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Pens. Cient�fico

Resumen de "Harold Brown" para el 1� Parcial

C�tedra: Gonzalez

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HAROLD BROWN

LA NUEVA FILOSOF�A DE LA CIENCIA

CAP�TULO V
Falsaci�n

Antecedentes: el empirismo l�gico.

El falsacionismo fue introducido por Karl Popper en su L�gica de la investigaci�n cient�fica. Su tesis central es que no hay proceso de inducci�n por el que sean confirmadas las teor�as cient�ficas y, por tanto, en la filosof�a de la ciencia una teor�a de la confirmaci�n como la entienden los empiristas l�gicos no sirve; pero, buena parte de la obra de Popper se basa en dichos supuestos filos�ficos.

En Popper hay dos tendencias en conflicto; una es una concepci�n falsacionista estricta de la ciencia, contrastamos las teor�as cient�ficas deduciendo consecuencias de ellas y rechazando aquellas teor�as que implican una sola consecuencia falsa. Y, una segunda tendencia que constituye una ruptura mucho mayor, m�s neta con el empirismo l�gico; por esta segunda posici�n considero a Popper como una figura de transici�n.

Falsacionismo estricto
Para Popper, el problema central de la filosof�a de la ciencia es la demarcaci�n, es decir, hallar un criterio para distinguir las teor�as cient�ficas de la metaf�sica y la pseudo-ciencia. Los positivistas ten�an el mismo problema, Popper no buscaba una teor�a del significado, pues la metaf�sica no carece de sentido.

Criterio de demarcaci�n de los positivistas �verificacionismo�: las proposiciones cient�ficas pueden ser confirmadas por la experiencia; esta concepci�n se subdivide a su vez en dos: la tesis primitiva, verificaci�n completa, y la ulterior concepci�n �Carnap, Hempel y Reichenbach, seg�n la cual la experiencia puede confirmar las proposiciones cient�ficas mostrando las que son probables.

Popper rechaza el verificacionismo y, la l�gica inductiva. Objeciones son: las inferencias inductivas no son inferencias l�gicas, para Popper la l�gica implica transformaciones tautol�ticas (l�gica deductiva) donde la conclusi�n de un argumento no puede tener mayor contenido que las premisas, pero ning�n intento de demostrar una proposici�n universal sobre la base de premisas que consistan en un conjunto finito de proposiciones singulares puede ser jam�s un argumento l�gicamente v�lido, a menos que aceptemos alguna forma de justificaci�n a priori de la inducci�n, cosa que ning�n empirista est� dispuesto a hacer, hemos de intentar justificar el principio de inducci�n inductivamente. Pero entonces el argumento o bien se torna circular o conduce a un infinito regreso de principios de inducci�n.

Sostener que la inducci�n s�lo muestra que la conclusi�n es probable cae bajo las mismas objeciones.

(Tautolog�a: repetici�n in�til)

CONCLUSI�N: Popper rechaza la tesis de que las proposiciones cient�ficas o bien pueden ser verificadas o bien se les puede asignar valores de probabilidad.

Otras proposiciones pueden ser deducidas de proposiciones universales. Si uno de estos enunciados de observaci�n es falso, se sigue deductivamente, por modus tollens, que la proposici�n universal en cuesti�n es falsa.

La l�gica de Popper est� entre la verificaci�n y la falsaci�n.

NUEVO CRITERIO DE DEMARCACI�N: una proposici�n es cient�fica s�lo si puede ser falsada por experiencia.

Popper introduce el t�rmino �corroboraci�n�. Habi�ndose mostrado que es falsa, la teor�a de Newton debe ser al punto abandonada, pero contin�a siendo una teor�a cient�fica.

Es este rasgo l�gico consistente en ser deductivamente falsables lo que distingue a las teor�as cient�ficas. Las teor�as pseudo-cient�ficas tale como la astrolog�a hacen a menudo predicciones correctas, pero son formuladas de modo que les permite evadir cualquier falsaci�n, y por esa raz�n no son cient�ficas. Pero las teor�as cient�ficas no s�lo han de ser emp�ricamente falsables, sino que un aserto cient�fico ha de ser rechazado tan pronto como se encuentre unas sola instancia falsadora.

Si los proponentes de una teor�a pretenden protegerla de la falsaci�n mediante estratagemas como la adici�n de hip�tesis adhoc o la reinterpretaci�n de los postulados te�ricos, hacen con ello infalsable a la teor�a, y de este modo, de acuerdo con el criterio de demarcaci�n de Popper, la despojan de su estatuto de teor�a cient�fica.

Cuanto m�s proh�be una teor�a, tanto m�s dice, y cuanto m�s dice, mayores son los riesgos de que sea refutada. Este an�lisis arroja nueva luz sobre las objeciones de Popper a la versi�n probabilitaria de la l�gica inductiva, puesto que las teor�as cient�ficas importantes son aquellas que tienen el mayor contenido emp�rico, y son, por tanto, las menos probables.

La ciencia progresa como resultado del hecho de que los cient�ficos hagan conjeturas audaces que vayan m�s all� de los datos de que se dispone; el inter�s primario del hombre de ciencia al contrastar sus teor�as no est� en el intento de probar que sean verdaderas, sino en el intento de refutarlas.

Pasar una contrastaci�n severa, incrementa el grado de corroboraci�n m�s que pasar una contrastaci�n f�cil. No es posible asignarle n�meros a la corroboraci�n, sino grados de corroboraci�n positivos o grados de corroboraci�n negativos.

Para Popper, la historia de la ciencia consiste en una serie de conjeturas y refutaciones. El cient�fico ofrece conjeturas, hip�tesis que no tienen fundamente l�gico en absoluto, y luego trata de refutarlas. La �nica l�gica de la ciencia es la l�gica deductiva; todos los dem�s factores son al�gicos e irrelevantes para la l�gica del conocimiento, a�n cuando puedan formar parte del objeto de ciencias emp�ricas tales como la psicolog�a y la sociolog�a.

Popper coincide con los empiristas l�gicos en sostener que la objetividad de la ciencia deriva del hecho de que sea construida sobre una �base emp�rica�. La base emp�rica consiste en proposiciones existenciales singulares a las que Popper denomina �enunciados b�sicos�, las proposiciones de la forma �Px�, nos dicen que una cosa o suceso particular est� en una regi�n particular del espacio-tiempo. Estas proposiciones son aceptadas como resultado de la observaci�n, y sirven de premisas para la refutaci�n de teor�as propuestas y de base para aceptar una teor�a como corroborada cuando fallan los intentos de refutaci�n.

Enunciados b�sicos (la otra cara de la moneda popperiana)

Primero, continuaremos aceptando el supuesto de que los enunciados b�sicos sirven de premisas en los argumentos falsadores.

Status epist�mico de los enunciados b�sicos: todo el planteamiento de Popper se funda en el hecho de que hay una relaci�n l�gica que nos permite inferir la negaci�n de un enunciado universal a partir de una premisa singular. Popper no puede admitir enunciados b�sivos definitivamente establecidos en su filosof�a de la ciencia. Para �l los resultados experimentales siempre pueden ponerse en duda.

Pero si es siempre posible cuestionar los resultados experimentales, entonces ning�n enunciado b�sico puede establecerse con car�cter definitivo. Y lo que es m�s importante: si siempre podemos eludir la falsaci�n sobre la base de que el contraejemplo ya establecido se mostrar� en el curso de la investigaci�n posterior como un contraejemplo s�lo aparente, entonces no hay refutaci�n definitiva de una teor�a. Hay, seg�n Popper, una segunda raz�n, que impide el establecimiento concluyente de cualesquiera enunciados b�sicos. Los enunciados b�sicos se aceptan o rechazan como resultado de la experiencia, pero es l�gicamente imposible, para la experiencia, probar o refutar enunciado alguno. Las relaciones l�gicas s�lo rigen entre enunciados. Pero las experiencias no son enunciados, sino eventos psicol�gicos, y ninguna relaci�n l�gica puede regir entre un enunciado y un evento psicol�gico. Popper sostiene, la posici�n empirista de que la experiencia debe proporcionar la base para todas las teor�as cient�ficas y son los enunciados b�sicos los que aportan la base emp�rica del proceso de contrastaci�n.

La tercera raz�n por la que los enunciados b�sicos no pueden establecerse concluyentemente es la m�s importante: dado que los enunciados b�sicos forman parte de argumentos cient�ficos, tienen que ser enunciados cient�ficos, de acuerdo con el criterio de demarcaci�n de Popper, deben ser falsables. Afirmar que la ciencia descansa sobre un fundamento no-cient�fico. Todos los enunciados cient�ficos son conjeturas falsabes.

�C�mo, entonces, puede lograrse la falsaci�n? Para Popper, la falsaci�n tiene lugar s�lo despu�s de que los cient�ficos coinciden en aceptar un enunciado b�sico como adecuadamente corroborado.

CONCLUSI�N: toda contrastaci�n de una teor�a, ya tenga como resultado su corroboraci�n, ya su falsaci�n, debe detenerse en un enunciado b�sico u otro que decidimos aceptar. Cualquier enunciado b�sico puede, a su vez, ser sometido de nuevo a contrastaciones con ayuda de cierta teor�a, sea la que contrasta u otra.

Desde un punto de vista l�gico, la contrastaci�n de una teor�a depende de enunciados b�sicos cuya aceptaci�n o recusaci�n depende, a su vez de nuestras decisiones. Por tanto, son las decisiones las que determinan el destino de las teor�as. Por lo tanto un enunciado b�sico aceptado es una convenci�n �un acuerdo entre los cient�ficos interesados-, es la aceptaci�n de proposiciones singulares. Popper se distingue as� del convencionalismo de autores como Duhem y Poincar� (se aceptan s�lo las proposiciones universales por convenci�n).

De todo esto que vimos debemos preguntarnos si hay diferencias entre el proceso por el cual se falsa una teor�a y el proceso por el cual se corrobora. Sigue siendo verdad, una vez aceptado un conjunto de enunciados b�sicos, podemos refutar formalmente una teor�a, en tanto que nunca podemos probar formalmente una teor�a. Pero esto pierde gran parte de su significaci�n una vez que reconocemos la naturaleza tentativa de los enunciados b�sicos.

Como los enunciados b�sicos para Popper son convenciones aceptadas el proceso de refutaci�n de una teor�a debe suspenderse hasta que el enunciado b�sico implicado haya sido contrastado y corroborado. Por tanto, en ciertos casos al menos, la falsaci�n de una conjetura cient�fica requiere la corroboraci�n previa de otra conjetura cient�fica; si refutamos una teor�a, primero debemos refutar los enunciados b�sicos, en lugar de usarlos para refutar la teor�a.

Por ello esta metodolog�a se ha vuelto ambigua.

El segundo tema propuesto: para Popper las premisas de los argumentos falsadores no son enunciados b�sicos, sino hip�tesis falsadoras que han sido corroboradas como resultado de contestaciones de enunciados b�sicos. De este modo resulta que no puede darse ninguna verdadera falsaci�n hasta despu�s de que una hip�tesis falsadora haya sido corroborada.

En este punto no est� clara la metodolog�a de La l�gica de investigaci�n cient�fica de Popper, no est� claro como decide el cient�fico, si rechaza la teor�a o la defiende buscando una refutaci�n de la hip�tesis. Esto est� muy lejos de la exigencia de Popper de reglas metodol�gicas claras, as� como de su tentativa de construir una l�gica puramente deductiva de la ciencia.

�Por qu� Popper y sus disc�pulos ponen tanto �nfasis en el papel del modus tollens, en el status privilegiado de la falsaci�n por encima de la corroboraci�n, y en el papel especial de los enunciados b�sicos? Y, en segundo lugar la objetividad de la ciencia deriva completamente de su recurso a la observaci�n.

Una vez libres de estos dos puntos mencionados el juicio de la comunidad cient�fica juega un papel mucho m�s importante, en el cual teor�a y observaci�n est�n mucho m�s cerca.

Popper desempe�� un papel importante en el profeso de la filosof�a de la ciencia, pero no complet� la transici�n �l mismo.

Conclusi�n: hacia una nueva comprensi�n

Los empiristas l�gicos descansan sobre �el suelo� de la �observaci�n�; est�n libres de presuposiciones; sus an�lisis parten de principios l�gicos y empirismo cient�fico, pero tanto el empirismo l�gico y la ciencia no est�n libres de presuposiciones.

A partir de las muchas anomal�as reveladas se hace necesario un nuevo planteamiento.

Algunos autores empiristas acusan a otros de ser idealistas.