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Sociología

Cátedra: González Resumen para el 2do Parcial Prof: Silvana Fumagalli 2º Cuat. de 2013 Altillo.com

MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA

Un espectro se propaga sobre Europa: el espectro del comunismo.
De este hecho se desprenden dos consecuencias:
La primera es que el comunismo se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias europeas.
La segunda, que es ya hora de que los comunistas expresen a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de que esa leyenda del espectro comunista con un manifiesto de su partido.
Con este fin se han congregado en Londres los representantes comunistas de diferentes países y redactado el siguiente Manifiesto, que aparecerá en lengua inglesa, francesa, alemana, italiana, flamenca y danesa.

BURGUESES Y PROLETARIOS
Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases.
Opresores y oprimidos, siempre empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el regimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
En la Roma antigua son los patricios, los equites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media, los señores feudales, los vasallos, los maestros y los oficiales de los gremios, los siervos de la gleba, y dentro de cada una de esas clases todavía nos encontramos con nuevos matices y gradaciones.
La moderna sociedad burguesa que e alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas.
Hoy toda la sociedad tiende a separarse en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.
El regimen feudal o gremial de producción que seguia imperando no bastaba ya para cubrir las necesidades que abrian los nuevos mercados. Vino a ocupar su puesto la manufactura. Los maestros de los gremios se vieron desplazados por la clase media industrial, y la division del trabajo entre las diversas corporaciones fue suplantada por la division del trabajo dentro de cada taller.
Pero los mercados seguian dilatándose. El invento del vapor y la maquinaria vinieron a revolucionar el regimen industrial de la producción. La manufactura cedio el puesto a la gran industria moderna y la clase media industrial hubo de dejar paso a los magnates de la industria, jefes de grandes ejercitos industriales, los burgueses modernos.
La gran industria creo el mercado mundial. El mercado mundial imprimió impulso al comercio, a la navegación, a las comunicaciones por tierra. A su vez estos progresos redundaron en provecho de la industria y en la misma proporcion en que se dilataban la industria, el comercio, la navegación, los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesia, crecian sus capitales, iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad Media.
La moderna burguesía es producto de un largo proceso histórico, fruto de una serie de transformaciones radicales operadas en el regimen de cambio y de producción.
Clase oprimida bajo el mando de señores feudales, la burguesia forma en la comuna una asociación autónoma y armada para la defensa de sus intereses, en unos sitios se organiza en repúblicas municipales independientes, en otros forma el tercer estado tributario de la monarquia, en la epoca de la manufactura es el contrapeso de la nobleza dentro de la monarquia feudal o absoluta y el fundamento de las grandes monarquias en general, hasta que por último, implantada la gran industria y abiertos los cauces del mercado mundial, se conquista la hegemonía política y crea el moderno Estado representativo. Hoy, el Poder publico viene a ser pura y simplemente el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.
La burguesía echo por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idilicas. Desgarro los lazos feudales que unian al hombre con sus superiores naturales. La burguesia despojó de su halo de santidad a todo lo que antes se tenia por venerable y digno de piadoso acontecimiento. Convirtió en sus servidores asalariados al médico, al jurista, al poeta, al sacerdote, al hombre de ciencia.
La burguesía desgarro los velos emotivos y sentimentales que envolvían la familia y puso al desnudo la realidad económica de las relaciones familiares.
La burguesia no puede existir si no es revolucionando los instrumentos de la producción. La época de la burguesia se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes.
La burguesia, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita. Entre los lamentos de los reaccionarios destruye los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se vienen a tierra, arrolladas por otras nuevas.
La burguesía lleva la civilización hasta a las naciones más salvajes. El bajo precio de sus mercancías es la artillería pesada con la que derrumba todas las murallas de la China. Obliga a todas las naciones a abrazar el regimen de la producción de la burguesia o a perecer, las obliga a implantar en su propio seno la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas.
La burguesía somete el campo al imperio de la ciudad. Crea ciudades enormes, intensifica la población urbana en una fuerte proporcion respecto a la campesina y arranca a una parte considerable de la gente del campo al cretinismo de la vida rural.
La burguesía va aglutinando los medios de producción, la propiedad y los habitantes del pais. Aglomera la población, centraliza los medios de producción y concentra en manos de unos cuantos la propiedad. Este proceso tenia que conducir, por fuerza propia, a una regimen de centralización política.
Los medios de producción y de transporte sobre los cuales se desarrollo la burguesia brotaron en el seno de la sociedad feudal.
La burguesía no solo forja las armas que han de darle muerte, sino que además pone en pie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son los obreros, los proletarios.
En la misma proporción en la que se desarrolla la burguesía, es decir, el capital, desarrollase también el proletariado, esa clase obrera modeerna que solo puede vivir encontrando trabajo y que solo encuentra trabajo en la medida en que este alimenta el incremento del capital. El obrero, obligado a venderse en trozos, es una mercancía como otra cualquiera, sujeta, por tanto, a todos los cambios y modalidades de la concurrencia, a todas las fluctuaciones del mercado.
La extensión de la maquinaria y la división del trabajo quitan a este, en el regimen proletario actual, todo carácter autónomo, toda libre iniciativa y todo encanto para el obrero. El trabajador se convierte en un simple resorte de la máquina, del que solo se exige una operación mecanica, monotona, de facil aprendizaje. Por eso, los gastos que supone un obrero se reducen al mínimo de lo que necesita para vivir y para perpetuar su raza.
La industria moderna ha convertido el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fabrica del magnate capitalista. Las masas obreras concentradas en la fabrica son sometidas a una organización y disciplina militares. Los obreros, soldados rasos de la industria, trabajan bajo el mando de toda una jerarquía de sargentos, oficiales y jefes. No son solo siervos de la burguesia y del Estado burgues, sino que están todos los días y a todas horas bajo el yugo esclavizador de la máquina, del contramaestre, y sobre todo del industrial burgues, dueño de la fabrica. Y este despotismo es tanto mas execrable, mas indignante, cuanto mayor es la franqueza con que proclama que no tiene otro fin que el lucro.
El proletariado recorre diversas etapas antes de fortificarse y consolidarse. Pero su lucha contra la burguesia data del instante mismo de su existencia.
Al principio son obreros aislados, luego los de una fábrica, luego los de todas una rama de trabajo, los que se enfrentan, en una localidad, con el burgues que personalmente los explota. Sus ataques no van solo contra el regimen burgues de producción, van también contra los propios instrumentos de la producción, los obreros, sublevados, destruyen las mercancías ajenas que les hacen la competencia, destrozan las máquinas, pegan fuego a las fabricas, pugnan por volver a la situación, ya enterrada, del obrero medieval.
Los proletarios no combaten contra sus enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos, contra los vestigios de la monarquía absoluta, los grandes señores de la tierra, los burgueses no industriales, los pequeños burgueses. La marcha de la historia esta toda concentrada en manos de la burguesia, y cada triunfo asi alcanzado es un triunfo de la clase burguesa.
Sin embargo, el desarrollo de la industria no solo nutre las filas del proletariado, sino que las aprieta y concentra, sus fuerzas crecen, y crece también la conciencia de ellas. Y al paso que la maquinaria va borrando las diferencias y categorías en el trabajo y reduciendo los salarios casi en todas partes a un nivel bajísimo y uniforme, van nivelándose también los intereses y las condiciones de vida dentro del proletariado. Los obreros empiezan a coaligarse contra los burgueses, se asocian y unen para la defensa de sus salarios. Crean organizaciones permanentes para pertrecharse en previsión de posibles batallas. De vez en cuando estallan revueltas y sublevaciones.
Esta organización de los proletarios se ve minada a cada momento por la concurrencia desatada entre los obreros. Pero avanza y triunfa siempre. Y aprovechándose de las discordias que surgen en el seno de la burguesía impone la sanción legal de sus intereses propios. Así nace en Inglaterra la ley de la jornada de diez horas.
La burguesía lucha incesantemente: primero contra la aristocracia, luego contra aquellos sectores de la propia burguesia cuyos intereses chocan con los progresos de la industria. Para librar estos combates no tiene más remedio que apelar al proletariado, reclamar su auxilio, arrastrándolo asi a la palestra política. Y de este modo, le suministra elementos de fuerza, es decir, armas contra sí misma.
Las condiciones de vida de la vieja sociedad aparecen ya destruidas en las condiciones de vida del proletariado. El proletario carece de bienes. Sus relaciones con la mujer y con los hijos no tienen ya nada de común con las relaciones familiares burguesas.
El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una inmensa mayoriá en interes de una mayoría inmensa.
La campaña del proletariado contra la burguesía empieza siendo nacional.











KARL MARX
TRABAJO ASALARIADO Y CAPITAL


Qué es el salario?? Cómo se determina??
El salario es la cantidad de dinero que el capitalista paga por un determinado tiempo de trabajo o por la ejecución de una tarea determinada.
El capitalista les compra con dinero el trabajote los obreros. Estos le venden por dinero su trabajo. Lo que en realidad venden los obreros por dinero al capitalista es su fuerza de trabajo. El capitalista compra esa fuerza de trabajo por un día, una semana, un mes, etc. Y, una vez comprada, la consume, haciendo que los obreros trabajen durante el tiempo estipulado.
Los obreros cambian su mercancía, la fuerza de trabajo, por la mercancía del capitalista, por el dinero, y este cambio se realiza guardándose una determinada proporción: tanto dinero por tantas horas de uso de la fuerza de trabajo.
El valor de cambio de una mercancía, expresado en dinero, es precisamente su precio.
El salario no es más que un nombre especial con que se designa el precio de la fuerza de trabajo, o lo que puede llamarse precio del trabajo.
El salario no es la parte del obrero en la mercancía por él producida. El salario es la parte de la mercancía ya existente, con la que el capitalista compra un determinada cantidad de fuerza de trabajo productiva.
La fuerza de trabajo es una mercancía que su propietario, el obrero asalariado, vende al capital. Para que la vende? Para vivir.
La fuerza de trabajo en acción, el trabajo mismo, es la propia actividad vital del obrero, la manifestación misma de una vida. Y esa actividad vital la vende a otro para asegurarse los medios de vida necesarios. Es decir, su actividad vital no es para él más que un medio para poder existir. Trabaja para vivir. El obrero ni siquiera considera el trabajo parte de su vida, para él es más bien un sacrificio de su vida. Es una mercancía que ha adjudicado a un tercero. Por eso el producto de su actividad no es tampoco el fin de esta actividad.
La fuerza de trabajo no ha sido siempre una mercancía. El trabajo no ha sido siempre trabajo asalariado, es decir, trabajo libre. El esclavo no vendía su fuerza de trabajo al esclavista. El esclavo es vendido de una vez y para siempre, con su fuerza de trabajo, a su dueño. Es una mercancía que puede pasar de manos de un dueño a manos de otro. El es una mercancía, pero su fuerza de trabajo no es una mercancía suya. El siervo de la gleba solo vende una parte de su fuerza de trabajo. No es él quien obtiene un salario del propietario del suelo, por el contrario, es éste, el propietario del suelo, quien percibe de él un tributo.
El obrero no pertenece a ningún propietario ni está adscrito al suelo, pero las 8, 10, 12, 15 horas de su vida cotidiana pertenecen a quien se las compra. El obrero, en cuanto quiera, puede dejar al capitalista a quien se ha alquilado, y el capitalista le despide cuando se le antoja, cuano ya no le saca provecho alguno o no le saca el provecho que había calculado. Pero el obrero, cuya única fuente de ingresos es la venta de su fuerza de trabajo, no puede desprenderse de toda la clase se compradores, es decir, de la clase de los capitalistas, sin renunciar a su existencia. No pertenece a tal o cual capitalista, sino a la clase capitalista en su conjunto, y es incumbencia suya encontrar un patrono, es decir, encontrar dentro de esta clase capitalista un comprador.
El salario se halla determinado por las mismas leyes que determinan el precio de cualquier otra mercancía.

Que es lo que determina el precio de una mercancía?
Es la competencia entre compradores y vendedores, la relación entre la demanda y la oferta. La competencia que determina el precio de una mercancía tiene tres aspectos:
1) La misma mercancía es ofrecida por diversos vendedores. Los vendedores se disputan mutuamente la venta, el mercado. Todos quieren vender lo más que puedan, y si es posible vender ellos solos, eliminando a los demás. Por eso unos venden más barato que otros. Tenemos pues una competencia entre vendedores que abarata el precio de las mercaderías puestas a la venta.
2) Hay también una competencia entre compradores que, a su vez, hace subir el precio de las mercancías puestas a la venta.
3) Finalmente hay la competencia entre vendedores y compradores, unos quieren comprar lo más barato posible, otros vender lo más caro que puedan. El resultado de esta competencia entre compradores y vendedores dependerá de la relación existente entre ellos.
Cuando la oferta de una mercadería es inferior a su demanda, la competencia entre venddores queda anulada o muy debilitdada. Y en la medida en que se atenúa esta competencia crece la competencia entablada entre compradores. Resultado: alza más o menos considerable de los precios de las mercancías.
Si el precio de un mercancía sube considerablemente, porque la oferta baje o porque crezca desproporcionadamente la demanda, con ello necesariamente bajará en proporción el precio de cualquier otra mercancía, pues el precio de una mercancía no hace más que expresar en dinero la proporción en que otras mercancías se entregan a cambio de ella.
Y viceversa. Si el precio de una mercancía desciende por debajo de su coste de producción, los capitales se retraeran de la producción de esta mercancía.
El coste de producción determina no solo la oferta sino la demanda.
El precio real de una mercancía es siempre superior o inferior al coste de producción, pero el alza y la baja se compensan mutuamente, de tal modo que dentro de un determinado periodo de tiempo, englobando en el cálculo el flujo y reflujo de la industria, puede afirmarse que las mercancías se cambian unas por otras con arreglo a su coste de producción y su precio se determina consiguientemente por aquél.
La determinación del precio por el coste de producción equivale a la determinación del precio por el tiempo de trabajo necesario para la producción de una mercadería, pues el coste de producción está formado por:
1) por las materias primas y el desgaste de los instrumentos, es decir, por productos industriales cuya fabricación ha costado una determinada cantidad de jornadas de trabajo y que representan, por tanto, una determinada cantidad de tiempo de trabajo.
2) Por el trabajo directo, cuya medida es también el tiempo.
Las mismas leyes generales que regulan el precio de las mercaderías en general regulan también el salario, el precio del trabajo.
La remuneración del trabajo subirá o bajara según la relación entre la oferta y la demanda.

Cual es el coste de producción de la fuerza de trabajo?
Es lo que cuesta sostener al obrero como tal obrero y educarlo para este oficio.
Por tanto, cuanto menos tiempo de aprendizaje exija un trabajo, menor sera el coste de producción del obrero, mas bajo el precio de su trabajo, su salario.
El fabricante, al calcular su coste de producción y con arreglo a él el precio de los productos, incluye en el cálculo el desgaste de los instrumentos de trabajo.
El coste de producción de la fuerza de trabajo simple se cifra siempre en los gastos de existencia y reproducción del obrero. El precio de este coste de existencia y reproducción es el que forma el salario. El salario así determinado es lo que se llama salario mínimo. Este salario mínimo no rige para el individuo, sino para la especie.
El capital está formado por materias primas, instrumentos de trabajo y medios de vida de todo género que se emplean para producir nuevas materias primas, nuevos instrumentos de trabajo, y nuevos medios de vida. Todas estas partes integrantes del capital son hijas del trabajo, productos del trabajo, trabajo acumulado. El trabajo acumulado que sirve de medio de nueva producción es el capital.
En la producción los hombres no actuan solamente sobre la naturaleza, sino que actuan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y solo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectua la producción.
Las relaciones sociales en las que los individuos producen, las relaciones sociales de producción cambian, se transforman, al cambiar y desarrollarse los medios materiales de producción, las fuerzas productivas. Las relaciones de producción forman en conjunto lo que se llama relaciones sociales, la sociedad y concretamente, una sociedad con un determinado grado de desarrollo histórico, una sociedad de carácter peculiar y distintivo.
El capital se compone igualmente de valores de cambio. Todos los productos que lo integran son mercancías. El capital no es solamente una suma de productos materiales, es una suma de mercancías, de valores de cambio, de magnitudes sociales.
El capital consiste en que el trabajo vivo sirva al trabajo acumulado como medio para conservar y aumentar su valor de cambio.
El capital solo puede aumentar cambiándose por fuerza de trabajo, engendrando el trabajo asalariado. Y la fuerza de trabajo del obrero asalariado solo puede cambiarse por capital acrecentándolo, fortaleciendo la potencia de que es esclava. El aumento del capital es, por tanto, aumento del proletariado, es decir, de la clase obrera.
Cuanto más velozmente crece el capital destinado a la producción, el capital productivo y cuanto más próspera es la industria, cuanto más se enriquece la burguesía, cuanto mejor marchan los negocios, mas obreros necesita el capitalista y más caro se vende el obrero.
La condición imprescindible para que la situación del obrero sea tolerable es que crezca con la mayor rapidez posible el capital productivo.
Al crecer el capital, crece la masa del trabajo asalariado, crece el numero de obreros asalariados.
El salario no se determina solamente, en general, por la cantidad de mercancías que pueden obtenerse a cambio de él. Encierra diferentes relaciones.
Lo que el obrero percibe por su fuerza de trabajo, es una determinada cantidad de dinero.
El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo, proporcional.
El salario real expresa el precio del trabajo en relación con el precio de las demás mercancías, el salario relativo acusa la parte del nuevo valor creado por el trabajo, que percibe el trabajo directo, en proporcion a la parte del valor que se incorpora al trabajo acumulado, es decir, al capital.
La parte de que se apropia el capital, la ganancia, aumenta en la misma proporción en que disminuye la parte que le toca al trabajo, el salario, y viceversa. La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida en que este aumenta.
El capital puede obtener ganancia cambiando sus productos con otros capitalistas, cuando aumenta la demanda de su mercancía.
Un aumento rápido de capital equivale a un rapito aumento de la ganancia. La ganancia solo puede crecer rapidamente si el precio del trabajo, el salario relativo, disminuye con la misma rapidez.
Con el rápido incremento del capital, aumentan los ingresos del obrero, al mismo tiempo se ahonda el abismo social que separa al obrero del capitalista y crece, a la par, el poder del capital sl pobre el trabajo, la dependencia de este con respecto al capital.
Si crece el capital productivo de la sociedad burguesa en bloque se produce una acumulación más multilateral de trabajo. Crece el numero y el volumen de los capitales. El aumento del número de capitales hace aumentar la concurrencia entre los capitalistas.
Solo vendiendo más barato puede unos capitalistas, desalojar a otros y conquistar sus capitales. Para poder vender más barato tienen que producir más barato, es decir aumentar todo lo posible la fuerza productiva del trabajo. Y lo que sobre todo aumenta esta fuerza productiva es una mayor división del trabajo, la aplicación en mayor escala y el constante perfeccionamiento de la maquinaria. Cuanto mayor es el ejecito de obreros entre los que se divide el trabajo, más disminuye relativamente el coste de producción, mas fecundo se hace el trabajo.
Los medios de producción, mas potentes y costosos, le permiten vender su mercadería más barata, pero al mismo tiempo le obliga a vender más mercancías, a conquistar para éstas un mercado incomparablemente mayor, por tanto, nuestro capitalista vendera la media vara de lienzo más barata que sus competidores.
Una mayor distribución del tabajo permite a un obrero realizar el trabajo de cinco, diez o veinte. Aumenta, por tanto, la competencia entre los obreros en cinco, diez o veinte veces. Los obreros no solo compitn entre si vendiéndose unos más barato que los otros sino que compiten también cuando unos solo realiza el trabajo de cinco, diez o veinte, y la división del trabajo, implantada y constantemente reforzada por el capital, obliga a los obreros a hacerse esta clase de competencia.
Además, en la medida en que aumenta la división del trabajo, éste se simplifica. La pericia especial del obrero no sirve ya de nada. Se le convierte en una fuerza productiva simple y monotona.
A medida que el trabajo va haciéndose más desagradable, mas repelente, aumenta la competencia y disminuye el salario. El obrero se esfuerza por sacar a flote el volumen de su salario trabajando más, ya sea trabajando más horas al dia o produciendo más cada hora. El resultado es que, cuanto más trabaja, menos jornal gana, por la sencilla razón de que en la medida hace la competencia a sus compañeros y convierte a estos, por consiguiente, en otros tantos competidores suyos que se ofrecen al patrono en condiciones tan malas como él, es decir, porque en última instancia, se hace la competencia a sí mismo, en cuanto miembro de la clase obrera.
Cuanto más crece el capital productivo más se extiende la división del trabajo y la aplicación de maquinaria. Y cuanto más se extiende la división del trabajo y la aplicación de maquinaria, mas se acentua la competencia entre los obreros y más se reduce su salario.
La clase obrera se recluta también entre capas más altas de la sociedad. Hacia ella va descendiendo una masa de pequeños industriales y pequeños rentistas.
El interés del capital disminuye en la misma medida que aumentan la masa y el número de capitales, en la que crece el capital, y que por tanto, el pequeño rentista no puede seguir viviendo de su renta y tiene que lanzarse a la industria, ayudando de este modo a engrosar las filas de los pequeños industriales, y con ello de los candidatos a proletarios, es cosa que tampoco requiere más explicación.
El capital crece rápidamente, crece con rapidez incomparablemente mayor todavía la competencia entre los obreros, es decir, disminuye tanto más, relativamente, los medios de empleo y los medios de vida de la clase obrera, y no obstante esto, el rápido incremento del capital es la condición más favorable para el trabajo asalariado.