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1° Cuat. de 2014  |  Final (A)  |  Cátedra: Arnoux

EXAMEN DE TALLER (1hr)

Redacte un texto expositivo, de aprox 30 lineas que pueda formar parte de una monografìa académica, en el que explique las posturas de ....... (los autores varian depende al profesor de taller) respecto de la pregunta: ¿Existe sexismo en la lengua?
Explicite en su explicación los enfoques teóricos en los que se sustenta cada postura. Defina el subtìtulo que encabezaría este escrito en la monografía y utilice una nota al pie.

EXAMEN DE COMISION (2hrs)

1. Defina signo linguìstico de Saussure. Explique la característica de la "arbitrariedad" relacionàndola con la propiedad de "inmutabilidad". Ejemplifique.
2. Defina el concepto de pathos segùn Aristóteles y explique cómo una argumentación puede, según el desarrollo expositivo de R. Amossy, construir discursivamente emociones.
3. Mencione las cuatro partes en que se compone la dispositio y explique por qué y de qué modo intervienenen ella dos movimientos: conmover y convencer. Ejempliqçfique con el texto dado alguna de esas partes. Justifique su respuesta.
4. Define brevemente qué son los deìcticos. Transcriba dos ejemplos de deixis temporal y/o espacial y al menos tres de deixis personal. Analice la construcción del enunciador de este discurso a partir de esos ejemplos.
5. Defina el concepto de ethos según aristóteles y desarrolle la concepcion personal de D. Maingueneau en al menos tres aspectos. Analice el ethos que se pone de manifiesto en el discurso adjunto, tomando en cuenta para ello la construcción del sujeto de la enunciación y del enunciatario.



La soledad de America Latina. Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982 de García Marquez (fragmento)

Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido. 

Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos. 

En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias.