse, siempre que uno pueda, el monopolio.

- Relación marido-esposa → Hay que gobernar a la mujer aristocráticamente, pues el hombre es por naturaleza más apto para mandar que la mujer. El esclavo no tiene en absoluto la facultad deliberativa. La mujer si la tiene, pero sin autoridad. El niño la tiene, pero imperfecta.

- Relación padre-hijo → Hay que gobernar a los hijos monárquicamente, pues el de más edad es por naturaleza más apto que el joven e inmaduro.

Crítica a la Republica de Platon

- Crítica al comunismo → Para Aristoteles, el régimen de comunidad de bienes, de mujeres y de hijos propuesto por Platón es imposible de llevar a cabo. Lo que es común a un gran grupo de personas es tener el mínimo cuidado, pues todos se preocupan por las cosas propias, pero descuidan las comunitarias, creyendo que alguien más las cuidara. Tampoco es posible evitar que algunos conjeturan sobre quienes son sus hermanos, hijos, padres y madres, por el parecido que podrían tener. Además, la propiedad privada no es el origen del conflicto para Aristóteles. Para él, hasta una nimiedad puede generar una rebelión, no solamente las problemáticas de la propiedad privada. El conflicto es inherente a la vida en comunidad, porque hay deseos de mayor o menor igualdad. El régimen político debe aprender a lidiar con esos conflictos.

Hay dos cosas que hacen que los hombres tengan interés y afecto: la pertenencia y la estimación. Ninguna de estas dos existe en tal gobierno. Para Aristóteles, la propiedad debe ser en cierto modo común, pero en general privada. Es decir, la propiedad debe ser privada (pues es importante considerar algo como propio), pero su uso debe ser común (para solidificar los lazos comunitarios)

- Crítica a la unificación de la ciudad → Platón plantea como premisa fundamental que la ciudad debe ser una sola. Esta unificación excesiva que se busca en la ciudad no es lo mejor, pues las ciudades por naturaleza tienen cierta pluralidad. Tampoco es posible llegar a una unificación de ese tipo.

- Critica a la educacion → Aristoteles critica como Platon, a pesar de haber introducido a la educación como el medio para que una ciudad sea digna, piense en enderezarla mediante la comunidad de bienes y otras cuestiones y no con las costumbres, la filosofía y las leyes. Platón también alude que no necesitan de muchas leyes en la república, a causa de su educación. Sin embargo, solo les brinda educación a los guardianes.

- Crítica a la modalidad de vida → Platón no especifica cómo sería la modalidad de la vida en comunidad para la clase guardiana y sus auxiliares. Aunque casi la totalidad de la ciudad está formada por los demás ciudadanos, de estos no se ha definido nada. . Aristóteles entonces le critica a Platón como este reduce la política a lo que concierne a la casta gobernante y su auxiliar.

- Crítica a las mujeres guardianas → Aristóteles critica la comunidad de mujeres como iguales a los hombres, puesto que no quedaría nadie para hacerse cargo de la casa. Afirma que es absurdo asumir que las mujeres deben ocuparse de las mismas cosas que los hombres.

- Crítica a las magistraturas → Aristoteles critica que en el Estado Ideal Platónico los gobernantes siempre son los mismos y eso puede ser causa de conflicto. Además, si los guardianes no son felices, ¿Como pueden hacer feliz a una ciudad entera?

Otras premisas de Aristoteles

- Control de natalidad → Si se fija la propiedad privada, es conveniente fijar también la cantidad de hijos, pues el número de hijos podría sobrepasar la magnitud de la propiedad. La natalidad debe precisarse con exactitud, de modo que no engendren más de cierto número y así evitar la pobreza (que deviene en crímenes).

- Las riquezas → La riqueza debe ser suficiente no solo para las necesidades de la ciudad, sino también para los peligros del exterior. No obstante, no debe ser tan grande como para que los vecinos la codicien ni tan pequeña como para no poder defenderse en una guerra ante un enemigo.

- Las leyes → No hay que dejar inmutables las leyes escritas, algunas se deben cambiar, pero esto exige mucha precaución. La ley no tiene otra fuerza más que hacerse obedecer, a no ser la costumbre, y eso solo se produce con el paso del tiempo. Cambiar fácilmente las leyes existentes debilita la fuerza de la ley.

- Sobre las magistraturas → Deben llamarse magistraturas a aquellas a las que se les encomienda deliberar sobre ciertos asuntos, decidir y ordenar, y sobre todo esto último, pues el dar órdenes es más característico de un gobernante.

Para Aristoteles estas no deben dejarse a la lotería ni ser electos por el pueblo: debe ejercer el cargo el digno de él, quiera o no quiera. Si la gente simple atiende asuntos importantes puede haber grandes daños. Se debe procurar que los mejores tengan tiempo libre para poder dedicarse a las tareas de gobierno. Es obvio para Aristóteles que cada labor se realiza mejor al cuidado de uno solo.

- La mejor constitución → Una aristocracia mixta es el mejor régimen para Aristoteles: una mezcla de aristocracia, oligarquía y democracia. Se debe estimar a la virtud por sobre todas las cosas, pues siempre deben gobernar los mejores.

- Sobre la educación → La educación está vinculada al régimen político, es subsidiaria de ella, no solo por la sociabilización, sino porque Aristóteles marca una relación directa entre educación y régimen político. La educación debe responder a las premisas del régimen político particular.

Definición de ciudadano y Ciudad-Estado

- Ciudadano → Hay ciudadanos y hay habitantes, pero no todo habitante es ciudadano. Un habitante puede no tener derechos políticos y sociales. No se es ciudadano por habitar en un lugar determinado, ni por participar de ciertos derechos. Un ciudadano es el que tiene la posibilidad de participar en las funciones judiciales y en el gobierno, es decir, los que pueden participar de “la magistratura”. Difiere el ciudadano en cada régimen: el que es ciudadano en una democracia muchas veces no lo es en una oligarquía: Todo régimen político excluye.

- La perennidad de la Ciudad-Estado → La ciudad es la misma mientras sea el mismo el linaje de los que la habitan, aunque continuamente unos mueran y otros nazcan. Como los ríos y las fuentes son los mismos, aunque su corriente surge y pasa continuamente. Si la ciudad es una cierta comunidad, y una comunidad de ciudadanos es un régimen, cuando el régimen se hace diferente, la ciudad es la misma, pues es perenne.

Distinción entre buen ciudadano y buen hombre

- El buen ciudadano es aquel que es capaz de mandar y obedecer bien, de acuerdo al régimen político. La virtud del buen ciudadano entonces depende del régimen. Contrariamente, el buen hombre lo es conforme a una única virtud perfecta.

Puesto que hay varios regímenes políticos, también hay varias clases de ciudadanos. Por ejemplo, en algún régimen el jornalero será ciudadano, pero en otro esto será imposible. El ciudadano siempre será el que participe de los honores públicos: lo que cambia es que clases participan y cuáles no según el régimen político.

Incluso, en algún régimen el buen hombre y el bien ciudadano serán lo mismo. Esto será en aquellos regímenes perfectos donde el buen hombre es gobernante y por ende es ciudadano. En otros, serán distintos, puesto que, al tratarse de regímenes desviados, el que gobernará no será el buen hombre.

- El buen hombre tiene la virtud del mando para el bien común, y por ende solo será ciudadano en los regímenes perfectos, justos. En los regímenes injustos, el que gobierna es buen ciudadano, pues sabe mandar en un régimen particular, pero no es buen hombre, puesto que no tiene la virtud del mando para el bien común.

Tipologia de regimenes politicos

- ¿Que es un régimen político? → Una ordenación de las diversas magistraturas de la ciudad, especialmente de la que tiene el poder soberano. Y en todas partes es soberano el gobierno de la ciudad, y ese gobierno es el régimen. En la democracia el soberano es el pueblo, en la oligarquía los ricos. Las leyes deben establecerse con relación a los regímenes, y no los regímenes con relación a las leyes. No es posible entonces que las mismas leyes convengan a todas las oligarquías ni a todas las democracias.

- Regímenes justos (aquellos que gobiernan para el bien común):

1. Monarquía → Gobierna uno solo (el monarca virtuoso)

2. Aristocracia → Gobiernan pocos (los virtuosos)

3. República → Gobierna la mayoría (la clase combatiente y los que poseen armas)

*En la república, al ser un gran número es difícil que se alcance la perfección en toda clase de virtud, puesto que uno solo o unos pocos pueden destacarse. Pero, hay un tipo de virtud que se da en masa: la guerrera

- Regímenes injustos (aquellos que gobiernan para el bien particular):

1. Oligarquía (desviación de la aristocracia) → Gobiernan los ricos (que suelen ser la minoría*) y se atiende al interés de ellos

2. Tiranía (desviación de la monarquía) → Gobierna uno solo, el tirano, que atiende a su propio bien

3. Democracia (desviación de la república) → Gobiernan los pobres (que suelen ser la mayoría*)

*El que sean pocos o muchos los que ejercen la soberanía es algo accidental (generalmente los pobres son menos que los ricos) pero lo que realmente diferencia a la democracia y a la oligarquía entre si es la pobreza y la riqueza.

La justicia

- Justicia absoluta → Todos los regímenes políticos se adhieren a una cierta justicia (hay igualdad, pero para los iguales), pero no se aproximan del todo, por lo que no expresan la “justicia absoluta” a pesar de que creen hacerlo. En algún régimen se podrá considerar que los hombres son iguales en tanto sean iguales en riqueza y/o en virtud, por lo que participarán de la ciudad en la misma medida en que participen de dichas facultades. El régimen entonces será el que define quienes serán los iguales y quienes los desiguales. El conflicto para Aristóteles habita en que en ninguno de los regímenes injustos considera a lo virtuoso como “lo justo”. Esa es la justicia absoluta para él, que haya igualdad para los virtuosos y desigualdad para quienes no comparten tal virtud.

La soberanía del pueblo

- El pueblo → Es peligroso que alguien de la masa de ciudadanos (no virtuoso ni rico) ejerza individualmente el poder (pues por su insensatez puede cometer injusticias). Pero también es temible no darles acceso ni participación en ellas, por lo que es conveniente permitirles las elecciones de los magistrados. Pues todos reunidos, tienen suficiente sentido, y, mezclados con los mejores, son útiles a las ciudades. Pero cada uno por separado es imperfecto para juzgar. En conclusión, si bien es absurdo que los ciudadanos mediocres sean soberanos en asuntos más importantes que los ciudadanos de bien, es justo que la masa ejerza la soberanía sobre estos asuntos, pues son la mayoría, y la renta de todos ellos juntos es mayor que la de los que desempeñan las magistraturas más altas individualmente.

- Las leyes → Las leyes son las que deben ejercer la soberanía. El magistrado sólo la ejerce en aquellos casos en que las leyes no puedan expresarse con exactitud. En la ley no existe lo pasional, en cambio sí existe en toda alma humana.

Partes de la ciudad

- Toda ciudad tiene dos partes: pobres y ricos. Lo que varía es la proporción de participación: según la superioridad de una u otra se establecen los regímenes. Los regímenes son tantos como son las organizaciones según las superioridades y las diferencias de las partes. Es por esto que los tipos de regímenes son dos: oligarquías (supremacía de los ricos) y democracias (supremacía de los pobres). La aristocracia es un tipo de oligarquía y la república un tipo de democracia.

Democracia y oligarquía

- No se debe considerar democracia simplemente donde la multitud es soberana, ni tampoco oligarquía donde unos pocos lo son. Sino que, existe democracia cuando los libres ejercen la soberanía y oligarquía cuando la ejercen los ricos. Pero, estos criterios no bastan por sí solos para definir estos regímenes.

El régimen mejor

- La aristocracia → El régimen mejor es aquel formado por los ciudadanos absolutamente mejores en virtud, pues sólo en él la misma persona es a la vez hombre bueno y buen ciudadano, mientras que en los demás regímenes los ciudadanos son buenos respecto a su propio régimen. Además, es más estable que la monarquía, pues es más difícil corromper a varios hombres que a uno solo.

Si consideramos entonces a la aristocracia el gobierno de la mayoría de los hombres buenos, y monarquía al de uno solo, la aristocracia será preferible que la monarquía para las ciudades. Tal vez por esta razón, eran monarquías al principio, porque era raro encontrar hombres que se distinguieran mucho por su virtud. Pero cuando resultó que había muchos semejantes en virtud, ya no soportaban el gobierno de uno solo, sino que buscaban cierta comunidad y establecieron una constitución ciudadana. Está hecho para un gobierno aristocrático el pueblo capaz por naturaleza de producir una multitud de ciudadanos capaces de ser gobernados como hombres libres por aquellos que, por su virtud, son jefes aptos para el poder político.

- La monarquía → Si bien no es lo mejor que el poder soberano este concentrado en una sola persona, además de que es difícil que un solo hombre vigile muchas cosas, hay pueblos dispuestos por naturaleza a un gobierno monárquico, a saber, aquellos donde de modo natural se produce una familia que sobresale por sus cualidades para la dirección política. Esta familia se destaca por su virtud, por lo que será justo que esa familia sea real y ejerza la soberanía de ese individuo único rey. Pues no estaría bien desterrar ni pedir que obedezca a un hombre así.

- La república → Es un pueblo republicano aquel que se produce naturalmente una multitud de temperamento guerrero capaz de obedecer y de mandar conforme a la ley que distribuye las magistraturas según los méritos.

La mejor constitución posible

- El gobierno de la clase media → La mejor constitución (y la más posible) para la mayoría de las ciudades y de los hombres es aquella donde la clase media es la más numerosa y fuerte, porque donde unos poseen muchísimo y otros nada, o surge una democracia extrema o una oligarquía pura, o una tiranía debido al exceso de una o de otra, puesto que de la democracia más radical y de la oligarquía surge la tiranía, no de regímenes intermedios. Si bien los regímenes aristocráticos son los mejores, están fuera del alcance de la mayoría de las ciudades, o bien están muy próximos de la llamada república.

La posesión moderada de los bienes es la mejor de todas, pues es la que más fácil obedece a la razón. En cambio, lo superbello/superfuerte/superrico, etc. o lo contrario a esto, lo muy pobre, lo muy débil y lo muy despreciable, difícilmente sigue a la razón. Además de que las clases medias son las que menos rehúyen los cargos y menos los ambicionan.

El legislador debe siempre hacer lugar a la clase media: si establece leyes oligárquicas debe poner la mira en la clase media, y si establece democráticas, debe atraerla con leyes. El régimen sólo puede ser duradero cuando la clase media es superior a ambos extremos o por lo menos a uno de ellos.

San Agustín

Sus inicios

- Agustín despierta a la filosofía con la lectura del Hortencio de Cicerón. Se convierte al

maniqueísmo, donde su núcleo doctrinal estribaba en sustentar un dualismo radical entre el principio del bien o la luz, y el principio del mal o las tinieblas.

-

- Se traslada a Roma y es allí donde comienza su desilusión con el maniqueísmo, por su ausencia de libertad y por lo tanto responsabilidad de las acciones humanas. En

contraposición con el determinismo maniqueísta, elabora su teoría del libre arbitrio, según la cual el hombre es el único responsable de todos sus pecados.

- Luego se traslada a Milán donde escucha a Ambrosio, el obispo del lugar, sin ningún tipo de interés más allá de juzgar su oratoria, dado que por su creencia agnóstica no esperaba ninguna sorpresa con relación a la posibilidad de acceder al conocimiento de lo divino, pero sucedió todo lo contrario.

- Agustín entra en contacto con círculos católicos y neoplatónicos. El contacto con los neoplatónicos es fundamental para la temática del problema del mal. El marco teórico de la vertiente platónica le sirve a Agustín para comprender el mal como una privación del bien, y en tal sentido el único que posee estatus ontológico es el “Bien”. Es ahí también donde Agustin adquiere una imagen de lo divino de acuerdo a la idea de lo inteligible.

La ciudad de Dios

- Su obra más importante fue la Ciudad de Dios, destinada a refutar a aquellos que culpaban a los cristianos de la caída de Roma. En esta obra hay una explícita teología de la historia:

la primera del pensamiento Occidental que toma al hombre y a la humanidad en su conjunto como protagonistas de esta.

- En uno de sus sermones, pronunciado a 2/3 meses de la caída de Roma, dijo: “Roma no perece, Roma recibe unos azotes; Roma no ha muerto, tal vez ha sido castigada, pero no aniquilada. Tal vez Roma no perezca, si no perecen los romanos”. Señala así que la muerte material de una ciudad no implica la destrucción de su espíritu si sus habitantes siguen permaneciendo como tales, es decir, conservando las virtudes que han hecho de Roma una gran civilización.

Las dos ciudades

- Para Agustín hay dos tipos de ciudadano, que construyen dos tipos de ciudades diferentes que coexisten en la vida terrena (ambas de carácter espiritual):

1. La ciudad Terrena → Efímera y contingente → Sus ciudadanos tienen al mundo como fin, absolutizado los bienes temporales y la dimensión temporal en sí misma.

2. La ciudad de Dios → Tiene la promesa de la eternidad → Sus ciudadanos tienen a Dios como el único fin.

Si bien lo fundamental para el pensador es poner su corazón en Dios, este no tuvo problema en participar en los asuntos temporales del Estado y la política. Incluso incitaba a los cristianos a participar en ellos también.

Las tres visiones del Estado

- Es posible pensar el concepto de Estado en Agustín bajo tres visiones:

1. Valoración pesimista del Estado → Percibido como un producto del pecado.

Este enfoque es característico del siglo XIX y principios del XX. En tal cosmovisión, Agustín continuaría con la interpretación católica tradicional: la sociedad política deriva directamente de las consecuencias del pecado. Toda praxis política es indigna de los ciudadanos de la Ciudad de Dios, justamente porque el Estado y la política son vistos como productos demoníacos.

2. Valoración positiva del Estado → Puede interpretarse como el reflejo de la sociabilidad de la naturaleza humana. Se enfatiza el carácter natural del Estado.

La tendencia a la sociabilidad es inherente a la vida humana, por lo que la sociedad política se presenta como una tendencia natural. En esta cosmovisión el Estado aparece como la ampliación de la vida familiar, en donde no se manda por el deseo de dominio, sino por la bondad de ayudar.

3. Valoración neutral → Estado como producto del pecado, pero, a diferencia de la primera, y en cierta sintonía con la segunda, cree que el Estado funciona como una suerte de remedio y reparación al estado de pecado.

Agustin reconoce la tendencia natural del hombre a buscar la comunidad, pero la irrupción del pecado debe entenderse para él en un sentido cualitativo en tanto este posibilita el ejercicio de la coerción social. La dominación no es natural, sino que es producto del pecado original, siendo así ordenada por el derecho divino como la única forma posible de mantener cierto orden en el mundo caído. El Estado como entidad política sólo cobra existencia y sentido a partir del pecado original. En conclusión, hay dos factores que dan pie a la fundación del Estado: por un lado, la sociabilidad del hombre, algo inherente al primer orden natural que se mantiene en el segundo orden caído, y por otro, las tendencias egoístas, agresivas, e insociables de los hombres como fundamento existencial del Estado → Es en este sentido que se dice que la condición de posibilidad del Estado es “la sociable insociabilidad”. La función básica del Estado es ser un mecanismo de coerción que ordene a la sociedad terrena.

La insociabilidad humana

- La irrupción del pecado original es la culpable del estado de insociabilidad humana, pues trastoco toda la realidad en sus múltiples manifestaciones. A partir de él se pervirtieron los vínculos humanos.

- Dos dimensiones:

1. Dimensión pre-adánica → En la primera creación imperaba un estado de sociabilidad. El hombre estaba llamado a convivir con el hombre, a guardar vínculos

de horizontalidad. Solo dependía de Dios, es decir, debía sujetarse al gobierno divino.

2.

3. Dimensión post-adánica → Introducción del pecado, la naturaleza quedó imbuida de este. Esta caída de la naturaleza humana tiene por consecuencia el estado de insociabilidad de los humanos entre sí. No obstante, el pecado, por más que incide en todos los órdenes de la realidad, no logra borrar del todo el carácter de sociabilidad.

El pecado original

- Causa → El abuso por parte del hombre del libre arbitrio que Dios le regalo.

- Consecuencias → La mayor consecuencia es la disgregación del cuerpo social, sobre todo a partir de la constante tensión entre las sociables y al mismo tiempo insociables relaciones humanas. Justamente para administrar y regular tal tensión es que pueden pensarse las instituciones, y específicamente el Estado, como instrumento que evita la “guerra de todos contra todos” . Junto con el Estado aparecen las relaciones jerárquicas no-horizontales en los vínculos humanos. Surge la categoría de dominio o servidumbre. Entonces, en el mundo caído la dominación y la jerarquía son necesarias para mantener el cuerpo social, puesto que son las únicas capaces de poner límite al estado de insociabilidad. No es que en el primer mundo original no hubiese existido cierta autoridad directiva, sino que lo que no hubiera existido de no ser por la irrupción del pecado es la autoridad coercitiva. El hombre, por desobedecer los preceptos suaves de Dios, ha de soportar autoridades férreas y tiranías. El Estado es el encargado del monopolio legítimo de la coerción, y sin coerción no habría límite al estado de pecado.

Ciceron, la idea de República

- República para Ciceron → Ciceron definió a la República como una ciudad con un orden social heterogéneo, regido por el interés común y la justicia, cuestión fundamental para que esta ciudad subsista. Solo el pueblo puede aceptar un cuerpo jurídico en común que garantice las condiciones de armonía y civilidad entre todos sus miembros.

- República para Agustín → Agustín hace una ruptura con la teoría clásica de Estado, fundamentada en la justicia, y en este sentido critica la concepción de Republica de Ciceron por ser muy idealista. La única República que merece tal nombre es la Ciudad de Dios, pues es la única en la que hay “verdadera justicia”. Pero, esta noción de “verdadera justicia”, lejos de proyectar sobre la sociedad terrena un imaginario de imposibilidad e impotencia hacia toda praxis política, se presenta como una idea regulativa, en cuanto enseña a los hombres que toda construcción humana posee el sello de la corruptibilidad.

- Crítica a Roma → Agustin remarcaba como positivo algunas virtudes de la antigua Roma, hablando de la república romana y no del Imperio. No obstante, en otras ocasiones confrontaba a la república romana con la República de la Ciudad de Dios.

Pasaje de la figura de “justicia” a la de “amor”

- El giro agustiniano → Para el Hiponense, la auténtica justicia solo existe en el Reino de Dios, por lo que para los cristianos más que una realidad es un objeto de fe. Si seguimos este enfoque, Roma no puede ser considerada una República, puesto que la única República que merece ser llamada como tal es la Ciudad de Dios, donde la soberana es la “Verdadera Justicia”. No obstante, Agustín no buscaba arrebatarle a Roma su condición de República, por lo que reemplaza a la “Verdadera Justicia” por la noción de amor.

- El amor como fundamento de toda República → Agustín se aparta de la noción clásica de justicia, que es vista como la condición de posibilidad de la República por Cicerón. Si solo hay República donde hay justicia, no hay otra República más que la Ciudad de Dios, puesto que esa es la única ciudad donde reina la verdadera justicia. Es por eso por lo que Agustín reemplaza a la justicia por el amor, siendo este último la genuina condición de posibilidad de la República para nuestro pensador. Cuando habla de amor, habla de la unificación de un pueblo en función del objeto que aman. El pueblo, que es distinto a la comunidad, se liga por la comunión de los objetos amados. Según esto, el pueblo romano es un pueblo, y su gobierno, una república.

El estado como garante de paz

- La paz → Es la tarea suprema del hombre, pues está posibilita las condiciones existenciales de las cosas y su permanencia. El hombre es el único ente, conjuntamente con los ángeles, capaz de alterar o quebrantar la paz del orden universal, pero es también el único capaz de reconstruirla.

- Paz terrenal ≠ Paz eterna → Agustín ve a la paz como uno de los mayores bienes no solo de la Ciudad de Dios, sino también de la Ciudad Terrena, pero con la diferencia que en esta última la vemos como un bien incierto y dudoso, debido a la corruptibilidad del hombre. Para los ciudadanos de la Ciudad Terrena, la paz terrenal es un bien absoluto, mientras que para los de la Ciudad de Dios la paz terrenal es vista como un medio óptimo para alcanzar la paz eterna. La otra diferencia reside en que, mientras en la paz eterna quien gobierna es Dios (y en ello radica la figura de la Verdadera Justicia), en la paz terrena gobiernan los hombres sobre los hombres. La paz y el orden son casi la misma cosa.

- El rol del Estado → Es imposible que los miembros de la ciudad terrena, por su propio afán de posesión particular, puedan gozar todos y al mismo tiempo de estos objetos transitorios y finitos. Justamente, de la disputa de ellos surge la discordia. Es por ello que se necesita del Estado como garante del orden y la paz en tanto administrador de los objetos mundanos.

 

Tomas de Aquino & Ullmann

Contexto

- Siglo XII → Se quiebra cierta visión neo agustiniana, ahora el énfasis ya no está puesto en la jerarquía de bienes sino en la propia subjetividad humana. Ahora el centro de la ética no está en lo exterior y objetivo sino en lo subjetivo. También hay un pasaje de la cultura del campo (monasterios), con valores más conservadores o agustinianos, a una cultura urbana (grandes catedrales), de una tendencia más progresista.

- Disputa entre realistas y nominalistas → Se agudiza el problema de los universales: Por un lado, los realistas, los cuales son los neoplatónicos como Agustín, quienes creen que la nominalización no define a la cosa, sino que privilegian el mundo de las ideas, de lo inteligible. Contrariamente, los nominalistas, los cuales son los neo aristotélicos, quienes privilegian lo sensible por sobre lo inteligible → Comienza un pasaje de una cultura neoplatónica a una cultura aristotélica.

Diferencia con San Agustín

- Sobre Tomas → Es un pensador absolutamente católico, es la expresión del catolicismo. Mientras que Agustín es católico, pero también estaba relacionado al protestantismo. En cambio, el pensamiento de Tomas jamás podría haber sido funcional al protestantismo.

- Sobre el pecado original → Para Tomas, el Estado no es producto del pecado original. Si no hubiera existido tal situación, de todas formas se hubiera creado el Estado, pues la sociabilidad del hombre es muy fuerte. El pecado original para Tomas es visto mucho más leve que en el caso de Agustín y Lutero.

- Sobre el fin del Estado → Para Tomas, el fin del Estado es la articulación de los distintos intereses, para así procurar el bien común.

Re-adaptación de Aristoteles

- Reacción por parte de Occidente ante la llegada de los escritos de Aristoteles → Se tienen 3 reacciones:

1. El saber aristotélico visto como demoníaco y pecaminoso.

2. “” “” “” “” “” “” “” “” “” “” visto como el “gran saber”.

3. “” “” “” “” “” “” “” “” “” “” visto como muy importante, pero debe adaptarse a la tradición cristiana (a esta posición se suscribe Tomas)

- Aristotelismo cristiano → Nadie estudió a Aristóteles tan ampliamente como lo hizo Tomas en el siglo XIII. El fusiono las ideas aristotélicas al conjunto de las ideas cristianas, adaptando así una filosofía pagana a la cosmología cristiana. Como la gran mayoría de las obras de Aristoteles se habían perdido, Tomas las re-adaptó. La experiencia sensible deja de verse como algo pecaminoso y se reivindica: esto era necesario para la posibilidad del comercio, el dinero, etc. Tomas intenta probar la existencia de Dios a partir de saberes aristotélicos, es decir, trata de explicar en base a pruebas sensibles (antes era impensado buscar pruebas sensibles para probar que Dios existe, pues lo sensible estaba descalificado totalmente).

- Mas de Aristóteles en Tomas → El modo de pensar la naturaleza de forma teleológica de Aristóteles y la idea de Estado como producto de la naturaleza aparecen en Tomas. Este también se suscribe al ideal del hombre como animal político planteado por el antiguo

filósofo, pero lo lleva más allá y agrega que el hombre es un animal social. También la distinción aristotélica de hombre y ciudadano reaparece en el sistema tomista.

-

- ¿Cuál es el fin del hombre? --> Tomas contesta que este es el buen vivir, pero que esta siempre se articula con la fe y la divinidad. El hombre busca su felicidad a través del más allá. No plantea una contradicción entre una y otra, pero si subordina la felicidad terrenal a la divina.

Articulación de la fe con la razón

- La razón y la fe separadas → En ese periodo, había tres posiciones distintas, ninguna de ellas buscaba compatibilizar a la fe con la razón:

a. La razón está ligada a la soberbia humana. Supremacía de la fe.

b. La fe y la razón son incompatibles, puesto que la razón es más poderosa que la fe.

c. Separación completa de la fe y la razón, puesto que algo puede ser cierto en materia religiosa y a la vez no serlo en materia filosófica. Son cosas distintas.

- Tomas como un pensador armónico → Tomas trata de articular la relación entre fe y razón (cuya polémica atravesó toda la Edad Media), puesto que ambas fueron creadas por Dios, y en ese sentido les interesa lo mismo. La única diferencia es que la razón busca a Dios a través del camino de la luz natural de la razón en sí misma, mientras que la fe necesita de una revelación. La fe es superior a la razón (porque la última tiene límites), pero no es incompatible con esta. La mayoría de la gente no es filósofa, por lo que necesitan de la fe para no quedar fuera de la salvación. La fe es sobre racional porque alcanza verdades que la razón no alcanza. Las tesis tomistas están conformadas al 50% por aspectos naturales, de la razón, y otro 50% por los supranaturales o místicos. Ambas partes deben ser consideradas para entenderlo.

- Teoría del doble orden → El orden horizontal (orden natural, conectado a la organización política y social, hombre como ser social) tiene una relativa autonomía para Tomas. No obstante, está subordinado al orden vertical (vida eterna, trascendencia, teología y fe) cuando se ponen en juego cuestiones relativas a la salvación. Importante: Solo si la salvación peligra, es que la Iglesia puede entrometerse en los asuntos de la política.

Sociabilidad del hombre y necesidad de ser gobernado

- Animal político y social → El hombre es por naturaleza un ser que vive en sociedad, más aún que el resto de los animales, pues fue creado con la razón para poder abastecer sus necesidades.

- Necesidad de ser gobernado → Es preciso que haya en los hombres algo por lo que se rija la mayoría, sino la multitud se dispersaba en diversos núcleos. Debe haber una fuerza común que dirigiera a la comunidad en busca del bien común. La sociedad a veces es bien dirigida y a veces no, y por eso hay regímenes justos e injustos. Tomas comparte la tipología de los regímenes de Aristóteles.

El mejor y el peor régimen

- Tomas, a diferencia de Aristóteles, no duda que el mejor régimen político es la monarquía, pues articula mejor la pluralidad y es el que más se asemeja a Dios. De todas formas, no

ve al monarca como superior a los demás.

-

- La monarquía → De los regímenes justos, el mejor es la monarquía, pues la sociedad se gobierna mejor por uno que por muchos. El fin del gobierno es el de establecer la unidad de paz, y en esta tarea es siempre más útil uno, pues cuando son muchos siempre se generan disensiones inevitables. Un gobierno natural debe ser unipersonal, como en las partes del alma reside una sola fuerza principal (la razón). Además, el régimen monárquico es mejor porque con el régimen pluralista se llega mucho más frecuentemente a un poder tiránico y más peligroso que en el régimen monárquico. Es más probable que entre muchos algunos abandonen la tendencia al bien común, a que le suceda esto a uno solo. Cuando aparece

la rivalidad, la discordia y las guerras civiles en los regímenes pluralistas, es cuando cae en manos de tiranos muy crueles.

-

- La tiranía → De los regímenes injustos, el peor es la tiranía. Esto se explica así: La monarquía es el mejor régimen, y es el opuesto a la tiranía. Lo mejor siempre se opone a lo peor. Además, así como produce mayor utilidad que sea solamente una virtud que tiende al bien, así también es más nocivo que producir el mal sea una que muchas. Pues en un gobierno justo, cuanto mayor unidad haya, más útil será el régimen, y en uno injusto, más nocivo será. Si un régimen se desvía de la justicia, conviene más que haya muchos para que sea más débil y se obstaculicen mutuamente. Los tiranos evitan la virtud en sus súbditos, lo que deriva en que en este régimen se encuentren pocas personas virtuosas.

- La inestabilidad de la tiranía → Como los tiranos no buscan el bien común sino el suyo propio, no tienen unión con sus súbditos. Es por esto que tal régimen no puede ser duradero, pues se vuelve odioso a la mayoría y solo se sostiene en el temor que todos le tienen al tirano, pero el temor es un cimiento débil, ya que a la primera ocasión que tengan los súbditos se levantaran contra el. Contrariamente, es difícil que sea perturbado un reinado donde el pueblo ama al rey. Dios permite que tomen el mando los tiranos para castigar los pecados de los súbditos, pero no lo permite por mucho tiempo, por eso los regímenes tiránicos son tan cortos. Una vez desencadenada la tempestad en el pueblo, Dios les devuelve la tranquilidad.

El rey

- ¿Cómo elegirlo? → Se debe elegir a un hombre que no pueda inclinarse hacia la tiranía fácilmente, y se puede confiar para esta tarea a la providencia divina. Se le debe sustraer cualquier oportunidad para tiranizar al pueblo.

- Soportar la tiranía → Es preferible soportar temporalmente una tiranía moderada que oponerse a ella, porque tal oposición puede implicar peligros mucho mayores que la misma tiranía, pues quienes se oponen al tirano pueden fallar en el ataque y entonces el tirano se ensaña más. Además, suele suceder en la tiranía que el tirano posterior resulte peor que su precedente. Por otro lado, Pedro nos enseña que los súbditos deben obedecer no solo a los señores buenos y sencillos sino también a los malos.

- Destitución del rey → El rey elegido puede ser destituido (sin faltar a la justicia) si éste abusa del poder como un tirano. La sociedad que destituyó al tirano no debe ser juzgada, por más que antes le hubiera prometido obediencia. Si, por el contrario, pertenece a un superior el derecho de nombrar rey, hay que esperar el remedio contra la iniquidad del tirano, es decir, recurrir a Dios. Para que el pueblo merezca conseguir de Dios este beneficio, debe abstenerse de pecar.

- ¿Qué beneficio obtiene el rey por gobernar bien? → Algunos dicen que el premio para un rey que gobierna bien es el honor y la gloria. Aristóteles en Ética establece que al príncipe no le basta con esas recompensas tan efímeras y por eso se convierte en un tirano. Tomas establece que si el rey intenta complacer a todos en búsqueda de honor y gloria, se hace esclavo de cada uno de ellos. Además, el alma virtuosa y valiente desprecia la gloria por la justicia, pues uno es digno de gloria solo si la desprecia. La ambición de gloria trae aparejada la hipocresía, pues muchos, en búsqueda de ella, disimulan tener virtudes. La única razón por la que estas dos cuestiones se aceptaron como premio al rey fue porque son menos problemáticas que la búsqueda de dinero o placer.

Para Tomas, los reyes deben esperar de Dios su recompensa por el buen gobierno, ya que este les dará una recompensa eterna y no terrenal. Lo único que hace feliz al hombre es el bien universal, un bien perfecto, pues nada se desea con más vehemencia. La felicidad es la perfección final y únicamente Dios puede hacer feliz al hombre y constituir así el premio digno de un rey.

Ciudadano, democracia y representación

- Renacimiento del ciudadano → El ciudadano ya no era el súbdito que tenía que limitarse a obedecer órdenes superiores. La definición aristotélica de ciudadano como partícipe del gobierno actuó de disolvente e hizo posible la liberación del súbdito. Tomas, al asimilar las ideas aristotélicas, efectuó el renacimiento del ciudadano.

- Democracia y principio de representación → Hay democracia cuando los dirigentes pueden escogerse de entre los miembros del pueblo y su elección corresponde a este. Surge el principio de representación: el dirigente “personifica” al Estado, es decir que “lo que hace el gobernante lo hace el propio el Estado”.

Estado ≠ Iglesia, gobierno y leyes


- Ciencia política → Tomas inició la ciencia política propiamente dicha. Para él, este era el conjunto de conocimientos relativos al Estado. La ciencia política contenía en sí misma sus propios principios de actuación, es decir, no necesitaba de agente exterior alguno para su funcionamiento. El Estado es natural, y la ciencia política estudia al Estado, y por eso mismo es natural también. Como es natural, tiende al bien perfecto, pues imita a la naturaleza.

- Gobierno político → Tomas usa este concepto para referirse a aquellos gobiernos en donde los poderes del gobernante están circunscriptos a las leyes del Estado, en contraposición con aquellos gobiernos donde el rey posee poderes plenos y no necesita dar cuenta a nadie sobre ello.

- Estado → Partiendo de ideas aristotélicas, Tomas asimilo que que era el “instinto o razón natural” del hombre lo que daba origen al Estado. Como el Estado derivaba de la naturaleza, también lo hacían las leyes. Siguiendo la idea tomista de que “la naturaleza no deja nada imperfecto”, el Estado es la comunidad perfecta y la más perfecta asociación humana.

- Diferencia entre Estado e Iglesia → Hay un abismo entre Estado e Iglesia. La iglesia no tenía nada que ver con la naturaleza, puesto que fue fundada por la divinidad, es supra natural. Mientras el Estado es una congregación de hombres, la iglesia es una congregación de creyentes. El Estado, en tanto producto natural, persigue fines morales, inherentes al bienestar y progreso de sus miembros. Contrariamente, la Iglesia es un producto místico.

- La ley → Tomas la define como el derecho a ordenar lo necesario para el bien común. Aquí podemos ver la visión teleológica que tenía de la ley (es decir, explicarla en pos de sus fines) pero lo más interesante es ver cómo esta noción es aplicable tanto a la teoría teocrática como a la populista.

Toda ley es norma y medida de las acciones humanas, y la fuente última de toda ley era la ley eterna de Dios, que más que una ley, equivalía a la divina razón que gobierna el universo. La ley positiva debe estar determinada siempre por la ley natural: La ley divina no difiere de la ley humana positiva, siempre y cuando esta se base en la razón natural. La ley natural implica la participación de la criatura racional en la ley eterna de Dios.

Esfera natural < Esfera supranatural

- Dicotomía gracia - naturaleza → En la doctrina tradicional, la gracia divina y la naturaleza eran dos nociones contrarias y excluyentes. En el sistema tomista, desaparece esta dicotomía para dar lugar a una jerarquía: Natural < Supranatural // Estado < Iglesia // Naturaleza < Gracia. Para Tomas, la gracia divina perfecciona a la naturaleza. Esto provocó una drástica reorientación del pensamiento de la época, el cual se caracterizaba hasta entonces por formas monolíticas tradicionales de pensar. El monopolio de la concepción teocrático-descendente del gobierno y de la ley se había roto.

- Lo novedoso de Tomas → Tomas trae la idea de que existía una ley natural que era en todo caso válida y suficiente convincente sin necesidad de recurrir a la divinidad, facilitando el camino para los más maduros ataques, primero contra el Papado y luego con la teoría política descendente.

Seguidores de las ideas tomistas

- Muerte de Tomas → Efectos de su tesis: Comienzan a surgir preguntas como: ¿Por qué necesitaría la autoridad política de la autoridad eclesiástica? → Ahora los pensadores disponían de los instrumentos con los cuales podían rechazar las pretensiones del Papado y tacharlas de interferencias y pretensiones vanas. Algunos de ellos fueron:

1. Dante y el problema del Imperio → La época de Tomas fue un periodo en donde disminuyó la importancia europea del Imperio de manera visible. La gente comenzó a preguntarse si tenía razón de ser un Imperio universal. Una de las respuestas a este problema fue la Monarquía de Dante. Dante absorbió la ideología aristotélica y la síntesis tomista para responder: 1. Si la monarquía universal estaba justificada // 2. Si consiguió en derecho el pueblo romano el cargo de la monarquía // 3. Si el cargo monárquico deriva directamente de Dios. También compartía con Tomas la idea de la naturaleza y la gracia como complementos con distinto orden jerárquico, donde la gracia perfecciona a la naturaleza.

Según Dante el hombre perseguía una finalidad dual: como cristiano, una finalidad en el otro mundo; como ciudadano, un fin en este mundo. Encontramos en él la teoría tomista de que la obra de Dios puede apreciarse tanto por su reflejo en la naturaleza como por la revelación. La tesis de Dante culmina con la separación entre Iglesia y Estado. El hombre renacía, después de muchos siglos volvía a convertirse por sí mismo en centro de la vida cívica.

2. Juan de París y la autonomía del Estado → Este pensador aplico y amplió las ideas de Aristoteles y de Tomas a la realidad de su época. Buscaba demostrar el carácter autónomo del reino, argumentando que la Iglesia era sencillamente un cuerpo místico y en tanto tal sus funciones eran puramente sacramentales. La fe no tiene para él nada que ver con la naturaleza, y el Estado tiende sólo a fines naturales. La tarea propia del gobierno del rey no cuenta con ninguna calificación para guiar a los creyentes a su finalidad supranatural. Lleva aún más allá la jerarquía entre natural y supranatural de Tomas: lo natural es para Juan autónomo y tiene importancia en sí mismo, pues tiene leyes propias que provienen de la naturaleza. El punto flaco del tomismo era que, según su teoría, seguía existiendo una posibilidad remota de intervención clerical. Para Juan, la interferencia de los clérigos en cuestiones civiles llevaba a la destrucción del Estado.

3. Marsilio de Padua y la teoría ascendente populista → Marsilio estableció que los lazos entre la naturaleza y Dios eran materia de fe, no demostrables racionalmente. La gracia divina no “perfecciona” al Estado como establece Tomas, sino que este tiene un valor en sí mismo. El Estado era el único cuerpo público “vivo” que podía vivir según sus propias leyes. La novedad que trajo Marsilio es que establece que quien confería a la ley su obligatoriedad no era la voluntad del gobernante, como establece la tradicional teoría teocrática ascendente, sino que son los ciudadanos quienes confieren este carácter obligatorio → Aparece una teoría descendente populista. Al hablar de ciudadanos no distingue entre clérigos y laicos, sino que los considera a todos por igual. Buscaba prescindir del papado como institución de gobierno.

Marsilio le recrimino a los papás que traicionaron el ideal cristiano y abusaron de la fe de sus súbditos. Dos generaciones antes, estas acusaciones no hubieran tenido resonancia alguna, pero en el siglo XIV expresaban los sentimientos de amplios sectores del pueblo, gracias al piso que la síntesis tomista de las ideas aristotélicas había dejado.

 

Moro

Sobre la obra

- Tomas Moro → Fue una figura importante dentro del humanismo. Nacido en Gran Bretaña, llegó a ser canciller del reino.

- Sobre el género → Moro inicia un género literario (la utopía) que es un género político (si bien tiene el componente de la ficción, puesto que habla de un lugar que no existe): da cuenta de profundas transformaciones, como algunos elementos proto capitalistas que empezaban a consolidarse. Si bien la isla utópica de Moro no existe, esta es contemporánea de los lugares que sí existen, es decir, hablan en presente, tratando de mostrar cómo deberían de ser las cosas, pero no son (es un ideal imposible de llevar a cabo). No son proyectos políticos, solo es un análisis crítico. No obstante, su politicidad no está en su imposibilidad, sino en la crítica de lo realmente existente. Es una crítica en forma de ficción. Se parte de un no lugar para criticar un lugar existente.


- Sobre el libro primero → Se critica a la Inglaterra contemporánea a Moro. La idea principal: Inglaterra está mal gobernada porque hay un paradigma erróneo de gobierno: ¿Por qué los gobiernos buscan nuevos territorios en vez de focalizarse en administrar el que tienen?

- Sobre el libro segundo → Se relata la isla de Utopía. Todo lo que aparece en la parte primera de la obra, aparece de forma invertida en el libro segundo. Utopía no es el reflejo de Inglaterra (el ser), sino el reflejo invertido de Inglaterra (el deber ser). Es una inversión correcta de lo que aparece criticado en el libro primero. Utopía, como isla perfecta, es ahistórica, puesto que no hay cambios. No hay lugar para cambios porque es un lugar perfecto. Tampoco hay posibilidad de que el mundo real se convierta en este mundo perfecto, es imposible.

Libro Primero: Diálogo entre Rafael y Moro

- ¿Quién es Rafael? → Tomas Moro conoce en un viaje a Rafael Hitlodeo, un marinero portugues que ha viajado por todo el mundo y conoce una infinidad de tierras. Moro cree que algunas de las cosas que Rafael le contó sobre pueblos como el de Utopía, pueden servir de ejemplo para corregir y regenerar sus ciudades y naciones, como Inglaterra.

- Gobernantes como parásitosA Rafael no le interesa aconsejar a ningún príncipe con su conocimiento, pues cree que eso seria inutil, en tanto a los gobernantes no les interesaria ni lo escucharian. No les interesa la paz, y no les gusta que no se les dé siempre la razón. Los llama parásitos y zánganos, que viven a costa de los demás.

- Sobre el robo → Matar a quien roba no es justo ni útil para Rafael. No es proporcional la crueldad del castigo con la gravedad del acto de robar, además de ser ineficaz como remedio. Ni hay castigo tan horrible que prive de robar a quien tiene que comer y vestirse y no halla otro medio para conseguir su sustento. En vez de promulgar penas terribles se debería arbitrar medios de vida, y no que los nobles vivan como zánganos a costa del trabajo de los demás. Ellos han echado a colonos de sus tierras, que solo sabían sembrar, y no les ha quedado otro camino que robar y así, mucha gente sin trabajo cae en la ociosidad: engendran ladrones para después castigarlos. Para Rafael, es totalmente injusto quitar la vida de un hombre por unas monedas. Además, Dios prohíbe matar, y es absurdo castigar con igual pena a un ladrón y a un homicida: ¿Si la pena es igual tanto si roba como si mata, no será lógico pensar que le conviene matar al testigo? La pena será la misma si es atrapado, y tiene la chance de que esto no suceda.

- Bufón → Moro pone en boca de un bufón una crítica a los sectores dominantes, por ser parásitos que viven del trabajo de los demás. Este personaje llama “los mayores vagabundos por naturaleza” a los frailes mendicantes.

- Más críticas de Rafael → Al rey le importa, ya que en eso estriba su seguridad, que el pueblo posea lo menos posible. Pues creen que tanto la riqueza como la libertad hacen aguantar con menos paciencia las leyes duras e injustas. Por el contrario, creen que la indigencia y pobreza quitan la libertad y los ánimos a los oprimidos para revelarse. Rafael insiste en que a los reyes no les interesa la filosofía. Como bien dice Platón, los filósofos, al ver que nadie los escucha, optan por quedarse encubiertos, defendiendo al menos su propia seguridad.

- Sobre la propiedad privada → Rafael argumenta que hay algunas ideas que quizá los reyes escucharian con mayor atención, pues son buenas ideas, si bien extrañas: La República de Platón y el pueblo de los utopianos. En ambos casos, la propiedad privada no existe como en Inglaterra, sino que todo es común. Para Rafael, donde hay propiedad privada y donde todo se mide por el dinero, difícilmente se logrará que la cosa pública se administre con justicia y se viva con prosperidad. En esto le doy la razón a Platón, sólo hay un camino para salvar la república: la aplicación del principio de igualdad de bienes. Mientras se pueda asegurar con papeles que algo es de uno, de nada servirá la abundancia de bienes, pues caerán en manos de unos pocos. A todo esto Moro responde

que no está de acuerdo en absoluto: el hombre no conocerá el bienestar bajo un régimen

de comunidad de bienes, pues no habría estímulo personal y todos se negarian a trabajar.

- Sobre la República de Utopía → Rafael le responde a Moro que entiende que piense así sobre la comunidad de bienes, pero que cambiara de opinión al oír sobre la República de Utopía, la mejor organizada del mundo. Raf: “Si bien nosotros somos más inteligentes, ellos están mejor organizados que nosotros porque tienen institucionalizado lo que nosotros tememos o dudamos adoptar”

Libro Segundo: Sobre la República de Utopía

- Origen → Utopo se apoderó de la isla y le dio su nombre, hizo cortar lo que unía a la isla al continente para que quede completamente rodeada por mar. Son 54 ciudades, todas comparten la misma lengua, costumbres, instituciones y leyes. Ninguna ciudad tiene ansias de extender sus territorios. Los habitantes se consideran más agricultores que propietarios. Todos pueden entrar y salir de las casas. Nada se considera de propiedad privada.

- Apoliticidad del régimen → En Utopía el régimen no es político, sino meramente administrativo, que intenta simplemente cumplimentar las normas y protocolos ya establecidos. Así, evita el conflicto.

- Sobre la agricultura → Cada ciudad tiene asignado terrenos cultivables. En el campo hay casas cómodas y equipadas para habitar por quienes trabajen la tierra. Esto se da en turnos, todos los años veinte agricultores de cada familia vuelven a la ciudad, y son reemplazados por otros veinte. Así se evita que nadie tenga que soportar mucho tiempo un género de vida duro y penoso. Todos los objetos necesarios para vivir ahí se los brinda la ciudad, sin nada a cambio.Los utopianos saben de manera exacta la cantidad de víveres necesaria para cada ciudad, a pesar de que siembran grano y crían ganado en cantidad muy superior al consumo.

- Sobre los magistrados → Cada grupo de 30 familias elige su juez (Sifogrante). Cada diez sifograntes preside un Traniboro. Finalmente, los 200 sifograntes, eligen en voto secreto y proclaman príncipe a uno de los cuatro ciudadanos nominados por el pueblo. La razón de esto es que cada ciudad está dividida en cuatro distritos, cada uno de los cuales presenta su candidato al Senado. El principado es vitalicio (hasta la muerte). Los traniboros se someten todos los años a la reelección. Los demás magistrados son renovados todos los años. Cada tres días los traniboros se reúnen en consejo, para deliberar con el príncipe sobre asuntos públicos y dirimir los conflictos entre particulares. Invitan a estas deliberaciones a dos sifograntes, que son distintos cada sesión. Además, se considera crimen capital tomar decisiones sobre lo público en un ámbito privado. Esto evita que conspiren contra el pueblo. Todas las decisiones importantes se las comunican a los sifograntes, para que estos las expongan con las familias y discuta con ellas la conclusión que llevarán al senado.

- Sobre las familias → Cuando la mujer alcanza la edad núbil, es entregada al marido. El más anciano preside la familia. Las mujeres sirven a los maridos, los hijos a los padres, y en general, los menores a los mayores. Las familias deben tener entre 10 y 16 adultos, para mantener el equilibrio poblacional.

- Sobre las ciudades → Cada ciudad se divide en cuatro distritos iguales. En el centro de cada uno hay un mercado público donde se encuentra de todo, sin que se le pida nada a cambio. Hay abundancia de todo y no hay temor porque alguien se lleve más de lo que necesita. Así, los utopianos desterraron el vicio del orgullo, de querer ser más que los demás por una riqueza superflua.

- Sobre las comidas → En cada manzana hay una sala grande, que funcionan como comedores para toda la sifograntia (las 30 familias). No está prohibido llevar comida del mercado a casa para cocinarse a uno mismo, pero nadie lo hace. Todos comen juntos. Las mujeres se turnan para cocinar, y los siervos se encargan de limpiar y ayudarlas.

- Importación, exportación y riquezas→ Tienen excedente de producción. Una vez cubiertas las necesidades (y no lo están hasta tener provisiones para los siguientes dos años en caso de eventualidades), recién ahí exportan. También importan hierro, oro y plata. Así, poseen una gran cantidad de metales preciosos, que guardan como tesoro en caso de peligros imprevistos. También lo utilizan para contratar mercenarios, pues no gustan de exponer a muerte a los utopianos. Les pagan muy bien, para evitar ser traicionados. Pero todo lo demás, lo guardan. Para ellos, ni el oro ni la plata tienen valor alguno. Por ello, los utopianos no encierran sus tesoros en una fortaleza. La misma pobreza que parece se basa en la falta de dinero, desaparece desde el momento en que aquél pierde su dominio.

- Sobre los metales preciosos → Los utopianos asocian los metales preciosos con algo negativo, pues no entienden el honor que en otras naciones tienen los ricos. Usan el oro y la plata para cuestiones viles: Cadenas y grilletes de los esclavos, anillos de oro, collares de oro, cascos de oro para los reos de crímenes.

- Sobre la educación → En cada ciudad son pocos los liberados de trabajar para dedicarse al estudio, solo los que manifiestan cualidades sobresalientes y vocación por la ciencia. De todas formas, se da una educación liberal a todos los niños por igual.

- Sobre la felicidad humana → Defienden al placer como la única fuente de felicidad humana. Sus principios son: Que el alma es inmortal. Que Dios, por pura bondad, la hizo nacer para la felicidad. Que después de esta vida nuestras virtudes y nuestras buenas acciones serán recompensadas y premiadas. Que el crimen será castigado con suplicios. Estos principios están basados en la razón.

Afirman que la felicidad no se halla en todo tipo de placeres. Solo en el bueno y honesto. No hay placer natural en buscar tu medro personal en el desmedro de los demás. Piensan que se han de cumplir las leyes públicas que regulan el reparto de los bienes destinados a hacer la existencia más fácil. En definitiva, todas nuestras acciones están abocadas al placer como a su fin y felicidad. Por ello, para los utopianos ni las riquezas, ni la caza tienen algo de agradable.

- Sobre los esclavos → Son esclavos los ciudadanos de Utopía convictos de un gran crimen y los ciudadanos extranjeros convictos de crimen y condenados a muerte. Están sometidos a trabajos forzados y llevan cadenas. Tratan a sus conciudadanos con más rigor que a los extranjeros, pues no pudieron resistirse al crimen aún con la educación moral recibida.

- Sobre el matrimonio → Los pretendientes deben verse completamente desnudos. Pues creen que en eso obramos mal, puesto que ponemos más análisis en la elección de un potrillo que en el de una mujer. Las leyes utopianas buscan impedir que nadie caiga en trampas. El matrimonio solo se rompe con la muerte, salvo en casos de adulterio o costumbres insoportables. En estos dos casos, el senado le permite al ofendido volverse a casar, mientras que el otro es condenado a vivir en la infamia y no puede casarse de nuevo. El adulterio se castiga con esclavitud. Si ninguno de los cómplices era soltero, los esposos ofendidos pueden casarse entre ellos, o con otra persona que elijan. Igual, pueden decidir perdonar a su pareja y continuar con el matrimonio, pero si reincide, es castigado con la muerte.

- Sobre los delitos → Casi todos los delitos son castigados con la esclavitud. Esta no es menos terrible que la pena capital, y es mas ventajosa, pues los hombres trabajadores son más útiles que unos cadáveres.

- Sobre los abogados → En utopía no hay abogados, pues cada uno debe llevar a su casa al juez y exponerle lo que le contaría a su abogado. Al ser tan pocas leyes y fáciles de interpretar, todos son expertos en ellas.


- Sobre la guerra → Abominan la guerra. De todas formas, se preparan para la lucha en caso de que fuera necesario. No van a la guerra sin grandes motivos (a saber: defender sus fronteras, expulsar invasores de territorios amigos, liberar de la esclavitud de un tirano a algún pueblo oprimido). Es curioso como toman con más rigor las injurias cometidas a sus pueblos amigos que a ellos mismos. Si por medio de fraude son despojados de sus bienes, su venganza se reduce a la interrupción de las relaciones comerciales con la nación culpable. Sufren con peor ánimo que les roben a los otros que a ellos mismos. Al fin y al cabo, tienen abundancia de bienes, así que nadie siente la merma. Piensan que sería demasiado cruel vengarse por algo que no afecta su propia vida ni bienestar. En cambio, los pueblos amigos sufren un gran perjuicio.

- Sobre la religión → Hay diferentes religiones, pues cuando Utopo fundó la isla, se dio cuenta como muchas naciones se peleaban por cuestiones de religión, por lo que decretó que cada uno era libre de practicar lo que quisiera. La mayoría cree en un numen desconocido, eterno, inmenso e inexplicable, muy por encima de la comprensión humana, que es como una fuerza. No se ve en los templos ninguna representación de la divinidad, sino que cada uno la imagina como desee. Para referirse a Dios, usan el nombre general de mitra. Hay muy pocos sacerdotes en la isla. En cada ciudad hay hasta trece. Todos son elegidos por el pueblo. Son los encargados de la educación

Utopo creía que había una fuerza que era la verdadera, pero no creía que sea necesario imponerla. Pensó que, si se procede con moderación y prudencia, la fuerza de la verdad emerge y se impone por sí misma. Lo que si creen todos los utopianos, y que es condición para ser considerado ciudadano, es que hay premios para los buenos y suplicios para los malos.

Conclusión

- Esta es, para Rafael, la única República digna de llevar su nombre, pues aquí realmente se vive en provecho de todos. El patrimonio público es del interés de todos, y por eso todos lo cuidan. En otras repúblicas, aunque el estado sea floreciente, si uno no se preocupa por sí mismo moriría de hambre. Esto hace que uno descuide las cosas del estado y solo se preocupe por las de uno. Vivimos en una sociedad que vanagloria a nobles, manipuladores y traficantes, pero se olvidan de los labradores, carboneros, braceros, obreros sin cuyo

trabajo no podría subsistir ciudad alguna.

-

- En utopía no hay peligro de disturbios internos, de esos que en más de una ocasión han echado por tierra las ciudades más ricas y sólidas. Al no intervenir el dinero, se destruye la raíz de la nobleza, la magnificencia y el lujo.

 

Lutero

Contexto

- Edad Media → Todo pensamiento político de la Edad Media es un pensamiento teológico. Dios aparece como el fundamento de todas las cosas. Hay diversos elementos histórico-políticos anteriores (importantes críticas a la estructura eclesiástica) que funcionaron como piso para la reforma, y sin ellos no hubiera sido posible. Si bien críticas a la Iglesia católica hubieron siempre, nunca había habido antes algo así como la reforma protestante, que implicaba una ruptura total. Lutero es el que inicia la Reforma Protestante.

- Lutero dice que hay un solo orden que tiene a Dios a la cabeza, que va por encima de todo. Este orden se subdivide en el orden cristiano y en el político, los cuales no son comparables (no hay uno más importante que el otro). La cabeza del orden político son los príncipes, mientras que la cabeza del orden cristiano es Jesús. Cabe destacar que no coloca al papa a la cabeza del orden cristiano, desplazando así a la Iglesia.

- Lutero no quiere formar una Iglesia nueva, quiere reformar la Iglesia porque esta se pervirtió: La iglesia entendida verticalmente tiene que desaparecer y dar lugar a una entendida horizontalmente. El papa no es más cristiano que un carpintero cristiano, incluso el carpintero puede ser mejor cristiano que el papa. Con esos dichos, rompe con la verticalidad de la Iglesia, que ponía a los papas, sacerdotes y obispos por encima de todos.

Así, le da cierta autonomía al poder político y a los príncipes.

-

- El fundamento del poder proviene de Dios, pero el ejercicio del poder depende de los príncipes. El príncipe decidirá si se sigue de Dios o no, y solo Dios puede juzgarlo. El pueblo debe soportar la autoridad del príncipe.

Las tres murallas

Lutero ya no acepta la tesis medieval de la superioridad del orden eclesiástico sobre el laico. Por ello ofrece unas propuestas de reforma, después de haber atacado las tres murallas con las que los romanistas se defienden de que nadie los pueda reformar:

1. La superioridad del poder eclesiastico → Cuando se ha intentado censurar a los romanistas con el poder secular, han establecido que este no tiene derecho sobre ellos, sino que es el poder espiritual el que está por encima del secular.

Ataque de Lutero a esta muralla → Todos los cristianos pertenecen al mismo orden, y no hay entre ellos ninguna diferencia más que la del cargo. El papa y el obispo no son más cristianos que otros, no son distintos al hombre laico común, simplemente desempeñan un cargo administrativo. Si bien la autoridad secular es del orden de lo material, se la debe dejar ejercer libremente, en tanto fue ordenada por Dios para castigar a los malos y proteger a los buenos.

2. El monopolio de la interpretación de la Sagrada Escritura → Cuando se ha intentado censurarlos con la Sagrada Escritura, han establecido que nadie, excepto el papa, tiene capacidad para interpretar la Escritura.

Ataque de Lutero a esta muralla → Cristo nos dice que todos los cristianos serán enseñados por Dios. Debemos poder juzgar libremente a los papás según nuestra fiel comprensión de la Escritura.

3. La supremacía del papa sobre el concilio → Cuando se ha intentado censurarlos mediante el concilio, han establecido que nadie puede convocar uno, excepto el papa.

Ataque de Lutero a esta muralla → No tiene fundamento alguno que digan que no es lícito luchar contra su poder. Nadie en la cristiandad tiene el poder para hacer daño y/o para prohibir que se combata el daño. Si el papa actúa contra la Escritura, nosotros estamos obligados a defenderla y a castigar al papa y corregirlo según la palabra de Cristo, por lo que la comunidad debe poder reunirse con ese fin y convocar un concilio.

Los dos reinos

Lutero hace una distinción:

a. Los hombres que pertenecen al Reino de Dios → Los cristianos. No necesitan ni de la espada ni del derecho secular. Si todo el mundo fuera verdadero cristiano todo eso sería innecesario, pues harían lo justo sin ninguna ley que los obligue. La ley fue creada para evitar que los no cristianos hagan malas acciones, y, como ningún hombre es por naturaleza cristiano, sino que son todos pecadores y malos (debido al pecado original), Dios les prohíbe a todos, por medio de la ley, que pongan en práctica su maldad.


Este reino goza de total igualdad: todos los cristianos son iguales ante los ojos de Dios.

b. Los hombres que pertenecen al reino del mundo → Los no cristianos. Dios los ha sometido a la espada para que cristianos y no cristianos puedan convivir. Además, muchos hombres se hacen llamar cristianos pero no lo son verdaderamente, y si no fuera por la espada se aprovecharian de la libertad evangélica para hacer maldades. Este reino no puede subsistir si no existe desigualdad en sus personas, en el sentido de que unos son libres, otros prisioneros, unos señores y otros súbditos.

- Amor al projimo → Para Lutero, ambos reinos deben coexistir. Ahora, si los cristianos no necesitan ni de la espada ni del derecho secular, ¿por qué deben someterse a este? → Porque un verdadero cristiano no vive en la tierra para sí mismo, sino que vive y sirve a su prójimo. La espada es de utilidad a todo el mundo para mantener la paz, por lo que el cristiano se debe someter a ella gustosamente y respetar la autoridad. Si no lo hiciera así, no estaría actuando como cristiano, yendo en contra del amor al prójimo. Todo cristiano está obligado, por el amor, a hacer lo necesario y útil para el prójimo.

- Sobre el uso de la espada por parte de los cristianos → Algunos deducen que la espada debe ser utilizada exclusivamente por los hombres del reino del mundo, ya que los cristianos no la necesitan. Lutero no está de acuerdo: para él, el cristiano puede y debe hacer uso de la espada en caso de que sea necesario, puesto que aquella es un servidor de Dios, y no hay mejor que el cristiano para servir a Dios. Ambos mundos se concilian: Cumples tanto con el reino de Dios como con el reino del mundo. Todos los hombres pueden utilizar la autoridad creada por Dios.

Aclaración: Si bien el cristiano puede hacer uso de la espada en vistas al prójimo, no puede hacer uso de ella en su propio beneficio. El poder secular debe ayudar y proteger al cristiano, pero, si no lo hace, el cristiano debe dejarse maltratar y ser ultrajado, sin oponerse al mal, pues Cristo dice: “No debes resistir al mal”

Sobre la autoridad secular

- Dualidad del cristiano → La tesis fundamental que establece Lutero es que el cristiano consta de dos naturalezas: la espiritual y la corporal. La autoridad secular es la encargada de ordenar la naturaleza corporal y material del hombre. No existe autoridad sin que Dios así lo disponga: es por esto que el derecho y la espada secular están en el mundo por la voluntad de Dios, para proteger a los buenos y castigar a los malos. Consecuentemente, quien resiste a la autoridad secular se resiste al orden divino. Lutero, a la vez que sostiene y afianza el origen divino del poder, le da autonomía al poder político (pues no debe esperar aprobación del papa ni de otros hombres de la Iglesia).

- Límites a la autoridad secular → Esta no debe abarcar más que el reino de Dios y su gobierno. De ser así, se produciría un daño intolerable y horrendo. Es por esto que hay dos tipos de leyes: las divinas y las materiales. El poder secular solo tiene estas segundas: las leyes que afectan al cuerpo y a todas las cosas exteriores que hay en la tierra. Sobre las almas solo gobierna Dios. Si una ley humana se entromete en lo respectivo al alma, y quiere imponer una forma de creer, seguro que no está ella en la palabra de Dios. El poder secular debe remitirse puramente al gobierno de los bienes externos.

Aclaración: El cristiano está obligado a obedecer al príncipe con su cuerpo y con sus bienes, pero no está obligado a creer o deshacerse de sus creencias. Creer o no creer no depende ni de la voluntad de Dios, mucho menos de la de un príncipe. Si por no hacerle caso al príncipe, este te despoja de tus bienes, debes dar gracias a Dios por ser digno de sufrir por causa de la palabra divina. No obstante, debes oponerte a él siempre que se meta en el gobierno de las almas, y si no lo haces, le estarás incumpliendo a Dios. Si bien no hay que resistir al mal sino sufrirlo; tampoco hay que aprobarlo ni servirlo ni secundario ni dar un paso ni mover un dedo para obedecerlo.

- A los príncipes → Un príncipe debe atender a cuatro puntos:

1. Debe atender a Dios con una confianza perfecta y una oración que le brote del corazón → Un príncipe ha de atenerse únicamente a Dios, y pedirle a este un entendimiento justo por encima de libros y maestros para gobernar sabiamente a sus súbditos.

2. Debe atender a sus súbditos con amor y servicio cristianos → El príncipe debe hacer suyas las necesidades de sus súbditos como Cristo hizo con nosotros, pues esas son las obras del amor cristiano.

3. Debe atender a sus consejeros con una razón libre y entendimiento independiente → Un príncipe debe actuar con temor y nunca confiar en nadie, por más cristianos que sean. Si fueran cristianos buenos y piadosos los de su alrededor, les gustaría que no les confiaras nada y te alabarían porque les vigiles tan cuidadosamente, pues si obran según Dios, tolerarían que su acción esté a luz de todos.

4. Debe atender a los malhechores con una seriedad y severidad justas → El príncipe debe ser inteligente para castigar a los malhechores sin perjudicar a los demás. No debe llevar al país a la miseria por una sola cabeza. Si no puede castigar la injusticia sin cometer una injusticia mayor, que renuncie a su derecho, por muy justo que sea.

Crítica al Campesinado de Suabia

- Sufrir la injusticia → El verdadero cristiano debe sufrir y soportar la injusticia y rogar e invocar a Dios en cualquier necesidad. Lutero le critica al campesinado que ni sufren la injusticia ni invocan a Dios. No busca justificar a la autoridad secular por la terrible injusticia que estaban sufriendo los campesinos, sino que busca dejar en claro que ninguna de las partes se está comportando cristianamente. Luchar contra la autoridad es de paganos, los cristianos combaten con la cruz y el sufrimiento, así como lo hizo Cristo. Lo único que los campesinos buscaron en el evangelio fue un pretexto para sus propósitos no evangélicos ni cristianos. Si quieren ser llamados cristianos, deben disponerse a sufrir la injusticia.

- Derecho a la resistencia → Para Lutero no existe tal derecho, pues el origen de todo poder es Dios, por ende, resistir a un príncipe es resistir a Dios, pues ese príncipe existe porque Dios lo quiso. Si hay un mal príncipe, el pueblo debe soportarlo, pues así Dios lo quiso. El pueblo soporta la injusticia, luego Dios se encargará de juzgar al mal príncipe.ü Los cristianos se subordinan al poder político por amor al prójimo.

- El Evangelio → Lo que nunca debe aceptar ni sufrir un cristiano es que se le prohíba el Evangelio. Si en alguna ciudad, un príncipe lo prohíbe, el cristiano debe ofrecer una resistencia pasiva: Abandonar la ciudad, siguiendo el evangelio a otra ciudad en donde no esté prohibido. Así, sufres la injusticia como bien cristiano (pues te destierran) pero al mismo tiempo no sufres que se te quite el Evangelio.

Muntzer

Contexto

- Muntzer, recuperando los preceptos de la Reforma iniciada por Lutero, comienza a pensar la tensión entre el campesinado y los señores feudales a través de sus tratados y sermones. Fue un caudillo

revolucionario de los campesinos. Se propuso lograr el advenimiento del Reino de Dios impulsando una vigorosa reforma social. Contemporáneo de Lutero e inicialmente su seguidor, mantuvo con él una extremada polémica política y teológica.

-

- A pesar de ser Muntzer un reformista al igual que Lutero, siendo que ambos se oponían a las mismas cosas, este niega la reforma de Lutero. Muntzer crítica a Lutero constantemente, a los príncipes y a los señores. Incluso se preguntaba para qué existía la autoridad política, para que existían los príncipes. Él decía que todo poder proviene de Dios, pero que el pueblo es el que debe ejercer ese poder, no hay necesidad de la intermediación política.

-

- Muntzer quiere realizar el reino de Dios en la tierra. En este mundo terreno debe imperar la palabra de Dios, ¿por qué esperar al más allá? Hagamos aquí mismo el reino de dios, traigamos a lo divino a la tierra borrando la autoridad política.

Maquiavelo

El fundamento de la política

- Autonomía de la política → A diferencia de las tradiciones anteriores del pensamiento político, donde lo superior era de origen divino, o se hablaba de una relación de superioridad/inferioridad por naturaleza, Maquiavelo fue el primero en hacer una ruptura conceptual al modo de percibir la política, separándola de la ética y de la moral, de la idea de bien y de la idea de felicidad, que antes veíamos estrictamente unidos. Lo que hace Maquiavelo en definitiva es separar lo político de lo “bueno para todos”. El autor nos viene a decir que el fundamento de la política es la relación de dominio entre gobernantes y gobernados, y es por eso que no depende de ningún principio exterior.

- Sobre el origen de la legitimidad → Para Maquiavelo, el origen de la legitimidad política no depende de algo a priori. Irá en contra de esa idea que la verdad es una sola, de que solo hay una manera de gobernar, que unos deben mandar sobre otros porque ese es el “bien”. El bien y el mal para Maquiavelo depende de donde se lo mire, es una cuestión de convicciones. El origen de la legitimidad del poder político se resuelve en lo fáctico, en la relación entre el príncipe y el pueblo. Descarta así la idea de la filosofía política clásica de que hay una verdad que está por encima, como por ej. el derecho de virtud, el derecho hereditario o el derecho religioso. Todas estas cuestiones son ajenas a lo que realmente hace a la legitimidad: la relación entre pueblo y príncipe. En este sentido es el padre del pensamiento político moderno, por ser quien pone al poder en manos de la política, no en manos de Dios, ni de la virtud, etc.

- Relación entre gobernantes y gobernados → La política es una cuestión de relaciones, de apariencia y de reconocimiento entre gobernante/gobernados, es decir, no es otra cosa que el deseo del reconocimiento del otro que es diferente a mí, pero que a la vez me constituye. Las relaciones entre gobernantes y gobernados son relaciones de dominio especulares, asimétricas, fácticas, conflictivas y arbitrarias, que no tienen ningún origen natural. Maquiavelo no está de acuerdo con la idea de que haya por naturaleza una clase predestinada a gobernar y, en contraposición, una clase predestinada a ser gobernada. Ambas clases se constituyen mutuamente: “Es menester ser príncipe para conocer a fondo la naturaleza de los pueblos, pero ser del pueblo para conocer a fondo la de los príncipes”. La verdad efectiva de la cosa política es que la verdad del gobernante está en el pueblo, en su opuesto, en su asimétrico. Asimismo, la verdad del pueblo está en el gobernante. La política no se entiende sin la interacción entre pueblo y gobierno. En este sentido se habla de la precariedad del príncipe, de la precariedad de la política: Reside en su función no esencial, en la contingencia que es inherente a la relación dual.

- Los dos humores → En cualquier ciudad hay dos humores: el humor de los grandes y el humor del pueblo. La desunión y su consecuente conflicto hacen a la cosa política: Mientras el pueblo desea que los notables no le dominen ni le opriman, los notables desean oprimir y dominar al pueblo. La relación entre ambos es inherentemente una relación de dominio.

- Principado o república → Hay dos modos políticos de esa relación de dominio: el principado (autonomía del príncipe) o la república (autonomía de la ciudad). La república canaliza el conflicto, el principado “vela” el conflicto, es decir, lo encubre en un manto. Si bien el príncipe oculta el conflicto, no lo hace en su totalidad, pues no puede hacer desaparecer el conflicto porque no puede satisfacer los deseos de ambos humores.


La ocasión y la virtus política

- La ocasión → La política no es del orden de lo trascendente, sino que es del orden de la contingencia. El mundo de la política es inconmensurable, imprevisible e incontrolable, e inevitablemente está anudado al conflicto social. La ocasión es aquello que viene de afuera, que no podemos predecir ni controlar. Lo contingente, lo eventual.

- Virtus política → La virtus política es saber percibir a la ocasión y usarla a tu favor. En otras palabras, esta virtud reside en cómo hace propio el príncipe aquello que viene de afuera, que no puede prever ni controlar de antemano. El príncipe debe usar a su favor aquello que no podemos imaginar ni conocer a priori. La virtud política es hacer de la contingencia una necesidad. En definitiva, se necesita de ambas cosas para prosperar, de la virtud propia del príncipe para percibir la ocasión, y de la ocasión en si.

Por ejemplo: No hubiera sido posible a Teseo mostrar su virtud de no hallar a los atenienses dispersos. La excelencia de su virtud lo llevó a reconocer a eso como una ocasión que podría ser aprovechada. Sin dicha ocasión se hubiera perdido la virtud de su ánimo, y sin dicha virtud, la ocasión se habría dado en vano.

- La fortuna → Mientras la fortuna es árbitro de la mitad de nuestro obrar, la otra mitad es gobernada por nosotros y nuestra virtud. La fortuna “…muestra su potencia cuando no hay virtud organizada que se le oponga, y por tanto vuelve sus ímpetus hacia donde sabe que no hicieron…” nada por contenerla. El príncipe que prospera, para Maquiavelo, es aquel cuyo proceder concuerda con la calidad de los tiempos, aquel que sabe lidiar con la ocasión (esa es la virtus política). Es importante tener en cuenta que solo con fortuna no se llega a ningún lado, pero tampoco solo con virtud. Al mutar la fortuna, el hombre debe estar preparado para mutar con ella, o se hundirá.

La violencia y el conflicto

- Teoría de la conflictividad → Maquiavelo piensa que ese empecinamiento de la filosofía política clásica de amoldar el conflicto para evitarlo o reducirlo no es posible. Lo particular nunca se reduce a lo universal. Para él, la violencia y el conflicto son inherentes a las relaciones entre los hombres. No se puede separar el conflicto de lo político, pues el mundo de la política no puede entenderse sin la irrupción de la contingencia.

- El uso de la maldad → Un príncipe (en especial uno nuevo) no puede poseer todas aquellas cualidades por las que se reputa a los hombres de buenos, pues con frecuencia se requiere, para mantener el Estado, obrar contra la lealtad, contra la compasión, contra la humanidad, contra la religión. Dice Maquiavelo: “un hombre que quiera hacer en toda profesión lo bueno, acabará hundiéndose en tantos que no lo son. De ahí que un príncipe que se quiera mantener necesite aprender a ser no bueno, y hacer uso de ello o no, dependiendo de la necesidad”. Lo que nos dice Maquiavelo entonces es que la violencia y el conflicto son inherentes a las relaciones entre los hombres. No debe preocuparse el príncipe por la mala fama de ser “no bueno” si eso es en pos de la posterior seguridad del Estado. Para Maquiavelo, en este sentido, el fin justifica los medios, en tanto el vulgo se deja llevar por la apariencia y el resultado final de las cosas, y en el mundo no hay más que vulgo.

- Roma y la desunión → En vez de intentar erradicar al conflicto, Maquiavelo dirá que el garante de la grandeza de Roma proviene justamente de la desunión entre los grandes y los chicos. En otras palabras, la liberación de Roma fue fruto del propio conflicto, del propio acaecer. Las leyes en pro de la libertad nacen de la desunión de la plebe y los grandes. Esa oscilación entre la inclusión y exclusión, es decir, el movimiento propio de estas relaciones de fuerza asimétricas permite la ampliación del demos político: Aparece en Roma el tribuno del pueblo (ahora los plebeyos también tienen derechos políticos)


 

Preguntas y Respuestas entre Usuarios: