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Resumen de "Neurosis y Goces"  |  Psicopatología (Cátedra: Schejtman - 2022)  |  Psicología  |  UBA

Neurosis y goces

Histeria, goces de la privación

Neurosis y sexuación

Seminario 17

Seminario 20

Estructura de la neurosis-> Es el modo de preguntarse por la muerte o el ser (Neurosis Obsesiva) o por el misterio de la feminidad (Neurosis Histérica). Se trata de una pregunta detenida, una pregunta no desplegada. La neurosis supone, además, una respuesta anticipada que está localizada en el nivel del fantasma, la cual es anticipada para no llegar al lugar en el que aquella pregunta no tiene respuesta, para no llegar al agujero de lo real. Hay una falta del material simbólico para responder acerca de los misterios de muerte y feminidad.

La neurosis es el acto compulsivo a olvidar aquello que lo perturba.

La pregunta está en el Otro, porque es justamente en el Otro donde machaca la falla estructural.

Muchas veces ocurre que las contingencias diversas de la vida empujan al neurótico al borde del agujero que por todos los medios pretende evitar. Entonces, la defensa consiste en no enfrentarse con el agujero, en no llegar al lugar en donde el Otro ya no responde a la pregunta, porque de lo contrario el sujeto se sumergiría en una angustia. El encuentro con aquello traumático –encuentro con el agujero de la no respuesta- produce la vacilación del fantasma y desencadena la angustia.

El grafo es la enunciación de una pregunta que se le dedica a Otro. Es preguntarle a Otro qué lugar ocupo. Es qué lugar nos va a dar. Al darnos un lugar nos constituye como sujetos. En esa pregunta se abren dos pestañas: el deseo y la pulsión.

La fijeza del fantasma es la matriz imaginaria que determina el modo de goce/satisfacción del sujeto. El fantasma te hace creer que todos tenemos el mismo goce de satisfacción, pero no es así. Mientras que el fantasma sea eficaz, no se desencadena la estructura. Esta se desencadena cuando ese fantasma no sirve para responder una contingencia que se presenta. Esta contingencia puede presentarse al azar.

El goce fálico

El goce es algo que surge ahí donde se ha perdido el instinto. El lenguaje del ser hablante pasó de ser un lenguaje de signos a un lenguaje de significantes, esta transformación es correlativa con la pérdida del instinto, con la inexistencia de la relación sexual y la no complementariedad de los sexos. Lacan ubica como mito a ese ser vivo que es fragmentado por el lenguaje y a la vez marcado. Sumergido el ser vivo en el baño del lenguaje pero también en su fragmentación, pasa a ser un sujeto dividido por la palabra. 2 efectos del lenguaje: fragmentación del cuerpo y fantasma como sosten del deseo. El campo del goce se trata de eso sexual perdido, falta el goce sexual, ese goce que nos conduciría a la pareja del otro sexo.

La sexualidad y el goce humano van a girar en torno a eso que falta, a esa pérdida, alrededor del goce fálico.

El goce fálico está estructuralmente condenado al fracaso, a no hallar lo que era su meta, a dejar resto y pedir más. Lacan sitúa el fantasma como el “Modo hombre” de abordar el Otro, porque en su escritura se representa el deseo, estructuralmente insatisfecho ($) y el resto (a) que se produce en el momento mismo del desencuentro con lo que podría colmarlo.

El falo es el significante de lo que se pierde. Lo que ocurre en la sexualidad humana es que ese órgano de la cópula resulta central porque tiene la característica de que rápidamente se pierde. el falo en última instancia es cualquier significante suelto. El falo es el significante que escribe algo ahí donde no se puede escribir la relación sexual, por eso funciona como un 1.

Lacan formaliza que esa falla en la relación sexual que no hay, es una falla dual. Se puede escribir de dos formas distintas. Ese 1 fálico puede ser escrito en dos lógicas diferentes: lógica macho - lógica hembra.

Complejo de Edipo como la “maquinaria” que regula el goce.

Lógica macho (lado hombre):

Se afirma la función fálica como universal. Son universalmente tomados por el Edipo, por la función fálica. Se trata del goce fálico como goce regulado por la castración.

Es necesario que para los alcanzados por la castración se postule al menos un individuo para el que este universal no se cumpla.

De este lado se ubica la sustracción del “al menos uno” que constituye el límite que vuelve posible el para-todos de la castración. Este al-menos-uno-que-no se trata del padre primordial.

Implica goce fantasmatico, se trata de un goce en relación a la ausencia.

Es un modo de abordar al Otro, de posicionarse frente a la falta en el Otro, taponándola. El sujeto –ya sea mujer u hombre- puede ubicarse en la posición del modo hombre para responder anticipadamente a partir de la versión del padre, con el fantasma, y de esa forma no llegar al punto de sin respuesta que supone el significante de la falta del Otro, y por ende le produce angustia al propio sujeto.

El hombre es quien aborda a la mujer, o cree abordarla. Sin embargo, sólo aborda la causa de su deseo, el objeto a. Al posicionarse del lado del hombre se pretende suplir la relación sexual que no hay: el fantasma, de ese lado, reduce al Otro femenino a funcionar como objeto a. Cree abordar a la mujer, pero solo aborda al objeto a de su fantasma. El fantasma suple la ausencia de la relación sexual. Esta degradación por la que el hombre constriñe a su pareja a funcionar como objeto a en su fantasma, constituye un rasgo de perversión. Lo que determina la elección del objeto es cierta fijación a un rasgo de perversión, una condición de goce, anudada al fantasma.

La histérica consiste en la respuesta anticipada que, desde el lado del hombre se da, en el fantasma, a ¿qué es ser una mujer? La histérica se posiciona en el modo hombre –a partir de su versión del padre- para abordar al Otro sexo y así taponar la falta en el Otro. Solo se aborda a la Otra situándose ella misma en el lugar de un hombre. Esto constituye también un rasgo de perversión.

Lacan comprende que la adoración hacia una mujer no hay que interpretarla mediante la vía de las mociones homosexuales, sino que esta adoración trata más bien de interpretar el hallazgo de una mujer que encarne aquel misterio de lo femenino.

Ejemplo Dora: En Dora el síntoma de la tos es la que nos abre la vía que nos conduce hacia el fantasma. Este fantasma sostiene una perversión, Dora tose como su padre (hay una identificación hacia él), y es desde esa identificación que aborda a la señora K. como objeto a ser chupado. La señora K es degradada hasta esa posición. La tos como síntoma mediante el cual permite leer la representación de una “situación de satisfacción sexual per os entre las dos personas cuyo vínculo amoroso la ocupaba tan de continuo”, su padre y la señora K. Fantasía de fellatio, afirma Freud; cunnilinguus, corrige Lacan.

Según Lacan Dora se identifica con todos los hombres del historial: su padre, el señor K., su hermano, joven ingeniero del segundo sueño, con Freud mismo.

Los hombres son para ella meros intermediarios, para que la histérica Dora formule su pregunta sobre la feminidad y responda de forma anticipada con su fantasma.

El deseo

Tanto el deseo insatisfecho en la histeria, como el deseo imposible en la neurosis obsesiva, son dos estrategias diferentes, pero con un mismo fin: no saber de la falta del Otro, de su castración.

Neurosis Obsesiva-> deseo imposible . El obsesivo se vuelve esclavo de otro al que eleva al lugar del amo para no saber de sus deseos. Ni de los propios ni de los del otro. El obsesivo solo se asegura de ponerse en relación con lo que éste amo le demanda. El sujeto degrada el deseo del Otro a su demanda. Ya no se enfrenta con lo insondable del deseo del Otro, sino con su demanda. Habrá construido a su medida, un Otro completo: A.

Neurosis histérica-> Deseo insatisfecho . Sostiene a un Otro completo (objeto A). ¿Cómo se recupera el goce perdido? a través del objeto a, del objeto plus de goce. “es que él lo tiene, pero no me lo quiere dar”. Este deseo insatisfecho es un modo de goce. Es el goce de “poco gozar”, el goce de ser privada del goce. Esta insatisfacción supone una recuperación del goce, un “plus de goce”. Si falta el goce del otro, si no hay un goce-todo, el deseo insatisfecho suple este defecto estructural que presenta el campo del goce para el ser hablante. Este goce absoluto de la otra en realidad no existe. La histérica con su fantasma sostiene el pretendido goce de la otra.

En la histeria nunca se tarda en encontrar a la otra que goza todo lo que ella no. De este modo la queja usual que presenta a su pareja, encuentra apoyo en este presunto goce-todo de la otra. Es decir, piensa que la otra tendrá seguramente a su lado algún tipo varias veces menos inepto que el que nuestra insatisfecha ha conseguido. Las críticas al partenaire de turno están aseguradas.

Discurso histérico

X: Doble barra de imposibilidad-> Falla en el discurso. El otro no sabe.

S1: Significante amo-> el padre en principio, pero puede ser cualquiera.

$: Sujeto dividido

S2: Lugar del saber-> la histérica invita al Otro a producir un saber.

a : Verdad y objeto plus de gozar-> Al demandar un saber al Otro, se encuentra que el Otro está castrado, se encuentra con la verdad. El Otro no sabe.

Contrapunto entre Dora y la bella carnicera: “lo que ella no ve {se refiere a la bella carnicera} porque su pequeño horizonte también tiene sus límites, es que sería dejándole ese marido suyo tan esencial a otra como encontraría el plus de goce. Otras si lo ven. Por ejemplo, Dora, lo que hace es eso. La bella carnicera no ve que a fin de cuentas sería feliz, como Dora, si le dejara ese objeto a otra”.

Lógica hembra (Lado mujer):

La masa se soporta en la conformidad de un todo. El “todo” se logra del lado del hombre de las fórmulas lacanianas: se conforma la clase, el universal, el “para-todo”. El fenómeno de la masa se encarga de velar la castración.

Es en el encuentro con el goce Otro que la masa se disuelve. El goce femenino quiebra el lazo social, introduciendo en el centro de la homogeneidad de la masa, el “no-todo”, lo radicalmente Otro, la diferencia. Para este lado no-todo el goce se deja atrapar por las redes del Edipo, resta entonces un Otro goce, Otro que el que se encarrila por la carretera principal.

Lacan plantea dos fórmulas para el lado mujer:

1º fórmula: No-todo es alcanzado por la función fálica y, consecuentemente se goce no-todo se regula, no-todo se civiliza, por la razón fálica. Solo sustrayéndose uno se constituye el límite y así la clase. Del lado mujer ocurre que no hay ese “al menos uno” que se exceptúe al para todo.

2º fórmula: No existe uno que se sustraiga a la castración y, no habiendo excepción, no se constituye la clase. La mujer no existe. De este lado no hay excepción, no hay un todo, hay una por una.

Implica un desdoblamiento del goce, es un goce en relación con el falo que no será fantasmático.

Por ser no-toda en la función fálica, la mujer posee un goce que excede al que designa como goce la función fálica. Goce propiamente femenino respecto al goce encauzado por la ley del padre. El goce femenino no se deja encarrilar por el nombre del padre, sin embargo, este goce se encuentra tomada por el Edipo y su razón fálica. Es decir, a ella la alcanza la castración, y entonces, se regula por el falo, pero no-todo: resta Otro goce. En este sentido, es preciso que la ley del Edipo se disuelva para que la ley del padre se incorpore. Del lado femenino sufre menoscabo la formación del superyó. Está de lleno en la función fálica, lo cual la excluye de la psicosis. El goce propiamente femenino es repelente al significante.

Es un goce más allá del falo, un goce que podemos situar como suplementario.

Relaciones con el falo:

La relación propiamente femenina con el falo está muy ligada al falo y la palabra. Mientras que la relación propiamente masculina con el falo estará más ligada al órgano, hay una relación entre el falo y el órgano peneano.

ESQUEMA

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izquierdo arriba: tenemos una función del 1 donde existe una x que no Φ de x y (el 1 de la excepción paterna) abajo para todo x; Φ de x, el conjunto de los significantes

izquierdo abajo: tenemos la flecha que va de izquierda a derecha que es el fantasma, el goce fantasmático que logra constituirse con esa manera de fallar la relación sexual y ese uso singular del 1.

derecho arriba: tenemos un ‘’no existe una x que diga que no a la función de Φ de x. La inexistencia de la excepción. Abajo tenemos el no todo x Φ de x. Como no hay un 1 que sirva de excepción, no se cierra el conjunto, no hay universal.

derecho abajo: hay un desdoblamiento del goce. Ese S A(tachado) es ese goce que se va a dirigir a una ausencia, ahí no hay significante, es el goce femenino, el goce del arrobamiento, del éxtasis, goce deslocalizado. No está localizado en zonas erógenas. Por otro lado, está la segunda flecha que es un modo de goce femenino con el falo. No se superpone con el goce fantasmático.


 

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