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Resumen para el Primer Parcial  |  Antropología (Cátedra: Sabarotz - 2016)  |  CBC  |  UBA

ANTROPOLOGÍA CBC Unidad 1 Falta Estructural-funcionalismo y estructuralismo.

 

El asombro es el descubrimiento que el Yo hace del Otro. Ese otro es todo grupo al que nosotros no pertenecemos porque no compartimos esos comportamientos o esas costumbres. Se denomina alteridad a esta referencia al otro, que se constituye a partir de la conciencia que tenemos como propio. En el siglo XV, con el comienzo del colonialismo europeo, es el periodo donde se manifiesta con mayor intensidad el asombro y la descripción de pueblos de distintos lugares del mundo. La antropología no solo se ha ocupado por la variabilidad humana, o sea las diferencias, sino que también explica las semejanzas de las sociedades, y la continuidad y el cambio en el tiempo. Abarca el objeto en toda su extensión geográfica e histórica. También enfatiza la bidimensionalidad, distinguiendo rasgos cuyo origen es biológico de aquellos que se adquieren a partir de la vida social y dentro de su cultura.

La antropología social o cultural se interesa por la manera en que esta gente se organiza, que normas observa. Utilizan el trabajo de campo, practica originada por esta ciencia.

La arqueología pone un énfasis mayor en la variable tiempo, interpretan la cultura material a partir del registro arqueológico. La antropología biológica tiene interés en el estudio de la evolución y la variación humana. Analizan la influencia de los factores de selección natural en nuestra especie y cultura. La antropología forense es una nueva especialidad, combina estas 3 orientaciones.   Tiene un compromiso importante con la realidad social. Su compromiso es el análisis de los problemas sociales y encontrar soluciones a ellos.

 

Arqueología de los desaparecidos

Clyde Snow, un antropólogo forense norteamericano. La recuperación minuciosa de esta evidencia arqueológica y su posterior análisis antropológico forense, revirtió el proceso de desaparición al confirmar quienes eran algunas de las víctimas y como murieron. Ese año Snow dio un curso para preparar un grupo de científicos locales para realizar la profunda tarea de identificar los restos que entonces estaban comenzando a aparecer por todo el país. Ese curso llevo a la fundación del Equipo Argentino de Antropología Forense. EAAF. La antropología forense es una especialidad dentro de la antropología biológica que cuenta con las técnicas que hacen posible identificar a que persona pertenecen determinados restos. El equipo incluye antropólogos y arqueólogos, cuyas técnicas permiten recuperar la evidencia. Los investigadores también dependen de la información que les brinda la historia de los individuos cuyos restos ellos exhuman, hacen una investigación previa, se entrevistan con los parientes, compañeros, médicos y dentistas de los desaparecidos para compilar un banco de datos. Había que dejar de exhumar cuerpos por medio de pozos hechos con pala o inclusive excavadoras mecánicas, y usar en cambio, equipos de prospección, delimitación de cuadriculas, pinceles, cucharines y que era necesario mapear todos los hallazgos y siglar cada espécimen. Este equipo realizo la primer excavación arqueológica de una fosa común, la del cementerio de Avellaneda, en 1992 se habían recuperado 342 cuerpos. Ya que las dictaduras militares son un rasgo común de la historia de los países de América Latina, la experiencia del EAAF es valorada y solicitada fuera del país por organizaciones de derechos humanos y cortes judiciales. Los miembros del equipo ofrecieron cursos para formar a los profesionales locales en la mayor parte de América Latina, y no dependen de ninguna institución estatal, sino de contribuciones de importantes fundaciones. “Este esqueleto es nuestro mejor testigo, los huesos no mienten ni olvidan.”

 

 

 

Del colonialismo a la expansión

Cuando se produce una situación de conquista y dominación, las relaciones que forman la visión del otro serán asimétricas y el asombro se desvanece en los proyectos de avasallamiento y opresión. La situación colonial forma parte del sistema capitalista, creando al salvaje, al primitivo, como una imagen invertida del europeo, lo que explica el surgimiento de la antropología como ciencia, siendo su objeto de estudio inicial los pueblos no europeos. En la colonización, el encuentro entre culturas diferentes debe entenderse en términos de dominación y el sometimiento de todas las dimensiones de la vida de los pueblos conquistados y la imposición en consecuencia de una nueva organización económica, política y cultural. Decimos que es una situación de dominación total  cuando abarca todas las dimensiones de la realidad social de los pueblos colonizados. Comprende a) la empresa material, que incluye el control de las tierras y las riquezas, de la población nativa e impone una economía subordinada a la metrópoli, b) la empresa político-administrativa, que comprende el control y la imposición de autoridades, de la justicia, la eliminación de normas jurídicas nativas y la creación de nuevas divisiones territoriales que rompen las organizaciones políticas autóctonas, y c) la empresa ideológica, que consiste en la imposición de nuevos dogmas e instituciones, cuya función será la de facilitar la dominación por medio de la desposesión y la humillación de la cultura nativa. La situación colonial es percibida por los colonizadores como una misión civilizadora que explica la inevitabilidad de la conquista europea. El gobierno indirecto consiste en una dominación fundamentalmente económica y con poca incidencia política y militar en las colonias. Mantiene la estructura política nativa, se limita a supervisarla, es una relación colonial basada en el distanciamiento. El gobierno directo es económico, militar y político. Se intenta eliminar toda la organización nativa, desde las prácticas religiosas hasta el uso de la lengua indígena. Su objetivo es la asimilación de los pueblos colonizados a su forma cultural dominante.   La expansión capitalista europea y la situación colonial resultante estuvieron sustentados en una concepción dualista del mundo, sobre la base de partes consideradas incompatibles: civilizado/primitivo, superior/inferior, europeo/no europeo. Los modos empleados para poner en practica la dominación y la subordinación de los pueblos conquistados fueron, por un lado, la violencia directa y consciente que condujo al exterminio de pueblos enteros a través del enfrentamiento directo (victoria facilitada por la superioridad tecnológica militar), y la eliminación indirecta o inconsciente, al introducir enfermedades epidémicas hasta ahora desconocidas en poblaciones vulnerables, por lo tanto sin defensas para ellas, sumado a un debilitamiento físico de los nativos debido al trabajo excesivo. Por último, se destruyen las economías regionales por traslados de la fuerza de trabajo masculina a los lugares requeridos por la economía de la metrópoli, dejando a mujeres niños y ancianos en el mayor abandono y sin capacidad de producir sus propios alimentos. Otro de los métodos es el paternalismo, que instala en la sociedad colonizada la necesidad de contar con un amo o tutor, crea una situación de subordinación psicología o colonización de la personalidad, lo que hace innecesario el uso de la fuerza cuanto más arraigada se encuentre esa creencia en la colonia. La colonización induce un sentimiento de inferioridad y dependencia. El tercer método empleado es la actitud de distanciamiento, una mirada de desprecio del que domina, y temor e ignorancia en el dominado, la relación se construye sobre la creencia de la superioridad total de occidente.

Etapas de expansión

A cada etapa del capitalismo le correspondieron importantes cambios tecnológicos que transformaron el proceso de acumulación, afectaron la organización de la producción y del trabajo, y facilitaron la expansión de los países europeos al resto del mundo. Las formas particulares que asumió cada intervención colonial se correlacionaron con las etapas de desarrollo del modo de producción capitalista.

Primer momento: siglos XV al XVIII.

Es el llamado capitalismo mercantil, se caracteriza por una actividad económica sobre la base exclusiva del afán de lucro y un espíritu de empresa, una racionalización creciente y aumento de la desigualdad con los trabajadores. En esta primera fase se produce el descubrimiento de américa, lo que creo un imperio colonial, organización política, económica e ideológica que más tarde fue imitada por otras potencias. En América hay una expropiación de tierras a los indígenas, una economía basada sobre el monocultivo y en la explotación de carácter monopólica de las plantaciones y la minería. Los indios fueron explotados como vasallos de la monarquía española. La colonia permitió a los españoles construir una sociedad divida en salvajes y civilizados. Conjuntamente comienza la visión de “acción civilizadora”.

Segundo momento: Siglos XIX y XX.

Se caracteriza por los contrastes entre centros industrializados y periféricos, que se diferencia notablemente del momento anterior. Se crea una economía única que llega a los lugares más remotos. Se caracteriza por nuevos adelantos tecnológicos, la organización del trabajo en las fábricas producirá un sensible desplazamiento demográfico, las migraciones aumentaran la población de los centros urbanos, con consecuencias para la clase obrera, cuya desigualdad con los dueños del capital se ve contrastada con su miseria y hacinamiento. El capitalismo industrial contribuyo a cimentar el poder político y las fuerzas militares de las naciones que llegaron primero a una economía basada sobre la industria y que impusieron su supremacía de su tecnología en la guerra. Estas naciones se transformaron en las grandes potencias de los XIX y XX. Se produjo en Europa una falta de salida suficiente para absorber los productos industriales y los capitales acumulados, lo que trajo el fenómeno del imperialismo, que unifico el globo en un único sistema económico y social en manos de las principales potencias. Continua la concentración de producción y del capital, crece la exportación de capitales, se forman asociaciones monopólicas internaciones y se reparte el territorio del mundo entre las potencias. El continente africano será botín de guerra, creando una nueva situación colonial que repetirá características. En este marco entra en acción la ideología racista, legitimada con el discurso de la ciencia. Se afirma que aquellos que están económica y políticamente oprimidos son culturalmente inferiores por características físicas heredadas. Esto permitió justificar la jerarquización de la fuerza de trabajo y la desigualdad. En este momento la antropología descubre su objeto de estudio en las llamadas sociedades primitivas. La diversidad cultural se torna visible a través del trabajo de campo, que consiste en la convivencia  y la observación con participación en las comunidades por un periodo de tiempo prolongado; se observan las prácticas y creencias, se aplica solo en comunidades reducidas. Se estudiaban aislados del sistema colonial vigente. Desde su comienzo, el proceso de colonización despertó en los pueblos dominados la necesidad de su liberación. Se utilizaron varias estrategias: formas encubiertas de resistencia, como sabotajes, rebeliones pacificas como no abandonar costumbres nativas, practicas rituales, como la danza de la lluvia y recreaban la autoridad de los jefes nativos, y también se dieron reacciones mas organizadas, que ocurrieron en las últimas etapas del proceso de descolonización, como las demandas de libertad y las denuncias de abusos y torturas en congresos internacionales. También hubo resistencias que recurrían a la violencia directa contra los colonizadores y sus posesiones. Algunas espontaneas y otras organizadas. Todos estos movimientos compartían la necesidad de recuperar la categoría de hombres, la cultura y la historia que les fuera arrebatada. El proceso de descolonización política llevo a la desaparición de los grandes imperios coloniales y el mundo queda dividido de un lado los países desarrollados y del otro el llamado tercer mundo, a esta forma de relación se la denomina neocolonialismo y consiste en mantener la influencia económica y el dominio político indirecto, restringiendo la independencia de los nuevos estados.

En este proceso y a partir de la década del 50, la Antropología va a asumir una mirada crítica. Se “descubrió” la situación colonial y se tomó conciencia que sus trabajos de campo habían dejado de lado los fenómenos de violencia y exterminio de los nativos. Reconocen la colonización como fenómeno de dominación y no como encuentro o contacto entre culturas diferentes. Se incorporara la dimensión histórica, los estudios requerirán de la contextualización de las realidades sociales estudiadas. Historicidad y el conflicto son las nuevas variables que intervienen en los estudios antropológicos. Se incluyen los efectos y consecuencias no económicas de la colonización. Se reivindica el relativismo cultural y la técnica del trabajo de campo, se focaliza en la palabra de los sujetos que se estudian, y se incorporan las propias sociedades como objeto de estudio.

Tercer momento: la diversidad en el mundo global.

En la década del 60 se establecen nuevas maneras de dominar el mundo. Algunos de los fenómenos sociales que la identifican son el neocolonialismo, la expansión de las empresas multinacionales, el desarrollo de redes de información electrónica. A esta etapa actual del proceso histórico se la denomina capitalismo tardío y se caracteriza por el poder hegemónico del capitalismo financiero y del proceso de globalización, que representa el mundo entendido como un todo, un sistema único, una organización mundial a cargo de algunos estados capitalistas poderosos, que se acrecentó en 1989 con la caída del muro de Berlín, que represento el fracaso del socialismo soviético. En la actualidad el proceso de globalización es liderado por los Estados Unidos, tanto en el terreno económico financiero como en el militar y comunicacional. Rasgos de la globalización: 1ro el monopolio de la revolución tecnológica informática y genética, parecen permitir un ahorro de la fuerza de trabajo y de las instalaciones requeridas anteriores. Por otra parte, los avances tecnológicos en los medios de comunicación y el transporte nos han hecho tomar conciencia de la globalidad y tiene una influencia extraordinaria en la mundialización de la cultura dominante. 2do el control de los flujos financieros que regulan la economía mundial, siendo ampliamente superior el flujo hacia los países centrales que hacia los periféricos. 3ro los centros de producción de significados y valores están liberados de los espacios locales y se manifiesta en la americanización del mundo. Irradia desde la cultura hegemónica. 4to la creciente urbanización como consecuencia económica y social del sistema capitalista. Y 5to la tendencia a la profundización de la desigualdad en la distribución de las riquezas. Al mismo tiempo que se pone en marcha el proceso de dimensiones planetarias, emerge un proceso localizador. La globalización y la localización son las formas de expresión de la nueva polarización y estratificación de la población mundial: ricos globalizados y pobres localizados.

La antropología y la globalización

Uno de los requisitos de la antropología actual es la búsqueda de asociaciones entre las historias y los procesos locales que estudian los antropólogos y el sistema hegemónico mundial. No se puede hablar más de sociedades aisladas, debe incorporar a sus estudios la interconexión entre cada una de ellas y el orden internacional vigente.

Antropología y la construcción de la otredad.

En las primeras décadas del siglo XX, los pueblos primitivos comienzan a ser percibidos como diversos, diferentes a las culturas occidentales. Son observados y caracterizados como comunidades homogéneas en su estilo particular de vida, lo que conducirá a exagerar la otredad o a encerrarla en una pura diferencia, sin tomar en cuenta la situación de dominio colonial a la que están siendo sometidas. Es importante comprender, explicar y denunciar cuando la noción de diversidad oculta las relaciones de poder y de igualdad presentes en las sociedades.

Iluminismo

Se despliega con toda magnitud en el S XVIII en Francia, en el contexto que precede a la Revolución Francesa. Este conjunto de pensadores, situarán en el centro de sus reflexiones la noción de Razón y criticando toda forma de conocimiento dogmático. Postularán, una filosofía social y política que desborda la filosofía precedente y crítica las instituciones vigentes: la monarquía absoluta, la jerarquía eclesiástica, la censura a las formas de pensamiento y expresión, instituciones que coartan la libertad de los hombres y el camino al conocimiento de la naturaleza, de la naturaleza humana y de la sociedad. La Razón será camino y fin. Se despoja todo contenido teológico y ontológico. El conocimiento tendrá un valor práctico, el cuestionamiento del orden vigente,  que adquirirá distintos énfasis, el de Rousseau, para quien unas nuevas instituciones debían sustituir las existentes, y Montesquieu, para quien era posible introducir reformas en las mismas. Este pensamiento recorrerá la modernidad y lo podemos rastrear hoy en el seno de los procesos sociales que caracterizan a la sociedad occidental actual. Se señalan dos vertientes en el siglo XIX. Una de filosofía conservadora, que afirma las instituciones que consolidan el orden burgués, que describe y normatiza lo existente e incluso postula la vuelta al Antiguo Régimen. Ven los sistemas sociales a partir del equilibrio y observan los cambios como procesos que atentan el orden social. Esta tradición se entronca con la denominada filosofía positiva y positivismo. La otra vertiente será una filosofía progresista, dos de cuyas manifestaciones son el socialismo utópico, y el marxismo, que se propone dar cuenta de las contradicciones del nuevo orden vigente y postula la idea de superación del mismo. Retoma de modo general así el contenido crítico del iluminismo. Por el contrario, el positivismo considera al orden factico, a los hechos tal como se dan, en términos de verdad. Sera la filosofía positivista la que sostiene gran parte del desarrollo de las ciencias sociales.

Razón y progreso

Los pensadores del siglo XVIII comparten, más allá de sus diferencias, la fe en la razón. Todos los aspectos de la vida social- las instituciones políticas, religiosas, morales; serán analizados uniendo los métodos deductivos e inductivos, los que provienen del racionalismo y del empirismo, y en este intento radica uno de los aportes del iluminismo al conocimiento científico en su concepción moderna. El estudio de las instituciones vigentes arrojara como resultado una visión crítica de las mismas. Son contrarias a la razón, por tanto contrarias a la naturaleza humana y reclaman entonces un cambio, sustitución o reforma de las mismas. Oprimen a los hombres y les impiden la realización de su potencialidad. Razón y progreso se entrelazan: el progreso humano es posible mediante el avance de la razón y la razón se despliega en el progreso indefinido de lo social-histórico.

Iluminismo y antropología.

La razón es universal y se expresa de forma particular en los distintos pueblos. Esta diversidad será el modo que adquiere la razón según el espacio geográfico y tiempo histórico. Universalidad y particularidad serán algunos de los problemas en los que centra su atención la antropología. La mirada que predomina hacia los pueblos no occidentales durante el siglo XVIII tendrá un carácter benévolo y tolerante. Fundamentalmente es Rousseau a través de la metáfora del buen salvaje, representante del hombre de origen, de lo auténtico y dado que no ha sido corrompido por las instituciones que oprimen al hombre europeo, le es posible establecer relaciones armónicas con la naturaleza y con los otros hombres. Por ende, de él pueden extraerse enseñanzas. El hombre europeo habría sido salvaje y habría evolucionado hacia la civilización, en esta evolución un orden social concreto, en este caso el absolutismo, puede ser contrario a la naturaleza del hombre por irracional. La metáfora cuestiona las instituciones vigentes en la Europa que precede a la revolución francesa. Un siglo después, otra será la imagen y la mirada predominante hacia los pueblos no occidentales. Serán estos los que deberán extraer enseñanzas de los europeos, será Europa quien representara la cúspide de la civilización y a ella deberían asimilarse los salvajes y barbaros. La antropología surge en el marco de esta concepción, la de una única evolución histórica y una única cultura, la de occidente.

Hay dos ilustraciones: una que tiene que ver con los conceptos de autonomía, libertad e igualdad, con la idea de un hombre que es capaz de dialogar críticamente con otro hombre y racionalmente pueden llegar a entenderse, una ilustración libertaria. Otra ilustración, es la que va desplegando una racionalidad absorbente, cuantificadora, que va dominando la naturaleza, que en la construcción de modelos de racionalización finaliza devorando las pluralidades, las diferencias y al propio espíritu crítico. Una ilustración que se convirtió en ideología de una sociedad imperial.

Evolucionismo. Primer paradigma antropológico.

La nueva ciencia antropológica surgirá en el inicio del siglo XIX, con una sociedad europea convulsionada por los efectos transformadores de la Revolución Industrial y Revolución Francesa. El positivismo estableció una nueva forma de aproximarse a los fenómenos sociales: empírica, experimental e inductiva. Comte decía que positivo significaba lo real frente a lo fantástico, lo real era lo dado por la experiencia, lo útil frente a lo ocioso, lo preciso frente a lo indefinido, lo relativo frente a lo absoluto. Postuló que la mente humana no debía conocer la esencia misma de las cosas sino contentarse con la verdad derivada de la observación y la experimentación. Por vía inductiva, los hechos singulares son conocidos por la observación y la experimentación, se pueden llegar a establecer leyes que no explican los fenómenos sino que describen las regularidades observables en los mismos. La ciencia, para el positivismo, tiene un carácter instrumental. Para explicar el auge del evolucionismo en las ciencias de la naturaleza como en las del hombre, no podemos dejar de mencionar a Charles Darwin y Herbert Spencer. El mecanismo mediante el cual Darwin explicó le evolución biológica fue la selección natural a través de la lucha por la existencia y la supervivencia del mas apto. Construyó una teoría general de la evolución biológica donde incluía a todos los seres vivos, irradiando consecuencias en otros campos científicos. Spencer se encontraba abocado a demostrar que todas las manifestaciones eran producto de la evolución. Afirmaba que la lucha por la vida conducía a la disminución de los ineptos y a la supervivencia de los aptos. Fue el que popularizo el término evolución y podemos decir que también le concedió su sentido más abarcativo.

La antropología y el evolucionismo.

 El esquema evolutivo, que se convirtió en matriz principal de explicación de los fenómenos sociales, se mantuvo dentro de la tradición filosófica del Iluminismo. La secuencia evolutiva salvajismo, barbarie y civilización fue retomada por los antropólogos para explicar la evolución de la cultura. El evolucionismo propuso el estudio del hombre como una totalidad, como cuerpo pertenecía al mundo de la naturaleza y en tanto espíritu a otro mundo, el de la cultura. La antropología se constituyó como ciencia a finales del siglo XIX siendo su primera corriente de pensamiento el evolucionismo. Los principales representantes del evolucionismo fueron Lewis Morgan y Edward Tylor. Considerados fundadores de la antropología, se propusieron responder científicamente a varias preguntas: ¿Por qué las sociedades humanas eran tan diferentes? ¿Por qué algunos pueblos estaban tan atrasados? ¿Cómo se producían los cambios? El evolucionismo como primera teoría científica contesto a la pregunta sobre las semejanzas y diferencias de los hombres con el concepto de progreso, explicando la historia como un proceso natural. Para Tylor la cultura era un producto distinto de cualquier otro que la naturaleza hubiese generado en su evolución, un producto superior, dependiente de las propiedades de la mente humana. Por lo tanto, el estudio de la cultura podía realizarse bajo las mismas premisas que el ámbito natural. Y la teoría evolucionista partía de tres premisas sobre el hombre:

El evolucionismo concibe la existencia de una sola cultura y los diversos pueblos o formas de vida conocidos, representan momentos, en una escala de progreso donde cada escalón en ascenso constituye un grado mayor de cultura, que pasa por diferentes estadios de desarrollo que van de los simple a lo complejo. El evolucionismo explica las diferencias y semejanzas entre los hombres por la Ley del progreso universal. Esta ley es considerada impulsora del cambio. Se considera que el progreso humano es lineal porque existe un único camino posible a recorrer, es acumulativo, porque el conocimiento genera otros nuevos, es inevitable porque más tarde o más temprano hay que transitarlo, y es un unidireccional porque tiende a anular las diferencias. Todos hipotéticamente, se dirigen hacia la misma meta. Convirtieron al progreso en una ley de la naturaleza. Elaboraron una visión coherente de los diferentes estadios por los que transcurrió la cultura de la humanidad en su paso del salvajismo a la barbarie y de la barbarie a la civilización. Se ponía en evidencia que no existía nada que impidiera que el hombre primitivo evolucionara hasta llegar a estadios superiores, como el hombre occidental. Las diferencias culturales eran solo cuestión de tiempo. Si consideramos que la cultura se trasmite por aprendizaje, el contacto entre pueblos con distintos grados de evolución podía acelerar el proceso de evolución cultural. De esta manera, la incipiente antropología aparecería bendiciendo científicamente las transformaciones que la expansión colonial imponía en las sociedades dominadas. El método: Se dice que eran científicos de escritorio, los datos para el estudio de la cultura procedían en general de dos fuentes: los conocimientos cada vez amplios sobre la prehistoria de Europa, restablecida por la investigación arqueológica, y la creciente información merced a los viajeros, funcionarios y misioneros, acerca de las costumbres y creencias de los pueblos no occidentales. Tanto Morgan como Tylor reunieron cantidad y variedad de datos. Y los organizaron y sistematizaron aplicando el método comparativo. Las diversas instituciones se ubicaban en una secuencia de progreso creciente. La construcción de ese orden era básicamente una operación lógica, deductiva: 1 que las formas simples eran las más antiguas 2 las más complejas son las más modernas y 3 las más simples originaron a las más complejas.

Lewis Morgan. Es considerado el padre de la antropología. Se interesó sobre los sistemas de parentesco de los diferentes grupos. Convencido de la validez del método comparativo se propuso la tarea de comprar las instituciones sociales desde la antigüedad clásica con la de los pueblos primitivos contemporáneos, buscando en estos la razón de ser de aquellas. Morgan sostenía que la humanidad había recorrido un único camino de progreso, en el cual ordeno y ubicó toda la diversidad de culturas: el salvajismo, donde el hombre había tenido que inventarlo todo. Con el surgimiento del sedentarismo había llegado a la barbarie y con la invención de la escritura fonética, al grado máximo de desarrollo humano, la civilización. Distinguía dos lógicas evolutivas, la de los inventos y descubrimientos y la de las instituciones. En la primera, los hombres progresaban con la invención de elementos de mayor eficacia en el dominio sobre la naturaleza y la progresión era geométrica, pues a medida que se inventaban elementos nuevos, estos eran la base de los siguientes. Pero como el hombre es un ser social, su evolución no podía explicarse solamente desde las cosas materiales, las instituciones estuvieron presentes desde el principio en estado germinal. Los primeros mantienen entre si una relación progresiva, y las segundas, una relación de desenvolvimiento. En tanto que los inventos y descubrimientos se han relacionado más o menos directamente, las instituciones se han desarrollado de acuerdo con unos pocos principios primarios de pensamiento. Una de las instituciones de las que se ocupo fue la familia y su evolución, que había comenzado en el salvajismo inferior bajo la forma del estado de promiscuidad sexual entre los miembros de la horda primitiva, pasando por distintos estadios hasta llegar a la familia monógama en la civilizaron moderna, que sería el grado máximo de desarrollo de la institución. Años más tarde investigaciones antropológicas pondrían en duda esta teoría, ya que había numerosos ejemplos de familias monógamas en sociedad cuyas características distaban de las que Morgan hubiese ubicado en la civilización. Para este autor la evolución de la humanidad no se detendría en la civilización, sino que esta era una época transitoria que llevaría, por la ley del progreso, al nacimiento de un estadío superior donde prevalecieran formas más justas e igualitarias de vida, razón por la cual fue tomado por Carlos Marx y Federico Engels como fuente del establecimiento de las bases de la sociedad comunista.

Edward Tylor Fue el primero en elaborar una definición de cultura, aquel todo complejo, que incluye el conocimiento, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualquier otro habito o capacidad, adquirido por el hombre en cuanto miembro de la sociedad.

La cultura como atributo exclusivo de lo humano que se adquiere a través del aprendizaje social. Para el la antropología es la ciencia de la cultura porque ésta puede ser investigada según principios generales. La unidad psicobiológica de la especia garantiza que los hombres generen iguales respuestas ante las mismas condiciones. Y todo lo que la cultura presenta de diverso, debe considerarse como manifestación de distintos grados de evolución o desarrollo. Su esquema evolutivo sigue el mismo modelo de salvajismo, barbarie y civilización. Puso especial interés en demostrar la evolución en el campo de la religión, que se habría originada en el animismo, creencia en que los objetos de la naturaleza tienen alma, y atravesando los estadios hasta llegar a la civilización, y el monoteísmo, versión culminante de la religiosidad humana. Considera a la civilización como el momento máximo del desarrollo cultural humano y al imperio británico su mejor ejemplo. Elaboro el concepto de “supervivencias” para  explicar aquellos fenómenos culturales originados en épocas pasadas y que seguían vigentes en la sociedad europea del siglo XIX, se consideraba que, por la fuerza de la costumbre, no habían evolucionado como se esperaba en consonancia con el resto de la cultura y los tiempos.

El evolucionismo será criticado por las corrientes antropológicas del siglo XX. Una crítica compartida es la que plantea que la reconstrucción histórica que elaboro es conjetural, ya que ese modelo que partía del salvajismo hasta la civilización no encuentra correlato en la realidad. La diversidad de pueblos históricos y contemporáneos existentes son ejemplos de transformaciones en distintas direcciones, de creaciones culturales independientes y también de intercambio y aprendizaje en momentos de contacto. La sucesión invariable de los estadios propuestos y la caracterización de los mismos fue ampliamente refutada por las investigaciones de campo en el siglo XX. Otro punto débil es considerar que la humanidad evoluciona en bloque, que la tecnología, la religión, la organización social, etc. Evolucionaron en forma conjunta.  Para los evolucionistas, la línea de progreso iba en ascenso desde etapas anteriores de simpleza hacia otras posteriores de mayor complejidad. Sin embargo, la manera en que construyeron la explicación tuvo el camino, inverso es decir partieron del presente y de su propia sociedad, la civilización, y fueron descartando los avances hasta llegar a la barbarie, y así sucesivamente. Su parámetro de análisis es la civilización, por lo tanto los pueblos estudiados son salvajes o barbaros con relación a todos los elementos materiales o instituciones que le faltan con relación a occidente. Por eso se ha criticado su etnocentrismo. En cuanto a las contribuciones: la cultura humana se convirtió en objeto de estudio científico. La elaboración de la primera definición de cultura permitió distinguirla del concepto biológico de raza. Se recopilaron muchos datos culturales que sentaron las bases para el desarrollo de posteriores investigaciones sobre el terreno. Las clasificaciones de los sistemas de parentesco construidas por Morgan y las terminologías aportadas por Tylor siguen siendo actuales por su importancia teórica. El evolucionismo fue un paradigma que abarco las teorías científicas del siglo XIX. Tuvo tanta fuerza explicativa que fue retomado con modificaciones en el siglo XX y en la actualidad las corrientes neo evolucionistas en Antropología tienen vigencia en la explicación de la diversidad cultural.

Teorías clásicas de la Antropología del S XX. Particularismo histórico, funcionalismo.

Estas corrientes teóricas nacieron como reacción al evolucionismo. Manifestaron la imposibilidad de efectuar grandes reconstrucciones y generalizaciones en abstracto. Las culturas específicas debían ser estudiadas primero en sus contextos particulares y a través de estos estudios sería posible llegara descubrir leyes generales. Desarrollaron trabajos de campo intensivos, estudiaban sociedades pequeñas, aisladas y analizaban todos los aspectos de la cultura, y pusieron el acento en las técnicas de recolección de datos culturales. Malinowski fue el primero en sistematizar el trabajo de campo y la observación participante. El objetivo principal del trabajo de campo era registrar esas formas de vida antes de que sus rasgos se perdieran, de ahí la tendencia a tratar a cada uno de los grupos sobre los que trabajaban como un sistema social aislado, cerrado, autosuficiente y homogéneo. Ese análisis ahistórico y sincrónico ocultaba que esas sociedades eran cada vez más dependientes y subordinadas a un sistema económico, político y social mucho mayor. Los antropólogos clásicos estaban dedicados a mostrar la gran diversidad de culturas existentes con una mirada relativista. Esta posición metodológica reforzaba la visión de las “sociedades primitivas” como sistemas que funcionaban en forma autónoma de la totalidad histórica.

Particularismo histórico

Franz Boas (1858-1942) fue la figura principal del llamado particularismo histórico, desarrollado en EEUU. Propuso que los determinantes geográficos eran importantes factores limitantes y modificadores de las culturas existentes, pero que no eran un factor determinante. Su base era descubrir el porqué de las diferencias entre las distintas tribus y naciones del mundo y cómo se habían llegado a desarrollar esas diferencias. Fue uno de los princípiales críticos de la transferencia del modelo biológico al mundo humano propia del pensamiento evolucionista, para explicar el funcionamiento de la sociedad. La cultura singular de los evolucionistas se convirtió en “las culturas” en plural. Con esto se afianzó el concepto antropológico de cultura y se sentaron las bases del relativismo cultural. Boas había desechado la posibilidad de encontrar uniformidades de desarrollo que afectaran a conjuntos completos de instituciones. Tenía una convicción creciente en que la búsqueda de regularidades estaba condenada al fracaso. En cambio subrayó la probabilidad de que la presencia de instituciones similares por todo el mundo reflejara, algo inherente a la mente humana. Las invenciones, el orden social, la vida intelectual y social podían también, según Boas desarrollarse en forma independiente unas de otras. Otra de las cuestiones que abordo el particularismo histórico fue la relación entre individuo y sociedad. Aquí el interés se centró en la importancia del proceso de socialización y el rol del lenguaje en la incorporación de pautas y valores de cada cultura, que se incorporan en forma inconsciente y tienen una fuerte carga emocional.

El concepto de cultura.  Boas defendió una visión histórica, según la cual todas las culturas estaban constituidas por complejos de rasgos, producto de condiciones ambientales, factores psicológicos y relaciones históricas. Él y sus discípulos realizaron estudios sobre la distribución espacial de mitos. Se apoyaba en la afirmación de que cada cultura tiene una historia única, en una etapa más avanzada de estas investigaciones podrían hacerse estudios comparativos, que dieran cuenta de la diferencia y semejanza de los sistemas socioculturales. No existe un único sentido de la historia a través de cuyas etapas debían transitar todas las culturas como señalaban los evolucionistas. Cada cultura tiene una historia particular, ya que aún lo adquirido por difusión es adoptado y adquiere una nueva significación. Cada cultura es un conjunto coherente de rasgos conductuales e ideacionales que se dieron tanto por difusión como por creación independiente. Cada cultura es cualitativamente diferente e históricamente particular. Fenómenos similares pueden ocurrir ya sea porque están históricamente relacionados o surgir independientemente a causa de la identidad de la estructura mental del hombre. Según Boas, quizá la mejor prueba de la transmisión este contenida en el folklore de las tribus de todo el mundo. Nada parece viajar tan rápido como los cuentos imaginativos. Se sabe de cuentos complejos que de ningún modo pudieron inventarse dos veces, por lo cual, la cultura de cualquier tribu dada, por primitiva que sea, solo puede explicarse cabalmente cuando tomamos en consideración su crecimiento interior, así como los efectos de sus relaciones con las culturas de sus vecinos próximos y distantes. Las ciencias antropológicas. Para Boas la antropología englobaba 4 campos: arqueología, antropología física, lingüística antropológica y antropología cultural. El objetivo era, a través de estos 4 campos, estudiar la raza, el lenguaje y la cultura para reconstruir la historia primitiva de la humanidad y cuando fuera posible expresar las regularidades en forma de leyes del suceder histórico. Insistió en la necesidad de un cuidadoso e intensivo estudio de primera mano, libre de todo prejuicio, de cada cultura en particular. Entender las culturas desde adentro, un principio llamado Emic, es decir, tal como se presenta para el grupo. Para alcanzar la profundidad de comprensión  que exigía Boas era preciso aprender a pensar en los términos del otro, a ver el mundo a través de los ojos del otro, lo que solo se podía lograr a través del trabajo intensivo durante un largo periodo de tiempo. Además las culturas indias se estaban extinguiendo y era necesario redoblar esfuerzos.

También dio gran impulso a la lingüística antropológica. Él y sus discípulos dominaban las lenguas de las culturas que estudiaron. Antes la tendencia general de la lingüística era rastrear los rasgos de la gramática latina en todas las lenguas del mundo, pero era necesario estudiar cada lengua en sus propios términos, demostrando que las lenguas escritas y orales eran igual de complejas y sofisticadas. También anticipo la noción contemporánea de universales lingüísticos, es decir que los rasgos elementales de la estructura gramatical son comunes a todos los idiomas: las distinciones entre el que habla (yo), la persona a quien uno se dirige (TU), la persona de la que se habla (ÉL) y los conceptos de espacio (ARRIBA ABAJO) y tiempo (HOY MAÑANA Ayer) son universales. También fueron muy importantes sus contribuciones a la antropología física. Cuestiono la opinión de quienes relacionaban capacidades mentales con determinados tipos físicos, sus estudios comprobaron la imposibilidad de establecer cualquier correlación entre raza, lengua y cultura, lo que significó un avance en la refutación científica de las ideologías racistas. Su postura anti racista fue siempre clara.

Funcionalismo.

  Tras la Primera Guerra Mundial el mundo colonial se ha consolidado y es relativamente estable, y hay una necesidad de conservar esa estabilidad a todo precio. La antropología funcionalista, que nace en este periodo, ya no pretende explicar el desarrollo total de la humanidad ni construir grandes escalas de progreso. Su análisis se centrara siempre en un pueblo en particular. La preocupación central de Malinowski es ver como las sociedades estudiadas resuelven a través de la cultura sus necesidades básicas. Por eso planteo la necesidad del trabajo de campo como técnica antropológica fundamental,  es decir relevar in situ la forma de vida del pueblo que se quiere estudiar y compartirla mediante la observación participante. Los funcionalistas ponen ente paréntesis la situación histórica, ven el colonialismo como un contacto cultural, como un encuentro de culturas. No se toma en cuenta la situación de asimetría, la dimensión de explotación y violencia. Fue de los primeros antropólogos en criticar duramente el etnocentrismo y sentar las bases del relativismo cultural. La racionalidad de una costumbre ajena debe evaluarse en función de los códigos de la cultura que se trate y no mediante criterios de la cultura del observador, tenidos erróneamente como universales. Malinowski y Brown, considerados los fundadores de la antropología social inglesa. Malinowski. (1884-1942). Polaco. Fue discípulo de los más importantes antropólogos evolucionistas. El concepto funcionalista de cultura. Para Malinowski la cultura es un sistema complejo en parte material y en parte conductual, pero también espiritual, cuyo fin es facilitar la supervivencia del hombre en un medio hostil, el medio natural. Es a partir de la cultura, que el hombre intenta crear un segundo medio más favorable. La cultura es el instrumento mediante el cual el hombre logra satisfacer sus necesidades. Tanto el evolucionismo como el funcionalismo refuerzan el carácter extra somático de la cultura, pero Malinowski se va a interesar por la Función que cumple la cultura, la cultura como respuesta adaptativa al medio ambiente, como el elemento que completa al hombre (ser dual). La cultura se relaciona con la satisfacción de necesidades psicobiológicas individuales: nutrición, reproducción, cuidados corporales, seguridad, relajación, movimiento y crecimiento. Para cada una de estas necesidades básicas todos los sistemas socioculturales han encontrado una respuesta cultural, que determinan a su vez necesidades derivadas que son de orden cultural, y que solo aparecen en el hombre, y se dividen en cuatro imperativos culturales, que encuentran su respuesta en una de las grande divisiones o dimensiones de la cultura: economía, control social, organización política y educación. Estas necesidades son tan importantes como las básicas y biológicas. Todo elemento cultural cumple una función. Para que se incorpore a un sistema cultural debe satisfacer una necesidad. Paradójicamente, la satisfacción de las necesidades en los individuos no se efectúa en forma individual sino por medio de acciones grupales. Para el logro de cualquier fin los hombres deben organizarse, el concepto de organización está directamente relacionado al de institución, que son unidades mínimas de organización humana. En ellas y a través de ellas es donde se satisfacen las necesidades. Toda teoría de la cultura debía partir de las necesidades organizadas del hombre y relacionarse con otras necesidades más complejas de índole espiritual, económica y social. “la tarea más importante de la antropología consiste en el estudio de la función de la cultura, de las instituciones, costumbres, herramientas e ideas.”. Lo pertinente para el estudioso de la cultura es la diversidad de funciones y no la identidad de forma. Aspectos teórico-metodológicos. El antecedente fundamental para entender el funcionalismo es la escuela sociológica francesa desarrollada por Emile Durkheim. En ella se concibe al sistema social formado por múltiples partes, cada una con una función específica, en armonía una parte con otra (metáfora organicista). Malinowski, si bien se aleja de Durkheim al dar mayor relevancia al individuo que a la sociedad, comparte la idea de totalidad y los principios de equilibro, normatividad e integración utilizados para referirse a la cultura como ese todo integrado compuesto de partes interdependientes que tiene al equilibrio del sistema. Los principios del funcionalismo, el hecho de que deben ser investigados todos los rasgos de las culturas y que hay que buscar las formas en que las estructuras y las instituciones de una sociedad se interrelacionan para formar un sistema, son básico para un ciencia antropológica orientada teóricamente. Este principio metodológico ha servido a los funcionalistas para elaborar una teoría sobre los procesos culturales y sobre cómo funcionan las sociedades. El funcionalismo parte de una analogía con lo orgánico. Los sistemas culturales son presentados como si fueran organismos cuyas partes, además de estar relacionadas contribuyen a la conservación, equilibrio y supervivencia de la totalidad. La concepción funcionalista enfatiza la cohesión, el equilibrio y se maneja con estos supuestos: Todos los elementos de la cultura están relacionados entre sí: unidad funcional de la cultura. Todos los elementos culturales cumplen una función: funcionalismo universal. Cada elemento cultural cumple una función: principio de indispensabilidad. Se señala una entrega selectiva de elementos culturales por parte de los europeos y una adopción selectiva por parte de los africanos. Analiza la aculturación, es decir el pasaje de instituciones, prácticas y creencias de una cultura a otra, como un aspecto del cambio cultural. Lo que no dice es que esos contactos entre culturas son en realidad choques. Esta relación se da en términos de poder y explotación de una cultura por parte de la otra.  Se concibe que las culturas que se estudian vayan a cambiar lenta y gradualmente. En estos estudios sincrónicos no hay lugar para las explicaciones causales, ya que para darles hace falta tener en cuenta la historia. Los funcionalistas se interesan por explicar el “como” pero no el “porqué” histórico. Una de las principales críticas que recibido es haberse desarrollado en el contexto histórico del colonialismo y del neocolonialismo y haberlo soslayado, constituyendo en una análisis estático y a-histórico. Hay incluso quienes encuentran una relación directa entre la administración colonial británica y el desarrollo de la escuela funcionalista. Todos los trabajos de campo se dieron en los dominios del imperio británico y muchos antropólogos presentaron a la antropología como una  ciencia que podía ser útil a los gobiernos coloniales. Por otro lado, la administración colonial fue una fuente de financiamiento importante en muchas investigaciones. Sin embargo también se dieron conflictos y tensiones, ya que los administradores coloniales vieron, en muchos casos, a los antropólogos como los defensores de las culturas no occidentales. En efecto, a partir de Malinowski se desarrolló la etnografía moderna, apoyada en una metodología precisa: el trabajo de campo antropológico.


 

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